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viernes, 12 de agosto de 2016

CUANDO PIERDES LA INOCENCIA. #NIUNAMENOS

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Tengo ocho años, estoy recorriendo ese terreno amplio detrás de casa. La  acequia que riega los últimos maizales rebeldes  se ha desbordado. Hay un hilo de agua que humedece la tierra baldía, donde no hace mucho habitaban las hortalizas y  alfalfa. En tanto  las casas se construyen  por todas partes. Más allá atisbo un montículo de ceniza, con   restos de madero que sirven de cono a los hilados en la fábrica vecina de telas.   
Mamá no está cerca, mi fuga hacia esa parte del campo pronto será descubierta, titubeo, no sé si hundir mis manos en el barro o el hollín, ambos me atraen de igual modo. Decido empezar satisfaciendo mi vocación de alfarera, tomo el barro entre mis manos pequeñas, su aroma y textura llena mis sentidos, poco a poco voy dando forma  primero a un pato, luego a un ave, un gato, un plato, una olla, una serpiente.

El sol quema fuerte en lo alto, miro alrededor donde ocultar mis reliquias hasta que sequen, descubriendo que los  sauces moribundos de esa extensión baldía me ofrecen sus cimas como  la mejor caja fuerte, allí subo a mi  preciada carga, con esa agilidad felina que he desarrollado desde siempre. Se rompe un plato y el ala de mi ave, me digo: ¡No importa el plato!, lo haré otro día. Pero mi ave me da   pena. Con esfuerzo  vuelvo el barro al barro y creo nuevamente   un ave,  más grande que todos los otros.  Al descender del árbol, me pregunto si se secará y podrá  volar sin agotarse como las mariposas.

Miro nuevamente al sol, ya es hora del almuerzo, mi madre pronto descubrirá que no estoy. Tomo impulso y voy  al montículo, hundo las manos y hallo mi tesoro, innumerables argollas que han resistido al fuego, podré unirlas golpeando en sus encuentros y hacer  una gran cadena, quizás sirva para un columpio entre los árboles.

De pronto siento que ya no estoy sola, levanto la cabeza y un muchacho en bicicleta se me acerca. Me pegunta que hago sola allí, contesto que no estoy sola. El mira a todos lados,  me dice: ¡No mientas estás sola!  Mira las argollas en mis manos y pregunta: ¿Te gustan las argollas? Yo lo miro en silencio, mientras empiezo a caminar, algo me dice que debo correr, él baja de la bicicleta y camina a mi lado empujándola. Me dice nuevamente, si te gustan las argollas yo tengo muchas en mi casa, estas son restos de aquellos que han quemado los trabajadores de mi padre. Si quieres te regalo nuevas, pero tienes que ir a mi casa. Le digo: “No quiero tus argollas, sino estas que ya no son tuyas”.

El se ríe, lo miro nuevamente y me doy cuenta que es un chico grande, si corro pronto me alcanzará. Le pregunto qué hace él por ahí, porqué no está en su fábrica. Me dice que  me vio desde su balcón, que no es la primera vez que lo hace, que quiere ser mi amigo y quizás darme un beso.

Lo miro frunciendo el ceño y digo: “¡Sólo me dan besos mi mamá, papá y hermanita!, ¿Por qué tú  quieres darme un beso?”. El responde arrastrando las  palabras: ¡Porque.... eres muy linda…! En ese momento escucho la voz de mi madre llamándome,  es el impulso que necesito para dejar de caminar y echar a correr. Y corro, corro, corro como gacela mientras él se queda mirándome a la distancia.

Como  siempre mi madre me reprende por escabullirme de su mirada y amenaza con algo que ya no escucho. Cuando cede en su  enojo pregunto: ¿Mamá soy linda? Mi madre responde: “Con esa cara llena de barro y tizne lo que pareces es una chacarera o minera, ve a bañarte y cambiarte para almorzar”.

Voy corriendo  hacia el espejo y compruebo  que mi madre dice la verdad, mientras me preguntó ¿Por qué aquel muchacho me mintió diciéndome que era linda? La voz de mi tía abuela Rosa Herrera me sobresalta interrogándome: ¿Por dónde anduviste hija? ¿Qué es lo que te ronda por la cabeza?

La veo en el rincón más fresco de la sala, debe tener alrededor de cincuenta y cinco años, está abanicándose del fuerte calor, mirándome  intensamente con esos hermosos ojos azules, su cabello color trigo, piel blanca casi transparente y su bella sonrisa plena. Corro a abrazarla y a sentir su delicioso aroma, hundo la nariz en su cuello. Está en casa significa  que ambas nos fugaremos   hacia la suya, que para mí siempre  es un castillo.

Me abraza, besa y limpia la cara con su pañuelo que  huele a alelíes e insiste en saber lo que me pasa. Nunca tengo secretos con la abuela Rosa, así que le cuento todo. Me mira y sus ojos brillan más que de costumbre. Me aparta de su pecho, coloca  al frente  y dice: “Hija es tiempo de que sepas  cómo es la vida para las mujeres”. Y me cuenta un cuento nuevo, de cómo una linda joven de quince años perdió la inocencia.

“Hace mucho tiempo en un hermoso pueblo,  esta bella joven como son todas las mujeres de quince años,   se fue a trabajar sola al campo, siempre lo  hacía desde niña,  pero ese día  sería diferente, porque ese día  perdió la inocencia. Un hombre salió de su escondite y le arrebató sus sueños  y atacó su cuerpo. Fruto de ese arrebato tuvo una hija  de piel tan oscura como la noche a quien dio en adopción,   ella  no podía cuidar de esa hija,  porque  ella misma no podía cuidarse. A esa joven de quince años le robaron la inocencia en el campo pese a los cuidados de sus padres y su propio cuidado, en un momento que se sentía segura”.

Mi abuela Rosa añade que los ladrones de los sueños de las mujeres no sólo están en el campo sino en todas partes, que no sólo le roban a las jóvenes de quince  sino a niñas de seis, ocho o diez. Inclusive a mujeres que tienen más cuarenta. Unas veces les robaban a la fuerza destrozando su cuerpo como sucedió con  la joven de quince años. Otras veces con engaños y muchas más con amenaza. Mi abuela eleva la voz  diciéndome: "¡Por eso no hay que tener miedo, hay que gritar, correr y pedir ayuda!"

Tras un silencio, mi abuela Rosa se pone muy seria, como siempre que me dice algo muy importante: “Hija, nunca dejes que nadie toque  tu cuerpo, porque  lo más preciado de tus sueños está allí como en un templo. Eres una pequeña mujer, rodeada de  muchos ladrones de inocencia que deambulan por la vida atacando cuando menos una lo espera”. 

La miro  y pregunto: ¿Abuela, a esa joven que perdió la inocencia y regaló a su hija porque era negra, Dios la perdonó? Mi abuela me mira largamente y responde: “Esa niña  de quince años, no regaló  a su hija porque fuera negra, sino  que la entregó a una buena familia para que cuidaría de ella. Porque  a la joven,  le recordaba en todo momento de su vida,  cómo le robaron la inocencia y tampoco  sabía   cuidar a la bebé menos evitar que también a ella le robaran la inocencia.
Cuando la joven de quince años tuvo muchos años más,  se casó, pero la  vida no le volvió a dar una hija con su esposo, sólo tuvo  tres hijos varones. En cuanto a Dios, fue bueno, porque cuando pasó el tiempo, aquella bebé negra creció y era una linda mujer  y la joven de quince  había sanado, Dios las volvió a juntar, porque ambas, tenía otros sueños, mucha fuerza, amor y perdón en sus corazones".

Me miró con lágrimas asomando a sus bellos ojos y me dijo: “Por eso es que tienes una tía negra con un alma blanca, que tú no conoces por el momento. Es  a donde voy las veces que desaparezco. Cuando crezcas más, viajaremos para que la conozcas”.

Ese día perdí la inocencia, la idea de que todos éramos iguales y que podía escaparme hacia el campo baldío. Descubrí que las mujeres estábamos en riesgo por el sólo hecho de ser mujeres, a diferencia de los hombres. 
Descubrí, que las mujeres siempre debíamos ir con mas cuidado, porque si los hombres temían ser robados en sus bienes, dinero y cosas materiales,   las mujeres aun cuando no tuviéramos nada de material, nos robaban unas veces los sueños, otras la salud, la fe y hasta  vida.

Mañana 13 de Agosto del 2016, es el punto de quiebre entre el pasado de violencia y violación sistemática de las mujeres en una  sociedad que religiosa, social, cultural y políticamente asolapó  y sembró de dolor, vergüenza  y abuso nuestras vidas, de nuestras madres, sus madres y las madres de nuestras abuelas, sus abuelas hasta nuestras  ancestras más lejanas.

Mañana  será  el día a partir del cual enfrentemos y cambiemos aquellas  percepciones de tragedia asociado con el nacimiento de hijas mujeres, porque más allá de la perpetuación del linaje, aparecía como   decreto la perpetuación del sufrimiento y nuestra condena al sufrimiento por el hecho de ser mujeres.

Mañana podría ser el punto de quiebre entre la violencia, violación y feminicidio de hoy, que crece, se agiganta y amenaza por devorarnos como sociedad, puesto que pese a las leyes, la lucha y conquista de las mujeres;  la impunidad e injusticia se acentúa.


Mañana pondremos en cuestión un sistema cómplice, donde es insuficiente romper el silencio, reconocer que tenemos derecho a tener derecho, enfrentar el revestimiento cómplice  de vergüenza que nos hacía sentir culpables, recurrir al olvido la desmemoria, con el que el perpetrador o la perpetradora  cuentan y se protegen.

Mañana nos movilizaremos por: #NiUnaMenos  y Si tocan a una tocan a todas, desprendiéndonos del miedo que nos inmoviliza, estimulando la agresividad, el abuso y maltrato, hasta  transformarse en su principal cómplice del feminicida.

Mañana, sueño que sea el inicio de un nuevo tiempo, donde como país podamos decir que peruanas y peruanos, hemos decidido hacerle frente a uno de los principales flagelos que amengua la condición de vida, los sueños y el aporte de las mujeres y hombres que han decidido vivir en respeto, paz y armonía. 

Mañana, podríamos tener la fuerza suficiente para increpar no a una justicia ciega, sino convenida, perversas e indolente que mira hacia un lado manoseando la ley y derechos arrancados para ser simplemente  indiferente, injusta y cómplice ante la violencia sistemática, institucionalizada y simbólica contra las mujeres.

Mañana podremos decir, todas y todos al unísono: #NiUnaMenos 


domingo, 10 de enero de 2016

GLADIS VILA, SER SIN RENUNCIAR A SER MUJER INDIGENA ANDINA

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Luz Gladis Vila Pihue, llegó a mi mundo uno de esos días del primer quinquenio del siglo XXI, por los designios del universo que a momentos me lleva hacia donde menos imagino con sólo una llamada. Donde no cuentan los planes, expertis o la voluntad, por cuanto prefiero pensar que son fuerzas del universo. 
Hasta entonces conocía a la mujer andina a través de la migrante en la costa y aquellas con las que interactué eventualmente en zonas rurales.
Las andinas migrantes estaban principalmente afincadas en los conos periféricos de Lima, desplazándose como usuarias, proveedoras o servidoras del centro y zonas residenciales. Algunas con más arraigo costeño que las costeñas, más mazamorreras que las limeñas, al punto de sustituir recuerdos y costumbres de sus orígenes por aquél que era su nuevo hogar. Sin negar la presencia de aquellas que conquistaron la Gran Lima izando banderas de cada pueblo, imponiendo o combinando culturas, prácticas, costumbres, creencias hasta parir el crisol que hoy nos enorgullece en el mercado, música, moda, cocina y la mixtura maravillosa de alimentos.
Frecuentemente me interrogaba sobre el grupo que sepultó su ser andino con la migración ¿Cómo se daba esa transmutación del ser a cambio de construir un ser no discriminado, devaluado y marginal? ¿Qué factor lograba mimetizarlas hasta extirpar sus orígenes? ¿Cómo vivían el desenraizamiento y la orfandad cultural? 
Preguntas que siguieron flotando cuando incursioné en el mundo andino ya no desde la lectura sino disfrutando de cada trecho de su espacio para descubrirme como parte de una diáspora de mujeres andinas, con coincidencias como distancias entre sí y las migrantes.
Coincidían entre sí, en su arraigo y encarnación de Gaya -la tierra y todo lo que ella implica-. El orgullo de pertenecer a una comunidad, estancia, pueblo, caserío, distrito, provincia, región. El amor a sus ancestros y reproducción de costumbres y ritos aun cuando eso significara la entrega y sometimiento a los suyos. Diferenciándose en cómo enfrentaban y afrontaban su condición de ser mujer, madre, campesina, comunera, oligarca, pasajera, extranjera, pobre, rica, sola, soltera, casada, viuda, iletrada, letrada o intelectual. Desempeñarse como agricultora, ganadera, comerciante, artesana, artista, dirigente, líder, mujer de su casa. Sus modos de procesar la pérdida, dolor, tristeza, llanto, gratitud, alegría, danza y canto. Incluyendo el silencio, habla, acogimiento, rechazo.   Donde el enfoque cultural y de género eran incipientes.
A las mujeres amazónicas, las conocí primero a través de mi compañera de estudios Adriana, quien fungió de embajadora para mostrarnos un mundo distinto a los conocidos, con mayor fluidez en expresar al ser, hacer, querer, sentir y resentir. Sin ese atavío de mujeres costeñas y andinas por recubrir, disfrazar y disimular tanto cuerpos como sentimientos, claro que se produjeron encuentros y desencuentros, pero esa es otra historia. 
Más adelante cuando me aproximé a la ceja de montaña y hundí en la amazonía, me confirmó que era un mundo diverso, misterioso, sencillo, complejo, extraño e inexpugnable. En realidad mi conexión fue elemental,  principalmente con colonos(as) europeos y de extensión andina, conminados a trastocar o polarizar su propio ser en el centro de un ambiente tan exuberante como expuesto. En tanto que los hombres y mujeres amazónicas se difuminaban en la profundidad de la selva para posar de tanto en tanto al gusto del turista.

http://blogs.upc.edu.pe/vu/posts/v05-06-exposicion-amazonia-con-rostro-de-mujer
Tras mi largo tránsito por los caminos y reflexiones del género podría ensayar en señalar que tanto mi embajadora amazónicas como aquellas que conocí en las orillas del oriente peruano, estaban despojadas de prácticas de doble moral de nuestra sociedad seudo occidentalizada con sublimación del patriarcado que pasó de largo, para asentarse en un claro de la profundidad amazónica, con la colonia Alemana en Pozuzo[1].

Patriarcado entendido como sistema de relaciones alrededor de una ideología jerárquica encabezado por el pater family, cuyos roles permiten ocuparse de “los suyos”, representarlos, tomar decisiones y establecer relaciones de sometimiento entre quienes dependen de él[2]. Condiciones que se produjeron mínimamente a lo largo de la historia peruana a  cambio se desarrolló el machismo[3], marianismo[4], padre ausente[5], sexismo[6] y racismo [7]. Conviviendo simultáneamente  un sistema comunitario (sur andino),   feudalista (trapecio andino) entroncado con el oligárquico (norte) y el capitalismo neoliberal (grandes ciudades), donde el rol de mujeres y relaciones de género   está aún por develarse en toda su complejidad.

Con Gladis Vila, toda aquella aproximación a la mujer andina como amazónica quedó empequeñecida.  En la primera entrevista, me miró con desconfianza, tomando distancia, midiéndome. Se reconocía como líder indígena andina, para mí no había necesidad de un nombre y apellido en tal sentido, así que le pedí se explicara obteniendo a cambio una clase magistral de interculturalidad. Demostrándome la diferencia, entre ser mujer indígena andina y mujer indígena amazónica: “Somos hermanas porque pertenecemos a los pueblos indígenas, pero somos distintas en nuestra lengua, percepción del mundo, nuestras prácticas, necesidades, intereses y formas de vida”.

Gladis Vila, prontamente cambió su rol de entrevistada a entrevistadora, de una forma sutil y firme para conocerme y leer en mi mensaje corporal, mi enfoque. Finalmente sentenció: “Como ves Catalina, me he formado en la universidad de la vida, tu sabes tan poco de nosotras como nosotras de ti”. La miré con respeto y admiración, porque comprendí que ella se había apropiado de los elementos que muchas mujeres migrantes se despojaban. Y en base a ellos se había hecho  fuerte, grande e inquebrantable. Fuerza para cambiar condiciones de vida y ejercer derechos como mujeres indígenas andinas, empezando por ella misma. A eso es lo que yo llamo empoderamiento real, aquel que deja de ser teoría para traducirse  en gesto y acción. .

Gladis Vila, había transitado de ser una joven dirigente en su pueblo hacia la atención a los intereses y necesidades de mujeres como los  pueblos indígenas. Forjándose a lo largo de una década, en la identificación y defensa de sus derechos como género [8] y sociedades milenarias[9],  moviéndose con facilidad en espacios internacionales[10], donde no sólo desarrolló conocimiento sino construyó un discurso, con  notable conciencia de quien era, a quienes representaba y  sus propuestas, recolocando su agenda al interior de cada agenda donde estaba presente.

http://www.onamiap.org/2012/11/25-de-noviembre
-un-ano-mas-de-lucha.html
Gladis Vila, no se había “especializado” en términos de nuclear y reducir su agenda a un tema aislado -el derecho de la mujer indígena-, lo relacionaba con cada uno de los elementos y factores que involucraban a los pueblos indígenas, el medio ambiente, los retos de la globalización y la economía de mercado, logrando lo que muy pocos líderes habían alcanzado: una visión integral de las oportunidades para ubicar los intereses y necesidades colectivas. Cuenta con  capacidad para integrar e integrarse en los diversos escenarios y espacios el tema mujer y pueblos indígena. Sin tanto anuncio conceptual, transversalizaba su agenda desde la práctica concreta.

Gladis Vila, durante la sistematización de la primera década del TPMIAAP (Taller Permanente de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú)[11], no sólo miró el proceso transitado (1995- 2005), sino visualizó el futuro. Junto con Melania Canales[12], se propusieron arrancar al Estado la creación de las Defensorías Indígenas[13] y conducir el desarrollo de sus pueblos. Donde las integrantes del TPMIAAP fueran reconocidas y nombradas como Defensoras Indígenas[14].

Para Gladis Vila, el TPMIAAP fue el espacio a través del cual se reconoció y afirmó como mujer indígenas, proyectando tal condición con orgullo hacia otras mujeres del globo[15], en tanto los grupos de organizaciones de las mujeres urbanas se miraban el ombligo y hacían zancadillas para emerger unas más que otras en un reducido trecho que les había cedido la convencional práctica política partidaria, ella y sus compañeras se miraban en el espejo de las mujeres globalizadas para afirmarse en quienes eran.

Gladis Vila, junto a las mujeres TPMIAAP descubrieron  su derecho a tener derecho como mujeres sin dejar de ser indígenas, 25 años después de las mujeres urbanas,  por cuanto su proceso de concientización y construcción de perfil con agenda propia se produjo intensa y aceleradamente. Mostrando los efectos multiplicadores del coaprendizaje y el encuentro con otras mujeres de similares experiencias desperdigadas por el planeta.

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A Gladis Vila y las mujeres indígenas amazónicas y andinas, les llevó menor tiempo reconocer el valor y la necesidad de una organización nacional enlazada con   la región y el planeta, por eso es que formaron ONAMIAP (Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú) llegando a ser su principal dirigente[16]. En cuyo proceso ha madurado el pensamiento, práctica y estrategia[17].

Gladis Vila, por tanto no es una recién llegada a la política, puesto que su ser y quehacer es intrínsecamente político. Su trayectoria y liderazgo es producto de una dinámica intensa de trabajo hacia adentro como afuera  en lo personal y colectivo: pueblo y organización. Con estrategias locales e internacionales, entablando procesos de negociación de agendas donde ha aprendido a desplegar abogacía, incidencia, negociación, estrategia para posicionar la agenda de las mujeres[18] y los pueblos indígenas[19].

Gladis Vila, al incursionar en este tiempo como  parte de la contienda previa para ser elegible como congresista[20], revela de sí el convencimiento que es tiempo que las mujeres indígena andina recoloque en la escena del país esa dimensión orgullosas de ser quienes son, que no requieren negarse a sí mismas para brillar con propia luz y aporte[21], porque este país es grande en tanto posee el crisol de sus mujeres y hombres que es su riqueza, cuyas diversas miradas y prácticas es su principal fortaleza en un mundo globalizado que amenaza por unicidad.

http://servindi.org/actualidad/146931
Gladis Vila, muchos éxitos en este tiempo y el futuro que será tuyo y de las diversas mujeres del Perú profundo, que es más grande que la anquilosada práctica partidaria de quienes han gobernado el país, mostrando un solo rostro indígena caricaturizado, empobrecido y envilecido. Del cual se ocupa sólo en elecciones creyéndose que no tienen discernimiento, memoria y capacidad de decisión.

Gladis Vila, bajo el concepto de hermandad que aprendí de ti y las hermanas amazónicas como andinas, pido a los dioses y las diosas de nuestros antepasados: al apu mayor San Cristóbal de Lima, al mayu Rímaq, a la mama Qhucha sumergida bajo el municipio de San Juan de Lurigancho, a la mama killa y el taita Inti, que te acompañen en este nuevo proceso, te inspire, irradie y limpie el camino.






lunes, 6 de junio de 2011

CUENTAME DE FUJIMORI NUNCA MAS

Había una vez un país llamado Perú, que se creó cuando los hijos de hombres blancos llamados españoles, se pelearon entre sí para apoderarse de las pocas riquezas que sus padres habían dejado luego de robar, abusar y explotar el reino de los incas que conquistaron con engaños y enfermedades.

Los hijos de españoles se llamaban mestizos, nacieron de hombres españoles con algunas mujeres temerarias que vinieron junto a ellos desde pueblos lejanos, pero en su mayoría, fueron fruto del abuso y apoderamiento del cuerpo de las princesas y mujeres incas.

El imperio de los incas, es un cuento que te contaré otro día, solo te diré que fue uno tan grande, maravilloso y sabio como el romano, egipcio y chino. Sus reyes se llamaban incas y su territorio abarcó todo un continente de norte a sur y desde el mar hasta la selva misteriosa. Su Dios principal era el sol, amaban a la tierra a quien consideraba la Diosa madre y respetaban a todos los seres que habitaban en ella sea de tierra, agua o aire, sabían leer el cielo.

Cuando los mestizos, se cansaron de pelear entre sí, decidieron repartirse lo que quedaba del imperio inca. La parte central le tocó a uno de ellos llamado San Martín, quien llamó a ese pedazo del imperio Perú, que en voz quechua significa abundancia.

San Martín sabía que necesitaban asegurar su poder sobre la parte del pueblo que le tocaba, pero ya no podían llamarlo reinado, por lo reducido del territorio, sus vecinos cercanos lo molestarían y en la tierra los reinados iban desapareciendo. Por eso cambió el nombre de rey por el de Protector. Buscaba una forma de gobernar los restos de un imperio como si fuera un pequeño reinado y pensó que lo lograría, haciendo creer al pueblo que eran hombres libres, aun cuando no fuera así.

Había otros mestizos que querían ser también dueños de Perú, así que cambiaron el nombre de protector por Presidente y un grupo de consejeros al que llamaron Congreso. Pero en verdad, sucedió lo mismo que muchos pueblos, una lucha permanente por apoderarse de ese recién creado Perú. Cada vez que un grupo ganaba una guerra era el nuevo Presidente, mientras tanto, otro mestizo organizaba un nuevo grupo y la manera de despojarlo, hasta que ganaba y era el nuevo Presidente. Entre tanto el pueblo sufría y sus hijas e hijos morían.

Luego de una década de seguir comportándose y apropiándose del poder como un reinado, porque  gobernaban a un pueblo que no se rebelaba, debido a que  poco a poco durante mucho tiempo habían perdido  su libertad, idioma, Dios, respeto a sí mismo y estaban resignados a vivir en la miseria y morir, mientras que el Presidente, su Congreso y los ricos se peleaban entre sí por ser los dueños de turno del Perú.

El presidente, su Congreso y los ricos, se dieron cuenta que  el pueblo sólo  sobrevivia y ellos necesitaban que  aportara más para que  sus riquezas crecieran. Acordaron hacerles  creer que el Presidente era un servidor del pueblo y no un rey. Para servir adecuadamente necesitaba riquezas que todos podía crear y ofrecer como tributo si trabajaban más y cada cierto tiempo elegian  a un nuevo presidente. Así es como crearon un rito que llamaron elecciones, donde hacian el teatro de elegir a un nuevo presidente, aun cuando eso no fuera cierto. Quienes inventaron las elecciones se las arreglaron desde un principio para que fuera elegido aquel que el grupo de poder había decidido que era su turno, no immportaba cuanto tiempo pasara, si los padres morían sus hijos los reemplazaban.

Poco a poco, vieron que era mejor si el poder se dividía en grupos, así es como el Congreso se llamó Poder Legislativo con dos subgrupos: senadores y diputados, donde se aprobarían las leyes a favor del pueblo, pero en verdad favorecían a los ricos para ser más ricos. El Poder Judicial donde se juzgaban y sancionaban los delitos, pero que nunca juzgó ni encerró a un rico y el Poder Ejecutivo, donde el presidente y sus ministros debían servir al pueblo, pero en verdad se servían así mismo y los ricos de turno.

Paso el tiempo y el pueblo vio que nada había cambiado descubrieron que era mentira que ellos eligieran al presidente y que este sirviera al pueblo. Algunos hombres empezaron a soñar en cambiar esta situación. Descubrieron que ese rito de elecciones, podría ser el medio de cambiar las cosas,  si todos acordaba elegir a otro que no fuera aquel que el grupo de poder presentaba y apoyaba. Vieron como único camino de cambio que alguien del pueblo fuera el futuro Presidente, para que en verdad todos y todas se beneficiaran, dejaran de sufrir y tributaran lo justo.

Uno de los posibles candidatos del pueblo se llamó José Carlos Mariátegui y el segundo Víctor Raúl Haya de la Torre. Cuando se enteraron que podían ser candidatos, cometieron el error de pensar que antes debían vencerse el uno al otro. A diferencia de quienes estaban en el poder, no comprendían la posibilidad de turnarse en  el poder, su pelea absurda sólo logró dividir al pueblo en dos grupos.

Mientras   los dos posibles candidatos se enfrentaban, Mariátegui murió heredando su pensamiento al grupo del pueblo que lo siguió, y, prontamente este  se dividió en nuevos grupos que se llamaron izquierda ampliando la división. Al otro grupo no le fue mejor, también se fueron dividiendo, sin embargo Haya que aun vivía, continuó organizando al pueblo y su grupo llamado APRA, asegurando que tenía la fórmula mágica para que un hijo del pueblo fuera presidente y en verdad se pusiera al servicio de todos, murió sin alcanzar su sueño aun cuando estuvo muy cerca, heredando sus ideas a sus discípulos.

Al morir Haya, quedó en su lugar un discípulo en quién el confió, invirtió y formó desde adolescente, casi su hijo político. En esta situación estaba cuando se dieron las condiciones para que un líder del pueblo lograra ser presidente. Todo el pueblo se había puesto de acuerdo y no había forma ni artimaña del grupo de poder que siempre decidía quien sería presidente lo hiciera.

Se celebraron reuniones, acuerdos, ayunas, recogimiento en cada vivienda y templo. Oraciones, sacrificios y regalos a sus dioses, para que los ilumine a decidir quién sería el elegido, luego de muchas reflexiones decidieron que fuera el discípulo que el maestro Haya formó, creían que había aprendido de él y estaba más preparado que todos para ser presidente, hablaba muy bien y casi les adivinaba el pensamiento. Lo que nadie podía adivinar es que el discípulo tenía los viejos sueños de sus ancestros mestizos, ser rey hasta la locura.

Como era de esperar, el discípulo fue elegido, hubo mucha fiesta y esperanza, era joven, bien preparado, algunos decían que podía encantar serpientes mientras hablaba, su presencia era notable, con mucha fuerza, sonrisa fácil, mas alto que todos del pueblo muy parecido a los del grupo de poder eterno, pero que reconocían y sentían del pueblo, era Alan Gabriel García Pérez.

En el primer tiempo todos y todas se alegraron, empezó a realizarse muchos de los deseos y necesidades todos cambiaron de vida. Para descubrir al poco tiempo que no había suficiente riqueza para mantener esa vida. Esto no detuvo al presidente, se prestó dinero de otros pueblos, para hacer creer que se estaba cumpliendo los sueños de todos. Luego de un tiempo, cuando los pueblos vecinos le cobraron sus deudas, no sólo se negó a pagarles, los amenazó y se apropió de bienes que algunos miembros de esos pueblos habían comprado en su pueblo. El grupo de poder aprovechó para decir que la gente del pueblo era incapaz de ser presidente.

Mientras tanto en los lugares más alejados y pobres del Perú, dos grupo de hombres armados que querían llegar al poder como en los viejos tiempo, a través de la guerra, violencia y muerte se hacían notar cada vez más. Estos grupos se llamaron Sendero Luminoso (SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), frente a esto el presidente de forma equivocada negó su existencia, creó a un grupo militar ilegal que llamó Rodrigo Franco para que los enfrentara y aniquilara sin ser juzgados y condenados.

Sin ayuda de sus vecinos, la amenaza de los grupos armados y sin más riquezas para seguir satisfaciendo las nuevas formas de vida del pueblo, no le quedó otra que subir los tributos y el precio de las cosas. Llegó un tiempo de mucha necesidad y oscuridad, las cosas escasearon había que hacer colas muy largas para tener un kilo de arroz, azúcar, carne. Las cárceles estaban repletas, para vaciarlas, el presidente mandó a matar a presos y presas, mientras cantaba “Con dinero o sin dinero, hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la ley. No tengo trono ni reino, pero sigo siendo el rey”.

El pueblo estaba confundido y decepcionado, había elegido a alguien que creía que sería diferente y salió peor, mientras tanto se aproximaban las nuevas elecciones, no sabían que hacer para hallar y elegir otro presidente. Estaban entre la encrucijada de buscar a otro hombre conocido del pueblo o seguir aceptando a quien representara al grupo de los poderosos.

De pronto, apareció un hombre delgado, más pequeño que su presidente actual, con ojos rasgados, sonrisa parecida a una mueca y subido en un viejo tractor a modo de caballo. Este hombre se hacia llamar “El Chino”, era profesor e ingeniero, declarando ser del pueblo aun cuando nadie recordaba conocerlo. Muchos dudaban que lo fuera porque no se parecía a nadie aun cuando se disfrazara con un traje al que llamaban poncho y un gorro llamado chullo.

Tampoco entendían bien su idea de cómo sacaría al pueblo del hambre. Se hacia más extraño, cuanto más se esforzaba por convencerlo. Sólo podían darse cuenta que su forma de hablar se parecía a la gente de pueblo que vivía en las alturas o de los extranjeros venido de otros pueblos muy lejanos con otros idiomas. Así es como se recuerda a la primera imagen de Alberto Kenya Fujimori Fujimori, hijo de padre y madre japonesa, cuyo nacimiento peruano siempre fue un mito, desde cuando aun no era presidente.

El candidato de los ricos era como siempre un hombre blanco, muy parecido a los otros presidentes que había conocido el pueblo, se llamaba Mario Vargas Llosa, vivía de contar cuentos y escribir novelas, se declaraba hombre libre. El ofreció que para mejorar las cosas, era necesario cambiar la forma de organizar el trabajo del presidente y del pueblo, sólo se salvarían si trabajaban juntos, enfrentando un tiempo de fuerte necesidad compartida a la que llamó shock, donde ahorrarían para pagar las deudas a los pueblos vecinos, ganar nuevamente su confianza hasta obtener nuevas ayudas, mientras todos trabajaban y se recuperaban poco a poco su bienestar, cuidando que en este proceso no mueran los más pobres para quienes habría ayuda especial por un tiempo.

El pueblo estaba muy dudoso, no sabía qué hacer, de esta duda los sacó quien aun era presidente. Si bien García había llevado al Perú a la pobreza, no había perdido su capacidad para convencer con su habilidad de “encantar serpientes”, tenía en sus manos los medios de información para el pueblo como la radio, televisión y los diarios, así es como convenció al pueblo creando dudas y miedo en contra de Vargas Llosa a y todos elijan a Fujimori. También ayudaron quienes se llamaban de izquierda, no porque estaban en contra de la propuesta, sino por el hecho de que Vargas Llosa era de la derecha en donde ubicaban a los ricos.

Temiendo elegir un presidente de los ricos y sufrir más de necesidad por un tiempo, el pueblo eligió a Fujimori, que prometía no hacer el Shok en cambio salvaría al pueblo con honradez, tecnología y trabajo.

Fujimori usó la imagen de los chinos -pese a ser de ascendencia japonesa-, para hacer creer que venía de una cultura basada en honradez, trabajo y creación. Recreó su fecha de nacimiento en el mismo día del aniversario del pueblo Perú, negó sus orígenes, mientras crecía su sueño ya no de presidente sino de emperador, cuyo poder sería vitalicio, sucediéndole en el poder sus hijas e hijos y los hijos de sus hijos.

Para ello debía cambiarlo todo, decir una cosa y hacer otra, lavarle el cerebro a los más pobres, aliarse con los ricos y poderosos, chantajear a quienes se resistieran, comprar a quienes tenían un precio, corromper lo incorruptible, tentar al propio diablo, para que todos aceptaran sus decisiones y lo apoyaran.

A sólo once días de haber sido electo, mostró su primera falsedad, faltó a su promesa de campaña, aplicó el Shock que prometió no hacer, y, por el que fue elegido, haciendo pagar la primera cuota de una elección con miedo. Todos sufrieron la necesidad que desconocieron hasta en sus peores momentos de pobreza, mucha gente murió de hambre, otros se suicidaron, algunos se fueron del pueblo, las familias quedaron divididas, crecieron los lugares donde se cocinaban en conjunto para ahorrar.

A la miseria y necesidad se sumo una epidemia que se llama el cólera, matando a muchas personas. Mientras que los grupos terroristas, se hacían más fuertes, al principio parte del pueblo creyó en ellos, pero cuando las victima de la lucha entre estos grupos y los hombres del presidente, eran sus hermanos del pueblo y no los enfrentados se distanciaron de ambos.

Fujimori, tenía cosas que ocultar desde un inicio, por ello se asocia con Vladimiro Motesinos, quien se transforma en su clon, juntos construyeron un sistema tenebroso, indigno y efectivo que asegurara la permanencia del presidente en el poder por muchos años, destruyendo y desapareciendo a quienes se opusieran.

Para ello cambiaron todo lo que podía impedir su deseo de ser emperador, cerró el Poder Legislativo elegido por el pueblo, para crear otro que hiciera las leyes a favor de sus ambiciones. Intervino en el Poder Judicial, para que los jueces liberaran a los hombres que le servían aun cuando tuvieran responsabilidad de crímenes. Se aliaron con delincuentes que hacían y vendían drogas a otros pueblos, a cambio de mucho dinero. Compró periódicos, televisión y radio, para difundir solo aquello que era conveniente a sus planes.

Al igual que el presidente García formó un grupo antisubversivo ilegal llamado Grupo Colina, quienes violaron los derechos humanos del pueblo, mataron a gente inocente y no dieron la oportunidad de juzgar a algunos culpables que en realidad hallaron. Se hicieron famosos matando a estudiantes y profesores inocentes, a periodistas. A hombres mujeres y niños pobre que fueron a una pollada acusándolas de subversivos, a dirigentes y toda persona que dijera algo de Fujimori o Montesinos.

Fujimori, al ver que luego de mucho tiempo de sufrimiento por el Schok la gente no se recuperaba como debía hacerlo y por el temor que el hambre los movilizara, empezó a regalar comida, ropa usada y medicina, para que la gente no se muera de hambre. Pero la vileza no se detuvo, al interior de esta estrategia para administrar la miseria, se produjo miserias mayores, como el robo de ayudas para los más necesitados, siendo denunciado por su esposa Susana Higushi, cayendo en desgracia con Fujimori, quien desde ese momento la secuestró, torturó y maltrató.
Mas adelante vio que no era conveniente tener a mas pobres, decidiendo que a las mujeres de los pueblos más pobres se les quitara el vientre así no tendrían más hijos. No era necesario que ellas lo supieran o aceptaran, bastaba con darles algunos alimentos. Muchas murieron porque no tuvieron cuidados cuando les sacaron el vientre, las que sobrevivieron fueron despreciadas por sus pueblos donde el valor de las mujeres solo es tener hijos. Ellas ya no valían, debieron dejar su familia y pueblo.

Mientras esto sucedía en el centro y el poder del reino de Fujimori, quienes en verdad vencieron a los subversivos, fueron los pueblos más lejanos donde los hombres del presidente no llegaban o sólo pasaban. En cada pueblo se crearon rondas campesinas, que vencieron y expulsaron a terroristas de sus tierras dando la vida por defender a los suyos. Los subversivos al ver que estaban descubiertos, se trasladaron a las ciudades, donde también fueron rechazadas por el pueblo, entre ellas una mujer que se llamó María Elena Moyano a quien mataron y destruyeron su cuerpo como ejemplo para quienes se resistan.

El pueblo siguió movilizándose por la paz durante los dos primeros años que Fujimori llegó al poder. Al mismo tiempo que la policía, aun no intervenida ni corrompida trabajaba de forma inteligente hasta capturar al líder de ambos grupos subversivos sin que se entere Fujimori ni Montesinos.
Cuando capturaron al líder terrorista Guzmán, en vez de felicitarlos y reconocerlos, los destituyeron y ocultaron su trabajo, para hacer creer a todos que ellos vencieron al terrorismo. Al punto que el pueblo que lucho y venció a los subversivos, borró de su memoria su propia hazaña. Olvidaron que fueron ellos quienes se defendieron en los campos, salieron a las calles en las ciudades y defendieron la vida y paz.

Fujimori se rodeo de una serie de personas que se las ingeniaban para mentir, robar, asesinar a quienes se les oponían o sólo preguntaban. El pueblo ya no pudo organizarse, porque se les acusó de ser parte de los grupos terroristas, sin embargo, fueron algunas mujeres, las madres y esposas de desaparecidos las que mantuvieron su lucha sin importar morir por ello, a ellas se sumaron más tarde, otras mujeres y jóvenes sin lograr siquiera hacer un rasguño al poder de Fujimori y Montesinos.

En todo ese periodo el pueblo primero se confundió, algunos reclamaron y fueron muertos o encarcelados, pero la mayoría se acomodó o acostumbró. Los ricos a aprovecharon la situación colocándose al servicio y beneficiándose del poder de Fujimori. Los pobres  a obedecer y someterse, al mismo tiempo que se desprendían de sus principios y valores. Durante cinco años creyeron en sus mentiras a pesar de saber que   eran mentiras, apoyaron sus iniciativas autoritarias.

El pueblo poco a poco dejó sus costumbres y valores de lado, cambió de ser trabajador a mendigo porque no había en que trabajar, esperaba y vivia  de los regalos del presidente, este grupo es donde surge el mito que justificaría las acciones de Fujimori: ¡No importa que robe, si hace obras!, ¡El chino nos salvó de los subversivos!, ¡Fujimori fue el mejor presidente del Perú!. Alimentando su sueño de emperador, en tanto que aquellos que se atrevieron a reclamar fueron acusados de senderistas, encarcelados, muertos, quemados y desaparecidos.

Luego de once años y su tercera elección dudosa, uno de sus muchos cómplices delató a Fujimori y su socio Montesinos mostrando a todos descarnadamente el modo como compraba conciencias y manejaba voluntades, cómo gobernaba a través de la corrupción, el crimen y la delincuencia.
Fue la amante despechada de Montesinos, Matilde Pinchi Pinchi, quien entregó un video donde aparecía la compra de conciencia de un congresista, de un dueño del canal y así todos los que tenia “poder”. Las imágenes fueron transmitidas por la televisión a todo el Perú logrando -aquello que no logró la lucha de las mujeres, hombres y jóvenes del pueblo que se resistieron-   desenmascarar y quitar autoridad a Fujimori.

El pueblo se levanto y pidió justicia. Fujimori negó saber de los robos y la corrupción, acusó como único responsable a su socio Vladimiro, reconoció públicamente que no se dio cuenta cuando y cuanto había abusado de su confianza. Al mismo tiempo que ordenaba al tesoro del pueblo, pagara a Montesinos quince millones de dólares por servicios prestados, por temor a que lo delatara. Mientras hacía creer al pueblo que lo capturaba  le pagaba y facilitaba su fuga por temor a que su cómplice lo delatara.

Vladimiro fugó, pero finalmente fue capturado, juzgado y sentenciado. Fujimori, fugo más tarde, bajo una nueva mentira, salió del Perú como representante del país a otro pueblo lejano, pero en verdad se dirigió al país de sus padres Japón, con cuarenta maletas, que muchos dicen estuvo lleno de dinero.

Desde el Japón, renunció al cargo del presidente a través de un fax mostrando la mayor cobardía. Allí lo protegieron porque recién en ese momento confesó que era japonés y no peruano. Abandonado en su puesto de primera dama, a su hija Keiko Sofía Fujimori Higushi, la misma que había reemplazado a su madre, cuando ella logró huir de las torturas de su padre, quien quedó seriamente afectada en su mente y cuerpo, luego se divorció.

Con mucho esfuerzo el Perú, logró capturara Fujimori. A diferencia de él, para juzgarlo y condenarlo por la prueba innegable de sus crímenes, a veinte siete años. Pese a ello no fue encerrado en una cárcel común, debido a los privilegios que le ofreció quien volvió a gobernar el país luego de quince años, Alan Gabriel García Pérez, aunque pareciera algo inconcebible, el mismo hombre que creó las condiciones para colocar al pueblo del Perú, en la encrucijada de elegir con temor, y decidir por Fujimori, volvovió sellando su simpatía entre ambos personajes.

En estas condiciones era de esperar que Fujimori, aun estando preso, conduciría desde la cárcel el trabajo para que su hijo fuera parte del Poder Legislativo cuyo èxito lo hizo el más votado. Mientras que su hija Keiko, aquella que no defendió a su madre cuando él la torturó, reemplazándola en su puesto de primera dama, fuera su representante para competir nuevamente a ser presidente, siendo su primer punto del plan de liberarlo de su condena.

Pero esta vez gran parte del pueblo estaba atento, cuando vio que otros no tenían memoria o no conocían de esta historia salieron a las calles a gritar ¡Fujimori Nunca Más!... ¡Fujimori Nunca Más!... ¡Fujimori Nunca Más!...logrando que la gente despertara y su hija no fuera elegida, gracias a que  el pueblo que recuperó la memoria y su dignidad.

Y es así como acaba el cuento de FUJIMORI NUNCA MÁS, quien de ser nadie, por el temor de un pueblo poco consciente y la ayuda de un encantador de serpiente, se hizo presidente.
Se unió a Montesinos para ser poderoso y llegar a emperador, manejando la vida de todo un pueblo por once años.
Cuando fue descubierto huyó como un cobarde, hasta que fue capturado de su madriguera, juzgado y condenado por delincuente, hoy aun está encarcelado por sus crímenes.

Fujimori no se rinde como todo ser del mal, sueña con volver a manejar los destinos de ese país llamado Perú, donde aun existe un grupo que perdió su memoria, borró su historia, renunció a su gloria y dignidad.

Sin embargo existen otros hombres y mujeres, guardianes de la memoria, que reconstruyen su historia, mientras alimentan día a día su dignidad.

Soy parte de esos guardianes, por eso hoy te conté el cuento de FUJIMORI NUNCA MAS. Ahora tú eres un nuevo guardián de la memoria, para asegurar que tus hijos y los hijos de tus hijos, atesoren y engrandezcan la dignidad de este Perú, que es tuyo, mío, de todas y todos que nacemos en él.