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martes, 19 de noviembre de 2024

VIRTUALIDAD Y MISTERIOS DE CONDOR, CONDORI y CONDE

 

A propósito del caso  de feminicidio de Sheyla Mayumi Cóndor Torres, joven mujer de 26 años, amante de perros, pretexto que usó su presunto victimario feminicida Darwin Max Condori Antezana, suboficial de 3ª de la PNP (Policía Nacional del Perú), perteneciente al Grupo terna y parte del escuadrón verde (Lucha contra la delincuencia, Inteligencia Táctica Urbana “DROGAS”, Batallón Operativo, de operaciones policiales como fuerza de impacto.), para atraerla el 13 de noviembre, condominio Torres de la Padrera, en Comas, donde la asesinó y seccionó su cuerpo[1], conviviendo con sus restos durante varios días. Incluyendo visitas seis visitas y más de una convivencia[2] (5 jóvenes varones estudiantes de la Marina de Guerra3a y 1 mujer estudiante de administración y márketing[3b]), hasta su descubrimiento el 17 de noviembre, tras las pruebas incriminatorias y posible detención, primero fugó y terminó siendo hallado muerto   hoy 19[4] de noviembre, cuya noticia invadió todos los noticieros y abrió mi tarde.

Intentando explorar en cómo se ha producido una vez más un feminicidio en manos de quien debía proteger la vida de cidadanas(os), visualicé varios videos, en enlaces de medios convencionales, que considero con mediana credibilidad. Identificado declaraciones de la PNP, la familia de Cóndor, los abogados, las autoridades que ante los hechos consumados se rasgaban las vestiduras. Algo que me llamó la atención fue la entrevista al abogado de la cadena de hoteles donde se descubrió el cuerpo de Darwin Condori que hallé en la plataforma de TV Perú Noticias transmitida a las 10:36 h. (ver el enlace) [5].

Me llamó la atención del cuidado que tenía el abogado durante su entrevista, dejando claro que quién identificó a Condori, fue el cuartelero, informando sus sospechas a su jefe, el cual notificó al abogado en cuestión, quien instruyó no acercarse al cuarto del sospechoso, al mismo tiempo que notificó de la situación a la policía. La entrevista daba detalles del proceso y los acontecimientos de ese momento, precisando cómo se había retirado a todos los clientes del hotel, permaneciendo en el interior sólo los trabajadores administrativos, prestos a colaborar con las investigaciones y que al interior se hallan los expertos investigando los hechos. Tras escuchar los detalles del video, seguí explorando para tener un panorama.

Luego de dos horas de bucear, reflexioné sobre el caso y sus implicancias para la ciudadanía en general y las mujeres en particular, preguntándome ¿desde cuándo y por qué perdí la confianza en la policía?, ¿cómo ha evolucionado y consolidando esa desconfianza, desde un temor adolescente, seguido de rechazo juvenil, hasta situarse en el límite de la distancia y descrédito de la imagen simbólica de la policía que tuve de niña?

En un tiempo donde la policía sólo estaba conformada por varones, donde yo era niña y creía en los adultos. Mi madre, padre y profesora,  me inculcaron,  que el policía, era alguién en quien debíamos confiar. Era autoridad a respetar y apoyar, era tu amigo, te cuidaba, salvaría de situaciones peligrosas y protegería de amenazas y riesgos. Algo así como héroes uniformados con guantes blancos, que detenían los autos para cruzar la pista. Mi memoria hizo un flash back, ubicando varios periodos asociados a sucesos de contexto, vivencias de mis referentes cercanos y personales. Por cuanto decidí escribir un artículo al respecto.

Es cuando decidí retornar más detenidamente al caso de Sheyla Condor y Edwin Condorí. En primera, aparece las declaraciones del General Marco Antonio Conde Director de la Dirección Nacional de Investigación Criminal de la PNP a las 17 horas, (ver el enlace)[6] describiendo el gran despliegue, diligencias, operaciones y estrategias para ubicar al “sujeto, a este individuo, al monstruo que cometió el delito”, usando medios tecnológicos y búsqueda de hoteles, hasta ubicar al acusado, quien al verse cercado se habría suicidado (posiblemente).

Declaración que me llamó la atención porque en ningún momento mencionó los detalles proporcionados por el abogado del hotel, el video de su entrevista antecedía al del general Conde. Hago un clic en él, descubriendo con ¡Gran Sorpresa!, que el bendito video se había oscurecido[7], ergo cuasi desaparecido, con  nota bajo la pantalla de “Video con restricción de edad (según los lineamientos de la comunidad)”, habiendo alcanzado 93 mil 606 vistas, 908 me gusta y 322 comentarios.

Los dos últimos comentarios son cuasi premonitorios del mismo:

“@marbelyoung2010, hace 2 horas: Ojalá no borren los videos de las cámaras de seguridad. Con 62 Me gusta

@denn2986, hace 3 horas: De cuando acá la policía llega rápido??? Más falso.. Aquí hag Gatazo encerrado. Con 64 Me gusta, y 1 respuesta de:

@iLustroFAN, hace 2 horas: en 20 minutos les da tiempo a llegar y desvivirlo 🥶🥶🥶. Con 5 Me gustas.

 La primera interrogante que surge ante este suceso electrónico es:

¿Qué pasó entre una noticia y otra de un mismo día en una misma plataforma oficial del Estado?

¿Olvidó que entre cielo e internet no hay secreto?

Porque la versión de lo sucedido e identificación de Darwin Condori hospedado en el lugar donde se halló su cuerpo, narrado por el abogado del hostal aparece en uno de los diarios electrónicos (ver al respecto en el enlace)[8]

¿Qué creen ustedes? 

Sería genial conocer las interrogantes y probables respuesta de ustedes.

A punto de cerrar el artículo vuelvo a pinchar el video invisibilizado, ¡Oh sorpresa! por segunda vez, aparece el anuncio de sensible en el centro de la pantalla (lo he colocado como ilustración, al inicio del artículo), pero esta vez, es posible visualizar el video, insistiendo con un nuevo clic[9], pudiendo identificarse que ha sido enlazado a las 17:04 h. en ese moneto tiene 111,444 visitas, 1,1k me gusta y 347. Siendo el último comentario del propio canal: TVPerú Noticias, @tvperunoticias, hace 32 minutos:

La PNP brindó detalles sobre el hallazgo del cuerpo de Darwin Condori en un hotel de SJL. Suboficial PNP era buscado por ser el principal sospechoso del asesinato de Sheyla Cóndor en Comas. ► https://www.youtube.com/watch?v=q47lBSycM3M

  ¿Qué pasó? ¿Son misterios del canal? ¿Son misterios del sitio web?

La diferencia entre el primer video https://www.youtube.com/watch?v=IQJ46aKOxT4 y segundo, es el enlace https://www.youtube.com/watch?v=IQJ46aKOxT4&rco=1, la similitud que persiste es que en ninguno de los casos se pude compartir, el acceso sólo es el enlace [9] que he colocado. Sin duda una información que podrán decodificar expertos en el tema, mi conocimiento empírico me dice que son dos momentos de publicación. Escapando a mi capacidad establecer la diferencia entre el primer y segundo contenido, puesto que no guardé el video previo, ¿Quién imaginaría hallarse con este misterio?. 

Este primer hallazgo, me confirma la necesidad de elaborar el artículo que me llevó por estas vifurcaciones, sobre  cuándo, cómo y por qué, nació mi desconfianza en la PNP.  Pueda que en ese intento halle  coincida o nó con el de ustedes. ¿Qué dicen al respecto? 



[1] Infobae.com. (19.11.24). Policía acusado de asesinar a Sheyla Condor se quitó la vida PNP encontró cuerpo de Darwin Condori en san juan de Lurigancho 

[2]La República.(19.11.24). Feminicidio de Sheyla Condor en Comas PNP no recibió denuncia sospechosa no habido y avances de la investigación  

[3] Webadminportal UCV (2023)   Resultados examen de admisión fase A.

[4] Infobae.com. (19.11.24). Policía acusado de asesinar a Sheyla Condor se quitó la vida PNP encontró cuerpo de Darwin Condori en San Juan de Lurigancho

[5] TV Perú Noticias. (19.11.24). Feminicidio en Comas: cuartelero de hostal en SJL fue quien identificó a efectivo policial

[6] TV Perú Noticias. (19.11.24). Feminicidio en Comas: PNP brinda detalles del hallazgo del cuerpo del efectivo en hotel de SJL 

[7]Idem 5

[8] wapa.pe (19.11.24). Darwin Condori como encontraron policía muerto hoy en hospedaje SJL Sheila cóndor  

[9] TV Perú Noticias. (19.11.24). Feminicidio en Comas 🚨: cuartelero de hostal en SJL fue quien identificó a efectivo policial

viernes, 8 de marzo de 2019

8 DE MARZO DEL 2019: CAMBIOS Y PERMANENCIAS


Hoy 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer en nombre de todas y cada una de las mujeres que nos legaron su ejemplo, luchas, conquistas y vida en torno a la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.

Al recordar a aquellas feministas históricas también rescatamos las agendas pendientes y aquellas otras que emergen como parte de este tiempo, constatando que a diferencia de ayer, hoy somos más y diversas[1] con nuevas alianzas y entronques.

Desde que un día como hoy murieron 146 mujeres calcinadas dentro de una fábrica de camisas en Nueva York (1857)[2], se fueron sumando a la historia feminista, las luchas colectivas e individuales de mujeres contra la indiferencia de los Estados. Logrando que en 1975, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declarara al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer[3].

A partir de ello, mucha agua ha corrido bajo el puente a lo largo de 118 años. Sin embargo, el fango bajo el agua que discurre, aparece más sinuoso a medida que pasa el tiempo y conquistamos más derechos, porque perviven resistencias y emergen reacciones de oposición, quizás más fieras y brutales que los producidos en tiempos fundacionales de nuestra historia humana  donde reinaba la ley de la selva “imponiéndose el más fuerte”.

En tanto que el agua que discurre bajo el puente, cuyo caudal se ha incrementado por el temporal, hoy bajo la figura del cambio climático, es impredecible en su crecida y furia, trayendo consigo turbidez y desechos tal como sucede con  la vida de las mujeres.

Cobrando relevancia la noticia que vende: “Mujer degollada en hotel”[4], “Mujer en cementada en un barril”[5], “Mujer quemada en cilindro”[6], “Restos de mujer en un cilindro”[7], “Mujer atacada con un destornillador”[8], “Mujer muerta a martillazos”[9], “Madre y bebé asesinados”[10];  dejando  de colocar en cuestión su situación y posición, para revertirlo. Contemplamos espantadas(os) como desbordar nuestra imaginación, la violencia contra las mujeres en saña[11] y crueldad[12] en cada rincón del planeta[13].

En plena era digital, aún existen sociedades que han hecho de aquello que nos distingue a mujeres de varones respecto a lo anatómico y biológico, el sustento para devaluar, discriminar, excluir, someter, explotar, abusar y asesinarnos con impunidad de unos respecto a las otras[14].

Tanto se ha exacerbado el odio de género, que el asesinado de un ser humano a otro es insuficiente para comprender, tratar e impartir justicia. Por ello denominamos feminicidio[15]  al asesinato de una mujer, realizado con poder y odio desde el feminicida, que generalmente suele ser un hombre, quien es o fue su pareja, bajo la condena del pensamiento simbólico de apropiación: “Si no es mía no será de nadie”.

Fenómeno que se incuba en la idea y práctica machista de que el cuerpo, pensamiento y vida de las mujeres puede ser poseído, apropiado, sometido. Reproduciéndose e incrementándose en el país, la región[16] y el planeta, interconectándose con otras formas de violencia[17] contra las mujeres, al punto que la Organización Mundial de la Salud de la ONU, la define como pandemia[18].

Al mismo tiempo que esto sucede,  la condición de reproducción y perpetuación de la especie humana a través del vientre de las mujeres, discursiva y simbólicamente es elevada al altar de la maternidad bendita, por ende, se sigue condenando oficialmente el aborto en muchos países.

Pero esa misma mujer, ya madre es también arrojada al infierno de Dante, sea porque su maternidad se ha producido fuera de los cánones establecidos,  o bien requiere y hasta demanda condiciones apropiadas para el cumplimiento de sus derechos sociales, económicos y políticos.

Debido a que persiste y reproduce un sistema de organización social patriarcal, que real y simbólicamente, impone el poder del varón mediante prácticas y costumbres culturales[19] teniendo a favor vectores como: la religión, el derecho, las instituciones, los acuerdos sociales fundacionales (constitución) y los sistemas productivos.
Si bien cada vez se denuncian más y se censura las prácticas que afectan el cuerpo, la salud, vida y futuro de las mujeres, estos se tornan más violentos.

Pareciera que la crueldad, deshumanización e injusticia que históricamente hemos experimentado como mujeres, se habría naturalizado bajo el manto del respeto a la diferencia cultural, sin embargo evidenciadas las prácticas que niegan nuestra condición humana, hace que elevemos la voz y nos movilicemos más número de mujeres y hombres, a medida que pasa el tiempo[20].




[1] https://youtu.be/JypV3kJl4uU
[2] https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/features/WCMS_152727/lang--es/index.htm
[3] http://www.un.org/es/events/womensday/history.shtml
[7] https://peru21.pe/lima/policiales/feminicidio-san-juan-lurigancho-hallan-restos-mujer-interior-cilindro-nndc-462118
[9] https://peru21.pe/lima/olivos-mujer-hallada-muerta-martillazos-interior-casa-459698
[12] https://elpais.com/internacional/2019/03/05/mexico/1551807618_628300.html
[15] https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/marcela_lagarde/feminicidio.pdf
[18] http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/18386/CD549Rev2_esp.pdf;jsessionid=4852812C887FF67DD0396032F2F4175E?sequence=8 

viernes, 12 de agosto de 2016

#NIUNAMENOS. TODAS LAS MUJERES TODAS Y ALGUNOS HOMBRES TAMBIÉN

La lucha de las mujeres por el reconocimiento a sus derechos históricamente está asociada al siglo XVIII y la revolución francesa, porque  movilizó a mujeres y hombres en una lucha social por libertad, igualdad y fraternidad. Y cuando obtuvo el triunfo, sentó el primer hito de la exclusión e invisibilidad de la mitad de la población, las mujeres[1], con la promulgación del   Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), transformándose en el desencadenante de la rebeldía de las mujeres, encarnada primero por Olympe de Gouges quien  reivindica  el derecho y posición de las mujeres en una sociedad nueva con su histórica Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791)[2].  Paralelo a la obtención de las primeras reivindicaciones civiles con el derecho al Voto en  el Estado de Nueva Yersey (1776),  Francia  (1791-1793)[3].
Desde 1960 a la fecha, el movimiento de mujeres y el movimiento feminista de la Región y el país, han movilizado esfuerzos por enfrentar la violencia contra la mujer, desde el reconocimiento, denominación y  vibilización  pasando por la creación de actos simbólicos e instrumentos internacionales, hasta actividades concretas de intervención para la prevención, atención, protección y recuperación de la mujer violentada.
Labor que en algunas líneas tuvo éxito  y en otras se pervirtieron o quedaron secuestradas, adquiriendo condición de  agendas pendientes y palpitantes. Los temas, emblemáticos y casos simbólicos así como la creatividad de las mujeres para llamar la atención sobre la violencia contra las mujeres, no pasó de ser iniciativa de colectivos,   en el mejor de los casos, logró la conjunción de mujeres organizadas a lo largo de cuatro decenios del siglo pasado y durante estos primeros diez y seis años del nuevo siglo.
Lo que ha sucedido hoy 13 de agosto del 2016, sin duda va más allá de los sueños y expectativas más ambiciosas y optimistas de quienes tuvimos y tenemos en nuestras agendas y activismo comprometido la erradicación de la violencia contra la mujer.
Hoy hemos despertado como sociedad plena a un nuevo siglo, sin duda por muchas razones dependiendo del cristal con que se mire. Desde mi perspectiva, estaría asociado  a cuatro factores: a) la intensificación de la violencia contra la mujer a niveles intolerables e innegables, b) la incapacidad de un sistema de justicia que permanece de espaldas a una realidad aferrada a prácticas y pautas que funcionaban en el siglo XX,  c) la era  digital que ha trascendido al espacio y tiempo de su concepto tradicional y d) las nuevas prácticas y expresiones de las mujeres de esta generación.
La intensificación de la violencia contra la mujer,  se viene dando en el país  a niveles intolerables e innegables tanto bajo la responsabilidad del Estado como organizaciones terroristas, delictivas, instituciones privadas e individuos.
Los casos más emblemáticos vuelven una y otra vez, como lo sucedido con aquellas víctimas del conflicto armado y las esterilizaciones forzadas. En el primer caso producto de la violación sistemática como mecanismos de tortura e “inteligencia” y  la segunda, como resultado  de medidas de política poblacional draconiana. En menor medida, pero no por ello menos importante e indignante, el abuso, acoso y cosificación de las mujeres al interior de las fuerzas armadas, Policía Nacional de Perú poder ejecutivo, judicial y legislativo. Más preocupante, cuando se cruza con espacios, instancias y operadores de   instituciones, cuya función es promover y proveer la protección de las mujeres, sin distinguir edad, posición, rol y desempeño.
Desde el lado de la sociedad civil organizada o individual,  bajo la forma de discriminación, devaluación, exclusión y cosificación. Están las mujeres objeto de    violencia  social, comunitaria, parental hasta la pareja que llega hasta el  feminicidio. Cuya espiral crece ante nuestro estupor, pese a que sólo el 21% de las víctimas acude a pedir apoyo en alguna institución pública. (Cedano, 2008, 8)[4].
Incapacidad del sistema de justicia, para ejercer su rol oportuna y asertivamente,  permaneciendo de espaldas a una realidad que la desborda, en  tanto se  aferra a normas, mecanismos, prácticas y pautas inspiradas en normas cálidas para el siglo… ya obsoletas  en el siglo XX y que en bordeando el primer quinquenio del siglo XXI, es completamente inoperante, ineficaz y burda.
Si ya el sistema está desfasado y de espaldas a la realidad de la violencia contra las mujeres, sus operadores hombres o mujeres, formados e inspirados en una cultura de tolerancia y de correspondencia con la machista y de violencia contra la mujer, no sólo es indiferente sino inoperante y tardía.
Además de coludirse con los perpetradores, para  mofarse del dolor  de las mujeres violentadas y restregarles la impunidad del que gozan sus victimarios, sin recibir oportuna protección preventiva y justicia ante la violencia consumada parcial o totalmente, donde la víctima que sobrevive queda impedida, marcada y disminuida en sus capacidades físico-biológicas y psicológicas. O bien se suma a las estadísticas de mujeres muertas por feminicidio dejando tras de sí doble orfandad de hijos/as y padres.
La era  digital,  el espacio y tiempo.  Las ventajas y desventajas de la simultaneidad se expresan en toda su plenitud al acercar cada rincón del país y el planeta, donde la actuación de hombres y mujeres deja de estar confinado al espacio público-privado, para exhibirse en toda su plenitud y crudeza en el escenario público. Sin mediar un tamiz para su digestión, conectándose directamente con las emociones y pasiones. Aquellas que gatillan y disparan sin mediar analgésico alguno al caer en el centro del poder: el ego, orgullo y control.  Las redes, medios de comunicación y los nexos virtuales a los que unos más que otros, nos hemos volcado sin reflexión, pudor o alerta de riesgos. Se transforman en boomerang de nuestros actos añadiendo combustión a las inflamables relaciones donde las pasiones se desborda, no es extraño escuchar en este tiempo, la o lo    terminen por el Facebook, el twitter o la foto en instagran.
Pero el lado bondadoso de la era digital, es la posibilidad de viralizar un hecho, provocar una corriente de opinión, movilizar a las personas como individuos, los grupos y colectivos en cruzadas, con capacidad de movilizar no sólo a la parte involucrada e interesada por el problema, sino a todos/as quienes se sienten llamados a  no seguir cediendo a una cultura de la violencia contra la mujer.






[1] Los Orígenes del Feminismo Histórico (1789-1870) http://www.historiasiglo20.org/sufragismo/origfem.htm
[2] Salazar Herrera, Catalina. (2001) Actuación Política de Mujeres Durante el Siglo XX. Tentando una Cronología. Lima: Movimiento Manuela Ramos.
[3] La Revolución Francesa  y los derechos de la mujer http://www.historiasiglo20.org/sufragismo/revfran.htm
[4] Cedano, María Ysabel. (2008) De la Ley de protección frente a la violencia intrafamiliar a la Ley contra la violencia de género: el caso peruano. En Libres de Violencia Separata Nº 1 © Lima: DEMUS – (Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer) DLBN-Perú N0 2008-06359, recuperado de: http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con3_uibd.nsf/09A414B6F66109090525792800615EBE/$FILE/libresdeviolencia[1].pdf




CUANDO PIERDES LA INOCENCIA. #NIUNAMENOS

http://es.123rf.com/imagenes-de-archivo/alfareria.html?
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Tengo ocho años, estoy recorriendo ese terreno amplio detrás de casa. La  acequia que riega los últimos maizales rebeldes  se ha desbordado. Hay un hilo de agua que humedece la tierra baldía, donde no hace mucho habitaban las hortalizas y  alfalfa. En tanto  las casas se construyen  por todas partes. Más allá atisbo un montículo de ceniza, con   restos de madero que sirven de cono a los hilados en la fábrica vecina de telas.   
Mamá no está cerca, mi fuga hacia esa parte del campo pronto será descubierta, titubeo, no sé si hundir mis manos en el barro o el hollín, ambos me atraen de igual modo. Decido empezar satisfaciendo mi vocación de alfarera, tomo el barro entre mis manos pequeñas, su aroma y textura llena mis sentidos, poco a poco voy dando forma  primero a un pato, luego a un ave, un gato, un plato, una olla, una serpiente.

El sol quema fuerte en lo alto, miro alrededor donde ocultar mis reliquias hasta que sequen, descubriendo que los  sauces moribundos de esa extensión baldía me ofrecen sus cimas como  la mejor caja fuerte, allí subo a mi  preciada carga, con esa agilidad felina que he desarrollado desde siempre. Se rompe un plato y el ala de mi ave, me digo: ¡No importa el plato!, lo haré otro día. Pero mi ave me da   pena. Con esfuerzo  vuelvo el barro al barro y creo nuevamente   un ave,  más grande que todos los otros.  Al descender del árbol, me pregunto si se secará y podrá  volar sin agotarse como las mariposas.

Miro nuevamente al sol, ya es hora del almuerzo, mi madre pronto descubrirá que no estoy. Tomo impulso y voy  al montículo, hundo las manos y hallo mi tesoro, innumerables argollas que han resistido al fuego, podré unirlas golpeando en sus encuentros y hacer  una gran cadena, quizás sirva para un columpio entre los árboles.

De pronto siento que ya no estoy sola, levanto la cabeza y un muchacho en bicicleta se me acerca. Me pegunta que hago sola allí, contesto que no estoy sola. El mira a todos lados,  me dice: ¡No mientas estás sola!  Mira las argollas en mis manos y pregunta: ¿Te gustan las argollas? Yo lo miro en silencio, mientras empiezo a caminar, algo me dice que debo correr, él baja de la bicicleta y camina a mi lado empujándola. Me dice nuevamente, si te gustan las argollas yo tengo muchas en mi casa, estas son restos de aquellos que han quemado los trabajadores de mi padre. Si quieres te regalo nuevas, pero tienes que ir a mi casa. Le digo: “No quiero tus argollas, sino estas que ya no son tuyas”.

El se ríe, lo miro nuevamente y me doy cuenta que es un chico grande, si corro pronto me alcanzará. Le pregunto qué hace él por ahí, porqué no está en su fábrica. Me dice que  me vio desde su balcón, que no es la primera vez que lo hace, que quiere ser mi amigo y quizás darme un beso.

Lo miro frunciendo el ceño y digo: “¡Sólo me dan besos mi mamá, papá y hermanita!, ¿Por qué tú  quieres darme un beso?”. El responde arrastrando las  palabras: ¡Porque.... eres muy linda…! En ese momento escucho la voz de mi madre llamándome,  es el impulso que necesito para dejar de caminar y echar a correr. Y corro, corro, corro como gacela mientras él se queda mirándome a la distancia.

Como  siempre mi madre me reprende por escabullirme de su mirada y amenaza con algo que ya no escucho. Cuando cede en su  enojo pregunto: ¿Mamá soy linda? Mi madre responde: “Con esa cara llena de barro y tizne lo que pareces es una chacarera o minera, ve a bañarte y cambiarte para almorzar”.

Voy corriendo  hacia el espejo y compruebo  que mi madre dice la verdad, mientras me preguntó ¿Por qué aquel muchacho me mintió diciéndome que era linda? La voz de mi tía abuela Rosa Herrera me sobresalta interrogándome: ¿Por dónde anduviste hija? ¿Qué es lo que te ronda por la cabeza?

La veo en el rincón más fresco de la sala, debe tener alrededor de cincuenta y cinco años, está abanicándose del fuerte calor, mirándome  intensamente con esos hermosos ojos azules, su cabello color trigo, piel blanca casi transparente y su bella sonrisa plena. Corro a abrazarla y a sentir su delicioso aroma, hundo la nariz en su cuello. Está en casa significa  que ambas nos fugaremos   hacia la suya, que para mí siempre  es un castillo.

Me abraza, besa y limpia la cara con su pañuelo que  huele a alelíes e insiste en saber lo que me pasa. Nunca tengo secretos con la abuela Rosa, así que le cuento todo. Me mira y sus ojos brillan más que de costumbre. Me aparta de su pecho, coloca  al frente  y dice: “Hija es tiempo de que sepas  cómo es la vida para las mujeres”. Y me cuenta un cuento nuevo, de cómo una linda joven de quince años perdió la inocencia.

“Hace mucho tiempo en un hermoso pueblo,  esta bella joven como son todas las mujeres de quince años,   se fue a trabajar sola al campo, siempre lo  hacía desde niña,  pero ese día  sería diferente, porque ese día  perdió la inocencia. Un hombre salió de su escondite y le arrebató sus sueños  y atacó su cuerpo. Fruto de ese arrebato tuvo una hija  de piel tan oscura como la noche a quien dio en adopción,   ella  no podía cuidar de esa hija,  porque  ella misma no podía cuidarse. A esa joven de quince años le robaron la inocencia en el campo pese a los cuidados de sus padres y su propio cuidado, en un momento que se sentía segura”.

Mi abuela Rosa añade que los ladrones de los sueños de las mujeres no sólo están en el campo sino en todas partes, que no sólo le roban a las jóvenes de quince  sino a niñas de seis, ocho o diez. Inclusive a mujeres que tienen más cuarenta. Unas veces les robaban a la fuerza destrozando su cuerpo como sucedió con  la joven de quince años. Otras veces con engaños y muchas más con amenaza. Mi abuela eleva la voz  diciéndome: "¡Por eso no hay que tener miedo, hay que gritar, correr y pedir ayuda!"

Tras un silencio, mi abuela Rosa se pone muy seria, como siempre que me dice algo muy importante: “Hija, nunca dejes que nadie toque  tu cuerpo, porque  lo más preciado de tus sueños está allí como en un templo. Eres una pequeña mujer, rodeada de  muchos ladrones de inocencia que deambulan por la vida atacando cuando menos una lo espera”. 

La miro  y pregunto: ¿Abuela, a esa joven que perdió la inocencia y regaló a su hija porque era negra, Dios la perdonó? Mi abuela me mira largamente y responde: “Esa niña  de quince años, no regaló  a su hija porque fuera negra, sino  que la entregó a una buena familia para que cuidaría de ella. Porque  a la joven,  le recordaba en todo momento de su vida,  cómo le robaron la inocencia y tampoco  sabía   cuidar a la bebé menos evitar que también a ella le robaran la inocencia.
Cuando la joven de quince años tuvo muchos años más,  se casó, pero la  vida no le volvió a dar una hija con su esposo, sólo tuvo  tres hijos varones. En cuanto a Dios, fue bueno, porque cuando pasó el tiempo, aquella bebé negra creció y era una linda mujer  y la joven de quince  había sanado, Dios las volvió a juntar, porque ambas, tenía otros sueños, mucha fuerza, amor y perdón en sus corazones".

Me miró con lágrimas asomando a sus bellos ojos y me dijo: “Por eso es que tienes una tía negra con un alma blanca, que tú no conoces por el momento. Es  a donde voy las veces que desaparezco. Cuando crezcas más, viajaremos para que la conozcas”.

Ese día perdí la inocencia, la idea de que todos éramos iguales y que podía escaparme hacia el campo baldío. Descubrí que las mujeres estábamos en riesgo por el sólo hecho de ser mujeres, a diferencia de los hombres. 
Descubrí, que las mujeres siempre debíamos ir con mas cuidado, porque si los hombres temían ser robados en sus bienes, dinero y cosas materiales,   las mujeres aun cuando no tuviéramos nada de material, nos robaban unas veces los sueños, otras la salud, la fe y hasta  vida.

Mañana 13 de Agosto del 2016, es el punto de quiebre entre el pasado de violencia y violación sistemática de las mujeres en una  sociedad que religiosa, social, cultural y políticamente asolapó  y sembró de dolor, vergüenza  y abuso nuestras vidas, de nuestras madres, sus madres y las madres de nuestras abuelas, sus abuelas hasta nuestras  ancestras más lejanas.

Mañana  será  el día a partir del cual enfrentemos y cambiemos aquellas  percepciones de tragedia asociado con el nacimiento de hijas mujeres, porque más allá de la perpetuación del linaje, aparecía como   decreto la perpetuación del sufrimiento y nuestra condena al sufrimiento por el hecho de ser mujeres.

Mañana podría ser el punto de quiebre entre la violencia, violación y feminicidio de hoy, que crece, se agiganta y amenaza por devorarnos como sociedad, puesto que pese a las leyes, la lucha y conquista de las mujeres;  la impunidad e injusticia se acentúa.


Mañana pondremos en cuestión un sistema cómplice, donde es insuficiente romper el silencio, reconocer que tenemos derecho a tener derecho, enfrentar el revestimiento cómplice  de vergüenza que nos hacía sentir culpables, recurrir al olvido la desmemoria, con el que el perpetrador o la perpetradora  cuentan y se protegen.

Mañana nos movilizaremos por: #NiUnaMenos  y Si tocan a una tocan a todas, desprendiéndonos del miedo que nos inmoviliza, estimulando la agresividad, el abuso y maltrato, hasta  transformarse en su principal cómplice del feminicida.

Mañana, sueño que sea el inicio de un nuevo tiempo, donde como país podamos decir que peruanas y peruanos, hemos decidido hacerle frente a uno de los principales flagelos que amengua la condición de vida, los sueños y el aporte de las mujeres y hombres que han decidido vivir en respeto, paz y armonía. 

Mañana, podríamos tener la fuerza suficiente para increpar no a una justicia ciega, sino convenida, perversas e indolente que mira hacia un lado manoseando la ley y derechos arrancados para ser simplemente  indiferente, injusta y cómplice ante la violencia sistemática, institucionalizada y simbólica contra las mujeres.

Mañana podremos decir, todas y todos al unísono: #NiUnaMenos 


miércoles, 2 de julio de 2014

MATERNIDAD: CONFLICTOS PRIVADOS Y CONFESIONES PÚBLICAS

Es tiempo loco en Lima de un invierno indeciso, con 22° hace dos días y hoy descendió a 17° con 94% de humedad, de seguir esta tendencia no sería extraño que un futuro no muy lejano las(os) limeñas(os) poseyéramos branquias a cambio de orejas coincidiendo con una Lima en permanente transformación.  Una ciudad nacida tras arrasar al cacicazgo Itchma del curaca Taulischusco[1], en un esfuerzo fundacional  bautizada como Ciudad de Los Reyes (15 de enero 1535), aun así  se impuso como Lima, marcando el sincretismo entre la lengua autóctona Límac y Rímac, la extranjera[2] que ha destacado al país en su conjunto.

Lima se ha sostenido  estoicamente como tal  a lo largo de su proceso de afirmación identitaria ante seudónimos embriagantes como: «La Perla del Pacífico»[3],  «Las Tres Veces Coronada Villa»[4] y « ciudad jardín»[5].   O de negación de sí, a medida que fue desbordándose «Lima la horrible»   (1974)[6] idealizando un pasado cuasi arcadiano[7] hasta cerrar el siglo XX entre el interés de su composición urbana y social: «El laberinto de la choledad» (1992)[8] hasta el crisol de diversidades  de la cultura chicha[9] sin desprenderse de los retazos  oligárquicos que sostiene  su faz de ciudad   segmentada, discriminadora y excluyente. En tanto emergen sueños y apuestas por una mega ciudad que se reconfigura, subdivide, acoge, expulsa,  cobija, integra, tolera y convive  como hoy sus microclimas[10].

En mi caso, Lima y su ser, siempre me disloca, atrapa en esa relación compleja donde no es posible vivir con ella ni sin ella. Acabo de  llegar a casa tras un trayecto por más de una hora de oeste a nor-este, con un frío húmedo que me encoje, se me cala por los huesos roídos y atraviesa mi tobillo de cristal engarzado con titanio que intensifica su gelidez, ignorando a la lana de alpaca que me recubre y botines que sostienen mis pasos.

Intento desprender mi percepción egocentrista y  miro tras el vidrio empañando por la garua cuántos(as) se inclinan ante el rigor del tiempo descubriendo que no soy una excepción, distingo a   muchos(as)  encorvados(as), independiente de la edad, la talla, dimensión y estado, sienten calarse la humedad por sus poros hasta  los huesos. Y  también están aquellas(os) otras(os) erguidas(os), desafiando al tiempo con escasa ropa, dibujando su mayor sonrisa y exhibiendo su mejor pose para vender placebos con promesa de  placer y calor humano que disipe la humedad externa dejando aflorar la interna.  

De pronto, el frío se trasladó de mis huesos hacia mi razón e hígado quien sabe si invadió también mi corazón y alma. Sentí frío recorriéndome toda la columna, no sólo por este tiempo, sino por aquello que pude escuchar de la chachara de un trío juvenil casi adolescente entre dos mujeres y un varón.

Hablaban cada uno de lo mal que les iba en la relación con  la madre, graficando y reconstruyendo los hechos del día. Mientras lo hacía mi gran pregunta a cerca de: ¿Cómo  las(os) hijas(os) se tornan en el peor enemiga(o) de la madre? Frente a los hechos de matricidio que ocupan las primeras planas cada vez mas frecuente. Me asomaba a su probable despeje a través de estos testimonios públicos  de jóvenes no mayores de 20 con madres que oscilarían entre 40 y 60 años.

La primera que expuso su caso fue una joven  aproximadamente de 1.60 m. de altura, con ojos oscuros como su cabello lacio que caía rebelde de su atadura creando un aire descuido. Con nariz respingada, labios bien marcados,  dientes  blancos y  alineados, piel canela intenso y un fuerte rictus de ira en su rostro. Vestía  hasta donde pude distinguir de una cafarena negra y sobre ella un sueter plomo.  A través de su discurso, reconstruía la mañana del día, donde la madre había intentado imponer su autoridad, reclamándole su conducta que amenazaba imitar a una hermana sinónimo de problema, rebeldía y conflicto. A su favor señalaba que estaba lejos de su pensamiento, pero tanto se lo repetía la madre que ya se lo estaba creyendo.

Narró que el conflicto matutino llegó a su clímax cuando la madre le impidió salir a su clase –el trío parecía estudiar enfermería o algo con la medicina-, colocando llave a la puerta de salida, en el momento que la otra compañera la había llamado al celular, sin proponérselo aquella llamada la animó a enfrentar a la madre. Describió con mucha ira cómo quito la llave a la mano de su madre, abrió la puerta y salió corriendo mientras le gritaba “Eres una enferma,  loca, loca, loca”, mientras lloraba de rabia.   El y la compañera subrayaron que efectivamente llegó llorando, e indagaron el por qué, su madre era siempre así con ella y no con sus hermanas. 

Ella respondió  que con la hermana rebelde no podía   y que su otra hermana   era la preferida, la engreída, la beba de 30 años. No podía explicarse como su madre iracunda, descontrolada y agresiva, salía a comer con su hija preferida y regresaba feliz, riéndose, como si fuera otra. Que ya estaba harta y que no sabe lo que haría si no tuviera clases.
Decía que su padre intentaba calmar las cosas hacer que respetara a su madre y le pidiera disculpas, mientras ella pensaba que eso era injusto porque era la madre quien empezaba. Y cuando cedía por su padre pidiendo disculpas a su madre ella la rechazaba, la ignoraba, provocando pensamientos de mayor rechazo y resentimiento en ella.

La segunda joven tenía una talla cercana al 1.70 m., a pesar de su sobrepeso, aparentaba menos edad que la primera, tenía cabello castaño también atado al descuido, cara redonda, nariz pequeña y ojos rasgados. Su  rostro denotaba cansancio, tristeza rayando con la resignación. Tenía una casaca beige que la cubría toda.

Ella dijo que su madre también abusaba de ella, que no la comprendía, que siempre la gritaba y maltrataba. El amigo hombre que las acompañaba subrayaba esta situación diciendo que le constaba como lo hizo con la primera, añadiendo que en el caso de la segunda ella no hacía nada para impedirlo. Ella replicó señalando que nada podía hacer, así que mejor se callaba que sólo esperaba terminar de estudiar e irse muy lejos.

La amiga que inicialmente se expuso como víctima dijo, que en su caso ella no lo soportaría, animándola a actuar como supuestamente ella lo haría, o como ocasionalmente lo hacía cuando su madre se extralimitaba. El varón ingresó en la discusión al papel de un hermano.
La Segunda joven describió como la madre se desvivía por su hermano,  las distancias  y diferencias que marcaba entre ellos. Contrastando el sufrimiento y privaciones de ella con  la alegría, placer y felicidad de su hermano.  Los tres coincidieron en que sus madres tenían hijos(as) preferidos que en este caso no eran ninguno de ellos.

El varón que cerraba el trío a diferencia de las mujeres tenía una apariencia frágil, extremadamente delgado, de 1.55 m., ojos pequeños, cabello negro descuidado, nariz aguileña, labios de casi una línea, con un maletín que lo excedía. Su papel fue de inquisidor, no contó nada de sí mismo, sólo  acentuó, animó y graficó cada narrativa. Se sentó a mi lado, cerró los ojos como dormitando, mientras ellas cambiaban de tema sobre sus estudios y la política de cómo tanta promesa del metro y el tren eléctrico no se cumplía.

Mientras yo me sumergía en reflexiones acerca de  la complejidad de las relaciones intra e inter género, generacional y de poder. Me decía que los referentes de los conflictos que suele llegar a mi consulta  era principalmente de las mujeres madres sea en su papel de hijas, esposas o madres. Las hijas  e hijos adolescentes enfocaban sus problemas con sus vocaciones y proyecciones de futuro, con los retos académicos.


El desgranar desgarrador transformado en confesión pública sobre ruedas entre estos jóvenes me enfrentaba a una dimensión del ser y sentir de las hijas en conflicto con la madre, que en su caso, probablemente coincide con el ciclo de vida asociado con  la menopausia vs. juventud donde las perspectivas se confrontan, trastocan y miden en la cuota de poder que cada una tiene u obtiene tras cada conflicto, lleno de tira y afloja, con demasiado desgarro en perspectiva de transformarlas en extrañas, insalvables enemigas.

Hijas que en el futuro serán madres marcadas por este modo de  maternidad, de afirmarse, imitándolas y de negarse superándolas, en todo caso no excento de conflicto personal, familiar y en la relación con sus futuras hijas(os).

Así que se me agolparon nuevas interrogantes: 
¿Cómo el desencuentro de los ciclos de vida entre mujeres de diferente generación las acerca o aleja?
¿Cómo y de qué modo emergen los conflictos y sus modos de resolverlos?
¿Cuánta similitud existe entre la violencia ejercida por el varón hacia una mujer   y la de una mujer con poder ejercida sobre otra sometida o dependiente?
¿De que modo el uso y abuso de la fuerza y el poder va alimentando la pérdida de autoridad y la emergencia de la ira transformado en rebeldía y uso de la fuerza?
¿Es el empujón, el rechazo, la ira contenida, la calificación de  demente de la hija a la madre escalones en la violencia intra género y alerta de una mayor encalada de conflicto?
¿Podría estar en los fragores del conflicto cotidiano y la persistencia de posiciones o la percepción reiterada de ser abusada por las hijas que las transforma en potenciales matricidas?