martes, 8 de marzo de 2011

SER MUJER, iniciando el segundo decenio del 2011

El camino a ser mujer pasa por diversas rutas,
logramos hallar el verdadero cuando nos miramos hacia adentro,
dejando de SER lo que todos/as esperan de nosotras sin importar,
si nos interesa, tenemos disposición, preferencia, estamos de acuerdo.

Muchos nos prefieren infantiles... eternas niñas manipulables,
otros/as hijas modelo de disposición, servicio y obediencia plena,
cuasi todos/as esperan seamos madres dulces, sacrificadas y amorosas,
y hasta nos convencemos que ama de casa y esposa perfecta es SER.

Mas si renunciamos al mandato de esposar la liviandad de un hombre,
estamos llamadas a SER eternamente sonrientes, dulces, fraternas y solidarias,
fuente de cuidado a la parentela y mejor si se extiende a la comunidad entera,
si no respondemos afirmativamente somos pobres SOLTERONAS amargadas.

Independiente de nuestro estado civil y título socialmente valorado,
nos toca por "naturaleza" cuidar la especie obviando nuestro entrenamiento,
desde la muñeca a los hijos, hermanos, sobrinos, nietos, padres, abuelos y vecinos
liberando a la mitad de la humanidad de interactuar con ternura y cuidado.

Gracias a ello tenemos políticos/as y autoridades con prácticas masculinas,
tomando decisiones a favor de unos pocos ricos y muchos miserables,
oportunidad para hacernos cargo de despojos humanos en pobreza extrema,
o licencia para asesinar a "No Hombres"  en guerras fraticidas de siglos y siglos.

Nos animan a SER fuente y destino de alta virtuosidad,
sea en la casa, la calle y el poder explotando lo socialmente aprendido,
si lo hacemos bien somos súper mujeres ajenas a intereses ni necesidades.
santas, perfectas, virtuosas que no tocamos el suelo y vivimos del viento.

Pero si tenemos una agenda y alzamos la voz,
somos complejas e incontrolables FEMINISTAS,
censuradas y censurables por apropiarnos del bien común,
mientras se trafica la confianza, vida y país en los poderes públicos.

Si nos atrevemos a conquistar un mundo distante a nosotras,
nos transformamos en subversivas, brujas, feas y desagradables,
SOSPECHOSAS de nuestra identidad, preferencias afectivas y sexuales,
indeseables si el sexo nos interesa más de lo correctamente permitido.

Cuando nos hacemos dueñas de nuestro cuerpo y vida,
nos desprendemos de íconos virginales para ser solo putas,
puesto que en el idioma español cualquier adjetivo de mujer no madre o virgen
se resume a simplemente PUTA: mujer pública, aventurera, ambiciosa... 1

Ser mujer como nos autopercibimos y sentimos,
pasa por asumirnos como personas, únicas e irrepetibles,
donde el valor que emana de nuestra condición de SER individual,
se extiende y expande a todo cuando nos rodea y es nuestro mundo.

Es descubrir que el poder y el valor de SER,
viene y permanece con nosotras para expresarse como don,
en el interactuar fluido y cotidiano del mundo donde descubrimos y
elegimos libremente realizar nuestra misión como parte de un universo.

Nuestra misión puede ser servir con amor,
porque da sentido y contenido a nuestras vidas,
dinamizando nuestra capacidad de amar e impregnando,
otras vidas que la han hipotecado, postergado o negado.

Enseñar con sabiduría porque muchas vidas,
requieren abreviar su aprendizaje para nuevas indagaciones.
Urgar en el seno de las nebulosidades para hallar la luz
que ilumine el pensamiento y la decisión de sí misma y otros.

Asistir a quien no podría culminar su labor colectiva,
sin la firmeza de nuestras manos, voz y mirada atenta.
Hablar para rescatar del silencio y el olvido las voces
e historias que nos ayuden a sumar y no restar nuestra sabiduría.

Pensar con imaginación y propia creación,
decidiendo lo que somos, hacemos y queremos ser.
Trazar nuestra ruta, nuestros ritmo y tiempo para desplazarnos,
aprendiendo de cada tropiezo hasta adivinar todas las zancadillas.

Adquirir sabiduría ante el "halago" de nuestra condición servil, 
o exaltación de roles del cuidado y reproducción restrictivo y único,
cuyo fin persiste en recubrirse de género que impide a mujeres y hombres,
el intercambio sinérgico de capacidades, confianza y reciprocidad humana.

Realistas para descubrir que no existe príncipe azul,
ni princesas de los cuentos de hada heroicamente liberadas,
que somos mujeres y hombres reinventándonos día a día,
esforzándonos por SER mejores fuentes y destino de amor.

Ser mujer a marzo de 2011 donde los feminicidios crecen,
la trata y esclavización de mujeres son crudamente develadas,
la pobreza e incertidumbre de la ancianidad tiene rostro femenino,
conmina a una mirada atenta, pasos firmes y voz alta para exigir igualdad.

Ser mujer hoy también requiere que miremos hacia adentro
de cada una y de los procesos colectivos cuanto de lo que existe,
es producto de nuestra incertidumbre, mutuas sospechas, aciertos, errores
de temores inmovilizadores de compromisos personal y colectivo afirmativos.

Ser mujer en estos tiempos exige que trabajemos
en nosotras y las otras para reconocernos y asumirnos,
como diferentes  y al mismo tiempo que somos iguales para
acceder y ejercer nuestros derechos y obligaciones de SER.

Es aproximarnos al poder para deconstruirlo,
añadirle un aliño de todo lo que atribuyen femenino y devaluado,
amasarlo y darle  nueva performance, contenido y sentido ensayando,
nuevas formas de servir, partir, repartir y permitir justa convivencia.