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miércoles, 30 de diciembre de 2020

PREGUNTAME POR QUÉ

 

El post que provocó el escrito sobre mi amigo y sentir de este día,  desaparece por el cúmulo de los siguientes, los dejo fluir, hasta que otro  emerge y posiciona con todo su significado  y peso histórico para América Latina y la mitad el mundo que habita el planeta. 
Es la aprobación del aborto legal  en Argentina [1], el reconocimiento y legislación del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, las argentinas cierran el año obteniendo lo que se propusieron, hacer que sea Ley[2]

Pienso que si el 2020 a las mujeres  mayores de 60 el Covid 19 nos confinó o restringió, no sucedió lo mismo con las millennials y centennials, quienes en esta región han dado la lucha por el derecho a la educación pública, la radicalización de la democracia [3] y una nueva constitución en Chile [4], la renuncia de un gobierno espuria y golpista como el de Merino en el Perú [5], en tanto las argentinas han dado una dura y creativa  batalla a lo largo del año por su derecho al aborto legal y asistido[6]

Mi primera reacción ha sido reproducir la noticia en mis redes y comentar: “Bien por las argentinas empoderadas, conquistaron su derecho a decidir.  El 2020 nos ha traído un nuevo modo de convivencia, que incluye ejercer derechos. No más muertes de madres por aborto clandestino, no más niñas abusadas pariendo sin haber llegado a ser mujer, no más adolescentes, jóvenes y mujeres en edad reproductiva violadas y obligadas a parir el símbolo de la barbarie. No más seres indeseadxs y abandonadxs.” (Mi muro, 30.12.20)

Luego pienso en el fondo de cada una de mis afirmaciones y cómo han ido instalándose en mi posición. En primera persona, no tenía idea que era aborto ni abortar hasta los 17 años, puesto que crecí y confirmé en una familia católica y religiosa, donde la vida sólo te la daba Dios y él te la quitaba, así que la maternidad era un tabú, toda mujer debía ser madre y punto. Un evento muy cercano de violación me asomó a que existía la posibilidad del aborto, acompañé ese proceso sin comprenderlo completamente, sería mucho tiempo después que lo procesaría y  adentraría en toda su magnitud e implicancia.

Mi segunda aproximación fue poco tiempo después, al enterarme que en el barrio una de las señoras más famosas era conocida por esas artes, pero no le di mayor importancia que la curiosidad de descubrir los secretos públicos de una comunidad siendo  adolescente. 

La muerte, el aborto, embarazos deseados como indeseados no eran parte de mi agenda, yo tenía otras luchas y metas a cuestas, quizás como a muchas de mi edad no me preocupaba salir embarazada, eso en verdad no se piensa, sólo sucede en una sociedad sin educación sexual, control sexual a las mujeres  e incentivo e iniciación con presión social del hombre. De pensarlo antes, saber y asumir sus consecuencias, seguro que sería menos complejo y no hablaríamos de aborto.

Más adelante, cuasi bordeando la juventud mientras sobrevivía al curso de biología, derecho de familia y sociología de la familia en la universidad, tomaría conciencia de la problemática que deriva en el aborto, su significado e implicancias me haría pensar que de ser legal, muchos de quienes existimos no estaríamos para contarlo, puesto que en ese entonces los matrimonios se producían como consecuencia de un embarazo: “hacerse responsable” era un término  que revelaba su existencia, puesto que cuando no había quien se ‘haga responsable’ sucedía un aborto o la mujer era condenada a llevar a cuestas el estigma y sublimarlo con la condición civil de “madre soltera[7].

Eran tiempos donde mi pensamiento lógico era cuasi lineal, siendo sencillo extrapolar: causa, acción, reacción y consecuencia. Siempre me preguntaba por qué no ”hacerse responsable antes" y no después de un embarazo no planificado y/o indeseado, puesto que existía la píldora desde mediados del siglo XX [8] y el condón mucho antes [9],por qué si se decidía tener sexo responsable no se hacía uso de anticonceptivos, para que mujeres y hombres tuvieran embarazos planificados. 

Entonces, no terminaba de procesar, desde mí reducida perspectiva el entramado histórico, cultural, religioso, social, legal y económico que se habían encargado de construir una barrera donde se encerraba a las mujeres con prohibiciones, privaciones y sentimientos de culpa, al  mismo tiempo que bajo la figura del amor romántico, se exacerbaba la virilidad masculina, produciéndose batallas de conquista y seducción de las  mujeres para que ellas saltaran esos impedimentos,  luego las colocaban en situación de subordinadas usando la maternidad como grilletes en su condición literal de esposas.

En otros casos, eran sometidas a ser la otra, convirtiendo a esa maternidad en bastardía, despreciado por la misma sociedad que celebraba al macho y conquistador, mientras condenaban a la mujer por su papel en el mismo acto. Y estaban las apestadas, las mancilladas, las abandonadas a su suerte, aquellas que decidían tener el hijo/a o la de ese amor romántico, irresponsable, machista y marianista solas. Transformándose por un lado en parias y por otro en heroínas, en cualquier caso, liberando de responsabilidad al progenitor fugitivo, haciendo que sus hijos hombres sean igual o peor en su relación con las mujeres;  y a las hijas mujeres, transformarlas en presas inseguras, que pese a sus cuidados reproducían la historia.

En cualquiera de estas condiciones, quienes nacen bajo la irresponsabilidad de una maternidad no planificada, son en parte "destinadxs" a ser miserables, y si reproducen el ciclo, hacer la  vida de otrxs tan miserable o más que el propio. 

Me he encontrado a lo largo de este tiempo con mujeres y hombres de padre y/o madre ausente, condenadxs a buscar tenazmente ser amadxs por sus progenitores sin éxito transformándose en discapacitadxs emocionales demandantes de permanente reconocimiento  desde fuera e insatisfecho. Algunxs han cruzado en el océano para descubrir su origen y creerse el cuento de un progenitor irresponsable que se parapeta en la ignorancia y como el hijx es necesitadx de un asidero emocional, se lo cree, mientras pisotea nuevamente la memoria de la madre o la coloca en condición de embustera, porque necesita creer la historia del progenitor, para no sentir lo que siente.

Pero como no hay predestinación, sino la libertad de  hacerse cargo del proyecto de ser humano que cada quien decide ser o descubre ser a tiempo, unxs procesan y asumen la vida de otro modo, generando ese punto de quiebre en sus historias y respecto de sus  ancestrxs, reinventándose con resiliencia. Estas y muchas otras reflexiones las fui elaborando desde mi conocimiento teórico, mi relación personal con pares y limitada cobertura del mundo, sus bifurcaciones y la complejidad de construir o deconstruir relaciones sociales, de parentesco,  pareja y sexuales.

Me  adentraría realmente al tabú del aborto, cuando a mediados de los ochenta, empecé mi trabajo de campo pre-profesional, cuando me asomé a la intimidad  de mujeres pobre, explotada, sometida, subordinada,  madre de cinco hijos con el esposo desempleado, abusivo y/o tuberculoso-TBC. Un rostro de mujer, que luego fue difunta por una práctica de aborto clandestino dejando tragedia y más tragedia con su muerte. Recordé a huérfanxs que conocí en los Asentamientos Humanos, de aquella madre que había decidido no tener el quinto o sexto hijx porque no tenía para alimentar y cuidar a los que ya existían. Allí ya no me era posible preguntar por qué no planificar antes de abortar, allí se habían producido los hechos y el aborto era el problema central, que no se detiene como la hemorragia que presencié sin atinar que hacer.

Así descubrí que el aborto, no era ese mito de la práctica de una mujer mala,  ligera, fácil o puta que sale embarazada por desenfreno, descuido y decide abortar por irresponsable, sino que de primera fuente constaté que eran principalmente mujeres madres que ya no debían seguir siendo más madres. Las adolescentes y jóvenes primerizas no abortaban por miedo, presión o confusión -de ser así no habrían tantas madres solteras-, aquellas que se arriesgaban y lo hacía eran mujeres madres porque no podían literalmente sostener un hijx más. 

La ignorancia suele ser osada, pero el conocimiento te aproxima y explica la lógica de los hechos. Un pensamiento común diría por qué si tienen TBC se reproducen, pero mi curso de biología como parte de los estudios generales en la universidad, así como el tiempo que fui  parte del equipo del programa de TBC del CS de SMP, me permitió conocer la lógica de sobrevivencia de la especie humana. Sucede que cuando más está en riesgo, invadidx por alguna infección, tiendes más a reproducirte para garantizar la sobrevivencia como especie. Recuerdo la lección de aquel médico japonés que era dios en el Centro de Salud, porque decidía a quién se le administraban las drogas para superar la TBC y a quién los placebos, porque no había para todxs, me miraba y sonreía sin parecerlo, diciéndome: "Cuanto más el cuerpo está amenazado por la enfermedad crece más el apetito sexual, no es que la embarazada haya adquirido la TBC por embarazo, aun cuando así sea el registro, sino que estando con TBC salió embarazada". 

Tanto ayer como hoy, asomarse al mundo de las políticas de salud, es como descender al infierno de dante, peldaño a peldaño. El  Covid 19 nos ha mostrado con esa crudeza de la que es capaz una pandemia, que lxs médicos en determinado momento han de decidir quien vive y quien muere, pese a su juramento hipocrático, fe y valores [10], porque el sistema es el que define, hasta hoy es el mismo sistema del siglo XIX que se reproduce con nuevas y peores prácticas, en contradicción a los avances de la ciencia.

Y claro otrox más osadx retomarán mi pregunta anterior, ¿por qué si son pobres no usan anticonceptivos? En el escenario de los ochenta no se hablaba o se hablaba poco de anticonceptivos, es más estaba prohibido -aún lo sigue estando- por  diversas religiones y sus instituciones por extensión, quienes estaban más cerca de mujeres y hombres pobres. 

Recuerdo mucho cómo una ONG hoy de ‘avanzada’ -sonrió cuando alguien me dice que esa misma directora es ‘experta en género’ hoy-,  en 1987  no sólo se opuso a un curso de uso de diversos métodos anticonceptivos sino que planteó como única alternativa congruente con la línea institucional, era el método Billings o método del ritmo, cuando quienes teníamos mediana información sabíamos que era el método menos efectivo, porque eran escasas las mujeres con ciclos regulares y que no funcionaba cuando eran asaltadas por el marido borracho.

Acto seguido esa misma directora, despidió a la osada  obstetra por plantear un curso de capacitación con esa orientación a las mujeres de los comedores populares. Aquellas mujeres pobres con un promedio de 5 hijos, jamás se enteraron que podían elegir no tener mas hijxs, siempre me pregunto: ¿Cuántas de ellas habiendo  accedido a este curso no hubieran tenido que abortar  y morir de inmediato o de a pocos si sobrevivían  por el se sentimiento de culpa? 

En los ochenta y noventa las políticas de población a nivel del país como las instituciones privadas eran de planificación familiar centrado en mujeres, que desde la práctica las transformaba en únicas responsables de la reproducción de la pareja, además de ser políticas conservadoras, pacatas y de doble moral, puesto que negaban a las mujeres aquello que incentivaban en los hombres con la imagen cosificada y sexuada de  las mujeres, junto a la prostitución protegida.

El acceso a métodos anticonceptivos como política del Estado, se iría a los extremos en los noventa, siempre enfocado en que la responsabilidad era de las mujeres estableciendo esterilizaciones forzadas. En zonas alto andinas, su rol  reproductor está asociado a patrones y valores culturales, que al ser trastocados invasivamente coloca en situaciones de doble violación de derechos, marginación y devaluación dentro de su comunidad y respecto de su pareja. 

Mucho se ha escrito al respecto, aquello que quiero anotar es que tanto la información, formación y acceso a métodos anticonceptivos que implica un paso importante para reducir el aborto, es una política que se ha ido conquistando con la lucha de las mujeres feministas a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y las dos primeras de este siglo, enfrentadas muchas veces con las propias mujeres que ven cimentados su ser y valor en la maternidad, que la torna casi virginal aun cuando por ella, será excluida del proceso productivo, el mercado de trabajo y subordinado al varón en la distribución sexual del trabajo.

Al otro lado estaban quienes se beneficiaban del aborto clandestino, desde las seudo matronas, hasta los curanderos y médicxs. Recuerdo claramente los rostros de las mujeres bajo las velas, cuando luego de la capacitación, nos tocó hablar sobre el último funeral de alguna pobladora, socia o pariente, en mis zonas de trabajo como Infantas, Comas, Naranjal, Puente Piedra, Santa Luzmila, San Juan de Lurigancho, Villa el Salvador, San Juan de Miraflores e Ilo. 

Todas ellas sabía un poco de todo, desde el aborto altamente riesgoso, cuya sobrevivencia  no podrían tener más hijxs, hasta las prácticas más increíbles en el uso de una serie de aditivos desde plantas, pasando por químicos, pastillas, hasta esfuerzo físico o caídas provocadas. Una de esas noches pregunté, si volvieran a tener la edad de su primer embarazo que harían. Fue revelador, en coro dijeron: “No saldría embarazada y de serlo no me casaría”. En un  contexto diferente a la sublimación de la maternidad como el día de la madre, de cara a la realidad de un hecho concreto como el aborto, las mujeres que oscilaban entre 30 y 60 años, no se visualizaban con la maternidad como su meta de vida.

Todas sabían quién, donde y quiénes eran los médicos y consultorios que realizaban abortos, cuya ostentación de enriquecimiento hablaba por sí solo, por cuanto en las zonas populares de Lima y de aquel bello puerto del sur se sabía en ese silencio y secreto público quien era quien, quién se beneficiaba y enriquecía con la desgracia, miseria, orfandad e ilegalidad de las mujeres que decidían abortar. Significando que con la ilegalidad del aborto, había quienes perdían y ganaban. Un mito detrás del cual estaba una vez más el mercado con su oferta y demanda funcionando activamente, en tanto el Estado se hacía de la vista gorda.

Y estaban las situaciones de violación donde la madre niña, adolescente o joven se ve obligada a parir al fruto de la vejación, recordándole a lo largo de su vida los sucesos, cuando no tuviera fuerzas de vivirlo, abandonar a la prole siendo censuradas y condenadas socialmente por ello. Y están niñxs dejadxs a su suerte, malcriadxs, abusadxs y usadxs sea por el sistema como por quienes los recogían, se transformaban prontamente en nueva fuente de reproducción manteniéndose inalterable el círculo vicioso.

Al otro extremo de toda ciudad, están las mujeres de clase media y alta en similares situaciones, pero con acceso a condiciones seguras para abortar. Pero compartiendo todas el silencio, la condena, el sentimiento de culpa y el delito. Al igual que las mujeres de sectores populares a cuyos testimonios desgarradores me asomé cuando me abrieron su alma, así mismo conocí de mujeres empoderadas feministas o pseudo feministas que habían abortado en condiciones seguras y vivían para contarlo.

Es en este siglo que conocí la otra cara de la medalla, al ser que se hace, siendo y sabiendo que es producto de un incesto. Cuando conocí a Magdalena, la llamaré así, fue como parte de un servicio profesional al que accedí, mis idas y venidas a su centro de labores, así como la conversa que se producía en su interior, hizo que un día de esos nos halláramos solas. 

Me abrió su torturada alma, mostrándome que era una mujer que amaba demasiado, se había separado de su esposo porque se cansó de mantenerlo y decidió cortar por lo sano, era una bella mujer y exitosa profesional, pro llevava la procesión por dentro. 

Fue contándome una a una sus desgracias y tratando de explicar por qué le pasaba todo ello, me cogió de las manos y me dijo: “He venido a esta vida, sin pedirlo a sufrir porque estoy maldita. Hace poco descubría que mi padre era mi abuelo y mi hermana, es mi madre. El único amor que siempre tuve fue el de mi madre, que fue mi abuela, con su muerte siento que he caído en un pozo profundo, dime Catalina, por qué me tuvo que pasar a mí, porqué mi madre no me abortó”.

Yo que nunca me quedo muda, en verdad quedé muda. Sólo la abracé por un momento, mientras ella lloraba dolorosa y desgarradoramente. Recurrí a todo mi conocimiento espiritual, para consolarla y decirle que está en esta vida por una misión que ha de cumplir, que si alguien está  maldito no es ella ni su madre. Y que no la abortó como ella hubiera preferido, porque vivimos en una sociedad donde la víctima termina siendo la culpable, que está en sus manos dejar atrás sus vínculos e historia de la que no es responsable ni debe asumirse como tal. Que cierre el círculo haciendo de su vida lo que ella decida.

Así es como, de no conocer ni saber y abstenerme de opinar sobre el aborto hasta mi mayoría de edad, hoy soy una mujer pro-aborto. Porque estoy convencida que es un derecho que cada mujer que se enfrenta a esa situación debe decidirlo sola. Nadie más que la mujer embarazada bajo específicas situaciones debe decidir tener o no tener ese hijx, contando con el debido apoyo, acceso al servicio garantizado y público sin que sea una delincuente. Ninguna religión ni sociedad debe hacerla culpable, mientras tolera y protege al perpetrador o corresponsable ausente.

Una sociedad que se jacta de civilidad, modernidad y en vía de desarrollo,  jamás lo será mientras sus niñas sigan siendo abusadas por sus padres, hermanos, tíos, abuelos, cuñados y junto a  las adolescentes son madres antes de haber aprendido a ser niñas o adolescentes. Una sociedad donde las niñas y adolescentes paren por obligación [11], es una sociedad condenada a la decadencia.

El mito del incesto como el aborto,  es un modo de negar y evitar los caminos para su erradicación. Las mujeres de ayer queremos que las mujeres de hoy tengan los derechos  que nos negaron. Mayor educación, protección, justicia, amparo y seguridad para las mujeres, niñas y adolescente, pero también con oportunidad para elegir abortar con garantía y seguridad si así fuera necesario. 

La legalidad del aborto, de ningún modo es incentivo para abortar, porque su decisión involucra todas las dimensiones de la mujer, es un modo de reconocer que existe, donde hay quienes ganan y pierden, quienes se benefician y afectan, quienes están condenadas a vivir una vida miserable por ser pobres y aquellas que en la misma situación pueden elegir y vivir para contarlo.

Las mujeres no somos únicas sino distintas no sólo en  edad, etnia, clase, historia por cuanto tenemos derechos a decidir lo que queremos ser, a decidir sobre nuestro cuerpo y vida. Negar e ilegalizar el aborto  sigue siendo hasta nuestros días, un modo injusto, inmoral, discriminador y absurdo de condenar a las víctima a sufrir el impacto de su abuso y al victimario liberarlo de toda responsabilidad al punto que él no imagina cuánto y cómo destruyó otra/s vidas. Así como ser cómplices de quienes lucran con ello. 

Condenar a niñas y adolescentes a ser madres, es decidir que su vida terminó antes de empezar, si sobrevive nada hará que supere el trauma. Si muere y deja prole, serán niñxs en la orfandad  en una sociedad que no tiene políticas, programas y proyectos  para la infancia en riesgo y la ancianidad. Exponiéndolxs y  condenarlxs a ser parte del círculo del abuso,  violencia,  violación, reproducción con embarazos indeseados.

Por eso y mucho más pregúntame a mí, cómo me siento por la conquista de las argentinas que han logrado que el aborto sea legal.

#Bienporellas 
#Bienpornosotras 

#Vamospormás

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[1]https://www.pagina12.com.ar/311158-aborto-legal-que-dice-la-ley

[2]https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/aborto-legal-en-argentina-en-vivo-senado-debate-la-interrupcion-del-embarazo-hasta-la-semana-14-de-gestacion-y-se-preve-ajustado-resultado-alberto-fernandez-legalizacion-en-directo-minuto-a-minuto-noticia/

[3] http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-75502019000200031

[4] https://www.pagina12.com.ar/300818-con-adn-feminista

[5] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54948270

[6] http://www.abortolegal.com.ar/proyecto-de-ley-presentado-por-la-campana/
[7] https://www.inei.gob.pe/prensa/noticias/mas-del-60-de-las-madres-del-pais-trabajan-9714/

[8] https://www.revistacienciasunam.com/es/197-revistas/revista-ciencias-48/1879-historia-de-la-p%C3%ADldora-anticonceptiva.html

[9]https://www.medigraphic.com/pdfs/revcubobsgin/cog-2013/cog133j.pdf

[10] https://www.infobae.com/america/eeuu/2020/03/29/el-triaje-en-tiempos-de-coronavirus-quien-vive-quien-muere-quien-decide/

[11] https://larepublica.pe/sociedad/1426251-ica-nina-13-anos-fallecio-luego-dar-luz-hospital-pisco/

miércoles, 13 de noviembre de 2019

CRISIS POLÍTICA VIOLACION MUJERES INDÍGENAS BOLIVIANAS


Está estudiado y probado con indicios incuestionables que luego de las guerras cuando un enemigo ha vencido al otro, la lucha no acaba con la aprehensión y/o aniquilamiento del perdedor. Para sellar el triunfo y apropiación del territorio, simbólicamente se arrasar con la cultura, el espíritu y significado del pueblo vencido, allí es donde la batalla se traslada al cuerpo de las mujeres. 

La vejación y violación de las mujeres de los vencidos, es a su vez el arrebatamiento de su dignidad, alma y vida, porque suele impactar en toda su vida futura, frecuentemente con la secuela de un embarazo indeseado, naciendo un nuevo ser que no es parte de los vencidos ni los vencedores, sino testimonio vivo  de la maldad humana, el ejercicio de la fuerza, la violencia exacerbada y el odio desmedido, allí es donde una se pregunta dónde está Dios, las convenciones internacionales y la justicia.


https://www.facebook.com/teleSUR/videos/709202256157223/?t=0
Trasladar esta práctica de guerra, para reproducir la batalla final en el cuerpo de las mujeres, en situaciones donde no existe una guerra sino se pretende “instaurar la democracia”, como hoy sucede en Bolivia1, revela el trasfondo no democrático y práctica castrence de quienes tras la crisis política, vienen realizando acciones según sus intereses, motivaciones y objetivos, al mismo tiempo que transforma a Evo Morales en la víctima, proporcionando asidero a su denuncia de golpe de Estado.

La vocación de permanencia y apropiación del poder desde Evo Morales, bajo esa idea mesiánica y caudillistas   que muchos líderes y políticos practican en nuestros países[1] ha producido el pretexto suficiente para a nombre de la democracia, abrir las compuertas del odio misógino, racista, xenófobo y religioso que había estado en paréntesis por más de una década en Bolivia.

Las víctimas de la violencia, abuso y violación, ciertamente  se produce contra las mujeres sin embargo, este es focalizado hacia el grupo más vulnerable compuesto por mujeres indígenas, con lenguaje nativo, pobre, amazónica y/o andinas. Castigado al grupo en general y a su segmento en específico,  su atrevimiento a ejercer apoyo político, ser reconocidas e  incluidas como ciudadanas de un país que las desconoció, marginó, devaluó y excluyó durante XX siglos.

El corte de sus trenzas, símbolo de su dignidad y pertinencia como pertenencia a su pueblo, es un modo de arrojarlas a la orfandad, el escarnio y el rechazo, pero también su estigmatización. Las manos que lo hacen son semejantes a las suyas pero representan al poder blanco, oligarca, racista que les recuerda su condición de ciudadanas de segunda clase.

Hoy Bolivia ha sido arrojada a una noche profunda, por los errores y falta de proyección e innovación de la política de Evo Morales, los movimientos y partidos políticos que lo sostuvieron. Sin embargo, confío que en este tiempo las mujeres y hombres bolivianos que han descubierto que tienen derecho a tener derecho, asi como han aprendido a ejercerlo sin miedo ni vuelta atrás, logren alcanzar el nuevo día, con más fuerza, firmeza y claridad  s
para hacer de su país lo que su voluntad les inspire.

Va mi voz de protesta por estos hechos, mi solidaridad de género con las mujeres que hoy viven en democracia las vejaciones que siguen a una guerra, van mis votos de apuesta y lucha por la igualdad, la convivencia pacífica, la radicalización de la democracia, el respeto por la diferencia, la libre expresión y de culto.

¡Fuerza hermanas!

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[1] Es el caso de las(os) ex Congresistas del Perú, quienes fueron disueltos  por un claro obstruccionismo al gobierno de Vizcarra y el rechazo popular,  tras el cierre quienes fueron los principales actores con conductas lamentables pretenden retornar al futuro Congreso del 2020-2021 candidateando en las elecciones de enero del 2020 pese a tildar los hechos como golpe de Estado.

viernes, 29 de marzo de 2019

SUSY DIAZ, EMPRESARIA DE SI MISMA


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Tomado de https://i.pinimg.com/
Seguramente, si alguien me hubiera dicho que escriba sobre Susy Díaz  en algún momento de mi hacer, me hubiera extrañado porque soy neófita en farándula, pero hoy me topé simultáneamente con dos publicaciones en la red, la primera una propaganda de la celebración que anunciaba sobre sus tres décadas haciendo lo que bien sabe hacer, algo que pocas mujeres artistas de su medio logran y luego el artículo de Alex Huerta-Mercado[1] desarrollando su lado cultural y afirmación: "Su historia es nuestra propia historia vista con humor, con autoburla y, sobre todo, con unas ganas invencibles de vivir la vida, como ella siempre nos recuerda, antes que la vida nos viva".  (Huerta-Mercado, 2019).
Ambos datos me llevaron a identificar otro aspecto, aquél donde ella sintetiza ese fenómenos social que hoy nos invade y hemos trabajado poco, me refiero al tema de la
gestión de la imagen y el cuerpo, transformándolo en mercancía rentable, algo que no desarrolló Marx y hoy nos urge procesar, puesto que programas de telerrealidad y llamado frecuentemente telebasura, crea en el imaginario de los centennialls de hoy una vía de ser y hacer.

Era verano de 1997, cuando tuvimos una audiencia con la Comisión de la Mujer y del Desarrollo Humano del Congreso de la República (1997) para sustentar la necesidad e importancia de la Ley de Cuotas en favor de las mujeres, allí conocí por primera vez en vivo y directo a Susy Díaz, la primera Vedette peruana que imitando a su versión italiana Cicciolina, había logrado hacerse de una curul. 

Sólo ese hecho produjo una primera lección a los políticos, el excongresista Julio Chu Merizproducto de su desacertado cálculo, las reglas electorales y el carnaval en su desarrollo, recibió un revés en sus expectativas, pretendió usarla como imagen de campaña para su nuevo partido denominado Movimiento Independiente Agrario (MIA), pero el voto preferencial, hizo que ella fuera la única elegida para ocupar la única curul del recién fundado partido[2] que celebró su estreno y despedida.

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Tomado de https://4.bp.blogspot.com/
Mi primera impresión, fue comprobar que su imagen a través de la pantalla era distoricionada y antojadizamente voluptuosa. En vivo y directo, se trataba de una mujer joven y delgada que bordeaba las tres décadas de vida, sentada en medio de otras mujeres congresistas como las tres Marthas,  proyectaba gran contraste de edad, postura, actitud y revestimiento del cuerpo.

Mientras aquellas adoptaban rigidez bajo sus trajes oscuros, con rictus de rechazo y tensión en el rostro, donde apena se adivinaban los labios. Ella permanecía distante,  como si estuviera en cualquier otro lugar  junto con su mirada en el vacío. 

Lucía un traje salmón muy a su estilo, corto y pegado cuasi forrado hasta donde lo permitía un traje sastre. Había pintado su sonrisa de carmín brillante, sus ojos aparecían marcados bajo pesadas máscaras negras y su cabello  de un rubio platinado aparecía desafiante. Tenerla al frente, me generó cuasi el borde de la protección materna por verla rodeada de otras congéneres amenazantes, ante quienes se protegía jugando con su cabello, colocándose una y otra vez un gancho que atara su rebelde incomodidad, tal como ella debía sentirse.

La segunda vez que tuve cerca a Susy Díaz fue en verano del 2003,  en elvcontexto de evaluación de las condiciones y espacio de un local para la realización de un mega evento que permitiera el impulso financiero del Comité de Desarrollo Económico Local en el  Distrito de Los Olivos, cuyo primer propósito era la elaboración del Plan de Desarrollo Económico Concertado de Lima Norte, el primero en su género por entonces. Para ello se había constituido un Equipo Técnico (ET),  en cuyo interior participábamos sólo tres mujeres respecto de diez varones. La reunión con Susy Díaz en esta ocasión fue en primera persona, directa y de intercambio con nosotras las mujeres, mientras que por el lado de los varones, era de gran expectativa  sobre la atracción notable de su imagen  para el éxito del evento y desconcierto ante su fácil manejo de criterios.  

Tomado de http://www.ernestojerardo.com/
En contraste de mi primera visión, tuve ante mí a la Sra. empresaria Ivonne Susana Díaz Díaz, sin gota de maquillaje, cuya  piel cuasi transparente no sólo se hallaba libre de afeites sino de cualquier mancha, lunar o pecas que suele invadirnos a la mayoría de mujeres, por mucho que recurramos a cremas milagrosas y pilings. Aparecía revestida de jean azul, polo, zapatilla y una gorra blanca cubriendo su llamativa cabellera. 

Allí no sentí el despertar de mi rol protector, sino reconocer a   una aliada, que sumaba su opinión experta como empresaria de eventos al nuestro, descartando aquel local que ya nosotras (las tres mujeres de la comisión) objetamos pero sin éxito, ella con firmeza observó detalles indiscutibles gracias a su expertis, dejando sin piso a los varones que habían apostado por aquel local.

Al igual que Huerta-Mercado, estos dos encuentros con Susy Díaz, me produjo una clara percepción del lado menos advertido públicamente, su condición de empresaria, con firmeza y fluidez en su rol, definiendo las exigencias y condiciones que asegure el éxito de un evento social, que era su negocio.  Tanto o más que su habilidad  para transmitir la imagen que el público quería consumir según momento y lugar, ella respondía a esa fantasía, pasando factura y vivía  de ello, como le acomodara.

Era una suerte de Marilyn Monroe a la peruana que vende la imagen de una mujer sin ideas, extravagante, vulgar y caricaturesca,  a quien requiere de un alter ego. Según Segmun Freud[3], un mecanismo psicológico al cual recurrimos  las personas, especialmente aquellas con mayor represión, para distanciarnos de nuestro propio lado negado, despreciado u oscuro de tal modo que podamos vivir bien con uno mismo. O desde el enfoque del inconsciente colectivo desarrollado por  Carl Gustav Jung[4] que explica cómo le damos  espacio al arquetipo del trickser,  el embaucador, el bufón para a través de su conducta romper las normas, riéndonos o aplaudiendo su ironía, broma o la estupidez que no nos atrevemos a decir en primera persona.

La capacidad de gestión empresarial de Susy Díaz, cualquiera sea la misma, muestra resultados eficientes y efectivos. Sucedió en su gesta para llegar al congreso, apropiándose de la única oportunidad de su agrupación política. Ya como Congresista de la República, durante el periodo de tres años demostró que le haría frente a cualquier reto, presentando 120 proyectos de ley y logrando que el 27% fuera aprobado (32), que contrastado con una de las aspirantes a la Presidencia de la República, que se jacta de contar con trayectoria y escuela política y permaneció cuasi el doble de tiempo (cinco años), en el mismo espacio y escenario, Keiko Fujimori quien logró superándola sólo con 6 proyectos más[5]. Evidenciando con su hacer, que se halla igual o por debajo de su colega cuasi huérfana de estas competencias y teniendo una opinión pública en contra desde que candidateo y luego fue  elegida[6]

Y comparado con el desempeño de  Congresista en el periodo   que acaba de pasar (2016 – 2018),evidencia que pudo hacer más de aquello que auguraban los líderes de opinión  tras los resultados electorales, situándola por  encima de la proporción de leyes aprobados (15% de 606)[7]  y  de muy lejos, a la gestión de quienes son por mucho tiempo  son parte de este poder,  es el caso de  Mauricio Mulder que en mencionado periodo es quien  presentó el menor número de proyectos (8) logrando la aprobación del 25% (2)  de los mismos[8], pese a tener colegas poco competitivos y de lejos por debajo de su experiencia.

Tras su tránsito por el congreso y expuesto la corrupción del periodo fujimontesinista,  se transformó en una de las pocas, sino la única, política que ha cancelado su deuda pública con el Estado[9], saldando su sentencia de pagar 200 mil de reparación civil, por haber estar involucrada en la corrupción del sistema.  Mostrando lo efectivo y eficiente en  el uso de sus estrategias sobre su cuerpo e imagen[9], por cuanto es innegable que su capacidad de gestionar y producirse le permite alcanza sus metas en cada una de sus empresas.

Por ello estoy de acuerdo con Alex Huerta cuando afirma que las  vedettes como Susy Díaz,  se convirtieron en empresarias de sí mismas, supieron generar recursos a futuros, pero para ello han tenido que reinventarse muchas veces: "Susy Díaz, quien ha sido recepcionista, actriz, congresista, vedette, cantante, empresaria y dueña de departamentos de alquiler, es parte de esa vocación de mil oficios que es identidad obligatoria para la mayoría de los peruanos, y lo ha hecho con un optimismo, una transgresión y -siempre- un gran sentido del humor que le ha permitido mantenerse vigente y actual, ya sea desde un programa de cumbia como de su colosal espacio en el Instagram, donde lee de manera humorísticas los muchos saludos que le mandan."[10]. Ella, también nos mostró tempranamente, que  el mercado del circo farandulero, tiene otros escenarios, sólo que tenemos una frágil memoria al respecto.

Pueda que nuestra historia  social como país, sea la principal fuente de inspiración de Susy Díaz, permitiéndole colocar su sello a cada oportunidad para gestionar su cuerpo e imagen, explicando en parte, que tenga siempre una opinión sobre situaciones de coyuntura, como sucede en este periodo con la "pobreza del sueldo congresal"[11], así como el debate sobre las violaciones a menores de edad, que le permitió recordarnos su frustración por la desaprobación de algunos de sus proyectos de ley, como la castración química a violadores[12], que pudo disuadir en su momento el incremento del riesgo de violencia y violación sexual en niños y niñas. Como toda microempresaria tiene siempre un pie puesto en lo real y otro en la ficción, haciendo que nos burlemos de nosotros(as) mismos(as) como sociedad.

Y pueda que ella haya logrado lo que muchos(as) no, mantenerse vigente gestionando    exitosa[13], efectiva y eficientemente su cuerpo, imagen y discurso durante tres décadas ininterrumpidas de sus cincuenta y cinco de vida, incluyendo su paso por el Congreso de la República. Y en un aniversario como hoy, colocarse nuevamente la tanga, el distintivo de su hacer[14]- Cuánto revela el diminuto atuendo de vedette, quien es, sólo ella lo sabe, porque todo lo demás es sólo ficción que responde a la demanda.



[1]Huerta-Mercado, Alex. (29 de marzo 2019). Susy Díaz, vive la Vida https://puntoedu.pucp.edu.pe/opinion/susy-diaz-vive-la-vida/
[3] Freud, Sigmund. Ello, yo y súper yo (1923)   
[4] Jung, Carl Gustav. Los Arquetipos y lo Inconsciente Colectivo (1965).

lunes, 22 de junio de 2009

PERÚ Y SU TRIPLE A DEL RIESGO: ANCHO, AJENO Y AMENAZANTE

Siempre decimos que peruanas y peruanos somos más grandes que nuestros problemas. Pero situaciones como los sucedido con Milagros Patiño Villajuan, nos recuerda que también es ancho para el poder y estrecho para los pobres, ajeno al dolor de muchos[1] y demandante cuando de show mediático se trata, amenazante para quienes solo poseen sus manos, fe y sueños; y para quienes tiene posición, poder y dinero.  Protector de pasiones, abusos, corrupción, injusticia e impunidad, todo ello se acrecienta cuando se añade la variable mujer, joven y pobre.

Milagros Patiño Villajuan, joven socióloga de 27 años que pagaba su derecho de piso para ser una profesional, con dedicación de trabajo por servicio de terceros, en zonas de escasa preferencia para jóvenes profesionales como ella por el costo alto del riesgo, murió en el intento
[2], colocando en agenda las vulnerables condiciones ya no sólo de mujeres campesinas o de zonas populares, sino de las frágiles condiciones en que nuevas(os) profesionales deben hacerse un futuro cada vez más distante, oscilante e inestable.

Ser mujer, joven y en situación social precaria o vulnerable, se traduce en destino de acoso sexual, subvaloración de profesional, pago devaluado por una misma labor compartida con un varón; sin contar la presión social y familiar por su condición de ser joven y mujer. Mujeres que luego de su labor a altas horas de la noche o madrugada regresan a su hogar y son víctimas, del desprecio a sus cuerpos y vidas que siguen siendo un botín no sólo de guerra bélica, sino del acoso, abuso, violación y delincuencia. Del sexismo y la misoginia, esa práctica rastrera y persistente que se cobija y anida en las entrañas de las ciudades, aldeas y comunidades.

Un botín del poder injusto, infame e impune, como es la delincuencia sistemática o eventual, que se traduce en violencia contra la mujer se expresa de diversas formas y se reproduce directa como indirectamente. Destruyendo el cuerpo de sus víctimas con saña.


Y como daño colateral, producto de la violencia política, los accidentes de tránsito y la inseguridad, como fue el caso de Alexandra Cruzatte Quiróz que a muchos(as) aun nos duele por lo inesperado e injusto; como nos duele y carcome, lo sucedido con Milagros Patiño Villajuan, porque nos descubre nuestros propios espanto, riesgos y omisiones.

A Milagros, la colocó en riesgo ciertamente la empresa que la envió a una zona de alto riesgo, sin las seguridades mínimas del caso, pero principalmente la terciarización del trabajo profesional, el trabajo por honorarios profesionales que gracias a nuestros gobernantes se han perfeccionado a lo largo de casi dos décadas en colocar todo a favor de la empresa (pública, privada, mixta) todas las ventajas del caso, incluyendo la renuncia al pensamiento, la idea, el derecho intelectual, bajo el contrato de confidencialidad y presupuestos mínimos a todo costo.

A Milagros, la mató manos criminales, pero la colocó en riesgo y comparte la responsabilidad: el silencio, la complicidad, la vista gorda y también la indiferencia, de no reaccionar individual ni colectivamente frente a indicadores de explotación, sobreexigencia y vulneración de derechos mínimos laborales. La colocó en riesgo la inacción para garantizar sino proteger el cuerpo y la vida de quienes nos movemos en el mundo del freelance (trabajo por cuenta propia), algunos nos atrevemos a recordar que los derechos laborales no son sólo para los otros sino que empieza en casa, pero cae en saco roto, o provoca la sospecha.

A Milagros, la mato la indiferencia, la falta de compromiso e incoherencia de las fuentes sociales que pueden y deben proveer de herramientas e instrumentos de promoción y protección de derechos.

Me pregunto, puesto que una interrogante siempre es eso, algo por resolver: ¿Donde estuvieron y están las instituciones que deben tener peso político y propuesta frente a infames e infamantes formas de contrato laboral? ¿Por qué no se pronuncian ante convocatorias laborales impunes y discriminadoras? ¿Por qué suscriben sino financian ocupando espacios donde los términos de referencia laboral no sólo son atentatorios sino un insulto a los derechos laborales suscritos entre el Estado peruano y la OIT? ¿Dónde están las universidades y colegios profesionales cuando los/as jóvenes estudiantes o recién egresados son enrolados al mercado laboral sin sueldo bajo el paraguas de practicante? ¿Que pasó con la iniciativa del sindicato de ONGs flor de un día? ¿Qué pasa con los cientos de denuncias de acoso laboral de los innumerables que no se expresan? ¿Dónde estamos cada uno(a) cuando el voluntariado dejó de ser una iniciativa personal y solidaria, para transformase en política social (público/privada) que se convoca pública y virtualmente?

A Milagros la mató, su condición de ser joven y mujer, las formas de contrato social “N” veces reajustado, enmendada y añadida, al antojo de dueñas/os de turno del país; pero sin duda su muerte no ha de ser estéril, porque coloca el dedo en la llaga de la necesidad de justicia social, de preocupación y ocupación de la centralidad de nuestros problemas como país, salpicado de vergüenza ajena, saqueado de corrupción y jaqueado por inoperancia e indiferencia de quienes han recibido el encargo de gestionarla, y el silencio de quienes debemos vigilar que se cumpla el encargo.

Es momento de lamentar la muerte de Milagros, sí, pero principalmente de evitar su impunidad, de volver la vista hacia el ancho, ajeno y amenazante espacio que queda entre la penumbra de la distancia y de la tierra de nadie, de recordar que asuma quienes la pusieron en riesgo el costo de reparar su error, entre las condiciones, y de recordarnos a todas/os y cada una/o de nosotras/os no sólo como potenciales víctimas sino también de hacedores de un país seguro, transitable, amigable, acogedor y humano.

Lima, 12 Febrero 2009.
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[1] Con estudios básicos, iletradas o analfabetas funcionales, que deben añadir a la cruenta lucha por el acceso al mercado de trabajo, estrategias frente a un sin numero de abusos por su condición social y de género.[2] Socióloga de 27 años, apenas egresada de la Universidad Federico Villareal, en circunstancias donde desarrollaba una labor profesional, halló trágica muerte en una zona poco accesible de los andes ayacuchanos en el distrito de Santillana, cuyas causas se encuentran en proceso de investigación, ver detalles: http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/2009/02/14/1/node/174110/total/01
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia1.php?IDnoticia=32990&EF=2009/02/13&EN=1414
http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/garcia-felicita-simon-solicitar-su-vacancia/20090214/246025
http://www.youtube.com/watch?v=zbhfDGyKDlU