sábado, 30 de noviembre de 2019

MADRES SUSTITUTAS QUE AMAN DEMASIADO


Subo en la estación de Cabitos, los asientos de espera están desiertos como casi todo en la plataforma, miro el reloj marca las 22:22 horas y recuerdo aquel artículo sobre numerología donde se afirma que si vez este tipo de números, es porque tu ángel o los ángeles quieren comunicarse contigo, intento recordar que significa el dos[1] , para identificar en que sintonía podría producirse, al mismo tiempo que paseo la mirada por la estación y me siento.
Si mi lado de la plataforma está escasamente poblada, el panorama del frente es cuasi desierto, diviso a una mujer solitaria vestida de casaca roja y pantalón negro, de aproximadamente 50 años desplazándose. Mientras camina maniobra algo entre manos que me cuesta distinguir, hasta cuando se ubica donde la luz ilumina sus manos, descubro en ellos un resorte de colores con el que juega incesantemente, mi primera percepción es que se trata de un juguete que sirve y divierte a  toda edad, mi segundo pensamiento es que aquella mujer ha descubierto un nuevo instrumento para des-estresarse y recién mi tercer pensamiento lo vincula con los mensajes de los ángeles y me pregunto sobre su significado. 

Entre que lo pienso y vinculo, busco el celular para registrar el hecho, justo  cuando estoy a punto de capturarla, alguien se cruza y llega el tren. Logro una pésima toma, pero suficiente para un registro. Ingreso al vagón, también cuasi vacío a esas horas dos jóvenes me hacen espacio, me siento y miro a las cuatro personas que tengo al frente, nadie me devuelve la mirada, todos(as) están concentrados en sus smartphones.

Vuelvo a mi pensamiento, tratando de imaginar lo que siente y piensa aquella mujer solitaria a esas horas en la estación mientras juega con el resorte de plástico, aquello que ha vivido en el día que acaba, sin duda ella trata de mantenerse en control, ese tipo de resortes tiene voluntad propia y su color de arco iris me recuerda a la diversidad y su energía al libre albedrío, puesto que si dejas de poner atención y ritmo puede dispararse a cualquier lado, será eso el mensaje de los ángeles. 


Sustrayéndome de mi elucubración metafísica  me digo: “esto de atar numerología y mensaje esotérico me lleva a lo inimaginable, poco puedes adivinar lo que no sabes al igual que  nada puedes controlar fuera de ti o no se halle entre tus manos, como el resorte en manos de aquella mujer”.  Cierro así el misterio de la estación de Cabitos. Sonrío mientras vuelvo a mis recuerdos de esa tarde.

Recuerdo, la alegría de Adriana su abrazo y celebración cuando finalmente llegué a su casa, la performance y gentileza de Ramón a quien conocí hoy; la sonrisa, el brillo de los ojos de Yolanda, su abrazo y deseos al despedirse. Nos queda pendiente nuestra conversar sobre su lectura, de aquello que dijo estar sintiendo, imagino que ha de ser lo mismo que yo sentí,  si  extrapolo su lectura con la mía a 1993.

Mi recuento se detiene en el perro-nieto de Adriana y Ramón, del cual no recuerdo el nombre, quien  pese al esfuerzo de ambos abuelos y mi rechazo, terminó por invadirme, suele sucederme siempre con niños y perros, los primeros juegan con mi cabello y los segundos no se apartan de mi lado.

Este se metía entre mis piernas hasta  que osadamente se trepó sobre ellos para pedir que le comparta mi galleta con paté, estuve a punto de hacerlo,  allí es como me enteré que un perro de hoy no come comida de humano, sino alimentación procesada industrialmente, por supuesto que comenté sobre los riegos de que sólo coma ese tipo de alimentos[2], conté sobre las dos gatas de mi hermana que fueron afectadas de mastitis y tuvo que dormirlas, con gran sufrimiento de ella, la veterinaria tras reconocer que se siguió sus recomendaciones,  tuvo que aceptar que existía la posibilidad de que haya desarrollado el neoplasia por ello.

Por eso hoy,  Rufo sólo come la misma comida que nosotros, ergo incluyendo las frutas, las pepas de la mandarina y naranja, helados y chocolate. Y por supuesto el pasto que crece entre mis macetas, eligiendo aquel más fino con su olfato. El mercado distorsiona todo, cuando se torna exclusivo, se imaginan que hubiera sido de los perros de antaño si sólo hubieran consumido comida procesada, seguro que estarían extintos.

El tren se detiene en la estación La Cultura, por arte de magia el vagón está lleno, dos jóvenes de mi lado se levantan para ceder asiento a una mujer embarazada y otra con bebé. Cuando creo que ya no cabe un alfiler, estamos en la estación Gamarra, pareciera que el vagón se ensancha y las personas se apretujan, hay una mujer con un niño grande de unos cinco años que mira por todos lados, la mujer joven de  mi lado derecho se levanta, me corro a la derecha para que la mujer con el niño se acomode.

A diferencia de aquello que suelo ver frecuentemente en el transporte público, donde la madre o el padre entrega el celular al niño(a) para que se entretenga y no moleste, esta madre conversa con su hijo, recordándome aquellos largos trayectos de de los ochenta con mi hija y noventa con Rodrigo. Mi hija preguntaba mucho, mientras él me pedía silencio, no le  gustaba llamar la atención de pequeño, pero pronto se acostumbró y nuestros viajes eran de larga conversa, información y formación según los trechos. 

En este caso la madre intenta transmitir al niño la importancia y valor de la paciencia: “Hijo has visto que, si tenemos paciencia, no necesitamos comportarnos como lo han hecho las personas que se han ido en los otros trenes, vamos a casa no tenemos apuro, igual vamos a llegar sin empujarnos y correr el riesgo de hacernos daño”. El niño replica: “pero hemos dejado pasar no uno o dos trenes sino cinco mamá, ¿por qué los otros no tienen paciencia?, ¿por qué mejor no hacemos una fila?”. La madre responde: “eso sería bueno, pero no podemos hacer que los otros se porten bien, sino nosotros portarnos bien, entiendes eso”. El niño asiente: “Sí mamá, lo sé y entiendo, hay que tener paciencia”. 

Reglón seguido, cambia la conversación: “Mi papá me ha dicho que mañana vendrá mi abuela y sólo se quedará diez días, ¿por qué tan poco tiempo?, ¿por qué se tiene que ir tan pronto?”. La mamá responde: “Se tiene que ir a ver y cuidar a tu primo”. El niño responde: “Sí, al apestoso”. La mamá replica: “tu primo es pequeño no debes llamarlo así, él te quiere.” El niño sonríe e insiste: “Es un apestoso, siempre se hace y encima cuando le digo apestoso se ríe”. La mamá añade: “hijo tu primo está pequeño, no entiende el significado de las palabras, sólo responde al sonido, pero tú sabes que eso que le dices es un insulto, no lo vuelvas a hacer”. El niño queda un rato en silencio, luego replica: “Por qué mi abuela se tiene que ir tan pronto, yo la quiero, la extraño, quiero que se quede siempre conmigo…”, y rompe en llanto.

A mí se me estruja el corazón, también soy abuela, vuelvo la mirada hacia mi derecha para no conmoverme más y me encuentro con el rostro familiar de la mujer sentada a mi lado, quien me comenta: “Que mal, hoy los niños nos llaman a secas abuela, para mí eso es una falta de respeto y cariño”. 
Yo pregunto: ¿Usted tiene nietos?, ella me responde: “Sí tengo un nieto, pero el me llama abuelita. Yo me encargo de él”. Repregunto: ¿Lo cuida al igual que a este niño, quien ama a su abuela y llora porque no se quedará mucho tiempo con él? Ella responde: “Él tiene 14 años, yo me encargo de él, desde que era un bebé”.

Pregunto nuevamente: ¿Sus padres trabajan y no tienen tiempo? Ella responde: “No, yo me encargo de él porque su padre se fue y no le importa, mi hija es mala a ella tampoco le importa su hijo, mi nieto llora y sufre por ello. Mi hija no era así, desde que consiguió a su segundo marido no le importa mi nieto. Mi nieto siempre me pregunta por qué a él no lo quieren sus padres. Cuando le reclamo a mi hija ella dice: «Mamá que más quieres, él te acompaña, debieras pagarme por ello». Es desvergonzada, inconsciente. Yo le digo a mi nieto que no sufra, porque su mamá lo quiere y su papá también, solo que lo dejan conmigo porque no quieren que esté sola”.

La miro, mientras muchos pensamientos y recuerdos se agolpan en mi mente, el problema recurrente de padres y madres presentes pero ausentes ocupados en proveer, acumular, perfeccionarse profesionalmente, mientras se pierden lo mejor del tiempo de construir la relación con hijos(as), quienes crecen deseando el afecto, abrazo, consuelo y ejemplo de sus padres que sólo se han tornado en progenitores proveedores.

Madres y padres  inconscientes, que concibieron al hijo(a) tras una noche de copas, una noche loca, al despertar decidieron que debían tenerlo(a) conviviendo con el padre o casarse, mejor si se produce esto último, ocasión de gran celebración y muchos invitados, son muy frecuentes y en toda las clases sociales, sólo basta mirar las  bodas con vestido de blanco y maternidad notable.

Madres y padres inmaduros, cuyas metas no habían remontado al de sus abuelas(os), madre y padre, como era llegar al matrimonio y tener hijo(a), tener una casa, un empleo, un carro, vivir y ser felices. Impacientes por exhibir su “éxito” a los suyos; despertados por el baldazo de una sociedad de mercado donde por mucho que se esfuercen eso no es posible antes de los cincuenta, menos si sólo uno (él o ella) proveyera de ingresos al hogar tensando las relaciones y sus vidas.

En un contexto donde las mujeres tienen derechos reconocidos y protegidos, la insuficiensa o inestabilidad de ingresos en el hogar, las arroja  a trabajar en el mercado estén preparadas para ello o no, constatando que sus ingresos mayores o iguales a las del marido, no sólo es insuficiente sino inequitativamente destinado al hogar, el 100% de ella y el 6o
60 a 70%  de él, quien a diferencia de ella, no ha renunciado a ser, tener una vida que va más allá del hogar y el trabajo. Personalmente pienso que ese no es el problema, sino que la mujer renuncie por su lado a su condición de ser social: sus pares, parientes y posibilidades de seguir creciendo personal y profesionalmente. Suele suceder que este tipo de problemas,  es tambien  advertido por el varón respecto a su pareja centrada en sí, revirtiéndose los papeles.

De no resolverse por negociación,  consenso y   acuerdos periódicos, hasta consolidarse como pareja y familia, se crean las condiciones para el conflicto de intereses y necesidades, que se resume legalmente en incompatibilidad de caracteres, traduciéndose en agresión y violencia; el miedo junto al conocimiento de derechos hace que el siguiente paso sea la denuncia. Si la mujer rompe con el miedo y el hombre acepta que se acabó el respeto y amor, se produce  la separación y desmembramiento familiar.

En todo este proceso hijo(s) e hija(s) sólo son un producto en disputa para medir quien tiene poder, pero tras la decantación del mismo, suelen terminar en algún lugar, siendo menor  la posibilidad de integrarse en una de las dos nuevas familias que emprenden padre y madre, cada quien por su lado. Frecuentemente allí  no hay cabida para hijo(s) y/o hija(s) del primer matrimonio o ensayo de familia. En casos excepcionales, donde son acogidos, se inicia un nuevo proceso de dolor y sufrimiento de ser hijo(a) del otro(a) que los torna iguales o peores que sus padre y madre, generándose un sinfín de conflictos, claro que hay casos sui géneris, donde los hijos(as) del primer matrimonio o compromiso ganan nuevos padre y madre, su mundo se amplia y son felices, pero ese no es el punto de mis pensamientos en este momento.

Y están los huérfanos, cuando culminó el ciclo de vida de los padres que no coincidieron con el suyo. Pero también aquellos que fueron arrebatados por la violencia social, política y cultural: a) huérfanos(as)  sobrevivientes de la violencia política en un país que atravesó por ella durante más de dos décadas, sin que la misma haya desaparecido hasta nuestros días. b) huérfanos(as) por accidentes, cuyos padres mueren atropellados, volcados o chocados durante un viaje, c) huérfanos(as) por la convivencia social insegura, violenta, sin límites donde el otro es transformado en cosa siendo asesinado(a) en un asalto, secuestro o bala perdida; d) huérfanos(as) de la represión, cuyos padres salieron a protestar por el avasallamiento de sus derechos y pagaron su osadía con la vida y  e)  huérfanos(as)  por efecto del feminicidio que les arrebató a la madre por manos del padre, convirtiéndolo en fugitivo o condenado a la cárcel tras su crimen. En el Perú para noviembre del 2019  asciende a 149 casos[3] en tanto que el histórico entre el 2004 y 2018 suman 1,803 casos[4], se desconoce el número de huérfanos(as) que han de ser mayores a 1852 y la secuela de los hechos en sus vidas es una incógnita.

Ante la ausencia de la madre y/o el padre, surgen las madres sustitutas[5], mujeres que son a la vez abuelas, tías, hermana mayor[6]trabajadora del hogar bajo la figura de trabajo a todo servicio o sólo "nanas" para el cuidado del niño(a)  y hasta la vecina de barrio o piso del edificio, se transforman en sustituta de la madre, como referente de refugio y protección a cuyas manos van a parar   hijo(s) o hija(s). Cuando deja de ser un rol rentado y permanente, se transforma en una nueva responsabilidad principalmente de mujeres con hijos(as) propios o no, renuncian a su maternidad de ese nuevo hijo(a) putativo explícita o implícitamente, puesto que la madre y/o el padre biológico están ausente por orfandad o abandono debido, lo segundo, asociado frecuentemente a que no fueron planeados, sea porque no evaluaron las implicancias de tener un hijo(a), ni tomaron medidas anticonceptivas o por efecto de la violencia y violación.

Las madres sustitutas o putativas[7]  que no llegan a ser totalmente la madre, puesto que la autoridad como la patria potestad sigue en manos de ambos progenitores ausentes, real o simbólicamente. Asume ese rol mediado por la ilegitimidad e informalidad, movidos por el amor, el desprendimiento o la resignación a ser el referente temporal e invisible del hijo(s) o hija(s) putativo(a) porque no queda otra, sin procesar en ese instante el costo de su invisibilidad, el desconocimiento social, económico, cultural y político asociado a su rol.

Ninguna madre sustituta, si es trabajadora dependiente, recibe el reconocimiento de la carga familiar, mientras ello sí sucede con el padre o madre en la misma condición, ejerza  o no ese rol, conozco muchos casos así[8]. Tampoco tienen acceso a beneficios sociales de los mismos cuando estos crecen y a su vez son trabajadores dependientes. Menos aún pueden heredar por oficio si  la madre sustituta no ha  testado expresamente al respecto[9], peor aún si la hija(o) putativa(o) fallece la madre sustituta no tiene derecho a heredarlo(a) ni hacerse cargo del  hijo(s) hija(s) en orfandad.

Así es como la maternidad sustituta, pese a ser largamente extendida a lo largo de nuestra historia, es una práctica que en el fondo nos avergüenza e interpela  como sociedad, de modo que lo guardamos bajo la alfombra, cubrimos con un velo a veces levantado por un hijo(a) putativo(a) cuando la misma fallece, es fácil identificar cuando alguien dice o escribe "Mi abuela fue mi segunda madre, o mi abuela me crió" "Yo tengo dos mamás, mi tía y mi progenitora", "Mi hermana fue en verdad mi madre, porque ella me crió"
Negamos socialmente la maternidad sustituta, porque tira abajo, la sublimación de la maternidad, la solidez de la institución familiar abstraída a la condición de familia nuclear integrada y sostenida por el padre, la madre e hijos(as).

Todas estas reflexiones surcaron por mi mente como pantallazos de ideas, que he desarrollado con algo de detalle ahora que escribo al respecto, para que se entienda mi respuesta a aquella abuela y madre sustituta:

“No le mienta a su nieto, si en verdad lo ama, dígale siempre la verdad por muy dolorosa que esta sea, una abuela sabe cómo envolver las palabras de modo que no duela más de lo necesario, al mismo tiempo lo forma consciente, recíproco, seguro, fuerte y firme.

Evite que el dude de sí mismo, negando aquello que percibe y siente, afirme su autoestima haciendo que su verdad le permita ser libre, dueño y responsable de sus actos y su futuro.

Su nieto necesita ser consiente, de su situación para vivir con ello, si bien no tiene a una madre y un padre que lo proteja, tiene a una abuela que sí lo hace, hay quienes les toca luchar solos en la vida para sobrevivir y se transforman en grandes personas, él la tiene a usted.

Usted conduélase por su hija, porque todo lo que se hace se paga, ahora más temprano que tarde, perdónela y olvídese de ella para que su recuerdo no dañe la relación con su nieto y perdónese a sí misma, por haber contribuido para que su hija sea la persona que es hoy, cosa que ya no puede modificar porque depende de ella y no de usted.”

Ella me mira con los ojos brillantes por el llanto y responde: “Gracias por sus palabras, siempre tengo sufrimiento por mi nieto”.   He llegado a mi estación, me despido y avanzo en el mar de gente para abandonar el vagón.

Mientras pienso en la necesidad, que estos seres sufrientes en su condición de hijo(a) putativo de una madre sustituta, tengan conciencia de ser indiferentes a sus progenitores y tomen distancia de su relación parental con la madre y el padre biológico, que les permita comprenden la complejidad de las relaciones de pareja entre hombres y mujeres de nuestra sociedad en general, así como de sus padre y madre en particular. 

Sólo cuando logran descubrir y aceptar que son mucho más que hijo(a), con una herencia o carencia de afectos percibidos como “naturales” sino en una relación de maternidad gratuita, basada en su condición humana que lo sitúa como uno más e igual a todos(as), con valor en sí y para sí, se habrá aceptado y asumido, pero principalmente dejarán de sufrir.

Cuando comprendan que no toda maternidad es sublime sino un aprendizaje y opción, que no hay “naturaleza materna”  ligada  a la concepción, embarazo y parto; sino a la asunción del cuidado de otro ser por su condición humana, aquello que hace que una mujer se haga cargo de su maternidad aprendiendo y desarrollando el cuidado, crianza, sustento y formación del hijo(a), independiente de la presencia o ausencia del padre.

Cuando reconozca que no toda paternidad es responsable, amorosa, constructiva y proyectista como sucede con los padres conscientes de ello, o con el patriarca que busca trascender su propia vida y ambiciones de poder a través de su(s) hijo(s) para que su legado perviva y que su(s) hija(s) alcancen matrimonios sólidos sin posibilidad de divorcio en su interior, asegurado de ese modo que su linaje se perennice en el tiempo.

Cuando él o ella se visualice en el tiempo, que en algún momento decidirá ser padre o madre, con capacidad para reeditarse y ser lo que él o ella esperaba de su padre y/o madre,  les permitirá tomar con ambas manos,  su papel de hijo(a) putativo, y con él, aquello que le la vida le ha dado, valorando la oportunidad de tomar lo mejor que le ofrece, para transformarse en lo  quiere y decide ser, desprendiéndose del dolor de aquello que no tiene porque no existe, tampoco puede obtener y menos  resolver, porque el amor se da y acepta, pero no se puede pedir, exigir, demandar ni comprar.

El tren se detiene, desciendo del vagón y siento que una mano me coge del brazo, es la abuela y madre sustituta del nieto, quien me dice: “de tanto conversar, no me di cuenta que también me bajo en esta estación”.

La miro de pie  y descubro la razón de mi sensación de la familiaridad en su rostro, mientras le digo: “Sabe usted se parece a mi amiga Isabel que descansa en paz y siempre me acompaña”. Advierto que sus pasos son inseguros, cojea del pie izquierdo. La sostengo del brazo y caminamos hacia el ascensor, mientras ella me dice: “Sabe me ha aliviado el corazón, no suelo hablar de mí, pero esta noche en especial, estoy muy triste. Yo soy una empresaria de Gamarra, he sacado adelante a mis hijos sola, mi marido se fue con otra y nunca se hizo cargo de mis hijos. Crié bien a todos, ellos no quisieron estudiar así que les di un puesto a cada uno para que trabajen, pero hoy en especial me siento tan mal porque mi hijo varón a quién he dado tanto me maltrata”.

Hemos bajado del ascensor, mientras escucho su confesión: “Mi hijo me ha hecho no una sino con esta tres veces, la primera le puse un puesto y lo dejó, porque me dijo que quería coser y producir; para eso le pagué la mejor escuela de formación que hay en Gamarra, aprendió bien y mucho cuando empezó a coser tenía bastante trabajo y era bien buscado. Pero él quería lo suyo, así que le di nuevamente un capital, le compré máquinas y no sé qué hizo y lo perdió todo nuevamente. Esta tercera vez, yo había conseguido un préstamo para mejorar mi empresa, él me dice: «Mamá, dame a mí, yo lo voy a invertir y trabajar mejor ese capital, ya no trabajes sola; trabaja conmigo». Yo una vez más le creí, tonta de mí, le di los noventa mil dólares y ahora el me maltrata peor que a todos sus trabajadores”.

La miro en silencio y descubro en esta mujer de unos sesenta años, con ojos grandes y negros, nariz aguileña, cabello profundamente negro y tristeza mayor en el rostro, de quien no sé más que aquello que cuenta, a muchas mujeres que aman demasiado.

Algunas se encuentran atrapadas en una relación tóxica de pareja donde son estafadas, abusadas, maltratadas, devaluadas en su amor propio y dignidad, sin lograr desapegarse de esa relación. Otras como ella, son mamás gallinas, que viven esa misma experiencia en la relación con sus hijos(as) quienes las succionan, desangran, desnudan y degradan, hasta arrebatarles el alma, sin importar lo que piensan, sienten y sufren.

La miro, escucho y siento dolor en el alma, nos detenemos en la explanada, ella sigue desgranando todo lo que sufre, dejo que se desahogue puesto que sacar aquello que nos entristece, adjudicándole nombre nos descarga, libera y permite recuperar fuerzas para no desfallecer.

Me dice finalmente: “usted creerá que soy una mala madre y una empresaria tonta, pero en verdad no lo soy, sólo que esta noche estoy profundamente dolida”. Respondo que no importa lo que yo piense, sino aquello que ella misma piensa de sí. Pero si a ella le importa saber que pienso, se lo diré:

“Al igual que muchas madres solas, usted trató de hacer y dar lo mejor que pudo a su hijo e hija, sin embargo, no les enseñó a ser recíprocos con usted mostrando que también era un ser humano, no expresó sus necesidades, sentimientos y debilidades, sólo el poder y el hacer que había aprendido en un mercado brutal como competitivo que es Gamarra. Ellos hoy intentan ser usted y superarla, pero en menos tiempo y con mayores sacrificios como logros de aquello que han visto, no importa si la sacrifican a usted o su nieto, usted les ha facilitado todo para que esto suceda.

El problema lo ha identificado usted misma, no es mala madre en el sentido que lo dice, sino en que sigue siendo madre aun en el terreno empresarial donde le toca ser socia, si usted le hubiera dado ese monto de dinero a un socio cualquiera, otro sería el resultado, su percepción y estado actual.

Como dice ha sido una decisión tonta por tres veces, no porque usted sea tonta, puesto que  todo este tiempo ha salido adelante como empresaria sola, sino porque en su decisión ha pesado su maternidad. Si hubiera realizado todo lo que ha hecho con su hijo con otra persona, habría tomado precauciones y medidas para correr el menor riesgo”.

Sonríe la tristeza se ido de su rostro, me coge el brazo y dice: “Es un ángel, acabo de darme cuenta que en realidad solo estoy pensando como madre y sufriendo como tal, cuando mi problema es de empresaria y socia. Sólo pensé en la ingratitud de mi hijo,  su desprecio y maltrato y no me he puesto en mi lugar ni mis derechos, eso no se lo he permitido nunca a nadie, me siento destruida porque no tengo como reclamarle formalmente”.

Sonrío a mi vez, el ambiente se torna cálido, la cojo una vez más  del brazo y le digo: “Ya ve cómo las cosas cambian si lo mira desde otra posición, usted puede resolverlo, primero colocando en su lugar a su hijo.

Si no logra que entre en razón, puede usted volver a empezar, aprendió la lección ya no cometerá el mismo error por una cuarta vez, porque sabe cómo hacerlo, no pierda su dignidad, ni sufra en una relación donde no puede cambiar las condiciones, depende de usted ser lo que decida ser”.

Me agradece nuevamente, nos abrazamos como si fuéramos las mejores amigas de toda una vida, la veo alejarse con más seguridad en sus pasos, no le pregunté su nombre, tampoco ella  sabe el mío, es lo que menos importa, no es la primera persona con quien tengo confesiones y confidencias tan profundas,  a quién no volveré a ver. 

A veces metafísicamente pienso que soy una sacerdotisa de muchas vidas o como diría mi amiga Gloria una sanadora, en otras que el universo me permite ir cerrando pendientes en el momento, lugar y seres que menos conozco, pero mi conciencia racional y lógica me recuerda que suelo ser una terapista ad honorem al paso. 

Pueda que sea todo a la vez, mientras camino caigo en la cuenta que ciertamente esta noche los ángeles se comunicaron conmigo, más concretamente, mi ángel Isabel Inca, quién me juntó a esta mujer en el tren poco a poco, para que espantara su sufrimiento mientras me confirma  el camino, las cosas y metas correctas de mi ser y hacer, hoy y mañana. Sonrío esta vez para mí, hay aún luna llena, cerré mi 30 de noviembre redondo,  camino ligero y me siento feliz, como no serlo tras tanta magia de vida.







[5] También hay escasos padres de hombres que cumplen este rol siendo principalmente el hermano mayor o abuelo, suelen ser casos excepcionales.
[6] En el país, el caso de hermanos(as) mayores haciéndose cargo de los menores independiente de los padres ausentes o presentes, es muy extendida pero escasamente estudiada pese a que en muchos casos este no se restringe al apoyo económico sino afectiva, moral, social y espiritualmente. Por cuanto merece un tratamiento específico que en mi caso abordaré en otro  momento.    
[7] Termino que significa como propio a algo que no lo es por quien lo ostenta o aquel que le atribuye. Por cuanto, “Putativo” es un adjetivo que se emplea cuando las personas califican a un individuo como algo que en realidad no es, “hermano putativo”; “tío putativo”.
La palabra putativo deriva del latín putatīvus, que indica ʽreputadoʼ o ʽconsideradoʼ. En este sentido, cuando una persona denomina a otra, por ejemplo, como su “padre putativo” o “abuela putativa”, le está confiriendo una cualidad que en la realidad no tiene.”, https://www.significados.com/putativo/.
[8] Cobran beneficios sociales a nombre del hijo(a) de quien no se hacen cargo.
[9] La madre o el padre del hijo(a) putativo, que es hijo de la abuela o hermano(a) de la tía tiene derecho a heredar antes que el nieto(a) o sobrino(a).

viernes, 22 de noviembre de 2019

HOMENAJE A NARDA HENRÍQUEZ AYÍN


En el Perú existen mujeres que a lo largo de nuestra historia han marcado hitos, pueda que muchas de ellas cuando emprendieron las acciones que las cincelaran en nuestra memoria e imaginario, jamás se propusieron que así sería, puesto que cada quien es movilizada por determinadas condiciones, motivaciones, posición, objetivo del tiempo y contexto en el que se producen.

Ciertamente, toda iniciativa, empresa y apuesta es inspirada como sostenida real o simbólicamente por un colectivo, tal como esta noche lo recordaba Narda Henríquez Ayín respecto a la creación del primer espacio académico para los estudios de género en el país. No es menos cierto que un acto que trasciende la historia suele sostenerse y ser producto del compromiso, apuesta y entrega de un gestor(a).

Si bien el hacer de Narda se inicia durante los años setenta como docente de sociología en el terreno de los estudios demográficos y movimientos sociales, en los ochentas, su derrotero se asomó como ella suele decir, al umbral del feminismo y los márgenes de la Izquierda Unida, hasta animarla a candidatear como congresista durante las elecciones de 1985.

Más no sería ni la militancia feminista o política partidaria, aquella que se transformaría en su quehacer, sino que la síntesis de la misma se expresaría en el proyecto académico de los estudios de género que impulsaría junto a otras profesoras, tras un proceso de reflexión de mujeres que constataron su ausencia en el país, la necesidad e importancia del mismo para modificar las condición y posición de las mujeres que se vivía hasta 1990.

Narda Henríquez junto a Jeanine Anderson, Marcela Chueca, Ana Ponce, Patricia Ruiz Bravo, Norma Fuller y otras profesoras de la Facultad de Ciencias Sociales impulsaron desde el centro de una de las universidades donde menos era posible imaginar -la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)-, el primer Diploma de Estudios de Género (DEG) en el país y el Programa de Estudios de Género (PEG), que integraría la academia con el quehacer de sus estudiantes y docentes.  

Pueda que soñaron con aportar a la perspectiva de género en el tratamiento de las relaciones sociales, sin imaginar que instrumentalizarían a muchas(os) profesionales del país con efecto multiplicador, para una intervención con enfoque de género y sus implicancias en las agendas nacionales.

Hoy remecidas con debates controversiales que inclusive ha provocado la caída de ministros(as), atravesando tanto la política en general como las políticas públicas en específico; las agendas de movilización popular, principalmente de las mujeres, con acento en las relaciones de hombres y mujeres, de mujeres entre mujeres y de hombres entre hombres. El posicionamiento de las(os) jóvenes de hoy, en demandas de igualdad, que a diferencia de nosotras sus ancestras, nacieron en la era digital con derechos y acceso al conocimiento, ciencia y tecnología, facilitado por la red, para ellas el infinito es el límite, pero la lucha más feroz y riesgosa.  

El DEG se mantuvo como tal hasta pasada la primera década del siglo XXI mostrando su fortaleza para subsistir a dos siglos, para enfrentar sus transiciones, exigencias y retos, hasta transformarse en Maestría de Estudios de Género (MAE), buena parte de su gestión y persistencia se debe a la dedicación como energía y dirección de Narda Henríquez.
Al mismo tiempo los estudios de género se transformaron en la fuente de inspiración para su laboriosidad académica, institucional y política de Narda. Para quienes como yo fuimos estudiantes y tuvimos su mentoría en los temas de interés compartido, nos estimuló a mirar nuestro quehacer desde la perspectiva de género críticamente. En ese proceso, ciertamente cambió nuestras vidas y las vidas de aquellas personas con las que nosotras hemos reproducido y encarnado los conocimientos, el pensamiento crítico y la creación de nuevo conocimiento compartido.

Y para quienes hemos acompañado su labor en el terreno mismo del trabajo académico, institucional y político -que en mi caso fue por década y media-, Narda ha sido y es, no sólo referente sino inspiración del hacer profesional, político y humano. Implementando su concepto persistente de interpelación y donde sustenta su laboriosidad infatigable de obrera académica tras las huellas, la reconexión o reinvención del conocimiento que cada día es un nuevo reto, exigencia y oportunidad.

He sido testigo y muchas veces su alter ego, ante su pericia para mantener el equilibrio con un pie en el DEG y otro en el aporte concreto político e institucional a la sociedad. Un ejemplo de ello fue el Informe de la Comisión de la Verdad, donde su mirada y comprensión de la violencia política que vivió el país durante 1980-2000, fue un aporte central desde la perspectiva de género, para que el equipo encargado del tema incluyera los primeros hallazgos reflexiones que hoy es referente para otros países. Otro tanto sucedió con el reimpulso institucional del Colegio de Sociólogos del Perú y desde allí al de Decanos de los Colegios Profesionales, tornándolos en instituciones atractivas para otros profesionales hasta la actualidad.

Su trabajo no se ha circunscrito al nivel urbano, se ha extendido hacia la zona rural del país, así como los estudios andinos con los países vecinos, buscando adjudicar a los estudios de género, un realce similar a todas las disciplinas universitarias con su sello. En su quehacer académico, más allá de la producción de la docencia universitaria que forma parte de la competencia profesional referida a estudiar, investigar, aportar al nuevo conocimiento y provocar la discusión de ideas; ha sido una infatigable gestora de nuevos proyectos, de cooperación, colaboración y el aporte interdisciplinario.

Por su larga trayectoria y aporte significativo y con significado social desde la academia, Narda fue reconocida en mayo del 2018 con el Premio al Legado y la Trayectoria de la Sección Perú de LASA, en Barcelona.  

Esta noche tuvimos un homenaje organizado por la Maestría de Estudios de Género en la PUCP para decirle lo que su labor de docente hizo en las vidas de las/os exiguos ex estudiantes y actuales estudiantes  que estuvimos presentes. También quienes trabajamos con ella, en mi caso un tiempo donde aprendimos a ser y estar, hasta descubrirnos semejantes siendo diferentes, tender los puentes de amistad entre dos y ser capaces de compartirlo colectivamente en nuestro grupo X.  

Una reunión cuasi íntima, donde fue posible expresar aquellas cosas que se piensan y siente para que la otra persona sepa y no sólo perciba aquello que sentimos por ella, esta vez con testigos, registros y brindis, de modo que adquiere condición de hecho histórico, que comparto con quienes no se enteraron y se perdieron una noche, pero sin duda tendremos otras muchas.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

CRISIS POLÍTICA VIOLACION MUJERES INDÍGENAS BOLIVIANAS


Está estudiado y probado con indicios incuestionables que luego de las guerras cuando un enemigo ha vencido al otro, la lucha no acaba con la aprehensión y/o aniquilamiento del perdedor. Para sellar el triunfo y apropiación del territorio, simbólicamente se arrasar con la cultura, el espíritu y significado del pueblo vencido, allí es donde la batalla se traslada al cuerpo de las mujeres. 

La vejación y violación de las mujeres de los vencidos, es a su vez el arrebatamiento de su dignidad, alma y vida, porque suele impactar en toda su vida futura, frecuentemente con la secuela de un embarazo indeseado, naciendo un nuevo ser que no es parte de los vencidos ni los vencedores, sino testimonio vivo  de la maldad humana, el ejercicio de la fuerza, la violencia exacerbada y el odio desmedido, allí es donde una se pregunta dónde está Dios, las convenciones internacionales y la justicia.


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Trasladar esta práctica de guerra, para reproducir la batalla final en el cuerpo de las mujeres, en situaciones donde no existe una guerra sino se pretende “instaurar la democracia”, como hoy sucede en Bolivia1, revela el trasfondo no democrático y práctica castrence de quienes tras la crisis política, vienen realizando acciones según sus intereses, motivaciones y objetivos, al mismo tiempo que transforma a Evo Morales en la víctima, proporcionando asidero a su denuncia de golpe de Estado.

La vocación de permanencia y apropiación del poder desde Evo Morales, bajo esa idea mesiánica y caudillistas   que muchos líderes y políticos practican en nuestros países[1] ha producido el pretexto suficiente para a nombre de la democracia, abrir las compuertas del odio misógino, racista, xenófobo y religioso que había estado en paréntesis por más de una década en Bolivia.

Las víctimas de la violencia, abuso y violación, ciertamente  se produce contra las mujeres sin embargo, este es focalizado hacia el grupo más vulnerable compuesto por mujeres indígenas, con lenguaje nativo, pobre, amazónica y/o andinas. Castigado al grupo en general y a su segmento en específico,  su atrevimiento a ejercer apoyo político, ser reconocidas e  incluidas como ciudadanas de un país que las desconoció, marginó, devaluó y excluyó durante XX siglos.

El corte de sus trenzas, símbolo de su dignidad y pertinencia como pertenencia a su pueblo, es un modo de arrojarlas a la orfandad, el escarnio y el rechazo, pero también su estigmatización. Las manos que lo hacen son semejantes a las suyas pero representan al poder blanco, oligarca, racista que les recuerda su condición de ciudadanas de segunda clase.

Hoy Bolivia ha sido arrojada a una noche profunda, por los errores y falta de proyección e innovación de la política de Evo Morales, los movimientos y partidos políticos que lo sostuvieron. Sin embargo, confío que en este tiempo las mujeres y hombres bolivianos que han descubierto que tienen derecho a tener derecho, asi como han aprendido a ejercerlo sin miedo ni vuelta atrás, logren alcanzar el nuevo día, con más fuerza, firmeza y claridad  s
para hacer de su país lo que su voluntad les inspire.

Va mi voz de protesta por estos hechos, mi solidaridad de género con las mujeres que hoy viven en democracia las vejaciones que siguen a una guerra, van mis votos de apuesta y lucha por la igualdad, la convivencia pacífica, la radicalización de la democracia, el respeto por la diferencia, la libre expresión y de culto.

¡Fuerza hermanas!

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[1] Es el caso de las(os) ex Congresistas del Perú, quienes fueron disueltos  por un claro obstruccionismo al gobierno de Vizcarra y el rechazo popular,  tras el cierre quienes fueron los principales actores con conductas lamentables pretenden retornar al futuro Congreso del 2020-2021 candidateando en las elecciones de enero del 2020 pese a tildar los hechos como golpe de Estado.

lunes, 11 de noviembre de 2019

ENTRE DERECHA E IZQUIERDA UNA REGIÓN QUE SE REMECE Y AVANZA

Los mandatos más largos en la región se mueven entre izquierda y derecha, diferenciándose los primeros por gobiernos de facto que llegaron al poder usando la fuerza y el poder de las armas quedándose el tiempo que les viniera en gana y el cuerpo resistiera. Los segundos llegaban al poder a través del ejercicio democrático del voto universal bajo un discurso de cambio y respeto a la voluntad del pueblo, pero apenas fueron investidos del poder, terminaron torciendo las reglas de juego al crear las condiciones para permanecer en él indefinidamente. 
Es innegable que la permanencia más larga corresponde a los gobiernos de facto, inclinados tanto a la izquierda como a la extrema derecha, es el caso de Castro en Cuba y Pinochet en Chile respectivamente.
  
Los gobiernos elegidos democráticamente también han mostrado posiciones autoritarias de seudo democracia y corrupción, abrazando el neoliberalismo gracias a una constitución ad hoc que inauguró Alberto Fujimori en Perú inspirando a los países vecinos, como sucedió con Carlos Menen en Argentina y el socialismo bolivariano nacionalista de Hugo Chávez en Venezuela.

Cada experiencia sufrió reveces tanto en lo social, económico y político sea por haber adoptado un modelo que hizo agua en el tiempo y/o porque la dinámica interna sobre la que se sostenía cada gobierno se tensó tanto hasta provocar su quiebre, llevándolos a una ruptura de su continuidad o la instauracion de pŕacticas autoritarias pro "construcción de países democrático" anidando el sueño de  perennizarse en el poder. 

Mucha agua ha corrido bajo el puente de la región en estos primeros 19 años del siglo XXI. Una rápida pincelada a la situación de nuestros países, muestra a una Argentina que retorna a la izquierda, tras el fracaso de un gobierno de derecha en turno, cuyo legado es una mayor crisis económica de aquella que halló al iniciar su mandato. Los actuales retos son muy altos, incrementándose con el peso de una ex-presidenta que retorna al poder en condición de vice-presidenta, eludiendo por el momento las acusaciones de enriquecimiento ilícito.

Brasil retorna a un escenario de justicia que recupera su independencia y desprende de su retorcimiento, sesgo y contaminación por el poder ejecutivo que representa a una derecha a ultranza que no se detiene en recurrir a maniobras poco democráticas. Esta condición de cambio muestra un panorama de recuperación del escenario político por la izquierda y el probable Retorno de Lula a la arena política con gran respaldo popular, como contrapeso a Bolsonaro.

En Ecuador los pueblos indígenas y movimientos populares de la zona rural organizada ha hecho retroceder las medidas de libre mercado y anti indígena del gobierno, tras fuertes movilizaciones colocaron al presidente Lenin Moreno, ante la necesidad de trasladar de la sede del país y gestión  del Estado para no sucumbir. Tras el retroceso del gobierno y la conquista indígena, los segundos mostraron un civismo ejemplar y se mantienen organizados y alertas para no ser sorprendidos con nuevas medidas que afecte sus economías.

Venezuela y Cuba bloqueados por Estados Unidos (EE.UU.), el primero resistiendo con una gran migración-retorno internacional dentro de una dinámica de chavismo desgastado, permanece sostenido por una democracia electoral. En tanto que el segundo, se reinventa cada vez que se anuncia su fracaso, con indicadores a favor como: la ausencia de hambre, desnutrición, analfabetismo y salud buena,  bajo un gobierno continuista y sin democracia. 

Haití y Chile los países extremos de profundo neoliberalismo y democracia en la región, han tocado fondo en el modelo, hoy envueltos en protesta y represión, que no tiene visos de detenerse, con presidentes autistas y discapacitados para escuchar y comprender el contenido de las protestas, donde su panorama apunta al cambio de modelo económico en el corto plazo, pareciera que sólo se produciría tras un alto costo social. 

México se encuentra sitiado por un muro, el delito transnacional y la mafia, en medio de gobiernos acusados sucesivamente de corrupción debilitado persistentemente en su relación bilateral con EE.UU. y en abierta lucha contra la delincuencia a todo nivel.

Colombia se mueve bajo el péndulo de fragilidad entre la paz y violencia política, recurriendo a ello a prácticas extremas como el aniquilamiento de niños nacidos o asociados a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - (FARC) bajo las alas norteamericana.

A su vez EE.UU, atraviesa su peor gobierno democrático que ha colocado en el poder a la extrema derecha y hoy busca deshacer, debido a los daños producidos al país por decisiones esquizofrénicas, actitudes y posturas xenófobas, machista, racista, colonialista y de exterminio de un presidente de extrema derecha, que no ve otro modo de fortalecer y recuperar su poder que interviniendo y recuperando a América Latina bajo su poder e influencia.

El Perú experimenta su tercer periodo de crisis política del nuevo siglo -tras la huida de Fujimori al Japón y renuncia de PPK- siendo evidencia de lo frágil que son nuestras democracias, donde los poderes del Estado son prontamente capturados por la corrupción y la delincuencia organizada, se reproduce, crece y se diversifica  a todo nivel, unido a una gran incertidumbre por los techos de cristal del sistema económico. 

Bolivia se posiciona en el centro de escenario, con el mesianismo y continuismo asociado al socialismo, llega a su punto de quiebre e ingresa a una espiral de violencia de los grupos extremos, en tanto asoma y posiciona violentamente una derecha cargada de odio y represión que niega a momentos las pautas y prácticas de democracia.

Nos hallamos ante el escenario de una región encendida que trasciende a gobiernos oscilantes entre izquierda y derecha, donde la democracia representativa y su fragilidad es puesta en evidencia, así como al socialismo pétreo que requieren de gobiernos continuistas para su desarrollo, algunos recurren al marco democrático principalmente de su dimensión electoral, para el reconocimiento internacional, sin detener la manipulación y adecuación de algunos mecanismos, haciendo de ellas seudo democracias.

Lo cierto es que cuasi todos los países de la región compartimos un hartazgo ante la exclusión, las brechas, la corrupción, impunidad y descaro de los poderes cada vez más expuestos y escandalosamente persistentes en sus privilegios y su modo de gobernar al mundo, más sordo cuanto más se elevan las voces de los excluidos, los que sobran, los que históricamente estuvieron sometidos y en silencio.

Sectores antes invisibles, oprimidos, marginados y explotados cada día cobran más fuerza, decisión, visibilidad y protagonismo en las luchas sociales: mujeres, LGTB, indígenas, estudiantes de educación básica regular y universitarios toman las calles, asociaciones de pacientes con enfermedades crónicas, artistas, intelectuales y colegios profesionales se suman a los gremios para tomar posición. Y están los pueblos movilizados permanentemente para no desaparecer, con sus niños, mujeres y hombres por las luchas territoriales y el hábitat. 

Pueda que nos hallemos en la antesala de nuevos modos de ser y hacer política propia a la realidad de nuestros países y la región, dado que las recetas y coerciones externas dejaron de funcionar, es el caso de Chile mostrado como modelo de éxito neoliberal. Sin embargo, esa transición no es ni será libre de costos y pérdidas como ganancia.

En medio de todo hay una experiencia esperanzadora, puesto que a diferencia del resto de países donde se ha ensayado un socialismo con democracia electoral llena de baches y desvíos, Uruguay ha avanzado en explorar otras pistas, inspirado e impregnado por el ser y hacer de su ex presidente cuyo liderazgo muchos quisiéramos en nuestros países.

José Mujica un presidente de izquierda, ha sabido combinar ideología socialista, con conducta de estadista democrático que va más allá de la representatividad para asentarse en el ejercicio del poder ciudadano, la política con alternancia, rendimiento de cuentas y transparencia. 

Unido a una vida personal de ética, honestidad social, compromiso ciudadano y vida buena, sin acumulación de poder para sí -sinónimo de riqueza- sino el prestigio de ser poder en sí  que genera confianza.