viernes, 29 de marzo de 2019

SUSY DIAZ, EMPRESARIA DE SI MISMA


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Seguramente, si alguien me hubiera dicho que escriba sobre Susy Díaz  en algún momento de mi hacer, me hubiera extrañado porque soy neófita en farándula, pero hoy me topé simultáneamente con dos publicaciones en la red, la primera una propaganda de la celebración que anunciaba sobre sus tres décadas haciendo lo que bien sabe hacer, algo que pocas mujeres artistas de su medio logran y luego el artículo de Alex Huerta-Mercado[1] desarrollando su lado cultural y afirmación: "Su historia es nuestra propia historia vista con humor, con autoburla y, sobre todo, con unas ganas invencibles de vivir la vida, como ella siempre nos recuerda, antes que la vida nos viva".  (Huerta-Mercado, 2019).
Ambos datos me llevaron a identificar otro aspecto, aquél donde ella sintetiza ese fenómenos social que hoy nos invade y hemos trabajado poco, me refiero al tema de la
gestión de la imagen y el cuerpo, transformándolo en mercancía rentable, algo que no desarrolló Marx y hoy nos urge procesar, puesto que programas de telerrealidad y llamado frecuentemente telebasura, crea en el imaginario de los centennialls de hoy una vía de ser y hacer.

Era verano de 1997, cuando tuvimos una audiencia con la Comisión de la Mujer y del Desarrollo Humano del Congreso de la República (1997) para sustentar la necesidad e importancia de la Ley de Cuotas en favor de las mujeres, allí conocí por primera vez en vivo y directo a Susy Díaz, la primera Vedette peruana que imitando a su versión italiana Cicciolina, había logrado hacerse de una curul. 

Sólo ese hecho produjo una primera lección a los políticos, el excongresista Julio Chu Merizproducto de su desacertado cálculo, las reglas electorales y el carnaval en su desarrollo, recibió un revés en sus expectativas, pretendió usarla como imagen de campaña para su nuevo partido denominado Movimiento Independiente Agrario (MIA), pero el voto preferencial, hizo que ella fuera la única elegida para ocupar la única curul del recién fundado partido[2] que celebró su estreno y despedida.

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Mi primera impresión, fue comprobar que su imagen a través de la pantalla era distoricionada y antojadizamente voluptuosa. En vivo y directo, se trataba de una mujer joven y delgada que bordeaba las tres décadas de vida, sentada en medio de otras mujeres congresistas como las tres Marthas,  proyectaba gran contraste de edad, postura, actitud y revestimiento del cuerpo.

Mientras aquellas adoptaban rigidez bajo sus trajes oscuros, con rictus de rechazo y tensión en el rostro, donde apena se adivinaban los labios. Ella permanecía distante,  como si estuviera en cualquier otro lugar  junto con su mirada en el vacío. 

Lucía un traje salmón muy a su estilo, corto y pegado cuasi forrado hasta donde lo permitía un traje sastre. Había pintado su sonrisa de carmín brillante, sus ojos aparecían marcados bajo pesadas máscaras negras y su cabello  de un rubio platinado aparecía desafiante. Tenerla al frente, me generó cuasi el borde de la protección materna por verla rodeada de otras congéneres amenazantes, ante quienes se protegía jugando con su cabello, colocándose una y otra vez un gancho que atara su rebelde incomodidad, tal como ella debía sentirse.

La segunda vez que tuve cerca a Susy Díaz fue en verano del 2003,  en elvcontexto de evaluación de las condiciones y espacio de un local para la realización de un mega evento que permitiera el impulso financiero del Comité de Desarrollo Económico Local en el  Distrito de Los Olivos, cuyo primer propósito era la elaboración del Plan de Desarrollo Económico Concertado de Lima Norte, el primero en su género por entonces. Para ello se había constituido un Equipo Técnico (ET),  en cuyo interior participábamos sólo tres mujeres respecto de diez varones. La reunión con Susy Díaz en esta ocasión fue en primera persona, directa y de intercambio con nosotras las mujeres, mientras que por el lado de los varones, era de gran expectativa  sobre la atracción notable de su imagen  para el éxito del evento y desconcierto ante su fácil manejo de criterios.  

Tomado de http://www.ernestojerardo.com/
En contraste de mi primera visión, tuve ante mí a la Sra. empresaria Ivonne Susana Díaz Díaz, sin gota de maquillaje, cuya  piel cuasi transparente no sólo se hallaba libre de afeites sino de cualquier mancha, lunar o pecas que suele invadirnos a la mayoría de mujeres, por mucho que recurramos a cremas milagrosas y pilings. Aparecía revestida de jean azul, polo, zapatilla y una gorra blanca cubriendo su llamativa cabellera. 

Allí no sentí el despertar de mi rol protector, sino reconocer a   una aliada, que sumaba su opinión experta como empresaria de eventos al nuestro, descartando aquel local que ya nosotras (las tres mujeres de la comisión) objetamos pero sin éxito, ella con firmeza observó detalles indiscutibles gracias a su expertis, dejando sin piso a los varones que habían apostado por aquel local.

Al igual que Huerta-Mercado, estos dos encuentros con Susy Díaz, me produjo una clara percepción del lado menos advertido públicamente, su condición de empresaria, con firmeza y fluidez en su rol, definiendo las exigencias y condiciones que asegure el éxito de un evento social, que era su negocio.  Tanto o más que su habilidad  para transmitir la imagen que el público quería consumir según momento y lugar, ella respondía a esa fantasía, pasando factura y vivía  de ello, como le acomodara.

Era una suerte de Marilyn Monroe a la peruana que vende la imagen de una mujer sin ideas, extravagante, vulgar y caricaturesca,  a quien requiere de un alter ego. Según Segmun Freud[3], un mecanismo psicológico al cual recurrimos  las personas, especialmente aquellas con mayor represión, para distanciarnos de nuestro propio lado negado, despreciado u oscuro de tal modo que podamos vivir bien con uno mismo. O desde el enfoque del inconsciente colectivo desarrollado por  Carl Gustav Jung[4] que explica cómo le damos  espacio al arquetipo del trickser,  el embaucador, el bufón para a través de su conducta romper las normas, riéndonos o aplaudiendo su ironía, broma o la estupidez que no nos atrevemos a decir en primera persona.

La capacidad de gestión empresarial de Susy Díaz, cualquiera sea la misma, muestra resultados eficientes y efectivos. Sucedió en su gesta para llegar al congreso, apropiándose de la única oportunidad de su agrupación política. Ya como Congresista de la República, durante el periodo de tres años demostró que le haría frente a cualquier reto, presentando 120 proyectos de ley y logrando que el 27% fuera aprobado (32), que contrastado con una de las aspirantes a la Presidencia de la República, que se jacta de contar con trayectoria y escuela política y permaneció cuasi el doble de tiempo (cinco años), en el mismo espacio y escenario, Keiko Fujimori quien logró superándola sólo con 6 proyectos más[5]. Evidenciando con su hacer, que se halla igual o por debajo de su colega cuasi huérfana de estas competencias y teniendo una opinión pública en contra desde que candidateo y luego fue  elegida[6]

Y comparado con el desempeño de  Congresista en el periodo   que acaba de pasar (2016 – 2018),evidencia que pudo hacer más de aquello que auguraban los líderes de opinión  tras los resultados electorales, situándola por  encima de la proporción de leyes aprobados (15% de 606)[7]  y  de muy lejos, a la gestión de quienes son por mucho tiempo  son parte de este poder,  es el caso de  Mauricio Mulder que en mencionado periodo es quien  presentó el menor número de proyectos (8) logrando la aprobación del 25% (2)  de los mismos[8], pese a tener colegas poco competitivos y de lejos por debajo de su experiencia.

Tras su tránsito por el congreso y expuesto la corrupción del periodo fujimontesinista,  se transformó en una de las pocas, sino la única, política que ha cancelado su deuda pública con el Estado[9], saldando su sentencia de pagar 200 mil de reparación civil, por haber estar involucrada en la corrupción del sistema.  Mostrando lo efectivo y eficiente en  el uso de sus estrategias sobre su cuerpo e imagen[9], por cuanto es innegable que su capacidad de gestionar y producirse le permite alcanza sus metas en cada una de sus empresas.

Por ello estoy de acuerdo con Alex Huerta cuando afirma que las  vedettes como Susy Díaz,  se convirtieron en empresarias de sí mismas, supieron generar recursos a futuros, pero para ello han tenido que reinventarse muchas veces: "Susy Díaz, quien ha sido recepcionista, actriz, congresista, vedette, cantante, empresaria y dueña de departamentos de alquiler, es parte de esa vocación de mil oficios que es identidad obligatoria para la mayoría de los peruanos, y lo ha hecho con un optimismo, una transgresión y -siempre- un gran sentido del humor que le ha permitido mantenerse vigente y actual, ya sea desde un programa de cumbia como de su colosal espacio en el Instagram, donde lee de manera humorísticas los muchos saludos que le mandan."[10]. Ella, también nos mostró tempranamente, que  el mercado del circo farandulero, tiene otros escenarios, sólo que tenemos una frágil memoria al respecto.

Pueda que nuestra historia  social como país, sea la principal fuente de inspiración de Susy Díaz, permitiéndole colocar su sello a cada oportunidad para gestionar su cuerpo e imagen, explicando en parte, que tenga siempre una opinión sobre situaciones de coyuntura, como sucede en este periodo con la "pobreza del sueldo congresal"[11], así como el debate sobre las violaciones a menores de edad, que le permitió recordarnos su frustración por la desaprobación de algunos de sus proyectos de ley, como la castración química a violadores[12], que pudo disuadir en su momento el incremento del riesgo de violencia y violación sexual en niños y niñas. Como toda microempresaria tiene siempre un pie puesto en lo real y otro en la ficción, haciendo que nos burlemos de nosotros(as) mismos(as) como sociedad.

Y pueda que ella haya logrado lo que muchos(as) no, mantenerse vigente gestionando    exitosa[13], efectiva y eficientemente su cuerpo, imagen y discurso durante tres décadas ininterrumpidas de sus cincuenta y cinco de vida, incluyendo su paso por el Congreso de la República. Y en un aniversario como hoy, colocarse nuevamente la tanga, el distintivo de su hacer[14]- Cuánto revela el diminuto atuendo de vedette, quien es, sólo ella lo sabe, porque todo lo demás es sólo ficción que responde a la demanda.



[1]Huerta-Mercado, Alex. (29 de marzo 2019). Susy Díaz, vive la Vida https://puntoedu.pucp.edu.pe/opinion/susy-diaz-vive-la-vida/
[3] Freud, Sigmund. Ello, yo y súper yo (1923)   
[4] Jung, Carl Gustav. Los Arquetipos y lo Inconsciente Colectivo (1965).

sábado, 16 de marzo de 2019

LAS DOS “M” DEL PATRIARCADO: MACHISMO Y MARIANISMO


El sistema patriarcal, se mantiene y refuerza, gracias a la presencia de una cultura machista y otra marianista que está en la base de la relación de la mayoría de hombres con las mujeres, algunas mujeres con los hombres y entre las propias mujeres, especialmente cuando liberan de responsabilidad y estimulan la virilidad, fuerza y poder de los varones de su entorno sobre la pareja, hijas, otras mujeres y miembros vulnerables de la familia[1].

Las relaciones conservadoras y/o machistas de hombres y mujeres respecto a los hombres y sus congéneres, se encuentran en un estado de falsa negación de los cambios y la entrega de sus esfuerzos a que los privilegios de poder del  sistema patriarcal que benefician a hombres en perjuicio de las mujeres permanente inalterables.

Obviamente el interés de los hombres es no perder sus privilegios, en tanto que las mujeres, se encuentran inspiradas tanto en el miedo al cambio por aferrarse a los minúsculos privilegios que han acumulado, como por la incertidumbre que les genera aquello desconocido.

En tanto que ambos mujeres y hombres, se resisten a los cambios,  están aterrados porque no saben cómo funcionar bajo pautas de igualdad de derechos y obligaciones como la libertad individual.  Sólo este hecho de reconocer su miedo, los(as)  debiera hacer más permeables y defensores de la educación de relaciones de  género para  niñas(os), sin embargo reaccionan contrariamente, como queriendo condenar a las siguientes generaciones a sus propios padecimientos.
El machismo para su permanencia y reproducción, requiere de una legitimación y soporte, esto  lo encuentra en una cultura marianista que viene a ser su balance como suele decir María Mercedes Velazco[2], es la otra cara de la medalla. El Marianismo es la concepción y prácticas de costumbres y valores,  donde las mujeres se asumen superiores al varón en ética, moral, sacrificio, bondad, cuidado de la prole, la familia. Para ello asumen roles de madre, esposa, hija, hermana, compañera, criada, cuasi esclava.

Las mujeres marianistas, suelen auto designarse o son designadas por quienes tiene el poder como guardianas de la religión, cultura, los valores, las costumbres, la ética, los mitos, las leyendas, los símbolos y el discurso de una sociedad, asegurándose que el mundo permanezca inamovible[3], inclusive esta idea y práctica se extiende hasta la política[4]. Según Fuller (1985), las manifestaciones de machismo y marianismo, no son necesariamente binarios ni únicos, sino graduales hasta cuasi jerarquizados[5] dependiendo del contexto y la dinámica de cada sociedad.

Bajo este soporte y alianza incondicional entre patriarcado, machismo y marianismo,  el sistema patriarcal sólo ha sufrido algunos rasguños que le han obligado a:
  • Ceder algunos derechos a las mujeres, bajo forma de concesión. Porque dura un tiempo, para luego ponerse en cuestión y regresionar,  como sucedió en el caso peruano, con la ley de descanso del pre y post parto, lactancia para madres trabajadoras, las cunas en los centros de trabajo con más de 50 mujeres, la edad de jubilación, el no despido por maternidad, etc. Obligando a que la lucha feminista, vuelva a ocuparse de algo que creyó conquistado, dejando entre paréntesis los pendientes y debilitando la atención a los de turno.
  • Reconocimiento con trampa y/o sin aplicación, hay muchos ejemplos al respecto, es decir se aprueba la ley y no se reglamente o se aprueba sin el espíritu que lo impulso. Es el caso del aborto terapéutico, por riesgo de vida de la madre, o bajo situación de embarazo por violación; el encarcelamiento del padre ante el incumplimiento con la prestación de pensión alimenticia; la aplicación de la cuota de género en los procesos electorales e instancias de poder político del Estado; la paridad y alternancia en los partidos políticos y el sector público, entre otros y
  • Inofensivos o consoladores, se refieren a derechos que atienden a las formas pero no son vinculantes ni cambia la relación entre mujeres y hombres, con prácticas institucionales y toma de decisiones que han mantenido su dinámica y sistema con costos tanto para mujeres como hombres. Por ejemplo el Ministerio de la Mujer en el Perú, que desde sus inicios se ha ocupado de todo menos centralmente del problema de la situación y condición de las mujeres. La Policía Nacional donde si bien ingresan mujeres su situación y posición es de carácter tradicional.
  • Sin posibilidad de retorno, son los derechos conquistados que no pueden ser confiscados ni retroceder, si bien aparecen como pocos, son los que han posibilitado la conquista de otros derechos: el voto, la emancipación, la educación, el trabajo, el matrimonio libre y consentido, el reconocimiento de puestos de trabajo sin sexo, el lenguaje inclusivo.
Los Hombres y sus dilemas ante los cambios sin retorno

La mayoría de mujeres que hoy bordean los cuarenta años, saben qué quieren, pueden, cómo ser y a dónde ir. Los hombres de su misma edad, en su mayoría se descubren confundidos, no saben cómo ser, qué hacer ni a dónde ir[6]. Algunos confiesan que no quieren casarse ni tener familia, porque no saben cómo lidiar con sus proyectos personales, de pareja y prole. Quienes no se han casado suelen decir que están bien y han descubierto que lo bueno respecto a sus pares es no haberse divorciado ya dos veces.
Algunos(as) expertos(as) en estudios de masculinidades, han denominado a ello crisis de la masculinidad[7], personalmente creo que son procesos desfasados y desconectados entre mujeres y hombres.
Las mujeres con derechos, también han nacido en medio de familias y sociedades que les restringen y niegan culturalmente el ejercicio de sus derechos. Siendo el mercado como la era digital aquello que amplía la oferta de otros modos y mundos posibles, en medio de un contexto de cambio e inestabilidad permanente donde requieren hacerse fuertes y autosuficientes[8], sin embargo recordemos que no se trata de un mercado a favor de la mujer, sino que se adecua en función del potencial de consumo y cliente que es la mujer[9] con poder adquisitivo, pese a ello se tiene a favor que se amplía el espacio para la expresión y reflexión.

A los hombres esas mismas familias y sociedades les han seguido notificando que sus privilegios se han mantenido inalterables, socializándolos para seguir siendo el fuerte y valioso de la especie, sin necesidad de esforzarse, ni competir, solo estar y ejercer con más poder que antes, por los avances de la ciencia y tecnología. En tanto que la práctica de su familia de origen se alejaba del discurso y de su propia experiencia personal, la madre ya no es la tradicional ama de casa ni el padre es el único proveedor, aun cuando ella siga teniendo doble jornada de trabajo.

Los varones formados por madres que cambiaron el mundo y su mundo, a veces en soledad y brazo partido, en otras en un proceso exigente de ambos madre y padre de ser diferente a sus historias;  no dudan que las mujeres tienen igual capacidad, competencias y derechos que ellos, por cuanto su identidad se ha afirmado sin mayor tensión ni altibajos que su propia lucha en hacerse de aquello que pretende ser, compitiendo tanto con mujeres como hombres donde, quien gane sea el mejor o colaborando para experiencias o triunfos colectivos.

Aquellos que se hallan atrapados en un doble discurso socio-familiar-cultural en contraste con una realidad inmediata como mediata donde el modelo de masculinidad de sus padres y abuelos no sólo está en cuestión sino aparece obsoleto. Y ellos como hombres nuevos,  se sienten rebasados por un mundo globalizado, digital, competitivo y cambiante, que le impide o dificulta más tener proyecto de vida.

La angustia del quiebre entre el ser y debe ser arroja a los nuevos hombres hacia diversas apuestas:
  • Asumir el discurso, tomando por la fuerza aquello que cultural, mítica y simbólicamente “le pertenece” imponiendo su voluntad y aniquilando a quien se oponga o rebele, por tanto la agresión contra la mujer se torna más brutal que antes.
  • Reconocer que la realidad es otra y hacer uso de su capacidad de reinvención, reentrenando su percepción, flexibilizando sus patrones, asumiendo los cambios como retos y comprometiéndose con su propio cambio y la reconfiguración de su propio ser en relación con otros(as).
  • Culpar a los otros de su discapacidad y renunciar al cambio, acomodándose entre las fallas sociales, culturales, políticas y económicas, en una tensión permanente entre el discurso y la práctica hasta cuasi la esquizofrenia.
  • Acomodarse, mimetizarse y revertir en favor, hay quienes van sobre los beneficios del cambio, apareciendo como víctima y victimizado en una soterrada lucha y culpabilizacion de su situación a las mujeres por haber dejado de ser, aquello que fueron sus madres y abuelas, son los que reclaman “Un Día Internacional para los Hombres”.
Algunos se zambullen y renuncian a todo una vida por un instante, otros descubren que hay que hacer camino al andar y algunos se hacen aliados de las luchas por la igualdad. A ellos al igual que ellas, el mercado y la realidad les muestra que no tienen el poder ni la condición del más fuerte, que no cuentan con referentes afirmativos y si quieren hacerla diferencia tienen que embarcarse a construir, reinventarse.

Pasos que animan

Los cambios y oportunidades de vivir en igualdad de derechos que asuma y haga suyo tanto mujeres como hombres de hoy, va a depender de su habilidad para hacerse cargo de sí misma(o) y de su familia futura, si apuesta por ella, entre tanto esto sucede, enfrentamos un escenario donde coexisten y perviven los diferentes modelos, cada quien esforzándose por no extinguirse.

Pueda que esta convivencia y proceso explique en parte la reducción de ciertas brechas y profundización de otras. La conquista de nuevas prácticas por mujeres y hombres en los diversos escenarios, como la brutalidad y extremos inexplicables de aniquilamiento por un feminicida individual[10] e institucionalizado sea al interior de un Estado democrático[11] o fundamentalista[12] respecto de la vida y el cuerpo de las mujeres.

Suele decirse que cuando la noche se hace oscura, es que está a punto de amanecer, quiero pensar como estoy dispuesta a creer, que tras este tiempo de atrocidad y lucha frontal de las mujeres en alianza con los nuevos hombres contra un sistema de organización social que niega la condición de unos respecto a otras, vendrá un tiempo diferente.

Un tiempo donde podamos mantener el 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres, como fecha memorable, para recordar aquello que vivimos y sufrimos e impedir que las diversas violencias contra las mujeres retornen a las vidas de nuestras nietas, bisnietas, tataranietas y tornen miserables a nuestros nietos, bisnietos, tataranietos… y así hasta cuando se difuminen nuestras huellas en el devenir de futuras generaciones.




sábado, 9 de marzo de 2019

LAS MILLENNIALS, CENTENNIALS Y SUS DERECHOS

Si bien a partir de 1975, se ha intensificado el reconocimiento y conquista de los derechos de las mujeres negados durante más de XIX siglos, se producen dos tendencias opuestas en el planeta: por un lado, la resistencia y vejación de las mujeres negándoles sus derechos y por el otro, el nacimiento de mujeres con derechos las coloca ante un escenario donde el límite es el infinito.
Siendo el papel de las instituciones, la cultura y el Estado, claves para facilitar o retardar los procesos hacia el ejercicio real de los derechos de las mujeres, en tanto que las mujeres del nuevo siglo están decidas a no retroceder en aquello que asumen como natural sus derechos a ser, hacer y estar.

Estado, Instituciones y Cultura

La mayoría de sociedades apuesta  por la democracia como espacio de ejercicio de derechos, obligaciones y libertad. Por cuanto, asumimos que la esclavitud como sistema social está abolida en cuasi todas las sociedades del planeta, pero cada día hallamos en las redes, que muchas mujeres son privadas de su libertad con engaños o por la fuerza, ensanchándose el delito de trata[1], constituyéndose en una de las líneas de delitos transnacionales, que para su erradicación,  requiere de la cooperación entre países de origen y destino[2] para su erradicación.

Mientras se crean las condiciones para la cooperación y concertación internacional, seguimos siendo testigos de situaciones de esclavitud y comercialización sexual[3], bajo un contexto de doble discurso y práctica de los Estados, quienes proscribe la prostitución persiguiendo a las mujeres que lo ejercen, mientras no hacen nada por erradicar su consumo. Los clientes no sólo son libres sino estimulados al consumismo sexual a nivel local, nacional e internacional, bajo la figura de turismo sexual de niñas(os) y adolescentes[4], allí no hay diferencia ideológica, política ni de Estado,  todos los países se igualan como ofertantes y consumidores.  

En tanto que bajo el manto cultural, persisten diversas creencias como prácticas sistemáticas de mutilación a sus cuerpos[5]. Se practica la ablación femenina (eliminación del clítoris)[6] en otros la mutilación senos y/o cosido de la vagina[7] con el propósito de negarles el placer sexual.

Delitos como el adulterio tolerados a los varones, son causal de sentencia a muerte lapidaria[8], así como la cruel eliminación de la niñez y hasta vida con matrimonios arreglados entre niñas y hombres adultos, que termina con la muerte de las mismas en su noche de bodas[9] o posteriormente debido a complicaciones de embarazo de alto riesgo al ser niña madre. 

Sin embargo estas prácticas no sólo se producen bajo el manto cultural, puesto que allí donde no sólo está prohibido sino penado, las niñas son objeto de abuso sexual y/o violación dando paso a situaciones de madres-niñas como resultado de estos hechos. Sin ir muy lejos en el Perú,  este mismo 8 de marzo, de conmemoración del día dela mujer, se produjo la muerte de una pequeña en el Hospital de Ica[10].

Millennials, Centennials y  derechos de las mujeres

En el otro extremo, la presencia cada vez más notable  de hasta dos generaciones de mujeres nacidas en y con derechos. La generación de las Milllennials (nacidas a partir de 1980)[11] y las Centennials (nacidas a partir del año 2000)[12]. Pese a las especificidades y diferencias de cada generación[13] no quepa en su imaginario dejar de ir al colegio por ser mujer o por esa misma razón estar impedidas de: acceder a un puesto de trabajo, una especialidad profesional, decidir cuándo y cuantos hijos(as) tener, transitar en el espacio público sin compañía de día o de noche, tener en su cuenta en el banco, elgir y frecuentar amistades de mujeres como hombres, adquirir una propiedad a su nombre, heredar, vestirse como mejor le plazca y acomode, hablar en primera persona, escribir sin necesidad de un seudónimo, tener un hijo(a) o no tenerlo, casarse o permanecer soltera, tomar decisiones, impulsar y desarrollar empresas y más[14].

En una palabra, las luchas sostenidas por las feministas desde siglos atrás, con sus altas y bajas, aciertos y desaciertos, evoluciones e involuciones, claros- oscuros; han logrado conquistar derechos en beneficio de todas pero principalmente de un importante sector de las mujeres alrededor de los 39 años por haber nacido con derecho, mientras nosotras, lo hicimos en tiempos donde no sabíamos, que teníamos derecho a tener derechos[15].

Las diversas realidades expuestas y compartidas por las mujeres, hacen que muchas jóvenes de la era actual, se asuman feministas en busca de justicia ante tanto terror, transformando su vida cotidiana en una lucha constante. En escenarios donde invierten coraje,  valentía y empoderamiento, redinamizando un movimiento a lo largo como ancho del país[16] y todo el planeta[17].

También en estos mismos escenarios, se reconvierten a favor de la vida de las mujeres, la agenda de mujeres organizadas. Quienes  en sus orígenes  se unieron para cumplir roles social  tradicionalmente establecidos, descubrieron en ese proceso que como mujeres las asemejaba los mismos problemas y padecimientos de género[18], tanto victimas como sobrevivientes.

Lo más notable de estas dos vertientes, el feminismo y las mujeres organizadas (zonas urbanas populares, campesinas, indígenas amazónicas e indígenas andinas), es  que hasta el 2010, funcionaban por cuerdas separadas, hoy han convergido en una agenda en común como es la lucha por erradicar la violencia contra la mujer y las prácticas de discriminación.

Para quienes reflexionábamos a finales de los noventa sobre el panorama desolador, acerca del feminismo y su futuro, puesto que el movimiento de mujeres feministas de los sesenta, setenta y ochenta, se habían institucionalizado, sin  un trabajo de transición de las luchas a nuevas parecía condenado a desaparecer. Claro que en 1996, no contábamos con la revolución que se produciría con el acceso a la información y tecnología de las mujeres apenas cuatro años siguientes.

La lucha por el cuerpo, vientre, libertad y vida de las mujeres desde una perspectiva de género, se ha  ensanchando en alianzas con hombres e instituciones que rechazan la violencia a nivel del país y la comunidad internacional[19].

Pero como todo cambio no es lineal ni abrupto, las mujeres nacidas con derechos conviven con aquellas que desconocían sus derechos, en tanto que al centro se sitúan aquellas que lograron conquistarlos, con tanto temor que se aferran a las cuotas de poder alcanzados[20], siendo lento y cuasi dolorosa la transición como transferencia. Experimentando en su conjunto procesos simultáneos de evolución e involución, que en algunos momentos son de inamovilidad y otros de fuerza incontenible, mientras se implementan estrategias de lucha periférica o centrales, usando prácticas endógenas[21] como exógenas[22] y en algunos casos adquiriendo fuerza centrípeta[23] o centrífuga[24].




[7] https://altavoz.pe/2016/05/05/15489/informe-mutilacion-genital-o-el-dolor-de-tener-la-vagina-cortada-y-cosida/
[8] https://youtu.be/5MUxaTMyF2I [Imágenes sensibles]
[21] Creando contenidos, estrategias, tácticas y agendas desde un centro que nuclea la agenda, movilización, organización y lucha, un ejemplo es el Canto a la Vida.
[22] Acogiendo las iniciativas, propuestas, agendas prácticas que vienen de fuera, un ejemplo es el 8M.
[23] Fuerza centrípeta, se refiere a la fuerza cuya dinámica o movimiento integra y atrae a todo los elementos en rededor o adyacentes al centro.
[24] Fuerza centrífuga, a diferencia de la centrípeta, no atrae ni contrae a los elementos, sino los separa y expulsa hacia afuera.