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lunes, 14 de mayo de 2018

¡Y CUANDO GANAS... SOLO ES EL INICIO!"

Contaba en la primera parte de esta historia, que fui animada por Puñuy para enseñarles cómo hacer para llegar a consignas de campaña convincentes durante la última semana de la misma. A continuación comparto los diez pasos, que en realidad se hacen, haciendo las(os) niñas(o) necesitan oír, ver y palpar:
  1. Debían identificar un problema o necesidad, luego preguntarse ¿Por qué?
  2. Cada respuesta volver a preguntar ¿Por qué?
  3. Luego de algunas respuestas convertir el problema que está expresado en una situación no deseable en una situación nueva resuelta.
  4. Hacer otro tanto con cada uno de sus respuestas.
  5. Luego mirar que situación nueva es la que ella puede crear y que capacidad tiene para ello.
  6. Identificar oportunidades tiene a favor para alcanzar esa nueva situación.
  7. Y que dificultades podrían presentarse e impedir que alcance esa situación nueva.
  8. Esa nueva situación será su objetivo, su capacidad la meta del objetivo, las dificultades inspiraría la estrategia a usar y las oportunidades las tácticas a considerar.
  9. Con todo eso claro tendría el contenido de sus consignas así como,
  10. estrategia de convencimiento a indecisas(os) en la última semana de su campaña.  
Hicimos la práctica, revisando nuestros conflictos de tres durante los domingos, así que limamos asperezas con besos y compromisos, ese también es otro cuento, pero una vez más Puñuy es la que más pregunta; Mayu sintetiza, recrea y apropia.

Esto que expliqué a mis nietas es parte de mi curso de Manejo de Futuros Escenarios, chino para algunos(as) de mis estudiantes de posgrado. Para mis nietas, algo cotidiano, porque ya en primaria estudian teoría de conjuntos, siempre están curioseando en inventos y física, deconstruyendo, construyendo, creando objetos, jugando a estrategias, arruinando mis certezas y explicándome semana a semana exigencias de sus tareas. Así que todo esto, es chancay de a medio para ellas. Para mí, una oportunidad más de desarrollar pedagogía cada vez más simplificada de mi quehacer.

En la segunda semana de abril, Mayu desplegó su campaña, por supuesto que fue gracias al apoyo de Puñuy siendo su lema: “¡Si todos cooperamos, todo lo resolveremos!”. Identificó junto con su hermana (jefa de campaña autonombrada) un problema que afectaba a todas(os) y era posible resolver.  

Mayu ganó la competencia, es delegada de la promoción 2018 de primaria, por la forma de su campaña, también ha sido elegida delegada de su nivel en el Consejo Estudiantil del Colegio, compuesto por representantes de primaria y secundaria, ergo se perfila como líder para la secundaria. Luego de haber comprobado que se puede hacer campaña tomando en cuenta la necesidad de todas(os), diciendo la verdad y comprometiéndose a algo que se puede hacer. Sigue pensando que no quiere ser presidenta, porque no quiere ir a la cárcel, ese también es otro cuento.

Su madre y padre están emocionados y no caben en  satisfacción. Nosotras tres hemos celebrado a nuestro modo, preparé spaghetti a la boloñesa el preferido de las dos, variando solo en carne molida o pollo, chocolate de beso de mosa por lonchecito. El regalo para dos, mi colonia de abuela con el que se bañan todos los domingos, distribuido en dos sprays pequeños. Y el regalo especial para Mayu: una docena de sharpies negros, para que cree sus mándalas, que por supuesto terminará colgado en alguna de mis paredes cuando su madre decida que estuvo por mucho tiempo en su cuarto.

Mayu y Puñuy, hoy pugnan por el protagonismo en nuestros domingos de nietas, el amor de sus padres, sus juegos, su mundo escolar. Suelo decirles que es su época de magia y alegría, aun cuando Puñuy me diga que no es cierto, porque su profesora la regaña y está sobre ella todo el tiempo. Le digo que eso es porque es una niña con mucha energía, así que si hace pronto sus tareas, pida otra tarea para no aburrirse. Su frase distintiva es “¡Abuela me aburro… hacemos algo!”. 

Es sumamente inquieta contrario a lo que prometía al nacer, sólo dormía, por eso, la nombramos con Mayu: ¡Puñuy!. Está llena de energía y sostenidamente contestataria, como suelen ser muchos niños(as) de hoy con escasa contención, a ella hay que sumarle su sobrevivencia porque tuvo un nacimiento de alto riesgo. Considero en verdad que ese es uno de los factores primordiales para vivir con tanta intensidad y no aceptar reglas que van contra su deseo y placer, entenderán que me sienta desborda, las(os) abuelas(os) con nietas o nietos similares.

Mayu es lo opuesto, responsable, aplicada, organizada, ordenada, autoexigente, meticulosa, paciente, dedicada, persistente y altamente creativa, pero sumamente absorvente e invasiva, no hay malestar, indisposición o desalojamiento que la detenga. Si tengo gripe, igual se mete a mi lado y pide que le de masajes, si me duele la cabeza me dice que le cante o cuente. Si me resisto me lee, comparte conmigo su avidez por la lectura.

Muy pocas veces ha dicho que se aburre, pueda que se deba a que sus primeros años sin Puñuy, todo nuestro tiempo fue dedicado a hacer cosas, donde ella era mi centro y yo tenía más energías, cada domingo era un nuevo proyecto y creación. Los últimos cinco años, luego que ella decidiera que sería la única persona de apoyo a sus dudas de aprendizaje y ninguna otra profesora particular más, parte de los domingos revisamos y discutimos sus tareas más complejas. Su frase es: “¡Abuela tenemos tarea… me ayudas!”, es la hora de dos y conflicto de tres.

Puñuy nació en diciembre y a mí se me rompieron las alas en febrero, estuve detenida hasta cuasi la mitad de su vida, en tanto la otra mitad, me he concentrado en distraerla y pelear con ella, porque sólo quiere hacer su revelada gana. Por mi lado a mí se me agotó la complacencia y el disimulo para dejar hacer, pasar e ignorar.  Sin embargo, en este último tiempo es más receptiva, empezó a respetar acuerdos, yo he decidido emplear todas mis habilidades así que hacemos proyectos de tres y ha tenido un papel activo, inclusive en las sesiones de apoyo al aprendizaje de Mayu por encima de sus protestas sobre nuestra hora exclusiva. Comparte conmigo su debilidad por las plantas.

Aquello que hoy experimenten niñas y niños como Mayu y Puñuy en hermandad o individualmente, seguro que marcarán sus recuerdos y futuros derroteros depende de cómo actuemos en off o como espectadores, ante el escenario de la vida donde ellas(os) empiezan a actuar, aprendan a relacionarse con  otros(as) dejando de ser el hoyo del queque. Lanzarse a asumir la conducción y/o representar los intereses de un grupo. Ya no como antes o quizás aún suceda en algunas escuelas, por designación a dedo de la profesora, sino por desarrollo de sus capacidades de competencia, venciendo sus temores superando sus desencantos y enfrentando la incertidumbre del fracaso que muchas veces ni siquiera lo han tomado en cuenta o cuentan con ello para prepararse emocionalmente.

Depende de cuanta honestidad coloquemos en abordar esos temas "no permitido" para niñas y niños: la inconducta de los adultos, con esa frase que en mi tiempo nos sometían: “Los niños y niñas respetan ante todo a sus mayores. No ven, no escuchan, ni repiten lo que dicen, porque no entienden, son cosas de grandes”. 
Pueda que por eso, entre otras razones,  nuestra generación perdió en algún punto del camino la criticidad para discernir y decir la verdad a tiempo, fuerte y constructivamente, tornándonos en expertas(os) en el disimulo y expectorando o haciendo la ley del hielo a quien suele decir la verdad sin recubrimientos.

Mi hija hizo su primera campaña electoral por Frejolito, en el colegio, la familia y el barrio. Se desencantó cuando él renunció a la segunda vuelta, procesé con ella en su momento el cruce de los intereses, las historias y los devaneos de los políticos, pero la marcó, hoy es líder en el mercado y el mundo social, pero muy lejos de la política. Mi nieta lo hizo por PPK, ella a diferencia de su madre ha sido clara y precisa en sus preguntas, por algo pertenece a la generación Y, antes de venir a mí indagó y revisó todo lo que sucedió en internet. 

A ella me tocó explicarle cómo funcionan las incoherencias, la multiculturalidad en la política y la doble moral, cuánto necesitamos que haya personas que digan y hagan lo que prometen. Esa conversa la tuvimos el último domingo de marzo, tras la renuncia de PPK, que también es otro cuento.

La maternidad por tanto, no es sólo parir, nutrir y cuidar, como la paternidad no es sólo proveer,exigir y proteger; ser comunidad no es tener un discurso para niñas y niños,  mientras exhibimos conductas que contradicen esos discurso como adultos. Sino afrontar nuestros errores sumado a los errores del colectivo social, político, cultural y generacional.  Aceptando que nos equivocamos y nuestra responsabilidad en esa equivocación e intentando analizarlo juntos, para que ellas(os) lo tomen en cuenta en su momento.

Para que ese ímpetu de elegir, creer, competir y liderar en su edad púber, adolescente y juvenil no se aniquile, sino halle nuevas formas de ejercer control social; militar y liderar políticamente; elegir y participar democráticamente. Sin dejar espacio para el enquistamiento y caudillismo; con capacidad de dar y pedir cuentas; con imaginación para crear mecanismos de control cuando se tiene y deja el poder; con responsabilidad ante la toma de decisiones, asumir sus costos y  consecuencias.

Por eso nuestro deber, es animar a que discurran por diversos vertederos donde siempre tengan oportunidad de ser y hacer, tornando la energía en creatividad, innovación, invención, perfección, poder de sí para sí que se libera y expande, que permite amar, reconocer que son y merecen ser bien amadas(os) para vivir en felicidad. Para no dejar que su mundo del mañana, siga empantanado[1], lleno de fieras insaciables como los feminicidas[2], su comparsa de alimañas[3]  y corruptos[4] que impiden la justicia,  alimentados de uno u otro modo por los Garcías, Fujimoris, Toledos, Humalas, Kuczynskis, Acuñas, Mamanis, Villarans, Castañedas donde antes y después del poder sólo cabe pasión, ambición, obsesión, obnubilación, perdición, corrupción, negociación e impunidad, hasta hacer de la política como de su vida propia una porqueriza.  

sábado, 10 de junio de 2017

PURA VIDA SIN VIDA PURA. LOS TRASFONDOS DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA PERUANA



El marco analítico para comprender al problema de la alimentación peruana desde la década de los setenta hasta mediados de los noventa del siglo XX, era a través de su sistema alimentario, que en ese  periodo se  caracterizaba por responder a intereses, prácticas y juegos de poder de 7 monopolios (significa exclusividad en la producción industrial de alimentos) y oligopolios (en manos de pocos propietarios), los cuales determinaban costos, hábitos y políticas de consumo alimentario en la mesa de cada peruano y peruana, independiente del estrato económico al que perteneciera.

El mayor impacto del problema alimentario se expresaba en los estratos D y E que concentraba y aun concentra a la pobreza y extrema pobreza, cuyos principales indicadores eran y siguen siendo: el alto nivel de desnutrición infantil traducido en reducida talla, seguido de peso. Elevados índices de IRA y EDA (infección respiratoria aguda y enfermedades diarreicas agudas) en menores de seis años, los mismos que evidencian desnutrición crónica debido a la baja calidad alimenticia y ciclos recurrentes de EDA. El alto nivel de morvi mortalidad en niños(as) menores de tres años y alto índice de tuberculosis e importantes tasas de anemia en mujeres y elevados índices de mortalidad materna por aborto, TBC y Cáncer de mama y/o cuello uterino. En los noventa se sumó los altos índices de sida en mujeres monógamas y con su única pareja.

Por tanto, la calidad de la alimentación de peruanos(as) más vulnerables, descansaba en dos grupos de poder monopólico y oligopólico: Gloria y Nestlé, quienes para elevar los costes productivos, ergo incrementar el precio, incluía ingredientes en polvo importados de los EE.UU. y empaque en lata, profusamente estudiado por Manuel Lajo[i] quién mostraba cómo ambas marcas habían transformado a la leche industrializada en el Perú en la   leche más cara de la región de América Latina y el Caribe.

A ese sistema alimentario distorsionado por la voluntad de unos pocos, que decidían que comíamos en cada mesa las y los peruanos, solía recurrir como referencia y hacer seguimiento, para entender y actuar en el fenómeno del hambre donde actuaban los comedores populares, los comités del vaso de leche y los clubes de madres, a los que yo asesoraba para un buena gestión y mejor organización.

Motivo por el que trabajé sobre el tema profunda y sostenidamente entre 1984 y 1995, por cuanto no sólo lo conozco, sino que a lo largo de ese tiempo me transformé en experta sobre el tema en cada uno de los escenarios donde fue debatido, desarrollado y cuestionado, con data actualizada de entonces –a inicios del nuevo siglo, me di con la ingrata sorpresa que ya nadie monitoreaba la canasta básica familiar, los índices de pobreza y calidad de vida desde la sociedad civil-. Por cuanto, puedo afirmar con conocimiento de causa, que se trata de un viejo problema lo relacionado con la composición y distorsión de los productos alimentarios industrializados.

Hoy me detuve a pensar en el caso Pura Vida, que se ha revelado estrepitosamente, como una gran estafa por donde se mire, cuya síntesis es que se encuentra lejos de proveer vida pura de proteínas lácteas a sus consumidores (principalmente niños/as, mujeres embarazadas y ancianos/as), en contraste, provee buena vida a sus propietarios a costa de los consumidores.

El caso Pura Vida, en realidad Gloria S.A., ha escalado notablemente en la opinión pública y las redes durante esta semana por su condición de escándalo, espero que no fenezca como muchos otros cuando baje su intensidad. Su estafa al consumidor, al igual que Odebrech es un problema que emerge en otro país (Panamá y Brasil respectivamente), arrasando cual sunami en su regresión a todo implicado(a) en el sistema.

Se ha transformado en titular de noticia sostenida a lo largo de la semana, cosa que no logró en el pasado, despropósitos como el de Gloria SA cuando arrojó leche por los canales de Arequipa y Cajamarca, para en su lugar usar el componente en polvo importado de EE.UU. O bien, las miles de mujeres con su marcha de Protesta con Propuesta por una canasta alimentaria accesible y nacional -cuyo mitin de cierre ha quedado registrado sólo como telón de fondo tras la imagen de una líder que llegó al cierre-, los innumerables seminarios, debates e iniciativas de expertos y políticos de izquierda, sin ningún rasguño al sistema alimentario peruano.

Un sistema alimentario que encarecía y distorsionaba la dieta diaria de todos, donde el control y la calidad en alimentos industrializados brillaban por su ausencia. En 1993, gracias al profuso conocimiento de Diane St-Antoine sobre componentes de aditivos prohibidos en los alimentos canadiense e internacional, descubrí que también los alimentos producidos en el Perú e importados de los vecinos países, eran riesgoso para una buena salud, porque creaban condiciones para enfermedades crónicas y terminales como el cáncer.  Conocimiento que sería consolidado con la ilustración de lecciones durante mis almuerzos en compañía de químicas en la PUCP.

Así es como aprendí a no comprar ningún alimento industrializado de color rojo o negro, mi duda ante lo azul y preferencia por lo verde (producto y símbolos). La manía por leer las fechas de vencimiento, la identificación de sobre etiquetado (es decir extender las fechas de expiración de los productos con más conservantes), los componentes cancerígenos y mi decida preferencia por los productos naturales. Hoy existe mucha información al respecto para quien quiera ver y leer desde los más descarnados[ii], pasando por aquellos didácticos[iii] hasta los de formalidad internacional[iv]. Y claro algo que por su presentación pedagógica, no puede faltar en la puerta del refrigerador[v].
Por tanto, me pregunto ¿Qué ha cambiado en el Perú entre el siglo XX y XXI en torno al problema del sistema alimentario? ¿Qué en el planeta?

Personalmente creo que el problema no sólo sigue siendo el mismo, sino que se ha agudizado respecto al sistema alimentario, a) porque no se ha reglamentado ni eliminado los monopolios y oligopolios, previsto desde la Constitución 1979 e ignorados por los sucesivos gobierno de Fernando Belaunde y Alan en la inconcreción del mismo[vi],  b) el control en la calidad y contenido de los productos brillan por su ausencia y c) las iniciativas legislativas permanecen en el diagnósticos o proyectos de buenas intenciones sin traducirse en normas aplicables[vii], en este caso, coincidentemente orientado al tratamiento de la calidad de productos lácteos.

Sin duda más de uno tiene la tentación de preguntarse por qué no extiendo la responsabilidad a los subsiguientes gobiernos, sencillo porque ellos sólo se acomodaron y mantuvieron silencio cómplice como conveniente a los cambios de la constitución de 1993 a la medida de los intereses del mercado  realizado por Fujimori. Durante la década de los noventa, no sólo se eliminó en la práctica el escaso control sino que se manoseó inclusive los productos de programas sociales como el Vaso de Leche donde descaradamente se sustituyó la leche por Fórmula, cuya denuncia y lucha fue titánica desde las mujeres de la Organización del Vaso de Leche, en caso de algunas tras aproximadamente una década de la descentralización del Programa Municipal del Vaso de Leche,  implicó ser enjuiciadas y amenazadas sus vidas de terminar en la cárcel por haberse enfrentado y peleado demandando un producto de calidad. En una palabra fueron enjuiciadas por reclamar leche y no una especie de Pura Vida en condiciones extremas.

Como se aprecia el problema fue evidente respecto al producto lácteo especialmente durante los noventa del siglo pasado y exhibido en mayo del 2017 en el escenario panameño, la diferencia entre el siglo XX y XXI vendría a ser el comportamiento de la ciencia y tecnología alrededor de la alimentación, enfermedad y salud. Así como la fluidez, exposición y exhibición de la información de forma veloz y descarnada que hace de genera una opinión pública la cual no puede ser ignorada. De modo que la culpa traducida en escándalo que no se perdona.

Los avances de la ciencia y tecnología a partir del primer decenio del siglo XXI, se han acelerado cuasi a un centenario previo, aportando al decantamiento de dudas e identificaciones cercanas a las causas de enfermedades crónicas e irreversibles como el Parkinson[viii], arterioesclerosis[ix] y el cáncer[x], resultados que han sido tomados en serio por europeos/as y norteamericanos, que gradualmente vienen reorientando su consumo alimentario hacia alimentos orgánicos. En tanto nosotros/as pese a ser poseedores de la reserva mundial de productos agrícolas, permanecemos en mayoría, de espaldas inclinados(as) hacia el consumo de alimentos industrializados poco confiables. Y para quienes optamos por el cambio, vemos elevar los costos en su concreción, debido a la escasa oferta en el mercado, pese a ser productos que en su cultivo demandan menores costes, al prescindir de abonos, herbicidas y pesticicidas químicos.

Para muestra un botón, varios valles de la costa norte produce banano orgánico que se exporta principalmente a Europa[xi]. El 2013, me quedé sorprendida de su existencia y transformación del Valle de Sullana, consagrándose como el oro verde, con un impacto favorable en todos sus pueblos que a fines del siglo XX destacaba por los altos índices de pobreza, morbimortalidad y epidemiología antes mencionada. El banano orgánico, que probé de las piezas descartadas para la exportación eran sencillamente deliciosos, el precio en Sullana oscilaba entre cincuenta céntimos a un nuevo sol la mano, se desconocía en Lima y brillaba por su ausencia en los mercados. Recién este año en algunos autoservicios de zonas con estratos económicos A y B, he identificado algunas presentaciones desprovistas de su zona de origen y con precios sumamente elevados.

El papel de los medios de comunicación en la era digital, si bien persiste concentrándose en la noticia antes que la información, es clave para la creación de opinión pública masiva informada. Lo sucedido en Panamá gracias a la movilización y presión de la asociación de ganaderos de ese país desde la primera quincena de mayo[xii] , develando que la importación panameña de leche peruana que afectaba a su producción lechera, era desleal porque se ofrecía al consumidor “Leche Pura Vida” sin que realmente sea leche, logrando finalmente la suspensión de su importación[xiii], en el Perú, rebotó a inicios de junio en las redes y prensa digital[xiv], siendo necesariamente retomado por los medios de prensa convencional para mantenerse durante la semana que cierra, presionados a ir más allá de la noticia.

Escándalos como el de Pura Vida, nos toca hondo y mueve todo el sistema alimentario, desde los productores hasta los consumidores, pasando por los órganos de control, las asociaciones de vigilancia y comerciantes. Me quedé pasmada cuando los congresistas convocaron al representante de Gloria SA para que diera su descargo y se rasgaban las vestiduras, especialmente Quesquén, como si se tratara de un tema novedoso. Y aun sigo sorprendida de la pantomima, que por primera vez un empresario peruano-norteamericano es “interpelado” en tanto se elude la responsabilidad legislativa, claro vienen cayendo las cabezas de los responsables finales y quizás hasta intermedios porque el escándalo sin duda impactará en las preferencias electorales, que si no son mañana, son sentidos así por la clase política.

Pero el escenario da para todo, los actos se continúan uno a uno. A medida que pasan los días se esclarece el rol y los intereses de los diversos actores, quienes debieran cumplir un rol de vigilancia, control y protección del consumidor que va desde “enfermarse” hasta a acusarse mutuamente, hacen acto de contrición y prometen sanciones ejemplares. Las y los profesionales cuyos gremios debieran ser los(as) expertos(as) vigilantes ingresan a dar cátedra, los productores se mueven entre aceptar que su leche no es leche para terminar afirmando que es un problema de etiquetado y no de contenido, en tanto, sale a flote todo el contenido riesgoso de los productos alimenticios industrializados, sin control ni vigilancia de un Estado profundamente liberal al punto que renuncia a su rol.

Pareciera que es posible que un tema que esperó largamente su tratamiento, se transforme al fin en centro de atención que movilice a todos los actores, se tome las medidas y se eduque a la población para un consumo informado y responsable. Decidamos conscientemente por nosotras y familias, consumir contaminantes a cambio de sabor y placer de sentidos, que continuemos asomándonos a los índices americanos de sobre peso, colesterol, diabetes, hipertensión. O bien virar hacia una alimentación sana y responsable, privilegiando el producto nacional que repercuta en el desarrollo rural y agrario. Pareciera ser que esto último es posible, por lo menos las noticias vienen siendo acompañadas de los lugares donde obtener leche fresca.

Queda por tanto preguntarnos: ¿Qué nos toca hacer respecto a situaciones semejantes como ciudadanos(as) informados(as) y personas que aman su cuerpo, salud y su vida, pero que renuncia al cuidado de la misma cediéndola a quienes definen que alimentos consumimos y bajo qué condiciones?

¿Qué nos toca respecto a un Estado donde sus poderes, instituciones y órganos muestran evidente incompetencia, desentendimiento e incumplimiento de su rol respecto al cuidado, protección y preservación de los intereses de la sociedad?




[i]    Lajo, Manuel. (1982) Perú: monopolio y vulnerabilidad alimentaria Comercio Exterior, vol, 32, núm. 1, México, enero, pp. 84-98. Recuperado sábado, 10 de Junio de 2017  http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/655/9/RCE9.pdf
[iii]   ECOCOSAS, (23 agosto 2012) Listado de Conservantes, Colorantes, Aditivos y Edulcorantes. Recuperado sábado, 10 de Junio de 2017 de https://ecocosas.com/salud-natural/conservantes-colorantes-aditivos-edulcorantes/
[iv] FAO - OMS Norma General para los Aditivos Alimentarios. Recuperado sábado, 10 de Junio de 2017 de  http://www.fao.org/gsfaonline/docs/CXS_192s.pdf
[vi]   Acosta Iparraguirre, Vicente. (2008) La Constitución Económica en el Perú y en el Derecho Comparado. Cap. III, http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/Tesis/Human/Acosta_I_V/cap3_3.htm 
[vii] Zevallos, Horacio. (Congresista). (7 noviembre 2016) Proyecto de Ley que promueve la competitividad y el desarrollo de la industria láctea. http://www.leyes.congreso.gob.pe/Documentos/2016_2021/Proyectos_de_Ley_y_de_Resoluciones_Legislativas/PL0055320161107.pdf
[ix]   Rodríguez-Rodríguez A, Rodríguez-Jaime G.(2014) La prevención y regresión de la ateroesclerosis: tratamientos emergentes. Revista Finlay [revista en Internet]. [citado 2017 Jun 10]; 4(2):¨[aprox. 12 p.]. Recuperado sábado, 10 de Junio de 2017 de: http://www.revfinlay.sld.cu/index.php/finlay/article/view/239
[x]    Principal Causa de Muerte a Escala Mundial. Cuba podría haber encontrado la cura definitiva contra el cáncer. (2015) http://www.nuevatribuna.es/articulo/sanidad/cuba-podria-haber-encontrado-cura-definitiva-cancer/20151116100112122438.html
[xii] Tejera Aet Elisa. (17 mayo 2017). Nestlé suspende compra de leche. La Prensa Com. http://impresa.prensa.com/economia/Nestle-suspende-compra-leche_0_4758274264.html, Tejera, Aet Elisa. (26 mayo 2017). Suspenden entrada de Leche de Perú. La bebida importada contiene lecitina de soya, una mínima porción de leche parciamente descremada, leche de soya y esencia de leche.
[xiv] Livise, Andi. (2 junio 2017) Atención: esta leche peruana acaba de ser rechazada en panamá por no ser leche http://utero.pe/2017/06/02/atencion-esta-leche-peruana-acaba-de-ser-rechazada-en-panama-por-no-ser-leche/

sábado, 25 de marzo de 2017

CENTENARIO PUCP. DONDE VAMOS Y ESTAMOS ¡SOMOS PUCP!



Hoy 24 de marzo, la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú) cumple 100 año, en tanto yo 36 de ser parte de ella. Sin duda mi vida y la forma de actuar sería otra de no haber pasado y dejado que ella pase por mí. A veces imagino mi vida sin ella, transcurriendo por la primera vía elegida a los doce años y me miro como veía a mis jefes del área, el departamento o el estudio de contabilidad suspirando por sus sueños, viendo discurrir la vida por la ventana grande o pequeña de su oficina, mientras que la suya seguía el ritmo de las cuentas.

Y también me miro como muchas mujeres de mi generación, sublimando ser madre, santificando ser esposa -más experta si no me he divorciado perdonando más de una infidelidad-, resignándose a ser ama de casa, sin dejar de ser trabajadora, sumando un nuevo rol sobre mis espaldas, gracias a que arrebaté al sistema mi derecho al trabajo remunerado lejos o dentro del hogar. Y con ello ser super woman, eficiente no sólo en la administración de la gestión doméstica en el hogar, sino su proveedora principal, con doble y hasta triple jornada si además fuera dirigente de alguna organización. 

En este tiempo de mi vida, sería esposa abnegada,sometida y "feliz",  divorciada (el noventa por ciento de mi generación lo es) y con mejor suerte viuda (a mis amigas en ese estado les va regio). Madre extendida haciendo que mis hijas(os) sigan estudiando para ser mejor que yo, madre-abuela, cuidando de mis nietas(os) mientras sus padres construyen sus sueños,  pidiendo permiso para mis propios intereses. ¡Y no me gusta!, me revela al igual que a mis ocho años, cuando tras cerrar un libro me prometí a mi modo, no ceder a las  tres "S": "No sería jamás silente, sonsa ni sometida", por cuanto elegí estudiar, pese a quien le pese especialmente a mí. 

Hace algunas semanas, una líder popular me dijo sin decirlo que era una “pituca de la PUCP”, me quedé pensando que los mitos definen como se percibe a las personas. Algunos cogen la hebra de ser una de las universidades más caras del país donde estudiar cuesta mucho dinero y está lejos del alcance de los pobres, por tanto quien estudio en ella es automáticamente "pituca", sin detenerse a imaginar las historias detrás de cada caso.
  
Otros la condenan por su denominación, pues asumen que al ser católica es fundamentalista, ortodoxa y restrictiva. Pueda que sea una de las razones por el que sus siglas PUCP que es su tradicional adjetivo, viene siendo sustituido por "La Cato" en la voz de las nuevas generaciones, siempre que lo escucho me produce algo así como la vulneración a una identidad largamente construida y peleada con uñas y dientes en tiempos aciagos, o por analogía a lo que suele sucederse, cuando alguien me llama "Cata", argumentan que es por cariño, yo creo por manía u obsesión de minimizarlo todo inclusive la voz para nombrarte, porque en realidad quienes me aman se ocupan en nombrarme completa ¡Catalina!. 

Algunos creen que como es particular no le importa la calidad de la educación, sino cuánta renta produce, donde los estudiantes con más dinero tienen más oportunidad que los que no lo tienen. Claro que hay brechas económicas, pero no excluyentes, puesto que las escalas de pago se establecen sobre categorías objetivas y verificables: colegio  y lugar de procedencia, situación socio- familiar, económica. Por ello desde los ochenta hay más oportunidades para quienes tienen alto rendimiento académico, emocional, creativo y social. Independiente de su extracción. Las ventajas se tornan en factor favorable para ser candidato a igualdad de oportunidad a través de becas.  La mayoría de aquellos que he conocido provienen de colegios o universidades públicas y de provincia. 

Esta tendencia que se acentuó entre los ochenta y noventa del siglo pasado, provoco que a inicios de nuevo siglo la tacharon de "popular", unos optaron por dejar el campus y otros dejaron de postular a ella, desplazándose hacia las recientemente creadas universidades privadas para seguir siendo élites. Para otros es el Olimpo del saber, ciertamente les dura la percepción a la distancia, hasta  cuando se acercan a ella, descubriendo que el saber está en cada uno, que se acrecienta por esfuerzo propio y que o el poder existe a momentos en unos y otros, pero el mayor de los tiempos, está disperso en todos(as).

Desde mi relación de adentro, puedo decir que soy octavo superior, en 1981, ingresamos cuarenta y egresamos cinco, tras cinco años de estudio, ni un mes más. Me hice parte de ella, por la puerta grande, ingresando por merito propio   y egresando por propio esfuerzo y tenacidad, pese a contar con todas las desventajas de haber sido una estudiante de colegio nacional no orientado a la educación universitaria sino técnica. 

Me hice PUCP al egresar en 1985, simbólica e irrenunciablemente, haciéndome parte de la Asociación de Egresados PUCP.  Lo hice, venciéndome a mi misma y creciendo en ese reto para asomarme a la complejidad del país y el mundo.   He estudiado en ella con becas, cuando he tenido que pagar por alguna maestría ha sido aquello que se corresponde con mis ingresos, acumulado hasta cuatro especialidades, sin mayores restricciones que mis propias opciones.

Desde cuando empecé a trabajar en ella bajo diferentes formas pude experimentar que cada tiempo y condición es una oportunidad que lo tomas o lo dejas, uno tiene lo que es capaz de producir y decide hacer, pero sobre todo cuando se tiene precisado el ser y hacer. Claro que puede también ser un puesto mas al cual te enquistes haciéndote necesaria(o) y cuasi invisible. O bien tirar tanto de la cuerda hasta que se rompa la tolerancia, de modo que sabes lo que vale cuando lo has perdido y optas por comportarte como la zorra y las uvas. Yo prefiero mi relación de puertas siempre abierta.

La he visto de adentro hacia afuero y de fuera adentro. Nunca fui testigo, ni supe directamente de dobleces respecto a mal manejo, corrupción, restricción de libertades, discriminación ni exclusión. Sólo complejidad, diversidad, diferentes mecanismos, oportunidades y exigencias. Sin por ello, negar los riesgos que posee toda institución regida  por personas, tiempos y tendencias. Las autoridades y académicas(os) más brillantes son los mas accesibles, modestos y siempre prestos al nuevo conocimiento, ellos(as) siguen siendo mis maestras(os).

A la PUCP le debo no sólo la formación académica, sino la afirmación del compromiso conmigo misma, la práctica democrática y no sólo el discurso, la defensa del derecho humano con rostro humano y del mío propio; la defensa y el ejercicio de libertad, la insistencia en la coherencia, la fidelidad a mis principios que no tienen precio ni caducidad. Dormir cada noche agotada pero con la satisfacción de haber hecho aquello regido por la razón, ubicado en el punto de equilibrio de la ética y dictado por el corazón.

La PUCP, me dio y sigue vertiendo la oportunidad de acceso a la universalidad del conocimiento y la diversidad de las perspectivas, como elección de ser y hacer, animando cada nueva inquietud y respaldando mis iniciativas aun cuando ella trascendiera al campus. Permitiéndome ser cada día mejor que yo misma.

En la PUCP, aprendí a valorar lo imperfecto, perfectible y cuasi mágica condición humana, la vocación y compromiso con la sociedad en sus altas y bajas, ofreciendo y poniendo al servicio lo mejor de mi hacer profesional allí donde el viento me lleve, sin dejar de alimentar mi ser. Al punto que me he convertido en amiga de mis maestras(os) como de mis estudiantes, compartiendo más de un punto de coincidencia, de felicidad y sin renunciar a la irreverencia.

De la PUCP soy parte y me siento parte, hago mío sus retos, celebro sus aciertos y crecimiento, me duele sus procesos, revela los tiempos exigentes, me sumo a sus cruzadas que reflejan mis propias motivaciones, disfruto de su existencia, sus ambientes, su estado y clima, sintiéndome segura y en paz cada vez que a ella retorno.


Estoy orgullosa de la PUCP, por haberme formado profesional, social, política, cultural y ciudadanamente en ella. Por fortalecer mi condición humana como cada celebración de  la luz que me hace parte. PUCP, soy yo. Está en mí,  yo estoy en ella. Somos una comunidad que allí donde vamos y estamos ¡Somos!

domingo, 10 de enero de 2016

GLADIS VILA, SER SIN RENUNCIAR A SER MUJER INDIGENA ANDINA

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Luz Gladis Vila Pihue, llegó a mi mundo uno de esos días del primer quinquenio del siglo XXI, por los designios del universo que a momentos me lleva hacia donde menos imagino con sólo una llamada. Donde no cuentan los planes, expertis o la voluntad, por cuanto prefiero pensar que son fuerzas del universo. 
Hasta entonces conocía a la mujer andina a través de la migrante en la costa y aquellas con las que interactué eventualmente en zonas rurales.
Las andinas migrantes estaban principalmente afincadas en los conos periféricos de Lima, desplazándose como usuarias, proveedoras o servidoras del centro y zonas residenciales. Algunas con más arraigo costeño que las costeñas, más mazamorreras que las limeñas, al punto de sustituir recuerdos y costumbres de sus orígenes por aquél que era su nuevo hogar. Sin negar la presencia de aquellas que conquistaron la Gran Lima izando banderas de cada pueblo, imponiendo o combinando culturas, prácticas, costumbres, creencias hasta parir el crisol que hoy nos enorgullece en el mercado, música, moda, cocina y la mixtura maravillosa de alimentos.
Frecuentemente me interrogaba sobre el grupo que sepultó su ser andino con la migración ¿Cómo se daba esa transmutación del ser a cambio de construir un ser no discriminado, devaluado y marginal? ¿Qué factor lograba mimetizarlas hasta extirpar sus orígenes? ¿Cómo vivían el desenraizamiento y la orfandad cultural? 
Preguntas que siguieron flotando cuando incursioné en el mundo andino ya no desde la lectura sino disfrutando de cada trecho de su espacio para descubrirme como parte de una diáspora de mujeres andinas, con coincidencias como distancias entre sí y las migrantes.
Coincidían entre sí, en su arraigo y encarnación de Gaya -la tierra y todo lo que ella implica-. El orgullo de pertenecer a una comunidad, estancia, pueblo, caserío, distrito, provincia, región. El amor a sus ancestros y reproducción de costumbres y ritos aun cuando eso significara la entrega y sometimiento a los suyos. Diferenciándose en cómo enfrentaban y afrontaban su condición de ser mujer, madre, campesina, comunera, oligarca, pasajera, extranjera, pobre, rica, sola, soltera, casada, viuda, iletrada, letrada o intelectual. Desempeñarse como agricultora, ganadera, comerciante, artesana, artista, dirigente, líder, mujer de su casa. Sus modos de procesar la pérdida, dolor, tristeza, llanto, gratitud, alegría, danza y canto. Incluyendo el silencio, habla, acogimiento, rechazo.   Donde el enfoque cultural y de género eran incipientes.
A las mujeres amazónicas, las conocí primero a través de mi compañera de estudios Adriana, quien fungió de embajadora para mostrarnos un mundo distinto a los conocidos, con mayor fluidez en expresar al ser, hacer, querer, sentir y resentir. Sin ese atavío de mujeres costeñas y andinas por recubrir, disfrazar y disimular tanto cuerpos como sentimientos, claro que se produjeron encuentros y desencuentros, pero esa es otra historia. 
Más adelante cuando me aproximé a la ceja de montaña y hundí en la amazonía, me confirmó que era un mundo diverso, misterioso, sencillo, complejo, extraño e inexpugnable. En realidad mi conexión fue elemental,  principalmente con colonos(as) europeos y de extensión andina, conminados a trastocar o polarizar su propio ser en el centro de un ambiente tan exuberante como expuesto. En tanto que los hombres y mujeres amazónicas se difuminaban en la profundidad de la selva para posar de tanto en tanto al gusto del turista.

http://blogs.upc.edu.pe/vu/posts/v05-06-exposicion-amazonia-con-rostro-de-mujer
Tras mi largo tránsito por los caminos y reflexiones del género podría ensayar en señalar que tanto mi embajadora amazónicas como aquellas que conocí en las orillas del oriente peruano, estaban despojadas de prácticas de doble moral de nuestra sociedad seudo occidentalizada con sublimación del patriarcado que pasó de largo, para asentarse en un claro de la profundidad amazónica, con la colonia Alemana en Pozuzo[1].

Patriarcado entendido como sistema de relaciones alrededor de una ideología jerárquica encabezado por el pater family, cuyos roles permiten ocuparse de “los suyos”, representarlos, tomar decisiones y establecer relaciones de sometimiento entre quienes dependen de él[2]. Condiciones que se produjeron mínimamente a lo largo de la historia peruana a  cambio se desarrolló el machismo[3], marianismo[4], padre ausente[5], sexismo[6] y racismo [7]. Conviviendo simultáneamente  un sistema comunitario (sur andino),   feudalista (trapecio andino) entroncado con el oligárquico (norte) y el capitalismo neoliberal (grandes ciudades), donde el rol de mujeres y relaciones de género   está aún por develarse en toda su complejidad.

Con Gladis Vila, toda aquella aproximación a la mujer andina como amazónica quedó empequeñecida.  En la primera entrevista, me miró con desconfianza, tomando distancia, midiéndome. Se reconocía como líder indígena andina, para mí no había necesidad de un nombre y apellido en tal sentido, así que le pedí se explicara obteniendo a cambio una clase magistral de interculturalidad. Demostrándome la diferencia, entre ser mujer indígena andina y mujer indígena amazónica: “Somos hermanas porque pertenecemos a los pueblos indígenas, pero somos distintas en nuestra lengua, percepción del mundo, nuestras prácticas, necesidades, intereses y formas de vida”.

Gladis Vila, prontamente cambió su rol de entrevistada a entrevistadora, de una forma sutil y firme para conocerme y leer en mi mensaje corporal, mi enfoque. Finalmente sentenció: “Como ves Catalina, me he formado en la universidad de la vida, tu sabes tan poco de nosotras como nosotras de ti”. La miré con respeto y admiración, porque comprendí que ella se había apropiado de los elementos que muchas mujeres migrantes se despojaban. Y en base a ellos se había hecho  fuerte, grande e inquebrantable. Fuerza para cambiar condiciones de vida y ejercer derechos como mujeres indígenas andinas, empezando por ella misma. A eso es lo que yo llamo empoderamiento real, aquel que deja de ser teoría para traducirse  en gesto y acción. .

Gladis Vila, había transitado de ser una joven dirigente en su pueblo hacia la atención a los intereses y necesidades de mujeres como los  pueblos indígenas. Forjándose a lo largo de una década, en la identificación y defensa de sus derechos como género [8] y sociedades milenarias[9],  moviéndose con facilidad en espacios internacionales[10], donde no sólo desarrolló conocimiento sino construyó un discurso, con  notable conciencia de quien era, a quienes representaba y  sus propuestas, recolocando su agenda al interior de cada agenda donde estaba presente.

http://www.onamiap.org/2012/11/25-de-noviembre
-un-ano-mas-de-lucha.html
Gladis Vila, no se había “especializado” en términos de nuclear y reducir su agenda a un tema aislado -el derecho de la mujer indígena-, lo relacionaba con cada uno de los elementos y factores que involucraban a los pueblos indígenas, el medio ambiente, los retos de la globalización y la economía de mercado, logrando lo que muy pocos líderes habían alcanzado: una visión integral de las oportunidades para ubicar los intereses y necesidades colectivas. Cuenta con  capacidad para integrar e integrarse en los diversos escenarios y espacios el tema mujer y pueblos indígena. Sin tanto anuncio conceptual, transversalizaba su agenda desde la práctica concreta.

Gladis Vila, durante la sistematización de la primera década del TPMIAAP (Taller Permanente de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú)[11], no sólo miró el proceso transitado (1995- 2005), sino visualizó el futuro. Junto con Melania Canales[12], se propusieron arrancar al Estado la creación de las Defensorías Indígenas[13] y conducir el desarrollo de sus pueblos. Donde las integrantes del TPMIAAP fueran reconocidas y nombradas como Defensoras Indígenas[14].

Para Gladis Vila, el TPMIAAP fue el espacio a través del cual se reconoció y afirmó como mujer indígenas, proyectando tal condición con orgullo hacia otras mujeres del globo[15], en tanto los grupos de organizaciones de las mujeres urbanas se miraban el ombligo y hacían zancadillas para emerger unas más que otras en un reducido trecho que les había cedido la convencional práctica política partidaria, ella y sus compañeras se miraban en el espejo de las mujeres globalizadas para afirmarse en quienes eran.

Gladis Vila, junto a las mujeres TPMIAAP descubrieron  su derecho a tener derecho como mujeres sin dejar de ser indígenas, 25 años después de las mujeres urbanas,  por cuanto su proceso de concientización y construcción de perfil con agenda propia se produjo intensa y aceleradamente. Mostrando los efectos multiplicadores del coaprendizaje y el encuentro con otras mujeres de similares experiencias desperdigadas por el planeta.

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A Gladis Vila y las mujeres indígenas amazónicas y andinas, les llevó menor tiempo reconocer el valor y la necesidad de una organización nacional enlazada con   la región y el planeta, por eso es que formaron ONAMIAP (Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú) llegando a ser su principal dirigente[16]. En cuyo proceso ha madurado el pensamiento, práctica y estrategia[17].

Gladis Vila, por tanto no es una recién llegada a la política, puesto que su ser y quehacer es intrínsecamente político. Su trayectoria y liderazgo es producto de una dinámica intensa de trabajo hacia adentro como afuera  en lo personal y colectivo: pueblo y organización. Con estrategias locales e internacionales, entablando procesos de negociación de agendas donde ha aprendido a desplegar abogacía, incidencia, negociación, estrategia para posicionar la agenda de las mujeres[18] y los pueblos indígenas[19].

Gladis Vila, al incursionar en este tiempo como  parte de la contienda previa para ser elegible como congresista[20], revela de sí el convencimiento que es tiempo que las mujeres indígena andina recoloque en la escena del país esa dimensión orgullosas de ser quienes son, que no requieren negarse a sí mismas para brillar con propia luz y aporte[21], porque este país es grande en tanto posee el crisol de sus mujeres y hombres que es su riqueza, cuyas diversas miradas y prácticas es su principal fortaleza en un mundo globalizado que amenaza por unicidad.

http://servindi.org/actualidad/146931
Gladis Vila, muchos éxitos en este tiempo y el futuro que será tuyo y de las diversas mujeres del Perú profundo, que es más grande que la anquilosada práctica partidaria de quienes han gobernado el país, mostrando un solo rostro indígena caricaturizado, empobrecido y envilecido. Del cual se ocupa sólo en elecciones creyéndose que no tienen discernimiento, memoria y capacidad de decisión.

Gladis Vila, bajo el concepto de hermandad que aprendí de ti y las hermanas amazónicas como andinas, pido a los dioses y las diosas de nuestros antepasados: al apu mayor San Cristóbal de Lima, al mayu Rímaq, a la mama Qhucha sumergida bajo el municipio de San Juan de Lurigancho, a la mama killa y el taita Inti, que te acompañen en este nuevo proceso, te inspire, irradie y limpie el camino.