jueves, 14 de enero de 2010

EL CLIMA, UN BUEN TEMA EN AMBIENTE INCIERTO

En medio de una jornada atravesada por temperaturas oscilantes del clima, como sucede este enero de la primera década del siglo XXI, fui auxiliada por una de las Dianas de mi vida. Rescatada  de perderme en la profundidades de mis agendas cotidianas, me hallé con el artículo de Mario Zolezzi1, recordándome que esta inestabilidad en la temperatura no casual ni eventual. Muchos(as) de nosotros(as) alejamos de nuestras perspectiva  estos temas, mucho menos lo incluimos en nuestras agendas, refugiándonos en situaciones que nos hacen creer  que no nos toca porque somos menos vulnerables al medio ambiente, independiente de si se mantiene o cambia.

Cuando hablamos del clima, seguimos haciéndolo como solíamos hacerlo cotidiana y convencionalmente, asociado con la posibilidad o necesidad de establecer una relación con otro ser humano del cual se conoce poco, se confía menos, se comparte algo o se tiene muchas interrogantes. 

Probablemente esa costumbre nuestra de “si no tienes nada que decir mejor habla del clima”,  sea el responsable, para que nuestra percepción haya mantenido en ese nivel de intrascendencia y vanalidad al problema del clima, y aun cuando nos pisa los talones, se deja de considerar en las agendas de todos(as), por tanto la necesidad de mayor información, saber cuanto se detiene o crece en su amenaza y gravitación en la vida del planeta puede esperar. Al punto que nuestras autoridades y políticos(as) deciden refugiarse en los temas e intereses tradicionales e históricamente irresueltos o  en su papel de ciudadanas(os) comunes y corrientes para no asumir el rol que les toca desempeñar ante estas exigencias, antes que se tornen en emergencias.

Quienes vivimos en la mega ciudad de Lima, teníamos por costumbre -que quizás sea pronto parte del pasado-, mirar como agenda personal, para ajustar los horarios de trabajo y la indumentaria que debíamos privilegiar: ropa ligera para el verano, algo de abrigo por las tardes en el otoño, mucho mas cuidado y abrigo en el invierno por el promedio de 80% de humedad existente en el ambiente y  celebrar la primavera con ropa más ligera y carros alegóricos llenos de párvulos a ser los hombres y mujeres del Perú de mañana.

Salvo algunos momentos de alarma como el diluvio de enero y terremoto de 1970, que se fijó en nuestro recuerdo -fenómeno del niño-, el poder de la naturaleza y nuestra vulnerable condición humana agravada con la escasa capacidad de previsión  suele ser percibido como una eventualidad. No incluimos en nuestro imaginario  la fragilidad de nuestras vidas asentadas en zonas vulnerables y frágiles como para ocuparnos de nuestro habitad. Despreocupación que se refleja en el paisaje y la arquitectura de nuestras grandes ciudades, cada vez con mayor  tendencia a la urbanización imitando a las zonas costeras. El mayor  porcentaje de viviendas de las zonas costeras a lo largo de nuestro litoral ostenta techos planos y calles carentes de medios para desaguar lluvias. Condiciones que adquieren nivel de alto riesgo en ciudades andinas como Huancayo, cuyas viviendas imita a las zonas periféricas de Lima. Nuestras vidas han transcurrido asociados con comentarios insustanciales sobre el clima e indiferencia al cambio climático.

Para quienes tienen menos de cuarenta años la amenaza es inexistente, hasta ridícula la posibilidad de tomar en cuenta medidas de previsión ante desastres, es  comentado y satirizado. Sucedió en una reunión de familia, donde mi pequeño sobrino narró como juntos preparamos una mochila de emergencia frente a las posibles alertas de terremoto sufrido en el sur durante el 20072, obteniendo a cambio la risa de  niños(as) y el sarcasmo de los adultos celebraban mi locura y la fe ingenua de mi pupilo, por su puesto frustrando y ridiculizando la previsión en su joven recuerdo.

Sin embargo, ninguna de las posibilidades de desastres son ajenas a todos(as) por la ubicación geográfica de Lima y las condiciones complejas del país, no hay vacuna alguna contra sucesos como los que hoy vive Haití3. Quienes tuvimos oportunidad de sobrevivir a los setenta o conocer de él por información secundaria4 podemos afirmar sin deseo de drama que nos asomamos por un momento a la narración bíblica del diluvio universal y el fin del mundo con que empedraron nuestros espantos infantiles los sermones de misas dominicales o las oraciones bíblicas de los templos evangélicos,  para contener nuestras inclinaciones humanas por el pecado.

Zolezzi, no exagera cuando señala la vulnerabilidad de los cordones de pobreza habitacional de Lima y sus costos humanos, sociales y económicos, ante un posible escenario de lluvia que trastoque el ambiente de verano ya no por garúas a las que estamos acostumbrados(as), sino por gotas sostenidas que formarían huaycos  y colapsarían viviendas incapaces de desaguar.
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Pero su llamada de atención no es al desastre probable, sino la necesidad de medidas de políticas preventivas, personalmente  estoy convencida que debemos tomar en consideración, no sólo en las zonas periféricas de alto riesgo,  sino en toda la mega ciudad de Lima, considerando especialmente la vulneravilidad de gran parte de la zona antigua de Lima5: Barrios Altos, Rímac, La Victoria, El Cercado, Lince, Breña, San Miguel y otros  no tan antiguos pero con construcciones inadecuadas que sin lugar a duda colapsarían.

Ciertamente que contamos con una débil cultura preventiva, así como escasa práctica antidesastres, con el que cuentan  países expuestos permanentemente a los rigores de los fenómenos naturales6,  ello no debe eximirnos de la tarea cada vez mas urgente de superar esta condición para amenguar los costos de un cambio climático que toca a nuestras puertas cada vez mas con mayor insistencia. Si bien es una tarea exigente, tenemos a favor  la existencia de prácticas favorables para asumir activamente una cultura de prevención y frente al desastre, aun en menor porcentaje respecto a la amenaza.

Reconocer que muchos(as) nos restringimos a la higiene y conservación individual de las viviendas, dejando para medidas presentes u ausentes respecto a la higiene de las veredas, calles, parques y plazas al gobierno local y que antaño definíamos como ornato público. Hoy solo posee  la denominación en el impuesto despojado de su contenido de interacción social y dignidad, que si bien a todos(as) nos disgusta nadie se compromete a recuperarlo colectivamente.

Necesidad que nos convoca a retomar, reforzar o enfatizar prácticas del respeto por toda forma de vida que viene con la formación de valores familiares, partiendo  de la propia autovaloración, pasando por el cuidado hasta el respeto del cuerpo y la vida de todos(as). Unido al disfrute, cuidado y aprecio de la belleza y prodigalidad del habitad: las plantas, la ternura y compañía de los animales, el uso responsable y limpio de los recursos a los que tenemos el privilegio de acceder como sucede con el agua segura, los ríos, lagos, mares, la energía eléctrica, el oxigeno, la luz solar, parques y jardines entre otros.

Algunos(as) aprendimos en nuestros hogares a cerca de una convivencia responsable y a cuidar del otro(a), al punto de la obsesión. En medio del vertiginoso transitar, aun seguimos deteniéndonos a limpiar o colocar en un lugar de menor riesgo de la calzada o el pavimento basura  amenazante como la  cáscaras de fruta, piedras y vidrios, ignorando la mirada sorprendida del resto, porque puede mas nuestro temor de ser cómplices por omisión, del elemento que provoque un accidente o agrave la caída de alguna persona, especialmente niños y adultos mayores.

Aun cuando resulte fuera de onda, algunos(as) nos guardamos los desperdicios en los bolsillos para no ensuciar la calle que es de todos(as), incomodándonos que otros tiren a diestra y siniestra desechos de sus usos, al punto de manifestar nuestra indignación o movernos a sonreír y advertir a un niños(as) junto a un padre o madre permisivo para recordarle que se le “cayó su basura” y muchas veces mirar con impotencia la acumulación de desechos no degradables en las riberas de los ríos, antes límpidos, hoy saturados de contaminantes químicos como el  ácido, mercurio y metales los desechos de productos de consumo cotidiano, basta mirar el río Rímac7, Mantaro8, Santa9.

Una de las tareas de prevención que se inició en su momento y aun queda por transformarse en práctica periódica, es la  limpieza de techos en nuestras viviendas, que por esa práctica de aprehensión con el pasado, reproducimos cuasi inconcientemente el hábito de mantener el desecho en nuestros techos, azoteas, tras patio y donde menos imaginemos. Nos sucede con las cosas que nunca mas volveremos a usar como con los recuerdos desvinculados de nuestras vidas, con los que establecemos esa relación de apego innecesario pero difícil de advertir y resistir, evitándonos espacio para nuevas cosas, experiencias y ampliar nuestra visión de perspectiva.

Sin duda venimos de una cultura que carece de prácticas concretas para el cuidado del medio ambiente por esa percepción de una naturaleza disponible e inagotable especialmente en la zona urbana donde todo se vende y compra, la conciencia la hemos adquirido en la medida que nos hemos adentrado y comprometido con el tema, al punto de hallarnos frecuentemente en medio de entendidos(as), cuando la realidad requiere del compromiso y activismo concreto de cada ser humano del planeta. En nuestro caso tanto de las autoridades pertinentes como de cada persona mujer y hombre que ha hecho de Lima su lugar de destino.

Por tanto la tarea es para hoy, mañana puede ser tarde…10 el desastre no hace distinciones11

miércoles, 6 de enero de 2010

CERRANDO EL NOVENO AÑO DEL SIGLO XXI

Cerramos el noveno año del siglo XXI con un escenario mundial de secuelas1. La primera corresponde a las secuelas de las nueve guerras del 20082, destacando la presencia y extensión de fuerzas norteamericanas en Afganistán3, resistencia al informe de la ONU que identifica responsabilidades en la Franja de Gaza4, así como la sensible relación entre fronteras traducidos en nuevos muros de la vergüenza como el de Egipto5. La permanente tensión/muerte en medio oriente y creciente militarización en América Latina que según Chomsky responde a una extensión de bases de un poder unipolar siendo el pretexto la lucha contra las drogas6 , hasta una guerra tibia con China7. A ello se suma 34 conflictos inspirados y sostenidos en fundamentalismos e intolerancias8 cuya expresión de estigmatización se traduce en cierre simbólico y material de fronteras como el muro entre EE.UU. y México9.

La segunda, corresponde a la secuela de la mayor crisis económica del modelo capitalista, aun cuando en octubre se anunció que había sido superada10 sus estragos persisten afectando principalmente la calidad de vida de los mas pobres y excluidos. En el Perú a pesar de haberse denominado al 2009 como “Año de la unión nacional frente a la crisis”11, las cuestionadas estadísticas de sus resultados son lamentables por decir lo menos.

La tercera, tiene que ver con la secuela del cambio climático, colocando en emergencia el mundo, que ha debido ser testigo de diluvios, sequías e incendios infernales, debido a la destrucción irracional e irresponsable explotación de recursos naturales no renovables unido a la creciente contaminación ambiental, con impacto directo en los más pobres, quienes se ven impedidos de satisafacer sus necesidades de supervivencia como acceso a agua segura, saneamiento, alimentación, salubridad y vivienda.

La cuarta, es la secuela de la crisis energética que en el 2009 ha mostrado los hilos con los que se entretejen los conflictos bélicos y simbólicos en el mundo. Siendo su expresión guerras, pugnas de poder y hegemonía, hasta enlazarse con la escasa disponibilidad de alimentos que nos asoma hacia una próxima situación de hambre mientras que la tecnología e innovación se concentran en producir energía agrícola y una vida virtual.
La quinta, es la secuela de la globalización que afecta las diversas dimensiones de la vida de los habitantes del planeta tierra, que si bien reducen distancias y tiempo, al mismo tiempo ensancha inequidades, exclusiones, discriminaciones e invisibilidad de los que menos poseen, cuyo efecto bola de nieve, amenaza con iniciarse apenas se produzca un estornudo del primer para producir una avalancha hacia los países pobres.


A continuación me detendré en los ejes problemáticos que desde mi perspectiva nos convocó el 2009 y lo seguirá haciendo en el 2010: como sucede con nuestras dificultades humanas para la convivencia amigable y el respeto de la vida, el movedizo terreno económico insistentemente publicitado y conocido en sus prioridades, la pobreza persistente y creciente, lo económico antes que el planeta, las distancias persistentes para la equidad e igual oportunidad y las diferentes formas de violencia ejercidas contra las mujeres.

Las dificultades para la convivencia y el respeto por la vida

Las dificultades para la convivencia y respeto a la vida están marcadas por la presencia de conflictos abiertos e implícitos. Como sucede en oriente, destacando Israel Vs. Palestina, por su crueldad y persistencia, con orígenes inmemoriales y profundizándose en nuestros tiempos gracias al reconocimiento del Estado de Israel y desconocimiento de Palestina con resolución de la ONU sin, la comprensión de este conflicto y su solución es crucial para imaginar la paz en la región del oriente, donde a las pugnas de reconocimiento y límites se viene añadiendo a los desplazad@s y refugiad@s.


El enfrentamiento de 25 años en Sri Lanka entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas tamiles, no parece vislumbrar un fin cercano, especialmente por el fracaso de los procesos de paz anteriores. Sucede otro tanto con el conflicto en España donde persiste el accionar de la organización separatista ETA, a pesar del aislamiento en que se encuentra, recurre a métodos terrorista y expresa un problema irresuelto entre sectores radicales nacionalistas vascos y el Estado español.


En nuestra región constituido por América Latina y el Caribe, destacan los conflictos armados de Colombia y Perú, que pese al desmantelamiento aparente de los grupos rebeldes con las distancias propias de cada caso, tienden a recomponerse por su vínculo vertebral con el narcotráfico y un tratamiento errático de los gobiernos centrado en la afectación a l@s agricultor@s para su erradicación sin tomar en cuenta el círculo de producción-mercado- consumo que no necesariamente corresponde a las zonas proveedoras y que se instalan en los países ricos donde no existen políticas de erradicación de la comercialización y el consumo.

En el Perú, los sucesos de violencia política durante el 2009 visibilizan una verdad a voces como es la persistencia de las actividades de Sendero Luminoso, que la soberbia y negligencia de los sucesivos gobiernos, así como el autoengaño de la sociedad civil construyó el mito de su exterminio, cuyo develamiento ha tenido que ser acompañado por una terrible realidad de muertes mostrando su acecho y amenaza con impacto en la vida de peruan@s.

Para quienes son responsables de hacerle frente y resolver el significado político de su existencia, es a penas un punto mas en la gama de temáticas a atender, por cuando adquiere atención sólo cuando se trata de alimentar mitos a raíz de víctimas concretas, como sucede con la validez del exterminio indiscriminado si hay sospecha de alguno, o bien acusar de subversivo todo indicio de protesta social para condenar y desmovilizar a los gremios, sectores sociales, étnicos y/o políticos. Y hasta cuestionar la defensa de los derechos humanos cuando las víctimas directas de la insania subversiva beneficiadas y estimuladas con la torpeza, ignorancia y temeridad de irresponsables políticos, que sacrifican a jóvenes militares sin el debido soporte logístico ni las condiciones básicas para enfrentar a grupos armados en su territorio.

A ello se suma una conducción política gubernamental fracturada, similar a la colonia donde se negó e invisibilizó al indígena12, reeditada durante las dos últimas décadas del siglo XX respecto al mundo andino donde campesin@s y comuner@s13 quechua hablantes fueron arrasados por dos fuegos que no los tomó en cuenta aún cuando los argumentos terroristas se inspiraron en su condición y miseria.


A inicios del siglo XXI se ha pretendido hacer lo mismo con los pueblos amazónicos14, esta vez desde una visión de desarrollo economicista y primario exportador del Estado, colocando en el centro de la escena nacional y global una práctica de deshumanización, negación y desprecio de la vida, cultura y derechos de los pueblos amazónicos. A nombre del desarrollo liberal15 , se ha apostado por el capital extranjero y privado, obviando la consulta con l@s afectados directos, eliminando de un manotazo compromisos históricos con peruan@s e internacionacionales con el mundo que se asomó a nuestra vida cotidiana a través de la ventana de los hechos de Bagua16 producto de una practica política de desprecio, subvaluación e ignoración de la diversidad y los derechos17 , al punto de culpabilizar a las víctimas y condenar a los violentados y vulnerados sin asumir los costos de la desastrosa gestión pública.

Y como si estos hechos no fueran suficientes, se ha intensificado las medidas de silenciamiento a todo acto de protesta, cuestionamiento persiguiendo el pensamiento y la opinión de gremios y el movimiento social18. Colocándose al centro de la atención pública situaciones truculentas de crímenes pasionales o deceso de quien en vida fueron poco menos que nadie en la escena pública política, hasta el nivel del heroísmo nacional, como recurso distractor, en tanto que evidencias de innegable corrupción al interior del sistema que inclusive provocaron la caída de todo un gabinete ministerial, son dilatados en la perspectiva del cansancio, olvido, borrón y cuenta nueva, gracias a la magia de la propaganda y la publicidad19. Para ser desbordado nuevamente por nuevos sucesos, mostrando la purulencia del sistema por todos sus lados20. La corrupción e impunidad se pasean a vista y paciencia de tod@s.

En sinuoso terreno económico

La mayor crisis económica internacional que nace del corazón del capitalismo, cuyas exigencias ha develado que su paradigma de única opción es cuestionable, obligando a quienes lo sustentan y representan a ejecutar medidas contradictorias con su discurso y pilares de su naturaleza, asumir y remirar la debilidades debilidad de su sistema que pasa por reconocer la existencia de otros sistemas, aun cuando sea indirectamente o a medias palabras21.
Algunos expertos como Joseph Stiglish22 han sido directos en sus apreciaciones, así como un análisis centrado en el impacto de contagio, los efectos globales de recesión, sus consecuencias humanas, las dimensiones distributivas y de género desarrollado por la profesora Sakiko Fukuda-Parr23 , quien tomando como aprendizaje a las crisis económicas del siglo XX plantea la prioridad de proteger a los pobres y vulnerables, especialmente a las mujeres por la condición y posición que tienen en el mundo. Señala la necesidad de destinar un presupuesto internacional de ayuda para el desarrollo así como mantener los compromisos para las prioridades globales de enfrentamiento: a) el calentamiento global, b) la crisis la crisis de comida o la crisis energética, c) soporte del desarrollo del largo plazo contrarrestando la carga de desigualdad en las mujeres. La necesidad de remirar las políticas de consenso de 1980-90. Responder al desabastecimiento de alimentos y condiciones básicas para la vida, la seguridad de los más pobres, por cuanto es inaceptable las medidas de doble estándar para países ricos y países pobres 24.


En este contexto América Latina, ha mostrado diferente comportamiento al internacional, quien más creció fue Bolivia que decidió no adoptar la receta del FMI e impulsar una economía , sin embargo aun no ha alcanzado los niveles de países como Chile, Brasil y Perú que hacia presagiar el mayor crecimiento de los mismos en pleno contexto de crisis25. En el caso de Perú, el pronostico de menor impacto de la crisis no se cumplió debido a que se adoptaron políticas inadecuadas como señalaron los entendidos desde inicios de años fue el caso desde la opinión de Farud Matuck26, que según Jiménez se tradujo en 0.8% de crecimiento a diciembre del 2009, en contraste con el 9.8% del 200827. De este modo, Perú se transforma paradójicamente a un histórico crecimiento, en el mayor fracaso de la gestión económica mostrando lo efímero de su posición en la Región, mientras que México que concentra el menor crecimiento, consolida el fracaso de las políticas de doble discurso para países ricos y pobres28. En este contexto económico de la región y el mundo se debe leer con detenimiento crítico el informe del FMI a cerca de las perspectivas económicas en el mundo y el lugar que juega la región29.

La de nunca acabar una pobreza resistente y crónica

La pobreza no solo se mantiene sino incrementa en el mundo, entre otras razones por la escasa redistribución de la riqueza, junto al ensanchamiento de la tensión entre disponibilidad de alimentos y la producción agrícola para la energía. El impacto de ambas guerras y crisis económica, relacionadas umbilicalmente entre sí en sus motivaciones, se ha traducido en el incremento del hambre con una presencia de 1,020 millones a nivel mundial30 y que en América Latina y el Caribe es de 47 a 53 millones, una expresión de desigualdad en el mundo que muchos grafican de diversos modos31 pero todos coinciden en que la principal de sus causas es la inequidad. Según el Índice Global del hambre, si bien en las dos décadas del siglo pasado descendió, en la primera década del siglo XXI el hambre se ha vuelto a incrementar 32.

En el Perú, pese a los maquillajes estadísticos la pobreza que afecta es innegable uno de los indicadores mas cercanos como es el consumo alimentario de las familias tiene un incremento del 7% en el déficit calórico nacional (de 26% en el 2008 a 33% en el 2009)33, que se traduce en concreto en: 7.6% de menores de cinco años menos peso para la edad, 10.7% de menores de dos años con desnutrición global y el 24.2% con menor talla para la edad, cuyos costos se traducen en incremento de la morbilidad con un costo económico de 174 millones de soles (US$ 50millones), repetición escolar que implica un costo de S/. 34 millones de soles (US$ 10.2 millones), pérdida de horas hombre por enfermedad de S/. 4,677 millones de soles (US$ 1419 millones) y menos años de escolaridad a S/. 2,988 millones de soles (US$ 911 millones)34.

Situación que según Michael Porter tiene que ver con la insostenibilidad del crecimiento económico en el país, donde las políticas macroeconómicas no ha tenido como contraparte la inversión en recurso humano e infraestructura35, por cuanto debiera producirse un mayor compromiso del empresariado y desarrollar una mayor competitividad al mismo tiempo que el gobierno cumple con su tarea36 de invertir en capital humano. Sin duda existe resistencia a este tipo de análisis desde los implicados37 que apelan al crecimiento de indicadores cuyos datos sincerados seguramente podremos apreciar a fines del primer trimestre, puesto que las fuentes correspondientes aun no han publicado la evolución del 200938.

Los debates y propuestas de medidas respecto al hambre, desnutrición y mortandad del mundo quedaron en enunciados aun cuando estos fueron dramáticos como las conclusiones de la asamblea general de las Naciones Unidas respecto a la crisis mundial de la alimentación39, convocando a la lógica y el imperativo moral de ocuparnos de seguridad de comida desde una perspectiva basada en derechos, que desafía la inadecuada visión mercantil de producir comida para ganado y autos, en tanto que los hambrientos no pueden esperar hasta mañana, colocando al centro el papel de agricultura de poca comida, subsidios y regímenes injustos de comercio y la resistencia a asumir medidas concretas de los principales países que afectan el medio ambiente y el clima.

La profundización de la vulnerabilidad en la salud y la vida

Principalmente de los más pobres, la morbi mortalidad de niñ@s, mujeres y ancianos por problemas prevenibles y ampliamente controladas científicamente como enfermedades diarreicas, respiratorias e infecto contagiosas40. A ello se suma el incremento de la muerte materna pre y post natal que si para 1992 era una tasa de 260/100 mil41 en el 2009 información sincerada en parte revela que es de 240/ 100 mil42, significando a lo largo de 17 años se ha reducido en 1.18 que nos mantiene como uno de los países con el más alto índice de este flagelo, mientras que el debate de las políticas de acceso y uso anticonceptivos es hegemonizado por quienes jamás parirán nada ni estarán en riesgo de morbimortalidad materna salvo aberraciones legislativas.

Otro vértice tiene que ver con el crecimiento del índice de VIH/SIDA, el MINSA tiene como estadísticas 23,446 casos de SIDA y 36,138 de VIH, pero según OMS y ONUSIDA, existen aproximadamente 76,000 personas viviendo con VIH/Sida en el Perú, siendo la proporción de género 3 varones por 1 mujer43, cuyo riesgo adquiere condición de salud pública en la medida que los centros de atención especializada en niños 44 y madres 45, desbordando las fuentes de su origen así como develando el nivel de desastre en los poderes del estado para su resolución 46 y tratamiento.

Paradójicamente a este cuadro dramático de la salud, se produce un crecimiento de la industria química farmacéutica mundial concentrado y hegemonizando tanto un estornudo como la clonación de diversas especies incluyendo la humana, a cambio del enriquecimiento de los laboratorios, cuyos propietarios no son otros que los dueños del mundo cuyas arcas crecieron en el 2009 astronómicacamente, siendo una de su fuente principal la gripe del virus AH1N1, cuyas ventas se incrementaron en 203% 47. Una pandemia, surgida sospechosamente en la frontera norteamericano/ mexicano que desbordó sus relucientes muros fronterizos extendiéndose por el mundo con muchos entretelones de fondo 48.

Roche dueña del Tamiflú medicamento contra la AH1N1 en octubre anuncio expectativa de ventas de 2.650 miles de millones de dólares para fin de año en un contexto de creciente cuestionamiento de su efectividad 49. En el caso peruano el mercado de medicamentos es uno de los que mas ha crecido en menos de nueve años pasó de US$ 314 millones en 2000 a US$ 885 millones en 2008 50, de acuerdo con datos proporcionados por la asociación Acción Internacional para la Salud (AIS). Así la vulnerabilidad del lado que venga, sea en la salud, la vida y sus condiciones para algunos siguen siendo un buen negocio.


Lo económico antes que la vida, el hábitat y efecto invernadero mundial

La persistencias de los intereses económicos antes que nada extrapolado con los problemas del clima en el mundo es un evidencia mas de cuan determinante son los intereses económicos antes que los de la humanidad y el planeta, es el modo como ha sido tratado el problema del calentamiento global a lo largo del 2009 51, para finalizar el año sin haber logrado acuerdos ni compromisos sinceros de los principales Estados responsables del mayor porcentaje de emisiones pese a la conferencia realizado con esta finalidad 52. En tanto que los estragos del efecto invernadero se vienen sintiendo en todo el mundo afectando a los más pobres, donde los costos estimados por expertos como Nicholas Stern son próximos al 1% del PBI mundial y la perspectiva de un incremento de hasta 200 millones de personas afectadas 53.

A fines del 2009 un estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza el consorcio Allianz, señala que el costo calculado para la costa noreste de Estados Unidos equivaldría a 5,4 billones de euros, mientras que en California se prevé una multiplicación por diez de los daños por incendios forestales, elevándose a un monto de 1600 millones de euros 54. En copenhague se estimó que el costo del cambio climático se asentaría en los países emergentes entre un 75 a 80% de los daños provocados por la variación del clima 55.

En América Latina la amenaza se concentra especialmente en los países andinos, debido a que la cordillera de los andes viene experimentando un deshielo acelerado de nevados 56, como sucede con el Perú que entre 1995 y 2005 la capa de hielo del Pastoruri se ha reducido en casi 40% 57. El informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, se proyecta que para el 2100 entre el 22 y el 62 por ciento de las tierras de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú estarían degradadas 58.

Una de las consecuencias inmediatas tiene que ver con la escasez del recurso agua viene cobrando atención como derechos desde algunos estados como Bolivia, Ecuador y Uruguay para hacerlo parte de su constitución, mientras que la miopía de otros hacen que se opongan a esta iniciativa Argentina, Brasil, Colombia y Perú debido a los problemas con la exigibilidad de los pueblos que de ello puede derivarse en el corto plazo 59. Es decir que en nuestro país no sólo se es temerario sino torpe y a contra corriente, será porque se sigue imaginando que el Perú es Lima y aquí no ha llegado la sequía o el friaje que está en el sur, el diluvio en el norte y oriente del país. 


La equidad e igual oportunidad para todas y todos 

Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) el 2009 60, de 182 países que han sido medidos con indicadores de desarrollo del PNUD cuya data correspondiente generalmente al 2007 (el IDH 2008 correspondió en el caso del Perú al 2005), se distingue de los previos por haber incorporado la variable migración, una cuarta categoría de valoración y ensanchar el alto desarrollo de 70 a 75 países: muy alto desarrollo (20.8%), alto desarrollo (24.7%), desarrollo medio (41.2%) y desarrollo bajo 24 (13.2%). A diferencia del IDH 2008.
El Perú se ubica en general al interior de la categoría de alto desarrollo en el puesto 70 por debajo de todos los países de la región con excepción de Ecuador. Sin embargo a nivel de los indicadores de desarrollo independiente de la variable migración, permanece en el nivel medio en el puesto 78, habiendo ascendido 9 puestos respecto al 2008 donde estaba ubicado en el 87, mientras que el IDH apenas se ha movido en 0.033 (de 0.773 a 0.806). Las variables que han evolucionado favorablemente corresponden a esperanza de vida al nacer se ha incrementado en 2.7 (de 70.3 a 73 años), el porcentaje de letrad@s por encima de 15 años se incrementó en 3.8 (de 85.8 a 89.6) la matrícula en todos los años de educación básica se ha incrementado en 2.3 (de 85.8 a 88.1).


Respecto a los indicadores de género, vinculados con el empoderamiento de las mujeres, la proporción de legisladoras, altas funcionarias y directivas se ha contraído en 5% respecto del 2008 (34%) y la relación de los ingresos de las mujeres respecto a los varones se ha ensanchado de 0.55% en el 2008 a 0.59%. En A.L. persisten pendientes como la mayor rendición de cuentas de las prioridades para las mujeres así como la preservación de las culturas indígenas 61.

La Violencia contra las mujeres


Un indicador que no aparece en el IDH, tiene que ver con las diversas expresiones de violencia contra la mujer que en el mundo, donde 1 de cada 5 mujeres es víctima de violación o intento de violación en el transcurso de su vida, el 50% de de mujeres que mueren por homicidio, son asesinadas por su actual o ex pareja. Para las mujeres entre 15 y 44 años, la violencia es la principal causa de muerte y discapacidad, más del 80% de las víctimas del tráfico de personas son mujeres, más de 130 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital 62.

En las zonas de guerra los cuerpos de las mujeres se transforman en campos de batalla 63 no contabilizados ni sancionados como crímenes de guerra. Así mismo se ha establecido relación directa entre violencia contra la mujer y VIH/SIDA 64 al punto que en el 2009 las naciones unidas a través del ONUSIDA ha impulsado una campaña de acción conjunta en el mundo 65.

El nivel de riego por maltrato, subordinación y vulnerabilidad de la vida y el cuerpo de las mujeres en la región, nos transforma en una zona amenazante para la integridad de las mujeres, al punto que cinco de cada diez mujeres han sido objetos de agresiones 66. Los sucesos de asesinatos sistemáticos de mujeres en Juarez (México) 67, permitió que nuestra región visibilizara una situación de feminicidio, como acto de odio y desprecio por la vida de las mujeres 68 encubiertos bajo el formato de asesinato común, al igual que en su momento lo hizo respecto a la violencia contra la mujer en la Convención Belén do Pará. Las tasas de feminicidios 11.5 /100 mil mujeres mexicanas (2005), El Salvador 38.8 (2000-04) 69 Guatemala 4.4 superó ampliamente al 3.5 en EE.UU (1986-2002) 70.
Los estudios sistemáticos que den sustento al diseño de políticas en cada país se viene produciéndose en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México 71, República Dominicana 72, Chile 73, junto a los destacados trabajos de Marcela Lagarte 74 y su batalla al interior del poder legislativo de su país 75 son una fuente de información importante. Pero sin duda es el estudio que CLADEM 76 realizó y del Consejo Procurador de Derechos Humanos 77 los que se traducen en referentes de inspiración para las diversas iniciativas nacionales que incluyan en su agenda esta problemática, algunos con compromiso político claro y otros tentativamente como sucede con el caso peruano.

En nuestro país la problemática de violencia contra la mujer, cierra el año relativizando su importancia en el ámbito del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Donde los casos judicializados de mujeres sobrevivientes de la violencia política 1980-2000 se mantiene estancado 78, las esterilizaciones forzadas principalmente de mujeres andinas llegó a punto muerto 79, las mujeres denuncian la indiferencia del Estado respecto a la violencia sistemática de las mujeres 80, el fundamentalismo hizo carne del poder judicial y se eliminó de las políticas de salud 81 la anticoncepción oral del día siguiente 82, la persecución de l@s dirigentes amazónicos. El develamiento de la extensión de violencia familiar hacia la tercera edad 83, donde la mayor proporción corresponden a mujeres 84 adultas mayores especialmente desde sus hij@s.


En este contexto el Estado durante el año que culmina a dado respuestas a los diversos problemas de violencia contra las mujeres, dejando sobrevivir a un programa, minimizado en su concepción, denominación y capacidad presupuestal, cuyos aportes y avances se deben principalmente a sus operadores/as y a la creativa iniciativa de sus responsables, para trascender a sus estrecheces, explorando y sistematizando en dimensiones que desbordan a sus marcos institucionales. Evidencia de ello es la escasa infraestructura, equipamiento y recursos con el que cuentan para responder a las necesidades de una problemática que afecta al 50% de la mitad de la población es decir a su cuarta parte, donde hace falta un mayor compromiso y decisión política desde los lineamientos nacionales que se comprometa realmente con e cumplimiento de los objetivos del milenio y los compromisos asumidos con peruanas y peruanos así como con la celebración de convenios internacionales.

 Si bien los Centros de Emergencia de la Mujer se incrementaron en el 2008 en 74% respecto al 2007 (52) durante el 2009 se ha mantenido numéricamente en 89 mientras que el número de atenciones, se ha incrementado en el 2008 en 51.7% respecto al 2002. Sin embargo comparada la información disponible del 2009 (agosto) con el 2008 se aprecia una contracción del 18.3 puntos. Habría que preguntarse ¿Será cierto que las situaciones de violencia contra la mujer en el país se ha contraido? O será que la capacidad de apoyo que ofrecen los CEM es mínima para la dimensión de la problemática requiriendo no sólo ser receptora de denuncias, sino iniciar un proceso sostenido de atención, apoyo, prevención, sensibilización e información.


Pareciera ser por tanto que la capacidad de la respuesta institucional del Estado sigue siendo insuficiente y escasamente priorizado, puesto que la violencia contra la mujer no sólo persiste sino que se ha intensificado, al punto que entre el 2003 - 05 un estudio de Flora Tristán daba cuenta del feminicidio de 265 mujeres 85 con un promedio de 88 casos por año, que comparado con el registrado por el MINDES hasta mayo del 2009 que había alcanzado los 60 casos, hace prever que para fines del mismo año seria superado mencionado promedios, que será despejado con la publicación anual que el MINDES ofrezca.


Los logros del 2009, sin duda que los hay, como el hecho de la apropiación de su condición de sujeto de derecho por nativ@s amazónicos que no sólo se movilizaron sino se sostuvieron por mas de 60 días previos a los sucesos de Bagua sin llegar al clímax del conflicto, mostrando que mujeres indígenas mujeres y hombres no renunciarian a sus derecho 86 durante los acontecimientos y luego de los sucesos su voz no dejó de elevarse y colocarse al frente de la lucha 87. El resto prefiero dejarlo para que sean ustedes quienes añadan, precisen y apuntalen los puntos suspensivos.