lunes, 6 de junio de 2011

CUENTAME DE FUJIMORI NUNCA MAS

Había una vez un país llamado Perú, que se creó cuando los hijos de hombres blancos llamados españoles, se pelearon entre sí para apoderarse de las pocas riquezas que sus padres habían dejado luego de robar, abusar y explotar el reino de los incas que conquistaron con engaños y enfermedades.

Los hijos de españoles se llamaban mestizos, nacieron de hombres españoles con algunas mujeres temerarias que vinieron junto a ellos desde pueblos lejanos, pero en su mayoría, fueron fruto del abuso y apoderamiento del cuerpo de las princesas y mujeres incas.

El imperio de los incas, es un cuento que te contaré otro día, solo te diré que fue uno tan grande, maravilloso y sabio como el romano, egipcio y chino. Sus reyes se llamaban incas y su territorio abarcó todo un continente de norte a sur y desde el mar hasta la selva misteriosa. Su Dios principal era el sol, amaban a la tierra a quien consideraba la Diosa madre y respetaban a todos los seres que habitaban en ella sea de tierra, agua o aire, sabían leer el cielo.

Cuando los mestizos, se cansaron de pelear entre sí, decidieron repartirse lo que quedaba del imperio inca. La parte central le tocó a uno de ellos llamado San Martín, quien llamó a ese pedazo del imperio Perú, que en voz quechua significa abundancia.

San Martín sabía que necesitaban asegurar su poder sobre la parte del pueblo que le tocaba, pero ya no podían llamarlo reinado, por lo reducido del territorio, sus vecinos cercanos lo molestarían y en la tierra los reinados iban desapareciendo. Por eso cambió el nombre de rey por el de Protector. Buscaba una forma de gobernar los restos de un imperio como si fuera un pequeño reinado y pensó que lo lograría, haciendo creer al pueblo que eran hombres libres, aun cuando no fuera así.

Había otros mestizos que querían ser también dueños de Perú, así que cambiaron el nombre de protector por Presidente y un grupo de consejeros al que llamaron Congreso. Pero en verdad, sucedió lo mismo que muchos pueblos, una lucha permanente por apoderarse de ese recién creado Perú. Cada vez que un grupo ganaba una guerra era el nuevo Presidente, mientras tanto, otro mestizo organizaba un nuevo grupo y la manera de despojarlo, hasta que ganaba y era el nuevo Presidente. Entre tanto el pueblo sufría y sus hijas e hijos morían.

Luego de una década de seguir comportándose y apropiándose del poder como un reinado, porque  gobernaban a un pueblo que no se rebelaba, debido a que  poco a poco durante mucho tiempo habían perdido  su libertad, idioma, Dios, respeto a sí mismo y estaban resignados a vivir en la miseria y morir, mientras que el Presidente, su Congreso y los ricos se peleaban entre sí por ser los dueños de turno del Perú.

El presidente, su Congreso y los ricos, se dieron cuenta que  el pueblo sólo  sobrevivia y ellos necesitaban que  aportara más para que  sus riquezas crecieran. Acordaron hacerles  creer que el Presidente era un servidor del pueblo y no un rey. Para servir adecuadamente necesitaba riquezas que todos podía crear y ofrecer como tributo si trabajaban más y cada cierto tiempo elegian  a un nuevo presidente. Así es como crearon un rito que llamaron elecciones, donde hacian el teatro de elegir a un nuevo presidente, aun cuando eso no fuera cierto. Quienes inventaron las elecciones se las arreglaron desde un principio para que fuera elegido aquel que el grupo de poder había decidido que era su turno, no immportaba cuanto tiempo pasara, si los padres morían sus hijos los reemplazaban.

Poco a poco, vieron que era mejor si el poder se dividía en grupos, así es como el Congreso se llamó Poder Legislativo con dos subgrupos: senadores y diputados, donde se aprobarían las leyes a favor del pueblo, pero en verdad favorecían a los ricos para ser más ricos. El Poder Judicial donde se juzgaban y sancionaban los delitos, pero que nunca juzgó ni encerró a un rico y el Poder Ejecutivo, donde el presidente y sus ministros debían servir al pueblo, pero en verdad se servían así mismo y los ricos de turno.

Paso el tiempo y el pueblo vio que nada había cambiado descubrieron que era mentira que ellos eligieran al presidente y que este sirviera al pueblo. Algunos hombres empezaron a soñar en cambiar esta situación. Descubrieron que ese rito de elecciones, podría ser el medio de cambiar las cosas,  si todos acordaba elegir a otro que no fuera aquel que el grupo de poder presentaba y apoyaba. Vieron como único camino de cambio que alguien del pueblo fuera el futuro Presidente, para que en verdad todos y todas se beneficiaran, dejaran de sufrir y tributaran lo justo.

Uno de los posibles candidatos del pueblo se llamó José Carlos Mariátegui y el segundo Víctor Raúl Haya de la Torre. Cuando se enteraron que podían ser candidatos, cometieron el error de pensar que antes debían vencerse el uno al otro. A diferencia de quienes estaban en el poder, no comprendían la posibilidad de turnarse en  el poder, su pelea absurda sólo logró dividir al pueblo en dos grupos.

Mientras   los dos posibles candidatos se enfrentaban, Mariátegui murió heredando su pensamiento al grupo del pueblo que lo siguió, y, prontamente este  se dividió en nuevos grupos que se llamaron izquierda ampliando la división. Al otro grupo no le fue mejor, también se fueron dividiendo, sin embargo Haya que aun vivía, continuó organizando al pueblo y su grupo llamado APRA, asegurando que tenía la fórmula mágica para que un hijo del pueblo fuera presidente y en verdad se pusiera al servicio de todos, murió sin alcanzar su sueño aun cuando estuvo muy cerca, heredando sus ideas a sus discípulos.

Al morir Haya, quedó en su lugar un discípulo en quién el confió, invirtió y formó desde adolescente, casi su hijo político. En esta situación estaba cuando se dieron las condiciones para que un líder del pueblo lograra ser presidente. Todo el pueblo se había puesto de acuerdo y no había forma ni artimaña del grupo de poder que siempre decidía quien sería presidente lo hiciera.

Se celebraron reuniones, acuerdos, ayunas, recogimiento en cada vivienda y templo. Oraciones, sacrificios y regalos a sus dioses, para que los ilumine a decidir quién sería el elegido, luego de muchas reflexiones decidieron que fuera el discípulo que el maestro Haya formó, creían que había aprendido de él y estaba más preparado que todos para ser presidente, hablaba muy bien y casi les adivinaba el pensamiento. Lo que nadie podía adivinar es que el discípulo tenía los viejos sueños de sus ancestros mestizos, ser rey hasta la locura.

Como era de esperar, el discípulo fue elegido, hubo mucha fiesta y esperanza, era joven, bien preparado, algunos decían que podía encantar serpientes mientras hablaba, su presencia era notable, con mucha fuerza, sonrisa fácil, mas alto que todos del pueblo muy parecido a los del grupo de poder eterno, pero que reconocían y sentían del pueblo, era Alan Gabriel García Pérez.

En el primer tiempo todos y todas se alegraron, empezó a realizarse muchos de los deseos y necesidades todos cambiaron de vida. Para descubrir al poco tiempo que no había suficiente riqueza para mantener esa vida. Esto no detuvo al presidente, se prestó dinero de otros pueblos, para hacer creer que se estaba cumpliendo los sueños de todos. Luego de un tiempo, cuando los pueblos vecinos le cobraron sus deudas, no sólo se negó a pagarles, los amenazó y se apropió de bienes que algunos miembros de esos pueblos habían comprado en su pueblo. El grupo de poder aprovechó para decir que la gente del pueblo era incapaz de ser presidente.

Mientras tanto en los lugares más alejados y pobres del Perú, dos grupo de hombres armados que querían llegar al poder como en los viejos tiempo, a través de la guerra, violencia y muerte se hacían notar cada vez más. Estos grupos se llamaron Sendero Luminoso (SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), frente a esto el presidente de forma equivocada negó su existencia, creó a un grupo militar ilegal que llamó Rodrigo Franco para que los enfrentara y aniquilara sin ser juzgados y condenados.

Sin ayuda de sus vecinos, la amenaza de los grupos armados y sin más riquezas para seguir satisfaciendo las nuevas formas de vida del pueblo, no le quedó otra que subir los tributos y el precio de las cosas. Llegó un tiempo de mucha necesidad y oscuridad, las cosas escasearon había que hacer colas muy largas para tener un kilo de arroz, azúcar, carne. Las cárceles estaban repletas, para vaciarlas, el presidente mandó a matar a presos y presas, mientras cantaba “Con dinero o sin dinero, hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la ley. No tengo trono ni reino, pero sigo siendo el rey”.

El pueblo estaba confundido y decepcionado, había elegido a alguien que creía que sería diferente y salió peor, mientras tanto se aproximaban las nuevas elecciones, no sabían que hacer para hallar y elegir otro presidente. Estaban entre la encrucijada de buscar a otro hombre conocido del pueblo o seguir aceptando a quien representara al grupo de los poderosos.

De pronto, apareció un hombre delgado, más pequeño que su presidente actual, con ojos rasgados, sonrisa parecida a una mueca y subido en un viejo tractor a modo de caballo. Este hombre se hacia llamar “El Chino”, era profesor e ingeniero, declarando ser del pueblo aun cuando nadie recordaba conocerlo. Muchos dudaban que lo fuera porque no se parecía a nadie aun cuando se disfrazara con un traje al que llamaban poncho y un gorro llamado chullo.

Tampoco entendían bien su idea de cómo sacaría al pueblo del hambre. Se hacia más extraño, cuanto más se esforzaba por convencerlo. Sólo podían darse cuenta que su forma de hablar se parecía a la gente de pueblo que vivía en las alturas o de los extranjeros venido de otros pueblos muy lejanos con otros idiomas. Así es como se recuerda a la primera imagen de Alberto Kenya Fujimori Fujimori, hijo de padre y madre japonesa, cuyo nacimiento peruano siempre fue un mito, desde cuando aun no era presidente.

El candidato de los ricos era como siempre un hombre blanco, muy parecido a los otros presidentes que había conocido el pueblo, se llamaba Mario Vargas Llosa, vivía de contar cuentos y escribir novelas, se declaraba hombre libre. El ofreció que para mejorar las cosas, era necesario cambiar la forma de organizar el trabajo del presidente y del pueblo, sólo se salvarían si trabajaban juntos, enfrentando un tiempo de fuerte necesidad compartida a la que llamó shock, donde ahorrarían para pagar las deudas a los pueblos vecinos, ganar nuevamente su confianza hasta obtener nuevas ayudas, mientras todos trabajaban y se recuperaban poco a poco su bienestar, cuidando que en este proceso no mueran los más pobres para quienes habría ayuda especial por un tiempo.

El pueblo estaba muy dudoso, no sabía qué hacer, de esta duda los sacó quien aun era presidente. Si bien García había llevado al Perú a la pobreza, no había perdido su capacidad para convencer con su habilidad de “encantar serpientes”, tenía en sus manos los medios de información para el pueblo como la radio, televisión y los diarios, así es como convenció al pueblo creando dudas y miedo en contra de Vargas Llosa a y todos elijan a Fujimori. También ayudaron quienes se llamaban de izquierda, no porque estaban en contra de la propuesta, sino por el hecho de que Vargas Llosa era de la derecha en donde ubicaban a los ricos.

Temiendo elegir un presidente de los ricos y sufrir más de necesidad por un tiempo, el pueblo eligió a Fujimori, que prometía no hacer el Shok en cambio salvaría al pueblo con honradez, tecnología y trabajo.

Fujimori usó la imagen de los chinos -pese a ser de ascendencia japonesa-, para hacer creer que venía de una cultura basada en honradez, trabajo y creación. Recreó su fecha de nacimiento en el mismo día del aniversario del pueblo Perú, negó sus orígenes, mientras crecía su sueño ya no de presidente sino de emperador, cuyo poder sería vitalicio, sucediéndole en el poder sus hijas e hijos y los hijos de sus hijos.

Para ello debía cambiarlo todo, decir una cosa y hacer otra, lavarle el cerebro a los más pobres, aliarse con los ricos y poderosos, chantajear a quienes se resistieran, comprar a quienes tenían un precio, corromper lo incorruptible, tentar al propio diablo, para que todos aceptaran sus decisiones y lo apoyaran.

A sólo once días de haber sido electo, mostró su primera falsedad, faltó a su promesa de campaña, aplicó el Shock que prometió no hacer, y, por el que fue elegido, haciendo pagar la primera cuota de una elección con miedo. Todos sufrieron la necesidad que desconocieron hasta en sus peores momentos de pobreza, mucha gente murió de hambre, otros se suicidaron, algunos se fueron del pueblo, las familias quedaron divididas, crecieron los lugares donde se cocinaban en conjunto para ahorrar.

A la miseria y necesidad se sumo una epidemia que se llama el cólera, matando a muchas personas. Mientras que los grupos terroristas, se hacían más fuertes, al principio parte del pueblo creyó en ellos, pero cuando las victima de la lucha entre estos grupos y los hombres del presidente, eran sus hermanos del pueblo y no los enfrentados se distanciaron de ambos.

Fujimori, tenía cosas que ocultar desde un inicio, por ello se asocia con Vladimiro Motesinos, quien se transforma en su clon, juntos construyeron un sistema tenebroso, indigno y efectivo que asegurara la permanencia del presidente en el poder por muchos años, destruyendo y desapareciendo a quienes se opusieran.

Para ello cambiaron todo lo que podía impedir su deseo de ser emperador, cerró el Poder Legislativo elegido por el pueblo, para crear otro que hiciera las leyes a favor de sus ambiciones. Intervino en el Poder Judicial, para que los jueces liberaran a los hombres que le servían aun cuando tuvieran responsabilidad de crímenes. Se aliaron con delincuentes que hacían y vendían drogas a otros pueblos, a cambio de mucho dinero. Compró periódicos, televisión y radio, para difundir solo aquello que era conveniente a sus planes.

Al igual que el presidente García formó un grupo antisubversivo ilegal llamado Grupo Colina, quienes violaron los derechos humanos del pueblo, mataron a gente inocente y no dieron la oportunidad de juzgar a algunos culpables que en realidad hallaron. Se hicieron famosos matando a estudiantes y profesores inocentes, a periodistas. A hombres mujeres y niños pobre que fueron a una pollada acusándolas de subversivos, a dirigentes y toda persona que dijera algo de Fujimori o Montesinos.

Fujimori, al ver que luego de mucho tiempo de sufrimiento por el Schok la gente no se recuperaba como debía hacerlo y por el temor que el hambre los movilizara, empezó a regalar comida, ropa usada y medicina, para que la gente no se muera de hambre. Pero la vileza no se detuvo, al interior de esta estrategia para administrar la miseria, se produjo miserias mayores, como el robo de ayudas para los más necesitados, siendo denunciado por su esposa Susana Higushi, cayendo en desgracia con Fujimori, quien desde ese momento la secuestró, torturó y maltrató.
Mas adelante vio que no era conveniente tener a mas pobres, decidiendo que a las mujeres de los pueblos más pobres se les quitara el vientre así no tendrían más hijos. No era necesario que ellas lo supieran o aceptaran, bastaba con darles algunos alimentos. Muchas murieron porque no tuvieron cuidados cuando les sacaron el vientre, las que sobrevivieron fueron despreciadas por sus pueblos donde el valor de las mujeres solo es tener hijos. Ellas ya no valían, debieron dejar su familia y pueblo.

Mientras esto sucedía en el centro y el poder del reino de Fujimori, quienes en verdad vencieron a los subversivos, fueron los pueblos más lejanos donde los hombres del presidente no llegaban o sólo pasaban. En cada pueblo se crearon rondas campesinas, que vencieron y expulsaron a terroristas de sus tierras dando la vida por defender a los suyos. Los subversivos al ver que estaban descubiertos, se trasladaron a las ciudades, donde también fueron rechazadas por el pueblo, entre ellas una mujer que se llamó María Elena Moyano a quien mataron y destruyeron su cuerpo como ejemplo para quienes se resistan.

El pueblo siguió movilizándose por la paz durante los dos primeros años que Fujimori llegó al poder. Al mismo tiempo que la policía, aun no intervenida ni corrompida trabajaba de forma inteligente hasta capturar al líder de ambos grupos subversivos sin que se entere Fujimori ni Montesinos.
Cuando capturaron al líder terrorista Guzmán, en vez de felicitarlos y reconocerlos, los destituyeron y ocultaron su trabajo, para hacer creer a todos que ellos vencieron al terrorismo. Al punto que el pueblo que lucho y venció a los subversivos, borró de su memoria su propia hazaña. Olvidaron que fueron ellos quienes se defendieron en los campos, salieron a las calles en las ciudades y defendieron la vida y paz.

Fujimori se rodeo de una serie de personas que se las ingeniaban para mentir, robar, asesinar a quienes se les oponían o sólo preguntaban. El pueblo ya no pudo organizarse, porque se les acusó de ser parte de los grupos terroristas, sin embargo, fueron algunas mujeres, las madres y esposas de desaparecidos las que mantuvieron su lucha sin importar morir por ello, a ellas se sumaron más tarde, otras mujeres y jóvenes sin lograr siquiera hacer un rasguño al poder de Fujimori y Montesinos.

En todo ese periodo el pueblo primero se confundió, algunos reclamaron y fueron muertos o encarcelados, pero la mayoría se acomodó o acostumbró. Los ricos a aprovecharon la situación colocándose al servicio y beneficiándose del poder de Fujimori. Los pobres  a obedecer y someterse, al mismo tiempo que se desprendían de sus principios y valores. Durante cinco años creyeron en sus mentiras a pesar de saber que   eran mentiras, apoyaron sus iniciativas autoritarias.

El pueblo poco a poco dejó sus costumbres y valores de lado, cambió de ser trabajador a mendigo porque no había en que trabajar, esperaba y vivia  de los regalos del presidente, este grupo es donde surge el mito que justificaría las acciones de Fujimori: ¡No importa que robe, si hace obras!, ¡El chino nos salvó de los subversivos!, ¡Fujimori fue el mejor presidente del Perú!. Alimentando su sueño de emperador, en tanto que aquellos que se atrevieron a reclamar fueron acusados de senderistas, encarcelados, muertos, quemados y desaparecidos.

Luego de once años y su tercera elección dudosa, uno de sus muchos cómplices delató a Fujimori y su socio Montesinos mostrando a todos descarnadamente el modo como compraba conciencias y manejaba voluntades, cómo gobernaba a través de la corrupción, el crimen y la delincuencia.
Fue la amante despechada de Montesinos, Matilde Pinchi Pinchi, quien entregó un video donde aparecía la compra de conciencia de un congresista, de un dueño del canal y así todos los que tenia “poder”. Las imágenes fueron transmitidas por la televisión a todo el Perú logrando -aquello que no logró la lucha de las mujeres, hombres y jóvenes del pueblo que se resistieron-   desenmascarar y quitar autoridad a Fujimori.

El pueblo se levanto y pidió justicia. Fujimori negó saber de los robos y la corrupción, acusó como único responsable a su socio Vladimiro, reconoció públicamente que no se dio cuenta cuando y cuanto había abusado de su confianza. Al mismo tiempo que ordenaba al tesoro del pueblo, pagara a Montesinos quince millones de dólares por servicios prestados, por temor a que lo delatara. Mientras hacía creer al pueblo que lo capturaba  le pagaba y facilitaba su fuga por temor a que su cómplice lo delatara.

Vladimiro fugó, pero finalmente fue capturado, juzgado y sentenciado. Fujimori, fugo más tarde, bajo una nueva mentira, salió del Perú como representante del país a otro pueblo lejano, pero en verdad se dirigió al país de sus padres Japón, con cuarenta maletas, que muchos dicen estuvo lleno de dinero.

Desde el Japón, renunció al cargo del presidente a través de un fax mostrando la mayor cobardía. Allí lo protegieron porque recién en ese momento confesó que era japonés y no peruano. Abandonado en su puesto de primera dama, a su hija Keiko Sofía Fujimori Higushi, la misma que había reemplazado a su madre, cuando ella logró huir de las torturas de su padre, quien quedó seriamente afectada en su mente y cuerpo, luego se divorció.

Con mucho esfuerzo el Perú, logró capturara Fujimori. A diferencia de él, para juzgarlo y condenarlo por la prueba innegable de sus crímenes, a veinte siete años. Pese a ello no fue encerrado en una cárcel común, debido a los privilegios que le ofreció quien volvió a gobernar el país luego de quince años, Alan Gabriel García Pérez, aunque pareciera algo inconcebible, el mismo hombre que creó las condiciones para colocar al pueblo del Perú, en la encrucijada de elegir con temor, y decidir por Fujimori, volvovió sellando su simpatía entre ambos personajes.

En estas condiciones era de esperar que Fujimori, aun estando preso, conduciría desde la cárcel el trabajo para que su hijo fuera parte del Poder Legislativo cuyo èxito lo hizo el más votado. Mientras que su hija Keiko, aquella que no defendió a su madre cuando él la torturó, reemplazándola en su puesto de primera dama, fuera su representante para competir nuevamente a ser presidente, siendo su primer punto del plan de liberarlo de su condena.

Pero esta vez gran parte del pueblo estaba atento, cuando vio que otros no tenían memoria o no conocían de esta historia salieron a las calles a gritar ¡Fujimori Nunca Más!... ¡Fujimori Nunca Más!... ¡Fujimori Nunca Más!...logrando que la gente despertara y su hija no fuera elegida, gracias a que  el pueblo que recuperó la memoria y su dignidad.

Y es así como acaba el cuento de FUJIMORI NUNCA MÁS, quien de ser nadie, por el temor de un pueblo poco consciente y la ayuda de un encantador de serpiente, se hizo presidente.
Se unió a Montesinos para ser poderoso y llegar a emperador, manejando la vida de todo un pueblo por once años.
Cuando fue descubierto huyó como un cobarde, hasta que fue capturado de su madriguera, juzgado y condenado por delincuente, hoy aun está encarcelado por sus crímenes.

Fujimori no se rinde como todo ser del mal, sueña con volver a manejar los destinos de ese país llamado Perú, donde aun existe un grupo que perdió su memoria, borró su historia, renunció a su gloria y dignidad.

Sin embargo existen otros hombres y mujeres, guardianes de la memoria, que reconstruyen su historia, mientras alimentan día a día su dignidad.

Soy parte de esos guardianes, por eso hoy te conté el cuento de FUJIMORI NUNCA MAS. Ahora tú eres un nuevo guardián de la memoria, para asegurar que tus hijos y los hijos de tus hijos, atesoren y engrandezcan la dignidad de este Perú, que es tuyo, mío, de todas y todos que nacemos en él.

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