Te has ido Denis a inicios de la post pandemia mundial desde el Perú, habiendo nacido como hijo de la II posguerra mundial en Francia. Aleccionándonos también en la partida, que uno no es, de donde nace; sino de donde se hace y yace, con la misión cumplida y el espíritu ligero.
Has transitado dos siglos, sin perder el asombro y sensibilidad del niño
que abre sus ojos a una sociedad en reconstrucción, se hace hombre abrazando el
ideal de un mundo nuevo, justo e incluyente, comprometiéndote a ser parte,
tomando como medio a la sociología. Absorbiendo y aquilatando, los aprendizajes
de una sociedad que había transitado de la monarquía a la república una y otra
vez.
Convencido que otro mundo es posible, te embarcaste en la búsqueda de indicios fácticos aproximándote con tu maestro Alain Touraine a los movimientos sociales de fines de los sesenta en sociedades Suraméricanas y tratando de desentrañar sus complejidades te descubriste franco-peruano (1974) enamorándote de un país remoto a tus orígenes, sincretizando ambas culturas en tu ser y hacer sin necesidad de sustituir a ninguna[1].
Ha pasado más de tres décadas desde la primera vez que nos conocimos en ADEC ATC, en tiempos donde unas(os) intentábamos y tentábamos deconstruir /reconstruir la historia de las ONG desde sus orígenes, enfrascándonos en el debate de sus vertientes, sin atrevernos a tocar sus horizontes. En cambio, Denis, se hallaba enfrascado en construir una teoría sociológica latinoamericana de los movimientos sociales desde el sindicalismo peruano, soñando en contribuir a la germinación del poder obrero, encarnando su experiencia académica de la Sorbona y la Universidad Nanterre de París en un contexto de la naciente V Repúblicade Francesa, en su nueva patria el Perú, sin imaginar que el neoliberalismo había decretado su aniquilación más temprano que tarde.
Mi retorno al mundo académico a partir de 1995, me
reencontró con quienes serían mis maestras(os), colegas y amigas(os), de ese
mundo privilegiado como es el campus de la PUCP (Pontificia Universidad Católica
del Perú), donde suelo sentirme en casa y a salvo. No sé si sucede con
todas(os) que experimentamos la vida universitaria en comunidad, en mi caso traspasar
el muro que separa el campus de una de las avenidas más transitadas de Lima, significaba
dejar todo en la puerta e ingresar a un mundo distinto en ritmos, aromas,
vínculos, convivencia y compartir. Sentimiento que solíamos compartir en tiempos
de mayor incertidumbre en el país con Denis quien solía llegar en
bicicleta tras sortear el monstruoso tráfico, siempre acompañado por su maletín
desbordando de contenido y la sonrisa imborrable.
Diciembre 1997 |
Si alguien dedicó su vida al estudio sistemático y profundo alrededor de un tema como el trabajo desde sus diferentes aristas, fue Denis, a diferencia de la mayoría de académicas(os) que suelen abocarse a los temas de boga. Inició sus estudios de movimientos sociales desde el “gran pueblo joven” que era Chimbote en los sesenta del siglo XX, donde pese a existir dos grandes industrias (pesquera y la mayor siderurgica de acero de la región) la población trabajadora vivía en condiciones extremas. Allí identificó como eje de estudio y análisis del trabajo asalariado, alrededor del cual desarrolló una investigación longitudinal que le permitió aportar a la historia del movimiento obrero durante los años setenta, pasando por el sector minero en los ochenta.
Consumado el aniquilamiento de los sindicatos por el gobierno fujimontesinista durante los noventa, se dedicó al estudio del trabajo desde la educación e incursionó en la gestión de las instituciones y la responsabilidad social empresarial a lo largo del nuevo milenio[2].
Entre la transición de ambos siglos, se volvieron a
cruzar nuestras vidas, él como Coordinador de la Maestría de Sociología, yo
como estudiante de la misma, empecinada hallar respuestas y herramientas
para comprender lo incomprensible: a) el poder y el empoderamiento, b) la
crisis y reinvención de las instituciones, d) la metamorfosis de antivalores en
valores (corrupción, pragmatismo, mendicidad y subempleo como práctica aceptada, a cambio de
una promesa electoral de honradez, tecnología y trabajo), e) el papel de los
actores en cada coyuntura y la configuración de las estructuras, f) la
violencia nuestra de cada día en sus diversas formas, instancias y expresiones,
entre otros.
Además de la coordinación de la maestría, Denis era
nuestro profesor en Sociología de las Instituciones, donde percibí
su dedicación, profundidad y meticulosidad en la indagación, preparación y
tratamiento de los temas. Eran tiempos de transición en el uso de la
tecnología, del retroproyector (un gran aparato pesado que proyectaba láminas
transparentes impresas y fotocopiadas) al proyector con Power Point. Inclusive
en la actualidad para quién no está entrenado en el uso de tecnología,
aplicativos y software es complicado.
En aquel tiempo, era aún más complicado pasar del manejo de
un tipo de equipo y herramientas a otros, la mayoría de los profesores contemporáneos
de Denis, se eximían de esas labores, sea delegando a sus asistentes (jefes
de prácticas) o simplemente omitiéndolos. Él se esforzaba en combinar todas
las técnicas de participación como referentes de información y formación había
obtenido, aun cuando significara mayor esfuerzo. Su syllabus, no era la
fotocopia del año previo con alguna bibliografía actualizada (copy &
page hoy) sino un meticuloso programa de estudios que revelaba el trabajo invertido.
Sus clases me permitieron, enlazar el tema de investigación con mi expertis, logrando el sincretismo de sociología
de las instituciones con la experiencia en gestión de proyectos de promoción y desarrollo social con perspectiva de género. Cuando le solicité lecturas de teoría asociadas, me facilitó no sólo la
bibliografía, también material que ya había revisado y agotado. De modo que el
diseño de investigación de la tesis, estaba concluida antes del primer año de
estudios.
Yo asumía que las(os) 17 estudiantes de mi promoción
estábamos en lo mismos puesto que la mayoría era o había sido docente universitario,
tenía como base de formación sociología ergo experiencia en investigación,
mientras yo sólo había desarrollado trabajos de sistematización e investigación cualitativa de exploración y a lo mucho descriptiva.
En una de las sesiones del curso cuasi cerrando el primer
año, yo estaba concentrada en registrar algunas notas, Denis preguntó: “¿Quiénes
están en etapa o próximos a empezar el recojo de información?”. Por su
puesto yo levanté mi mano, conservando la mirada sobre mis notas. Al sentir un
silencio, de esos que se cortan con cuchillo, levanté la mirada, descubriendo que sólo
éramos dos con la mano en alto (un compañero rezagado de promociones previas). Ante nuestra sorpresa, Denís anunció que había una oportunidad de beca.
Así es como, tras presentar y aprobarse nuestro plan de tesis, accedimos a una beca de estudios para el segundo año de maestría de modo diáfano, sin mediar criterios rebuscados y burocráticos. Sumando a nuestra relación académica la administrativa, permitiéndome conocer el profesionalismo, la sabiduría y humanidad de Denis. Los reconocimientos tienen sentido y valor en vida como sucedió en su caso alegrándole el espíritu y alma en el 2008, pueden escuchar su voz. Video PUCP
La vida me ha obsequiado y sigue dando a borbotones la amistad y
compañía de seres excepcionales en conocimiento, trato y humanidad, yo los
denomino seres de luz, porque iluminan la parte compartida de mi historia.
Denis era uno de ellos, con sencillez, proximidad, curiosidad y luminosidad. No
olvidaré, su desapego del conocimiento en tiempos donde la información era poder,
permitiendo visibilizar al autor(a) en su diversidad, el acceso del lector(a) a la pluralidad de fuentes, incentivando la práctica del fit back y apertura para el intercambio,
análisis y debate.
Todos sabemos de nuestra finitud, pocos somos conscientes y
nos hacemos cargo de ello. Denís en un gesto aleccionador de conciencia responsable y consecuente,
en el año 2003, nos legó la herencia social de sus investigaciones[3]
y los materiales de trabajo, consultado y acumulado a lo largo de sus 35 años de vida académica[4]. Hoy y mañana disponible en la biblioteca de la PUCP bajo la denominación de Colección Denis Sulmont,
insumo para el trabajo de las(os) investigadores actuales y del futuro. Su gesto es la expresión del contenido y
sentido de maestro. Aquel que está dispuesto a dar e
indagar con el aprendiz en tanto que el conocimiento es infinito.
¡Hasta siempre maestro, que con tu ser y hacer me iluminaste e inspiraste en la investigación!
¡Hasta pronto ser eterno y sabio desapegado de todo lo
material e inmaterial!
¡Hasta pronto amigo de luz, desprendimiento e inspiración constante!
[1] https://guiastematicas.biblioteca.pucp.edu.pe/cedoc/denis_sulmont
[2] https://www.academia.edu/14583030/Curr%C3%ADculum_Denis_Sulmont_Samain
[3] https://pucp.ent.sirsi.net/client/es_ES/campus/search/results?qu=&qu=%22Donativo+Denis+Sulmont%22&lm=CCSS
[4] https://guiastematicas.biblioteca.pucp.edu.pe/ld.php?content_id=44454873
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