miércoles, 31 de diciembre de 2014

DE COSTA RICA A LA ETERNIDAD: ADIOS EMMA HILARIO

Ayer 30 de diciembre, me enteré que Emma Hilario murió el 19 de diciembre en Costa Rica.
Tomado de https://es.groups.yahoo.com/neo/groups/peruforopaulofreire/
conversations/messages/37607
Todo el trayecto de retorno a casa pensé en Emma a quien conocí en junio de 1986, cuando nada ni nadie imaginaba aquello que nos deparaban los tiempos del terror. En medio del primer evento nacional de comedores populares autogestionarios, parroquiales, clubes, etc.  Donde ingenuamente creíamos que el problema central de los comedores en aquel momento era  el Programa de Asistencia Directa (PAD)  creado por el APRA para desconocer la labor de más de seis años de los comedores que surgieron como respuesta al hambre y la crisis que se instaló en los barrios populares desde fines de los setenta.  Mas adelante comprendería con el golpe y el devenir de los hechos, que en realidad el problema que se cernía era el espectro del terror que escaló a partir de ese periodo, concentrando su atención en las organizaciones de mujeres colocándolas al centro de dos fuegos: por un lado la política social y de Estado que las desconocía, quitaba piso y obstaculiza, que sin su intervención ya era dura la sobrevivencia. Y por el otro, los grupos alzados en armas: Movimiento Tupac Amaru (MRTA) y Sendero Luminoso (SL), las acusaban de impedir que la crisis se profundizara paliando el hambre. El MRTA intentaba coptarlas infiltrándose y SL amedrentarlas también infiltrándose para impedir su trabajo.



Era tanta la ingenuidad y escasa mirada de contexto de mujeres agrupadas alrededor de la sobrevivencia, como lo era de quienes las acompañábamos se de asesoras y/o instituciones, que en ese entonces redujo la perspectiva de avanzar las experiencias de centrales de comedores ya existentes hacia la  centralización de segundo (Lima) y tercer nivel País.

Contrariamente, colocando a las escasas centrales en condición de bases, se formó una Comisión Provisional  Nacional de Comedores (CPNC) integrada por Emma Genoveva Hilario Chuquipoma (Pamplona Alta), Elvira Torres(Agustino), Rosa Landaverry (Ermitaño) y Lucila Martínez (San Juan de Lurigancho),  que más adelante se transformaría  en Comisión    Nacional de Comedores (CNC) cuando su mandato temporal se trastoco en permanente 1986-1996. 

No  comprendí en su momento  la tensión al interior de la delegación del cono sur entre las que se encontraban Villa El Salvador, San Juan de Miraflores, Tablada de Lurín, Pamplona Alta etc. ahora cada vez lo veo más claridad. Las escaramuzas por la forma y contenido de la lucha de comedores que se inauguraba en ese momento en un local de retiro de Chosica lo trabajaré en otro momento, solo he anotado para afirmar que fue en ese contexto donde nos hallamos con Emma Hilario, una líder ya cuajada para entonces como aparece en la p.16 de Pensamiento, Voces & Saberes de mujeres1.

Prontamente despertaríamos a la brutalidad del contexto que nos rodeaba, uno de esas pesadillas fue experimentada por Emma Hilario, quien salvó de morir de un atentado de Sendero Luminoso el 20 de diciembre de 1991, engañándole a la muerte con un brazo herido, a cuya consecuencia primero debió vivir en clandestinidad y luego autoexiliarse desde el año 1992 en Costa Rica, para no sumarse a la lista de víctimas que se construía en medio de la violencia dentro del país.

El 19 de diciembre del 2014 la muerte postergada por 23 años la alcanzó  en Costa Rica,  esta vez culminó su tiempo, aquel que le correspondía, sobrevivió a la muerte por terror para poder contarlo luego de una vida entregada al trabajo comunitario que no se detuvo con el exilio2. Saber de su partida me removió el recuerdo, las entrañas y las heridas aun no cicatrizadas.

Emma vivió y murió fuera de su país porque  este, no le dio la oportunidad de ser y hacer, como no se lo ha dado a muchos hombres y mujeres que sobrevivieron a la violencia. Cerramos un año más con deudas de reparación a cuestas que no se ha podido saldar no sólo por falta de voluntad política sino porque aún nos cuesta asumir y superar como sociedad una deuda compartida.

Me duele la partida definitiva de Emma, tanto como me dolió su partida por salvar la vida de hace 23 años. Con su partida se produjo simbólicamente el quiebre del proceso organizativo de las mujeres populares, que fue cercenada con menos de una década en su construcción. En 1992 en medio de una dirección desborda de la CNC se creó la Federación de Lima Metropolitana  y el Callao -paralelamente a su permanencia como base de la CNC intentando mantener el soporte de los comedores de Lima y Callao que eran los más numerosos-. En 1996 en un largo evento, la CNC dio nacimiento a la Comisión Organizadora de la Central Nacional de Comedores (coincidentemente fui invitada de excepción al evento esta vez lejos de los claustros religiosos en los ambientes de Construcción Civil de Ate), lo sucedido después escapa a este artículo. 

Siempre me pregunto ¿Qué hubiera pasado si este movimiento de mujeres acorde a sus prácticas hubiera tenido el mismo tiempo de maduración que los gremios y partidos?
¿Si hubieran tenido más tiempo las líderes y socias de comedores autogestionarios,  en su mayoría habrían descubierto , las ventajas y eficiencia de la democracia que algunos experimentaron? 
¿De ser así cómo hubieran enfrentado uno a uno las arremetidas de las políticas pública, de los partidos, el terror?. 
De ser así, seguro que hoy no habría elecciones y triunfos  del menos ladrón, menos mentiroso, menos corrupto, menos… menos.

Sigo creyendo  que una sociedad donde la conciencia crece y la capacidad de ejercicio ciudadan@ es un aprendizaje que se adquiere desde el hogar, la vecindad, el barrio, las organizaciones, etc. crea mejores condiciones sostenidas para la madurez política y la práctica democrática.

Con la partida de Emma Hilario, debo reconocer que se aleja cada vez más y cuasi extingue la estirpe de mujeres que fueron mayores que sus problemas en tiempos de terror, hallando en la pobreza la inspiración para ser mas, transformar su medio y soñar con transformar el país. Hoy son nuevos los y tiempos, las mujeres y sus quehaceres. 

Aun creo que hace falta, establecer puentes entre las historias reales de ayer y hoy. Trascender  las fábulas y las construcciones antojadizas de imágenes simbólicas, sino mirar en aquello que se hizo y dejó de hacer  mujeres de carne y hueso que desde diferentes aristas vivieron (vivimos)   dos décadas previas al cierre del siglo XX y las  mujeres que vienen tomando la posta en estos dos decenios de inicios de siglo XXI que  aun está por hacer.

¡Descansa en Paz Emma Genoveva Hilario Chuquipoma!


sábado, 29 de noviembre de 2014

UNA TARDE FELINA

Hay un tiempo para cada quien,
hoy fue el mío dejando fluir a mi ser,
cavilando al rededor de días idos y por venir,
de seres que llegan a mi vida como las olas del mar,
a la par de un atardecer brillante e inesperado,
ahuyentando otros con polución de micro seres que luchan denodadamente para asentarse en mis sentidos.

Concebí una nueva estrategia, cero lucha, más comprensión,
anunciándoles que tenían libre el fin de semana y partieron raudos,
sea porque estaban tan agotados como yo en esta lucha estéril de desalojo e invasion,  
o por que se creyeron  realmente su erradicación con solidaridad de otro paciente para extinguir mi llanto alérgico por aquel ambiente. 



Para mi sacerdotisa será que hallé el punto de equilibrio en las dimensiones de mi ser acrecentando mi darma,
alejando a todo lo que mortifica sin aniquilarme
por esa necesidad mutua como infame  de sobrevivir conjuntamente, sin importar que yo sea organismo complejo y ellos unicelulares. 



Prefiero creer que fue la atención a mi laxitud ya cerrando la tarde con un banquete majestuoso de almuerzo-lonche y el deleite de combinar sabores de tres dulce limeños que reconectaron mi energía, sentidos, sensaciones y pensamiento, 
para apreciar en detalle lo bello que es la vida.



Atrayéndome una escena en medio del mágico crepúsculo, descubrí en mi perspectiva 
aquel encuentro, comunicación, intercambio y goce en la relación misteriosa y cuasi alegórica de seres felinos/humanos, conmovida pedí consentimiento para capturar ese momento de entrega terciopelada
entre felinos, mujer y hombre.




Mis sentidos apenas liberados se embebieron de escenas, cuasi celestiales de amor tangible, convivencia, intercambio y confianza,
discutible para algunos/as por transgresor de espacios,censurando aquello que muchos practican en privado pero que en público se censura porque sabe a amenaza.


Asido de la idea de que somos y tenemos diferente valor, donde unos son dueños y otros advenedizos,
los primeros con derecho de uso y ningunos los segundos, en un balance próximo a la creación de un nuevo teorema los menos en valor se constituyen en  peligro de los más valiosos.


Más allá de estas disquisiciones que persistirá,
hoy disfruté profundamente de esa realidad que se impone, la combinación de bellezas felinas libres y misteriosas, con gestos de amor a veces esquivo de humanos/as entre sí, con combinaciones cautivantes, reconfortantes y conmovedoras.




Como narraba a la familia mía, el gesto no distinguía edad, sexo, rol, condición,  posición, pertenencia o pertinencia al espacio.
Bastaba con volver la mirada para dulcificar el rostro, sentarse al disfrute compartido sea del adulto mayor o la niña, los celos se esfumaban entre las parejas dejando espacio a otro ser.


Los seres que esta tarde me abrieron y mostraron sus sentimientos en un templo de convivencia de dos especies libres, impregnando a mi alma de paz, felicidad y alegría que animó este escrito cuasi alegórico para animarlos/as a visitar el parque felino/humano
quise decir el parque Kennedy de Miraflores.

jueves, 27 de noviembre de 2014

SE VA SIN NADA Y SE QUEDA EN TODO, UN PRESIDENTE DE PRIMERA. JOSÉ ALBERTO MUJICA CORDANO

http://www.milfrases.org/2014/03/jose-mujica-presidente-uruguayo.html 
Se va sin llevarse nada José Mujica, quien tomo el poder cuando descubrió que la fuerza ni las armas son herramientas para cambiar el pensamiento y práctica de un país. Accediendo a la presidencia con trabajo, entrega y militancia, palmo a palmo en ese espacio donde todos van a saquear y devorar desde hace siglos bajo inimaginables formas.

Pero se queda eternamente, como imagen simbólica de lo que puede ser y hacer un presidente latino, cuando se ha comprometido con todos/as y cada uno/a de su pueblo. Amando a su país de diversas formas a lo largo de su vida: entre urgencias juveniles,   aprendizajes adultos,  re-aprendizajes y lecciones de adulto mayor.

Se va sin llevarse nada material, como lo hará cuando deje este espacio y tiempo al final de sus días, él y cada uno/a de nosotras/os cuando también nos toque, si hemos vivido plenamente, sin pedir un minuto más. Nos iremos sin nada, completamente solos y quizás conscientes de nuestra trascendencia a diferencia de cuando llegamos acompañados/as de la vida y fuerza de una mujer.

Pero se queda completo de pie a cabeza, en la retina, corazón y memoria de Uruguay, de toda América Latina y el Caribe. Habiendo vivido y sobrevivido a los avatares de la dificultosa construcción de una joven e imperfecta democracia; venciendo a los demonios de colonización, republequeta, estatismo, dictadura y frágil democracia.

Se va con la frente en alto, quizás la misma sonrisa o mayor de cuando se hizo presidente, por la satisfacción del deber cumplido, los sueños concretados, deseos satisfechos y proporcionado contenido a una forma íntegra y digna de hacer política, ejercer poder y buen gobierno.

Se queda para siempre en la historia de su país, América Latina y el planeta como quien se propuso y registró con cada acto, gesto, palabra y hacer que es posible ser presidente ético coherente con sus principios, pensamiento y práctica. Superándose a sí mismo en sus defectos y errores.

Se va diciendo que no es pobre, sin soberbia  como decir que sigue “siendo el rey”, “inocente”, “sagrado”, “nada teme porque nada debe” o “papelito manda”, porque no ha sumado un metro, gramo o bien más a las posesiones precedentes a su mandato, que no le impedirá seguir viviendo en felicidad porque para serlo basta ser quien es.

Se queda nuestro aprendizaje, donde el reto y la eficiencia es hacer lo comprometido en un tiempo sin adendas ni reelección, puesto que la democracia es también alternancia y que todos son necesarios/as pero  nadie imprescindible, cuando la apuesta es el otro/a con   desprendimiento, temporalidad y sin anquilosamiento en el poder.
 
Se va con la conducta coherente de quien elige a la política como una forma de vida para servir al otro y no servirse de todos/as. Mostrando que es mucho más que las tentaciones de sus pares que se  reinventan prácticas delincuenciales para hacerse de "bienes" que en realidad son "males" a los que tendrán  que alimentar insaciablemente, perdiéndose a futuro en  la vorágine del enriquecimiento ilícito o vendiéndose con todo y su alma.

Se queda la esperanza hecha práctica, donde es posible gobernar sin robar, ni tomar ventaja de la posición de poder con clientelaje y compadrazgo que prostituyen "regalos", "prestamos", "confianza", "complicidad improbable" y "testaferría". Donde el teorema acuñado por corruptos y seudo-demócratas: "en el poder todos roban y/o no importa que robe si hace algo", se desmorona ante la práctica honesta y sin indicios de riqueza material de José Mujica.

Se va porque el poder es efímero, como aquel con el que fue ungido y tal como corresponde retorna a cada uno/a de quienes confiaron en él. Robusteciendo el espíritu de mandato temporal y sin posibilidad de seudo-monarquía hereditaria o insustituibilidad discapacitante, habiendo desplegado su sabiduría de estadista haciendo que en macro sucediera el cambio y quizás  sin posibilidad de retorno, aquello que a cada uno/a nos lleva todo una vida en micro, sin hacer el mínimo rasguño al sistema.

Se queda con las/os uruguayos, contigo, conmigo y todos/as el aprendizaje que es posible adecentar la política, construir un modelo de ejercicio de poder para todos/as, encarnando la teoría en la práctica. Alimentando nuestra esperanza que emergerán nuevos/as líderes hallando su modelo como referente empírico concreto de hacer política de la buena sin morir en el intento y no sólo quiera imitarlo, quién sabe si den nuevos pasos hacia la construcción de sociedades más humanas, confiables, de convivencia con todo y cada ser del planeta.

¡Gracias por la esperanza renovada José Mujica!

viernes, 26 de septiembre de 2014

HOY SE CAYO MI COLEGIO... MAÑANA PUEDE SER EL TUYO


http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-
alumnas-colegio-donde-se-desplomo-techo-
estudiaran-escuela-cercana-525008.aspx
Se cayó mi  colegio[1] asi de literal, aquél donde obtuve mi formación secundaria: el “Instituto Nacional de Comercio N° 29 Esther Cáceres Salgado - el Rímac”[2], allí donde se dieron los cimientos de mi aprendizaje para transformarme en la ciudadana, profesional, académica, persona  y ser con diversas aristas desde donde me conocen unas/os más que otras/os.

Se cayó,  recordándome que fue en sus aulas, patios y jardines, donde obtuve mi formación básica para la vida,  de manos de diversas profesoras y profesores. Unas/os más que otras/os desde su práctica, acuñaron en mí el sello de la voluntad que se sobrepone a las barreras para  hacer lo que uno se propone. Como el ejemplo de aquella profesora de contabilidad, mostrándonos la viabilidad de multi-docencia simultánea, en un mismo tiempo y espacio en una era no digital -formando al mismo tiempo a cinco quintos en el nuevo plan contable-, entregando con desprendimiento sus fines de semana sin un céntimo de más en su salario. Podría está allí la veta de mi propio desprendimiento y disfrute cuando ejerzo la docencia,  haciendo que vaya más allá de horarios y aula de clase, incomprensible para algunas/os pero claro y preciso para quienes nos involucramos.

Se cayó el segundo piso y en contraste,   emergió en mí el cúmulo de significados,  como mi propia socialización secundaria escolar, siendo este plantel donde se  estimuló y canalizó mi inagotable energía, gráficamente anotado por Gina Gálvez en uno de nuestros encuentros “¿Dime a dónde ibas, yo entraba y tu salías, sólo salías nunca sentabas quieta?”. Ciertamente no podía estar sentada, fui de esas estudiantes que llevó el uniforme de educación física los cinco días de la semana para deslizarse al patio sin censura al menor descuido, sin imaginar, que esos eventos experimentados  como juego, formarían mi resistencia a las exigencias de la vida, en sus altas, bajas, bondades y alegrías -recepcionar y servir los mates de Ana Cecilia Carrillo era un heroísmo voluntario. Aprender defensa personal bajo la instrucción de la Guardia Republicana una aventura. Asomarme al colegio de varones Ricardo Bentín para competir en atletismo  una osadía. Jugar  fútbol con Manrilyn Vichez un acto irreverente, en tiempos donde era vedado para las mujeres-. Y sobre todo quedó atadas nuestras vidas adolescentes ese modo de ser y amar nuestras diversidades trascendiendo a nuestros recuerdos.

Se cayó mi ex colegio, como  acto simbólico de protesta blanca, sin víctimas lamentables directas, auto inmolándose en  desmoronamiento voluntario y anunciado desde el hace ocho años[3]  y seis que fue declarado en emergencia y "clausurado"[4] pero como sucede  en el país, al interior de esa línea donde se confunde la amenaza, imprudencia y riesgo revestido de pobreza y necesidad, siguió funcionando a medias, con la complicidad de todas/os y sólo las fuerzas del universo evitaron “daños colaterales de muertos y heridos” que arrastrara en su protesta,  como si sucede en este tiempo con las/os pacientes de los hospitales tras 106 días de huelga médica. 

Se  cayó, quien sabe si desbordado de ese hartazgo que invade aun a la materia de una   antigua edificación de cemento, ante la inercia institucional del Estado que es sorda, torpe, lenta e inconsciente en cumplir con  rol  de proveer y preveer servicios de calidad que satisfagan necesidades básicas como alimentación, salud y educación de   la población de mayor sensibilidad actual y futura, los  menores de quince años. 
  
Se cayó corriendo el velo que recubre la irresponsabilidad de más de un gobierno, puesto que la crisis se manifestó en época del   aprismo, aquel donde  Alan García,  hizo su lema la modernización educativa y colegios emblemáticos, cumpliendo sólo con aquellos políticamente útiles y omitiendo la inclusión del Colegio Esther Cáceres Salgado junto con otros de “menor prioridad”  pese a estar en emergencia[5]. Y el gobierno de turno de Ollanta Humala, ha erigido su propio Waterloo, al insistir   que la educación es su prioridad y ha invertido en el sector más que sus antecesores, en este caso las evidencias se caen de maduro, mostrando que  sólo destinó medidas superficiales como el parche de la infraestructura que finalmente sucumbió, mientras el alumnado ha sido redistribuido en los centros educativos aledaños.

Se cayó,  evidenciando como se entretejen la suma de irresponsabilidades que ata a las diversas entidades y gobiernos como sucede con el metropolitano incapaz de ejercer autoridad para  evitar el funcionamiento de un servicio público en estado de riesgo.  La del gobierno distrital que sólo se concentra en arbitrios sin evitar desastres  y el Ministerio de Educación en sus diversas instancias con indiferencia, dilatamiento e inefectividad, mientras se hacía de la vista gorda ante su funcionamiento precario y vulnerable. Ante los hechos consumados, se pronostica que será reconstruida en un año octubre del 2015, mientras tanto sus destacadas estudiantes[6] mantienen su silencio tan distante de los nuestros que se movilizaron por poco menos  en solidaridad con el Colegio San Martín que iba a ser desalojado.   
Se cayó mostrando que el escándalo tiene más peso que la gestión para poner en funcionamiento un sistema burocrático atrancando en este momento el compromiso público de autoridades del sector y  los dadores de la norma que finalmente se demolerá y reconstruirá, más como a las palabras se las lleva el viento como sucede con toda noticia de ayer habrá que vigilar se cumpla.

Así que queridas ex Esther Cacerinas, manos a la obra con la  ungida presidenta de la asociación en gestación para vigilar, movilizar y hacer que en realidad se reconstruya, no vaya ser que una  mañana,   despertemos sorprendidas con la edificación de un nuevo moll en ese terreno o un edificio privado,   como sucedió con aquel almacén del Ministerio Público que ardió devorando todo el material educativo nacional  y hoy, se ha construido sobre sus cenizas modernos edificios  para una de las tantas universidades privadas que pululan por el país ¿Cómo sucedió? ¿De quién era la propiedad? ¿Si era del Ministerio de Educación cómo se tomo esta decisión? ¿Cuáles son los intereses y necesidades?  ¿Alguien  puede decir algo al respecto?

lunes, 28 de julio de 2014

IN MEMORIAM ISABEL INCA

Se puede convivir con algunas personas  por muchos años  sin llegar nunca a conocerlas verdaderamente, ni que ellas lo hagan contigo. En otras ocasiones puedes hallarte con alguien  sólo un tiempo y conectar reconocimientos no sólo de una vida, sino de muchas otras. Tanto que cuando se agota el tiempo de una(o), la reacción  de quien se queda es indescifrable.

Seguro que para muchas(os) de los(as) presentes en el sepelio de Isabel Inca, era incomprensible mi desconsuelo y llanto, especialmente para quienes compartimos un espacio colectivo durante poco más de tres años, pero se  a mi vez, que Isabel lo entiende y eso basta.

Escribo en este momento, para activar mi mecanismo de registro que me saque a flote de esta inmersión en el dolor, procesando los sentimientos que me unen y desbordan en este tránsito de aceptar que Isabel partió el 27 de julio, cerrando nuestros proyectos. 

Isabel, aceptar que ya no podré compartir contigo mi tiempo, sentir, alegría y risa, que sazonaba nuestra conversas. No  es fácil asumir que ya no enlazaremos tarde con amanecida. Incrementa  mi pena saber  que ya no podremos,  fugarnos a algún evento  o lugar  disfrutando la mutua compañía. Y en un intento de expresar la certeza de mis sentimientos intento trazar los hilos de nuestra amistad, que es mi modo de tributar a nuestro tiempo y tu partida.

Para quienes no sabe de nuestra historia conocí a Isabel, producto de esos arrebatos que se tiene, cuando se pretende seguir creyendo que comulgas con quienes conoces de mucho tiempo,  en esa confianza te embarcas en una aventura o un proyecto de objetivos explícitos compartidos,  mientras cierras los ojos a los implícitos -que suelen inmovilizar e impiden apostar por seguir siendo y haciéndote un ser  gregario-, así que casi a tientas y toneladas de fe me embarque a la creación de un grupo de mujeres con nuevos tonos, sinfonías, sabores y posibilidades.

Isabel asomó a mi vida ese cinco de abril del 2010, en la primera convocatoria a un proyecto colectivo de mujeres, del que se ausentó hasta cuando se transformó  en DesdeNos. 

Cuando revisamos en más de un balance anual nuestro proceso, confesaría  que lo hizo con incredulidad, puesto que era un espacio no tradicional para ella. Porque venía de una larga especialización en organización barrial, social, asistencial, política, etc. 

En todas ellas tenían en común estar al 'servicio de', y ella siempre estuvo al 'servicio de', desde su desempeño laboral, pasando por su trabajo doméstico, rol del cuidado, hasta el político y social. En tanto que DesdeNos era un espacio para pensar en sí misma de adentro para afuera. Re-descubrirse, amarse y apostar por sí misma. Renunciando al aplauso por el buen servicio o los desencantos del aprovechamiento por ser: "buena gente", "mujer de pueblo", "mujer de lucha", "mujer de base", "mujer guerrera". La exigencia era SER y HACER de sí misma en comunión con otras iguales y diferentes.

La historia de Isabel se ata con la mía sin conocernos, desde muchos años previos, cuando ella ingresaba a la juventud en tanto yo bordeaba la adolescencia. Había  terminado la secundaria en la misma época y centro educativo donde yo ingresaba, para cursar mi educación secundaria: Juntas recordamos en una de las tantas  veces compartidas, el himno del colegio y nos moríamos de la risa de-construyendo su contenido. También ambas descubrimos que no fue casualidad encontrarnos y compartir muchas cosas en común, como el tiempo lo desgranaría.

Se inició y jubiló en el sector público primero bajo el auspicio y  dirección de Consuelo Gonzales Posada Eyzaguirre de Velasco, quien dio los primeros pasos por aquello que hoy conocemos como INABIF. Desde muy joven fue testigo de excepción en el modo como se hacen e implementan  las políticas de asistencia, así  que nadie mejor que ella para sentenciar que  jamás fueron suficientes. Eso explica  en parte su intento de compensar a través de su trabajo y entrega más allá de la exigencia laboral. Perfilando una labor administrativa enlazado con la socio-asistencial, práctica que alimentó su sensibilidad y entrega a los demás, incluso postergando urgencias personales.

Fue su  lucha por una vivienda aquella que la forjó en el campo de la organización social, a diferencia de mujeres que construyeron su liderazgo desde la sobrevivencia, ella lo hizo desde su desempeño profesional y condición de vecina-ciudadana, levantando sospecha en quienes pretendían, homogeneidad en los orígenes de las mujeres del sector popular, pero al mismo tiempo conociendo con ojo crítico como silencioso quien era quien desde sus adentros -eran tiempos donde escaseaban mujeres que tenían un trabajo remunerado y conciencia crítica-. Asomarse al corazón del tejido social y el mito socio-comunista de la izquierda de los ochenta, antes de detenerla le permitió enfrentar las exigencias de la vida sumando, jamás restando, tomando decisiones sin vuelta atrás, a pesar de dejar desgarros de su inocencia de funcionaria pública y pobladora,  tiras de su piel  y corazón en ello.

Cuando se develó  su condición de mujer, lo hizo desprendiéndose con energía a herencias de inicios del siglo XX, en una época de rupturas y sueños de emancipación compartida por muchas mujeres de los setenta. Apropiándose con todas sus fuerzas de su libertad y derecho a ser respetada por quien era, hasta imponerse por encima de los convencionalismos y colocarse al frente de su hogar,  como una más de las miles de madres jefes de familia  que hacen grande este país. Con dos hijas, un nieto, madre y padre  ancianos sobre el hombro se dibujó una sonrisa y tiró adelante. 


Ejemplo que impacto en la vida de sus dos hijas: Luz Rosario y Milagros, ella estaba segura que a sus hijas, nada las detendría ni vencería en el futuro porque habían aprendido a enfrentarse a la vida y a sus exigencia con las manos y el apoyo que ella siempre estaba dispuesta a proporcionar.  En tanto su amor acrecentado tenía por nombre Daniel, soñaba disfrutar a través de él, la evolución a ser buen ciudadano en el siglo XXI, ver consolidarse una mejor persona día a día,  donde pudiera visualizar los hilos de su herencia genética, social, cultural, ideológica de SER y HACER.

Aprendió a vivir la vida cada segundo,  apostando por una relación saludable y humanista con el medio ambiente, social y cultural, producto de su tránsito en el cuidado de su padre por un largo periodo, hasta su partida. En tanto su madre retomó la posta de sus cuidados tornándose en centro de atención   hasta no hace mucho. Ese aprendizaje y sabiduría la llevó a solidarse primero con su prima  y aquella madrina con enfermedad terminal, que concentró la dedicación de su tiempo.

Sin desentenderse de los compromisos colectivos, sociales y políticos, sea de forma directa o indirecta, siendo soporte de los suyos, para asegurar que las metas sean alcanzadas en las mejores condiciones, aun cuando en ese proceso debía reconocer que no todo aquello que brilla es oro,  hasta toparse de cara con cada una de las miserias humanas expresadas en la práctica política tanto de abajo como de arriba –en mi caso suficiente para desistir-. Para ella, insuficiente para provocar su desánimo, todo lo contrario, lo transformaba en energía que la impulsaba a continuar.


En nuestras pijamadas improvisadas, intentaba hacerla reflexionar a cerca de la importancia de presionar por la coherencia de líderes y políticos/as por los/as que apostábamos, ella solía decir: "La coherencia, transparencia, desinterés, desprendimiento es central, sin embargo, todos/as han aprendido de la forma equivocada de hacer política, tendremos que seguir adelante hasta que haya condiciones para exigir". Significaba, por tanto, que ella no podía dejar de apostar por una línea que había elegido por uno o algunos elementos que con su actuar pusieran duda y hasta fueran en contra de sus propias apuestas. Tampoco jamás me cuestionó por tener una actitud y práctica opuesta a la suya, en tanto yo aprendí a apoyarla aun cuando no creyera en su persistencia  y lealtad a líderes y lideresas con manos y pies de barro.  
En este momento que escribo al respecto, reconozco que su  apuesta fue estratégica,  como suele ser la línea de una mujer comprometida con proyectos políticos que trascienden a sus propias exigencias, principios e ideales, ella fue vencida y reconvertida muchas veces por el proyecto colectivo, aun cuando se desgarrara por dentro.

A través de ella re-conocí el derrotero político y humano del movimiento social en el cono norte en tiempos de re-visiones, así que cruzamos información y la triangulamos con terceros para tener una idea menos brumosa de las tendencias, los liderazgos, las agendas y coyunturas. Ensayos de dos que facilitaron la de-construcción del gran poder y de los mezquinos pequeños poderes y sus indicadores. Tener el contexto claro me permitió   apoyarla en más de un proyecto barrial en su distrito y Lima Metropolitana, por supuesto que no tuvieron los resultados que esperaba, así que luego de sus desencantos nos refugiábamos en nuestra mutua compañía.


Compañía que sentiré en adelante cuando viaje hacia la mar o decida quedarme un feriado largo en casa donde juntas acampábamos en compañía de Rodrigo y sus amigos, mientras el resto de la familia viajaba, ensayando nuevas recetas y tragos. Disfrutando de sus platos saludables,  o ella, tomando nota de los míos. Irnos a ver una película  o a una exposición  sin planificar, si estaba disponible y tenía un antojo bastaba con llamarla, al cerrar la jornada, y al pie  de la acera donde nos separábamos, celebrábamos lo bueno de la emancipación: sin ataduras que nos invisibilice, con años sin dueño, preferencias y sueños coincidentes.


Isabel se ha  ido como deseamos, decretamos y visualizamos, más de una vez a lo largo de mi detenimiento donde fue  compañía sostenida. Se ha ido sin enfrentar un tiempo de deterioro, dependencia, ni menoscabo de facultades. Sin espacio para el padecimiento del postrado o la enfermedad terminal que ambas  habíamos acompañado a nuestro modo. Más no imaginamos ninguna cuánto duele para quien queda.


Isabel, durante los misterios de tu despedida, Tania afirmó que sólo quienes no tienen dificultad para ingresar al cielo se van en sábado o domingo, de ser así allí estarás. Y desde donde te encuentras en este tu nuevo tiempo, seguirás conectada a tus hijas, nieto, parientes, a las amigas/os y a mí. Como sucedió este día, que dispersaste mi dolor,  cuando hiciste me percatara del libro que dejamos pendiente para leerlo juntas, recordándome que escribir también ves un modo de llorarte, guardándome algo de ti para cuando mi recuerdo se llene de brumas en las tardes de mi vida -si esta dura más de lo esperado y no tengo la bendición que te alcanzó-,  dejarte ir  y compartir  mi corto asomo, a lo que fue tu largo e intenso transitar por esta vida.

Sé que no te has ido definitivamente, que estas en un plano desde el cual seguirás siendo mi compañía, inspiración, soporte y protección. 

Se que volveremos a juntarnos, cuando esto suceda, prometo que ingnoraré tus postergaciones y si no vienes a mí llamado, iré a buscarte.

Se que entonces como en este tiempo nuestros planes serán menos vulnerables al punto que nada impedirá disfrutar la mutua compañía que nos alimentaba. 

Sé cuando me quieres, como yo a ti por sobre el tiempo, espacio y dimensión, así que retomo tu firma de siempre, Isabel TQM. 

miércoles, 2 de julio de 2014

MATERNIDAD: CONFLICTOS PRIVADOS Y CONFESIONES PÚBLICAS

Es tiempo loco en Lima de un invierno indeciso, con 22° hace dos días y hoy descendió a 17° con 94% de humedad, de seguir esta tendencia no sería extraño que un futuro no muy lejano las(os) limeñas(os) poseyéramos branquias a cambio de orejas coincidiendo con una Lima en permanente transformación.  Una ciudad nacida tras arrasar al cacicazgo Itchma del curaca Taulischusco[1], en un esfuerzo fundacional  bautizada como Ciudad de Los Reyes (15 de enero 1535), aun así  se impuso como Lima, marcando el sincretismo entre la lengua autóctona Límac y Rímac, la extranjera[2] que ha destacado al país en su conjunto.

Lima se ha sostenido  estoicamente como tal  a lo largo de su proceso de afirmación identitaria ante seudónimos embriagantes como: «La Perla del Pacífico»[3],  «Las Tres Veces Coronada Villa»[4] y « ciudad jardín»[5].   O de negación de sí, a medida que fue desbordándose «Lima la horrible»   (1974)[6] idealizando un pasado cuasi arcadiano[7] hasta cerrar el siglo XX entre el interés de su composición urbana y social: «El laberinto de la choledad» (1992)[8] hasta el crisol de diversidades  de la cultura chicha[9] sin desprenderse de los retazos  oligárquicos que sostiene  su faz de ciudad   segmentada, discriminadora y excluyente. En tanto emergen sueños y apuestas por una mega ciudad que se reconfigura, subdivide, acoge, expulsa,  cobija, integra, tolera y convive  como hoy sus microclimas[10].

En mi caso, Lima y su ser, siempre me disloca, atrapa en esa relación compleja donde no es posible vivir con ella ni sin ella. Acabo de  llegar a casa tras un trayecto por más de una hora de oeste a nor-este, con un frío húmedo que me encoje, se me cala por los huesos roídos y atraviesa mi tobillo de cristal engarzado con titanio que intensifica su gelidez, ignorando a la lana de alpaca que me recubre y botines que sostienen mis pasos.

Intento desprender mi percepción egocentrista y  miro tras el vidrio empañando por la garua cuántos(as) se inclinan ante el rigor del tiempo descubriendo que no soy una excepción, distingo a   muchos(as)  encorvados(as), independiente de la edad, la talla, dimensión y estado, sienten calarse la humedad por sus poros hasta  los huesos. Y  también están aquellas(os) otras(os) erguidas(os), desafiando al tiempo con escasa ropa, dibujando su mayor sonrisa y exhibiendo su mejor pose para vender placebos con promesa de  placer y calor humano que disipe la humedad externa dejando aflorar la interna.  

De pronto, el frío se trasladó de mis huesos hacia mi razón e hígado quien sabe si invadió también mi corazón y alma. Sentí frío recorriéndome toda la columna, no sólo por este tiempo, sino por aquello que pude escuchar de la chachara de un trío juvenil casi adolescente entre dos mujeres y un varón.

Hablaban cada uno de lo mal que les iba en la relación con  la madre, graficando y reconstruyendo los hechos del día. Mientras lo hacía mi gran pregunta a cerca de: ¿Cómo  las(os) hijas(os) se tornan en el peor enemiga(o) de la madre? Frente a los hechos de matricidio que ocupan las primeras planas cada vez mas frecuente. Me asomaba a su probable despeje a través de estos testimonios públicos  de jóvenes no mayores de 20 con madres que oscilarían entre 40 y 60 años.

La primera que expuso su caso fue una joven  aproximadamente de 1.60 m. de altura, con ojos oscuros como su cabello lacio que caía rebelde de su atadura creando un aire descuido. Con nariz respingada, labios bien marcados,  dientes  blancos y  alineados, piel canela intenso y un fuerte rictus de ira en su rostro. Vestía  hasta donde pude distinguir de una cafarena negra y sobre ella un sueter plomo.  A través de su discurso, reconstruía la mañana del día, donde la madre había intentado imponer su autoridad, reclamándole su conducta que amenazaba imitar a una hermana sinónimo de problema, rebeldía y conflicto. A su favor señalaba que estaba lejos de su pensamiento, pero tanto se lo repetía la madre que ya se lo estaba creyendo.

Narró que el conflicto matutino llegó a su clímax cuando la madre le impidió salir a su clase –el trío parecía estudiar enfermería o algo con la medicina-, colocando llave a la puerta de salida, en el momento que la otra compañera la había llamado al celular, sin proponérselo aquella llamada la animó a enfrentar a la madre. Describió con mucha ira cómo quito la llave a la mano de su madre, abrió la puerta y salió corriendo mientras le gritaba “Eres una enferma,  loca, loca, loca”, mientras lloraba de rabia.   El y la compañera subrayaron que efectivamente llegó llorando, e indagaron el por qué, su madre era siempre así con ella y no con sus hermanas. 

Ella respondió  que con la hermana rebelde no podía   y que su otra hermana   era la preferida, la engreída, la beba de 30 años. No podía explicarse como su madre iracunda, descontrolada y agresiva, salía a comer con su hija preferida y regresaba feliz, riéndose, como si fuera otra. Que ya estaba harta y que no sabe lo que haría si no tuviera clases.
Decía que su padre intentaba calmar las cosas hacer que respetara a su madre y le pidiera disculpas, mientras ella pensaba que eso era injusto porque era la madre quien empezaba. Y cuando cedía por su padre pidiendo disculpas a su madre ella la rechazaba, la ignoraba, provocando pensamientos de mayor rechazo y resentimiento en ella.

La segunda joven tenía una talla cercana al 1.70 m., a pesar de su sobrepeso, aparentaba menos edad que la primera, tenía cabello castaño también atado al descuido, cara redonda, nariz pequeña y ojos rasgados. Su  rostro denotaba cansancio, tristeza rayando con la resignación. Tenía una casaca beige que la cubría toda.

Ella dijo que su madre también abusaba de ella, que no la comprendía, que siempre la gritaba y maltrataba. El amigo hombre que las acompañaba subrayaba esta situación diciendo que le constaba como lo hizo con la primera, añadiendo que en el caso de la segunda ella no hacía nada para impedirlo. Ella replicó señalando que nada podía hacer, así que mejor se callaba que sólo esperaba terminar de estudiar e irse muy lejos.

La amiga que inicialmente se expuso como víctima dijo, que en su caso ella no lo soportaría, animándola a actuar como supuestamente ella lo haría, o como ocasionalmente lo hacía cuando su madre se extralimitaba. El varón ingresó en la discusión al papel de un hermano.
La Segunda joven describió como la madre se desvivía por su hermano,  las distancias  y diferencias que marcaba entre ellos. Contrastando el sufrimiento y privaciones de ella con  la alegría, placer y felicidad de su hermano.  Los tres coincidieron en que sus madres tenían hijos(as) preferidos que en este caso no eran ninguno de ellos.

El varón que cerraba el trío a diferencia de las mujeres tenía una apariencia frágil, extremadamente delgado, de 1.55 m., ojos pequeños, cabello negro descuidado, nariz aguileña, labios de casi una línea, con un maletín que lo excedía. Su papel fue de inquisidor, no contó nada de sí mismo, sólo  acentuó, animó y graficó cada narrativa. Se sentó a mi lado, cerró los ojos como dormitando, mientras ellas cambiaban de tema sobre sus estudios y la política de cómo tanta promesa del metro y el tren eléctrico no se cumplía.

Mientras yo me sumergía en reflexiones acerca de  la complejidad de las relaciones intra e inter género, generacional y de poder. Me decía que los referentes de los conflictos que suele llegar a mi consulta  era principalmente de las mujeres madres sea en su papel de hijas, esposas o madres. Las hijas  e hijos adolescentes enfocaban sus problemas con sus vocaciones y proyecciones de futuro, con los retos académicos.


El desgranar desgarrador transformado en confesión pública sobre ruedas entre estos jóvenes me enfrentaba a una dimensión del ser y sentir de las hijas en conflicto con la madre, que en su caso, probablemente coincide con el ciclo de vida asociado con  la menopausia vs. juventud donde las perspectivas se confrontan, trastocan y miden en la cuota de poder que cada una tiene u obtiene tras cada conflicto, lleno de tira y afloja, con demasiado desgarro en perspectiva de transformarlas en extrañas, insalvables enemigas.

Hijas que en el futuro serán madres marcadas por este modo de  maternidad, de afirmarse, imitándolas y de negarse superándolas, en todo caso no excento de conflicto personal, familiar y en la relación con sus futuras hijas(os).

Así que se me agolparon nuevas interrogantes: 
¿Cómo el desencuentro de los ciclos de vida entre mujeres de diferente generación las acerca o aleja?
¿Cómo y de qué modo emergen los conflictos y sus modos de resolverlos?
¿Cuánta similitud existe entre la violencia ejercida por el varón hacia una mujer   y la de una mujer con poder ejercida sobre otra sometida o dependiente?
¿De que modo el uso y abuso de la fuerza y el poder va alimentando la pérdida de autoridad y la emergencia de la ira transformado en rebeldía y uso de la fuerza?
¿Es el empujón, el rechazo, la ira contenida, la calificación de  demente de la hija a la madre escalones en la violencia intra género y alerta de una mayor encalada de conflicto?
¿Podría estar en los fragores del conflicto cotidiano y la persistencia de posiciones o la percepción reiterada de ser abusada por las hijas que las transforma en potenciales matricidas?