Dios, te pido perdón por los sentimientos negativos
que he dejado entrar en mi vida hasta este momento, independiente de qué, quién o quienes lo han inspirado, ha sido mi
decisión que ingrese a mi cuerpo, mi pensamiento, mi espíritu y alma.
Hoy me desapego de ellos, los dejo ir, como quien
se desprende de la piel ajada, de la comodidad y seguridad que inmoviliza, la compañía dependiente y tóxica que no te deja vivir ni dejas vivir.
Ante ti señor en conexión con el universo y
compañía de los seres de luz quiero expresar mi acto de perdón.
Yo… [nombre completo]
Me perdono, por los
sentimientos de dolor que he
acogido con beneplácito en sus diferentes gamas, formas, intensidades olvidando
que soy energía, vida, fuente de luz, amor y alegría.
Me perdono, por haber cobijado el rencor bajo el
disfraz de víctima o abuso, cuando pude
dejar que todo lo malo pase por mi lado sin tocarme porque estoy bendita y soy un ser de luz por encima de las miserias de este mundo.
Me perdono, por la infelicidad que he construido cual torre de prisión cuya llave tiré lejos, para auto compadecerme, dejando
de apreciar la luz como la oscuridad, el calor del sol, la magia de la luna, el sabor de los alimentos, la sonrisa de un ser, la suavidad de la
brisa, el dormir, despertar y santificarte cada día.
Me perdono, por sentir impotencia y frustración queriendo funcionar en otro ritmo, velocidad y tiempo, rechazando aquello que
la vida me proporciona y dejando de apreciar todo lo que tengo, me provee
y me aguarda.
Me perdono, por quejarme casi inconscientemente, por el tiempo, el trabajo, el jefe, quienes me escuchan, quienes no me escuchan, olvidando que son bendiciones que me llega como garua o lluvia.
Me perdono, por no aceptar la calma y los rigores que llega con los años vividos, sin recordar que cada día es una bendición en tanto hay quienes llegan y se van sin haber vivido tres años.
Me perdono, por no cuidar y amar este cuerpo, sus particularidades que me hacen única(o) y permite expresar lo que siento, relacionarme con otros(as), desplazarme, sin desplegar sus maravillas como: sentimientos, gestos, huellas de la alegría, testimonios de la felicidad, intentando petrificar una lozanía rígida que corresponde a los no vivos.
Me perdono, por
presionar a que otras/os
funcionen a mi ritmo, exigiendo que sean igual que yo, que piensen como yo y sientan como yo, olvidando que por nuestra diferencia podemos
establecer el puente del amor para aproximarnos y confiar mutuamente.
Me perdono, por todo este tiempo donde a tu
nombre, sin proponérmelo me transformo
en tu negación, exigiendo, imponiendo, presionando a creer en ti,
olvidando que eres tu el pastor y espíritu que cuida e inspira a cada ser
para hallar su camino y albedrío.
Me perdono, por sólo llegar a ti en momentos de congoja, con
plegarias y pedidos de perdón, comprometiéndome a traerte buenas nuevas
de cuanto he avanzado en seguir tus pasos, santificar tus designios,
maravillarme de tus misterios y alabarte, Amén…
Dejo ir con el 2013, todo sentimiento que niegue mi
condición de amor y fe.
En manos de Dios el cobro y/o pago de mis facturas
a favor y en contra.
Preparo mi corazón para dejar entrar la paciencia,
la esperanza, el amor y mi disposición espiritual.
Estoy disponible cuando Dios me llame o
sólo me pida cuentas...
Que el 2014 me proporcione la paz, paciencia, alegría y el
amor que me merezco.