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sábado, 15 de enero de 2022

PLATA COMO CANCHA: APORTES AL LECTOR(A)

Cada quién podrá analizar “Plata como Cancha”, al igual que la sentencia endosada a su autor Cristopher Acosta y al director Jerónimo Pimentel[1]. Yo prefiero concentrarme en aquello que me revela e inspira la obra. Cuyos a actores secundarios constituidos por hombres y mujeres, organizaciones sociales y políticas e instituciones estatales, que emergen y juegan un papel de colaboración, facilitación y/o alianza en el derrotero del ser y hacer del actor principal César Acuña Peralta (CAP).

El primer aporte de la obra, es la reconstrucción del rompecabezas que une las dimensiones económicas, sociales y políticas del actuar de un actor político, graficado sus modos de relación con otro(a), mediante el poder económico con el que subyuga, somete, silencia, anula e invisibiliza.

El actor y sus comparsas transitan desde sus orígenes hasta la fecha por el eje económico central. Durante la primera mitad de la vida de CAP será su principal fuente de aprendizaje e inspiración, no su formación profesional de químico[2]. La segunda etapa de vida socio-política, es desde la concepción y práctica mercantilista, que le permite adquirir legalmente colaboración, bienes, voluntades, apoyo y justicia. Y por la vía informal que linda con lo ilegal, atribuir un precio a cada delito, “Si César Acuña fuera no fuera rico, estaría muy probablemente, preso”. (Acosta, 2002, 8).

Muestra de este modo, los límites del poder judicial y las necesidades de modificar la legislación y dignificar la convivencia en el país, donde los derechos sean inalienables e irrenunciables, para que abogados/as acostumbrados/as en liberar de polvo y paja a delincuentes lo sigan haciendo a través de una justicia paralela.

Un segundo aporte, es la deconstrucción del prodigio intelectual que crea CAP para sí como actor político, estableciendo la ruta de una accidentada y dudosa carrera académica cuyo pregrado se inicia en 1972 y concluye en 1995[3] (bachillerato automático). Los posgrados que se suman como por arte de magia son ventilados como inmerecidos.  Posible de extenderse a una buena parte de los Acuña Peralta. Sólo los primeros cuatro hermanos incluyéndolo, hicieron pre grado en universidades nacionales[4] y sus posgrados en alguna de las universidades donde el “César” era el dueño, en tanto los ocho restantes hicieron su pre y posgrado en las mismas.   

Muestra a un actor político como mal ejemplo para hacerse profesional y académico. Su práctica de transformar todo en mercancía, aplicado a bienes intangibles como el conocimiento violando el derecho de autor: a) plagio a nivel nacional e internacional[5] y b) apropiación de la autoría de un libro[6], aun así, salir libre de polvo y paja.

Evidencia los vacíos y vicios de la educación superior en primera persona para acceder a grados que no reflejan competencias y calificación ni méritos propio. Abriéndose nuevas interrogantes y vetas de investigación sobre cuán frecuente es que quienes tienen plata como cancha, encargan la elaboración de su tesis. Y cómo se hace para eludir el filtro de jurado. Identificar cómo funciona evitará ventajas, suplantación, violación a derechos de autor e informalidad que en el fondo es una competencia desleal que persuade a estudiantes para calificarse.

Un tercer aporte, es la reconstrucción del ser empresario, que, de una herencia parental meritoria, metamorfosea hacia prácticas de deslealtad, ventaja, apropiación y delitos que dejaron de juzgarse. De la obra y la información existente en la red virtual, se puede establecer una línea de enriquecimiento originado en la economía familiar de subsistencia, pasando por el emprendidurismo, micro empresa, mediana, pequeña y gran empresa educativa[7].

En su crecimiento empresarial, será la sociedad fraterna que lo inspire y sostenga. Cuyo punto de quiebre revelará su arribismo socio-económico: “Lo que César hizo en la familia fue instaurar la cultura del más vivo. Fue de él que aprendieron mis hermanos”. (Virgilio Acuña, citado por Acosta, 2021, 37). En su relación con el mercado, inaugura su tinterillada como inquilino indeseable triplicando su estancia más allá de lo pactado (Trujillo en 1987- 1991) siendo desalojado en segunda sentencia, identificando las bifurcaciones del sistema de justicia[8].  

Un cuarto aporte, asociado a la gestión de la empresa educativa grafica cómo entrelaza lo social, empresarial y político. Haciendo que lo social favorezca al usufructo personal. Aupado por políticas favorables y exprimiendo el sueño de educación para todos, sostenido en hombros de padres/ madres pobres. Proporcionando a cambio condiciones mínimas de desarrollo profesional en competencias, habilidades y capacidades para desenvolverse competitivamente en su área de intervención en un mercado exigente.

Nos alerta sobre la necesidad e importancia de imaginar y crear mecanismos a modo de candados políticos ante malas prácticas en el sistema educativo superior y su calificación de grados profesionales. Cuya existencia nos coloca como país en el penúltimo lugar en la escala internacional. Una reflexión impostergable, en la coyuntura actual donde peligra la modernización educativa y su entidad impulsora como la SUNEDU. Donde el mercantilismo tiene por operador a la política.           

Respecto a la empresa de educación superior, sin duda hay más de un empresario a ser estudiado en este campo, una primera lista es facilitada por ojo público[9]. Siguiendo la línea de Acosta, habría que profundizar en el caso de las universidades del “Cesar”: a) La relación costo beneficio de estudiantes en cada una de sus casas de estudio desde sus orígenes a la fecha y la proporción de titulados(as). b) Identificar la proporción del desempeño de sus egresados(as) en la carrera que fue formado y puestos, c) Nivel de competitividad de sus titulados en el mercado laboral. 

Un quinto elemento, son las relaciones de género, que no distan de las prácticas sexistas, misóginas y patriarcales con las mujeres que suele distinguir a un conservador de extrema derecha y de culto marianista de la maternidad, sacrificio y mayor moral de la mujer como Rafael López Aliaga y machismo que usa, cosifica y somete a las mujeres que lo aproxima a los políticos de izquierda y al hombre común que las desprecia. En su relación con los hombres es competitivo, utilitario, temporal, destructivo y aniquilante.

Las relaciones de género con las mujeres como cancha de CAP, grafica la exacerbación de relaciones de poder que se apropian del cuerpo, pensamiento, vida y voz de las mujeres. Al mismo tiempo revela la presencia de mujeres que son comparsa de sus prácticas, permitiendo ser adquirida similar a otra mercancía. Incluyendo la trayectoria política, profesional y hasta ética de las mujeres con notable carrera profesional, política y social antes de formar parte de la corte del “César”. Una vez más es el dinero, estatus, promesa poder seduce a las ex congresista, candidatas, vicepresidenta y premier. Sea de izquierda, centro o derecha. La tesis de Floriano (2016)[10] es un referente revelador.

De la obra se desprende pistas por seguir sobre el “Cesar” y sus pares:  a) Rosa del Carmen Rodríguez Gutiérrez podría ser la punta del Iceberg de prácticas de abuso sexual y poder paralelo a la construcción de sus empresas. b) La relación laboral amorosa de Tania Baca, podría configurar una práctica de acoso y prebenda sexual laboral que haya involucrado a más de una trabajadora a su servicio bajo el poder de ser el dueño de empresa. c) Habría que mirar con más detenimiento y menos costo el proceso de divorcio, su significado para Rosa Núñez y sus hijos(a), desde su propia voz.  d) Y están las amantes, un mundo de relaciones por explorar cuya dinámica es el reflejo de justicia paralela, al tratarse de una familia paralela que ha de bregar con la amenaza de la “querida”[11].

Y su relación con los hombres está sembrado de competencia desleal, subordinación, explotación, estafa, cosificación y sometimiento de su voluntad mediante soles (S/.) o dólares (USA $) constantes y sonantes cuando los percibe como obstáculo. Habría que explorar en las nuevas masculinidades que se forjan de estas relaciones.

Ha desarrollado un modo peculiar de ejercer relaciones de poder con los hombres desapareciendo la igualdad con sus hermanos para establecer relaciones bipolares que se mueven entre la competencia y el paternalismo. En la competencia todo vale, la violación de la confianza, engaño y despojo que al ser demandado es resarcido económicamente. Con otros hombres del mundo empresarial y político, simplemente son aliados, clientes y/o proveedores de turno en lo empresarial, social y político, a quienes explota, expectora y/o compra.

Si a las mujeres las adquiere como bien o recompensa económicamente su compañía, a los hombres los feminiza cosificándolos con un precio y aniquila invisibilizándolos, comprando su voz para asegurar su silencio garante de su impunidad. Con quienes mantiene continuidad son aquellos que se subordinan al patrón, el jefe, al “César”.  No se habla en el libro de los transgéneros ni su postura sobre la homosexualidad, ni el matrimonio igualitario pero sus declaraciones en la prensa lo ubican principalmente como conservador[12].

Un sexto aporte, quizás el más amplio es la desmitificación del actor Acuña como político elegible, junto a él a otros(as) que han construido una leyenda ad hoc de su vida para venderse ante un electorado que una y otra vez cree en el cuento del político(a) que lo representa y tiene vocación de servicio cuando en realidad los(as) mueve el interés económico y poder.

Un discurso y práctica de asistencia social, fríamente calculado con nichos de pobreza, sueños y ambiciones políticas individuales, familiares o colectivas que transforma en dinero contante y sonante. Y cuando tienen acceso al poder político local, regional o nacional, enlazar sus acciones sociales con el erario público con perspectivas político-económicas.

Inicia su práctica política atrapando la confianza de un partido tradicional como el APRA[13] (1998-2001), en su condición de empresario de la educación es la promesa de ganancia política. Nutriéndose de las habilidades del partido histórico en Trujillo para jalar agua para su molino, haciéndose parte de una suerte de amalgama política de centro como integrante de Solidaridad Nacional (2000-2001), para saltar hacia la derecha en una alianza con el PPC como Unidad Nacional (2001- 2006), hasta la construcción de un partido suyo al que posea: Alianza Para el Progreso (APP 2007).

Su derrotero produce muertos y heridos políticos, siendo el más afectado su viejo aliado de empresas, sin el cual seguramente otro gallo cantaría. El APRA es desplazado simbólica y físicamente de su bastión, quebrado en su sólido norte, comprado su terreno simbólico (1991) donde hoy se asienta el campus de la Universidad César Vallejo - Trujillo y expropiado su núcleo territorial político La Libertad y la ciudad de Trujillo (2007), sin duda el mérito es compartido con los líderes que lo acogieron.

Se hizo político elegible en provincia como de pobre resiliente e intelectual, en las grandes ciudades. En Lima como empresario exitoso y benefactor social emerge reciclando la practica aprista, en el libro puede hallarse las pistas y continuar en esta línea.

Su ser político, construido mediante mecanismos de alianzas y viejas prácticas de politiquería con tirios y troyanos, ha mostrado que su principal vocación es tener el poder para afirmar sus bienes e intereses, como se desprende de su actuar durante la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski, seguido de Vizcarra hasta la elección de Merino y el actual presidente Pedro Castillo.  

En el candidato Acuña se revelan la presencia de atributos de un futuro dictador que a diferencia de otros que anhelan el poder político para el enriquecimiento económico personal y parental, no es su objetivo prioritario.  Él es millonario que ha transformado la dignidad, justicia, valores y moral en mercancía. Por cuanto va legitimará esa práctica con impunidad ante la justicia y endiosamiento en su actuar. Si Fujimori ofrecía honestidad, tecnología y trabajo haciendo lo opuesto, Acuña ofrece plata como cancha.

Ser presidente lo igualará y sin duda superará a figuras como Alberto Fujimori, respecto a las prácticas para violar la justicia, abusar del poder y tomar para sí al equilibrio del poder. Pero ser millonario, no le impediría sumarse a la lista de   presidentes de América Latina, él sabe cómo sacarle la lengua a la justicia, torcerle la mano será pan comido al igual que: Carlos Menen (Argentina), Luis García Meza (Bolivia, Augusto Pinochet (Chile), Carlos Andrés Pérez (Venezuela), Luis Ángel González (Paraguay), Fernando Collor de Mello (Brasil), Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica) y otros países europeos, asiáticos y americano[14].  

La historia desgranada por Acosta (2021) que se ha encargado de deconstruir y revestir el actor, alerta sobre candidatos(as) con similar perfil. Tener dinero como cancha no es antídoto contra la corrupción y autoritarismo, porque su ambición está inspirada en malas prácticas ciudadana, empresariales, sociales y políticas, que sólo se descubre cuando el poder ha sido tomado, los ejemplos abundan sea como servidores públicos[15], alcaldes[16], gobernadores y autoridades regionales[17], así como ex presidentes (1 muerto,1 preso, 1 suicidado, 1 fugado y 2 con impedimento de salida)[18]

A nivel de congresistas las perlas de delitos son variados como número, grupo político y periodos van a lo largo de 30 años, desde lo anecdótico de quien jura “Por dios y la plata”[19],  quienes se venden efectivamente como tránsfugas[20], los que aparecen como cleptómanos de servicios, ladrones de poca monta pero igual de despreciables  sea estafando al congreso con facturas adulteradas, es  el caso del famoso “come pollo[21]”,  o aquel el vil ladrón del sueldos a sus trabajadores[22] en complicidad con su esposa, quien roba servicios por angurria “roba luz”[23] y “roba cable”[24]. Están los miserables que omiten el pago de pensiones a hijos(as)[25], los infaltables sexistas y acosadores sexuales[26].  Quienes han escalado a integrar organización criminal para delinquir[27], investigados(as) por diversos delitos[28], los que trabajan sistemáticamente a favor de sus intereses personales en el sector educativo[29] y otros que los benefician directa o indirectamente[30].

Emergen por propio peso y necesidad una serie de pistas a investigar válido para APP y otros partidos donde sus fundadores son candidatos(as) presidenciales sobre:  a) La dinámica y práctica democrática en la organización, estructura y dinámica del partido político. b) La presencia y peso del parentesco, con atención al enlace de testaferro, clientelismo y compadrazgo.  c) El desempeño de sus militantes en los espacios de poder local, regional y nacional. d) El cumplimiento de promesas y compromisos electorales como partido, así como el nivel de permanencia de sus militantes.  e) La configuración del tipo de partido político y sus propuestas.

Después de leer el libro, si el lector o lectora creía en el milagro César Acuña, descubrirá que es falso, al igual que la virgen que llora. Su fortuna se sostiene en la herencia de una práctica comercial familiar de pulpería propio de provincianos ricos, el aprovechamiento de la informalidad, la estafa y deslealtad para con sus socios y aliados de proceso, el margen de acumulación por beneficios e incentivo asociados a un sector que de ser social se transformó en producto de comercio y usufructo de los sueños de los más pobres, en tanto las mujeres son su referente de apoyo, decoración y valor agregado a su poder.



[1] Fundación Mohome Llona. (11 enero 2022). Christopher Acosta: Texto íntegro de la sentencia dictada contra el periodista, ver enlace.

[2] Tómese en cuenta que, pese a haberse formado como químico no existe referencia alguna sobre una actividad asociada, salvo haya producido aguardiente, pero en su narrativa y la obra se precisa que comerció la producción de Casa Grande como otros tantos durante los setenta.

[3] Declaración jurada 2006 aparece haber culminado estudiado entre 1972- 1980, pero como candidato 2021 precisa que obtuvo la licenciatura y bachillerato en 1995 https://otorongo.club/2021/candidato/17903382/ 

[4] César se forma como Químico en la Universidad Nacional de Trujillo (1972-1995), Leopoldo como Anestesiólogo en la Universidad Mayor de San Marcos y Virgilio y Héctor  en Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Cajamarca,

[5] Tesis doctoral de la Universidad Complutense de Madrid, Maestría en la Universidad de Los Andes de Colombia (1997) y la Universidad de Lima (2016), ver enlaces.

[6] Alvarado Oyarse, Otoniel (2012). Política educativa: concepto, reflexiones y propuestas. ISBN: 997250627. Ver detalles del informe sobre la autoría de Sala Especializada en Propiedad Intelectual, Resolución del 24 de julio de 2017. Resolución Número: 2298-2017 TPI- INDECOP, ver enlace.

[7] La definición de tipo de empresa puede ver en INEI (noviembre 2019) Perú: estructura empresarial 2018, Lima: INEI, 213 p., ver enlace.

[8] Sobre el papel de las partes en la administración de justicia, es útil el artículo de Quiroga León, Aníbal. (2006). La Administración de la Justicia en el Perú: la relación del sistema interamericano de protección de derechos humanos. José Ovalle Favela Coordinador Administración de Justicia en Iberoamérica y Sistemas de Justicia Comparados. México: UNAM.  Serie Doctrina Jurídica (293), 285- 313 págs. Ver artículo en el enlace. 

[10] Floriano Hurtado, Elkin Abel. (2016). Análisis Semiótico de la Caricatura Política de Carlos “Carlín” Tovar presentada en la campaña electoral 2016 en el periodo enero – marzo. Línea de investigación, Procesos Comunicacionales en la Sociedad Contemporánea Tesis Licenciatura Trujillo: Universidad César Vallejo, Facultad de Ciencias de la Comunicación Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación.  220 p. , ver enlace. 

[11] Mientras anoto esta última pista, recuerdo a una amiga que se asomó al mundo de las amantes de los nuevos ricos del Perú y hasta hablamos de estudiar su dinámica, pero optó por empoderarlas, no sé cuánto avanzó, será un punto nuestro de agenda cuando el universo y las puntas del planeta nos vuelva a juntar.

[12] La Mula. (11 noviembre 2015) César Acuña y la Unión Civil: El candidato que cambia de discurso de acuerdo a lo que le conviene, ver enlace.

[13] Cuando crea la UCV 12 noviembre 1991, la propuesta de su creación es presentada y respaldada en diputados por la célula aprista y apoyado por la misma en su aprobación según Ley 25350.

[14] (25 marzo 2011). Ex Presidentes del Mundo Enfrentan a la Justicia, ver enlace.


viernes, 22 de noviembre de 2019

HOMENAJE A NARDA HENRÍQUEZ AYÍN


En el Perú existen mujeres que a lo largo de nuestra historia han marcado hitos, pueda que muchas de ellas cuando emprendieron las acciones que las cincelaran en nuestra memoria e imaginario, jamás se propusieron que así sería, puesto que cada quien es movilizada por determinadas condiciones, motivaciones, posición, objetivo del tiempo y contexto en el que se producen.

Ciertamente, toda iniciativa, empresa y apuesta es inspirada como sostenida real o simbólicamente por un colectivo, tal como esta noche lo recordaba Narda Henríquez Ayín respecto a la creación del primer espacio académico para los estudios de género en el país. No es menos cierto que un acto que trasciende la historia suele sostenerse y ser producto del compromiso, apuesta y entrega de un gestor(a).

Si bien el hacer de Narda se inicia durante los años setenta como docente de sociología en el terreno de los estudios demográficos y movimientos sociales, en los ochentas, su derrotero se asomó como ella suele decir, al umbral del feminismo y los márgenes de la Izquierda Unida, hasta animarla a candidatear como congresista durante las elecciones de 1985.

Más no sería ni la militancia feminista o política partidaria, aquella que se transformaría en su quehacer, sino que la síntesis de la misma se expresaría en el proyecto académico de los estudios de género que impulsaría junto a otras profesoras, tras un proceso de reflexión de mujeres que constataron su ausencia en el país, la necesidad e importancia del mismo para modificar las condición y posición de las mujeres que se vivía hasta 1990.

Narda Henríquez junto a Jeanine Anderson, Marcela Chueca, Ana Ponce, Patricia Ruiz Bravo, Norma Fuller y otras profesoras de la Facultad de Ciencias Sociales impulsaron desde el centro de una de las universidades donde menos era posible imaginar -la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)-, el primer Diploma de Estudios de Género (DEG) en el país y el Programa de Estudios de Género (PEG), que integraría la academia con el quehacer de sus estudiantes y docentes.  

Pueda que soñaron con aportar a la perspectiva de género en el tratamiento de las relaciones sociales, sin imaginar que instrumentalizarían a muchas(os) profesionales del país con efecto multiplicador, para una intervención con enfoque de género y sus implicancias en las agendas nacionales.

Hoy remecidas con debates controversiales que inclusive ha provocado la caída de ministros(as), atravesando tanto la política en general como las políticas públicas en específico; las agendas de movilización popular, principalmente de las mujeres, con acento en las relaciones de hombres y mujeres, de mujeres entre mujeres y de hombres entre hombres. El posicionamiento de las(os) jóvenes de hoy, en demandas de igualdad, que a diferencia de nosotras sus ancestras, nacieron en la era digital con derechos y acceso al conocimiento, ciencia y tecnología, facilitado por la red, para ellas el infinito es el límite, pero la lucha más feroz y riesgosa.  

El DEG se mantuvo como tal hasta pasada la primera década del siglo XXI mostrando su fortaleza para subsistir a dos siglos, para enfrentar sus transiciones, exigencias y retos, hasta transformarse en Maestría de Estudios de Género (MAE), buena parte de su gestión y persistencia se debe a la dedicación como energía y dirección de Narda Henríquez.
Al mismo tiempo los estudios de género se transformaron en la fuente de inspiración para su laboriosidad académica, institucional y política de Narda. Para quienes como yo fuimos estudiantes y tuvimos su mentoría en los temas de interés compartido, nos estimuló a mirar nuestro quehacer desde la perspectiva de género críticamente. En ese proceso, ciertamente cambió nuestras vidas y las vidas de aquellas personas con las que nosotras hemos reproducido y encarnado los conocimientos, el pensamiento crítico y la creación de nuevo conocimiento compartido.

Y para quienes hemos acompañado su labor en el terreno mismo del trabajo académico, institucional y político -que en mi caso fue por década y media-, Narda ha sido y es, no sólo referente sino inspiración del hacer profesional, político y humano. Implementando su concepto persistente de interpelación y donde sustenta su laboriosidad infatigable de obrera académica tras las huellas, la reconexión o reinvención del conocimiento que cada día es un nuevo reto, exigencia y oportunidad.

He sido testigo y muchas veces su alter ego, ante su pericia para mantener el equilibrio con un pie en el DEG y otro en el aporte concreto político e institucional a la sociedad. Un ejemplo de ello fue el Informe de la Comisión de la Verdad, donde su mirada y comprensión de la violencia política que vivió el país durante 1980-2000, fue un aporte central desde la perspectiva de género, para que el equipo encargado del tema incluyera los primeros hallazgos reflexiones que hoy es referente para otros países. Otro tanto sucedió con el reimpulso institucional del Colegio de Sociólogos del Perú y desde allí al de Decanos de los Colegios Profesionales, tornándolos en instituciones atractivas para otros profesionales hasta la actualidad.

Su trabajo no se ha circunscrito al nivel urbano, se ha extendido hacia la zona rural del país, así como los estudios andinos con los países vecinos, buscando adjudicar a los estudios de género, un realce similar a todas las disciplinas universitarias con su sello. En su quehacer académico, más allá de la producción de la docencia universitaria que forma parte de la competencia profesional referida a estudiar, investigar, aportar al nuevo conocimiento y provocar la discusión de ideas; ha sido una infatigable gestora de nuevos proyectos, de cooperación, colaboración y el aporte interdisciplinario.

Por su larga trayectoria y aporte significativo y con significado social desde la academia, Narda fue reconocida en mayo del 2018 con el Premio al Legado y la Trayectoria de la Sección Perú de LASA, en Barcelona.  

Esta noche tuvimos un homenaje organizado por la Maestría de Estudios de Género en la PUCP para decirle lo que su labor de docente hizo en las vidas de las/os exiguos ex estudiantes y actuales estudiantes  que estuvimos presentes. También quienes trabajamos con ella, en mi caso un tiempo donde aprendimos a ser y estar, hasta descubrirnos semejantes siendo diferentes, tender los puentes de amistad entre dos y ser capaces de compartirlo colectivamente en nuestro grupo X.  

Una reunión cuasi íntima, donde fue posible expresar aquellas cosas que se piensan y siente para que la otra persona sepa y no sólo perciba aquello que sentimos por ella, esta vez con testigos, registros y brindis, de modo que adquiere condición de hecho histórico, que comparto con quienes no se enteraron y se perdieron una noche, pero sin duda tendremos otras muchas.

domingo, 29 de noviembre de 2009

DESDE ADENTRO, VIOLENCIA ENTRE MUJERES

Tenían que ser las Zorras de Abajo, quienes zorrinamente coloquen un tema que suele tratarse unas veces confrontando, otras resistiéndose y hasta colocándolo en paréntesis. Me refiero a las relaciones intragénero, que suele ser sesgado cuando se concentra en el interés por urgar sólo al interior del género femenino, puesto que como sucede con las relaciones humanas, el género masculino no se exime de esta experiencia.

Más allá de colocar en evidencia que la violencia intragéneros de ningún modo es práctica exclusiva de las mujeres, intentaré desarrollar algunas anotaciones al respecto, para no eludir la demanda ladina de las Zorras de Abajo.

Las Motivaciones

Cuando el tema se concentra en urgar las relaciones intra género femenino, cruzado con la variable violencia suele asociarse con algunos intereses inconfesos, entre los que pueden identificarse: a) mostrar que la violencia contra las mujeres no necesariamente tienen como única fuente a los hombres, b) la responsabilidad originaria de la violencia contra las mujeres es de las propias mujeres y c) la violencia contra las mujeres proviene de una práctica autoinfringida en las mujeres.

Mi primera reacción desde adentro, respecto a la violencia entre mujeres, es el reconocimiento de su complejidad, diversidad, simultaneidad y conflictividad, unida a una lectura tapizada de mitos y tabú construido, en un esfuerzo por perpetuar inalterable una situación de violencia contra la mujer, que a la larga, favorece a los intereses de quienes no renuncian a ejercer control sobre el pensamiento, vida, cuerpo y sexo de las mujeres.

Sin duda cada uno de los intereses señalados, pueden llevarnos por caminos sinuosos tratando de psicoanalizar a las mujeres como victimarias/ víctimas, perpetuadoras/ reproductoras o sado-masoquistas, etc. Para ello bastaría obviar que la violencia contra las mujeres tiene como su eje central las relaciones de poder que constituyen y a atraviesan históricamente las relaciones de género en sus diversas combinaciones al interior de las diversas sociedades con los énfasis que se produzca en su interior.

Desde los ochenta, se ha escrito y argumentado al respecto, a estas alturas existe, suficiente literatura teórica a la que puede recurrirse para despejar dudas e interrogantes en este plano (Rubin: 1986[1]; Scoot 1988[2]) y muchos trabajos fácticos como las que constituyen las memorias de l@s diplomado@s del DEG de la PUCP y seguramente las tesis de maestrías de género y algo mas en la UCH y la UNMSM. Un material accesible que permiten ilustrar los argumentos teóricos es el de Rauber: 2003[3], aun cuando no logra agotar la comprensión de los elementos que sustenta las relaciones de violencia contra la mujer, en tanto estos se recrean y reinstalan cotidianamente. Otro documento ágil es el de Meza: 2002[4], en cuyo contenido además de referirse a los principales esfuerzos de Foucault 1980 [5], 1987[6], por aportar a un concepto de poder que trascienda lo jurídico legal hasta instalarse en cada uno de los vértices que conforman la constelación de relaciones sociales de poder que emerge de las partes de un todo, dialoga con el trabajo de una especialista en el tema.

Los Mitos y   tabús

Desde mi perspectiva la violencia de las mujeres entre si, no alcanza la magnitud que suele atribuirle afirmaciones usuales como “no hay peor enemiga de una mujer que otra mujer”, a ello suelo responder parafraseando a Diana Miloslavich, “las mujeres seguimos siendo la parte de los seres humanos que no matamos a nuestras congéneres sin llegar a conocerlas”, cosa contraria sucede en los campos de batalla sean estas guerras, espacios de afirmación identitarias o necesidades constantes de exacerbación de la virilidad.

Siguiendo a Irrigaray (1974)[7] Chodorow (1987)[8], las mujeres no nos odiamos tanto entre sí por naturaleza ni por proceso de autoafirmación identitaria, en la medida que para hacernos mujeres no debemos romper ni con la imagen materna ni el modelo femenino, que según Freud [9], si requieren los hombres. Por cuanto el odio siendo sentimiento humano cuya intensidad está sujeta a la historia colectiva e individual así como a los procesos de cada ser humano, no necesariamente tienen como fuente y destino a las mujeres como género.

Desde mi perspectiva, la violencia intra género femenino, no es otra que la reproducción y afirmación de prácticas socialmente aprendidas, en el caso de las mujeres reforzado por el cumplimiento del rol de reproducción social, conferido social y culturalmente a las mujeres. Debido a nuestro rol de madres, educadoras, cuidadoras, amas, hermanas, tías, abuelas, etc. nos transformamos en sujeto y objeto de ejercicio de violencia consigo misma, aun cuando aparentemente pareciera ser ejercida contra otra mujer en tanto surte un efecto boomerag, es decir retorna a nosotras mismas por el modo como estamos inmersas en las instituciones y relaciones por nuestra condición de género.

Si bien el cumplimiento de un rol socializador sin alterar cánones de poder centrado en los varones nos transforma en instrumento que mantiene, reproducen, recrea y perenniza las prácticas de negación de su condición de sujeto de derecho, ese mismo rol nos abre las puertas y la oportunidad para revertirlo y producir una revolución al interior de las relaciones humanas. Pero ello requiere de cambios profundos en la autopercepción, autovaloración, y empoderamiento de las mujeres en sí mismas y en su condición de género que aun es un proceso incipiente. Debido principalmente a una histórica situación de subordinación, sometimiento e invisibilización que aun persiste.

Procesos inacabados

Hasta no hace mucho, las mujeres no teníamos conocimiento y menos conciencia de tener derecho a tener derecho, es decir asumirnos como sujeto de derecho, sin duda afirmado con el hecho de ser indígena amazónica, andina, negra, iletrada, pobre, etc. Y cuyo proceso de develamiento y superación es aun inicial, puesto que la conciencia de género, es tanto o de mayor reto que la conciencia de clase, social, nación o cívica que tiene siglos en ese empeño. El sentirnos y asumirnos mujeres como sujetos de derechos a penas remite sus inicios hacia 1970 y la de género a 1990.

Cuando suelo tratar estas disquisiciones a cerca del proceso de conciencia crítica y por ende modificación de la condición y posición de la mujer, al interior de las relaciones de género, recurro frecuentemente a la esclavitud que se instauró como sistema y relación, no sólo porque existió un amo, sino también al esclav@, debido a la legitimación de condiciones para hacer que quien es esclav@ asuma y ejerza su condición de tal, poniendo en funcionamiento y perpetuando el sistema de la esclavitud, al punto de creerse por ambos lados que no había otra posibilidad, evidente en la resignación, postergación, rechazo o represión de la libertad, tanto por su implicancia socio-económica y política como por su desconocimiento de cómo manejarse en ella al haberse eliminado en quien es esclavo la imagen simbólica de la libertad. Como bien dice Lora (1986) [10], la subordinación de la mujer subsiste porque a su vez existe una relación que se retroalimenta entre quien subordina y quien es subordinado.

Es decir existe un sistema complejo de relaciones de género de violencia contra la mujer instaurado en nuestra sociedad, que se viene develando lentamente en contraste a un afianzamiento de siglos donde fue (sigue siendo en parte del país y el mundo) como algo natural, privado e ineludible al interior de un sistema patriarcal donde la mujer tiene una condición de minoría de edad y dependencia del patriarca, cuyo valor central es la perpetuación de su linaje. Por ello no es gratuita la devaluación de la mujer desde el nacimiento en contraste con la predilección de un hijo varón en la familia que trasciende al linaje, hasta situarse en una mayor valoración económica, social, cultural, política y religiosa.

América Latina y el Perú en particular, tienen además como ingrediente, al machismo de los hombres, que se sustenta y reproduce en la existencia de un marianismo en las mujeres. El machismo que se ha tornado en un cliché a toda conducta de abuso del hombre hacia la mujer, como concepto central se refiere a la actitud y conducta masculina sexista respecto a la mujer, cuyo valoración es reducido a su condición de objeto sexual/ reproductivo y que a diferencia del patriarcado se produce un desentendimiento y desprecio de la prole, dejando en manos de las mujeres el cuidado, socialización, manutención y construcción identitaria de hijos/as.

En este contexto no es de extrañar que no sólo se haya instalado sino afirmado una practica marianista en las mujeres como contraparte a la conducta machista del hombre, creando dualidades opuestas de imagen femenina respecto a símbolos, roles y atributos prácticos que no admiten variantes, de modo que solo se puede ser madre/santa ó no-madre/puta, basta ver su asidero en el modo como reacciona un hombre cuando ha sido "mentado su madre" por otro. Acerca del marianismo, existe literatura interesante como aquel que lo asocia con síndrome [11] o como el tratado de Stevens: 1977[12].

El marianismo/ machismo, suele refugiarse o fortalecerse en una imagen del padre ausente que radicaliza la conducta masculina en sus extremos, como bien desarrolla Sara-laffose: 1995[13] y otros trabajos como de Miguel y Vargas: 2001[14], Granero [15] o bien el comentario de Borgoña [16] a cerca del aporte destacado de Sonia Montesinos sobre el tema. Percepción y tratamiento que no niega procesos de cambio, pero que evidentemente siguen siendo insuficientes como para desplazar los mitos y tabú.

El efecto boomerang de la violencia entre mujeres

Insistiendo en la idea inicial respecto a la doble repercusión de la violencia entre mujeres que tienen y ejercen poder en cualquiera de sus formas, sin duda va a reproducir las diversidad de violencia experimentada, que adquiere un efecto bumerang, puesto que siendo dirigida a otra mujer, tiende a reforzar y reproducir un sistema de violencia en la que ella está incluida y sometida, si tomamos en cuenta a Foucault (1980) quien argumenta que el poder produce cosas, induce placer, genera saber, produce discursos, es una red de relaciones cuyo función no es exclusivamente reprimir, se produce y reproduce en una relación donde las fuerzas son desiguales, en medio de una multiplicidad de prácticas que generan diversas tecnologías y que atraviesan el conjunto de relaciones sociales.

En este punto quiero retomar los intereses iniciales e implícitos que advertí suelen estar en la base del tratamiento la violencia contra las mujeres desde adentro:

  • El reconocimiento de la existencia de relaciones de violencia entre mujeres, cuyo efectos boomerang nos coloca en situación de en fuente y destino de violencia contra las mujeres, no es condición suficiente para bajar la guardia y menos relativizar la presencia de una práctica sistemática, institucionalizada, estimulada y sostenida socialmente tolerada (subliminal, institucional y simbólicamente), mientras se exacerba una masculinidad de virilidad, avasallamiento, fuerza, imposición, conquista y sometimiento, en contraste con una feminidad frágil, dependiente, obediente, minusválida, vulnerable. Haciendo que el poder se traduzca en practica bajo diversas formas de violencia contra la mujer cuyo efecto mas dramático es la comercialización sexual y el feminicidio.

  • Si bien los roles que cumplen las mujeres en el proceso de socialización de hombres y mujeres, permiten atribuir responsabilidad de la perpetuación de la violencia contra las mujeres desde las propias mujeres, no es tan simple y diáfana tal responsabilidad, en tanto que los roles se proveen de las convenciones, acuerdos, transacciones y mandatos sociales que institucionalizan determinadas prácticas de relaciones sociales y de género social, cultural, religioso y políticamente construidos.

  • La violencia contra las mujeres, como producto de una práctica autoinfringida, sólo puede ser patológica, en tal caso no es privativa de las mujeres sino también de los hombres, sin embargo si está asociado con la escasa autovaloración y baja autoestima, esta suele alimentarse de una constante confirmación socio-cultural y política que distorsiona, menoscaba y devalúa su propia imagen.
La violencia intra género, más allá de sus motivaciones, podría ser un buen pretexto para poner en cuestión los factores a los que alimenta y de donde se alimenta el papel de las mujeres en el Perú de hoy, a ver si una vez por todas, iniciamos un procesos sostenido de conciencia acerca del significado de ser mujer y hombre en nuestros tiempos. Colocar en agenda, aquellas cosas que necesitamos deconstruir y reconstruir. Desenmascarar las prácticas en las que nos parapetamos cómodamente reproduciendo y sosteniendo relaciones de género insanas, mientras nuestro discurso nos desborda, quedando rezagadas nuestras prácticas emancipadoras ya sea por el cansancio de los pasos andados o el peso del temor a perder lo inadecuadamente seguro por conocido ante el espanto de aquello desconocido por construir.

Esto sin duda pasa por el develamiento de mitos, que da paso a conocimientos como los del UCLA [17] a cerca del efecto sanador de la amistad entre mujeres o el monólogo de Mónica [18] o el sitio de experiencias de mujeres en cambio [19], personalmente he experimentado que para entender a una mujer basta otra mujer, sea que exista una relación casual, amical, parental y hasta accidental. Porque muchas veces, sólo necesitamos ser escuchadas y se pongan por solo un instante en nuestro lugar para percibirnos como realmente somos. 
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[1]Rubin, Gayle (1986) El tráfico de mujeres: notas sobre la "economía política" del sexo, pp. 95-145, En: Nueva Atropología -- Vol. 8, N° 30.
[2]Scott, Joan (1988) Gender and the politics of history Introduction, In:Gender and the politics of history -- New York: Columbia University Press, 1988.
[3]Rauber, Isabel (2003) Género y Poder, Argentina, 123 p. http://www.rebelion.org/docs/4523.pdf
[4]Meza Aguilar, Héctor (2002 )Poder, género y psicología social, 32 p. http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/polis/cont/20021/pr/pr7.pdf
[5]Foucault, Michel
1980 Microfísica del Poder, La Piqueta Madrid.
[6]Foucault, Michel
1987 La Historia de la Sexualidad 3, La inquietud del sí, Siglo XX editores, México, primera edición en francés 1984
[7]Irrigaray, Lucy (1974) El espejo de otra mujer,
[8]CHODOROW, NANCY (1984); El ejercicio de la maternidad, Ed. Gedisa, Barcelona. (primera edición en inglés en 1978, Universidad de California).
[9] Freud, Sigmund, Obras completas, Amorrortu Editores: Buenos Aires/Madrid, 1978.
[10]Lora, Carmen
1986 Mujer víctima de opresión portadora de liberación. Instituto Bartolomé de las Casas, Lima: 1985, 163 p. 
[11]http://es.wikipedia.org/wiki/Marianismo, http://es.wikipedia.org/wiki/Machismo, http://science.jrank.org/pages/7838/Machismo.html, [http://www.humanizar.es/formacion/img_documentos/doc_jose_carlos_sindromes_religiosos.doc
[12]Stevens, Evelin
1977 El marianismo, En: Hembra y macho en Latino América, ensayos, pescatello (editor) Editorial Diana, México
[13]Sara-Lafosse Violeta(1995). Familias peruanas y paternidad ausente. Aproximación Sociológioca. El Perú Frente al siglo XXI .1er. edic. Fondo Edit. PUCP.
[14]Miguel R., Rodrigo y Vargas R., Eugenio (2001) Padre ausente y las repercusiones a nivel psicológico en el niño, según diversas perspectivas de análisis, http://www.apsique.com/wiki/DesaPadre_ausente
[15]Granero, Mirtha, El futuro emocional y psicosexual del niño con padres separados. Las influencias del ambiente familiar y su manejo
[16]Alvarado Borgoña, Miguel
El barroquismo del padre ausente, Lecturas de: Madres y huachos. Alegoría del mestizaje chileno, de Sonia Montecino, http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=697
[17] Estudio de la UCLA sobre la amistad entre mujeres, http://www.mujeresdeempresa.com/sociedad/021203-la-amistad-entre-mujeres.shtml
[18] http://www.aipeuc-ps.org/index.php?name=News&file=article&sid=155
[19]http://mujeresencambio.wordpress.com/2009/09/14/la-amistad-entre-mujeres/