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viernes, 30 de mayo de 2025

CAMINANTE QUE HACES CAMINO AL ANDAR

El impacto de la pandemia, ha cambiado nuestras vidas, prácticas y haceres, sino para todas(os), si para la mayoría. En mi caso se ha producido un cambio procesual que longitudinalmente se inició en febrero del 2012, a causa de un accidente que primero me detuvo por cuasi dos años, sin impedir que continuara con mi labor cotidiana de tutoría online que ya en ese tiempo me había incursionado en la docencia virtual, paralelo a otros haceres. Luego de ello, reorienté mis actividades a la focalización de la investigación, evaluación y sistematización hacia la academia y asesoría en el terreno internacional.

A partir del 2020, enlacé el terreno internacional con el nacional, sistematizando y evaluando proyectos implementados en el país con impacto planetario, como sucede con la reducción de la delincuencia transnacional entre las que destacan la violencia contra la mujer, la niña y niño; la violación y el embarazo involuntario, la delincuencia organizada, el sicariato, el tráfico humano, estupefacientes y de armas. Atentados contra la ecología, los factores que aceleran el cambio climático, los derechos de los pueblos indígenas y la conservación de las reservas de oxígeno para el planeta.

En medio del entrelazamiento temático y análisis, para hallar la punta de la madeja que permitiera valorar lo avanzado y proyectar los futuros escenarios, nos halló el contexto a quienes estábamos embarcadas(os) de esos haceres. El mandato de aislamiento como única medida ante el desconocimiento del combate al covid19, por la ciencia y los Estados del globo. En nuestro caso con mayor rigurosidad, en contraste con muchos otros, sólo contábamos con 250 camas UCI (MINSA, 2021, 13)[1] para más de 33 millones de peruanos.

En estas condiciones mi hacer se concentró en investigación, orientación vocacional, apoyo académico virtual, unido a otras labores asociadas a mis especializaciones y experiencia profesional, con menos presencialidad de la necesaria. A medida que ha pasado el tiempo, otras prioridades ha generado espacio para mirar hacia adentro y fuera con distinta perspectiva. Contemplar en rededor, el horizonte, hacia abajo y arriba, con más detenimiento y mayores interrogantes. Apreciando lo bello y sabio que puedes descubrir en el momento y lugar menos imaginado y disfrutar del andar, mientras en mi mente resuenan temas como “Cantares”[2] de Joan Manuel Serrat, que llena de música al gran poema de Antonio Machado[3]:

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar

(extracto Proverbios y Cantares de Machado)[4].

Uno de esos descubrimientos, fue Rosa, una anciana detenida en una silla de ruedas debido a un derrame cerebral que la dejó paralizada del lado derecho de su cuerpo. Me demostró en acto y palabra que estaba paralizada pero no contenida. Ella había descubierto una ocupación cotidiana que la hacía vivir, como era alimentar a las aves que sobrevolaban su calle día a día, las que nunca faltaban independiente de la estación, era como una cita entre ella y las aves prestas a su salida de casa.

Le pregunté si no temía que esas pequeñas aves se quedaran en su casa o alrededores, invadiéndola. Ella me respondió que no, desde el tiempo que las alimenta y de eso hacía más de tres años. Al principio temía que sucediera así, porque cuando caminaba por la plaza de San Francisco, pensaba que dar de comer a las aves era invitarlas a quedarse en casa o la calle donde uno vive, al igual que a cualquier animal doméstico: perro, gato, conejo, gallinas, etc. Pero es desde su ubicación en la silla de ruedas, que descubrió el modus vivendi de las aves y su particularidad. Desde hace más de tres años me revelaron que son seres libres, puntuales y frugales. Sus alas las llevan a donde quieren y hacen que retornen puntualmente a donde hallan comida, la cual toman hasta donde necesita y no más. En cambio, las personas, son todo lo contrario.

Respondí a su confidencia, que yo al igual que ella, tenía ese temor, hasta la fecha tenía depositado alpiste en casa, tras mi frustrada experiencia de cuidado de un ave pequeña que hallé en el camino. En espera de la oportunidad para llevarlo, justamente a la Plaza San Francisco. Conocer su experiencia me animaba a entregarlo a las aves que suelen pasar por mi casa, sin ese temor de invitarlas a quedarse, porque comprendo hoy que no son ni quieren ser domesticadas.

Así es como aprendí de Rosa el modo de desprenderme de algo estancado por temor al apego, pero principalmente, que el cambio en nuestras condiciones de vida, no significan obstáculo, sino oportunidad para hallar nuevas modalidades como experiencias de vida manteniendo relación de convivencia e intercambio con otros seres. Me despedí de Rosa, capturando una foto con su permiso, que hoy comparto.

En este tiempo que me cuesta más la caminata, por la falta de energía que antes me desbordaba, lo hago a un menor ritmo, pero con más atención a mis pasos y el trayecto. Hecho que me permite identificar situaciones que en otro momento pasaría desapercibido ante mis ojos. Como la composición de los parques, tan distintos y semejantes en su uso entre unos y otros, donde la conducta de las personas es de escaso cuidado y máximo disfrute. En cambio, los árboles, suelen ser generosos proporcionando todo aquello que les corresponde. En la zona, son, además, testigos silentes de un pasado que cuenta de los usos que tuvieron esos espacios.

Están los imponentes ficus, que, en el caso de un parque, casi lo cubre todo, dejando apenas pasar la luz. No menos notables son los N arbustos frutales de higos, pacay, moras, guanábana, etc. que crecen en línea recta dibujando el canal de regadío extinto. El limonero al que nadie plantó ni ha tratado de eliminar, tampoco abonar, sólo de tanto en tanto el dueño de la vivienda que colinda le provee un poco de agua. Seres siempre bondadosos proporcionando sus frutos a otros seres que habitan la zona como ardillas, aves, lagartijas, etc. Sobreviviendo a los ataques periódicos de leñadores con uniforme de jardineros municipales[5], que no tienen idea de cómo ni cuándo podarlos.


Ayer que retornaba a casa, cuasi al medio día, en una calle de esas calles y bajo un árbol de Pacay, descubrí muchas pepas esparcidas, pensé cuánto pacay han cosechado y devorado, dejado con descuido las pepas por doquier en pista y vereda, colocando en riesgo el tránsito y al transeúnte por su ser resbaladizo y duro.

Avancé sumergida en estos pensamientos, cuando advierto la caída de más pepas, miro en rededor sin descubrir a nadie, levanto la mirada, el follaje tupido que no me permite distinguir a quien con irresponsabilidad arroja las pepas. Es cuando descubro a los pillos, eran tres pájaros que devoraban con placer y gran apetito la deliciosa pulpa madura de pacay, con envidiable habilidad en sus picos para abrir las vainas, extraer uno a uno los frutos, separando con destreza la pepa de la pulpa. Evidentemente, sin el cuidado de no regar las pepas descartadas por toda la radio donde alcanzan la copa del Pacay.

Me detuve a contemplar con ternura y maravilla la magia e interacción de la naturaleza, cuando no hay seres que atenten contra ninguno de ellos. En este punto me asaltó la idea, que el dueño de la vivienda cercana no atribuya su trabajo de limpieza al árbol y las aves, y en su intento de controlarlos, termine por cortar el árbol como ha sucedido en una de las avenidas donde las moras eran copiosas y generosas. Le pido al universo que ejerza su poder y enternezca el corazón humano para que esto no suceda.




 

martes, 2 de julio de 2024

IN MEMORIAN A MARGARITA MARÍA OSTERLING SALAS

 

Tomado del Muro de Margarita Osterling 
 
Estoy consternada, acabo de conocer que Margarita María Osterling Salas, falleció cerrando junio del 2024[1], antes de cumplir los 52 años el 11 de este mes, el mismo día del cumpleaños mi prima Irene que también partió previamente.

Una nueva partida que se suma a otras más, que entristecen mi alma, a lo largo de este nuevo siglo, acentuándose con la pandemia. Para quienes se van, sólo ellas(os) experimentaron estos cambios y para quienes permanecemos, la diferencia antes y después de la pandemia, es la despedida.

El viernes pasado en una asesoría, a dos psicólogas una en proceso y otra especializada en gestión empresarial, me preguntaron, cómo aprendí y desarrollé profesionalmente multidisciplinariamente. Respondí que fue más allá de las aulas, en interacción con otros profesionales en el desarrollo de experiencias concretas de trabajo, una de esas profesionales y gran persona fue Margarita, a quien conocí cerrando la primera década del siglo XXI, cuando inicié el dictado de cursos en la Dirección de Educación Continua de la PUCP[2]. En aquel tiempo el empleo de los recursos virtuales se producía, en una plataforma de emisión y recepción, unido al correo electrónico de cada estudiante.

Del muro de margarita

Ser docente online fue todo un proceso de aprendizaje con un equipo formado por Margarita María Osterling Salas como experta pedagoga en el empleo de herramientas y presentación de contenidos, junto con Mario Guerrero Azabache en el uso y manejo de los recursos virtuales. Asegurando que mi conocimiento como experiencia en evaluación y monitoreo aplicado a la investigación[3], fuera desarrollado como aprehendido, para efectiva y eficientemente ser aplicado por profesionales nacionales e internacional.

En mi rol de profesora de especialización, fue mi responsabilidad producir, generar e impartir conocimiento ad hoc a cada participante, pero también, fui aprendiz de Margarita y Mario en pedagogía, gestión y soporte de cursos online, así como de las exigencias y oportunidades de cada estudiante para aplicar sus aprendizajes en las diversas áreas de desempeño profesional.  

En ese espacio académico, tuve la oportunidad de conocer la dimensión humana de Margarita, cuyo espíritu de permanente ánimo, positividad y disposición ante mis preocupaciones sobre el real de aprendizaje de las(os) estudiantes bajo la modalidad virtual, nos impulsó a explorar en el empleo de nuevas estrategias, herramientas y prácticas por explorar en el 2010, como sucedió con el aula virtual que hoy es una herramienta cotidiana.  Evidenciado su búsqueda por ampliar la bastedad de la práctica pedagógica unido a su gran capacidad de innovación en el campo de la educación para nuestro país.

Margarita no se conformó con una experimentación de experimentación del aula virtual en la educación online, sino que se ocupó en que la misma fuera compartida y replicada por profesores universitarios de la PUCP, a nivel nacional e internacional, incluyéndolo como contenido del primer encuentro de profesores de educación online, comprometiéndome en la exposición y asumiendo ella la elaboración de la ayuda visual. Un registro de ello, es la foto de mi correo electrónico, que hoy es parte de su memoria.

Si bien es práctica cotidiana en la PUCP, el empleo de fuentes de información y referencias confiables, igual que el cuidado del derecho de autor, pero fue Margarita quién me animó a tomar en aquel entonces, cursos de propiedad intelectual y de patentes, evidenciando su holística ocupación de docencia, que incluye la formación de estudiantes y sus profesores.

Margarita, tras un periodo de labor en formación universitaria donde aportó al continuo desarrollo capacidades y competencias pedagógicas desde una perspectiva educativa integral e intercultural, considerando la especificidad de cada estudiante[4] para asegurar el ampliamente de las brechas de acceso y empleo de recursos digitales. Desde su labor de asistencia a equipos de investigación, incluyó estas dimensiones en cada disciplina con la que colaboró[5]. 

Del muro de Margarita
Especializándose en la producción de contenidos para el desarrollo de pensamiento crítico en las(os) estudiantes[6],  de las diversas partes del país desde su apuesta por una Educación Alternativa Intercultural. Aportando al desarrollo de contenidos para la educación pública a nivel nacional, tanto para estudiantes[7]  como para la práctica de las(os) docentes[8]. Llevándola a proyectarse hacia una experiencia de trabajo rural en la extensa provincia de Urubamba del Cusco, formando parte de la Unidad de Gestión Educativa Local de Urubamba- UGEL. Tarea que queda trunca, con su partida inesperada en esa localidad.

Margarita Osterling partió cuando menos lo esperaba y nos imaginábamos, por esos designios del universo y la finitud inesperada de la vida, para cada ser humano.

Antes de la pandemia, era una llamada telefóniica que me unía a la comunidad de parientes, amigas y amigos.  Despedíamos a cada una(o) colectiva y personalmente, recordando y nombrando nuestro modo de relacionarnos, convivir, disfrutarnos, amarnos, cuidarnos, aprender juntas(os). Ese recuerdo entrelazaba aún más, las relaciones con quienes éramos amigas(os) mutuos, actualizaba nuestros compromisos y promesas de mayor acercamiento, atención y comunicación. Reiniciando prácticas suspendidas como el compartir algún espacio coincidente, algún fin de semana, celebrar cumpleaños, con mayor insistencia cuanto más sumábamos al calendario y reconocíamos el amenguamiento del mañana, viviendo cada oportunidad como si fuera el último, creando nuevos recuerdos y aliñando mejor nuestro amor.

Muro de margarita
Las partidas desde marzo del 2000, han reconfigurado nuestras despedidas, durante los dos primeros años de la segunda década del siglo XXI en contradicción con el desarrollo, ampliación y accesibilidad a la tecnología digital de información, ampliado, renovado, facilitado la conexión y comunicación sin límites de distancia ni espacio. Nos enteramos de quienes partieron en la red, e parte eso es bueno, porque algunas veces estamos a tiempo para nuestro rito presencial de despedida. En otras, generalmente nos toca de golpe, sin más detalle de lo sucedido, y en muchas de las mismas, varadas en el dolor, puesto que no sabemos si es prudente o no preguntar a sus deudos.

Nuestras despedidas presenciales a quienes parten se han reducido de cinco personas a los más cercanos, aproximándose a los sepelios privados de personajes públicos que deben irse en privado, porque no es posible manejar la masividad, noticia y poco o no conocidos de sus parientes. Contradicción que se inició con la cuarentena por la pandemia del covid19 donde se desconocía su causa y el modo de contagio, para persistir en pospandemia, por una serie de razones que dilucidaremos en algún punto del futuro.

Despedirnos de nuestros seres amados y cada una de las personas significantes en nuestra historia de vida se ha reconfigurado, extendiéndose por más tiempo la tristeza al no ser parte de los ritos de despedida, la posibilidad de compartir el dolor, retomar las relaciones de los deudos con las amistades desconocidas del difunto(a), en algunos casos, por la proximidad generada por la red, nos conectamos con algunos parientes, principalmente hijas(os) e interactuamos reconociéndonos y/o compartir recuerdos.

Cuando converso con algunas personas sobre esta nueva experiencia de despedir a sus seres amados, suelen decir que tienen la sensación que el alma de sus difuntos sigue rondando en sus vigilias como si estuviera en sueños o tener sueños como vigilias. Con las(os) más cercanos hemos quedado en reeditar ritos para que quienes partieron y nos toque a nosotras(os), nos vayamos en paz, reconozcamos que es tiempo y quizás aprendamos nuevas formas de seguir conectadas(os).

Como he señalado en más de un escrito, en mi caso aprendí a despedirme de mis seres amados y de luz además de sentir, pensar y sufrir, mediante el escrito de nuestra historia compartida, para en parte, perpetuar digitalmente el registro una micra de sus pasos en este tiempo y dimensión que fue compartido conmigo como fue mi relación con Margarita, profesional de alta calificación, gran disposición, talento y calidez, creando un espacio grato y de confianza para el trabajo de equipo difícil de hallar en tiempos de labor estresante y cuasi impersonal.

Querida Margarita, que tu alma quede en paz y dicha, como fue tu vida creativa, sonriente, persistente, entregada al servicio de cambiar las condiciones del país desde una educación inclusiva, el amor a tus hijos y familia, la transparencia y sinceridad en tu amistad y relación esperanzadora  con este plano.

¡Buen viaje astral e infinito querida Margarita!



[1] UGEL Urubamba (28 junio 2024) Comunicado del fallecimiento de Margaríta María Osterling Salas. https://www.facebook.com/photo/?fbid=901327502010181&set=a.449817903827812&locale=en_GB

[2] Pontificia Universidad Católica del Perú. Sobre Educación Continua. https://www.pucp.edu.pe/educacion-continua/sobre-la-formacion-continua-en-la-pucp/ 

[3] Curso de Especialización en Investigación cualitativa aplicada al monitoreo y evaluación de proyectos sociales Profesora Catalina Salazar Herrera https://videos.pucp.edu.pe/videos/etiqueta/dimdim

[4] Osterling Salas, Margarita; García Talledo, Herminia; Sánchez Ortiz, Daniel (2012). Desarrollando capacidades y disminuyendo la brecha digital: una experiencia de formación con estudiantes de educación Asháninkas, Nomatsiguengas y Yaneshas de Río Negro. Informe Final: Fondos Concursables Administrativos. Recuperado 2 julio de 2024 https://dars.pucp.edu.pe/proyectos/desarrollando-capacidades-y-disminuyendo-la-brecha-digital/equipo/

[5]  Olivera Cárdenas, Luis Humberto et al.    (Coordinadora). (2011-2012). Hacia la construcción de un diálogo intercultural en la educación superior: procesos, gestión y saberes ashaninka de la corporalidad, etnicidad y medio ambiente. Recuperado 2 julio de 2024 https://textos.pucp.edu.pe/pdf/1607.pdf

[6] Osterling Salas, Margarita. (16 dic 2018). Introducción al pensamiento crítico. Recuperado 2 julio de 2024 https://es.slideshare.net/slideshow/introduccin-al-pensamiento-crtico-126061472/126061472

[7] Galarza Fernández, Gracia Fernanda; Osterling Salas, Margarita. (2020) Comunicándonos.  Seguir aprendiendo. Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira) Dirección de Educación Básica Alternativa (DEBA). Recuperado 2 julio de 2024.  https://repositorio.perueduca.pe/recursos/c-textos-escolares/intermedio/comunicacion/comunicandonos-3-intermedio-texto.pdf

[8] León Zamora, Eduardo. (2017). El fenómeno ECE y los efectos en las prácticas docentes. Lima: Tarea. Ediciones originales: Margarita María Osterling Salas. Recuperado 2 julio de 2024. https://www.grade.org.pe/wp-content/uploads/FORGE_El-fenomeno-ECE-Eduardo-Leon.pdf   

miércoles, 2 de noviembre de 2022

IN MEMORIAM LUIS LLONTOP SAMILLÁN

Querido Luis LLontop Samillán, acabo de enterarme que partiste al infinito, incrementando mi dolor de este tiempo exigente de ausencias sin despedida convencional. Mis seres amados se fueron en profunda privacidad, dejándome el recuerdo de lo que fuimos y tuvimos. Tiempo que me ha enseñado a sustituir nuestros ritos ancestrales por el registro de la memoria de quienes fuimos juntos, el significado y regalo que esta vida me dió para ser parte de mi historia.

Lucho como siempre te llamamos, llegaste a mi vida en tiempos que la tuya se iniciaba en la aventura del matrimonio. Andabas como cascabel por todos los ambientes de la institución donde trabajábamos, haciendo de cada acontecimiento fiesta y colocando alegría, todos decían: "está felizmente casado, hasta que pase el tiempo y su carnaval de dos se agote".

Te conocíamos nada entonces, puesto que poco a poco te fuiste descubriendo como quien eras, un ser desbordante de alegría, animosidad, colaboración y positivismo. El tiempo pasó y la fiesta siguió contigo, te afirmaste y confirmaste como pareja y mantuviste la actitud de recién casado todo el tiempo. Te hiciste padre, en tiempos donde aún no se ponía en cuestión la paternidad bajo el rol de proveedor y patriarca. Pero tú lo hiciste desde la práctica, decidiendo que ser padre era mucho más que ejercer el rol tradicional socialmente adjudicado y hereditariamente impuesto.

Solías decir que todo esfuerzo era muy pequeño para hacer de este mundo mejor, que no podemos ser luz de la calle y oscuridad de la casa, que el cambio empieza en nosotros, los hijos, la pareja, la familia, parientes y amigos.  Te rodeaste de quienes comulgaban tu fe, principios, valores y prácticas, jamás cruzaste hacia la otra vereda, por innecesario. Para ti, la eliminación de la pobreza pasaba por que cada uno de nuestros actos fuera en contra de una condición injusta, no creada por Dios, sino por otros seres humanos que necesitad apropiarse de aquello que les hace falta a otros, pero sobre todo, por una práctica de vida cristiana.

Entre nos, cada experiencia de trabajo compartido era una oportunidad de aprendizaje, te asombrabas y celebrabas ante  la metodología, las técnicas, el procedimiento y nuestra forma de relación con las organizaciones de mujeres y asentamientos humanos del cono norte. Solías decirme: “Ahora entiendo por qué te dicen la reina de los comedores, realmente te aman, no porque hagas filantropía, sino porque cada reunión es una oportunidad para cambiar personal y colectivamente. Yo que te creía tan dura, porque tu equipo te suele decir bruja, en realidad eres hechicera”.  Le respondía, que mejor me quedaba con bruja ya que así nos habían condenado a quienes somos respondonas y pensamos por cuenta propia.

Eran tiempos de nuestros desencuentros espirituales, tu llegabas y yo partía. Siempre recordaré la firmeza de tu ser fiel en todas las dimensiones. Desde tu natal Chiclayo, te había movido la fe de tus ancestros, que te trasladó a la capital y fuiste a sumar ese movimiento de UNECXS que yo hallé en proceso de decadencia. En cambio, a ti te había fortalecido en la teología de la liberación, siendo fiel discípulo de Gustavo Gutiérrez. El trabajo fue el espacio para la afirmación y profundización en tu fe, credo y compromiso religioso, en tanto las comunidades cristianas por donde transitabas y tu familia eran los pilares que te sostenían y alimentaban.

Nuestras largas conversas por reavivar la llama de la práctica institucionalizada de fe en mí, lejos de conmoverme me afirmaban en que mi partida y distancia era sin retorno, había transitado y agotado el camino de la reflexión y contemplación, mi mirada y compromiso era de cambios más profundos.

Recuerdo como si fuera hoy cuando una de esas noches, salíamos de una comunidad con trabajo coincidente, luego de un hecho doloroso de ver la pobreza extrema. Te dije con tanta rabia que: “Si nosotros no cambiábamos las condiciones estructurales de nuestra sociedad, hallaríamos tantas Luz, Marías, Juanas y Domitilas, cayendo día a día en la tuberculosis, como multíparas anémicas con escasa distancia entre uno y otro hijo, desnutridos y desnutridas, muriendo víctimas de una enfermedad respiratoria o diarreica, por el hecho de haber nacido en la pobreza y estar condenado a serlo hasta su quinta generación. Que la misa y catequesis para seres dolientes o las acciones filantrópicas sólo hacían extender y sublimar su sufrimiento”.

Tú me miraste detenidamente, te pusiste serio como pocas veces y susurraste: “Hay un plan de Dios para cada uno”. Yo asida de Sartre te dije: “No uses a Dios, menos a sus designios. Despojándonos de ser y hacer nuestro proyecto de vida. Liberando a los culpables de esta situación con impunidad, y para que nosotros, tranquilicemos nuestras conciencias luego de asomarnos al espanto, diciéndonos que algo hicimos y el resto es trabajo de Dios. Para   dormir cada noche, ese Dios con rostro humano sigue sufriendo en cada una de las personas que habíamos visto ese día, al igual que ellas, muchas otras personas desde hace veinte siglos”. Bajaste más la voz y dijiste: “Mujer de poca fe y gran sabiduría, ahora entiendo por qué te dicen bruja”. Alejando mi pesimismo y tristeza de aquella noche.

Cuando la vida nos distanció de los haceres compartidos, nos hallábamos siempre en las mesas de concertación, las marchas, celebraciones de jubileo y las despedidas de amigas/os compartidos. Recuerdo que una vez nos hallamos a fines de los noventa en uno de esos eventos coincidentes, yo tenía el cabello largo a diferencia de cuando trabajábamos juntos. Sorprendido me dijiste: “Caty, que hermoso cabello lo tenías bien guardado, hoy te has vestido de fiesta”. Yo te respondí, que en los tiempos del trabajo compartido, eran tiempos de batalla, sin espacio para lo personal porque el amor propio y autocuidado, requiere también de un tiempo. Que en este de libre albedrío, me había reconciliado con mi pelo y dejado que se exprese. Respondiste, "siempre que nos encontramos recojo gotas de aprendizaje por eso, es mágico coincidir por el  azar de la vida de tanto en tanto". Yo te dije, “querido Lucho, mientras compartamos los mismos valores, aun con distintas prácticas y preferencias, siempre nos hallaremos”.

Y así fue, siempre nos hallábamos para el intercambio como el abrazo y risa guardada. Hoy deseo que en el nuevo estado en el que te encuentras, nos volveremos a encontrar, puesto que en esta dimensión tú ya concluiste con tu tiempo habiendo logrado un buen vivir, grandes amores, amigos/as entrañables con quienes construiste tu historia. Teniendo espacio para acoger y compartir con quienes coincidimos un trecho de nuestro andar. El mío también ha de llegar cuando sea su momento.

Lucho querido, te recordaré con esa sonrisa y alegría que hacía de cada ambiente fiesta y cada reencuentro oportunidad para recrear la vida. Mientras nos volvemos a hallar, me acompañará lo vivido y compartido, en tiempos aciagos sin perder la esperanza, incrementando nuestra energía cuando más exigente y amenazador era el contexto. Me quedaré con el último abrazo para retomar el andar y el intercambio de amistades en una nueva marcha de protesta.

Ve amigo al encuentro de ese Dios con rostro humano que elegiste, a quien imitaste y dedicaste cada uno de tus actos con devoción, regocijo alegría y danza al estilo de Salomón, dejando tu legado de buen cristiano, ser humano, padre y esposo a tus hijos, quienes multiplicarán tus enseñanzas y sus aprendizajes, reinventándote en sus estilos, de modo que tu ser y hacer perdurará en esta y otra dimensión.


Un abrazo como los tantos intercambiado, hoy en el plano etéreo.

Descansa en paz y de Dios goza querido amigo.

Mi solidaridad con tu familia, especialmente tu gran compañera Gladys e hijos, en estos momentos trascendentes.

lunes, 19 de septiembre de 2022

IN MEMORIAM A DENIS SULMONT SAMAIN

Hoy te fuiste Denis Sulmont Samain, se apagó tu sonrisa eterna, la curiosidad de tus ojos, tu hábito francés en el saludo, rebelándose el espíritu y fe de niño que siempre te acompañó. Tu enorme gentileza, paciencia inagotable junto a esa gran curiosidad sociológica para la indagación, el cruce de información, preparación meticulosa de cada exposición o clase, que superaba de lejos a las barreras idiomáticas, consolidándote como uno de los ciudadanos del mundo desde antes de haberse producido la globalización.

Te has ido Denis a inicios de la post pandemia mundial desde el Perú, habiendo nacido como hijo de la II posguerra mundial en Francia. Aleccionándonos también en la partida, que uno no es, de donde nace; sino de donde se hace y yace, con la misión cumplida y el espíritu ligero. 

Has transitado dos siglos, sin perder el asombro y sensibilidad del niño que abre sus ojos a una sociedad en reconstrucción, se hace hombre abrazando el ideal de un mundo nuevo, justo e incluyente, comprometiéndote a ser parte, tomando como medio a la sociología. Absorbiendo y aquilatando, los aprendizajes de una sociedad que había transitado de la monarquía a la república una y otra vez.

Convencido que otro mundo es posible, te embarcaste en la búsqueda de indicios fácticos aproximándote con tu maestro  Alain Touraine a los movimientos sociales de fines de los sesenta en sociedades Suraméricanas y tratando de desentrañar sus complejidades te descubriste franco-peruano (1974) enamorándote de un país remoto a tus orígenes, sincretizando ambas culturas en tu ser y hacer sin necesidad de sustituir a ninguna[1].  

Ha pasado más de tres décadas desde la primera vez que nos conocimos en ADEC ATC, en tiempos donde unas(os) intentábamos y tentábamos deconstruir /reconstruir la historia de las ONG desde sus orígenes, enfrascándonos en el debate de sus vertientes, sin atrevernos a tocar sus horizontes. En cambio, Denis, se hallaba enfrascado en construir una teoría sociológica latinoamericana de los movimientos sociales desde el sindicalismo peruano, soñando en contribuir a la germinación del poder obrero, encarnando su experiencia  académica de la Sorbona y la Universidad Nanterre de París en un contexto  de la naciente V Repúblicade Francesa, en su nueva patria el Perú, sin imaginar que el neoliberalismo había decretado su aniquilación más temprano que tarde.

Mi retorno al mundo académico a partir de 1995, me reencontró con quienes serían mis maestras(os), colegas y amigas(os), de ese mundo privilegiado como es el campus de la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú), donde suelo sentirme en casa y a salvo. No sé si sucede con todas(os) que experimentamos la vida universitaria en comunidad, en mi caso traspasar el muro que separa el campus de una de las avenidas más transitadas de Lima, significaba dejar todo en la puerta e ingresar a un mundo distinto en ritmos, aromas, vínculos, convivencia y compartir. Sentimiento que solíamos compartir en tiempos de mayor incertidumbre en el país con Denis quien solía llegar en bicicleta tras sortear el monstruoso tráfico, siempre acompañado por su maletín desbordando de contenido y la sonrisa imborrable.

Diciembre 1997

Su compromiso social no se circunscribió a la academia, solíamos encontrarnos en cuanto movimiento de protesta se produjera, sea de respaldo o resistencia en las calles. Nuestra opción por la democracia, los derechos humanos y la paz, era un punto de coincidencia compartida. Como sucedió con aquella vigilia frente a la embajada del Japón cuando se produjo la toma de rehenes del cual guardo registro. Nuestra preocupación por lo que podría pasar, se refleja en los rostros de Máximo Vega- Centeno (de espaldas) Roelfien Haak (inseparable esposa), Denis Sulmot y Narda Henríquez. 

Si alguien dedicó su vida al estudio sistemático y profundo alrededor de un tema como el trabajo desde sus diferentes aristas, fue Denis, a diferencia de la mayoría de académicas(os) que suelen abocarse a los temas de boga. Inició sus estudios de movimientos sociales desde el “gran pueblo joven” que era Chimbote en los sesenta del siglo XX, donde pese a existir dos grandes industrias (pesquera y la mayor siderurgica de acero de la región) la población trabajadora vivía en condiciones extremas. Allí identificó como eje de estudio y análisis del trabajo asalariado, alrededor del cual desarrolló una investigación longitudinal que le permitió aportar a la historia del movimiento obrero durante los años setenta, pasando por el sector minero en los ochenta. 

Consumado el aniquilamiento de los sindicatos por el gobierno fujimontesinista durante los noventa, se dedicó al estudio del trabajo desde la educación e incursionó en la gestión de las instituciones y la responsabilidad social empresarial a lo largo del nuevo milenio[2].

Entre la transición de ambos siglos, se volvieron a cruzar nuestras vidas, él como Coordinador de la Maestría de Sociología, yo como estudiante de la misma, empecinada hallar respuestas y herramientas para comprender lo incomprensible: a) el poder y el empoderamiento, b) la crisis y reinvención de las instituciones, d) la metamorfosis de antivalores en valores (corrupción, pragmatismo, mendicidad y subempleo como práctica aceptada, a cambio de una promesa electoral de honradez, tecnología y trabajo), e) el papel de los actores en cada coyuntura y la configuración de las estructuras, f) la violencia nuestra de cada día en sus diversas formas, instancias y expresiones, entre otros.

Además de la coordinación de la maestría, Denis era nuestro profesor en Sociología de las Instituciones, donde percibí su dedicación, profundidad y meticulosidad en la indagación, preparación y tratamiento de los temas. Eran tiempos de transición en el uso de la tecnología, del retroproyector (un gran aparato pesado que proyectaba láminas transparentes impresas y fotocopiadas) al proyector con Power Point. Inclusive en la actualidad para quién no está entrenado en el uso de tecnología, aplicativos y software es complicado.

En aquel tiempo, era aún más complicado pasar del manejo de un tipo de equipo y herramientas a otros, la mayoría de los profesores contemporáneos de Denis, se eximían de esas labores, sea delegando a sus asistentes (jefes de prácticas) o simplemente omitiéndolos. Él se esforzaba en combinar todas las técnicas de participación como referentes de información y formación había obtenido, aun cuando significara mayor esfuerzo. Su syllabus, no era la fotocopia del año previo con alguna bibliografía actualizada (copy & page hoy) sino un meticuloso programa de estudios que revelaba el trabajo invertido.  

Sus clases me permitieron, enlazar el tema de investigación con mi expertis, logrando el sincretismo de sociología de las instituciones con la experiencia en gestión de proyectos de promoción y desarrollo social con perspectiva de género. Cuando le solicité lecturas de teoría asociadas, me facilitó no sólo la bibliografía, también material que ya había revisado y agotado. De modo que el diseño de investigación de la tesis, estaba concluida antes del primer año de estudios. 

Yo asumía que las(os) 17 estudiantes de mi promoción estábamos en lo mismos puesto que la mayoría era o había sido docente universitario, tenía como base de formación sociología ergo experiencia en investigación, mientras yo sólo había desarrollado trabajos de sistematización e investigación cualitativa de exploración y a lo mucho descriptiva.

En una de las sesiones del curso cuasi cerrando el primer año, yo estaba concentrada en registrar algunas notas, Denis preguntó: “¿Quiénes están en etapa o próximos a empezar el recojo de información?”. Por su puesto yo levanté mi mano, conservando la mirada sobre mis notas. Al sentir un silencio, de esos que se cortan con cuchillo, levanté la mirada, descubriendo que sólo éramos dos con la mano en alto (un compañero rezagado de promociones previas). Ante nuestra sorpresa, Denís anunció que había una oportunidad de beca.

Así es como, tras presentar y aprobarse nuestro plan de tesis, accedimos  a una beca de estudios para el segundo año de maestría de modo diáfano, sin mediar criterios rebuscados y burocráticos. Sumando a nuestra relación académica la administrativa, permitiéndome conocer el profesionalismo, la sabiduría y humanidad de Denis. Los reconocimientos tienen sentido y valor en vida como sucedió en su caso alegrándole el espíritu y alma en el 2008, pueden escuchar su voz. Video PUCP


La vida me ha obsequiado y sigue dando a borbotones la amistad y compañía de seres excepcionales en conocimiento, trato y humanidad, yo los denomino seres de luz, porque iluminan la parte compartida de mi historia. Denis era uno de ellos, con sencillez, proximidad, curiosidad y luminosidad. No olvidaré, su desapego del conocimiento en tiempos donde la información era poder, permitiendo  visibilizar al autor(a) en su diversidad, el acceso del lector(a) a la pluralidad de fuentes, incentivando la práctica del fit back y apertura para el intercambio, análisis y debate.

Todos sabemos de nuestra finitud, pocos somos conscientes y nos hacemos cargo de ello. Denís en un gesto aleccionador de conciencia responsable y consecuente, en el año 2003, nos legó la herencia social de sus investigaciones[3] y los materiales de trabajo, consultado y acumulado a lo largo de sus 35 años de vida académica[4]. Hoy y mañana disponible en la biblioteca de la PUCP bajo la denominación de Colección Denis Sulmont, insumo para el trabajo de las(os) investigadores actuales y del futuro. Su gesto es la expresión del contenido y sentido de maestro. Aquel que está dispuesto a dar e indagar con el aprendiz en tanto que el conocimiento es infinito.

¡Hasta siempre maestro, que con tu ser y hacer me iluminaste e inspiraste en la investigación!

¡Hasta pronto ser eterno y sabio desapegado de todo lo material e inmaterial!

¡Hasta pronto amigo de luz, desprendimiento e inspiración constante!


Descansa en Paz.



[1] https://guiastematicas.biblioteca.pucp.edu.pe/cedoc/denis_sulmont

[2] https://www.academia.edu/14583030/Curr%C3%ADculum_Denis_Sulmont_Samain

[3] https://pucp.ent.sirsi.net/client/es_ES/campus/search/results?qu=&qu=%22Donativo+Denis+Sulmont%22&lm=CCSS

[4] https://guiastematicas.biblioteca.pucp.edu.pe/ld.php?content_id=44454873

viernes, 9 de septiembre de 2022

IN MEMORIAM MERCEDES CAMBORDA VALENCIA


Mercedes Camborda Valencia, amiga, compañera, cómplice, alma blanda y de fe inquebrantable, acabo de saber que partiste a esa dimensión donde se deja de padecer el dolor físico, donde el sistema nervioso deja de transmitir sentimientos, sensaciones, emociones y padecimiento a las diversas dimensiones del cuerpo vivo y nuestra condición humana. Como sucede con la intensidad del dolor que provoca el cáncer, haciendo que aflore en su proceso aquello de lo que estamos hechos(as).  Hoy eres un cuerpo etéreo, que es y se desplaza, como te place.

Conocí a Mercedes allá por los años ochenta del siglo XX, cuando ella apenas había alcanzado la mayoría de edad, se hizo de una profesión inexistente en la era digital de este siglo XXI, gracias a Dora la Computadora. Era una secretaria recién graduada, pero master en cuestiones de trabajo colectivo, comunitario, voluntario y solidario desde la comunidad cristiana de Magdalena del Mar.

Ingresó a la institución donde laboramos juntas por cuasi una década, ella toda su vida, primero bajo el brazo aplastante de una dirección exigente, ambivalente, en proceso de su propio descubrimiento y afirmación. Puesto donde a momentos se sintió acogida y otros sobre cogida. En honor a la verdad, cuasi todas las secretarias que pasaron por el mismo puesto, tuvieron una experiencia similar, desde la heroica Milene, pasando por mi contestaria Roxana hasta la sinuosa Paty, que por poco más se hace de la dirección.

Yo era parte y a momentos coordinadora de un área, donde el poder era resbaladizo al punto que se mantenía bajo la fórmula de coordinación colegiada y dirección rotativa, una invención en la gestión institucional cuando no se puede ceder poder. Un área temida por otras y cada uno(a) de las cien personas a más que laboran en ella, pueda que por estar integrada de mujeres profesionales recién egresadas, con tercio superior, dispuestas a comerse el mundo y tomar el poder por asalto.

Con un método de intervención sistemático de diagnóstico, programación, ejecución, monitoreo, evaluación y sistematización, con resultados esperados e impacto favorable (insumo para nuevos proyectos). En contraste con otras áreas sostenidas en el método de ensayo error,  la educación popular de  aprender haciendo, la exploración y hasta la utopía de la construcción de comunidades como unidades vecinales con servicios colectivos, cuasi Kibustz[1], nunca olvidaré los objetivos de 5 hojas en el área urbana o los festivales de salud.

Como equipo, nuestra capacidad de propuesta e interlocución, nos transformó en área empoderada y hasta zona liberada que debía ser consultada, incluso -por más de una dirección autoritaria-. De modo que mi primera relación con Mercedes quién cumplía directivas de dirección, fueron entre formales, tensas hasta incómodas.  Situación que se modificó al conocernos más y consolidó cuando dejó de ser secretaria de dirección para formar parte de otra área.

Cuando la conocí, me impresionó la síntesis de contradicciones en su ser, como la conjunción aparente vulnerabilidad física, junto a la firmeza de carácter. Su nerviosismo controlado por una sonrisa amplia. Su capacidad de negociación con aparente condescendencia. Su solidaridad y maternalidad, disimulada con la gentileza. Era una joven delgada cuasi a punto de quebrarse, de ojos negros brillantes y traviesos, resaltados con un delineador negro, piel pálida cuasi transparente y cabello profundamente negro. Por eso la rebautice como Morticia (de los locos Adams), a ella le encantaba que la llamara así, de modo que nuestras vidas y amistad se deslizo entre Morticia y Bruja como me nombraba, por el espanto que sintió ante nuestra primera coordinación.

La amistad se expandió cuando dejé la institución, iniciándose nuestras pijamadas, terapias, cuitas, salidas, encuentros y desencuentros. Haciendo camino al andar, lo laboral dejó de ser el centro hasta cuasi difuminarse, salvo las crisis que ponían en riesgo su permanencia o asesoría a sus nuevos proyectos. Yo la calmaba, recordándole que por su fidelidad se había ganado la condición de socia, al que renuncié cuando llegué a mi techo. Recolocando al centro nuestra amistad, sueños, disfrutes y humanidad.


Veníamos de ciertas prácticas comunes y cuasi las mismas historias que nos atraviesas a la mayoría de las mujeres latinas, nacidas a lo largo de la segunda mitad de siglo XX. Ella era la típica mujer que asumió su rol del cuidado del otro a costa de sí misma, en sus diversas manifestaciones. Desde joven puso el hombro en casa, para progresivamente asumir la carga y responsabilidad familiar, además de la comunidad y el compromiso social, que a momentos la desbordaba. Como si no fuera suficiente, se hizo madre putativa.

Con todo su amor, responsabilidad y desprendimiento asumió su rol de madre, aportando a la sociedad una ciudadana y profesional competente, disfrutar del amor recíproco, gozar de la abuelitud por elección, más la adopción de hijo de cuatro patas. Ruta coincidente en estos años.

De lo largamente vivido y compartido, podría escribir tanto, pero tanto… que cubriría más de una trilogía, en recuerdo a su memoria diré que se hizo mujer en términos de Simone de Beauvoir, cumpliendo con los mandatos sociales, culturales y religiosos. Pagando con creces el costo de ser mujer que ama sin medida y fidelidad a prueba de balas.

“«No se nace mujer» quiere decir que no se nace sensible, abnegada, modesta, sumisa, afectuosa etc., es decir, que no se nace con los atributos de la feminidad; pues lo que denominamos masculinidad o feminidad son modos de conducta adquiridos. «Se llega a serlo» expresa que la adquisición de los caracteres secundarios correspondientes al género es un proceso de inculturación que se lleva a cabo a través de la educación. En el caso de la mujer, esta adquisición implica una negación de su trascendencia: lo que se le hace aprender son conductas en las que su libertad constitutiva se ve continuamente coaccionada.” (De Beauvoir, 28, 2015)[*]

Amó a la familia independiente de ser amada o no por ella en igual medida. Amó el trabajo independiente a ser valorada, respetada y reconocida. Amó a las(os) amigas(os) siendo siempre la mejor amiga, sin esperar ser para ellas(os) su mejor amiga. Amó a la comunidad y comulgó con ella, aun cuando la unidad estuviera lejana. Amó a Dios aun cuando él estuviera muy ocupado, para escuchar sus oraciones y amenguar su sufrimiento. Amó y apostó por una sociedad más inclusiva, tolerante y segura pese a sentir como pisa fuerte. Amó y besó tantos sapos, hasta descubrir que sólo eran hombres inseguros, egoístas, pequeños, desgastantes y prescindibles.  De modo que decidió SER ella plenamente.

Con Morticia, ensayé y me gradué de bombera, terapeuta, sanadora y maga, tras los destrozos que su desmedido amor dejaba en ella. Iniciando el nuevo siglo tiré la toalla, planteando como ultimátum que era tiempo de amarse a sí misma, que no le haría mal al universo tomara para ella un cachito de ese amor que prodigaba a diestra y siniestra sin medida. El sacudón y la liberación de cargas por la vida, tuvo resultados que le permitieron  desapegarse, crecer y reinventarse.

Iniciando el segundo decenio del nuevo siglo se graduó como psicóloga, un año después de su hija putativa, había comprendido y asumido que no se puede ayudar sin herramientas, tampoco es posible ayudar a quienes no quieren ni lo piden, de insistir con casos perdidos, sólo significaba hipotecarse. El apoyo profesional, es posible y viable sólo y solo si, es por iniciativa del afectado(a) con su compromiso y bajo su responsabilidad expresa.

“Nunca es tarde para lograr nuestros sueños, tampoco para empezar nuevos sueños ... la vida continua y es bella con todas las dificultades que se dan, sin ella no sería vida...cada día es una nueva etapa a empezar…” (Mercedes Gamborda Valencia, 29 agosto 2011)[2].

Con una segunda profesión y más de dos décadas de experiencia laboral en el terreno de los proyectos sociales se mantuvo en pie, frente a la arremetida del mercado laboral y el empequeñecimiento de aquella gran institución donde permanecía. Vivió las ironías del neoliberalismo, creciendo como profesional en tanto perdía la seguridad como personal administrativo (secretaria) en una ONG (sólo ellos están en planilla)[**]. Ella no arrugó, permaneció a medio tiempo e implementó estrategias para autoemplearse con nuevos proyectos, recuperando, innovando, creando y acertando. Enfrentando y superando las barreras propias del concurso, la competencia desleal, las zancadillas y por qué no, también los celos en un contexto socio-económico- laboral de sálvese quien pueda.

Mantuvo su hacer creando empleo e ingresos para jóvenes con mínima inversión a cambio de logros iguales o mayores a los tiempos dorados de las ONGs. Recurrió a lo que bien conocía en primera persona y sabía hacer, el trabajo voluntario, reconociendo y aquilatando el medio con el objetivo. Sabía que junto a los inventores de pulpines, el trabajo voluntario alejado de instituciones filantrópicas como las iglesias y fundaciones, enmascaba, distraía y deterioraba la práctica pre-profesional de jóvenes   universitarios(as), que en el nuevo milenio debían satisfacer la exigencia del sesigra en el sector público, para posteriormente, acceder y crecer en un puesto profesional en ese sector, pero no había otra estrategia, ante presupuestos mínimos para la gestión del trabajo de promoción con sectores empobobrecidos y sin oportunidades.

Su propuesta y experiencia alcanzó más del impacto esperado, de modo que la institución, transformó como un eje al trabajo con jóvenes y voluntariado, no sólo se replicó en el país, sino trascendió fronteras permitiéndole compartir en los países vecinos[***]. Mi Morticia querida se hizo regional, tenía muchos proyectos bajo el brazo, estaba feliz con su amado sobrino-nieto. Así como su hijo Coquito de cuatro patas, al cual solíamos pasear por la avenida Angamos y Arequipa cuando la ciudad dormía, en noches de pijamadas.

Seguíamos, soñando, riendo, planeando… hasta cuando el día menos esperado el cáncer llegó como regalo de natividad (2019) para instalarse en aquel cuerpo suyo, que sobrevivió a los avatares de ser mujer, profesional, joven y soltera entre dos siglos, con responsabilidades de casada, proveedora, madre, profesional, ciudadana consciente y comprometida. 

Como todo lo que le tocó enfrentar y afrontar en la vida, a Morticia se le entristecieron los ojos por un momento, luego sonrió, decidiendo dar la batalla. Me dijo: “Bruja, es una raya más al tigre, me encuentra de pie, feliz, sin deuda alguna. Hay mucho por hacer es cierto, pero como tú me dijiste un día, toca ocuparme un poco más de mí, hasta cuando sea mi momento”.

Así lo hizo, durante todo este tiempo de pandemia, con servicios de salud restringidos, inmovilidad y todos los factores en contra, Morticia no arrugó, no cedió, se mantuvo firme y se fue como decidió hacerlo. No me queda más que replicar su entereza y despedirla como quería.

Morticia de mi alma, transitaste esta larga batalla sin perder la fe, sonrisa y la fortaleza que la vida esculpió en tu ser a lo largo de la misma, solo pediste que este fuese, un momento de tránsito consciente.

Hoy te fuiste como ser de luz,  desprendida de tu cuerpo adolorida, a través del cual diste todas las batallas, viviste todos los amores, sabores y sinsabores de este tiempo y dimensión.


¡Ve amiga querida de tanto tiempo y muchas vidas!, 
a retomar tu andar infinito sin fatiga, dolor e impedimento.

¡Ve al encuentro del Dios que amas!,
en quien nunca dejaste de confiar, que te acoja en su regazo.

¡Ve Morticia de mi alma con parte de ella!,
hoy adolorida a pesar que mi razón y corazón, bien sabía que partirías.

Descansa en paz.




[*] Beauvoir, Simone de (2015]). El segundo sexo. 6ª ed. Madrid: Ediciones Cátedra Univers!Tat de Valencia, 904 p. [Traducción de Alicia Martorell  del francés:  Le deu.xieme sexe, 1949Éditions Gallimard]. I.S.B.N.: 978-84-376-2233-0 

[**] A partir de 1993 Fujimori abonó a la terciarización e inestabilidad del empleo, las ONGs que en discurso y labor hacia afuera promovían derechos humanos, laborales y derechos de las mujeres, hacia adentro no podía asegurar mínimamente acceso a derechos y seguridad social.

[***] Rodríguez Chávez, Sonia; Alva Córdova, Rodolfo; Camborda Valencia, Mercedes, Bello Bohórquez, Lorgio Edilberto; Robles Matos, Deshanira Aylinn; Gárate Mansilla, Silvia Iris y Mejías Gonzales Amny Raisbel. (Diciembre 2020). Estudio sobre Tendencias, Empleabilidad y Emprendimiento en Jóvenes y Mujeres de Lima Norte Lima: Alternativa, 81 págs.