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viernes, 30 de mayo de 2025

CAMINANTE QUE HACES CAMINO AL ANDAR

El impacto de la pandemia, ha cambiado nuestras vidas, prácticas y haceres, sino para todas(os), si para la mayoría. En mi caso se ha producido un cambio procesual que longitudinalmente se inició en febrero del 2012, a causa de un accidente que primero me detuvo por cuasi dos años, sin impedir que continuara con mi labor cotidiana de tutoría online que ya en ese tiempo me había incursionado en la docencia virtual, paralelo a otros haceres. Luego de ello, reorienté mis actividades a la focalización de la investigación, evaluación y sistematización hacia la academia y asesoría en el terreno internacional.

A partir del 2020, enlacé el terreno internacional con el nacional, sistematizando y evaluando proyectos implementados en el país con impacto planetario, como sucede con la reducción de la delincuencia transnacional entre las que destacan la violencia contra la mujer, la niña y niño; la violación y el embarazo involuntario, la delincuencia organizada, el sicariato, el tráfico humano, estupefacientes y de armas. Atentados contra la ecología, los factores que aceleran el cambio climático, los derechos de los pueblos indígenas y la conservación de las reservas de oxígeno para el planeta.

En medio del entrelazamiento temático y análisis, para hallar la punta de la madeja que permitiera valorar lo avanzado y proyectar los futuros escenarios, nos halló el contexto a quienes estábamos embarcadas(os) de esos haceres. El mandato de aislamiento como única medida ante el desconocimiento del combate al covid19, por la ciencia y los Estados del globo. En nuestro caso con mayor rigurosidad, en contraste con muchos otros, sólo contábamos con 250 camas UCI (MINSA, 2021, 13)[1] para más de 33 millones de peruanos.

En estas condiciones mi hacer se concentró en investigación, orientación vocacional, apoyo académico virtual, unido a otras labores asociadas a mis especializaciones y experiencia profesional, con menos presencialidad de la necesaria. A medida que ha pasado el tiempo, otras prioridades ha generado espacio para mirar hacia adentro y fuera con distinta perspectiva. Contemplar en rededor, el horizonte, hacia abajo y arriba, con más detenimiento y mayores interrogantes. Apreciando lo bello y sabio que puedes descubrir en el momento y lugar menos imaginado y disfrutar del andar, mientras en mi mente resuenan temas como “Cantares”[2] de Joan Manuel Serrat, que llena de música al gran poema de Antonio Machado[3]:

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar

(extracto Proverbios y Cantares de Machado)[4].

Uno de esos descubrimientos, fue Rosa, una anciana detenida en una silla de ruedas debido a un derrame cerebral que la dejó paralizada del lado derecho de su cuerpo. Me demostró en acto y palabra que estaba paralizada pero no contenida. Ella había descubierto una ocupación cotidiana que la hacía vivir, como era alimentar a las aves que sobrevolaban su calle día a día, las que nunca faltaban independiente de la estación, era como una cita entre ella y las aves prestas a su salida de casa.

Le pregunté si no temía que esas pequeñas aves se quedaran en su casa o alrededores, invadiéndola. Ella me respondió que no, desde el tiempo que las alimenta y de eso hacía más de tres años. Al principio temía que sucediera así, porque cuando caminaba por la plaza de San Francisco, pensaba que dar de comer a las aves era invitarlas a quedarse en casa o la calle donde uno vive, al igual que a cualquier animal doméstico: perro, gato, conejo, gallinas, etc. Pero es desde su ubicación en la silla de ruedas, que descubrió el modus vivendi de las aves y su particularidad. Desde hace más de tres años me revelaron que son seres libres, puntuales y frugales. Sus alas las llevan a donde quieren y hacen que retornen puntualmente a donde hallan comida, la cual toman hasta donde necesita y no más. En cambio, las personas, son todo lo contrario.

Respondí a su confidencia, que yo al igual que ella, tenía ese temor, hasta la fecha tenía depositado alpiste en casa, tras mi frustrada experiencia de cuidado de un ave pequeña que hallé en el camino. En espera de la oportunidad para llevarlo, justamente a la Plaza San Francisco. Conocer su experiencia me animaba a entregarlo a las aves que suelen pasar por mi casa, sin ese temor de invitarlas a quedarse, porque comprendo hoy que no son ni quieren ser domesticadas.

Así es como aprendí de Rosa el modo de desprenderme de algo estancado por temor al apego, pero principalmente, que el cambio en nuestras condiciones de vida, no significan obstáculo, sino oportunidad para hallar nuevas modalidades como experiencias de vida manteniendo relación de convivencia e intercambio con otros seres. Me despedí de Rosa, capturando una foto con su permiso, que hoy comparto.

En este tiempo que me cuesta más la caminata, por la falta de energía que antes me desbordaba, lo hago a un menor ritmo, pero con más atención a mis pasos y el trayecto. Hecho que me permite identificar situaciones que en otro momento pasaría desapercibido ante mis ojos. Como la composición de los parques, tan distintos y semejantes en su uso entre unos y otros, donde la conducta de las personas es de escaso cuidado y máximo disfrute. En cambio, los árboles, suelen ser generosos proporcionando todo aquello que les corresponde. En la zona, son, además, testigos silentes de un pasado que cuenta de los usos que tuvieron esos espacios.

Están los imponentes ficus, que, en el caso de un parque, casi lo cubre todo, dejando apenas pasar la luz. No menos notables son los N arbustos frutales de higos, pacay, moras, guanábana, etc. que crecen en línea recta dibujando el canal de regadío extinto. El limonero al que nadie plantó ni ha tratado de eliminar, tampoco abonar, sólo de tanto en tanto el dueño de la vivienda que colinda le provee un poco de agua. Seres siempre bondadosos proporcionando sus frutos a otros seres que habitan la zona como ardillas, aves, lagartijas, etc. Sobreviviendo a los ataques periódicos de leñadores con uniforme de jardineros municipales[5], que no tienen idea de cómo ni cuándo podarlos.


Ayer que retornaba a casa, cuasi al medio día, en una calle de esas calles y bajo un árbol de Pacay, descubrí muchas pepas esparcidas, pensé cuánto pacay han cosechado y devorado, dejado con descuido las pepas por doquier en pista y vereda, colocando en riesgo el tránsito y al transeúnte por su ser resbaladizo y duro.

Avancé sumergida en estos pensamientos, cuando advierto la caída de más pepas, miro en rededor sin descubrir a nadie, levanto la mirada, el follaje tupido que no me permite distinguir a quien con irresponsabilidad arroja las pepas. Es cuando descubro a los pillos, eran tres pájaros que devoraban con placer y gran apetito la deliciosa pulpa madura de pacay, con envidiable habilidad en sus picos para abrir las vainas, extraer uno a uno los frutos, separando con destreza la pepa de la pulpa. Evidentemente, sin el cuidado de no regar las pepas descartadas por toda la radio donde alcanzan la copa del Pacay.

Me detuve a contemplar con ternura y maravilla la magia e interacción de la naturaleza, cuando no hay seres que atenten contra ninguno de ellos. En este punto me asaltó la idea, que el dueño de la vivienda cercana no atribuya su trabajo de limpieza al árbol y las aves, y en su intento de controlarlos, termine por cortar el árbol como ha sucedido en una de las avenidas donde las moras eran copiosas y generosas. Le pido al universo que ejerza su poder y enternezca el corazón humano para que esto no suceda.




 

miércoles, 29 de junio de 2022

¿CUÁNDO VACUNARTE LUEGO DE VENCER AL COVID 19?

A más de dos años de convivir con el Corona Virus Sars-Cov-2 (Covid 19), es nebuloso el periodo a considerar entre una infección del virus y una vacuna. Conversando con más de una amiga(o) y el encargo de explorar al respecto, me sorprendió la diversidad de opiniones, llevándome hacia la fuente oficial de Perú. Grande sería mi sorpresa, al  descubrir su ausencia en la misma. Como la curiosidad científica es incontenible, recurrí a fuentes oficiales a nivel global y nuevamente caí de bruces. Siendo necesario bucear en las fuentes y razones licenciadas de algunas vacunas, considerando que asetiembre del 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) habían aprobado a   18 de 23[1]. Decido compartir parte de mis hallazgos y reflexiones, para seguir pensando en colectivo más allá de noticias y silencios.

América Latina ingresó a la primera ola del Covid 19, en marzo del 2020[2] con algunas de sus características identificadas a nivel global. Las políticas de salud pública establecidas u omitidas por los gobiernos ante la pandemia, tuvo como marco al oscurantismo e incertidumbre sobre el virus. Intentando conducir a una población desobediente con una cultura de ‘dime qué, para oponerme’ o bien ‘hecha la ley, hecha la trampa’ respecto al cumplimiento de la ley, norma y mandato, por autoridades y ciudadanía

Sociedades con diversas dinámicas de vida y económía, cuyos extremos son los más ricos de un país, con suficiente dinero como para acaparar y sobre estoquearse con productos de primera necesidad ante una cuarentena, en tanto el otro extremo, los más pobres, vive del día a día arrancándole al sistema un magro bien para su sobrevivencia. Es en este extremo más vulnerable, donde se experimentó el primer impacto de la pandemia con muertos en calles, familias completas afectadas, barrios y ciudades con sus muertos sin despedida y cementerios colapsados. Más adelante no hubo diferencia, la falta de conocimiento e información atravezó a todas(os).

Países carentes o con mínima infraestructura hospitalaria, cuyo personal de salud desprevenido recurrió a la metodología de ensayo error aprendiendo, desaprendiendo y reaprendiendo en el proceso; sin protocolo ni instrumentos para enfrentarla, constituyéndose en víctimas de primera fila después de los desposeídos. 

En el Perú, el personal médico carente de instrumentos de protección y sin posibilidad de identificar al mal[3], cayó uno a uno, un alto costo social que la historia juzgará a quienes tomaron sus vidas cual aves y animales carroñeros, traficando la gota de bien que llegaba o tomando decisiones suicidas. Un país tras 30 años de desmantelación del Estado y una frágil política de salud pública producto de una política económica neoliberal, donde la salud deja de ser servicio para transformarse en mercacía, beneficiando a quien puede comprar y venderla, junto aautoridades corruptas e impunes.

El Perú, se transformó en uno de los países con más muertos en la región. Según la data global cerramos el 2020, con 100 mil 273 en fallecidos en general (0.3% del total de la población de 32,625,948), aun cuando en términos absolutos estuvimos por debajo y lejos de Brasil 243 mil 219 (0.1% de 212,559,409 personas) y México 366 mil 941 (0.3% de 126,014,024), en proporción pugnamos por el primer puesto en centésimas con México[4].

Más allá de los escalofriantes números de muertos y heridos (sobrevivientes con disminución de capacidades), a medida que discurre el tiempo van generándose algunas luces de estudios confiables, que cruza las pruebas de laboratorio con el total de muertos, identifican con certeza la relación directa entre covid 19 y defunción (2021) “Con la reclasificación de las muertes se pudo determinar que la COVID-19 impactó principalmente de manera directa en la mortalidad en el Perú, que incluso en algunos momentos de la pandemia las muertes por COVID-19 llegaron a superar el exceso total de muertes, lo que podría deberse a una disminución de las muertes por causas externas o también a la[5] disminución de las muertes por enfermedades cardiovasculares y respiratorias asociadas a factores ambientales como resultado de las medidas de "quedarse en casa" aplicadas en Perú, y que fueron observadas también en otros países (8, 9)” (Valdez, Miranda, Napanga y Driver, 4, mayo 2022)[6].

Ergo la cuarentena podría haber reducido la muerte de enfermas(os) crónicos que pudo incrementarse el volumen. Así como, no es lo mismo hablar de muertes por Covid 19 en el 2020 que, en el 2021, por la falta de recursos para detectar infectados por el virus en el primero, que si existió en el segundo.

Por experiencia propia o cercana de haber sobrevivido a tres olas, hoy sabemos que superar una infección del Covid 19 debilita nuestras defensas. Porque son ellas, nuestras defensas, quienes nos permiten salir airosas(os) de la enfermedad, los medicamentos sólo las activan identificando el virus en nuestro sistema, ergo no hay medicamento que cure como se desprenden de las recomendaciones actualizadas de la OMS, respecto al uso de medicamentos[7]. A estas alturas, creer lo contrario como sucedió al principio es correr un riesgo innecesario[8].

También hoy somos conscientes, que quienes padecemos alguna enfermedad crónica poseemos menos defensas, reduciéndose nuestra capacidad para combatirlo efectivamente al virus y tenemos más probabilidad de muerte. Hay estudios de caso por país como el de México[9]. Por ello las vacunas son nuestros aliados, debemos seguir cuidándonos y mantener los protocolos. Significando que la población en riesgo que padece comorbilidad, niñas/os y ancianos han de sumar a los cuidados, calidad de vida y alimentación saludable[10].

Pese a la desinformación y los mitos creados por quienes están a favor y en contra de las vacunas, hoy sabemos, que las vacunas no impiden que te invada el virus, tampoco te cura, sólo reduce el impacto que lleva a la muerte, alertando a tiempo a tu cuerpo que ha sido infectado, para que active oportunamente sus defensas y así combatirla antes que se conecte y complique con otras enfermedades[11].

Por eso, vacunarse es una buena decisión independiente de la marca y la combinación de las mismas[12]. También sabemos que todas(os) estamos expuestos y nos infectaremos sea como portadores sin síntomas o con síntomas, siendo nuestro principal aliado el distanciamiento social, el lavado de manos y la mascarilla.

Si tanto ser infectadas(os) por Covid 19 como vacunarse, funcionan como alarma para que   nuestras defensas entren en acción, la gran pregunta de quienes han sido infectados y reinfectados es ¿cuál es el tiempo que ha de transcurrir entre uno y otro evento? Es decir, ¿Después de cuánto tiempo de haberme recuperado del Covid 19 debo vacunarme?

Hasta hoy todo depende de cada caso, recordemos que estamos sobre el lomo del virus que cambia de disfraz y aún no logramos conocerlo completamente, la efectividad de las vacunas, así como los anticuerpos que se produce al superar una infección no está claro para las instituciones especializadas del planeta (OMS, PAHO, WHO y más): “En la actualidad no hay pruebas que determinen el tiempo óptimo que se debe esperar para vacunarse después de tener la COVID-19[13]. Las personas que tienen una infección por COVID-19 confirmada por un laboratorio pueden considerar la posibilidad de retrasar la vacunación durante seis meses, basándose en el hecho de que la infección natural conlleva cierta protección contra la infección. Pida consejo a un trabajador sanitario.” (OMS, 17 mayo 2022)[14].

Los diarios, la red y los programas de TV han publicado información para todos los gustos, refiriéndose a la OMS como fuente, hemos visto en la cita previa que no es así. Una síntesis digerible de lo controversial del tema aparece en el artículo de salud con lupa[15] teniendo como fuente a EFE, fácil de comprender si se prefiere leer poco.  En el artículo del Times, el mayor argumento es a favor de menor tiempo entre infección y vacuna, pero en su penúltimo párrafo desarrolla por qué es mejor esperar a tres meses mínimo, después de haber superado una infección[16], acentuando el peso en seguir protocolo, combinar actividades virtuales con presenciales, quedarse en casa y evitar espacios de aglomeración.

A medida que pasa el tiempo, existe mayor conocimiento e información para detectar y enfrentar al virus, habiendo evolucionado desde el uso de anticuerpos generados por los pacientes recuperados para el tratamiento de nuevos pacientes (octubre de 2020)[17], hasta la posibilidad de vacunarse con una 4ª dosis y la identificación del tiempo de permanencia del Covid 19 en nuestro cuerpo, tras habernos infectado y recuperado[18]. A ello se suman los primeros indicios sobre el síndrome pos-Covid 19, de casos graves tras dejar la unidad de cuidados intensivos, generando recomendaciones iniciales de tratamiento[19] e incertidumbre hacia el futuro, aquí no queda otra cosa que dar paso a la vez.

Es innegable que se han producido, reacciones adversas luego de alguna vacuna, especialmente en Europa donde se tiene acceso a la variedad de las mismas, en contraste con la escasez en países del tercer mundo. Un ejemplo, es la posibilidad de producir trombosis para 1 caso en 1 millón de vacunados/as[20]. Otro, es el numeroso margen de no vacunados/as por inacceso o resistencia, que permite al virus  mutar y crear nuevas variantes, constituyéndose en aliados/as principales del virus, tanto para su permanencia como diversificación infinita en tiempo y espacio dentro del planeta, complicando la convivencia post Covid 19 con otros flagelos como el alcoholismo[21], incremento de enfermedades crónicas por obesidad[22] y problemas de salud mental, más la reducción de la población económicamente activa en cuyo interior profesionales de la salud, seguridad y transporte han sido profundamente afectados.

A pesar de todo esto, existe una gran proporción de desconocimiento del virus y la reacción de nuestra naturaleza humana en todo el planeta, en general el tiempo que se necesita para vacunarse después de haber padecido Covid 19, aparece como un reto casuístico antes que una medida de salud pública, requiriendo recomendación del profesional específico Vs. sentido común. Siendo necesario, comprender el papel de los anticuerpos generados por la infección y las vacunas para cada persona según sus condiciones, como aquella proporcionada por el inmunólogo Dr. Alfredo Correll[23] .

A nivel mundial la OMS,  mantienen vigentes las recomendaciones provisionales a cada una de las vacunas emitidas y revisadas entre enero 2021 a marzo del 2022. En ellas aparecen hasta tres tendencias sobre la dosis y los periodos de distancia para su aplicación: a) aquellas donde se ha considerado la posibilidad de una 3ª dosis de refuerzo en vacunas con 2 dosis básicas y 2ª dosis para aquellos de 1 sola dosis, incluyendo de 2 a 6 meses tras la  dosis básica, b) un segundo grupo, donde no se ha considerado vacunas de refuerzo aun cuando se han producido algunos ensayos y c) un tercer grupo, que no prevé ninguna dosis de refuerzo, aun cuando consideran evaluaciones en respecto. Derivándose de las recomendaciones en conjunto, que en ninguna de ellas se ha considerado formalmente una 4ª dosis. Veamos algunos casos de las 18 variedades de vacunas circulando.

En el caso de Coronavac de Sinovac la recomendación para una 3ª dosis es de 2 a 4 meses entre vacunas (OMS, 3, 15 marzo 2022) [24], más detalles aparecen en su anexo[25]. Para CanSinoBIO Ad5-nCoV-S que es de 1 dosis única, estima una posible 2ª dosis como refuerzo a los 6 meses, pudiendo combinarse con CoronaVac o cualquier otra vacuna previa (OMS, 3 y 4, 19 mayo 2021)[26], otro tanto sucede con BNT162b2 de Pfizer y BioNTech precisando que se encuentra en ensayo, la posibilidad de una 3a dosis (OMS, 2, 19 noviembre 2021)[27].

Respecto a la vacuna mRNA-1273 Moderna registra que está en evaluación el experimento de 1 dosis de refuerzo después de 6 meses: “Actualmente se está evaluando cuándo es necesario y cuál es el momento más idóneo para administrar la dosis de refuerzo (homóloga, heteróloga o adaptada a variantes) a las personas inmunodeprimidas” (OMS, 3, 19 noviembre 2021)[28]. En el caso de ChAdOx1-S [recombinante] e intercambiable con AstraZeneca y Covishield™ del SII de 2ª dosis básicas, recomienda no combinar con otra vacuna. Sobre la dosis de refuerzo precisa, “Por ahora no hay pruebas de que sea necesario administrar más dosis una vez completada la pauta de dos dosis. Cuando se disponga de más datos, se evaluará la necesidad y el momento de administrar dosis de refuerzo (de la misma vacuna, de otra o de una vacuna adaptada a las variantes)” (OMS, 3, 30 julio 2021)[29].

Las recomendaciones que no mencionan distancias y dosis de vacunas de refuerzo es Novavax NVX-CoV2373 prevista para 2 dosis básicas con intervalo de 3 a 4 semanas, pese a estar en evaluación una 3ª dosis cruzada con otras vacunas (OMS, 2, 20 diciembre 2021)[30]. En el caso de Ad26.COV2.S de Janssen previstas para 1 sola dosis, (OMS, 2, 17 marzo 2021) [31] al igual que para China National Biotec Group (CNBG), Sinopharm (OMS, 2, 7 mayo 2021) [32] refiere que se halla en estudio la posibilidad de una 2ª  dosis y su periodicidad sin mas detalle.

Como era de esperar, basado en estos informes vigentes a la fecha, la OMS antes que dosis de refuerzo, recomienda a los Estados, evaluar la eficacia de las vacunas ante la aparición de nuevas variantes[33] y alcanzar al 100% de casos con inmunización básica completa (1 a 2 dosis según tipo de vacuna). Siendo su apuesta vacunar a todo el planeta para detener al virus y sus mutaciones.

Mantienen las directivas de las medidas de prevención y control de las infecciones (PCI) por el virus de la COVID-19 en los establecimientos de salud[34]Unido a la directiva, que sea cada país quien monitore la efectividad de las mismas. Una síntesis del significado de la efectividad de las vacunas lo proporciona  el doctor Veller[35].

La OMS también, insiste en la necesidad de intensificar la comunicación sobre los riesgos y motivar la participación comunitaria[36]. Siendo clave, la información del Estado a la población respecto a protocolos, políticas y programas de vacunación[37]. Esfuerzo donde se sumen las instituciones especializadas para el manejo responsable de la información[38] al igual que los medios de comunicación[39], junto al aprendizaje individual y colectivo[40] de buenas prácticas por la población a lo largo de este tiempo, para convivir bajo esta nueva modalidad.

En esa línea la información del Ministerio de Salud (MINSA), establece como periodo de distancia entre 3ª y 4ª vacuna[41], más no precisa el periodo entre recuperacion de una afección de Covid 19 y dosis de vacuna correspondiente.

Pudiendo estar ligado este silencio, a la decisión política de una 4ª dosis, basado en dos informes del Instituto Nacional de Salud-INS. El primero orientado a la justificación de la viabilidad y valides de la 4ª dosis (marzo 2022)[42], donde se detalla la adopción de la misma por 8 de 194 países (sin referentes oficiales por país): Bahréin e Israel en Asia, España y Reino Unido en Europa. En América Canadá a partir del 6 mes entre vacunas, Chile 4 meses y Estados Unidos. Para este último no precisa espaciamiento entre vacunas, cuyo esquema de vacunación básica es de 3 dosis en contraste con 1 a 2 con el resto de paíces.  La posibilidad de 1 refuerzo a mayores de 12 años, ha sido recomendado por 1 de 3 instituciones especializadas: el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en tanto la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) no habría emitido opinión al respecto, para esa fecha.  

Aquello que llama la atención en este primer informe del INS son sus fuentes para sostener la viabilidad de una 4ª dosis y el tiempo de distancia respecto a la 3ª. Ninguno refiere a las instituciones internacionales de carácter oficial, sólo 1 de 5 tiene como referente a investigaciones académicas de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, en tanto que 4/5 proviene de organizaciones privadas (INS, 3, 9 marzo 2022). En su interior 1/4 advierte que se trata de investigaciones preliminares sin garantía y confiabilidad como referentes clínicos y por supuesto, menos para sustentar una políticas de salud pública[43].

El siguiente informe, busca establecer el grupo de edad a focalizar con la 4ª dosis (5 mayo 2022)[44], menciona como fuente a la FDA y la OMS con recomendaciones de 3 a 4 meses entre dosis, sin precisar el referente específico. Al mismo tiempo, omite a países con 4ª dosis que aparecen en su informe previo: España en Europa, Canadá y EE.UU. en américa e incluye a Colombia. Esta modificación de países como soporte de su propuesta, sin mayor explicación respecto de su primer informe, debilita la confiabilidad de fuentes para la recomendación técnica correspondiente.

Basado en ambos informes, el Perú se ha embarcado en una 4ª dosis para personas mayores de 18 años con comorbilidad[45], siendo el 8º país de 194 en el informe de marzo y el 7° de 194 países en mayo del 2022, con una distancia de 3 a 5 meses respecto a la 3ª dosis, sin referirse en ningún momento sobre el periodo entre la recuperación del Covid 19 y alguna dosis de vacuna.

Se suman a estas decisiones, dos directivas para la convivencia en una nueva situación pos Covid 19, el primero va de diciembre 2021 a enero 2022 y el segundo de enero 2022 a la fecha. El Decreto Supremo N° 179-2021-PCM[46] y su modificatoria Decreto Supremo N° 184-2020-PCM[47]. Ambos refieren el retorno a la presencialidad, reactivación económica, flexibilización de medidas de protección y transición gradual a la convivencia pos Covid 19.

La pregunta que genera el presente artículo, cae sin madurar, pueda que verde o peor aún infectada, porque no existe respuesta oficial a nivel nacional e internacional al respecto. Pareciera que las instituciones correspondientes juegan al gran monetón, pero lo cierto, es que en uno y otro espacio queda mucho aun por conocer sobre el virus, el comportamiento de nuestros cuerpos en cada país como región y la evolución de las nuevas variantes.

Por cuanto aquello que emerge con fuerza y robustez es nuestro aprendizaje en primera persona, si tanto las vacunas como superar una afección del Covid 19 genera antígenos en nuestro cuerpo, lo único cierto a estas alturas, son las observaciones de las recomendaciones aprobadas para cada vacuna (que he enlazado donde se menciona a cada una), allí donde se ha considerado la posibilidad de un refuerzo, el menor tiempo de distancia entre una vacuna básica y dosis de refuerzo sería 6 meses.

En tanto, lo más seguro en esta nueva modalidad de convivencia, es mantener activo los protocolos, dejar de juntarnos para celebrar la vida como si fuera el último día, que podríamos conseguirlo sin mayor esfuerzo, para nosotras(os) y nuestros seres amados. Basta no incluir en nuestros reencuentros el protocolo de protección y distanciamiento, especialmente con las(os) más vulnerables, que no podrían contarlo mañana, mientras nos lamentamos de la “desgracia” o echamos la culpa a la incapacidad de atención del sistema de salud, y por supuesto, algo más que achacarle al presidente Pedro Castillo por su discapacidad como estadista y/o pedir su vacancia como está de moda entre chats, pasillos, salones, casa de playa y plazas. 


[1] Ver enlace.

[2]Ministerio de Sanidad. (17 abril 20202). Información Científica-Técnica. Enfermedad por coronavirus, COVID-19. España: Secretaría Técnica de Sanidad y Consumo, Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación, Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. 54 p.  

[3] Recordemos que, en medio de la masificación de la pandemia, el presidente Trump de los EE.UU. se transformó en el primer inhumano y pirata del siglo XXI, primero prohibió la venta de mascarillas y guantes 3M a Canadá y América Latina, robó mascarillas destinadas a Francia, luego acaparó BBC. (1 julio 2020). Detuvo embarque Remdesivir: la polémica compra de EE.UU. de casi toda la existencia mundial del prometedor fármaco para combatir el covid-19 (*)  No se quedaron atrás Alemania, República Checa y Francia respecto a otros países, ver enlace 3.

[4] Benavides, F.G., Vives, A., Zimmerman, M. y Silva-Peñaherrera, M. (Junio 2022). Exceso de mortalidad en población en edad de trabajar en nueve países de Latinoamérica, año 2020. Rev. Panamericana de Salud Pública, (46), e75. 

[5] El resaltado en negritas es mío.

[6] Valdez Huarcaya, W., Miranda Monzón, J.A., Napanga Saldaña, E.O. y Driver, C.R. (Junio 2022) Impacto de la COVID-19 en la mortalidad en Perú mediante la triangulación de múltiples fuentes de datos. Rev. Panamericana de Salud Pública, (46), e53, pp. 1-6. 

[7] OMS. (3 de marzo de 2022). Opciones terapéuticas y COVID-19. Orientaciones evolutivas. 114 p. 

[8] Hasdeu, S., Tortosa, F. (Diciembre 2021). Riesgo de sesgo de publicación en intervenciones terapéuticas para la COVID-19. Rev. Panamericana de Salud Pública, (45), e157. 

[9] Ángeles Correa, M.G., Villarreal Ríos, E., Galicia Rodríguez, L., Vargas Daza, E.R., Frontana Vázquez, G., Monrroy Amaro, S.J. et al. (Mayo 2022). Enfermedades crónicas degenerativas como factor de riesgo de letalidad por COVID-19. Rev. Panamericana de Salud Pública, (46),e40. 

[10] González, F., Pinzón-Segura, M.C., Pineda-Restrepo, B.L., Calle-Dávila, M.C., Siles Valenzuela, E., Herrera-Olano, N. et al. (Diciembre 2021) Respuesta con enfoque de derechos de la niñez frente a la pandemia por COVID-19 en Chile, Colombia y Perú. Rev. Panamericana de Salud Publica, (45), e151. 

[11] Scruzzi, G.F., Aballay, L.R., Carreño, P., Díaz Rousseau, G.A., Franchini, C.G., Cecchetto, E., et al. (Mayo 2022). Vacunación contra SARS-CoV-2 y su relación con enfermedad y muerte por COVID-19 en Argentina. Rev. Panamericana de Salud Pública, (46), e39.

[12] Brenes Gómez E. (Marzo 2022). Combinación de vacunas contra la COVID-19 y su eficacia: una propuesta teórica. Rev. Panamericana de Salud Pública, (46), e16. 

[13] El resaltado en negritas es mío.

[14] OMS. (17 mayo 2022). Enfermedad por el coronavirus (COVID-19): Vacunas. Preguntas y respuestas.

[15] EFE. (30 abril 2022). ¿Pueden vacunarse los pacientes recuperados de la covid-19? Lima: Saludconlupa. Una dosis de periodismo de calidad. 

[16] Sheikh, K. (5 febrero 2022). Me acabo de recuperar de covid ¿cuándo me pongo el refuerzo? La inmunidad que adquieres después de una infección de COVID-19 podría no ser suficiente para defenderte del virus de nuevo. Esto es lo que hay que saber. The New York Times. 

[17] Europa Press. (16 octubre 2020). Un estudio apunta que los anticuerpos de pacientes en recuperación caen rápidamente después de eliminar el virus. 

[18] Mishra, S. (23 MAY 2022). ¿Cuánto tiempo permanece la COVID-19 en nuestro cuerpo? 

[19] Rojas Cárdenas, C. et al. (abril 2022). Cuidados crónicos en pacientes con síndrome Pos-COVID-19 tras el egreso de cuidados intensivos. Rev. Panamericana de Salud Pública, (46), e23, 6 p. 

[20] Ramirez, C., Herrera Paz, E.F., Gómez Ventura, S., Linares, N. y Durón, R.M. (Julio 2021). Lidiando con las percepciones relacionadas con la trombosis y las vacunas COVID-19. Pan American Journal of Public Health, (45), e45.

[21] García-Cerde, R., Valente, J.Y., Sohi, I., Falade, R., Sánchez, ZM. y Monteiro, M.G. (Mayo 2021). Alcohol use during the COVID-19 pandemic in Latin America and the Caribbean. Rev. Panaméricana  de Salud Pública (45), e52.

[22] Bruno Gutierrez, S. y Orihuela Quispe, K. (Diciembre 2021). Weight gain and physical inactivity during the COVID-19 pandemic. Pan American Journal of Public Health,  (45), e136. 

[23] Ver enlace.

[24] OMS. (15 marzo 2022 [24 de mayo de 2021]). Recomendaciones provisionales para el uso de la vacuna inactivada contra la COVID-19 CoronaVac, desarrollada por Sinovac Orientaciones provisionales. 12 p. 

[25] OMS. (21 octubre 2021 [24 de mayo de 2021]). Anexos a las recomendaciones para el uso de la vacuna contra la COVID-19 CoronaVac, desarrollada por Sinovac. Clasificación de los datos científicos. Tablas «De los datos científicos a las recomendaciones», 32 p. 

[26] OMS. (19 mayo 2022) Recomendaciones provisionales sobre el uso de la vacuna CanSinoBIO Ad5-nCoV-S [recombinante] (Convidecia™) contra la COVID-19. Orientaciones provisionales, 14 p. 

[27] OMS. (19 noviembre 2021 [8 de enero de 2021]). Recomendaciones provisionales sobre el uso de la vacuna BNT162b2 de Pfizer y BioNTech contra la COVID-19 en el marco de la Lista de Uso en Emergencias Orientaciones provisionales, 2 p. 

[28] OMS. (19 noviembre 2021 [25 de enero de 2021]) Recomendaciones provisionales sobre el uso de la vacuna mRNA-1273 de Moderna contra la COVID-19, 13 p.

[29] OMS. (30 julio 2021 [10 febrero2021]). Recomendaciones provisionales sobre el uso de la vacuna ChAdOx1-S [recombinante] contra la COVID-19 (Vaxzevria™ (AZD1222) de AstraZeneca y Covishield™ del SII). Orientaciones provisionales, 14 p. 

[30] OMS. (20 de diciembre 2021). Recomendaciones provisionales sobre el uso de la vacuna Novavax NVX-CoV2373 contra la COVID-19. Orientaciones provisionales, 10 P. 

[31] OPS. (15 junio 2021 [17 marzo 2021]). Recomendaciones provisionales sobre el uso de la vacuna Ad26.COV2.S de Janssen contra la COVID-19. Orientaciones provisionales, 09 p. 

[32] OPS. (7 mayo 2021). Recomendaciones provisionales para el uso de la vacuna inactivada BIBP contra la COVID-19 desarrollada por el China National Biotec Group (CNBG), Sinopharm Orientaciones provisionales, 8 p. 

[33] OMS. (22 julio 2021). Guía sobre la realización de evaluaciones de la eficacia de las vacunas en el contexto de las nuevas variantes del SARS-CoV-2. Orientaciones Provisionales. Anexo a la Evaluación de la eficacia de las vacunas contra la COVID-19: Orientaciones provisionales, 20 p. 

[34] OMS. (26 de enero 2020). Comunicación de riesgos y participación comunitaria (RCCE) en la preparación y respuesta frente al nuevo coronavirus de 2019 (2019-nCoV) Orientaciones provisionales, 2 p. 

[35] OMS. (7 de junio 2022). Mantenimiento de las medidas de prevención y control de las infecciones por el virus de la COVID-19 en los establecimientos de salud Reseña normativa. 10 p. 

[36] Ver enlace.

[37]  Moyano, D., Lay Mendivil, L. (Noviembre 2021) Productos comunicacionales para la prevención de la COVID-19 promovidos por los gobiernos de América Latina y el Caribe. Rev. Panamericana de Salud Pública, (45), e111.

[38] Palmeiro-Silva, Y.K., Weinstein-Oppenheimer, C., Henríquez-Roldán, C.F., Bangdiwala, S.I. (Diciembre 2021). Alfabetización estadística y comunicación de riesgo para la vacunación contra la COVID-19: una revisión de alcance. Rev. Panamericana de Salud Pública, (45), e108.

[39] OPS, OMS. (Abril 2020). Covid 10. Consejos para Informar. Guía para periodistas. Washington, DC: Organización Panamericana de la Salud-OPS, Organización Mundial de la Salud -OMS, 15 p. 

[40] OMS. (23 de diciembre del 2020). Estrategia global de comunicación de riesgos y participación de la comunidad para la COVID-19. Diciembre del 2020 – mayo del 2021 Orientaciones provisionales. WHO/2019-nCoV/RCCE/2020.3, 46 p.  

[41] MINSA. (1 de abril de 2022). Protocolo de aplicación de tercera y cuarta dosis para la vacunación contra la COVID-19, Lima: Ministerio de Salud-MINSA

[42] Instituto Nacional de Salud.  (9 de marzo 2022). Eficacia/efectividad y seguridad de dosis de refuerzo (cuarta dosis) de vacunas contra COVID-19. Lima: INS. Nota Técnica, COVID-19 (016-2022). 

[43] En la página web aparece una advertencia en rojo: “Precaución: Los preprints son informes preliminares de trabajo que no han sido certificados por revisión por pares. No se debe confiar en ellos para guiar la práctica clínica o el comportamiento relacionado con la salud y no se deben informar en los medios de comunicación como información establecida.”  ver detalle en el enlace.

[44] Instituto Nacional de Salud. (5 mayo 2022) Regulación internacional sobre la edad para el uso de la segunda dosis de refuerzo de la vacuna contra el SARSCoV-2. Lima: INS.  Nota técnica (025-2022-UNAGESP-CNSP/INS), 8 p.s.n. 

[45] MINSA. (1 abril 2022). Protocolo de aplicación de tercera y cuarta dosis para la vacunación contra el Covid 19. 

[46] Castillo, Pedro (Presidente de la República). (9 diciembre 2021) Decreto Supremo Nº 179-2021-PCM. Decreto Supremo que modifica el Decreto Supremo N° 184-2020-PCM Decreto Supremo que declara Estado de Emergencia Nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de las personas a consecuencia de la COVID-19 y establece las medidas que debe seguir la ciudadanía en la nueva convivencia social. 

[47] Castillo, Pedro (Presidente de la República). (30 diciembre 2021) Decreto Supremo Nº 188-2021-PCM. Decreto Supremo que modifica el Decreto Supremo N° 184-2020-PCM Decreto Supremo que declara Estado de Emergencia Nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de las personas a consecuencia de la COVID-19 y establece las medidas que debe seguir la ciudadanía en la nueva convivencia social y el Decreto Supremo N° 179-2021-PCM. 

jueves, 6 de enero de 2022

TERCERA DOSIS DE VACUNA CONTRA EL COVID 19

La vacunadora
Venciendo mi incertidumbre, dudas y temores, el 5 de enero 2022, decidí vacunarme contra el Coronavirus SARS-CoV-2, más conocido como Covid 19, por tercera vez me tocó la vacuna Pfizer aun en su condición de prueba. Es decir, más allá de evitar que me mueras con el Covid 19 y sus versiones India (Variante Delta/Kappa, B.1.617), británica (Variante alfa, B.1.1.7), sudafricana (Variante Beta, B.1.351) y brasileña (Variante Gamma, P.1) y la actual ómicron sudafricana[1], soy consciente que persiste mi incertidumbre sobre sus efectos colaterales.

Riesgo que asumimos en todo el planeta cada una de las personas que a través de una o más vacunas, al optar por el cuidado personal y de las otras personas con las que convivimos e interactuamos. No hacerlo si bien es un derecho y riesgo personal, es también un suicidio de ser una persona obesa, con comorbilidad y perder la vida por ello como ha sucedido con millones en el mundo y cientos de miles en el Perú. Si  se es inmune, implica asumirse como responsables de otras muertes, sea de personas cercanas con quienes convivimos y amamos o aquellos con los que coincidimos en espacios cerrados. Es innegable que existen contra vacunas, que nos les importa ni conmueve, transformarse en una amenaza que pone en riesgo la salud pública, al ser portador/a y/o laboratorios andantes para que el virus mute, más la agresividad de la pandemia en primera persona, hace que cada día sean menos.

Mi incertidumbre se sostiene en la conjunción de tres variables: su efectividad, tiempo de duración entre cada dosis y efectos secundarios en cada persona.  Cuyo acento está puesto en la tercera variable, donde nada puede acelerar el proceso humano personal en sus manifestaciones y consecuencias, por estar asociada con complejidades físicas, biológicas, psicológicas, sociales, emocionales y espirituales de cada persona.

Si bien existen porcentajes referenciales de la efectividad de vacunas, estamos a destiempo para asegurar una bondad mayor que los efectos colaterales, hoy nos movemos en la sobrevivencia. Los efectos colaterales existen y son innegables, aun cuando estadísticamente aparecen en proporciones mínimas, cuentan para quienes amamos la vida humana[2]. Al respecto tenemos por referencia, experiencias previas de vacunas que requirieron por lo menos 10 años para medir sus efectos colaterales, sin por ello negar que ese mismo proceso fue necesario pese a su alto costo social, para transformarse en innegable aporte para combatir determinada enfermedad,

Un ejemplo proviene  de las vacunas contra la Poliomelitis que en su primera versión de Vacuna Parenteral de Virus Inactivados (VPI 1, 2, 3), requirió 8 años para su elaboración (de 1948 a 1955), cuyo perfeccionamiento se extendió hasta 1983 (VPI 8, 21). La segunda Vacuna Oral de Virus Vivos Atenuados (VPO) se produjo entre 1961-1963, tras 10 años de investigación[3]   siendo aplicada en su versión trivalente hasta 1991, sin eliminar el riesgo que el vacunado/a pudiese ser portador. El último caso de niño afectado por la poliomelitis de versión salvaje  en la región, fue en el Perú (Luis Tenorio de la ciudad de Junín), en Europa el último caso fue a inicios del siglo XXI (2002) [4]. En el 2016 se retiró la versión trivalente a cambio de la polivalente, logrando que en 3 años a más los casos en el planeta disminuyeran, ergo sus estudios y efectos se mantuvieron a lo largo de más de 70 años. Habrá argumentos que afirmen que ello se debió a la escasa tecnología e versión en la investigación científica, más el aislamiento de información entre países.

Asumiendo para el aceleramiento del proceso hoy se cuenta con tecnología, ciencia desarrollada y capital a disposición, la lógica se inclina hacia la  necesidad mínima de  la mitad de tiempo para establecer daño colateral. El Covid 19 se manifestó hace poco más de dos años[5], en tanto las vacunas fueron desarrolladas en algo menos de un año[6]. Hablar sobre la disposición y aplicación de vacuna, no es tan simple pese a que en estos días su discusión se ha reducido a estar dispuesto o no a vacunarse. Sólo el proceso de producción de una vacuna implica la inversión de 110 días[7] -explicando en parte el desabastecimiento para muchos países del planeta-, y algo que poco se ha difundido, es que se ha sostenido en resultados de años de investigación respecto a otros coronavirus[8] como los virus SARS-CoV y MERS-CoV, surgidos en China y Arabia Saudí en los años 2002 y 2012 respectivamente.

Ergo el proceso de la existencia de las vacunas ha sido producto de un récord científico nunca antes realizado en el planeta debido al avance del desarrollo de la ciencia, pero conocer sus efectos requiere de las condiciones humanas que escapan a los laboratorios, un riesgo compartido por quienes nos sometemos a una vacuna de prueba con los laboratorios,  porque no queda otra ante la letalidad de la pandemia.

En cuanto a mis dudas ante la tercera dosis, disminuyeron al aproximarme en tiempo, a los  6 meses de entre una dosis y otra originalmente recomendado, la cual  se ha reducido al 50% ante la versión ómicron, que   a su vez está en proceso de conocimiento y estudio, su único indicador verificable es el alto nivel de contagio. En apenas 5 días del año 2022 asola al planeta y que de ningún modo parece ser menos maligna[9], sino que viene atenuándose en vacunadas/os, en el Perú  el mayor porcentaje de muertos y en UCI son quienes no se vacunaron[10].

Las vacunas en su estado de prueba, vienen modificando procedimientos por la presión del virus, añadiendo nuevas variables a la medición de sus efectos para el futuro, haciendo que las medidas de política avancen, se detengan y retrocedan a confinamientos, en tanto lo más efctivo sigue siendo la aplicación de protocolos: usar mascarilla, lavarse las manos, mantener la distancia, evitar espacios concurridos o por encima de aforos y en casos de comorbilidad y de privilegiadas/os como el mío seguir en autoaislamiento con la menor exposición posible, aún cuando ello significa cambiar radicalmente de estilo de vida.

Vencer mis temores, solo sería posible durante y tras la aplicación de la tercera dosis, puesto que las dos primeras,  por mi condición de comorbilidad[11]fueron incrementándose en reacciones e intensidad de sus manifestaciones en mi cuerpo. La primera dosis a los 12 minutos de aplicación, generó punzadas directas en mis riñones, más adelante los dolores de cabeza, muscular, cansancio, así que estuve en cama 3 días, fui superando estos efectos como toda gripe con comida saludable, descanso y mucho líquido. La segunda dosis, fue acompañada por mi caída y doblada de tobillo camino a mi vacuna, por cuanto los efectos duraron más días, pero como no hay mal que por bien no venga, mi inmovilidad por el tobillo favoreció mi menor percepción de los estragos por el uso de analgésicos para el tobillo, las mismas medidas, además del amor, calor familiar y amical.

Le temía a la tercera dosis, por eso esperé al mayor distanciamiento con la segunda, pero la impostergabilidad de mis chequeos médicos por mis otros padeceres y el declarado incremento de la nueva versión de la ómicron el día previo, me impulsaron a ir por ella a las cinco de la tarde del quinto día del nuevo año. Esta vez sola, en compañía de mis celulares, mi hermana quedaba al cuidado de nuestra madre y los hombres de la casa estaban indispuestos. 

Me dirigía al centro de vacunación de mis dosis anteriores, pero la falta de vehículo durante unos minutos me motivo a caminar hacia la avenida con mayor tránsito. En mi ruta estaba el Centro de Salud Santa Rosa, aquel donde falleció el primer médico del Perú Wayner Arnulfo Benites Cerna al iniciarse la pandemia, donde la política contra el Covid 19, según un analista fue político-militar antes que sanitario desde su denominación misma “Comando de operaciones” [12], luego de la muerte del Dr. Wayne Benites, el CS se mantuvo cerrada por mucho tiempo, pensé que no abriría nunca y desaparecería por deterioro formando parte del paisaje inadvertido.

Cuando me aproximé a ella, uno de mis amigos de la juventud, me llamó preguntándome si ya me había puesto la tercera vacuna, le dije que iba en camino a él. Con su esposa me dijeron en coro: “Ven a vacunarte aquí, contigo somos seis”. Se referían al número de personas necesarias para abrir un frasco de vacuna. Yo pensé que era él y ella, pero un señor en su vehículo, señaló que traería a otras cuatro personas. Entregué mi DNI para que verificaran mi programación y datos formando parte del único grupo de vacunadas/os en la nuestro CS para ese momento, un servicio que  pertenecía al primer nivel de atención de salud del país, verificando de este modo que una de las promesas de campaña del Presidente Castillo, era una realidad y me beneficiaba.

A diferencia de las dos primeras veces en un vacunatorio masivo donde todas/os estábamos acompañadas/os pero anónimos, en silencio, conducidos y contenidos por anfitriones/ facilitadores que no reducían nuestra ansiedad ni interrogantes. Esperamos fuera de las instalaciones y con la distancia correspondiente, mientras mi amigo, su esposa y yo, nos poníamos al día en los rigores del Covid 19 en nuestras vidas y el barrio, al punto que pese a tratar un tema dramático compartimos el calor de la solidaridad, nuestro sentir, riesgos, temores, actitudes y las razones por las que nos vacunamos.

A las 6 p.m. fui la segunda del grupo en vacunarme, la enfermera encargada me recibió con calidez preguntándome por mi hermana Luz, le dije que estaba bien y acompañando a mamá. Mi hermana menor es mujer y pobladora notable a nivel local y distrital, por su labor de compromiso social católico, proyección comunitaria, responsable del Botiquín Parroquial por más de 25 años y en su momento dirigente barrial, habiendo establecido una gran colaboración con el CS y otras instituciones de la localidad y distrito.

La enfermera, me preguntó por mis dosis previas y sus efectos, le conté todo lo experimentado y mis afecciones de persona con comorbilidad. Ella respondió que podía tener las mismas reacciones previas o más, por lo que quedaría en observación. Me mostró la dosis, explicó que se trataba de la vacuna Pfizer, me aplicó la vacuna, retornó mi carnet, DNI e informó que mis datos aparecerían en línea en un promedio de tres días.

Así es como por más de una hora fui puesta en observación, descubriendo que el personal de turno estaba compuesto por un joven médico que me trató con calidez, calidad y meticulosidad, mientras le iba describiendo mis síntomas cada 15 minutos. Me auscultó con cuidado, tomó todas las medidas y no me dejó salir de las instalaciones con las indicaciones a seguir en mi hogar y la presencia de mi hermana que fue a auxiliarme pasadas las 7 p.m. Si bien los malestares fueron más notables, el ambiente, condiciones y trato humano hicieron que esta tercera experiencia fuera menos traumática para mí, al mismo tiempo que pude constatar que era una práctica que se reproducía en otras/os pacientes. Desde los vigilantes, el personal auxiliar y médico, si bien era pasado las siete de la noche, permanecían atentas/os como si recién hubieran iniciado su jornada.

Mientras estaba en observación, pude advertir que las/os siguientes vacunados, tuvieron tres tipos de atención simultánea: a) la aplicación de la vacuna, b) la consulta respecto de su salud personal y/o parental y c) información de los servicios del CS, proporcionado por la vacunadora. Cuando ella concluyó su labor, se acercó a mí para indagar mi estado le respondí que la presión en la cabeza y punzadas en manos como espalda estaban cediendo.


Al mismo tiempo le comenté que por ser enfermera o mujer reproducía la labor de la ama de casa, imposible medir para dar valor a su trabajo en las cuentas nacionales. Puesto que la medición para valorar el trabajo está pensada por actividad y tiempo de producción, de modo que hasta el momento era imposible medir labores simultáneas en un mismo tiempo como: cocinar, cuidar, lavar, limpiar, atender el teléfono, pensar en el problema de turno familiar y su solución, mantenimiento de equipos y herramienta que realiza la ama de casa. En su caso yo acababa de descubrir tres actividades simultáneas, también inmedibles posible de graficarse con las tres C: calidad, calidez y cuidado del paciente.   Le agradecí y felicité, ella respondió que amaba su trabajo, a veces obstaculizado por las condiciones de infraestructura, equipo y materiales, pero que se las ingeniaban en equipo.

Cuando le pregunté por el Dr. Benites, me dijo que fue un gran golpe en el ánimo del personal y trabajadores del CS, que recién a mediados del año pasado, empezaron a recuperarse, a ello había ayudado el incremento de personal a dos turnos para una atención 8 a.m. a 8 p.m. junto con las nuevas políticas de prevención como la vacuna contra la influenza casa por casa.

Mi hermana llegó a la puerta, el médico me dio de alta y mientras salía una paciente que ya estaba cuando llegué se me acercó y dijo: “Ha visto que lindo es el doctor”. Le dije: “Si es lindo, bueno y eficiente, rece porque los cinco siguientes años el sistema no lo transforme en distante, despectivo y deficiente”, ella rio.

Caminamos del brazo con mi hermana las cinco cuadras a casa, le conté los sucedidos, agradeciendo a Dios y la vida estas condiciones casuales en las que me coloqué, que nos abrían nuevas perspectivas en el barrio, el distrito y país. No todo podía estar mal cuando nuestro sueño de servicio de calidad y accesible en el primer nivel de salud a nivel nacional empezaba a mostrar que era posible. La siguiente semana ella se vacunaría en su tercera dosis, cuando yo tomara la posta en la casa.



[1] BBC. (21 junio 2021) Ómicron: los gráficos que muestran las 5 variantes de SARS-CoV-2 que la OMS considera "de preocupación". Recuperado el 6 enero 2022 de  https://www.bbc.com/mundo/noticias-57527964

[2] Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. (28 de diciembre 2021) Se notificaron algunas reacciones adversas después de la vacunación contra el COVID-19. Recuperado el 6 de enero del 2022 de   https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/safety/adverse-events.html

[3] Gatillon Pérez, Sandra (Julio 2019). Trabajo Fin de Grado Vacunas de la Poliomielitis Pasado, Presente y Futuro. Universidad Complutense, Facultad de Farmacia, 20 p. Recuperado el 6 de enero del 2022 de   http://147.96.70.122/Web/TFG/TFG/Memoria/SANDRA%20GATILLON%20PEREZ.pdf

[4] Traviezo L. Poliomielitis, una historia de inicio triste y final feliz.  Boletín Médico de Postgrado 2021; 37(1): 15-20 ISSN: 0798-0361. Recuperado el 5 enero 2022 de https://revistas.uclave.org/index.php/bmp/article/view/2822/1764  

[5] OMS (27 de abril de 2020). COVID-19: cronología de la actuación de la OMS.  Recuperado el 6 enero 2022 de  https://www.who.int/es/news/item/27-04-2020-who-timeline---covid-19 

[6] Vardi, Nathan. (20 mayo 2020). La historia interna detrás de la pandemia, el director ejecutivo y un tratamiento prometedor y no probado. Recuperado el 5 enero 2022 de https://www.forbes.com/sites/forbes-personal-shopper/2022/01/05/nordstrom-sale-ugg-slippers/?sh=76e306f32271

[7] Fuentecilla, Jose Luis; Herráez, Cristina Madrid. (28 marzo 2021). "Esto no es hacer zumo de naranja", el complejo proceso de fabricación de una vacuna contra la covid-19. Recuperado el 6 enero 2022 de https://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/el-largo-y-complejo-proceso-fabricacion-vacuna-contra-la-covid-19_18_3112470424.html

[8] Costa, Camilla y Tombesi, Cecilia (11 diciembre 2020). Vacuna para algunas enfermedades (y por qué este coronavirus es un caso histórico) BBC News Mundo.https://www.bbc.com/mundo/noticias-55232518

[9] UN. (6 enero 2022). COVID-19: La última semana de 2021 alcanzó el mayor número de casos reportados durante la pandemia. Recuperado el 6 de enero del 2022 de https://news.un.org/es/story/2022/01/1502242 

[10] Hernando Ceballos Flores, Ministro de Salud (4 de enero 2022) Situación de la Pandemia en el Perú, Conferencia de Prensa del Ministro de Salud. Recuperado el 6 de enero del 2022 de https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=712934056779453

[11] Saavedra Idrogo, Franklin. (23 junio 2020.) La comorbilidad y el COVID-19. Recuperado el 6 de enero del 2022 de  http://www.usat.edu.pe/articulos/la-comorbilidad-y-el-covid-19/

[12] Cuba, Herbert (9 abril 2020) Pandemia Covid-19: ¿cuál es el plan? Estrategias militares y policiales ocupan el lugar que debería tener la ciencia médica. Recuperado el 6 de enero del 2022 de  https://elmontonero.pe/columnas/pandemia-covid-19-cual-es-el-plan