domingo, 29 de noviembre de 2015

MÁXIMA MUJER INVISIBLE E INVENCIBLE

http://servindi.org/actualidad/142178
En estos dos  largos fines de semana que involucran viernes a domingo,  me he re-abastecido de amistad, alegría y amor, llenando   mi odre espiritual y alma. Re-energetizando eso que no se trueca por nada, la amistad  con seres que la vida nos enlaza por caminos  a veces inusitados como es el trajinar incansable en diversas veredas, moviéndonos entre múltiples aristas y siendo parte de inimaginables espacios bajo diversos roles y prácticas. 
Fin de año suele ser de movilización,  en pos de un café,  conversa, confesión o reunión con amigas y amigos, parientes elegidos. Con quienes nos damos un respiro para mirarnos, escuchar nuestras voces y tocarnos, porque lo hicimos poco, fuimos postergando o fueron espacios distintos aquello que  evitó la relación cara a cara. Encuentros que también ofrecen oportunidad para conocer a nuevos seres y tentar a diversos temas. 

Uno de esos temas que llamó mi atención por ser recurrente, es el caso de Máxima Acuña De Chaupe,  historia y perfil  de una mujer  que   destaca por su lucha cuasi bíblica entre un ser común y un gigante, para quienes estamos medianamente informadas(os).  Cuando la percibí invisibilizada,  me impactó, recordándome una práctica crónica en nuestra memoria colectiva, que de permitirlo continuará reeditando desaparecidas(os) y/o abusadas(os), como aquellos de las dos últimas décadas del siglo XX. 


La particularidad de un perfil de invisibilidad, es que difumina algo que existe, algo así como correr un velo sobre aquello que  está ante nuestros ojos, provocando que pase inadvertido, es como colocarse esas viceras (blinkers) que usan los caballos de carrera para mirar solo hacia adelante. Concentrándonos sólo en  nuestro   objetivo e interés  y no distraernos con lo que pasa en derredor, que sin duda es elemento de éxito, pero que transformado en enajenación nos genera todo lo contrario en nuestra condición humana. 


En nuestra historia como país descubrimos tras muchos años y trabajos las diversas prácticas  de invisibilización a  que  ha recurrido la sociedad 'oficial' para construirla a su justa medida al mundo andino (Cecilia Méndez, 2011)1 y al interior de él,  las mujeres.  Por ello es poco lo  que se conoce de nuestra herencia inca respecto al papel de las mujeres salvo trabajos como los de María Rostowrosky 2  (19883 ,19954).


Hoy sabemos que durante  la conquista puso en duda su condición humana [5], en la colonia usó su vientre para construir una sociedad basada en la bastardía (Emma Mannarelli, 2004)[6] en la lucha por la independencia se la denominó rabona, exacerbando su entereza y fiereza (Flora Tristán) [7] la república la transformó en parte del paisaje y durante el machay tiempo [8] fue el cuerpo sobre el cual se libró tantas batallas como se requirió para exterminarla[9], de sobrevivir estrujarle las entrañas, ensañándose con sembrar en ella, nuevos seres sin nombre, historia, ni memoria [10].   Una invisibilidad que intento robarle el alma olvidando que pertenecen a una estirpe que resistió y sobrevivió a quinientos años de oprobio.

De pronto me hallé confrontada con una película en blanco y negro, cuya trama el auditorium adivina  a medias  o como quiere, porque es muda.  En  nuestro país  la desinformación e ignorancia de lo que sucede en su interior y a más de cinco mil metros sobre el nivel del mar  es una constante, a cambio se construyen nuevos mitos, en plena era digital. Sin duda por el sesgo de los medios de comunicación, pero también, por la escasa práctica de leernos, reaccionar, dialogar. 
Pese a la gran información alternativa que circula por las redes  y el internet, suele ser menor nuestro detenimiento para enterarnos, reflexionar y ser parte de las corrientes de opinión que discurren  o crear alguna otra. 
Los grupos con los que departí fueron pares ilustradas(os), sensibles, comprometidas(os) con el país, preocupadas(os)  por los aconteceres como: inseguridad, temeridad de moverse en la megaciudad de Lima y las grandes ciudades del país; las elecciones ad portas, el riesgo de la captura del Estado  y a pesar de todo ello, descubrí que más de una(o),  historia de Máxima Acuña, su lucha actual, fuerza y ejemplo. 

 
http://elpais.com/elpais/2015/03/17/planeta_futuro/


Máxima Acuña, suma a ese perfil de mujer quechua hablante, iletrada, andina, habitante de la puna;  una talla de solo metro y medio, donde guarda su fortaleza titánica [11] la compañía del hombre que  junto a ella fecunda la tierra, al igual que su vientre, de donde les nacieron cuatro hijos que son su compañía.  


La familia es la razón de su vida conectada umbilicalmente con esa tierra que ama y respeta, porque es la fuente cierra su círculo de relación con el planeta y otros seres cuyas vidas dependen de ella. La tierra que   la vio nacer, crecer y cobija [12]  


Máxima Acuña, vive en uno de los picos más altos de los andes peruanos dentro de la región Cajamarca, allí donde nace el agua  y es posible cultivar solo papa, quinua, quihuicha, pescar trucha, criar auquénidos y  ganado menor.  Su mayor delito es amar  y defender lo que es suyo y de sus ancestros [13] cuyo cuidado y bondad se multiplica para quienes aún pueden beber agua no contaminada en los pueblos bajos. 

Su delito es no haber cedido, primero a las ofertas para vender un terreno agreste o entregar la laguna para su evaporación,  para ella valen mucho más que el oro, porque ha establecido una conexión incorruptible con todo lo que le rodea, incomprensible para quienes no tienen esa herencia ancestral de amor y veneración de la tierra, el agua, sol, los cerros.  


Su invisibilidad se debe a que  mantiene   una lucha  en condición de desventaja, por defender lo que le pertenece, enfrentando al poder, el dinero, los mecanismos de presión, el sistema de corrupción[14] sin retroceder un milímetro de su posición de propietaria de los terrenos y la laguna azul[15] ante la ambición y presión de Yanacocha[16].

Máxima Acuña, es una mujer que tiene la solidaridad del mundo, pero menos del 2% de peruanos/as habla de quien es,   se suma a su causa y respalda. Para llegar a más peruanos y peruanas, es insuficiente que se haya filmado una película alrededor de su causa y lucha [17] puesto que la misma, carece de morbo y escándalo sexual o sangre. Tampoco haber  ganado el juicio ante el poder judicial a  Yanacocha [18] es digno de atención, pese a ser una lucha desigual con una de  las empresas mineras  más poderosas del planeta. Menos aun que la hayan premiado como defensora del medio ambiente [19]  en su pueblo , porque es un lauro que tiene escaso valor social.  


Las cruzada que se ha levantado a su favor por ser víctima de violencia contra la propiedad privada [20] o a su condición de mujer por haber sufrido maltrato y agresión de quienes deben protegerla como ciudadana[21],  se han producido por medios regionales y vía  electrónica por  más de tres años. En vísperas de la primera sentencia  en su contra  registró 1068 respaldos [22], más adelante una carta de apoyo de intelectuales [23] Diametralmente opuesto a un escándalo choliwodense o un evento grotesco que ocupan los puntos de atención y audiencia en los diversos medios de comunicación.  


El nuevo reconocimiento como heroína ambiental en el marco de la cumbre de Naciones Unidas  24 la coloca en el escenario internacional, tiene solidaridades externas mientras adentro se invisiviliza. Su caso sigue desarrollándose entre los telones de un país, que se desgarra por occidente, escandaliza con medio oriente, padece por el Asia, así como con  las atrocidades contra el planeta, pero desconoce o sólo ignora lo que sucede en su patio trasero.
http://portalelreportero.blogspot.pe/2015_03_01_archive.html
En este periodo de adviento, que es anuncio de nuevos tiempos, en el  penúltimo mes del decimoquinto año del siglo XXI,  donde nos aproximamos(as) unos a otros(as), me vi interpelada con esta invisibilidad que me toca como mujer, peruana y ser comprometida con todos los seres que existen en el universo. 
Por eso he querido colocar mi grano de arena en contar algo de Máxima Acuña[25] anudado a otros cuentos,   para que quienes lean este artículo y despierten su curiosidad y puedan profundizar en ella a través de los veinte y cinco enlaces. Que crecerá si cada quien  añade otros en los comentarios. 

Espero de este modo,  contribuir a una información oportuna, para evitar    que  cuando el horror  nos salte a la cara como sucedió en el 2003, no volvamos a resistimos en aceptar el peso de los acontecimientos e impacto. En aquel momento fue el volumen de muertos  y desaparecidos. Reaccionando unos con la ignorancia, otros negando que sea cierto, cuestionando las cifras, acusando un cálculo  antojadizo, por  temor a asumir nuestra cuota de responsabilidad y silencio. Porque no nos informamos a tiempo, nos fue indiferente, nos hicimos de la vista gorda, nos paralizamos por el miedo o fuimos cómplices silentes porque pasó ante nuestros ojos y no vimos nada.