martes, 31 de diciembre de 2013

2013 AÑO DE RUPTURAS, REINICIOS Y REAFIRMACIONES

A diferencia de años previos, el 2013 ha sido sujeto de evaluaciones desde diversas miradas y entradas, en función de los acontecimientos del país, la región y el planeta así que podemos recurrir a ellos según nuestros intereses. En mi caso intento mirar el año que culmina desde una perspectiva más mundana, con esa mirada del común de las(os) peruanas(os).
Después del 2012, un año de cambios en la sintonía del universo, el 2013 se anunciaba como un año de   reinicios, afirmaciones.  Mas como todo no puede ser borrón y cuenta nueva, ha requerido para muchas(os) pasos previos de cierres,  quiebres, reorientaciones; en una palabra rupturas. En algunos ha significado desprenderse de prácticas previas, con el impacto en relaciones personales, colectivas, institucionales.
En otras, la ruptura se ha producido en condiciones de vida indeseada, relación inadecuada con el contexto e inclusive el habitad. Para quienes han experimentado desastres ha sido brutal, como lo fue durante los ochenta y noventa en las zonas de emergencia, en ambos casos  hombres y mujeres debieron abandonar su forma de vivir, para seguir viviendo.
El 2013 termina como lo que ha sido, un año seis: complejo, exigente, sin espacio para titubeos, ni medias tintas. No es casual que principalmente en Lima hayamos experimentado dos procesos electorales absurdos, obligándonos a tomar decisiones, presionadas(os)  por innombrables que parapetados en vacios de convenciones sociales y legales cortos para otros (regiones), quedaron ancho para nosotras(os)  en la capital del país develando que si deja de tocarnos directamente es válido.
El resultado nos encaró con  nuestra miseria política, mirándonos unas(os) a otras(os) sin caretas,  ante aciertos y vacios de quienes no han gobernado tradicionalmente el país, carecen por tanto de esa experiencia, parafraseando a Eliana Karp "Sin mañosería política". Provocando para unas(os) satisfacción de afirmarse como elegibles, para otros frustración e impotencia por el fracaso y la exposición. Para algunas(os) -donde me ubico- ha mostrado la brecha existente entre la protesta a la propuesta, la distancia  del derecho a ser sujeto de derecho a la capacidad de gestión pública y política para satisfacer ese derecho.
De cierto modo  ha afirmado nuestra condición mayoritaria de país pasivo,  dependiente  y  en el mejor de los casos demandante. A la mayoría que no ha gobernado, cuesta  y falta gran trecho para llegar a ser estadista con visión, ética, compromiso y gestión eficiente como transparente, con capacidad de escucha, apertura y decisión. Por tanto, cuantas más buenas intenciones existan, más grande queda la vara de autoridad y el funcionario(a) público inexperto(a)  reproduciendo mal a peor prácticas convencionales. Como ciudadanas(os) nos cuesta apropiarnos y ejercer un espíritu colectivo para el  cuidado del bien público en su acceso, uso y vigilancia. Se nos hace difícil y lento transitar de una relación clientelista y de compadrazgo  hacia otra de obligaciones, derechos y ciudadanía plena.  Y como políticos de oposición se sigue asumiendo el rol de enemigo(a) y no contendor(a).
Suelo afirmar que somos un país diverso, pero coincidente en la actitud, heredada de siglos de conquista y opresión, reeditada con una cultura pragmática, utilitaria y corruptible heredada de los noventa. Sin embargo, creo que hay algo más, eso que suele denominarse colonización del pensamiento, donde se han instalado ideas inspiradoras de prácticas devaluadoras. A ello se suma la complacencia y tolerancia de lo malo conocido que el riesgo de lo bueno por conocer. La renuncia a la  capacidad de reeditar que viene con nuestro libre albedrío personal, se ha trocado por nuestro profundo individualismo, comodidad personal (el resto no importa) y la resignación a establecer relaciones materiales, mediocres, mezquinas, desconfiadas, inseguras, angurria e infelicidad. Expresados en diferentes planos, espacios y niveles.
Sin duda hay excepciones como los descendientes de los Aymaras y Quechuas, que aun preservan el sentido de la comunidad, el prestigio, el honor, el cumplimiento de la palabra dada, los valores del trabajo y el esfuerzo propio, el valr del SER y no el TENER. Eso les ha permitido crear el milagro de los cluster de Lima, Trujillo, Ica, son los que sostienen al país. O los genes de los Tallanes que emerge para hacer de la esperanza no sólo un color, sino una realidad y de sincretismo en la relación de los recursos naturales, el trabajo social, cuidado ambiental y vínculo con el mercado, aun tambaleante pero con decisiones y práctica comprometidas en Sullana y Paita. Están las comunidades nativas amazónicas y andinas, que a duras penas  intentan sobrevivir bajo sus costumbres y convenciones, teniendo en contra la violación de los mismos por el mercado sea bajo forma de expropiación y explotación natural o la nueva forma de manipulación de la imagen simbólica a través de las tecnologías de comunicación que los exhibe y degrada como bien de consumo exótico, hasta transformarlo en circo o destino turístico. Y porque no, estamos las mujeres y hombres que seguimos creyendo y trabajando porque otro modo de vivir y relacionarnos es posible.
En cuanto a los poderes públicos que debieran garantizar  la reproducción de nuestra sociedad, gracias a su independencia, transparencia y respeto mutuo, sabemos que a lo largo del 2013 se han esforzado por borrar todo vestigios que se aproxime a estas cualidades transformándose en su alter ego, su opuesto hasta lindar con la negación.
Hemos contemplado que desde el poder judicial se han dado marchas y contramarchas para hacer justicia, donde los casos más escandalosos  han requerido la intervención de sus propios órganos de control logrando unas veces empeorar las cosas y en otras,  salir a duras penas a lavarse la cara. En el poder ejecutivo nos ha exhibido grotescamente el peso de los grupos de interés en cada una de las decisiones del presidente y sus ministros  en sus sectores, sobre ello se ha abundado, aquí solo subrayaré dos grandes forados a la gestión pública: Educación y Salud, ambos  sensibles para reconvertir la sociedad.
La permanencia empecinada de las ministras en ambas carteras, develó incapacidad en cada sector para responder a las exigencias de las realidades coexstentes en el país  y las consecuencias de peor calidad recaen una vez más en el hombro de los sectores más vulnerables quienes suman las cifras en rojo, tiñendo sus vidas y esperanzas. El poder legislativo  es el peor de todos, no sólo por las encuestas y análisis sino por el gran esfuerzo que cada uno y en colectivo han invertido los/as congresista para  hacer de todo menos cumplir con su rol de legislador. Cerramos en año sin Defensor del Pueblo, Director del Banco de la Reserva y Miembros del Tribunal Constitucional, pero sí con mayor sueldo, incentivos. Muertos y heridos por la corrupción, el envilecimiento, la bajeza y la politiquería.
De los problemas más destacados iniciamos y cerramos el año con la inseguridad ciudadana, altos índices de accidentes de tránsito y recrudecimiento de la violencia contra la mujer.
Las ciudades  emergentes del país que se esfuerzan día a día por dejar atrás la pobreza, deben hacer frente a su primo hermano que es la delincuencia: extorción, asalto y muerte. La movilidad social está plagada por accidentes que tiñen de sangre las carreteras, dejando que se asomen las principales deficiencias sociales: violación de normas, desprecio por la vida, corrupción  e impunidad. El discurso de sociedad con inclusión, equidad, tolerancia y modernidad, se estrella contra las taras socio-culturales de: discriminación, subordinación, devaluación, explotación, control y abuso. Graficado en como una sociedad que santifica la maternidad, defiende la familia nuclear y el matrimonio,  simultáneamente estimula la cosificación de la mitad de su población, se transforma en  cómplice pasivo de la  vulnerabilidad y asesinato de sus mujeres a manos de quienes declaran amarla y debieran  protegerla. Sumándose al  velo de la impunidad de las víctimas de violencia política, que añaden un año más  de sus vidas sin  reparaciones.
Si bien  los componentes de estos tres problemas tienen en jaque a la sociedad peruana y sus  autoridades. Son los mismos que han movilizado  la reserva moral y la indignación de la población, principalmente joven durante todo el 2013. Haciendo retroceder prácticas de repartija o colocando en agenda los problemas centrales de los sectores más golpeados por los errores, vacios y vicios de la gestión  pública. Por ello hay esperanza, queda aun confianza que la conciencia y voz  de las(os) indignados del Perú, sean los que se sumen a los indignados del mundo para llamar la atención de las(os) hacedores de políticas sobre las agendas centrales y su voluntad  expresa que no terminan en las urnas.
La actitud vigilante, la voz alta y la reacción oportuna hicieron que en el Perú durante el 2013 no pasara la práctica histórica de borrón y cuenta nueva, impunidad y reincidencia. En cuyo escenario se produjo la peor crisis en el poder ejecutivo, el retroceso del voto en el congreso y la explicación del poder judicial.  Trascendiendo los vacios  y complicidad de los medios de comunicación con su silencio o distorsión, logrando que la publicitación de la indignación sea   noticia.
Si igual que  a lo largo del 2013,  los tres poderes  del Estado y la ciudadanía no logramos ponernos  de acuerdo  y cooperara a partir de estos tres problemas centrales que nos toca a todos(as) por igual  a lo largo y ancho del país: Inseguridad, violencia contra la mujer y accidentes de tránsito.
El 2014 será  un nuevo año que pasará sin ingresar a las casas de cada peruano y peruana. Está visto que no basta el crecimiento económico o el asenso social y/o político para colocar la cabeza sobre la almohada  y dormir tranquilo(a), puesto que la inseguridad se filtra por los cuatro costado de cada vivienda,  independiente de  si es en el sector A, B, C o D.
La violencia contra la mujer no distingue clase, edad, raza o credo, repta y engulle a  9 mujeres por hora y 216 por día  y 77760 por año en el país1, más vulnerables cuanto más jóvenes, ingenuas o confiadas se reclinen en los discursos de una sociedad con doble moral y cinismo.
La violencia contra la mujer emerge desde el seno de la familia como seducción, manipulación, abuso,  feminicidio, matricidio, violación, agresión ejercida principalmente por hombres que juraron amarla, respetarla y protegerla. Un  punto aparte por explorar con detenimiento es la violencia inter-generacional  en familias disfuncionales que han cedido la formación de sus hijos(as) a las instituciones públicas, privadas y los medios de comunicación  y donde éstos se yerguen atacando con mayor fiereza que el delincuente o abusador.
De seguir esta tendendencia ninguna familia podrá despedir a cada miembro que sale del hogar con la confianza de que retornará sano y salvo, sea porque se sumo a las estadísticas de los accidentes de tránsito o a ser víctima de la delincuencia bajo sus diversas formas.
El 2014 es un año siete. Según los/as numerólogo 2, el siete trae consigo  condiciones a favor, que representa perfección, pensamientos profundos reflexivos, búsqueda de perfeccionamiento intelectualy espiritual. En la religión cristiana, representa lo sagrado, enlazando lo Divino y lo humano, formado por el Tres (la divina trinidad) y el Cuatro (los Elementos Terrestres), en términos de Cristo respecto a la relación con nuestra(o) semejante es: "Perdonarás a tu hermano setenta veces siete". En la religión oriental según Bhajan, el séptimo cuerpo es el aura, que le da a la persona su capacidad de elevarse y de elevar a los demás. Su frase clave es "Plataforma de levitación" y se relaciona con la misericordia sensibilidad, fe, intuición, magnetismo, capacidad de investigación. En el hinduismo existen siete chakras en el cuerpo humano que son fuente de su energía vital. En su dimensión esotérica adquiere la denominación de Héptada. En los naipes del Tarot, recibe el título de "El Carro de Osiris", significando victoria, éxito, verdad y justicia. La Física nos habla de varios universos paralelos en los cuales suceden las cosas simultáneamente, que es el principio del reconocimiento a la Sabiduría antigua que siempre por milenios ha hablado de estas siete dimensiones3.
Más allá del significado del 2014 desde cada vertiente, es el contenido que queremos darle, recordando que los seres humanos  tenemos a favor la capacidad para el libre albedrio, que en correspondencia con una conciencia de lo que somos, nos permite develar más tarde que nunca a que hemos venido, nuestra identidad y compromiso con el país a través de cada referente donde nos movemos, así que depende de cada uno/a  hacer que este sea un mejor año para todas y todos, empezando por la afirmación de la autoestima personal, pasando por el respeto y el cuidado del otro(a) y terminando en una convivencia tolerante e inclusiva.
¡Adiós 2013!...
¡Bienvenido 2014!


martes, 15 de octubre de 2013

HOMENAJE A LA TENACIDAD

¡Feliz aniversario queridas compañeras de SINTRAHOGARP!,  37 años es un largo tiempo para una vida colectiva, organizada, enfrentando y superando retos internos como externos.
Mis deseos expresos porque su trabajo colectivo siga alimentando a la sociedad, como fuente de mujeres tenaces, inquebrantables,  conscientes,  consecuentes y comprometidas consigo mismas, el gremio y país.
No es fácil hacerse dirigente y líder de opinión sin morir en el intento, cuando en estos tiempos nos vence justamente el tiempo escaso y ficticio, las tentaciones, los ritmos y  protagonismo personal. A veces el legítimo derecho a la vocación de poder, que si no mantenemos alerta sobre objetivos e identidad colectiva,  podemos extraviarnos,  desconectarnos  de las bases y del trabajo comprometido que nos hace e inspira día a día. La apuesta por el empoderamiento ha de ser una apuesta transparente y precisa, para invertir todo lo que haya que invertir en él. Al mismo tiempo que sea posible alimentar y dar el lugar que le corresponde al proceso colectivo y el gremio.
En sus treinta y siete años, decreto que haya muchas Adelinda Díaz Uriarte que han crecido y madurado en  sabiduría que proveen los años, pero sobre todo la persistencia de principios, la escuela de formación consciente que ha cincelado en su ser esa condición de dirigente y líder colectiva,  construyendo en el centro de la experiencia el pilar de la inquebrantabilidad, la decencia y la altivez que da inspira la dignidad.
Deseo que emerjan nuevas Pemina Ganboa Urquiza, que no le temen a la militancia político partidaria, porque saben distinguir donde está la línea donde termina lo gremial, personal y donde empieza lo político.
Apuesto porque  se   eleven nuevas Inés Soledad Meza Ccuno, para construir un pensamiento propio en medio de la confusión y las diversas voces asumiendo los   retos y costos de sus decisiones, haciéndose más sabia con cada desacierto y fuerte en  cada acierto, sobre todo aprender de lo vivido  para ser el eco viviente del discurso de igualdad, fraternidad y justicia.
Hago votos por la alternancia y  emergencia de nuevos cuadros,  la sangre joven de muchas Adet Gloria Polo renueve las generaciones de dirigentes de aquí para el mundo, con nuevas herramientas, voces, cantos y alegría, pero principalmente con la disposición y valoración e la trayectoria de quienes la precedieron, no sólo para honrar lo heredado, sino para llevarlo a condiciones de mayor trascendencia sin dejarse capturar  por cantos de sirena o cuentos de princesa.
Aplaudo la existencia de muchas hayan muchas Azucenas, Amandas,  Edith, Glorias, Lauras, Hortencias, Marías, Paulinas,  Rosas …  que se mantienen   alerta cuidando con celo la práctica democrática, inclusiva, igualitaria,   no discriminadora,  mostrando que se puede es posible existir como gremio 37 años, sean en contextos favorables o desfavorables.
Y eso sólo es posible, desde  la modesta visión que me provee haberlas acompañado un trecho de ese caminar cuando los objetivos colectivos no claudican, tampoco transan o menoscaban  por intereses personales o subalternos. En una palabra, cuando por sobre todo emerge la dignidad y honestidad en el trabajo de sus principales líderes, junto a la vigilancia y el compromiso de cada una de sus bases.

Un abrazo por ser más grande cada día.

martes, 1 de octubre de 2013

PARA AMIGAS Y AMIGOS PERIODISTAS

Saludé en el transcurso de este día del periodista a amigas/os cuya especialización me consta sea por sus credenciales, diplomas y distinciones. O por los reconocimientos de aquí, allá y más allá.  A unas/os he   conocido como se dice de adentro para afuera. Es decir de cómo se hacen periodistas  en el día a día, durante el intercambio de nuestras orillas profesionales bregando ambos hacia un mismo fin y en algunos casos diametralmente  opuestos, aprendiendo una del otro/a sin reducir un ápice nuestros  quereres y en muchos casos enraizando la amistad que se afirma por sobre el tiempo y la distancia.  
 
A otros desde afuera, he acompañado real o virtualmente, procesos de   reconversión. El tiempo  ni las condiciones daban espacio u oportunidad para continuar. Como la vida no se detiene, algunos debieron continuar sea por veredas paralelas a su quehacer o incursionando en otros inimaginables en otros tiempos, mis aplausos y reconocimiento porque nada los ha detenido aun cuando debieron dejar  su vocación hecha tiras, hallaron entre líneas contenido y sentido en cada nueva actividad.
 
He  aplaudido, alimentado y me he beneficiado  como suelo decir,  de la buena vibra,  la irradiación del brillo y el éxito  que alcanzan mis amigas/os periodistas. De quienes han  resistido, reinventando, recreado y vencido a las exigencias de los nuevos tiempos, irguiéndose cual ave fénix de sus cenizas para no renunciar al componente vital de  su existencia como es ser periodista, persistiendo unas/os aun en medios convencionales y otros/as abriéndose espacios nuevos o transformándose en  alternativas, dando como suele decirse la hora de cada  día, mi admiración está con ellas y ellos. Otros han seguido las lecciones de sus especializaciones sin morir en el intento.
Pero aquí no se agota, mi vínculo con hombres y mujeres que han hecho del periodismo su vida o parte de ella. Me refiero a, aquellos que incursionaron en el arte de serlo inversamente, nacieron en otras especialidades y a medida que descubrieron la necesidad de “incidir” –este nuevo término de influir-, crear corrientes de opinión o solamente la necesidad de elevar su voz personal y colectiva. Hoy son artífices  de haber entroncado y puesto al servicio de la información el derecho,  superar la práctica invasiva e insidiosa hacia el arte de la entrevista dialogante y respetuosa proveniente de las técnicas de entrevista en Trabajo Social, Psicología, Antropología y Sociología.  Sucede otro tanto con quienes se han especializado en los artículos de temas especializados de la política, social, económico y conflictos. Aquí se han sumado expertas/os que combinan sus especialidades con el arte de comunicar y educar, creando un abanico que va de la economía,  medicina,  literatura,  historia, política, etc., diversificando  el sentido y contenido de  hacer periodismo y generando interrogantes al ser periodista hoy, que bien aborda Ignacio Ramonet.  Mi admiración por el esfuerzo cotidiano de moverse  entre múltiples tensiones, mi voto porque lleguen a la plenitud e integración consciente de sus múltiples identidades profesionales.
No puedo dejar de mencionar a mis amigas y amigos que se forjaron en el campo mismo de la práctica, respondiendo a las exigencias del compromiso con el otro/a, del modo de educar a través de la formación e información también un modo de hacer periodismo escrito, grafico y radial. Apropiándose  de la palabra para elevar su voz, compartir y sentir personal como colectivo. Ellas y ellos hicieron del periodismo un apostolado, un espacio permanente de formación a sí mismas/os y el atalaya desde donde vislumbrar su  horizonte,  ir por él y tomarlo con ambas manos. En el indagar y reconocimiento propositivo de una parte de estas experiencias me di de bruces y tuve mi primer rasguño laboral  -tras  tres décadas de desempeño sin novedad en el frente-  ante  los límites del quehacer de quienes dicen ser sus aliados  aplaudiendo sus hazañas cuando es ad honorem y vetándolos a ellos/as y sus coincidentes,   cuando  ha de ser a nivel de coste existente en el mercado.
Experiencias con más éxito de unos  que otros en  resistencia y trascendencia. Algunos/as permanecen y se reinventan, tomando cualquier salida del despeñadero como asidero para no sucumbir a los tiempos. Mientras otros se extinguen, no importa si resistieron las transiciones de dos siglos. Hay quienes dicen que era una muerte anunciada detenida por el espíritu santo, que a inicios del nuevo siglo se concentró en los problemas del vaticano permitiendo que un  lobo vestido  de oveja, animara al rebaño en  rodar por el desfiladero. Otros sentencian sencillamente, que en tiempos donde el conocimiento y la información fluyen gratuitamente, era imposible la sobrevivencia de experiencias autogestionarias que fueron subsidiadas desde sus orígenes. En uno y otro caso nadie le quita lo bailado  y sin duda, las/os periodistas populares siguen allí, esperando el momento de volver a tomar el centro de la arena cuando el tiempo y las oportunidades se presenten, hago votos porque así sea.
No quiero en este artículo ocuparme de los plumíferos como los llama Ana Teresa Molina, esos que se venden al mejor postor, que han transformado al periodismo en una carrera prostituible, de cuyos signos guardamos tantos videos y primeras planas como trofeos nacionales de una década de ignominia. Lo que no significa que se hayan detenido y menos erradicado. También se ha reconvertido pero eso es un tema aparte.
Tampoco me detendré en el periodismo informativo deformativo, que ya no investiga al punto que en programas dominicales o planas destacadas incluyen enlaces de YouTube, informaciones online por leer. Es decir cero investigación, análisis y especialización. O de aquellos que sin duda hoy más que ayer remueven y alimentan el morbo, pasiones  y placeres primarios de sus consumidores. Y los que hacen reportaje de campo, sin importar si el sujeto del reportaje tiene las viseras expuestas preguntándole ¿Cómo se siente?, o de quien ha enmudecido desbordado por un   llanto es  interrogada/o  ¿Qué siente? Menos me ocuparé de quienes concentran su atención y desvían la nuestra en los escándalos, guerras  y combates distorsionando hasta lo cómico el concepto más dramático de las relaciones humanas.
He querido con este escrito, desde mi contacto, percepción y sentimiento, homenajear a mis amigas y  amigos periodistas por formación, elección y opción. Recordando lo diversas/os que son, lo hermoso y necesario que es su quehacer para nuestras vidas,  lo digno e inspirador que puede ser independiente de donde se ubiquen y en que  se especialicen, recordar que  son quienes pueden mantenernos enlazados  con la vasta realidad y nuestras pequeñas historias.
Aplaudir su trabajo inspirador alimenta mi deseo infantil de ser  periodista. Un día como hoy es oportunidad para entrelazar las hebras de cada cantera  de donde provienen, aun desde el exterior, animando a entretejer y anuda sus haceres con es el compromiso de la verdad, formación, información y denuncia. Amigas y amigos, celebro que hagan  del periodismo una profesión de esperanza.

¡Feliz Día!   

miércoles, 25 de septiembre de 2013

DESPOJO Y EXPOLIACIÓN CIRCULAR


Hoy fui a renovar mi DNI, tuvieron sumo cuidado en verificar mis datos, mi firma, mis huellas. Por una letra repitieron dos veces el procedimiento.  Dejé fluir  mi pensamiento en voz alta ¿Cómo era posible que pese a estas medidas se estafara y desposeyera  de sus bienes principalmente a adultos mayores?
El joven servidor público aun con sonrisa a esas horas del día,  amable me miró y dijo: “Señora  para la maldad y ambición no hay llave que funcione”. Me despedí y salí pensando, en qué momento y bajo qué condiciones nos desprendimos de valores que aprendimos desde niñ@s: solidaridad, reciprocidad, respeto por el otro, obtención de metas  y deseos por esfuerzo propio y persistencia. Respeto y cumplimiento del deseo del padre, madre,  adulto mayor mucho más  cuando recurren en búsqueda de apoyo depositando su confianza. Más afianzado en las  familias conservadoras de Lima, tan desmerecido y debilitado en estos tiempos1. 
Hasta mediados del siglo pasado, el mundo andino  heredero de prácticas pre-hispánicas, solía ser escaso el registro escrito del deseo y la herencia, por ser  principalmente  oral y colectivo. Las personas honraban la palabra y asumián la decisión de los mayores como normatividad, de modo que  la posesiones de tierras,  pasaban de generación en generación a través de la voluntad expresada oralmente 2.

Los padres expresaban a sus hij@s y la comunidad la  disposición de sus bienes asociado con el rito posterior a su muerte, para el que se preparaba y preparaba a la familia en pleno uso de sus facultades. De allí la costumbre de respetar la voluntad del difunto, acorde a costumbres y especificidades de cada zona -con algunas excepciones donde la ambición y codicia vence a las costumbres-. Lo afirmando no niega  la  existencia de conflictos ancestrales de linderos  que generalmente suele ser con el vecino y no con los pariente,  porque asumen que el bien entre pariente se queda en familia y discurre en su interior 3. 
Sin embargo cuando esos mismos andin@s migran a la costa algo se quiebra en su interior –en la Lima actual l@s habitantes dejaron de ser desde mediados del siglopasado,  limeños, en el sentido estricto de descendientes del curacazgo Limac 4 y el mestizaje de  conquistadores hispanos o criollos descendientes de españoles, hoy somos migrantes del interior del país,  de primera hasta quinta generación-.  De modo que la cultura andina y sus valores se entretejen  como marco de referencia para  la mayoría de sus habitantes, por ello cabe preguntarse:
¿Cómo  y por qué emerge esta práctica cada vez más recurrente de despojo y expoliación al padre o a la madre tanto en los exiguos limeños como migrantes?
¿Cuáles son los móviles parentales, psicológicos, sociales, culturales, políticos, económicos y religiosos que  se transforman en sustento de una práctica de negación de derechos del padre y la madre en su ancianidad?
¿De qué modo se devalúa y pierde  el atributo de sabiduría y máxima autoridad del ancian@ que se destaca en  la familia andina, donde no existe asilo ni  “lugar de descanso”?
"¿Y de qué modo la expoliación, explotación, abuso y robo a la ancianidad se va institucionalizando a medida que nos afinamos en la ciencia y nos declaramos más civilizados?5
Lo primero que nos asalta como respuesta, es sin duda,  el profundo individualismo moderno y desprendimiento afectivo asociado a la era digital.  El desapego, lejos de transformarse en condición para liberar y permitir el crecimiento del SER, es sinónimo del desprendimiento afectivo, moral y ético de los vínculos parentales de reciprocidad que aparecen como obsoletos e incómodos. A cambio se acentúan nuevos apegos: el poder, dinero, posesiones,  acceso a bienes  y bienestar. Mejor si sucede antes de las tres décadas, aun cuando eso signifique  abreviar procesos propios a cambio de la apropiación de otros vía la “herencia anticipada” 6. 
Situación que de no suceder por “voluntad consciente” de los padres,  ha de ser por el subconsciente, que en sus sueño de vigilia deciden que es tiempo de delegar, confiar y  esperar que hij@s con mayores  herramientas y visión velarán gestionarán mejor los bienes familiares y afirmaran el futuro de todos con amor, sabiduría, respeto y equidad. Para despertar bruscamente ante la realidad  de haber sido declarado “mentalmente incapacitad@”,  sea por haber sido estafados7, algunos bajo la  tutela de un hospicio8, la calle o incomunicad@s.9
¿Dónde se produjo el quiebre entre la expectativa de cuidado reciproco de padre y madres y la respuesta afectiva de hij@s?
¿Dónde fue a parar la oportunidad de reciprocidad cuidados y seguridad a los padres? 10.
Será que se produjo una relación perversa entre  la ampliación de  oportunidades  de hij@s en educación, cuidado y seguridad, con los bienes adquiridos  por los padres con trabajo y entrega de sus mejores años productivos teniendo como perspectiva mejores condiciones para sus hij@s.
Una de las explicaciones para este tipo de conducta, podría hallarse en el modo como ha ido calando en hij@s, la máxima de ambos padres “Todo lo hago por y para mis hij@s”, como respuesta a interrogantes como:¿Por qué dedican gran parte de su tiempo al  trabajo en afectación al de la familia? ¿Por qué dejan de vivir a sus hij@s? ¿Por qué dejan de vivirse como parejas? ¿Por qué el contenido de familia se ha reducido a cohabitar una vivienda en horarios diversificados?.
Máxima que habría sido asumido literalmente por hij@s, por cuanto no hay censura alguna en cumplir con su deseo y voluntad, la misma que  no tiene fecha de aplicación ni vencimiento, pudiendo ser puesto en práctica cuando los padres: a) bordeen los cincuenta años, total en la era digital han ingresado al tiempo de ser considerados obsoletos. b) Cuando se jubilen que para una sociedad centrado en la producción y el consumo es sinónimo de improductividad, cuasi inexistencia y en el mejor de los casos carga socio-económica. Y c) en algunos casos puede tardar hasta coincidir con la edad dorada superior a los setenta, cuando cansad@ de la gestión familiar, deciden  confiar  en l@s hij@s que están seguros son su fiel reflejo y trascendencia, en algunos descubren tardíamente su error.
Pareciera ser que es de este modo como hij@s cuyas acciones se  concentran en la obtención de metas y fines a velocidad de la luz en una era altamente competitiva -en algunos casos se descubren incompetentes, pues se bajaron prontamente del vagón que les proporcionaría herramientas y condiciones-,  o  renuncian a esa competencia entregándose a los placeres y dependencias de la nueva era, enfrentando en ambos casos a una disyuntiva de satisfacer sus necesidades por esfuerzo propio o recurrir a su “herencia anticipada" sea esta oral o suscrita, bajo sus pautas y auto-percepción de legitimidad. 11
Otr@s bisoñ@s sobervi@s que jamás aprendieron a tener disciplina, límites, ni responsabilidades, sólo la satisfacción de sus deseos y placeres. Se enfrentan a una realidad propia de su ciclo de vida, negándose a pagar el derecho de piso que a tod@s toca en la vida, deciden  invertir su “creatividad e  inteligencia” en  abreviar su proceso liberándose una  vez más de obligaciones para obtener sus metas, puesto que seguir las exigencias de la vida es para los tont@s. Ergo se apropian de aquello que por derecho de nacimiento les corresponde y tantas veces lo ha escuchado al punto que asume como lógico y pertinente, en el fondo saben  que sus decisiones serán tan desacertadas y torpes como corresponde a su tiempo, que sus padres se resistirán, pero finalmente cederán como siempre lo han hecho y si esto no sucede, peor para ellos 12. 
Y están quienes se distancían generacionalmente de  sus padres en poco más de dos décadas, que a pesar de ello  no han descubierto aun por qué están en este planeta y en este tiempo. Por qué pese a su arribismo, egoísmo, mercantilismo, utilitarismo, navegación en aguas sinuosas de la corrupción y legalidad, malabarismo para eludir responsabilidades y obligaciones porque son expertos en derechos y ninguna contribución, para ello recurren a los vericuetos y vacios legales. Pese a todo lo que han acumulado, sienten que aun no han alcanzado todas sus metas y los éxitos de posesión aspirados. Así que el próximo botín,  es la “sucesión de herencia anticipada”,  mientras él o la despojada  se pregunta ¿Cuándo y cómo mis hij@s se convirtieron en seres viles y en mis peores enemigos que violentan y violan mis derechos?13.
Otra explicación detrás de estas conductas,  seguramente se entrelaza con aquello que muchas veces he sostenido para el caso peruano. Nuestra historia republicana de los noventa del siglo pasado, donde se produjo alevosamente una  refundación social-moral-político-económico-cultural. Donde a nombre de la honradez, tecnología y trabajo, nos adentramos a una convivencia socio- familiar- política retorcida y perversa, de mano del fuji-montesinismos. Juntos casí al mismo paso, unos cómplices, otros críticos inmovilizados y l@s más indiferentes, nos adentramos  a las entrañas de la corrupción,  la legitimación de la expoliación pública bajo el lema: “roba pero haz algo”. Simultáneamente a la sublimación de  la mendicidad, estimulando la dependencia, gratificando la manipulación, alimentando la deslealtad y el   pragmatismo.
En suma inauguramos una práctica social utilitaria, donde se tranza, compra, vende y prostituye: conciencia, servicio público, política, libertad de expresión, compromiso social, moral, valores, lazos familiares, sistemas parentales, etc. Luego de veinte y tres  años vemos los frutos de una sociedad que abrazó la cultura del chino mentiroso y rapaz, la política pública y social transformada en mendicidad, la justicia envilecida y las relaciones sociales enrarecidas.
Una cultura pragmática y utilitaria que no permite levantar la cerviz pese al despegue económico, que persiste en tapar el sol con un dedo mirando la paja en el ojo ajeno y negando el tronco en el propio. Especialmente cuando se trata de   malas prácticas de relación social y convivencia familiar. Donde la censura sólo va en un sentido, válido para el otro es inaplicable para si mism@, pese a que  la práctica y el desborde de actos censurables se disparan y emergen desde todos lados.
La auto-censura y capacidad crítica voló a mejor y distante puerto. Mientras los estudios de mercado para centros de altos estudios y especialización, muestran que hemos avanzado en herramientas, tecnología y ciencia, al mismo tiempo que nos hemos empobrecido de valores y ética profesional. Salvo algunas islas, que se vienen especializando en ello al mismo tiempo de correr el riesgo de mercantilizarse aun en esa condición, al ser el depositario de la ética y la moral, cuando ella debiera atravesar  las instituciones y las relaciones sociales en su conjunto.
Podría ser esta una de las razones  por la que se nos hace tan difícil  como colectivo recuperar la dignidad, refundar valores de convivencia que nos permita volver a confiar l@s un@s en los otr@s, asumir los costos de nuestros errores, vacíos y desaciertos, para aprender y volver a empezar, reconocer que tenemos diferentes ritmos y de ellos depende nuestros objetivos y metas.
Lejos de ello, preferimos aprovechar de cada resquicio de imprecisión de las nomas y del sistema de justicia y legalidad que poseemos para seguir robándonos unos a otros sea en moneda constante y sonante, fe, bienes, sueños y esperanzas. Por eso tenemos a Caín y Abel, no asesinándose mutuamente, sino aniquilándose y despojándose hasta desnudarse, uno a otro de sus capacidades para subsistir, movilizarse y SER.
Por eso mismo, quizás l@s hij@s han asumido que la confianza de sus padres es carta blanca para apropiarse de aquello que aun no es suyo por vía de la herencia post mortem real, recreando y refundando un post mortem ideal en vida y funcional a sus ambiciones y placer a satisfacer, esgrimiendo una estrategia  tan egoísta e incontenible como es la estafa 14. Obviando que el  ciclo de la vida se retroalimenta sin detenerse, especialmente cuando se elije ser madre o padre. Algn@s lo perciben como un punto en su perspectiva, tan lejano que quizás no lleguen, así que se animan y ejecutan el despojo, la expoliación y negación del ser a vista, paciencia y hasta apoyo de sus hij@s, que  a veces recuerdan que son niet@s asumen su rol,  trazan sus propias luchas y juscias 15.
No importa si con ello asesinan una parte de sí mism@   aún incorruptible.
No importa si compran su pase a una reedición de incapacidad mental.
No importa asomarse a una  larga ancianidad incierta gracias la bio-tecnología.
No importa asumirse como creador/a de lección de abuso y desapego para con prole.
No importa que su conducta de despojo y expoliación cree un vacio y negación de sí.
No importa que la ley del retorno le muestre una perspectiva de abandono, despojo, miseria y enajenación.
En este punto, veo que en verdad no importa entender los móviles que transforman a la generación que ha declarado incompetente a su padre y madre  para expoliarlos. Puesto que  su obstinación en juzgar a sus padres como incompetentes, obnuvila su  percepción de la prontitud de su propia condición de adulto mayor, quizás tampoco lo advierta, sucederá entre escena y escena del gran teatro de su vida. En tanto l@s nuevas generaciones son más creativas y con menos sentimientos de culpa por el  cuidado o no del otro, y si tenemos alguna duda, sólo recordemos  que hoy son el centro y destino de la acumulación, o por lo menos son nombrados de este modo por sus padres.
Estamos aún a tiempo, a tiempo para detenernos, respirar, volver la vista atrás e identificar dónde hemos dejado destrozada la centralidad de la condición humana 16.
Dónde nuestra humanidad, los acuerdos y convenciones de mutuo respeto y bien supremo que nos hace cuidar con amor del vulnerable: infante, niñ@, gestante, enferm@, discapacitado@ ancian@.
Dónde nuestra apuesta por hacernos cargo y no encargo del espíritu de otros seres 17.
Dónde quedó el impulso que  nos animó a dejar de cazar, matarnos unos a otros y vivir en las cavernas, creando acuerdos de convivencia y paz.
Dónde nuestra decisión por asumir que existe algo supremo que mueve nuestra fe y alimenta la creatividad de nuestras religiones.
Dónde nos despojamos de aquello que nos distancia de las otras especies como es el amor de unos respecto de otros y nuestro libre albedrio.
Dónde el acuerdo que fin supremo de toda nuestra genialidad es la humanidad y el planeta. 
Para recuperarlo y restablecer las alianzas que necesitamos celebrar con un@ mism@  y por su reflejo con l@s otr@s.


domingo, 1 de septiembre de 2013

IN MEMORIAM ESTEBAN SALAZAR CADILLO

Ayer 27 de agosto, celebraba virtualmente la presencia de un nuevo Salazar en la tierra a través de Cynthia y  en compañía de Vilma mis primas, transformándonos en  prueba empírica concreta  de la teoría de Bronisław Malinowski respecto a que la familia no suele tener el mismo contenido en todas las sociedades, pero manteniendo nuestra distancia de su intención de ajustarlo al complejo de Edipo concebido en un tipo de sociedad, tiempo y condiciones, que no son las nuestras e incluye nuestro entramado.



Al nacer este día, decreté que mantendría una mirada atenta y mayor paciencia para evitar nuevas sorpresas, tras el paréntesis entre el seminario internacional a 10 años de la CVR [1] y el costo de mis pasos inestables que me pasó  factura de descanso obligado.
Inicié con una sesión de trabajo armónico, acogedor y prospectivo teniendo como interlocutora a una joven promesa profesional del país, con quien diseñamos la perspectiva de trabajo, dibujando la convivencia laboral de una semana bajo el sol abrazador del norte, el aroma de los mangos, naranjos, bananos y el calor de sus hombres y mujeres.
Tuve un reencuentro, abrazo, disfrute y exposición de nuestros amores, nudos, preocupaciones, ocupaciones, proyectos con una amiga, disfrutado de una amistad que trasciende a los tiempos, permitiéndonos el redescubrimiento y compartir de nuevas agendas y removiendo el afecto de nuestras adolescencias con los sabores de la madurez.
Sumé gestiones y trámites institucionales para cerrar un periodo exigente de lecciones, aprendizajes, transiciones y enfrentár  sus extensiones incomprensibles, pero que no logran incomodarme, habrá que darle tiempo al tiempo será mañana, pasado o la semana que viene, mientras me acomodo y preparo el ánimo para abrazar lo que venga tal como está atado.
Me aproximé, hundí  y emergí de la masividad emocional en el Ojo que Llora. Siendo parte de la conmemoración colectiva a la década del primer paso que ensayamos como país para conocer, reconocer, hacer justicia, reparar y educar alrededor de una de nuestras miserias sociales[2] develadas tras la violencia política oficializada en dos décadas (1980-90) y a pesar nuestro se extiende hasta nuestros días, un acto que pese al tiempo, remese todas las fibras de mi ser e invade. De su significado e implicancias trataré en otro momento.
Finalmente relajé mis emociones, bajo la cómplice penumbra nocturna apenas iluminada  por llamas que danzan al centro. Animando mi reencuentro con el ser cómplice, agotadoramente satisfechos  de compartir  este tiempo de serenidades donde es posible ver más allá de lo obvio y apostar por un mañana de esperanza. Una opresión repentina en el pecho me provocan una tos incómoda, e intento explicar, que son muchas emociones para un  día y que ya es suficiente,  me despido. A solas, cavilo que mi cuerpo aun no está preparado para trotar al ritmo de costumbre.
Lo inesperado me llega  en casa, a través de un zumbido que se pierde en el tejido enmarañado de la red. Observo un número desconocido, algo me impulsa a vencer mis medidas de seguridad de este tiempo como es ignorar llamadas de contactos no registrados u ocultos.
Marco y me responde una voz familiar es Olga Cadillo, mi prima por la vía materna de los Salazar, anunciándome con tristeza que el tercer Salazar de nuestra generación de origen, dejó de ser parte de esta vida[3]. No sé qué decir... soy socorrida por mi curiosidad cotidiana  ¿Dónde está? ¿Qué pasó?, ¿No estaba enfermo?, ¿Ha sido un accidente?, ¿Cuándo ha sucedido? Olga responde brevemente que acaba de tener un paro cardiaco a las nueve de la noche y lo velarán en la casa de la abuela, me disculpo y aseguro que estaré al nuevo día. Cuelgo y automáticamente conecto la muerte del tío Esteban  con aquella opresión en el pecho, me digo a mi misma, una vez más no sabes leerte bien.
Esteban Salazar Cadillo, se fue hoy 28 de agosto del 2013,  un paro cardiaco marco el fin de sus días a los sesenta y seis años,  tras la ruta de una esposa y una madre que le antecedieron cuatro y cinco años respectivamente. Una triada que en vida fue sostenida, sólida, constante, comunicante y férreamente. Superando  los desgastes o demasías que suele producirse entre la convivencia humana.
Saber que el tío  Esteban partió, en momentos que mi agotamiento y lento trajinar son límite para correr y asumir lo acostumbrado en otro tiempo ante similares situaciones, me frustra centrando la atención en mi ego. Estado del cual me desprendo cuasi inmediatamente para dar paso al sentimiento, recuerdo,  reflexión y mi modo de procesarlos, escribiendo, así es como debió iniciar este escrito.
Intento recordar mi relación con el tío Esteban, descubriendo que se asocia necesariamente con mi abuela Mercedes, Vilma, Manuel, Yolanda, el tío Juan. Mostrándome que casi nunca pudimos tener oportunidad y/o "tiempo" para conocer algo más uno respecto al otro en primera persona, porque nuestros encuentros fueron principalmente colectivos, unidos a grandes acontecimientos de matrimonios, cumpleaños,  vida y muerte.
Su imagen sonriente y afectuosa se llena de contenido a través de la narrativa de mi abuela, para quien siempre fue el hijo “con mala suerte” según sus palabras, porque no alcanzó el “éxito” económico, social, político, cultural que  los otros cuatro. Para Yolanda, era un típico Salazar más en privado que público, con el que podía dar la batalla sin perder, en suma buen cuñado. Vilma hablaba de él como un buen tío  amoroso, sincero, trabajador, honesto,  alegre y profundamente humano. Manuel siempre se refería a él como el tío bueno, confiable, disponible y solidario independiente de sus propias posibilidades.
A través del tío Juan se asomaba  las huellas de una fraternidad adulta y cuasi extinguida. En su narrativa trascurrían como en un gran teatro las emociones extremadas por la convivencia en  hermandad, aquel que crece entre dos hombres que han superado las casi dos décadas de diferencia generacional e  historias individuales. Era su chofer predilecto pero muy contestatario para su gusto. El único en quien podía confiar para hacer la travesía por las carreteras indomables del interior del país. En medio de largos viajes era su confidente hasta cuasi confesor, pero también quien lo mandaba a volar y dejarlo plantado si se acentuaba  su pose de oligarca.
Era su coaching en motores, al único que podía aproximarse dejando de lado su enojo y/o doblegar ese orgullo estúpido de los Salazar,  tras la última escaramuza independiente de quién tuvo la razón: “Es un negro terco” decía, como si se refiriera a su capataz o a su pongo. Para sonreir  inmediatamente  señalando: “Tiene carácter y es un hombre de palabra como todos los Salazar”.  
Cuando enfoqué mi recuerdo a mi propia relación, la hallé escuálida en tiempos y acontecimientos, me dije no es extraño por las accidentadas y complejas vías de mi relación parental paterna, toda una agenda para otro momento. Me vi con el tío Esteban en un contexto similar que he de enfrentar mañana.
Fue durante el velorio de su esposa donde lo abracé por última vez. Entonces me dijo haberse quedado huérfano por partida doble, primero de su madre y luego de su esposa [4] cuyos cuidados y amor fue también de madre para él y la abuela. No sabía cómo haría para concretar una paternidad voluntariamente asumida de un niño cuasi adolescente y engreido, sabía que tenía mucho amor, pero que eso no era suficiente para el cuidado y la formación que exigía. Recuerdo haberle señalado que cada situación nos enfrenta ante capacidades guardadas que desconocíamos y sólo se revelan cuando es necesario, que sabría ser buen abuelo y padre solo.
El último recuerdo que guardo de Esteban Salazar tiene aroma a cigarrillo, velas y  corona funeraria, un abrazo en medio del dolor que le había borrado la sonrisa y espantado la alegría de aquella  mirada traviesa, a cambio se  había asentado  el brillo congelado de lágrimas que no había terminado de brotar. El dolor lo envolvía completamente, de pie a cabeza y expelía por sus poros.
La muerte ese acontecimiento trascendental en cada vida, lo había despojado del soporte humano que lo acompañó, comprendió y sostuvo por más de dos décadas. Con sólo verlo uno comprendía su orfandad reiterativa, esa que nos hace conscientes de la soledad ante el mundo que no se detiene ¿Sería este el sentimiento de ser arrojado a la vida en términos de Heidegger[5], aquél que endureció su corazón hasta convulsionarlo?, ¿Sería su confrontación con la soledad en términos de Nietzsche[6] que detuvo su respiración? ¿Serían su emplazamiento de una paternidad como la desarrollada por Bonino[7] el que rebasó su resistencia? ¿Cargó y desgastó en extremo su órgano más sensible que fue su corazón con el que amó sin límites? Estas y muchas otras interrogantes se me agolpan intentando racionalizar las causas de su muerte para no dejar espacio a la tristeza, percatándome que todo es  irrelevante  ante la inmutable muerte.
El tío Esteban se fue, es un hecho que ya nada puede revertir, sólo podemos rastrear su papel en nuestra historia, las herencias de su vida y los sentimientos que reactiva y crea su partida. Para quienes creemos que hay otra dimensión donde vamos luego de nuestra estancia en la tierra, viene bien el recuerdo, la oración y los símbolos de conexión con lo que queda. Encenderé una vela y volveré a leer lo escrito que en mi caso es un modo de orar, hasta desprenderme del peso de mis emociones de este día, crear la paz para mi descanso puesto que mañana será otro, una nunca sabe cuando le toca irse, está la posibilidad de transitar de la experiencia onírica a otra vida si tu ángel se descuida, en todo caso es sumomento… Amén.


1] Seminario Internacional Políticas en Justicia Transicional. Diez años de verdad y memoria en el Perú, miradas históricas y comparativas sobre el legado de la CVR.
[2] Afirmo en plural porque se trata de uno de los tantos acontecimientos producidos en el país a lo largo de nuestra historia: preinca, inca, colonial, republicana.
[3] Hace casi cinco un quinquenio lo hizo el segundo Moisés quien me heredó lo único que conocí de él su linaje, con esta dimensión de mi vida.

[4] La abuela falleció  a los días de cumplir 92 años que festejó con doble torta.  Idelsa la esposa del tío Esteban  hizo al año siguiente

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