domingo, 29 de noviembre de 2015

MÁXIMA MUJER INVISIBLE E INVENCIBLE

http://servindi.org/actualidad/142178
En estos dos  largos fines de semana que involucran viernes a domingo,  me he re-abastecido de amistad, alegría y amor, llenando   mi odre espiritual y alma. Re-energetizando eso que no se trueca por nada, la amistad  con seres que la vida nos enlaza por caminos  a veces inusitados como es el trajinar incansable en diversas veredas, moviéndonos entre múltiples aristas y siendo parte de inimaginables espacios bajo diversos roles y prácticas. 
Fin de año suele ser de movilización,  en pos de un café,  conversa, confesión o reunión con amigas y amigos, parientes elegidos. Con quienes nos damos un respiro para mirarnos, escuchar nuestras voces y tocarnos, porque lo hicimos poco, fuimos postergando o fueron espacios distintos aquello que  evitó la relación cara a cara. Encuentros que también ofrecen oportunidad para conocer a nuevos seres y tentar a diversos temas. 

Uno de esos temas que llamó mi atención por ser recurrente, es el caso de Máxima Acuña De Chaupe,  historia y perfil  de una mujer  que   destaca por su lucha cuasi bíblica entre un ser común y un gigante, para quienes estamos medianamente informadas(os).  Cuando la percibí invisibilizada,  me impactó, recordándome una práctica crónica en nuestra memoria colectiva, que de permitirlo continuará reeditando desaparecidas(os) y/o abusadas(os), como aquellos de las dos últimas décadas del siglo XX. 


La particularidad de un perfil de invisibilidad, es que difumina algo que existe, algo así como correr un velo sobre aquello que  está ante nuestros ojos, provocando que pase inadvertido, es como colocarse esas viceras (blinkers) que usan los caballos de carrera para mirar solo hacia adelante. Concentrándonos sólo en  nuestro   objetivo e interés  y no distraernos con lo que pasa en derredor, que sin duda es elemento de éxito, pero que transformado en enajenación nos genera todo lo contrario en nuestra condición humana. 


En nuestra historia como país descubrimos tras muchos años y trabajos las diversas prácticas  de invisibilización a  que  ha recurrido la sociedad 'oficial' para construirla a su justa medida al mundo andino (Cecilia Méndez, 2011)1 y al interior de él,  las mujeres.  Por ello es poco lo  que se conoce de nuestra herencia inca respecto al papel de las mujeres salvo trabajos como los de María Rostowrosky 2  (19883 ,19954).


Hoy sabemos que durante  la conquista puso en duda su condición humana [5], en la colonia usó su vientre para construir una sociedad basada en la bastardía (Emma Mannarelli, 2004)[6] en la lucha por la independencia se la denominó rabona, exacerbando su entereza y fiereza (Flora Tristán) [7] la república la transformó en parte del paisaje y durante el machay tiempo [8] fue el cuerpo sobre el cual se libró tantas batallas como se requirió para exterminarla[9], de sobrevivir estrujarle las entrañas, ensañándose con sembrar en ella, nuevos seres sin nombre, historia, ni memoria [10].   Una invisibilidad que intento robarle el alma olvidando que pertenecen a una estirpe que resistió y sobrevivió a quinientos años de oprobio.

De pronto me hallé confrontada con una película en blanco y negro, cuya trama el auditorium adivina  a medias  o como quiere, porque es muda.  En  nuestro país  la desinformación e ignorancia de lo que sucede en su interior y a más de cinco mil metros sobre el nivel del mar  es una constante, a cambio se construyen nuevos mitos, en plena era digital. Sin duda por el sesgo de los medios de comunicación, pero también, por la escasa práctica de leernos, reaccionar, dialogar. 
Pese a la gran información alternativa que circula por las redes  y el internet, suele ser menor nuestro detenimiento para enterarnos, reflexionar y ser parte de las corrientes de opinión que discurren  o crear alguna otra. 
Los grupos con los que departí fueron pares ilustradas(os), sensibles, comprometidas(os) con el país, preocupadas(os)  por los aconteceres como: inseguridad, temeridad de moverse en la megaciudad de Lima y las grandes ciudades del país; las elecciones ad portas, el riesgo de la captura del Estado  y a pesar de todo ello, descubrí que más de una(o),  historia de Máxima Acuña, su lucha actual, fuerza y ejemplo. 

 
http://elpais.com/elpais/2015/03/17/planeta_futuro/


Máxima Acuña, suma a ese perfil de mujer quechua hablante, iletrada, andina, habitante de la puna;  una talla de solo metro y medio, donde guarda su fortaleza titánica [11] la compañía del hombre que  junto a ella fecunda la tierra, al igual que su vientre, de donde les nacieron cuatro hijos que son su compañía.  


La familia es la razón de su vida conectada umbilicalmente con esa tierra que ama y respeta, porque es la fuente cierra su círculo de relación con el planeta y otros seres cuyas vidas dependen de ella. La tierra que   la vio nacer, crecer y cobija [12]  


Máxima Acuña, vive en uno de los picos más altos de los andes peruanos dentro de la región Cajamarca, allí donde nace el agua  y es posible cultivar solo papa, quinua, quihuicha, pescar trucha, criar auquénidos y  ganado menor.  Su mayor delito es amar  y defender lo que es suyo y de sus ancestros [13] cuyo cuidado y bondad se multiplica para quienes aún pueden beber agua no contaminada en los pueblos bajos. 

Su delito es no haber cedido, primero a las ofertas para vender un terreno agreste o entregar la laguna para su evaporación,  para ella valen mucho más que el oro, porque ha establecido una conexión incorruptible con todo lo que le rodea, incomprensible para quienes no tienen esa herencia ancestral de amor y veneración de la tierra, el agua, sol, los cerros.  


Su invisibilidad se debe a que  mantiene   una lucha  en condición de desventaja, por defender lo que le pertenece, enfrentando al poder, el dinero, los mecanismos de presión, el sistema de corrupción[14] sin retroceder un milímetro de su posición de propietaria de los terrenos y la laguna azul[15] ante la ambición y presión de Yanacocha[16].

Máxima Acuña, es una mujer que tiene la solidaridad del mundo, pero menos del 2% de peruanos/as habla de quien es,   se suma a su causa y respalda. Para llegar a más peruanos y peruanas, es insuficiente que se haya filmado una película alrededor de su causa y lucha [17] puesto que la misma, carece de morbo y escándalo sexual o sangre. Tampoco haber  ganado el juicio ante el poder judicial a  Yanacocha [18] es digno de atención, pese a ser una lucha desigual con una de  las empresas mineras  más poderosas del planeta. Menos aun que la hayan premiado como defensora del medio ambiente [19]  en su pueblo , porque es un lauro que tiene escaso valor social.  


Las cruzada que se ha levantado a su favor por ser víctima de violencia contra la propiedad privada [20] o a su condición de mujer por haber sufrido maltrato y agresión de quienes deben protegerla como ciudadana[21],  se han producido por medios regionales y vía  electrónica por  más de tres años. En vísperas de la primera sentencia  en su contra  registró 1068 respaldos [22], más adelante una carta de apoyo de intelectuales [23] Diametralmente opuesto a un escándalo choliwodense o un evento grotesco que ocupan los puntos de atención y audiencia en los diversos medios de comunicación.  


El nuevo reconocimiento como heroína ambiental en el marco de la cumbre de Naciones Unidas  24 la coloca en el escenario internacional, tiene solidaridades externas mientras adentro se invisiviliza. Su caso sigue desarrollándose entre los telones de un país, que se desgarra por occidente, escandaliza con medio oriente, padece por el Asia, así como con  las atrocidades contra el planeta, pero desconoce o sólo ignora lo que sucede en su patio trasero.
http://portalelreportero.blogspot.pe/2015_03_01_archive.html
En este periodo de adviento, que es anuncio de nuevos tiempos, en el  penúltimo mes del decimoquinto año del siglo XXI,  donde nos aproximamos(as) unos a otros(as), me vi interpelada con esta invisibilidad que me toca como mujer, peruana y ser comprometida con todos los seres que existen en el universo. 
Por eso he querido colocar mi grano de arena en contar algo de Máxima Acuña[25] anudado a otros cuentos,   para que quienes lean este artículo y despierten su curiosidad y puedan profundizar en ella a través de los veinte y cinco enlaces. Que crecerá si cada quien  añade otros en los comentarios. 

Espero de este modo,  contribuir a una información oportuna, para evitar    que  cuando el horror  nos salte a la cara como sucedió en el 2003, no volvamos a resistimos en aceptar el peso de los acontecimientos e impacto. En aquel momento fue el volumen de muertos  y desaparecidos. Reaccionando unos con la ignorancia, otros negando que sea cierto, cuestionando las cifras, acusando un cálculo  antojadizo, por  temor a asumir nuestra cuota de responsabilidad y silencio. Porque no nos informamos a tiempo, nos fue indiferente, nos hicimos de la vista gorda, nos paralizamos por el miedo o fuimos cómplices silentes porque pasó ante nuestros ojos y no vimos nada.

martes, 6 de octubre de 2015

CUARENTA Y CINCO MINUTOS BAJO GARUA


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Hoy me descubrí paciente, sofocando a la urgencia y  atención de prioridades,  que en perspectiva quedan desnudas, sin ese ropaje abstracto con el que recubrimos todos los haceres, dejando que copen nuestro tiempo, hasta secuestrarnos como Ser, al punto que   enajena creyéndonos lo importante que somos  para perder el tiempo bajo una garúa de octubre .
Los primeros quince minutos coincidí con dos semejantes, cobijándonos bajo cornisas inexistentes de esta ciudad desprovista de espacios para acoger, permitir el respiro, aliviar el cansancio, animar el intercambio, la relación humana, menos proteger de los embates de la naturaleza. Diseñada sólo para el tránsito, si a pesar de ello, te detienes caes bajo sospecha. 
Aun así estábamos detenidas,  tres mujeres de mediana edad, riéndonos de los apuros que impulsan otros pasos y burlándonos de la  garúa sobre cada una, mirando de tanto en tanto hacia la perspectiva por donde asomaría la figura del  ser  amado(a) con quienes cada quien proyectaba el encuentro que espantara a la humedad que calaba los huesos y animara el alma. Acostumbrada con mis congéneres, a la puntualidad o llamada tranquilizadora ante la demora  me percaté que me había detenido en la parada errada porque los buses estaban desbordando. Era Carabaya, el paradero del metropolitano que va hacia el norte. Mi amiga vendría del norte,  que se detiene en  Camaná.  
Me despedí de mis compañeras de espera, caminé a prisa para absolver mi error temiendo ser yo quien se hiciera esperar.  Me animé pensando que tenía a  favor un día tan complicado como este, donde todo  está de cabeza,debido a la inaugural reunión de quienes deciden como se gobierna en un país que no es el suyo, pese a que nadie lo conoce, tampoco ha elegido y menos se hará responsable de  lo que pase después. Es más, deciden como se gobierna en el planeta, especialmente en zonas de mayor vulnerabilidad, calculando cuantos mueren y de qué forma bajo el rubro costo social. Como decía mi amigo Jhony Juarez:   “¡Quien tiene  plata puede y hace lo que quiere!, y quien no, aplaude o sólo mira”.  Para    simples mortales, sólo nos toca saber porque no podemos sustraernos de los indicios y su lógica e indignarnos. Así como, envidiar a quienes no saben y sólo se topan con sus secuelas como el tránsito  infernal.
Caminé un trecho, descubriendo entre el gentío  a una anciana de pasos lentos y cortos, que tenía un ramo de flores en los brazos, deslizándose dueña del tiempo y el espacio, casi sin tocar la acera. Me dije: “Si llego a esta edad, espero tener tanta fuerza como ella y caminar sin que nada más importe”. La rebasé y llegué a mi destino. La llovizna acentuaba, me sentía huérfana de cobijo, sólo postes de luz, farolas con tendencia regresiva y semáforos. Me resigné, adoptando una postura contemplativa.
Las siete menos cuarto, en la estación del Metropolitano que va del centro al sur, se reproduce la misma imagen anterior, con algunas particularidades, aquí nadie conversa, no hay murmullos, todos están en otro lugar a través de sus máquinas comunicantes. Hombres y mujeres jóvenes que a diferencia de la anterior parada, visten con formalidad, elegancia y moda, sin duda se trata de ejecutivos(as) de mando medio que agotada la jornada en los ministerios y empresas de Lima cuadrada retornan a lo suyo y la vía más rápida es el Metropolitano, hacía el sur oeste, zona de confort de la Lima tan diáspora.
Me percato que cada tres a cuatro minutos son tres a cuatro buses “A y C” que vienen del norte, con asientos libres de pasajeros, mientras que en el andén una veintena   aborda cada autobús, en tanto descienden de él, de tres a cuatro personas. Lo que no comprendo es por qué, la fila de ingreso al andén tiene hasta cuatro espirales de su mismo tamaño replegada en sí  en el exterior. 
La anciana me alcanzó me mira y sonríe como diciéndome: “Ilusa vez no por caminar ligera llegas más lejos, te alcancé”. 
Se ha sumado media hora  a la prevista y no puedo creer que esté parada en una esquina sin noticia alguna de quien espero. Me alarmo, llamo para saber si ha sucedido algo, como respuesta el re-direccionamiento del aparato me pide  dejar un mensaje, sin reconocerme señalo mi preocupación y disposición de seguir esperando. Cuelgo y me descubro sorprendida de mi misma, en otro tiempo u otra espera, simplemente hubiera señalado que no espero tanto y anotado inmediatamente que me iba, nos veríamos otro día, total la trascendencia no era mía, aun cuando me atravesaba. Me descubro, menos egoísta bajo la garúa, más humana y consecuentemente más disponible.
Tengo frío pese al gran abrigo, tomo un segundo emoliente, mirando a través de  las ventanas de los buses que se detienen uno  a uno,  si mi amiga se asoma.  De pronto me invade esa sensación de inseguridad que se suma a la incertidumbre, que estimula nuestra imaginación y empuja a prácticas irracionales. Advierto que  estoy al otro lado de la salida de pasajeros, que no me ubicará al bajar. 
He cruzado al frente, me confundo con el gentío que se agolpa   hacia la parada. Tengo otro panorama los buses que van al norte siguen desbordados, son los viajeros que van a domicilios con mediano o ningún confort, este se revela desde el apiñamiento de pasajeros hasta sus oscos rostros. El olor a palomitas de maíz me invade y  esa la larga cola de quienes van al sur, atrapa nuevamente  mi atención. 
Un bus totalmente vacío aparece, la reacción de hombres y mujeres es ,a pugna por ingresar, esfuerzo detenido por el mecanismo de ingreso, que permite logren su cometido sólo una espiral de la cola antes que el bus parta. Todo vuelve a la “normalidad”   mil preguntas se me agolpan: ¿Cuál es la racionalidad por el  que   pasajeros(as) hacen una larga cola para ingresar a  un andén apenas ocupado perdiendo la oportunidad de un bus vacío? ¿Cómo está planificado para agilizar el transporte en horas punta en una zona con escasa demanda, y otra, que si lo está? ¿Por qué los buses  van de tres en tres y paran en todos los paraderos? ¿Por qué no  es posible que unos paren en uno,  y otros, en la siguiente parada, para que todo fluya? ¿Es así todos los días? ¿Alguien monitorea o vigila para introducir cambios y mejoras? ¿Cuánto tiempo llevará modernizar el transporte? ¿Estaremos condenados(as) a un servicio irracional, miserable y disuasivo? ¿Por qué todos se someten? ¿El atropello y la deficiencia es sinónimo de servicio público masivo? ¿O en realidad lo único que importa es la rentabilidad por sobre la racionalidad del servicio?
La vibración del celular me rescata, es mi amiga diciéndome una serie de explicaciones que no entiendo, le digo donde estoy. La espero está vez  tratado de descubrir su rostro entre el gentío de todos los lados, porque en verdad no imagino por donde aparecerá, mientras me prometo que es la última vez que tengo la genial idea de esperar a alguien en un paradero para decidir de a dos dónde vamos, ergo sin planes, porque lo más importante es la agenda y la improvisación suele ser una aventura que te recuerda que la vida  también requiere una dosis de espontaneidad o medios planes de tanto en tanto. Similar a la silueta de aquella anciana  que  ha agotado  cuatro cuadras en tres cuartos de hora, su silueta parece despedirse saludando a mi espera, dos cuadras hacia el oeste.
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Llegó mi amiga y tras mutuas explicaciones y disculpas, decidimos cobijarnos en el Queirolo, no sin antes preguntarnos si era seguro, mientras nos reímos de la pregunta irónica, porque nada en esta gran ciudad es seguro, sólo ese momento de nuestro encuentro. Nos tomamos del brazo, hacia el Queirolo que a la distancia parece cerrado, pero a medida que nos aproximamos se revela… Caminamos ignorando los hedores que emergen de las penumbras, la soledad y abandono de aquellas calles, antes tomadas por pensadores, bohemios, poetas… guardamos silencio, quizás con la esperanza de hallarnos con los fantasmas de quienes en noches como esta, se juntaban a bosquejar este país.
Nos acogió el solícito servicio de siempre,  ubicándonos en una mesa para dos, en el salón de ingreso,  porque los siguientes habían sido tomados sólo por bebedores frecuentes,  nos sentamos, advertimos algunas mujeres salpicadas, aun en este tiempo sigue siendo un lugar masculino a esas horas, una vez mas, me siento tan a gusto de invadir un lugar seudo segmentario, semi pacato y tan libre. Pedimos un vino y piqueo mientras la noche  se viste de fiesta y el telón corre… abrimos nuestra agenda y corazón, pero ese es otro cuento.


lunes, 28 de septiembre de 2015

MAS DE UN MILLÓN DE EXPOLIADOS EN FE, TIEMPO Y BOLSILLO



Si un tercio del millón 47,725[1] de habitantes de San Juan de Lurigancho (SJL), que transita mínimo dos veces al día por la Av. 9 de Octubre que lo une el distrito del Rímac   y atravesándolo, con el centro de la Lima Virreynal. 
Renunciarían a ser contemplativos, se despertarían un día de estos, con tanta energía, indignación y  adrenalina  que resolverían en menos de una jornada,  los cien metros de brecha en una obra suspendida para unir la vía Surco y el Río Rímac. 
La línea amarilla,  en el más breve trecho de su trazado, se entronca con la principal pista de acceso y salida del distrito más poblado de Lima que hoy es su principal escollo. Tras superar varias escarnamusas entre poderes locales[2], fue instalada sólo por tres meses, el pasado 6 de agosto cumplió doce[3] , mostrando una vez más que la proyección de una obra pública, puede extenderse al infinito y culminar tras más de dos décadas[4], sin que nadie diga ni haga nada.

http://betinforma.blogspot.pe/2008/08/caos-vehicular.html
Las/os transeúntes del mayor distrito de Lima, en su papel de usuarios,  viene siendo despojado de su fe en el progreso, tiempo, paciencia y dinero, por dos obras arbitrariamente ejecutadas: vía línea amarilla y vía túnel Santa Rosa. Debido a que los promotores y gestores públicos se han desentendido de su básica responsabilidad de autoridad local, como es, considerar y reducir a su mínima expresión el impacto socio-económico-ambiental de una obra en la población afectada. Olvidando que esta práctica es también  la carta de presentación ante 650 mil 163 electores de SJL y el impacto de su pobre actuación local de quienes aspiran a ser gobierno nacional en algún momento de su enajenada ambición política, sin duda colocan sus posibilidades en la frágil memoria del elector al momento de decidir.
El problema del tránsito, al ingreso/salida de SJL es un ejemplo que pinta de cuerpo entero la capacidad de gestión del gobierno metropolitano a manos de dos gestiones en poco más de una década (12 años). El  periodo de gobierno actual(2015-2018), ha extendido su berrinche de poder hasta un estado de voluntad política vegetativa, deteniendo la obra[5] de la línea amarilla (denominar así durante su primer gobierno 2003-2010) o rio verde (como lo renombrara su sucesora 2011-14). En evidente desquite simbólico de su ex colega, que en su momento, inmovilizó su obra emblemática en SJL: Túnel Santa Rosa[6].

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Cada quien desde su perspectiva,  esgrime argumentos para justificar el cuestionable comportamiento de gestión local en una[7] y otra obra[8]. Pueda que los problemas vayan por otro lado[9], pero la escasa reflexión responsable sobre las misma impide un diagnóstico acertado y una solución propicia en sus manos. En cambio el argumento de uno es contra el otro, posiblemente alguno tendrá mayor asidero técnico y financiero, sin embargo, ambos dejaron de tomar en cuenta en su decisión  y actuación sobre el problema de tránsito y transporte, el impacto en los tiempos, paciencia y aguante de mujeres y hombres usuarios(as) de la vía, que independiente a sus edades, ocupaciones e ingresos pierden hasta dos horas para transitar poco más de dos kilómetros (Ovalo de ingreso a SJL y la plaza de Acho)[10] que en otros tiempos y condiciones implica un promedio de cinco minutos.
Cualquier pasajero que observa  el caos en la Av. 9 de octubre,  desde la ventanilla de la línea 1 del tren eléctrico -durante los 10 segundos que le lleva rebasar el trecho de atalaya-, sin lugar a dudas, bendecirá a quien se le ocurrió extender la ruta del tren a SJL[11] y no a Comas como lo había proyectado originalmente el APRA[12]. En esos segundos, para quien mira el caos  bajo sus pies, reeditar su percepción del Presidente de turno como un acertado Estadista, condición que se acrecienta cuando visualiza la línea 2[13] y sonríe con esperanza  cuando imagina las futuras 6 líneas[14] interconectadas  y funcionamiento; abreviando distancias, tiempo y estrés, al igual que ese aparato  que no se aparta de sus manos y sin  el cual no imagina la vida.
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En este punto se convence, que Ollanta Humala es su mejor presidente y cual arte de magia se evapora de su imaginario todos los errores, desaciertos y escándalos. Emerge como el salvador de las 10 millones de habitantes de la mega ciudad de Lima que se transitan de cono a cono y del centro a la periferie  en viajes que asemeja tiempos  interprovinciales. Rebobinar el caos que guardo su retina, en tanto se siente privilegiado(a) junto a 340,000 usuarios(as)[15] que día a día han dejado de sumarse al caos y embotellamiento de Lima la Horrible[16]. Y especialmente él o ella de haberse  alejados de la trampa entre Tres Compuertas y Piedra Liza. Luego de colocar a Humala casi a nivel de visionario estadista, San Martín, Santa Rosa o la Sarita Colonia, gracias a la percepción general tan popular como egoísta de santificación, según la atención y satisfacción de su necesidad personal. Se serena deja que pensamiento crítico, social y colectivo retorne, pronto descenderá del tren para ganarse los S/750 nuevos soles mensuales que hoy le alcanza para transitar ese largo trecho desde Bayovar hasta el Parque Industrial deVilla donde tiene otros sueños, cada día más cercanos,  porque invierte en ello sólo un tercio de lo que antes del tren hasta SJL invertía, esa es su realidad y el caos es sólo un punto que puede ver brevemente y desde lejos.
Mi ser reflexivo imaginario se aleja y emerge ante mí, un cúmulo de preguntas sobre el posicionamiento cuasi natural y resignado de un problema en la vida diaria de más de más de 300,000 personas que circulan sostenidamente día a día entre SJL y el centro de Lima.
¿Qué es lo que ha marcado y cincelado en nuestra psiquis de peruano(as) para bajar la cerviz, ser más individualistas que los norteamericanos, agredirnos entre agredidos. Llenarnos de rabia, ira e impotencia ante un abuso sin enfrentarlo en su origen y resolverlo. En cambio desplazarlo hacia los más cercanos vulnerables descargándonos con el más débil que se encuentra cerca: niño(a) anciano(a) mujer, joven, ambulante, cajera(o), cobrador(a), dependiente?
¿Cómo se hace posible, que una obra cuyo impacto económico y social previsto para 90 días, con una  extensión máxima  a  120 por contingencias. Se instalara 411 días y nadie diga ni haga algo para poner fin a la tortura diaria de peregrinación automovilístico?
Si lo que más le duele a una persona del siglo XXI es que le metan la mano al bolsillo y expolie ¿Por qué no dice nada el transportista cuyo costo se eleva en 1200% al invertir 60 minutos en un trecho que implica no mayor a 5? ¿Por qué no dice nada la persona de a pie, la autoridad, las instituciones que tienen el mismo impacto con afectación de sus vidas y haceres?
Y emergen algunas probables explicaciones tan libres como suele ser mi imaginación;  vasta como mi experiencia y conocimiento de lo que somos como país. Lo primero, se acerca a la mirada histórica que suele acompañarnos a quienes tenemos enfoques de proceso que no es lo mismo que memorística. Pueda que una de las explicaciones esté en nuestra herencia genética de colonizados(as) no sólo en el territorio sino en el pensamiento, que se engendró con la conquista en nuestros antepasados(as) transmitiéndonos cuasi naturalmente nuestra condición de sometimiento, silencio, invisibilidad para no llamar la atención, haciéndonos parte del paisaje exótico. Tara que atesoramos sin conciencia de ello, como el cáncer que sólo advertimos cuando no hay nada más que hacer que convivir y resignarse a morir con él. Con una práctica de sometimiento -aún cuando los de afuera, digan que se es valiente, pero en verdad es de descuento-. De ser el aguante y silencio ante el atropello es una herencia genética, solo hay dos vías: nada más que hacer, acomodarse lo mejor posible y resignarse ó extirparlo aun cuando se muera en el intento.
Pueda que la explicación no sea tan dramático, que nuestra actitud silente limitando con el servil, esté fundido en nuestras costumbres, se encuentre en los entramados de nuestra cultura de silencio y resistencia. Para unos, indicador de heroísmo y para otros poseemos alma y vocación de esclavos, al punto que sólo duerme tranquilo cuando tiene un amo que “lo protege”, sea este español, militar o caudillo, de allí los aplausos a un gobierno autoritario abierto o encubierto. En este caso hay esperanza, puesto que toda práctica cultural no es estática, se recrea e inventa constantemente a sí misma. En algún momento, emergerá esa fuerza que nos transforme en ciudadanos y ciudadanas que se respetan. O bien como se trata de una construcción social, la conciencia de ello lleve a su cambio consciente, sólo hay que esperar, donde la  trampa es la incertidumbre acerca de cuándo ocurrirá.
Una tercera razón podría estar sostenida en la actitud pragmática, que se ha ido instalado en nuestro modo de ser y hacer. Antes de los setenta, asociado con la viveza criolla. Luego de los ochenta donde todos(as) somos provincianos(as) de primera a cuarta generación, tras el desborde de la ciudad por el campo. Ergo Pepe el vivo fue desplazado por una convivencia pluricultural: chicha, combi, ambulante, informal, pirata, choliwoodense, digital e inmediata, que se sobre estimula durante los noventa hasta sintetizarse en utilitarismo e indiferencia donde el mal de muchos es inexistente, en tanto resuelva y satisfaga el interés individual. Hay muchas ilustraciones que seguro se nos representan a cada uno(a) de esta actitud  en nuestra vida cotidiana y en la relación con el otro, que sin duda forma parte de la reflexión de cada mujer y hombre de esta gran Lima, que no dista mucho  de las otras grandes ciudades del país.
Y queda una cuarta probable explicación, aquella que tras el dedicado esfuerzo de políticos(as) ha modificado el contenido y significado de la política. Provocando que nombrarlo sea una mala palabra o sospechosa conducta. La mayoría la rechaza expresa e implícitamente; consciente e inconscientemente; a media voz y a gritos cuando se reconoce como “apolítico(a)”. Nuestra escasa práctica política de ejercer la democracia en su más amplio significado y contenido, como es radicalizándola para apropiarnos de derechos y asumir obligaciones. Superando la comodidad no comprometedora de creer, defender y reproducir  la democracia representativa que se ejerce una vez cada 4 y 5 años. En algunos(as), con el  auto-convencimiento que ello se puede trocar por una lata de leche, un pote de detergente, un paquete de galleta y hasta la promesa de robar menos.
Luego de participar a regañadientes y cuasi penitentes colocamos nuestro voto en el ánfora y casi al mismo tiempo, renunciamos  a la posibilidad de ejercer democracia participativa, vigilante que nos hace co-rresponsables de la sociedad en la que vivimos y todo lo que acontece en ella. Esa renuncia y actitud de ‘yo no fui’, ‘no sé’, ‘no opino’. Impide decosntruir a la autoridad y el Estado (mirando con atención en sus partes y mecanismo de funcionamiento), para reconocerlo no como entes enajenados de nuestra voluntad, sino sujeto a ella los 1440 días de un gobierno local y 1800 del gobierno nacional, pidiendo cuentas y señalando nuestra opinión, que permita luego de ese periodo renovar o quitar confianza.
En este punto nace mi esperanza. La mayor sanción a un partido y líder político es no volverlo a elegir, para que recuerde que quien da poder también puede quitárselo. Y por tanto la provisión de autoridad antes que un cheque en blanco, es un convenio de compromiso de servicio y desprendimiento favor del bien común.
Sin duda el ejercicio de la democracia radical, ad hoc a las necesidades de nuestra sociedad es aquella que más nos cuesta construir, asirnos de ella mantenerla y recrearla en nuestra mayoría. Sólo recordamos que es posible cuando hacemos uso de ella en momentos donde la voz alerta de nuestra reserva moral -constituido por los jóvenes de edad y espíritu-, apuntan hacia los excesos o embriagues de los poderes del Estado cuando deciden violentarla.
¿Y dónde se encuentra y descansa esta reserva moral e indignación ciudadana en SJL?, ¿Por qué no eleva su voz cuando se producen este tipo de atropellos como el bloqueo del tránsito que nos desquician la paciencia, revienta los bolsillos, sustrae nuestro tiempo? ¿Quién se decide a decir basta ante la angurria, miopía y esquizofrenia de las autoridades de turno, sea para impedir, retrasar, ningunear o sólo ignorar una situación que afecta a un millón de personas?
Pueda que esté en ebullición como un volcán o saliendo de su cueva de hibernación. Quién sabe, si recupere su propio vertiente, como sucedió conmigo, esta madrugada que suspendí la lectura de un trabajo para ayer, a cambio de escribir estas líneas.
En este tiempo el modo de indignarme es traducir mi pensamiento y sentimiento en texto, en esa práctica circular del ser humano, que es escucharse de tanto en tanto. Sin duda también es el primer paso, para sumarme a quienes decidan resolver este y otros problemas que nos atraviesan por todos los costados.




[1] http://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1095/libro.pdf
[2] http://diario16.pe/pdf/30-11-2012.pdf
[3] http://peru21.pe/actualidad/via-evitamiento-restringen-acceso-obras-viaducto-2194785
[4] http://dedomedio.com/politica/el-tren-de-garcia/
[5] http://elcomercio.pe/lima/ciudad/vecinos-sjl-protestan-abandono-obras-viaducto-noticia-1802811?ref=flujo_tags_184081&ft=nota_4&e=titulo
[7] http://elcomercio.pe/noticias/proyecto-linea-amarilla-192894
[8][8] https://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%BAnel_Santa_Rosa
[9] http://elcomercio.pe/lima/obras/crisis-economica-oas-pone-duda-obras-viales-lima-noticia-1802983?ref=flujo_tags_184081&ft=nota_3&e=titulo
[10] http://peru21.pe/actualidad/via-parque-rimac-9-octubre-plan-desvios-san-juan-lurigancho-2194911
[11] http://elcomercio.pe/lima/sucesos/ir-sjl-ves-tomara-45-minutos-segundo-tramo-tren-electrico-noticia-1399718?ref=flujo_tags_514046&ft=nota_87&e=titulo
[12] http://apra-global.blogspot.pe/2008/05/situacion-y-perspectivas-del-tren.html
[13] http://www.proyectosapp.pe/RepositorioAPS/0/2/JER/LINEA2_TREN_ESTUDIOS/A9_Factibilidad_Viable/A_9_1_vol_I_RE.pdf
[14] https://limaeslinda.files.wordpress.com/2014/04/metro-de-lima-lc3adnea-2.png
[15] http://larepublica.pe/impresa/sociedad/777-metro-de-lima-solo-con-orden-se-evitara-el-colapso-del-sistema
[16] http://www.casadelaliteratura.gob.pe/?p=15011

martes, 30 de junio de 2015

EL PLACER Y LA PASIÓN: TOLERANDO FRUSTRACIONES

Es un domingo como muchos otros de abuela, compartiendo actividades de creación, recreación y disfrute con dos nietas.  Entre todo aquello que reciclamos para crear, emergió una caja con  forma perfecta de dado. Mayu le pegó círculos en cada cara y hemos jugado con ella una  y otra vez como herramienta para hacer otras actividades donde  el contenido era compartir.
Aquello que cambió nuestro universo de juegos este domingo 28 de junio, fue que el dado de cartón dejo de ser instrumento para transformarse en contenido, adquiriendo valor en sí, ergo la competencia se situó al centro del juego. Todo fue perfecto,  mientras Puñuy con  3 años de edad iba ganando con los mayores puntos, hasta que le toco perder. Primero se negó a aceptar y buscó pretextos para  tener más de una oportunidad.
 
Luego de una concesión y esclarecida las reglas de juego que debíamos respetar,  al ver que era imposible recurrir a tretas y ante una seguidilla  de uno  y dos puntos   se produjo la hecatombe,  agotada  la negación, rompió en llanto, luego se rebeló, huyó, retornó, pidió auxilio y finalmente sufrió, a cambio de algunas sonrisas/llanto cuando Mayu o yo perdíamos, para volver a llorar ante una nueva pérdida suya.

Finalmente hermana y abuela, logramos que Puñuy entendiera que en los juegos de competencia donde hay un solo ganador,    el resto pierde. A todos a veces nos toca ganar y otras perder,  lo importante era jugar, lo que de ningún modo es espíritu de perdedor sino de buen jugador(a).  Y dejamos al dado de lado, para bailar, cantar y actuar que es lo mejor que sabemos hacer, finalmente cerramos la tarde como lo hacemos compartiendo y partiendo, mientras ambas se metían en mi piel y sumamos un domingo más de alegría y amor.

Hoy jugo la selección peruana de fútbol   con la selección de Chile, acabo de enterarme que perdió. Así es,  no veo ningún partido de fútbol, dejé de hacerlo, cuando la selección se alejó de las  posibilidades de ser eso, selección que participe en el mundial. Así como dejé de ver fútbol bajo   diversas modalidades, cuando dejé de jugar fútbol  en primera persona.  Hace mucho que no puedo sentarme a contemplar y compartir histeria/ júbilo colectivo  con otros    miles de personas que jamás han pisado una cancha de fútbol ni corrido de un arco a otro y menos han hecho un gol en su vida. No se me ocurre vivir y morir 90 minutos pegados a una pantalla mientras vociferan, gritan, celebran, insultan y dirigen un partido de fútbol, quienes sólo lo conocen desde la tribuna o pantalla.

A ello se suma que el fútbol se ha transformado en referente de riesgo, en la calle, en la cancha en la casa. Sé de muchas familias que llegaron a mayores luego de un clásico o de perder la apuesta de un mundial. Pérdidas irreparables,  como sucedió con el  único hijo de mi amiga Zoilita Q.E.P.D.,  quien fue asesinado con 16 años, por estar alrededor del Estadio Nacional culminando un clásico. También  sé que dejó de ser un deporte para transformarse en una de las maquinarias más exitosas de comercio, donde cada parte de un jugador tiene precio y donde todos los asociados al tema, ganan alguito.  Pueda que pertenezca sin saberlo a un grupo raro que se viene organizando:
“Se declara abierta la sesión del club de los que no van a ver el partido y no por eso son menos peruanos.” (H, 1)[1]
Pero lo que en realidad me animó a escribir esta nota, es que   muchas reacciones de  mis amigas(os) en el facebook ante los resultados del partido, me    recordó la escena de mi nieta de tres años ante  la frustración. Ese modo primario que se corresponde con la mayoría  de seres humanos para aceptarlo y resolverlo independiente de la edad, sexo, nivel educativo, especialidad,  especialización o no futbolística. Puesto que se coloca entre paréntesis a quien se es, piensa, cree y hace, para ceder el centro a una de las emociones que nos expone  tal y como es nuestro lado emotivo, la pasión, dejan que ella fluya a veces sin posibilidad de contención.

Es importante recordar que  la pasión está definida como … un sentimiento muy intenso, desbordante por otra persona, por uno mismo, por alguna actividad, deporte o idea. El que siente la pasión sufre un desborde emocional tan grande que le impide razonar, simplemente se deja llevar por esa emoción. Las ideas se desordenan, no puede pensarse y las decisiones se toman por impulsos. Aparece la pasión repentinamente y es fugaz, tiende a desaparecer con prontitud, pues como no es racional, es difícil sostenerla en el tiempo. …[2]

Para que se produzca una frustración, sin duda ha de existir una alta expectativa con igual o mayor grado de incertidumbre:
“Padre Nuestro que estás en Chile, santificado sea Guerrero, venga a nosotros la victoria. Hágase tu voluntad, tanto en el cuerpo técnico como en los jugadores. Danos hoy nuestro gol de cada día. Perdona a nuestra defensa, así como nosotros también perdonamos al arbitro que nos ofende. No nos dejes al  borde de la eliminación  y llévanos a la final” (JC, H2)[3]Gran lunes para todas/os!!!Es feriado, ha empezado Wimbledon y si todos los planetas se ponen en fila le ganamos a Chile en su casa!!!Fuerza Perú!!!” (H3)“Porque yo creo en ti, Vamos, vamos Perú”(M1)
Y por supuesto una fuerte  dosis de sobre estimación de  capacidades que en algunos casos se concentran en subrayar y acrecentar las imágenes simbólicas de un deseo:
“No sé cuántos ingredientes  lleva la receta de la dignidad, pero de que lleva huevos, lleva huevos, anótenlo.  Pa'los jugadores de MI selección... ¡GRACIAS!” (M2)Hoy no existe un ojalá...HOY GANAMOS Y PUNTO!!!VAMOS PERÚ CARAJO!!”(H4)“Arriba Perú carajo !” (H5)“Iniciando el día, vamos Perú...” (H6)“Hoy los dejamos màs rotos... Vamos Perù!!!” (M3)

 Y ante el desenlace de los hechos que genera la frustración, una reacción primigenia es  la negación, que posterga asumir la realidad, sus consecuencias y exigencias:

 “10 contra 12.Un poco dificil no?...” (M4)


De la negación se ingresa  al desplazamiento de la responsabilidad de los hechos en el otro, postergando la aceptación, reconocimiento, comprensión  y superación:
“1-0 Chile vs Perú. Mi conclusión es que la Federación Peruana de Fútbol no pesa, allí tenía que estar un árbitro del Brasil, no de Venezuela, sobre todo cuando quien juega es el dueño de casa. Ahora ¿Chile buscará una segunda expulsión de Perú?”   (H7) 
“Último Minuto: Han reducido la pena de 3 a 2 fechas al chileno Gonzalo Jara por meter el dedo al jugador uruguayo. NO ES JUSTO!!!” (H3)

En algunos(as) la discapacidad para manejar la  frustración,  hace que se abunde  en la expresión más descarnada de esa realidad tal como es percibida y pesa en la psiquis, provocando en unos(as)  a la agresión/descalificación, y en otros, la depresión. Según Erich Fromm esto suele presentarse cuando se tiene a) una percepción equivocada y exagerada de la situación que estamos viviendo y b) la creencia de que es horrible vivir el malestar y no lo podemos ni queremos aguantar.[4]
Qué cagada!”   (H8)
Zambrano le hubieras pateado en el cerebro y no en la espalda! Con el perdón de todos: Chilenos y árbitro váyanse a la concha de sus ....s! 😤😤😤😤Vamos que sí se puede carajoooo!!!!” (M5)
“…yo vivi en carne propia estuve en Chile no sabes lo que fue”(M6)

Cuando  se produce la aceptación de los hechos es posible dejar de ver las ramas y ampliar el horizonte, para dar paso a la comprensión y maduración emocional, reconocer el universo de factores que se corresponden con los acontecimientos, ubicando aquel elemento del cual somos responsables, por cuanto estamos en camino de superar la frustración:
“En Tottus le harán un monumento a Zambrabo” (H9)
El único peruano que celebró el gol de Chile: el administrador de Tottus.” (H10)
“De tottus, de sodimac, de inca farma, de saga... y de casi mas de la mitad de los comercios de lima que son chilenos.” (H11) 
“Siempre creímos en la selección, y aunque no fue posible, los felicitamos. ¡Lucharon como campeones! Y a quienes participaron en la promoción de los TV: ¡Ustedes también creyeron! Aunque Perú haya perdido hoy, merece un premio: ¡Vamos a reembolsar el precio de sus TV!” (Tottus)
Superar la frustración y aprender de él implica reconocerlo en toda su magnitud, aceptarlo, valorarlo y reconocerlo:
“fue un partidazo, aunque esa tarjeta roja nos mató” (H12)
"Prefiero perder vendiendo cara la derrota que, inclusive, ganar con cobardía. Y de esos desenlaces lamentablemente está llena nuestra historia. Hasta partidos memorables por su significado, como el empate en la Bombonera que nos permitió clasificar por primera vez a un Mundial, no deja de tener un mal sabor por el desempeño de algunas estrellas del momento que se dedicaron a dar saltitos en cada pelota dividida y se pasaron los 90 minutos con resbalones nerviosos." (M7)
 “Sufriiiii a morir llore de impotencia por la cagada de arbitro, ese partido estaba mas que cantado que fue ‪#‎comprado igual siempre hay que apoyar a la selección somos ‪#‎peruanos con garra y Ducha y por fin dormir despues de un dia sin dormir i dia intenso” (M,8)
Y claro, volver a empezar. Si se aprende y racionaliza, tentar nuevos rumbos y hacer uso de otras estrategias. Pero si como en el caso del fútbol sólo es pasión, implica  insistir, resistir y renovar la cuota emocional que mantenga palpitante la masa de fanáticos(as) que sin lugar a dudas seguirá viendo y sufriendo cuanto partido se presente y reeditando cada paso del ciclo que acabo de dibujar.
“Te amo Peru...ahora se. Viene en octubre la eliminatoria del mundial ya el equipo está preparado” (H13)“Dignidad! Amor propio!!Muy bien muchachos!!!👏🏼👏🏼👏🏼Gran partido!!!VIVA EL PERÚ CARAJO!!!” (H4)
“Después de mucho, mucho tiempo, he visto al Perú jugar al fútbol como se debe. Bien, muchachos.” (H14)
Importa en este punto subrayar, que en el modo como aprendamos  a tolerar nuestra frustración en la infancia tendremos más condiciones para manejar eventos similares en el futuro que nos permita aprender,  expresar y madurar nuestras emociones, en otros planos más allá del estímulo y placer a los tres años o sólo pasión cuando seamos mayores.  




[1] En adelante anotaré entre paréntesis H= hombre y M =  mujer.
[3] La omisión y uso de  los signos de puntuación, ortografía y gramática reproduce fidedignamente a la fuente.