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viernes, 5 de agosto de 2022

I. CRISIS ESTANCADA: CÍNICO DÉJÀ VU


Por salud mental, me había descolgado hace buen tiempo de los acontecimientos políticos del día a día, porque comprendí que la crisis generada por la oposición al gobierno se había estancado en la negación y la búsqueda de cinco pies al gato, en medio los actores exhibiendo patéticamente sus dotes histriónicos y cinismo desvergonzado. Cuando inicié este artículo el 5 de agosto, me subí y bajé del túnel del tiempo tantas veces como mis pensamientos se reflejaron en el espejo del 14 de septiembre de 2000[1]

Desde la segunda vuelta electoral, los resultados   y durante la gestión del primer año de gobierno del profesor Pedro Castillo Terrones, se ha producido una de crisis estancada, generando distancia y hedor, al tornarse permanente. Sea por escasa creatividad para el desenlace y/o menos deseo real de llegar al climax del conflicto y producirse la desencalada, de los principales actores, siendo vencidos por su propio temor de ser arrasados(as) por el mismo huayco que engendran.

A cambio, se ha añadido dramatismo de uno y otro lado, desde de los aliados, mientras las expectativas de los verdaderos interesados y financistas para expectorar al presidente, buscan otros mecanismos, ante el fracaso de los tres asaltos de vacancia: el primer a los tres meses, el segundo a los seis y la última esperanza antes que cumpla el año de gestión. Los más comprometidos decidieron hacer que renuncie con alaridos de corrupción, que en boca de quienes han dado sentido y contenido a la palabra,  con su actuar  durante la mayor y escancalosa corrupción del país de los noventa, aparece como un mal chiste.

Por qué y a quien escribo

Escribo porque tras 21 años de la caída del Fujimontesinismo y antes de alcanzar 3 años de la disolución de sus congresistas, por su  arremetida  para tomar el poder ejecutivo por asalto (2019), se produjo la elección de un congreso de transición que devino en vergüenza. 

Tras nuevas elecciones enfrentamos a una  descomposicion de legisladores que por tercera vez pretenden consumar los empeños de sus antecesores, blandiendo trasnochadas ideología y práctica oligárquica e inconfesos intereses económicos y de poder. 

Tras sobrevivir a la pandemia, mis ventanas de reflexión, son los medios electrónicos, grupos virtuales, mis redes sociales, blog y esta herramienta donde el signo se transforma en palabra por generosidad de mi hija -mi gran y potente CPU sigue hibernando-, permitiéndome  tirar mi botella de pensamientos a la mar de la red. Luego leer en silencio al pensamiento común, porque desde mi discusión virtual con algunos extremistas iluminados a inicios del presente siglo, descubrí la sabiduría del silencio que no llega a ser indiferencia, porque leo con atención y la misma angurria de conversat con pares, aquello que expresan, lo implícito y hasta la grafía.

También descubrí, que el rol de un artículo escrito en la red, es para abonar a generar información alternativa para generar diversas corrientes de opinión. Alimentando el debate entre desconocicidos con distinta miradas y posición, pero igual o mayor respeto. Produce aquello que yo llamo el proceso de autoconciencia mediante lectoescritura: a) leer, b) entender, c) discrepar, d) ensayar una respuesta,  e) argumentar y f) escribir. Primer paso, para un proceso reflexivo unipersonal, generando espacio para la toma de  conciencia, evitando que nuestra mente se liite a ser  eco o depósito de otros pensamientos e ideas en la era digital.

Escribo  frecuentemente como si pensara en voz alta, en tal sentido advierto a quien me lee, que el pensamiento fluye, no se detiene, se transforma, amplia, crea, se corrige así mismo y reescribe. Por eso cuando escribo hago de cuenta que es borrador, puesto que se  retroalimentade otros argumentos. Provocándome nuevas reflexiones y quizás nuevo conocimiento sobre el ser de hoy, la cultura, pensamiento, percepciones, sentir y hacer.

Primer acto de coyuntura de ayer  

Mirar por casualidad de conexión, el final del mensaje presidencial en 28 de julio, me retornó al tiempo de la mayor exhibición cínica de la extensa y profunda corrupción en los poderes del Estado peruano que se exhibió por televisión, por quienes en este tiempo llaman corrupto al presidente de turno acompañado de insultos y vejaciones.

Enturbiando el escenario político del país, ya golpeado por una pandemia, devaluación, hambre. Un frágil e inexperto presidente arrinconando, que no imaginamos y tampoco él imaginó serlo, pero sólo eso nos dejó el cinismo de la corrupción al insistir por apropiarse del poder ejecutivo. Ya en el ruedo no queda otra que mantener las reglas de juego de la democracia y no petardearla desde adentro.   

Con el fujimontesinismo iniciamos el nuevo siglo, consagrándonos como país bananero no porque las mujeres y hombres indignados hayamos salido a las calles en recuperación de la democracia y dignidad social, sino porque el sistema corrupto, hizo crisis de adentro para afuera del gobierno, aquella denominada técnicamente como crisis política endógena, que términos coloquiales es un misil que reventó en manos de quien lo lanzaba o popularmente autogol[2].

Durante el desmoronamiento del fujimontesinismo, tenía un espacio entre pares, para la reflexión académica, política y social. Conducido por  Sinesio López, quien antes que profesor, era facilitador del seminario de análisis político en la maestría de sociología, integrado por 18 profesionales de distintos desempeños, carreras y universidades del país, expertas(os) de larga trayectoria práctico- profesional, como un ex ministro de educación, el secretario de juventudes de  un partido político, una directora de ONG concentrada en el desarrollo agroeconómico, más de un funcionario público, un cura que había incursionado en la defensa ecológica, más de un docente universitario en sociología de UNMSM, UNFV, UNFSC-Huacho, USMP y algunas(os) como yo, explorando saberes para alimentar su ser y hacer.

Cuasi todos entrenados en categorías de análisis sociopolítico convencional, compartían similar lectura con Sinesio, sobre el desencadenamiento de los hechos y actuaciones de Fujimori y Montesinos tras los Vladivideos. Yo era la única con una opinión diferente por ser neófita en el uso de esas herramientas. De tanto acierto/desacierto y vencido por la evidencia, entre sesión y sesión, Sinesio me miró y confesó: "Lo que está sucediendo con la coyuntura política de hoy escapa a todas las categorías convencionales de análisis político, hoy es más útil el sentido común". De allí mi valoración al pensamiento común más que a ecos interesados.

En ese espacio académico, nació nuestra manía compartida con Sinesio López, de suspender nuestro andar sin importar el espacio y sendero, para leer la coyuntura y arrebatarnos los futuros escenarios que se configuraban desde su mirada y la mía, con tanta angurria cómplice, que cuando alguien intentaba sumarse no nos enterábamos, porque seguíamos en un diálogo bidireccional.  

Hoy descubro, la falta que me hace los espacios colectivos de coincidencias y disidencias, la magia del libre tránsito y de cara al sol mientras vivo mi auto confinamiento en lecturas de tesis tras tesis, algunas más que otras de espaldas a nuestras necesidades y cercanas a Europa, Oriente o al sueño americano, pese a que hoy es más una vigilia que a momentos enfrenta a sus peores pesadillas también producida en setiembre.

Recordándome a un al último día de setiembre del 2019, donde parte de los mismos(as) personajes que hoy denigran al presidente de todos(as) -aun cuando nos pese-, también impidieron al premier Salvador del Solar solicitar la cuestión de confianza[3], enlisté las secuelas del mismo y pensé en lo poco que hemos aprendido y cuanto se ha descendido en hacer política en elpoder legislativo del Estado, donde ninguno me representa.



Cuando sucedió la afrenta a Salvador del Solar y su magistral desempeño como actor, mi espacio de reflexión era tanto virtual como presencial, con estudiantes de posgrado, colegas docentes y organizaciones de mujeres. De modo que el cierre del congreso fue la respuesta a un clamor en voz en alta en espacios organizados, redes, calles plazas y el debate especializado[4]

Si bien llegar a ese extremo para recuperar una de las instituciones pilares de la democracia, de por sí fue una medida extrema. Para la percepción de la mayoría no quedaba otra. Pueda que por ello bajamos la guardia, creyendo que la jauría de legisladores de quinta había sido expectorada. La realidad nos golpearía directo al rostro, sus sucesores previstos sólo por un año, hicieron todo lo posible por quedarse y volver a romper el equilibrio de poderes.

La pandemia llegó y nos halló con 100 camas UCI, inmovilizó a la mayoría, la gente moría en las calles, sus casas y puerta de hospitales. Los cementerios desbordaron, mientras la corrupción se recomponía, reptaba y devoraba a un frágil gobierno de transición, produciéndose un nuevo golpe-renuncia y segundo gobierno, con el saldo  de  tres presidentes wen el periodo  del  gobierno de uno. 

Nuevamente, creímos que todo quedó atrás, con sancionando políticamente al APRA, omitiendo la complicidad de AP y los acomodos de APP. Más el monstruo, seguía pisando firme llevándonos a elegir entre el cáncer de la corrupción y un outsider cargado de incertidumbre, cuyo triunfo nos ha colocado en esta crisis política de una coyuntura que va del cierre de su primer año a la fecha,  que pretendo reflexionar en más de  un acto.   

La coyuntura de hoy virando el timón por el mismo capitán

Es indiscutible la precariedad de estadista del presidente electo, pero de allí a desconocerlo e instalar una crisis sostenida a lo largo de su primer año por demócratas, transparentes, pulcros y honestos(as) que conforman la oposición, hay una gran distancia, que se abrevia en la negación de sus argumentos con sus actos e historia.

Pedro Castillo, se respaldó inicialmente en el partido político que lo llevó a ser electo,  como corresponde a todo gobierno de turno, pero que además de ser cuestionado por ello, resultó siendo su peor enemigo político. 

Al ser un maestro provinciano, desconectado de las redes de poder y alianzas tradicionales con los mismos gestores políticos que han sido parte de los gobiernos de turno de los últimos treinta años,  designó como soporte de  su gestión , a nuevos(as) ensayistas de la corrupción, inspirados no en  la vieja práctica del tarjetazo,  clientelismo y compadrazgo que exhibieron gobiernos previos a lo largo de doscientos años, sino la emergencia de una cultura negada pero viva, del  hospedaje,  paisanaje y el parentesco.

Una práctica cultural que se tolera y hasta aplaude de lejos, en el migrante cuando no afecta la vida y estilos de hacer política a los dueños del país y sus cómplices. Manteniéndose como practica de emprendedores, microempresarios, ambulantes, familias agregadas de los cuatro conos de Lima y las grandes ciudades del país. En la política quizás hasta ser alcalde y presidente regional.

Pero ya a nivel presidencial, sea en la casa de Breña (hospedado) y luego en Palacio de Gobierno (paisano/ pariente) no sólo escandaliza, también se desliza hacia la cornisa del delito empantanando al presidente Castillo y su entorno más cercano en acusaciones, sospechas y arremetidas, en tanto las pruebas brillan por su ausencia hasta este momento que escribo, mañana todo puede ser. 

Durante el escalamiento del conflicto que va del 28 de julio a la fecha, si alguien ganó en el tablero de ajedrez al 5 de agosto, es el poder ejecutivo, pese a quien le pese y digan lo que digan, especialmente quienes han hecho de la desinformación su modus vivendi.

En este nuevo juego político, el poder ejecutivo, su alfil Aníbal Torres, colocó en aparente riesgo de jaque a su rey, buscando que aquel que inició una ofensiva usando todos sus misiles durante el discurso presidencial, revelara su juego y estrategias. Sin duda lo logró, las actitudes, conductas, vocería, propuestas, apuestas, celebraciones, frotadas de mano y decisiones tras el 5 de agosto los(as) pinta en luz y sombra.

Entre los actores, Torres consolidó su poder y confianza en el poder ejecutivo. Permanencia que hasta la puesta a disposición de su cargo (3 agosto), ya era superior a sus antecesores[*], mas allá de sus aciertos y desaciertos comunicantes. Con la ratificación, inicia un quinto gabinete, sin el peso de la mochila del partido político, para manejarse con mayor holgura hacia el interior del ejecutivo y sin necesidad de variar en estilo hacia afuera con los otros dos poderes: legislativo y judicial. 

Lo ha hecho y continuará sin duda alguna en esa línea, por su conocimiento y manejo de la naturaleza, competencias y límites de los mismos; antes que, por su práctica de buena vecindad y desgaste en la respuesta política a cada banderillada de uno y otro lado. Algo que le hubiera costado grandes concesiones a un nuevo premier, en una coyuntura donde los otros están con las espadas desenvainadas y sangre en el ojo.

Leyendo desde una perspectiva afirmativa que trasciende al negacionismo desbordante, modificar en un tercio la composción del gabinete,  es otro dato a leer detenidamente y con  proyección. 

Los cambios en las carteras de Economía, Relaciones Exteriores, Cultura y Vivienda, así como movidas en sectores sensibles de Trabajo y Transporte, indicaría que Castillo junto a su premier habrían adoptado una nueva estrategia acorde al mensaje subyacente del 28 de julio que todes decidieron ignorar, en el peor de los casos denigrar. Para ello, tomará la pelota que el Congreso dejó en su cancha, con su actuación durante mencionado mensaje.

[*] Es el primer Premier de mayor tiempo en el cargo con 5 meses y 26 días seguido de Mirtha Vásquez con 3 meses y 23 días y Guido Bellido 2 meses y ocho días, puesto que Valer sólo se mantuvo 6 días.

jueves, 27 de enero de 2022

PROBLEMA BINACIONAL O CINCO PIES AL GATO

Conversando con un millennial sin memoria ni referentes, que argumenta la salida de Bolivia al mar es un entuerto comunista, entre Castillo, Evo y un poco más, Maduro, Castro y Putín -en verdad cuando de crear monstruos se trata, la imaginación no para-, mientras lo escucho imagino que pasa por la cabeza del Presidente Castillo. Un político que ha sobrevivido y puede contarlo, al terreno pantanoso y movedizo del segundo gremio más combativo después de Construcción Civil como sucede con  educación. El SUTEP, uno de los más incólumes ante las agresiones de un gobierno fujimorista que pretendió desaparecerlo durante una década, tras su caída  sus congresistas fujimontesinistas y aliados de turno, sólo lograron fragmentarlo en dos partes. Con él nace un nuevo actor político, que  es justamente nuestro Presidente Castillo, si a alguien se debe colgar el san Benito que esto sucediera,  es a ellos. Por cuanto me pregunto, ¿Será Castillo tan ingenuo, incapaz, suicida o un frío, estratega y calculador político?

Cuando Castillo, declara a Fernando Del Rincón en CNN sobre la salida de Bolivia al mar lo hace tras su entrevista a Hildebrand y sin duda ya identificó las reacciones desde un aprendiz hasta un incapaz a ser vacado, entonces me pregunto que pretende: a) alborotar el gallinero y distraer de otro punto ¿Cuál?, b) provocar que hablen de él aun cuando sea mal ¿Popularidad?, c) hacer creer que no tiene norte  cuando en verdad lo tiene ¿Ganar tiempo para qué?, d) está colocando las piezas una a una en su lugar ¿De qué? o e) quizás sea tan simple como lo percibe el pensamiento común y silvestre, un suicidio político, que le viene como anillo al dedo a la extrema derecha. 

Para no perderme en mis propias elucubraciones, respondo a mi interlocutor que si Castillo es un político medianamente ladino y calculador en la línea de los que acostumbramos a tener como fueron los seis ex presidentes o congresistas fujiapristas, acciopopulistas, APPcitas y  no un suicida político. No necesita consulta alguna, referéndum o aprobación del Congreso para dar salida al mar a Bolivia, ergo no necesita descubrir la pólvora.

Basta que reactive el Convenio Marco Binacional de Amistad, Cooperación e Integración “Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz” celebrado el 24 de enero de 1992 entre los neoliberalistas, Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora. Una salida ubicada a 17 kilómetros al sur de la ciudad de Ilo y a 462 kilómetros al oeste de La Paz, que tiene una duración de 99 años, por cuanto su vigencia es hasta 2081[1].

Convenio que ha sido oleado y sacramentado por cada uno de los congresistas que han sucedido a los(as) del Congreso Constituyente Democrático de Fujimori, así como ratificado por los gobiernos sucesivos: Toledo, García, Ollanta y PPK. Si Toledo no hizo nada por cambiarlo, García cuasi lo transformar de salida convenida a territorio soberano de Bolivia.  Ollanta negó concesiones mineras en la zona ratificando el respeto convenio[2]. PPK no hizo nada porque no le alcanzó el tiempo y a Vizcarra lo obnubiló la pandemia. La cereza de la torta fue que en su momento toda la ciudadanía aplaudió por diferentes razones.

El único descontento fue Chile, reclamando que el gobierno peruano no le haya consultado tal decisión. Siendo su móvil no geopolítico como es el tratamiento usual del tema, sino comercial y de mercado, porque esperaba que la venta del gas de Bolivia fuera por el Puerto de Iquique[3] y concentrar todo el comercio que se originaria entre ambos países[4].

Pero en realidad esa salida no le importó mucho a Bolivia y  Perú, más allá de las fotos poseras de ambos mandatarios de aquel momento, al tratarse de 5 Km. de ribera rocosa, sin playa, más propicio para un puerto. Las  de fotos Fujimori y Paz Zamora es en la Playa Pozo de Lizas,  a 3 km. de Boliviamar, hasta en eso el emperador peruano-nipón mintió. Transcurrido 26 años, aquello sólo queda un monumento de hierro con dos perfiles de mujer simbolizando a ambos países, seguramente más deteriorado de cuando yo lo vi por última vez en 1995.

Monumento oxidado y sin mayor atractivo artístico ni propicio en material para la zona que percibí como un monumento improvisado al ego de dos mandatarios[5] megalómanos in crescendo, con diferentes miradas, intereses y respuestas para su pueblo. 

Para el gobernante Boliviano de entonces su interés era distraer a bolivianos(as) -pan con circo- con un hermoso balneario lleno de hoteles clubes, discotecas, para el turismo. Para Fujimori, el impulso económico que dinamizara una zona franca con industrias y comercio  por ello creó la zona industrial bordeando aquello que sería la carretera Ilo- Desaguadero o Héroes del Pacífico[6]. Recuerden que estaba estrenadito, casi casi como Castillo la única diferencia era que él tenía a Montesinos como asesor. Aun no había dado el autogolpe que se produciría dos meses y 11 días más adelante (5 abril 1992).

Más adelante cada uno de los sucesores de Fujimori le darían su propio énfasis al tema, siendo el más destacado García, quien firmó un Protocolo Complementario Perú-Bolivia en tiempos del gobierno de Evo Morales, siendo cuestionado por la inconsulta poblacional de Ilo para autorizar la presencia de armada boliviana e instalación de una Escuela Naval en la playa Tres Hermanas[7]. Pero el resto no dijo nada, de traición a la patria y menos vacancia.

Sucede que han transcurrido 26 años y poco se ha avanzado, si los esfuerzos binacionales entre Perú y Bolivia apuestan por el desarrollo y no por el deseo de  cada mandatario dejar un acto político de cómo quiere que lo recuerden respecto al  tema, han de superar los problemas que cada par de gobernantes previos generaron en su momento. Y si las(os) Congresistas quieren reivindicarse una micra, será corrigiendo los problemas creados por sus antecesores. Para quien esté interesado en el tema sus posibilidades y dificultades analizadas, está el trabajo experto de Castro (2017)[8].

Escribir este breve artículo a propósito de los alaridos y acusaciones de atentar contra la intangibilidad del territorio, traición a la patria, comunismo, incapacidad de gobierno, etc. Clara evidencia de la desmemoria de muchos(as), me llevó a recordar aquel tiempo donde nadie objetó el tema a un presidente japonés que se levantó al país en 42 maletas[9]. Tampoco movilizó a nadie que estuvimos en el escenario de los hechos cuando el suicida García pretendió transformar la concesión en territorio boliviano. Menos generó incomodidad, alarma, sólo incredulidad, ante el vasto desierto frente al mar, un horizonte azul que sólo se podía observar de la orilla como lo hizo García y Morales para la foto que los trascendiera.

En nuestro caso cuando contemplábamos el mar desde aquel lugar y el monumento corroído por el ambiente, con mi grupo de amigos(as) entre 1993 y 1996, mirábamos contrariamente hacia el Este, codiciando la posibilidad de subir las dunas tras las huellas de los Chiribayas que eran dueños y señores de este territorio antes que nosotros, puesto que descender al mar por aquel acantilado, no nos provocaba en nada.

Vivía por aquel tiempo en Ilo, los fines de semana era incursión por ley hacia alguna de las tres playas cercanas: Boca de Río, Calienta Negros (Puerto Inglés), Pozo de Lizas[10]. La última era la playa más concurrida de ileños(as) aun así las distancias entre veraneantes eran notables.  Tras el Convenio, se asemejó a Agua Dulce de la Costa Verde de Lima, lleno de veraneantes Bolivianos que venían por la carretera transoceánica en 4 x 4, bus, camiones, auto. Y claro que el mercado de alcohol, comida y todo lo asociado a una playa se dinamizó.

Ciertamente perdimos el silencio y espacio de esa cuasi desértica playa para los 51 mil 878   habitantes   de Ilo[11] en 1992, distribuidos en sus 5 playas. A cambio surgió un nuevo paisaje humano de ternura, alegría, celebración y goce de bolivianos(as) que conocían y disfrutaban del mar por primera vez, metiéndose con todo al agua.

Mi sobrina elegida Vanyuska y compañera de entonces, me preguntaba extrañada, “Tía Caty, porqué se meten así y ríen tanto”. Yo le decía: ¿Recuerdas la primera vez que comiste tuna, quiwi y fresas?, ella me miraba con sus bellos ojos de niña de seis años y respondía: “Si tía Caty, tuve temor, curiosidad, descubrimiento, algo de acidez y gusto”. Yo cerraba: “Hijita, a esas personas les sucede lo mismo, el mar es algo nuevo para cada uno y tienen más años  que tú en descubrirlo”.



[8] Castro Cáceres, Diego Augusto. (2017) Problemas en la Ejecución de los Convenios de Ilo y su Protocolo Complementario y Ampliatorio. Tesis. Lima:  Academia Diplomática del Perú, Javier Pérez de Cuellar, Programa de Maestría en Diplomacia y Relaciones Internacionales. Ver enlace.

[10] Cada denominación de playa describe la naturaleza de su nombre: en Boca de Río, desemboca el río Osmore. Calienta Negros a quien  renombraron como Puerto Inglés por vergüenza histórica, su nombre natural revelaba que en esa pequeña bahía helada, los Ingleses encallaban barcos piratas de esclavos para el sur y los encadenaban a las rocas para que se calentaran al sol tras el viaje accidentado, aun se podían ver las argollas donde se colocaban las cadenas y Pozo de Lizas, porque en antaño se pescaban este tipo de peces. Esta Waikiki hacia el norte, claro que muy distante a su homónima de Hawai, pero bella de noche con la magia del plaxton en las olas.

[11] INEI. (Enero 2002). Perú: Proyecciones de Población por Años Calendario según Departamentos, Provincias y Distritos. Lima:  INEI, Dirección Técnica de Demografía e Indicadores Sociales (Período, 1990-2005), Boletín Especial N.º 16 ver enlace  pág. 21.

jueves, 6 de enero de 2022

TERCERA DOSIS DE VACUNA CONTRA EL COVID 19

La vacunadora
Venciendo mi incertidumbre, dudas y temores, el 5 de enero 2022, decidí vacunarme contra el Coronavirus SARS-CoV-2, más conocido como Covid 19, por tercera vez me tocó la vacuna Pfizer aun en su condición de prueba. Es decir, más allá de evitar que me mueras con el Covid 19 y sus versiones India (Variante Delta/Kappa, B.1.617), británica (Variante alfa, B.1.1.7), sudafricana (Variante Beta, B.1.351) y brasileña (Variante Gamma, P.1) y la actual ómicron sudafricana[1], soy consciente que persiste mi incertidumbre sobre sus efectos colaterales.

Riesgo que asumimos en todo el planeta cada una de las personas que a través de una o más vacunas, al optar por el cuidado personal y de las otras personas con las que convivimos e interactuamos. No hacerlo si bien es un derecho y riesgo personal, es también un suicidio de ser una persona obesa, con comorbilidad y perder la vida por ello como ha sucedido con millones en el mundo y cientos de miles en el Perú. Si  se es inmune, implica asumirse como responsables de otras muertes, sea de personas cercanas con quienes convivimos y amamos o aquellos con los que coincidimos en espacios cerrados. Es innegable que existen contra vacunas, que nos les importa ni conmueve, transformarse en una amenaza que pone en riesgo la salud pública, al ser portador/a y/o laboratorios andantes para que el virus mute, más la agresividad de la pandemia en primera persona, hace que cada día sean menos.

Mi incertidumbre se sostiene en la conjunción de tres variables: su efectividad, tiempo de duración entre cada dosis y efectos secundarios en cada persona.  Cuyo acento está puesto en la tercera variable, donde nada puede acelerar el proceso humano personal en sus manifestaciones y consecuencias, por estar asociada con complejidades físicas, biológicas, psicológicas, sociales, emocionales y espirituales de cada persona.

Si bien existen porcentajes referenciales de la efectividad de vacunas, estamos a destiempo para asegurar una bondad mayor que los efectos colaterales, hoy nos movemos en la sobrevivencia. Los efectos colaterales existen y son innegables, aun cuando estadísticamente aparecen en proporciones mínimas, cuentan para quienes amamos la vida humana[2]. Al respecto tenemos por referencia, experiencias previas de vacunas que requirieron por lo menos 10 años para medir sus efectos colaterales, sin por ello negar que ese mismo proceso fue necesario pese a su alto costo social, para transformarse en innegable aporte para combatir determinada enfermedad,

Un ejemplo proviene  de las vacunas contra la Poliomelitis que en su primera versión de Vacuna Parenteral de Virus Inactivados (VPI 1, 2, 3), requirió 8 años para su elaboración (de 1948 a 1955), cuyo perfeccionamiento se extendió hasta 1983 (VPI 8, 21). La segunda Vacuna Oral de Virus Vivos Atenuados (VPO) se produjo entre 1961-1963, tras 10 años de investigación[3]   siendo aplicada en su versión trivalente hasta 1991, sin eliminar el riesgo que el vacunado/a pudiese ser portador. El último caso de niño afectado por la poliomelitis de versión salvaje  en la región, fue en el Perú (Luis Tenorio de la ciudad de Junín), en Europa el último caso fue a inicios del siglo XXI (2002) [4]. En el 2016 se retiró la versión trivalente a cambio de la polivalente, logrando que en 3 años a más los casos en el planeta disminuyeran, ergo sus estudios y efectos se mantuvieron a lo largo de más de 70 años. Habrá argumentos que afirmen que ello se debió a la escasa tecnología e versión en la investigación científica, más el aislamiento de información entre países.

Asumiendo para el aceleramiento del proceso hoy se cuenta con tecnología, ciencia desarrollada y capital a disposición, la lógica se inclina hacia la  necesidad mínima de  la mitad de tiempo para establecer daño colateral. El Covid 19 se manifestó hace poco más de dos años[5], en tanto las vacunas fueron desarrolladas en algo menos de un año[6]. Hablar sobre la disposición y aplicación de vacuna, no es tan simple pese a que en estos días su discusión se ha reducido a estar dispuesto o no a vacunarse. Sólo el proceso de producción de una vacuna implica la inversión de 110 días[7] -explicando en parte el desabastecimiento para muchos países del planeta-, y algo que poco se ha difundido, es que se ha sostenido en resultados de años de investigación respecto a otros coronavirus[8] como los virus SARS-CoV y MERS-CoV, surgidos en China y Arabia Saudí en los años 2002 y 2012 respectivamente.

Ergo el proceso de la existencia de las vacunas ha sido producto de un récord científico nunca antes realizado en el planeta debido al avance del desarrollo de la ciencia, pero conocer sus efectos requiere de las condiciones humanas que escapan a los laboratorios, un riesgo compartido por quienes nos sometemos a una vacuna de prueba con los laboratorios,  porque no queda otra ante la letalidad de la pandemia.

En cuanto a mis dudas ante la tercera dosis, disminuyeron al aproximarme en tiempo, a los  6 meses de entre una dosis y otra originalmente recomendado, la cual  se ha reducido al 50% ante la versión ómicron, que   a su vez está en proceso de conocimiento y estudio, su único indicador verificable es el alto nivel de contagio. En apenas 5 días del año 2022 asola al planeta y que de ningún modo parece ser menos maligna[9], sino que viene atenuándose en vacunadas/os, en el Perú  el mayor porcentaje de muertos y en UCI son quienes no se vacunaron[10].

Las vacunas en su estado de prueba, vienen modificando procedimientos por la presión del virus, añadiendo nuevas variables a la medición de sus efectos para el futuro, haciendo que las medidas de política avancen, se detengan y retrocedan a confinamientos, en tanto lo más efctivo sigue siendo la aplicación de protocolos: usar mascarilla, lavarse las manos, mantener la distancia, evitar espacios concurridos o por encima de aforos y en casos de comorbilidad y de privilegiadas/os como el mío seguir en autoaislamiento con la menor exposición posible, aún cuando ello significa cambiar radicalmente de estilo de vida.

Vencer mis temores, solo sería posible durante y tras la aplicación de la tercera dosis, puesto que las dos primeras,  por mi condición de comorbilidad[11]fueron incrementándose en reacciones e intensidad de sus manifestaciones en mi cuerpo. La primera dosis a los 12 minutos de aplicación, generó punzadas directas en mis riñones, más adelante los dolores de cabeza, muscular, cansancio, así que estuve en cama 3 días, fui superando estos efectos como toda gripe con comida saludable, descanso y mucho líquido. La segunda dosis, fue acompañada por mi caída y doblada de tobillo camino a mi vacuna, por cuanto los efectos duraron más días, pero como no hay mal que por bien no venga, mi inmovilidad por el tobillo favoreció mi menor percepción de los estragos por el uso de analgésicos para el tobillo, las mismas medidas, además del amor, calor familiar y amical.

Le temía a la tercera dosis, por eso esperé al mayor distanciamiento con la segunda, pero la impostergabilidad de mis chequeos médicos por mis otros padeceres y el declarado incremento de la nueva versión de la ómicron el día previo, me impulsaron a ir por ella a las cinco de la tarde del quinto día del nuevo año. Esta vez sola, en compañía de mis celulares, mi hermana quedaba al cuidado de nuestra madre y los hombres de la casa estaban indispuestos. 

Me dirigía al centro de vacunación de mis dosis anteriores, pero la falta de vehículo durante unos minutos me motivo a caminar hacia la avenida con mayor tránsito. En mi ruta estaba el Centro de Salud Santa Rosa, aquel donde falleció el primer médico del Perú Wayner Arnulfo Benites Cerna al iniciarse la pandemia, donde la política contra el Covid 19, según un analista fue político-militar antes que sanitario desde su denominación misma “Comando de operaciones” [12], luego de la muerte del Dr. Wayne Benites, el CS se mantuvo cerrada por mucho tiempo, pensé que no abriría nunca y desaparecería por deterioro formando parte del paisaje inadvertido.

Cuando me aproximé a ella, uno de mis amigos de la juventud, me llamó preguntándome si ya me había puesto la tercera vacuna, le dije que iba en camino a él. Con su esposa me dijeron en coro: “Ven a vacunarte aquí, contigo somos seis”. Se referían al número de personas necesarias para abrir un frasco de vacuna. Yo pensé que era él y ella, pero un señor en su vehículo, señaló que traería a otras cuatro personas. Entregué mi DNI para que verificaran mi programación y datos formando parte del único grupo de vacunadas/os en la nuestro CS para ese momento, un servicio que  pertenecía al primer nivel de atención de salud del país, verificando de este modo que una de las promesas de campaña del Presidente Castillo, era una realidad y me beneficiaba.

A diferencia de las dos primeras veces en un vacunatorio masivo donde todas/os estábamos acompañadas/os pero anónimos, en silencio, conducidos y contenidos por anfitriones/ facilitadores que no reducían nuestra ansiedad ni interrogantes. Esperamos fuera de las instalaciones y con la distancia correspondiente, mientras mi amigo, su esposa y yo, nos poníamos al día en los rigores del Covid 19 en nuestras vidas y el barrio, al punto que pese a tratar un tema dramático compartimos el calor de la solidaridad, nuestro sentir, riesgos, temores, actitudes y las razones por las que nos vacunamos.

A las 6 p.m. fui la segunda del grupo en vacunarme, la enfermera encargada me recibió con calidez preguntándome por mi hermana Luz, le dije que estaba bien y acompañando a mamá. Mi hermana menor es mujer y pobladora notable a nivel local y distrital, por su labor de compromiso social católico, proyección comunitaria, responsable del Botiquín Parroquial por más de 25 años y en su momento dirigente barrial, habiendo establecido una gran colaboración con el CS y otras instituciones de la localidad y distrito.

La enfermera, me preguntó por mis dosis previas y sus efectos, le conté todo lo experimentado y mis afecciones de persona con comorbilidad. Ella respondió que podía tener las mismas reacciones previas o más, por lo que quedaría en observación. Me mostró la dosis, explicó que se trataba de la vacuna Pfizer, me aplicó la vacuna, retornó mi carnet, DNI e informó que mis datos aparecerían en línea en un promedio de tres días.

Así es como por más de una hora fui puesta en observación, descubriendo que el personal de turno estaba compuesto por un joven médico que me trató con calidez, calidad y meticulosidad, mientras le iba describiendo mis síntomas cada 15 minutos. Me auscultó con cuidado, tomó todas las medidas y no me dejó salir de las instalaciones con las indicaciones a seguir en mi hogar y la presencia de mi hermana que fue a auxiliarme pasadas las 7 p.m. Si bien los malestares fueron más notables, el ambiente, condiciones y trato humano hicieron que esta tercera experiencia fuera menos traumática para mí, al mismo tiempo que pude constatar que era una práctica que se reproducía en otras/os pacientes. Desde los vigilantes, el personal auxiliar y médico, si bien era pasado las siete de la noche, permanecían atentas/os como si recién hubieran iniciado su jornada.

Mientras estaba en observación, pude advertir que las/os siguientes vacunados, tuvieron tres tipos de atención simultánea: a) la aplicación de la vacuna, b) la consulta respecto de su salud personal y/o parental y c) información de los servicios del CS, proporcionado por la vacunadora. Cuando ella concluyó su labor, se acercó a mí para indagar mi estado le respondí que la presión en la cabeza y punzadas en manos como espalda estaban cediendo.


Al mismo tiempo le comenté que por ser enfermera o mujer reproducía la labor de la ama de casa, imposible medir para dar valor a su trabajo en las cuentas nacionales. Puesto que la medición para valorar el trabajo está pensada por actividad y tiempo de producción, de modo que hasta el momento era imposible medir labores simultáneas en un mismo tiempo como: cocinar, cuidar, lavar, limpiar, atender el teléfono, pensar en el problema de turno familiar y su solución, mantenimiento de equipos y herramienta que realiza la ama de casa. En su caso yo acababa de descubrir tres actividades simultáneas, también inmedibles posible de graficarse con las tres C: calidad, calidez y cuidado del paciente.   Le agradecí y felicité, ella respondió que amaba su trabajo, a veces obstaculizado por las condiciones de infraestructura, equipo y materiales, pero que se las ingeniaban en equipo.

Cuando le pregunté por el Dr. Benites, me dijo que fue un gran golpe en el ánimo del personal y trabajadores del CS, que recién a mediados del año pasado, empezaron a recuperarse, a ello había ayudado el incremento de personal a dos turnos para una atención 8 a.m. a 8 p.m. junto con las nuevas políticas de prevención como la vacuna contra la influenza casa por casa.

Mi hermana llegó a la puerta, el médico me dio de alta y mientras salía una paciente que ya estaba cuando llegué se me acercó y dijo: “Ha visto que lindo es el doctor”. Le dije: “Si es lindo, bueno y eficiente, rece porque los cinco siguientes años el sistema no lo transforme en distante, despectivo y deficiente”, ella rio.

Caminamos del brazo con mi hermana las cinco cuadras a casa, le conté los sucedidos, agradeciendo a Dios y la vida estas condiciones casuales en las que me coloqué, que nos abrían nuevas perspectivas en el barrio, el distrito y país. No todo podía estar mal cuando nuestro sueño de servicio de calidad y accesible en el primer nivel de salud a nivel nacional empezaba a mostrar que era posible. La siguiente semana ella se vacunaría en su tercera dosis, cuando yo tomara la posta en la casa.



[1] BBC. (21 junio 2021) Ómicron: los gráficos que muestran las 5 variantes de SARS-CoV-2 que la OMS considera "de preocupación". Recuperado el 6 enero 2022 de  https://www.bbc.com/mundo/noticias-57527964

[2] Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. (28 de diciembre 2021) Se notificaron algunas reacciones adversas después de la vacunación contra el COVID-19. Recuperado el 6 de enero del 2022 de   https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/safety/adverse-events.html

[3] Gatillon Pérez, Sandra (Julio 2019). Trabajo Fin de Grado Vacunas de la Poliomielitis Pasado, Presente y Futuro. Universidad Complutense, Facultad de Farmacia, 20 p. Recuperado el 6 de enero del 2022 de   http://147.96.70.122/Web/TFG/TFG/Memoria/SANDRA%20GATILLON%20PEREZ.pdf

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[9] UN. (6 enero 2022). COVID-19: La última semana de 2021 alcanzó el mayor número de casos reportados durante la pandemia. Recuperado el 6 de enero del 2022 de https://news.un.org/es/story/2022/01/1502242 

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[11] Saavedra Idrogo, Franklin. (23 junio 2020.) La comorbilidad y el COVID-19. Recuperado el 6 de enero del 2022 de  http://www.usat.edu.pe/articulos/la-comorbilidad-y-el-covid-19/

[12] Cuba, Herbert (9 abril 2020) Pandemia Covid-19: ¿cuál es el plan? Estrategias militares y policiales ocupan el lugar que debería tener la ciencia médica. Recuperado el 6 de enero del 2022 de  https://elmontonero.pe/columnas/pandemia-covid-19-cual-es-el-plan