jueves, 27 de enero de 2022

PROBLEMA BINACIONAL O CINCO PIES AL GATO

Conversando con un millennial sin memoria ni referentes, que argumenta la salida de Bolivia al mar es un entuerto comunista, entre Castillo, Evo y un poco más, Maduro, Castro y Putín -en verdad cuando de crear monstruos se trata, la imaginación no para-, mientras lo escucho imagino que pasa por la cabeza del Presidente Castillo. Un político que ha sobrevivido y puede contarlo, al terreno pantanoso y movedizo del segundo gremio más combativo después de Construcción Civil como sucede con  educación. El SUTEP, uno de los más incólumes ante las agresiones de un gobierno fujimorista que pretendió desaparecerlo durante una década, tras su caída  sus congresistas fujimontesinistas y aliados de turno, sólo lograron fragmentarlo en dos partes. Con él nace un nuevo actor político, que  es justamente nuestro Presidente Castillo, si a alguien se debe colgar el san Benito que esto sucediera,  es a ellos. Por cuanto me pregunto, ¿Será Castillo tan ingenuo, incapaz, suicida o un frío, estratega y calculador político?

Cuando Castillo, declara a Fernando Del Rincón en CNN sobre la salida de Bolivia al mar lo hace tras su entrevista a Hildebrand y sin duda ya identificó las reacciones desde un aprendiz hasta un incapaz a ser vacado, entonces me pregunto que pretende: a) alborotar el gallinero y distraer de otro punto ¿Cuál?, b) provocar que hablen de él aun cuando sea mal ¿Popularidad?, c) hacer creer que no tiene norte  cuando en verdad lo tiene ¿Ganar tiempo para qué?, d) está colocando las piezas una a una en su lugar ¿De qué? o e) quizás sea tan simple como lo percibe el pensamiento común y silvestre, un suicidio político, que le viene como anillo al dedo a la extrema derecha. 

Para no perderme en mis propias elucubraciones, respondo a mi interlocutor que si Castillo es un político medianamente ladino y calculador en la línea de los que acostumbramos a tener como fueron los seis ex presidentes o congresistas fujiapristas, acciopopulistas, APPcitas y  no un suicida político. No necesita consulta alguna, referéndum o aprobación del Congreso para dar salida al mar a Bolivia, ergo no necesita descubrir la pólvora.

Basta que reactive el Convenio Marco Binacional de Amistad, Cooperación e Integración “Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz” celebrado el 24 de enero de 1992 entre los neoliberalistas, Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora. Una salida ubicada a 17 kilómetros al sur de la ciudad de Ilo y a 462 kilómetros al oeste de La Paz, que tiene una duración de 99 años, por cuanto su vigencia es hasta 2081[1].

Convenio que ha sido oleado y sacramentado por cada uno de los congresistas que han sucedido a los(as) del Congreso Constituyente Democrático de Fujimori, así como ratificado por los gobiernos sucesivos: Toledo, García, Ollanta y PPK. Si Toledo no hizo nada por cambiarlo, García cuasi lo transformar de salida convenida a territorio soberano de Bolivia.  Ollanta negó concesiones mineras en la zona ratificando el respeto convenio[2]. PPK no hizo nada porque no le alcanzó el tiempo y a Vizcarra lo obnubiló la pandemia. La cereza de la torta fue que en su momento toda la ciudadanía aplaudió por diferentes razones.

El único descontento fue Chile, reclamando que el gobierno peruano no le haya consultado tal decisión. Siendo su móvil no geopolítico como es el tratamiento usual del tema, sino comercial y de mercado, porque esperaba que la venta del gas de Bolivia fuera por el Puerto de Iquique[3] y concentrar todo el comercio que se originaria entre ambos países[4].

Pero en realidad esa salida no le importó mucho a Bolivia y  Perú, más allá de las fotos poseras de ambos mandatarios de aquel momento, al tratarse de 5 Km. de ribera rocosa, sin playa, más propicio para un puerto. Las  de fotos Fujimori y Paz Zamora es en la Playa Pozo de Lizas,  a 3 km. de Boliviamar, hasta en eso el emperador peruano-nipón mintió. Transcurrido 26 años, aquello sólo queda un monumento de hierro con dos perfiles de mujer simbolizando a ambos países, seguramente más deteriorado de cuando yo lo vi por última vez en 1995.

Monumento oxidado y sin mayor atractivo artístico ni propicio en material para la zona que percibí como un monumento improvisado al ego de dos mandatarios[5] megalómanos in crescendo, con diferentes miradas, intereses y respuestas para su pueblo. 

Para el gobernante Boliviano de entonces su interés era distraer a bolivianos(as) -pan con circo- con un hermoso balneario lleno de hoteles clubes, discotecas, para el turismo. Para Fujimori, el impulso económico que dinamizara una zona franca con industrias y comercio  por ello creó la zona industrial bordeando aquello que sería la carretera Ilo- Desaguadero o Héroes del Pacífico[6]. Recuerden que estaba estrenadito, casi casi como Castillo la única diferencia era que él tenía a Montesinos como asesor. Aun no había dado el autogolpe que se produciría dos meses y 11 días más adelante (5 abril 1992).

Más adelante cada uno de los sucesores de Fujimori le darían su propio énfasis al tema, siendo el más destacado García, quien firmó un Protocolo Complementario Perú-Bolivia en tiempos del gobierno de Evo Morales, siendo cuestionado por la inconsulta poblacional de Ilo para autorizar la presencia de armada boliviana e instalación de una Escuela Naval en la playa Tres Hermanas[7]. Pero el resto no dijo nada, de traición a la patria y menos vacancia.

Sucede que han transcurrido 26 años y poco se ha avanzado, si los esfuerzos binacionales entre Perú y Bolivia apuestan por el desarrollo y no por el deseo de  cada mandatario dejar un acto político de cómo quiere que lo recuerden respecto al  tema, han de superar los problemas que cada par de gobernantes previos generaron en su momento. Y si las(os) Congresistas quieren reivindicarse una micra, será corrigiendo los problemas creados por sus antecesores. Para quien esté interesado en el tema sus posibilidades y dificultades analizadas, está el trabajo experto de Castro (2017)[8].

Escribir este breve artículo a propósito de los alaridos y acusaciones de atentar contra la intangibilidad del territorio, traición a la patria, comunismo, incapacidad de gobierno, etc. Clara evidencia de la desmemoria de muchos(as), me llevó a recordar aquel tiempo donde nadie objetó el tema a un presidente japonés que se levantó al país en 42 maletas[9]. Tampoco movilizó a nadie que estuvimos en el escenario de los hechos cuando el suicida García pretendió transformar la concesión en territorio boliviano. Menos generó incomodidad, alarma, sólo incredulidad, ante el vasto desierto frente al mar, un horizonte azul que sólo se podía observar de la orilla como lo hizo García y Morales para la foto que los trascendiera.

En nuestro caso cuando contemplábamos el mar desde aquel lugar y el monumento corroído por el ambiente, con mi grupo de amigos(as) entre 1993 y 1996, mirábamos contrariamente hacia el Este, codiciando la posibilidad de subir las dunas tras las huellas de los Chiribayas que eran dueños y señores de este territorio antes que nosotros, puesto que descender al mar por aquel acantilado, no nos provocaba en nada.

Vivía por aquel tiempo en Ilo, los fines de semana era incursión por ley hacia alguna de las tres playas cercanas: Boca de Río, Calienta Negros (Puerto Inglés), Pozo de Lizas[10]. La última era la playa más concurrida de ileños(as) aun así las distancias entre veraneantes eran notables.  Tras el Convenio, se asemejó a Agua Dulce de la Costa Verde de Lima, lleno de veraneantes Bolivianos que venían por la carretera transoceánica en 4 x 4, bus, camiones, auto. Y claro que el mercado de alcohol, comida y todo lo asociado a una playa se dinamizó.

Ciertamente perdimos el silencio y espacio de esa cuasi desértica playa para los 51 mil 878   habitantes   de Ilo[11] en 1992, distribuidos en sus 5 playas. A cambio surgió un nuevo paisaje humano de ternura, alegría, celebración y goce de bolivianos(as) que conocían y disfrutaban del mar por primera vez, metiéndose con todo al agua.

Mi sobrina elegida Vanyuska y compañera de entonces, me preguntaba extrañada, “Tía Caty, porqué se meten así y ríen tanto”. Yo le decía: ¿Recuerdas la primera vez que comiste tuna, quiwi y fresas?, ella me miraba con sus bellos ojos de niña de seis años y respondía: “Si tía Caty, tuve temor, curiosidad, descubrimiento, algo de acidez y gusto”. Yo cerraba: “Hijita, a esas personas les sucede lo mismo, el mar es algo nuevo para cada uno y tienen más años  que tú en descubrirlo”.



[8] Castro Cáceres, Diego Augusto. (2017) Problemas en la Ejecución de los Convenios de Ilo y su Protocolo Complementario y Ampliatorio. Tesis. Lima:  Academia Diplomática del Perú, Javier Pérez de Cuellar, Programa de Maestría en Diplomacia y Relaciones Internacionales. Ver enlace.

[10] Cada denominación de playa describe la naturaleza de su nombre: en Boca de Río, desemboca el río Osmore. Calienta Negros a quien  renombraron como Puerto Inglés por vergüenza histórica, su nombre natural revelaba que en esa pequeña bahía helada, los Ingleses encallaban barcos piratas de esclavos para el sur y los encadenaban a las rocas para que se calentaran al sol tras el viaje accidentado, aun se podían ver las argollas donde se colocaban las cadenas y Pozo de Lizas, porque en antaño se pescaban este tipo de peces. Esta Waikiki hacia el norte, claro que muy distante a su homónima de Hawai, pero bella de noche con la magia del plaxton en las olas.

[11] INEI. (Enero 2002). Perú: Proyecciones de Población por Años Calendario según Departamentos, Provincias y Distritos. Lima:  INEI, Dirección Técnica de Demografía e Indicadores Sociales (Período, 1990-2005), Boletín Especial N.º 16 ver enlace  pág. 21.

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