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martes, 18 de julio de 2017

PRISIÓN PREVENTIVA DE LOS HUMALA HEREDIA



El 13 de julio, el juez Richard Concepción Carhuancho (J-RCC), dictaminó la prisión preventiva del ex presidente[1] Ollanta Moisés Humala Taso (55 años de edad) y la ex primera dama Nadine Heredia Alarcón de Humala (41 años de edad), para cuya ejecución inmediata se presentaron ambos sentenciados, antes de ser detenidos por la Policìa Nacional. Sus dos hijas adolescentes, Yllary de 15 y Nayra de 13 años de edad, se encuentran en Illonis, Chicago de los Estados Unidos[2]. En tanto el cuidado de su hijo Samin de 6 años de edad, es desconocido, se hallaba con ellos hasta antes de ser encarcelados.

Sería justamente el viaje de ambas hijas[3] aquello que se transformó en el factor movilizador de la fiscalía[4] para demandar y obtener en sólo tres días la prisión preventiva de los Humala Heredia, tras una larga audiencia de 14 horas al cabo del cual se dictaminó encarcelamiento para ambos por 18 meses, salvo que en los siguientes 3 días hábiles, sus abogados demanden la revisión de la sentencia en el tribunal superior, para que se ratifique o revierta.
Más allá de cuanto pueda probarse o no, las acusaciones como delitos -sea como pareja e individualmente-, implica que mientras esto no suceda tienen el derecho a un debido proceso, cuyo resultado los lleve a ser sentenciados o liberados.

La prisión preventiva que se adelanta a ese resultado, es no sólo controversial, sino políticamente desacertado, puesto que los victimiza y crea el sustento que da contenido al argumento de persecución política y ausencia de garantías para un debido proceso. Ya planteado por el ex presidente Alejandro Toledo, hoy prófugo tras una sentencia similar desde febrero (2017), los últimos hechos pareciera darle la razón ante la percepción internacional, al punto que el Estado peruano aún no ha logrado, disuadir o presionar que el Estado norteamericano para que lo extradite.

Según los expertos y entendidos, los sustentos esgrimidos por el fiscal Germán Juárez Atoche (F- GJA) y la decisión del J-RCC, no sólo serían endebles sino que no logran satisfacer completamente a las exigencias de las medidas tomadas[5]. En tanto que los voceros políticos y líderes de opinión se dividen en posiciones a favor y en contra. En el caso del ciudadano de a pie, sucede otro tanto, moviéndose su percepción entre los extremos de celebración y lamento.

Pero todos coinciden, en la sorprende y novedosa celeridad del Poder Judicial (PJ), jugando con las expectativas individuales de esperanza por el cambio y eliminación de corrupción en el sistema de justicia, en tanto se acentúa la incredulidad y sospechosa, mientras nos preguntamos: qué está sucediendo en el trasfondo para distraernos de este modo a todos(as), con un talk show de alto nivel y en cadena. La mayoría somos conscientes que en nuestro país, aquello que distingue al PJ es su escasa velocidad para ejecutar cada uno de los procesos y procedimientos.

Lo sucedido con los Humala Heredia, se produjo paralelamente a mis días de concentración de trabajo silente, que de un tiempo a esta parte suele ser multimediático: música en casi nivel rem, noticieros televisados en bajo relieve y escritos como análisis en la laptop, por cuanto, estuve siguiendo el proceso en como telón de fondo inmediato a mi principal actividad.

Provocándome de tanto en tanto, como sin duda sucedió con muchos de ustedes, algunas interrogantes: ¿Qué es lo que sucede entre bambalinas?, ¿Qué es aquello que el titiretero o la titiretera quiere que pensemos?, ¿Qué escenario se está construyendo para el 28 de julio? Sabemos quienes pierden con una prisión preventiva legalmente accidentada, pero no sabemos en detalle y claridad ¿Quienes ganan? ¿Qué ganan? Y ¿Cuánto ganan?

Cuando la sentencia se produjo, observé en silencio de red, las primeras reacciones. Como suele decirse en prima, aquel acto reflejo que muestra inconscientemente nuestras emociones, en tanto yo procesaba las mías. Mi espacio de recepción en Facebook desbordó, la mayoría celebraba irreflexivamente, concentrando el desdén y acusación en Nadine Heredia, cuando en realidad, si de condenar se trata, la responsabilidad política y legal vendría a ser de Humala si se sentenciara delito.

Observé una vez más el modo como se lapida a una mujer como Nadine Heredia, especialmente desde sus congéneres, argumentando que tuvo el atrevimiento de no contemplar protocolos victorianos, que debió vestir jeans y poliseda, y no hacerse de sedas, estilos y marcas cuando fue primera dama, lo más doméstico del argumento es restregarle el modo como: “cambió el chocolate sublime por el Godiva”, perdiendo así todo peso político las críticas y cuestionamiento, para colocarse en el terreno del arribismo, cuestionamiento personal a quien es ambicioso(a) y progresa sin mostrar escrúpulos por los medios, siendo la prioridad el poder, la fama o riqueza sin importar a quien se pise o destroce.

Acusar y condenar a Nadine Heredia por arribista, como argumento político, hace que la opinión pública se aproxima peligrosamente a los fundamentalismos que rechaza. El arribismo no es novedoso, por cuanto el de Heredia, no es el primero ni será el último en el país, los hay por todos lados y niveles, sólo basta mirar con atención. El arribismo del que se le acusa y condena, sienta sin duda jurisprudencia ante el tribunal del pueblo, no así en el terreno legal del poder judicial. Hasta donde conozco, ningún poder judicial ha condenado a nadie por el delito de arribismo, pese a que en el país existe una gran proporción, en cada uno de nuestros cuatro costados. Al punto que nos incomoda, cuestiona y motiva la revisión de nuestra ética, lo que lleva a confundirlo como fundamento político, en tanto que otros(as) sólo tomamos distancia de los(as) arribistas por ser repulsivo para las buenas costumbres, valores y moral.

También verifiqué que las opiniones con mayor inquina se concentraban en que no mantuvo las formas y “su lugar” como primera dama y presidente, nadie perdona a Nadine y Ollanta, la re-conceptualización del puesto de consorte de un presidente, por el de pareja presidencial, el ejerciendo abiertamente un rol en ese tono a lo largo de su gobierno se ganó el alias de “cosito” y ella “la jefa”, “la presidenta”, “la usurpadora” hecho que me lleva a preguntar:
¿Acaso no es la mayor ambición del feminismo revertir la posición y condición de subordinación de la mujeres? ¿Acaso no se apuesta por que las mujeres lleguen a tomar decisiones en los máximos espacios de poder en la línea de igualdad de derecho de las mujeres y hombres? ¿Acaso los esfuerzos principales buscan hacer que los hombres sean sensibles al género? Si esto es así, ¿Por qué tanto rechazo?, ¿Por qué usurpación?, ¿Por qué desplazar el adjetivo colonial de saco largo por el de cosito? Con tal pasión y agresión creciente desde la perspectiva femenina. Allí es donde me permito afirmar, que uno es el discurso de igualdad de género y otro es el ejercicio práctico del mismo.

Tras mi contemplación de reacciones, hallé en el muro de mi amiga Rosa María Gastañeta Alayza (14.07.16 / 0.13 h.) la reproducción de un post:
"Duro golpe para la credibilidad de la justicia peruana. No se trata de defender a los Humala, que en su momento, podrán ser condenados, pero dar prisión preventiva a quien cumple con asistir a las constantes convocatorias del fiscal, es un abuso, y, encima cruel, respecto de un niño de 7 años. Una vergüenza." (Francisco Belaunde Matossian)
Era el primero que enfocaba los hechos desde la justicia y la conducta de los Humala Heredia, provocándome una reacción también emocional:
“Luego del veredicto, tuve una sensación de estar frente a una escena donde la luz enfoca a los actores del centro, colocando en penumbra la escena completa. Y que veredictos como este, sólo ratifican que para asegurar el debido proceso, ha de recurrirse a medios indebidos como el empleado por Toledo y García”. (Catalina Salazar Herrera, 14 de julio a la 1:51)
Mi post generó 14 reacciones indistintas y 21 like a la reacción de mi amiga que no cuestionaban la resolución como lo hacía F. Belaúnde, sino que lamentaba que existieran “fugitivos” y “sospechosos” entre ex presidentes y ex alcaldes. Así que añadí:
Es lamentable, pero el PJ [Poder Judicial] está impregnado de una serie de factores tan complejos que sigue siendo un embudo, para unos ancho y corto para los muchos. Independiente de que sean o no culpables Heredia y Humala tienen derechos y conducta de enfrentar sus responsabilidades. Esto muestra que a personas comunes y corrientes primero se los encarcela diez años y luego se declara inocente, el mundo al revés, porque no se le aplica el beneficio de probar la culpabilidad sino demostrar la inocencia”. (Catalina Salazar Herrera, 14 de julio a la 2:00)

Mi segundo post coincidió con reacciones, que si bien estaban de acuerdo con el comentario, ratificaban el modo en que estaba enraizada la idea distorsionada de justicia, donde el acusado o acusada, pruebe su inocencia y no como debiera ser en un estado de derecho que el sistema pruebe culpabilidad, que me llevó a una reacción más extensa que reproduzco a continuación, para compartir en la línea de reflexión que reclaman por posturas menos vicerales.

“El estado de derecho implica que al acusado(a) de un delito, es el Estado quien debe probar la culpa ante el cual debe defenderse y no al revés, por ello la importancia de la custodia de las pruebas y la investigación, así como un alto grado de calificación y profesionalismo de los operadores.
Lo contrario significa que basta ser acusado(a), para ser encarcelado y luego demostrar inocencia. Sucede que en el Perú nos hemos acostumbrado a esto último, al punto de haberlo asumido culturalmente como algo natural. 
Cuando digo que el PJ es complejo, no sólo me refiero a su sistema, procesos, operadores y los recursos, sino al modo de aplicar justicia, no sólo es el caso de los Humala Heredia, sino de miles de presos que hasta el momento esperan juicio algunos(as) con más de 10 años de prisión preventiva. Una razón por la cual los culpables hacen uso de mecanismos perversos donde se sitúa la corrupción, para "demostrar inocencia", basta mirar sólo un indicador, en estos casos, no hay demanda al Estado por daños y perjuicios. Cuando esto se produce, la demanda, el inocente lo hace por el resarciendo de su honor -lo que de ningún modo le devuelve la vida arrebatada-.
“Los casos más sonados, transformados en escándalo, son los que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o el Tribunal de Justicia Internacional (TJI) ha sentenciado y producido exigencias para el Estado peruano, provocando que el ciudadano(a) de a pie cuestione y se resista, mientras líderes políticos y autoridades se aprovechen de esa situación para negarse y hasta amenazar con retirarse de esta instancia internacional. Actitud que en los noventa, nos transformó en país paria como garante del debido proceso ante instancias internacionales, debiendo el presidente transitorio Valentín Paniagua (2000) invertir esfuerzos mayores que otro presidente de la región, en iniciativa, voluntad y compromiso durante la elaboración del reglamento de la CIDH[6], detalles que conozco profusamente porque acompañé más de una tesis Mag. en Relaciones Internacionales sobre el tema.
Retomando el comportamiento de otras autoridades investigadas, tal como van las cosas pienso que es sumamente riesgo colocar la mano al fuego por alguno(a), solo hay que hacer uso de pensamiento lógico, triangular algunos hechos y esperar. Cierto hay motivaciones y factores políticos que se entreteje, mueven los hilos de la justicia y hasta enrarecen el panorama, pero de lo que estoy segura, es que nada puede mantenerse en el tiempo, más cuando hoy no hay secreto alguno entre cielo y red. 
Yo no voté ninguna de las dos veces por García, Fujimori, Toledo ni Humala, aun cuando fui vista con sospecha en su momento por quienes hoy los lapidan y rasgan las vestiduras. Sí movilicé y me movilicé por Susana, pero no tuve mucho que esperar para darme cuenta que una es con guitarra y otra con cajón, por ello le envié una carta pública y me alejé totalmente [de la esperanza que sería la mujer que marcaría la diferencia en el gobierno local]-también bajo sospecha-, antes que juramentara como alcaldesa. En todos los casos creo que se debe demostrar las responsabilidades y asumir sus consecuencias porque no sólo se trata de un delito, sino de la estafa a la fe y entrega de confianza y poder popular en manos de quienes hicieron todo lo contrario a sus promesas. Alejandro Toledo y Alan García, deben hacer frente al costo de sus acciones, más temprano que tarde. Al igual que Susana Villarán y Luis Castañeda, si el PJ identifica razones para ello.
La coherencia en nuestra vida es hacer aquello que predicamos, y, cuando nos toque o asumamos gratuitamente enjuiciar al otro(a), lo mínimo que nos debemos a nosotros mismos(as) y al otro, es aplicar similar indicador de balance a todos, lo contrario es doble moral. E insisto en la necesidad de una vigilancia ciudadana responsable a todos los niveles para no llorar sobre leche derramada, una vigilancia oportuna no sólo se transforma en prueba sino que es disuasiva, especialmente cuando la corrupción se ha enquistado en el sistema como es nuestro caso.
Y casi me olvido como todos, no podemos sesgar la realidad delincuencial de los mandatarios, tenemos tres presidentes sentenciados ergo hallados culpables de delinquir: Augusto B. Leguía (murió en la cárcel), Alberto Fujimori (25 años) y Morales Bermúdez (cadena perpetua). Dos con orden de detención: Toledo y Humala, en tanto que solo el segundo está detenido. Tres prófugos ayer y hoy: Fujimori, García y Toledo. Por primeras vez una primera dama encarcelada re-conceptualizada como pareja presidencial: Nadine Heredia, pero no la única perseguida simbólicamente por sus “atrevimientos”, no olvidemos a la Mariscala[7], la cuzqueña Francisca Zubiaga y Bernales[8], esposa del presidente Agustín Gamarra que se salvó de la cárcel al huir y morir exiliada en Chile.” (Catalina Salazar Herrera, 14 de julio a las 21:57)

Las reacciones que tuve en el muro de mi amiga, fue seguido de la entrega televisada de la pareja presidencial a las instalaciones del PJ tras el dictamen de su encarcelamiento, no pude dejar de pensar en la mujer y el hombre, en el padre y la madre de tres hijas(o), en el hijo y la hija de unos padres.

Pensé en cuan perversa suele ser el ejercicio de la política, cuando sus costos atraviesan todas las dimensiones de sus actores y los aniega, especialmente para quienes no están vacunados contra los efectos del poder, que permita asumirlo sin embriagarlos, Nadine Heredia se asomó a él con sólo 31 años y Ollanta Humala a los 45, con la única experiencia práctica de política de su sublevación y ser agregado cultural en Francia, ahora sabemos parcialmente que no fueron los caminos de una militancia partidaria sino la influencia de otros poderes e interés aún desconocidos que los llevaron al poder.

Y miré en esa pareja, aun joven, enfrentar las consecuencias de sus actos con entereza: no se resistían, tampoco huían, se ocultaba o asilaban como muchos otros presidentes perseguidos en su momento. Y sólo por ese acto, los percibí respetables en contraste con quienes tomaron la vía de la cobardía.

Es posible cuestionar el rigor de los procedimientos del PJ, pero lo incuestionable es que la situación viene a ser el costo de ser y hacerse político(a), accediendo al máximo poder en el país, sin antes haber transitado por la construcción de una militancia democrática, transparente y de rendimiento de cuentas, carente de una red de soporte y control que los respalde ante los riesgos del poder, carentes de la mística de servidor público en el concepto más profundo: ponerse al servicio de y no servirse de.

La pareja presidencia, ingresaban a una nueva etapa de su vida, luego de la cárcel no hay vuelta atrás, se reinventarían para el futuro o sucumbirían a los costos de hacer sido presa fácil de sus ambiciones, las tentaciones y los hilos de la corrupción trasnacional. Pagarían o reaprenderían de los costos de su inexperiencia para proyectar su futuro y el nuestro, más allá de los intereses del capital y el mercado.

Recordé lo que discutíamos a fines del 2016 con las mujeres de Nuevos Caminos, sobre el liderazgo, política y el poder, que está en la base de sus sueños de formación a nuevas líderes. Anotábamos como principal reto, la necesidad de una mirada honesta de la propia práctica para hallar la piedra filosofal y como desaprender las viejas prácticas de apropiarse, ejercer y responder a las exigencias del poder, sin un ápice de cambio, al punto que cuando se está en el poder, es él quien marca las pautas, siendo reproducido sin cuestionarlo más, menos aún modificarla. Porque entre una u otra cosa no nos hemos detenido a pensar cuál es el modo de ejercer poder y autoridad que nos asegure igualdad, redistribución, transparencia y radicalizacion de la democracia.

Los vi a ambos en su condición de ser el hombre y la mujer con el mayor poder entre el 2011 -15 en el país, y me dije, cuán lejos estamos de dejar de ser una república bananera, con aires de modernidad en el consumo y el mercado, pero pacata y conservadora hacia adentro. Atrapados en viejas prácticas de clientelismo, compadrazgo y transacción de todo hasta de los sueños. Infantes en las relaciones políticas, interpersonales, culturales de clase y poder.
Pueda que el apresamiento de ambos sea ratificado en la siguiente instancia, en ese caso no necesitarán hacer campaña, puesto que un país con predilección por el melodrama, los volverá a elegir tras el escándalo, sólo basta vernos en el espejo de Fujimori. En ese caso, no puedo dejar de pensar en el costo de la maternidad y paternidad, así como el impacto de este hecho en la vida de su hijo e hijas.
Pueda que salgan libres, de ser así será un gran revés para sus adversarios políticos, porque han logrado concentrar y mantenerse en el centro de la noticia durante estos 17 días, más de lo que ha logrado ninguno de los partidos políticos.




[1]    28 de julio de 2011 – 28 de julio de 2016
[2]    EC. (12.07.2017 / 01:49 pm).Fiscal: Humala y Heredia abrieron cuentas a nombre de sus hijas con dinero ilícito. Para la fiscalía, cuentas corroboran la tesis que la ex primera dama disponía de parte de ese dinero para sus fines personales, Diario el Comercio: Lima. Recuperado de http://elcomercio.pe/politica/fiscal-ollanta-humala-nadine-heredia-abrieron-cuentas-nombre-hijas-dinero-ilicito-441739
[3] AgendaPais.com. (1julio 2017) Nadine Heredia confirma viaje de sus hijas a EEUU, país de donde regresarán en agosto http://agendapais.com/politica/nadine-heredia-confirma-viaje-de-sus-hijas-a-eeuu-pais-de-donde-regresaran-en-agosto/
[4]    EC. (04.07.2017 / 08:45 am).Fiscalía acudió al colegio de las hijas de Ollanta Humala y Nadine Heredia. Fiscales adjuntos del despacho del doctor Germán Juárez, que investiga a la ex primera dama, solicitaron información sobre el viaje académico de las menores, Diario El Comercio, recuperado de http://elcomercio.pe/politica/fiscalia-acudio-colegio-hijas-nadine-heredia-439485
[5]    BBC Mundo. (14 julio 2017). Perú: ¿por qué dictaron orden de prisión contra Ollanta Humala y Nadine Heredia? ¿Y qué tienen que ver con el escándalo Odebrecht y Venezuela?, recuperado de http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40604896
[6]    Ramírez Varela, Lilia. (Lima, 17 de agosto del 2006) A propósito de la propuesta de retiro de la Corte interamericana de DDHH. Recuperado de http://www.justiciaviva.org.pe/.../2006/08ago/17/nota03.htm
[7] Nuñez, Claudia. (2005). De armas tomar: La vida de Francisca Zubiaga y Bernales antes de la presidencia. Lima: UNMSM Recuperado de https://www.academia.edu/26468660/De_armas_tomar_La_vida_de_Francisca_Zubiaga_y_Bernales_antes_de_la_presidencia
[8] Valdelomar, Abraham. (1915) La Mariscala. Lima: Editor digital: Titivillus, 206 p. Recuperado de http://assets.espapdf.com/b/Abraham%20Valdelomar/La%20mariscala%20(2027)/La%20mariscala%20-%20Abraham%20Valdelomar.pdf

miércoles, 2 de julio de 2014

MATERNIDAD: CONFLICTOS PRIVADOS Y CONFESIONES PÚBLICAS

Es tiempo loco en Lima de un invierno indeciso, con 22° hace dos días y hoy descendió a 17° con 94% de humedad, de seguir esta tendencia no sería extraño que un futuro no muy lejano las(os) limeñas(os) poseyéramos branquias a cambio de orejas coincidiendo con una Lima en permanente transformación.  Una ciudad nacida tras arrasar al cacicazgo Itchma del curaca Taulischusco[1], en un esfuerzo fundacional  bautizada como Ciudad de Los Reyes (15 de enero 1535), aun así  se impuso como Lima, marcando el sincretismo entre la lengua autóctona Límac y Rímac, la extranjera[2] que ha destacado al país en su conjunto.

Lima se ha sostenido  estoicamente como tal  a lo largo de su proceso de afirmación identitaria ante seudónimos embriagantes como: «La Perla del Pacífico»[3],  «Las Tres Veces Coronada Villa»[4] y « ciudad jardín»[5].   O de negación de sí, a medida que fue desbordándose «Lima la horrible»   (1974)[6] idealizando un pasado cuasi arcadiano[7] hasta cerrar el siglo XX entre el interés de su composición urbana y social: «El laberinto de la choledad» (1992)[8] hasta el crisol de diversidades  de la cultura chicha[9] sin desprenderse de los retazos  oligárquicos que sostiene  su faz de ciudad   segmentada, discriminadora y excluyente. En tanto emergen sueños y apuestas por una mega ciudad que se reconfigura, subdivide, acoge, expulsa,  cobija, integra, tolera y convive  como hoy sus microclimas[10].

En mi caso, Lima y su ser, siempre me disloca, atrapa en esa relación compleja donde no es posible vivir con ella ni sin ella. Acabo de  llegar a casa tras un trayecto por más de una hora de oeste a nor-este, con un frío húmedo que me encoje, se me cala por los huesos roídos y atraviesa mi tobillo de cristal engarzado con titanio que intensifica su gelidez, ignorando a la lana de alpaca que me recubre y botines que sostienen mis pasos.

Intento desprender mi percepción egocentrista y  miro tras el vidrio empañando por la garua cuántos(as) se inclinan ante el rigor del tiempo descubriendo que no soy una excepción, distingo a   muchos(as)  encorvados(as), independiente de la edad, la talla, dimensión y estado, sienten calarse la humedad por sus poros hasta  los huesos. Y  también están aquellas(os) otras(os) erguidas(os), desafiando al tiempo con escasa ropa, dibujando su mayor sonrisa y exhibiendo su mejor pose para vender placebos con promesa de  placer y calor humano que disipe la humedad externa dejando aflorar la interna.  

De pronto, el frío se trasladó de mis huesos hacia mi razón e hígado quien sabe si invadió también mi corazón y alma. Sentí frío recorriéndome toda la columna, no sólo por este tiempo, sino por aquello que pude escuchar de la chachara de un trío juvenil casi adolescente entre dos mujeres y un varón.

Hablaban cada uno de lo mal que les iba en la relación con  la madre, graficando y reconstruyendo los hechos del día. Mientras lo hacía mi gran pregunta a cerca de: ¿Cómo  las(os) hijas(os) se tornan en el peor enemiga(o) de la madre? Frente a los hechos de matricidio que ocupan las primeras planas cada vez mas frecuente. Me asomaba a su probable despeje a través de estos testimonios públicos  de jóvenes no mayores de 20 con madres que oscilarían entre 40 y 60 años.

La primera que expuso su caso fue una joven  aproximadamente de 1.60 m. de altura, con ojos oscuros como su cabello lacio que caía rebelde de su atadura creando un aire descuido. Con nariz respingada, labios bien marcados,  dientes  blancos y  alineados, piel canela intenso y un fuerte rictus de ira en su rostro. Vestía  hasta donde pude distinguir de una cafarena negra y sobre ella un sueter plomo.  A través de su discurso, reconstruía la mañana del día, donde la madre había intentado imponer su autoridad, reclamándole su conducta que amenazaba imitar a una hermana sinónimo de problema, rebeldía y conflicto. A su favor señalaba que estaba lejos de su pensamiento, pero tanto se lo repetía la madre que ya se lo estaba creyendo.

Narró que el conflicto matutino llegó a su clímax cuando la madre le impidió salir a su clase –el trío parecía estudiar enfermería o algo con la medicina-, colocando llave a la puerta de salida, en el momento que la otra compañera la había llamado al celular, sin proponérselo aquella llamada la animó a enfrentar a la madre. Describió con mucha ira cómo quito la llave a la mano de su madre, abrió la puerta y salió corriendo mientras le gritaba “Eres una enferma,  loca, loca, loca”, mientras lloraba de rabia.   El y la compañera subrayaron que efectivamente llegó llorando, e indagaron el por qué, su madre era siempre así con ella y no con sus hermanas. 

Ella respondió  que con la hermana rebelde no podía   y que su otra hermana   era la preferida, la engreída, la beba de 30 años. No podía explicarse como su madre iracunda, descontrolada y agresiva, salía a comer con su hija preferida y regresaba feliz, riéndose, como si fuera otra. Que ya estaba harta y que no sabe lo que haría si no tuviera clases.
Decía que su padre intentaba calmar las cosas hacer que respetara a su madre y le pidiera disculpas, mientras ella pensaba que eso era injusto porque era la madre quien empezaba. Y cuando cedía por su padre pidiendo disculpas a su madre ella la rechazaba, la ignoraba, provocando pensamientos de mayor rechazo y resentimiento en ella.

La segunda joven tenía una talla cercana al 1.70 m., a pesar de su sobrepeso, aparentaba menos edad que la primera, tenía cabello castaño también atado al descuido, cara redonda, nariz pequeña y ojos rasgados. Su  rostro denotaba cansancio, tristeza rayando con la resignación. Tenía una casaca beige que la cubría toda.

Ella dijo que su madre también abusaba de ella, que no la comprendía, que siempre la gritaba y maltrataba. El amigo hombre que las acompañaba subrayaba esta situación diciendo que le constaba como lo hizo con la primera, añadiendo que en el caso de la segunda ella no hacía nada para impedirlo. Ella replicó señalando que nada podía hacer, así que mejor se callaba que sólo esperaba terminar de estudiar e irse muy lejos.

La amiga que inicialmente se expuso como víctima dijo, que en su caso ella no lo soportaría, animándola a actuar como supuestamente ella lo haría, o como ocasionalmente lo hacía cuando su madre se extralimitaba. El varón ingresó en la discusión al papel de un hermano.
La Segunda joven describió como la madre se desvivía por su hermano,  las distancias  y diferencias que marcaba entre ellos. Contrastando el sufrimiento y privaciones de ella con  la alegría, placer y felicidad de su hermano.  Los tres coincidieron en que sus madres tenían hijos(as) preferidos que en este caso no eran ninguno de ellos.

El varón que cerraba el trío a diferencia de las mujeres tenía una apariencia frágil, extremadamente delgado, de 1.55 m., ojos pequeños, cabello negro descuidado, nariz aguileña, labios de casi una línea, con un maletín que lo excedía. Su papel fue de inquisidor, no contó nada de sí mismo, sólo  acentuó, animó y graficó cada narrativa. Se sentó a mi lado, cerró los ojos como dormitando, mientras ellas cambiaban de tema sobre sus estudios y la política de cómo tanta promesa del metro y el tren eléctrico no se cumplía.

Mientras yo me sumergía en reflexiones acerca de  la complejidad de las relaciones intra e inter género, generacional y de poder. Me decía que los referentes de los conflictos que suele llegar a mi consulta  era principalmente de las mujeres madres sea en su papel de hijas, esposas o madres. Las hijas  e hijos adolescentes enfocaban sus problemas con sus vocaciones y proyecciones de futuro, con los retos académicos.


El desgranar desgarrador transformado en confesión pública sobre ruedas entre estos jóvenes me enfrentaba a una dimensión del ser y sentir de las hijas en conflicto con la madre, que en su caso, probablemente coincide con el ciclo de vida asociado con  la menopausia vs. juventud donde las perspectivas se confrontan, trastocan y miden en la cuota de poder que cada una tiene u obtiene tras cada conflicto, lleno de tira y afloja, con demasiado desgarro en perspectiva de transformarlas en extrañas, insalvables enemigas.

Hijas que en el futuro serán madres marcadas por este modo de  maternidad, de afirmarse, imitándolas y de negarse superándolas, en todo caso no excento de conflicto personal, familiar y en la relación con sus futuras hijas(os).

Así que se me agolparon nuevas interrogantes: 
¿Cómo el desencuentro de los ciclos de vida entre mujeres de diferente generación las acerca o aleja?
¿Cómo y de qué modo emergen los conflictos y sus modos de resolverlos?
¿Cuánta similitud existe entre la violencia ejercida por el varón hacia una mujer   y la de una mujer con poder ejercida sobre otra sometida o dependiente?
¿De que modo el uso y abuso de la fuerza y el poder va alimentando la pérdida de autoridad y la emergencia de la ira transformado en rebeldía y uso de la fuerza?
¿Es el empujón, el rechazo, la ira contenida, la calificación de  demente de la hija a la madre escalones en la violencia intra género y alerta de una mayor encalada de conflicto?
¿Podría estar en los fragores del conflicto cotidiano y la persistencia de posiciones o la percepción reiterada de ser abusada por las hijas que las transforma en potenciales matricidas?



domingo, 11 de mayo de 2014

LOS ROSTROS DE LA MATERNIDAD

Es un viernes nueve de otoño,   dos de la tarde, en dirección  a mi última sesión del “Taller de Enfoques y Estrategias para la Investigación Académica”, cuando el vehículo bordeaba  la Plaza  la Bandera  y toma la avenida Sucre,  de pronto veo casi sin mirar una escena desgarradora.
P
Un niño de probables siete años de edad tiraba de una maleta con ruedas más grade que él -como aquella de mano que usamos para viajar en aviones-, una mujer que parecía ser su madre,   caminaba paralelo a él  como a un metros de distancia, de pronto  se acercó,  le tiró de las orejas y le  dio una bofetada  ubicándose nuevamente a la distancia inicial entre los segundos que va del golpe  a que el niño rompió en llanto desconsolado.
A su lado aquella maleta pareció crecer, su brazo cedió por el dolor o quizás   la impotencia. Mientras aquella mujer  recriminaba a gritos al niño que seguro no escucho entre su llanto y el ruido del tránsito.

La escena quedó suspendida en  mi recuerdo, la imagen de aquella mujer desgreñada, con su cuerpo contraído por la ira.

Me preguntaba: ¿Qué habría transformado a esa mujer en el rostro de madre castigadora? 
Imaginé que habría ido a la celebración del Día de las Madres en el colegio del  niño, donde por extraña ironía,  habría recibido una amonestación en el colegio o una queja por la conducta del niño. O quizás se habría frustrado porque su hijo no destacó en la actuación, y hasta  pueda ser, que no se sacó la ansiada canasta de víveres que todas las madres esperan obtener. Quién sabe, si como todo niño inquieto, aquel cometió alguna inconducta censurada por ella que desde su perspectiva requería de su autoridad  sancionadora y control que linda en el abuso.

Recordé   aquel ensayo a fines de los noventa, donde intenté rastrear los orígenes de la violencia juvenil, en  el abuso infantil por sus progenitores y los socializadores secundarios. Willy Rochabrún en aquel entonces hizo trizas a mis hipótesis, asomándome a la Teoría de la Resiliencia1.

Ahora que lo pienso ante los sucesos, me digo que si la resiliencia puede ser una esperanza para una proporción de niñas(os) maltratados, que no se transforman en abusadores  o abusados(as) del futuro2Deja de ser la vía  para  quienes mantendrán tal condición hasta  tornarse en tan o más violentos que su padre o madre. En estas disquisiciones llegué a mi destino y tuve una larga jornada que hizo dejar atrás mis reflexiones de la maternidad y abuso infantil.


Al cerrar la noche, tras una larga jornada y boemia en compañía de Cynthia Tellez, me dirigí a casa. Mientras esperaba mi transporte, me hallé ante  un segundo  evento que nuevamente me conmovió. Una hermosa niña de aproximadamente siete años,  venía brincando al compás de del ritmo de sus pasos, de pronto tropezó y cayó, mi susto se desvaneció cuando ella se levantó riéndose. Su madre angustiada soltó la mochila de la niña y su bolso que traía a cuestas, la revisó con rapidez  por si se había hecho daño, luego la besó y acarició, mientras la niña seguía riendo y celebrando. Cuando la  madre se aseguró que no fue más que un susto,  ambas me sonrieron por ser silenciosa espectadora de los hechos, recogió la mochila, su bolso y  la mano de su hija, retomando su camino. 

Cuando se perdieron en la noche, me dije que todas las cosas que nos suceden tiene un sentido si destinamos el  tiempo para detenernos en ello. Recordé el evento anterior de aquel niño llorando desconsoladamente por el abuso de la madre, en contraste con la risa de una niña  golpeada por la vida, animada  y amada   por la madre, así es como me di de bruces con las distintos rostros de la maternidad.

Allí es donde mi pensamiento se concentró en los matices del ejercicio de la maternidad de lo que somos testigos(as) cotidianamente y que deja de asombrarnos,  transformándose en el paisaje  inadvertido que nos rodea, sin detenernos a pensar  y preguntarnos: ¿Por qué?, ¿Para qué? y ¿Cuáles  son sus implicancias?

Y si algo nos  incómoda dejamos de ocuparnos diciendo que unas cosas cambian y otras no, que cada madre y padre educa a sus hijos(as) como quiere y puede, hasta cuando a la vuelta de la esquina ese niño(a) por imitación, se  ha transformado en amenaza social tocándonos como espiral  de violencia   cotidiana hasta tornarse en pandemia ocupando el  el rubro de inseguridad ciudadana que hoy sacude los cimientos de nuestra mega-ciudad al "profesionalizarse y venderse" bajo el rubro de sicariato.

Sin lugar a dudas es en el cuidado,  aprendizaje y  protección   donde niños(as) aprenden y desarrollan la conducta social del futuro. Son los(as) adultos o mayores  los responsables de cómo será su relación con el otro. Es su  madre, padre, hermano(a), tía(o), abuela(o), maestra(o), sacerdote(tisa), pastor(ra), etc. quienes  cooperan con  las bases de cada identidad y la canalización de las pulsaciones individuales, creando condiciones para distinguir y optar por el bien o el mal, deteniendo los  deseos allí donde empieza el derecho del otro.

¿Cómo  dejamos de ser conscientes de ello?, ¿Cómo dejamos de asumir tal responsabilidad dejando que dos tipos de tendencias se acentúen?
Generalmente en  nuestro país por las características históricas y especiales de ser madre, se adoptan la vía más “sencilla y eficaz”  la dureza,  para amoldar a hijos(as) según  mandatos de la sociedad bajo el mismo principio que hemos aprendido a convivir,  sin revisión alguno de su significado en nuestra propia vida,  así es como ejercen el  poder y autoridad se instrumentaliza a través de la imposición, monólogo, manipulación, voluntad desmedida, vaciado de información en la mente infantil.
El poder se ejerce mediante la fuerza, abuso, agresión psicológica, simbólica, verbal y física, del subordinado(a). Al igual que los eventos del día me revelaron con la escena del  niño golpeado por  una mujer  mayor que fungían de su protectora y la niña golpeada por la vida.

La primera madre representaría a aquellos adultos socializadores que perciben como más costoso en tiempo, imaginación, innovación, crecimiento personal optar por una maternidad estimulara del desarrollo de la inteligencia emocional, orientar, educar, socializar horizontalmente, ejercer la  democracia a través del diálogo, el argumento, hacer de cada evento el referente para cimentar valores, conductas, prácticas de convivencia sana,  de confianza, respeto y amor entre seres. Al que se aproximaba la segunda madre  en la noche de ese mismo  día.

No es difícil imaginar que la relación de aquel niño golpeado será de sometimiento ante otros golpeadores hasta transformarse en “lorna”3o abusador para quien esté por debajo de la escala de la ley del más fuerte, con muchas dificultades para superar los fracasos. En tanto que aquella niña que se ríe de las caídas a las  que la vida le enfrente, seguirá riéndose y lo  superará porque tiene la protección  y el respaldo de los mayores en los que confía y ninguna frustración la detendrá para alcanzar sus metas y lograr el éxito4.

Este sábado que acaba de transitar,  vi en familia la película “Asu Mare” en un canal de televisión  y entendí el marco de estos eventos y  ¿Por qué ha sido la película más taquillera? Un monólogo llevado a la pantalla que narra principalmente el rol represor, manipulador, mágico y visionario de una madre castigadora. Seguramente  que muchos hijos(as) y madres se identifican con esta forma de educar y ser educados, justificar el abuso como los límites y la condición previa de encausar a sobreponerse a la condena del fracaso.

Una versión llevada a la cinta de la madre castigadora y el padre ausente, que termina siendo asertivo y exitoso por el modo pícaro que Machín  ha encontrado de exorcizar caricaturizando su relación de abuso con la madre. Aquella que es elevada hasta casi la santidad por ser una madre de “raza pitbull que clava el palo de la escoba como jabalina pero calculado en velocidad y fuerza”.  

Machín muestra en su narrativa a pepe el vivo que termina perdiendo todas sus jugadas. Un muchacho de barrio alienado que toca fondo después de los “N” fracasos al no saber que hacer con su vida. Un drogadicto que es salvado por la campana cuando un ángel de la calle le regala su futuro, “la nariz de payaso” y produce una parodia machista. 


Sin embargo no todos los machín del país son tocados por un ángel. En el peor de los casos, son quienes  asesinan a su  congénere por una zapatilla, un celular o diez soles, o sólo porque le paró el macho. Y están los otros machín que matan a su madre, su tía, su padre, porque no hay otro modo de satisfacer su dependencia, ese fondo que han tocado y del que no pueden salir si no es en la cárcel o la muerte. Y están aquellos que recubren su ira, se transforman en galantes conquistadores y hasta se casan hasta cuando pueden ejercer control y abuso reproduciendo el círculo de violencia que han heredado.


Y como en todas las cosas socialmente aprendidas elaboramos conceptos absolutos en momentos de sublimación de un rol como suele ser cuando se conmemora el día del maestro, el padre  y la madre. De todas las conmemoraciones, en la que más se inyecta de sublimación y homogeneidad es la maternidad, sea para esteriotipar la conducta matermal de “la mujer” omitiendo a las mujeres y sus diferencias.

O para proveerle de atributos a su rol de madre  hasta naturalizar y adjudicarle un “instinto materno” omitiendo que en la base misma del concepto de instinto está la ausencia de excepciones, es decir, que se no varía y se da en todas y cada una de las mujeres. 
Si las mujeres madres lo fueran por instinto,    entonces no habrían mujeres que aborten, den en adopción formal sin volver a saber de él o  ella- aun cuando en el futuro los escudriñe en la búsqueda de su identidad-, o bien  lo más común de nuestra sociedad, la adopción informal o encubierta, cuando la madre y el padre dejan o se truecan los(as) hijos(as) con los pariente. Otras matan a sus infantes o hijos(os) en todo el planeta.

Y como si todo esto no fuera suficiente la maternalidad de la mujer es extendida  hacia el mundo público y político para condicionar su conducta bajo las pautas de su rol de cuidado y reproducción, ya no sólo biológico y fuerza de trabajo  en la familia, sino de la mayor moral, ocupación de puestos secundarios y de servicios en los partidos y una mayor exigencia  de su conducta política que la del varón y hay de aquella que quiera ocupar  o competir un puesto de poder.

Del mismo modo olvidamos el origen del día de la madre de nuestro tiempo que fue una medida norteamericana (1914)5  que de una protesta contra la guerra, avanzó hacia la reivindicación de las mujeres por el trabajo remunerado6 que luego fue contrarrestado con la sublimación de la maternidad para su comprometido el retorno incondicional al  papel de “ama de casa”, ama, dueña y señora del trabajo doméstico. Más adelante sublimación explotada  por el mercado en su rol de reproductora biológica independiente de si está preparada o no para asumir la maternidad. Sin negar otros contenidos y valores de las diversas culturas desde la perspectiva interculturalista7.


Hoy que una vez más se celebra el Día de las Madres, va mi reconocimiento y abrazo, a mis amigas y lectoras madres que además de parir a un hijo(a), invierten su esfuerzo cotidiano por hacer de cada uno ellas(os) buenas personas, tan buenas, como los son ellas y por eso mismo no han renunciado a  ser seres libres e independientes.  
A mis amigas mujeres que no parieron, pero que han asumido la maternalidad, haciendo de muchos seres humanos que se han cruzado por su vida, tan buenas personas como ellas, va mi abrazo.
Gracias a ellas y a esa opción de tomar el camino más largo, está asegurada  la reproducción social, en cada minuto de cada día para hacer de este mundo más acogedor y humano.