viernes, 8 de marzo de 2024

PODER ROBADO A MUJER EMPODERADA

Fuente: Diario el Sol de Cuzco
Hoy 8 de marzo del año 24 en el s. XXI, despertamos para constatar que el Congreso peruano con un 10% de aprobación de su gestión[1], durante las últimas horas del 7 de marzo, acaba de reducir aún más este margen con sus decisiones, al desmembrar a la Junta Nacional de Justicia (JNJ) sancionando a parte de sus integrantes con la INHABILITACION por 10 años para el ejercicio profesional en el sector público, por presunta infracción Constitucional, producto de una interpretación rebuscada y violando sus propias normas de procedimiento.  Han sido sancionados dos magistrados de siete integrantes[2] La Dra. Luz Inés Tello Valcárcel de Ñecco (Ines Tello) y el Dr. Aldo Alejandro Vásquez Ríos (Aldo Vásquez) permaneciendo el presidente de la JNJ Dr. Antonio Humberto de la Haza Barrantes[3] en ciernes para el 11 de marzo, que sumaría cuasi la mitad de su miembro[4].

De dos inhabilitaciones de magistrados de la JNJ, me centraré en el caso  Inés Tello,por ser hoy 8 de marzo Día Internacional de las Mujeres, como evidencia de cuánto nos falta transitar en el terreno de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de las mujeres, pese a haber discurrido 47 años de su reconocimiento mundial por la Organización de Naciones Unidas-ONU (8 de marzo de 1975) [5], y 113 desde su creación (19 marzo 1911)[6].

Inés Tello, destaca por ser una de las mujeres profesionales que se graduó en tiempos donde la condición de serlo era una barrera adicional para ingresar y realizar estudios universitarios, concluir una carrera profesional (22 enero 1971 por la UNMSM) y ejercerlo. Ella se empoderó, formando parte de las primeras generaciones de mujeres abogadas en el país.

Cualificándose profesionalmente mediante un largo desempeño laboral en el sector público desde el Poder Judicial (48 años)[7], destacando notablemente en la aplicación del derecho y la justicia peruana, con transparencia y sin corrupción sin probar lo contrario hasta el momento. Paralelamente realizó a una permanente actualización y especialización académica como jurista.  

Esta trayectoria y el cumplimiento de su labor como la primera presidenta de la JNJ 2021-2025[8], así como permanecer como magistrada hasta culminar el periodo por el que fue elegida con más de 75 años de edad, ha sido "transformado en delito” por la Comisión de Acusación Constitucional del Congreso de la República, inaugurando un persecusión y discriminación por edad y sanción por respeto a los mandatos de un nombramiento como autorifad pública. Tras la sustentacion de este "delito inventado y retardado" (a la fecha tiene 78 años), se ha consumado alevosamente, el robo de empoderamiento de una mujer autoridad, tras una sesión plena del Congreso.

La magistrada de la JNJ Inés Tello, ha sido “condecorada” ocupando el primer puesto con la INHABILITACIÓN de una década para el desempeño de un cargo público, alcanzando el mínimo de votos (67 de 130 congresistas)[9], tras viciar el proceso, al incluirel voto de un miembro (congresista José Luna)[10], que según su reglamento no correspondía hacerlo. Asegurando su expulsión del modo más ominoso desacreditando una larga carrera profesional ad portas de su conclusión en 8 meses, después del cual debía jubilarse con honores y reconocimiento ganado a pulso.

Transformándose esta afrenta personal y profesional en indicador de la fragilidad de los derechos conquistados por la lucha de las mujeres para acceder a educación, trabajo, igualdad de derechos y oportunidades que los varones. La inhabilitación de Inés Tello, usando mecanismos espuria, desde uno de los poderes del Estado, nos muestra a las mujeres de a pie, cuánto aún nos falta por adecentar la política, vigilar el ejercicio del poder democrático, asegurar el equilibrio de poderes en el Estado, hacer que se respeten y preservar las leyes ejerciendo los derechos que nos amparan, como mujeres y ciudadanas.

El avasallamiento de los derechos de Inés Tello, evidencia que no importa cuánto nos esforcemos por ejercer un derecho como es la formación académica, el mayor grado en las instituciones más notables, el desempeño profesional transparente, cumplimiento de la ley  dejando constancia de ello, con ética profesional y ejercicio eficiente del poder ganado. Basta que nos crucemos en el camino de intereses subalternos para ser aniquilada sin importar todo lo realizado y aquello que podría aportar aún.

Cada mujer profesional, cada autoridad femenina que ocupa un puesto en el sector público y privado, por mérito, tras concurso limpio y transparente, es producto de gran dedicación, priorización y esfuerzo, por ello son escasas las mujeres que han alcanzado un puesto notable y de poder en los niveles más altos con probidad, pese a ello corre el riesgo de que el empoderamiento alcanzado le sea arrebatado, robado con artimañas.

Sin duda Inés Tello no irá a llorar al río, como mujer que nunca se dejó vencer hará uso de todos los mecanismos legales para limpiar su larga y notable carrera profesional acudiendo a las instancias correspondientes a nivel nacional e internacional, por que ella sabe y puede hacerlo[11]. Es tiempo que ella al igual que muchas mujeres de la historia a las que hoy conmemoramos e intentamos imitar, no esté sola en esa lucha. Ha de sentir nuestra fuerza de género, la sororidad que hemos construido al no morir en el intento de nuestras luchas en el día a día.

Es tiempo de que empecemos a ocuparnos de estos terrenos movedizos, donde es preciso asegurar que el empoderamiento de las mujeres no sea arrebatado, destrozado y degradado. 

Es tiempo de dejar de lamentarnos y contemplar o hacernos cómplices con la indiferencia, ante el robo y la afrenta, haciendo nuestra la defensa, el ejercicio y respeto de las mujeres empoderadas.

Si dejamos hacer  y pasar,  seguiremos en el esfuerzo permanente de reiniciar nuestros pasos de 0 a 1  sin ampliar nuestras perspectivas ni cobertura, en el peor de los casos permitir que las mujeres que se mantengan en el poder, sean mujeres con cabeza de hombre o parte de una organización criminal.