He
recibido muchos mensajes de felicitación por el día de la mujer, invitaciones y
algunas reflexiones que suenan mas a arengas y porque no, algunas anotaciones
interesantes, inclusive tuve llamadas de amigos extraviados que no sabían si
felicitarme o no por el día de la mujer en medio de un estado de
inmovilidad física.
Estuve
tentada de aceptar lo que llega como y por donde viene, acostarme temprano
porque he de madrugar para estar puntual en mi cita médica -inusual en mí ritmo
que une la noche con la madrugada-. Por ello preferí hilar algunas ideas para
agradecer colectivamente a todas/os por los buenos deseos, puesto que ellos
ensanchan las buenas vibraciones del universo y avanzar a mi modo en la
reflexión a cerca del contenido del día de la mujer.
Algunos
avances
Que el 8
de marzo haya dejado de ser una fecha de importancia sólo y entre mujeres, es
en sí mismo un indicador de avance, porque es un pretexto para mirar no sólo
con ojos de mujer sino también de varón el largo trajinar de las mujeres por
alcanzar una vida digna y con igualdad de derechos como seres humanos
que los hombres sin por ello renunciar, ni hacer que ellos renuncien a las
diferencias, puesto que es la variedad aquello que sigue hermoseando la convivencia
entre los seres humanos y también otros seres.
Nos permite vencer nuestro egoísmo cuasi innato de especie, para a aceptar y
amar a otro ser con sus virtudes y defectos, con sus dones y límites, en sus
altas y bajas. Pero principalmente hacer juntos un mundo mejor donde es bueno
vivir e invitar a vivir a otros seres que vienen a través de uno.
Distorsiones
En una sociedad neoliberal como la nuestra y donde el libre
mercado campea -a nivel global-, en tiempos donde todo se vende y compra, todo
tiene precio y se exhibe, quedando escaso espacio para la privacidad e
intimidad. Sin duda que un día simbólico referido a la mitad de la población se
torna en mercado apetecible para la transacción.
Poco a
poco vemos que el 8 de marzo, día de conmemoración a la lucha y muerte de
muchas mujeres por lograr el respeto de su sus derechos y el de sus congéneres
por su condición humana a lo largo de muchos siglos de la historia humana, se
va transformando en fecha de celebración, ergo pretexto para el consumo requerimiento
de obsequios.
En el
terreno político donde el costo / beneficio se mide por el rédito político que
hace elegible a los(as) autoridades políticas y el reconocimiento populista a
las autoridades, se inventan las gratificaciones. Premiando grotescamente a
una, en representación de innumerables mujeres aquel acto desplegado que suman
fuerzas e imaginación para salir de la pobreza, inventarse formas de subsistir
bajo condiciones extremas, arrancan al sistema los resquicios de sus defectos
para sobrevivir un día más, extender el padecimiento de una enfermedad terminal
hasta donde el cuerpo resista, morir una y otra vez por inacceso a servicios
públicos, atención, protección y cuidado.
Y las
mujeres, que desconocen no sólo la historia, contenido y sentido del ocho de
marzo, se felicitan así mismas y exigen felicitaciones por ser mujeres, como si
tener un sexo diferente al varón requiriera celebración o los roles y prácticas
socialmente designadas y asumidas por las mujeres, requirieran festejo.
Dificultades
Existen
muchas dificultades desde las más inadvertidas, como el hecho de una equidad
políticamente correcta en tanto persiste, la idea y práctica de abuso,
explotación, maltrato, subordinación y marginación de las mujeres por el hecho
de serlo en diferentes etapas de su ciclo de vida.
Un periodo de enormes transiciones que se producen en la aldea global respecto
al acceso, participación y uso de la oferta del merca por las mujeres nacidas
afines del siglo pasado e inicios de este nuevo siglo, que son mujeres con
derechos adscritos, en tanto las prácticas y el pensamiento sigue siendo
principalmente androcentrista, dualista, heterosexual e inequitativa en la
práctica respecto al acceso y uso de esos derechos, teniendo como sus
principales guardianes de su permanencia a las distintas religiones, el sistema
organización familiar hterosexual con el poder centrado en el varón,
instituciones conservadoras a cerca de las práctica y costumbres sostenidas en
la ideología patriarcal.
Las
mujeres especialmente jóvenes y en edad de reproducción son estimuladas
públicamente a ejercer sus derechos, sin embargo ese mismo derecho le es
restringido en el espacio privado, por la familia, las costumbres la pareja; y
en el espacio público, el acoso, la agresión y violación. El acceso a la
educación y el trabajo amplia las aspiraciones, competencias y capacidades de
las mujeres, que reducen las condiciones de ser sujetos de sometimiento y
control, sin embargo esa misma condición se transforma en su principal fuente
de vulnerabilidad porque estimula a un pensamiento patriarcal, machista y
androcentrista a acabar con la fuente que amenaza y desestabiliza su poder, en
este caso la libertad y rebeldía de la mujer, transformándola en objeto de
violencia principalmente de su pareja, candidata o víctima de feminicidio.
Por tanto, la principal dificultad está en la idea de igualdad,
satanizada por quienes argumentan que las mujeres compiten con los hombres para
ser igual a ellos generando rechazo, resistencia y nuevos mitos. Flameada como
bandera, niega la diferencia inclusive entre las propias mujeres, por ende,
termina siendo peor el remedio que la enfermedad.
Extremada
y distorcionada la idea de igualdad con clonación (literal y lineal), se
transforma en insulto a la inteligencia e imaginación porque es como mirarse
así misma(o) en un espejo o convivir consigo mismo en medio de una multitud con
todo el peso de sus implicancias. Para los(as) enemigos(as) de la igualdad de derechos y obligaciones, es sinónimos de la grotesca parodia de intercambio de sexos.
Apuestas
La
igualdad a la que aspiramos algunas mujeres, de
ningún modo está reñido con la diferencia y la diversidad, todo lo contrario se
inspira y bebe de ella para plantear acceso a igual oportunidad social,
política, económica, cultural para todas y todos, así como estar en condiciones
de ejercer el libre albedrío para ser lo que queremos SER. Sin que ello esté
mediado por restricciones de pertinencia a un sexo hombres o mujeres y a un
molde único sin reconocer las diferencias tanto al interior de los hombres como
de las mujeres. La historia ha demostrado que por ese camino llegamos a ser
únicamente desdichadas(os), si no calzamos con la idea de “ser mujer” o “ser
hombre” al que sólo accede un pequeño sector.
La
igualdad por la que apostamos muchas mujeres, es
aquella que provee derechos sexuales, ciudadanos, económicos, culturales y
políticos por nuestra condición de ser humanos donde no exista espacio para
ningún menoscabo bajo el pretexto de nuestra condición de ser mujer. En la
medida que estos derechos tengan peso distinto para mujeres y hombres o para
algunas mujeres y otras no, se transforma en puerta de ingreso para su
correspondencia con otros determinantes como edad, idioma, raza, creencia,
opinión, opción sexual que justifiquen la existencia, permanencia y
reproducción de situaciones atentatorias a la dignidad, el cuerpo, la libertad
y la vida de las mujeres, y a través de ellas a todos quienes son parte, para
retornar cual bumerán a la misma sociedad.
Retos
Cuesta
mucho pensar a mujeres y hombres, en relaciones mediadas por la
igualdad,
en el esfuerzo que cada una(o) ha de colocar en las relaciones interpersonales,
en una sociedad con hombres y mujeres con igualdad de derechos respetando sus
diferencias, porque nos hemos construido con una serie de prácticas que nos
acomoda inclusive cuando proviene de la incomodidad. Es más conocido y por tanto
menos temido el modo de relacionarnos a través de la imposición, manipulación,
fuerza, poder y abuso que producen aparentemente beneficios para unos y
perjuicios para otros, pero misteriosamente persisten unidos y se
retroalimentan inexplicablemente.
Nos
consterna mirar cada día titulares que absorben a los medios de comunicación,
cuya crueldad y aberración pone en cuestión no sólo la lucha de las mujeres
sino las contradicciones de una sociedad como la peruana y un planeta como la
tierra donde a la par del desarrollo en la tecnología y la ciencia, nuestras
prácticas no tienen mucho que envidiar a épocas arcaicas en que la pugna
terminaba con el exterminio del oponente.
Sin duda
hay mucho que reconocer a cerca de los avances y el destaque de las mujeres en
este nuevo siglo, sin embargo aún queda por valorar su aporte en la
modificación o re-afirmación de relaciones que se ha concentrado sólo en
medidas de equidad y/o exclusión mientras queda en paréntesis otras
dimensiones.
Radicalizar la Igualdad
Al Radicalizar la Igualdad también damos contenido intrínseco a la Libertad, pero la libertad en todo su significado, nos obliga a hacernos cargo de nosotros(as) mismos(as), sin
espacio para ocultarse tras el rol socialmente atribuido o la espera del héroe
o príncipe para salvarnos de nosotras mismas. Implica que la división del
trabajo no necesariamente es de producción o reproducción sino de producción y
reproducción. Y que no necesariamente sólo la mujer puede y deba hacer el
trabajo reproductivo o sólo el varón el trabajo productivo, habrán tiempos y/o
condiciones que llevará a la pareja a buscar el mejor acuerdo, valoración y
respeto por el rol que le toca al otro.
Significa que necesitamos de un profundo cambio tanto en mujeres como varones,
para percibir y valorar roles tradicionalmente estigmatizados y devaluados.
Cuando nos toque estar en el zapato del otro(a), porque nos quita del refugio
donde justificábamos nuestros fracasos, para no enfrentar y vencer nuestros
miedos día a día. A las mujeres nos empuja, reconocer nuestras fortalezas y
barreras auto-construidas cual cerco, so pretexto de los otros, para sacar a
flote las capacidades encubiertas.
La
libertad entendida como capacidad para ser y hacer, nos arroja a
enfrentar nuestros espantos y temores, a reconocernos que podemos ser el ser
subliminal que todos esperan o superar a la mayor tirana que se esconde en el
fondo de nosotras, que nos hace manipuladoras y controladoras, con eficiencia
para reproduciendo las pautas, códigos y mecanismos de poder existente. Es más
exigente y cuesta mucho, ser parte de procesos, acompañar y facilitar la
libertad de los seres que son las hijas y los hijos, repensar y ensayar nuevas
prácticas sin morir en el intento. El miedo que nos paraliza puede también a
empujarnos a ser nuestra propia antítesis.
La
libertad para mujeres y hombres, pero principalmente para
mujeres que tienen miedo a la libertad, es el reconocerse como principal
responsable de su SER, desde donde tiene la obligación de leer el contexto que
la rodea y si no es bueno para ella tampoco lo es para conjunto o viceversa. Es
tomar conciencia y asumir compromisos, correr riesgos, establecer relaciones
basadas en el respeto, igualdad de trato y expectativa similar, haciendo
ejercicio de mi derecho que termina donde se inicia el derecho del otro/a.
Cuando me hago cargo y no dejo más el encargo de cambiar el mundo a partir de
mi propio mundo e impedir que fenezca.
Una
libertad radical es lo que tenemos en el horizonte, porque aun cuando mucho hemos
trajinado, poco hemos echado a andar esta revolución de cambios que no se
imaginaron nuestras ancestras que tuvieron como reto pelear por cada paso.
Por un paso dado se abren nuevas brechas, las barreras siguen creciendo al
interior y fuera de las mujeres, porque el cambio significa, cambio de todo un
sistema social, las formas de relación y prácticas de poder.
Pueda que estemos en una nueva era y ello este más cercano, por cuanto la
resistencia es mayor y el endurecimiento de los factores en contra de las
mujeres son extremos, hoy podemos asomarnos y analizar en detalle el horror de
los hechos, pero no podemos contrastarlo con el pasados porque carecemos de
registros, en la medida que su práctica era tolerada y asimilada como propia y
pertinente.