viernes, 5 de agosto de 2022

I. CRISIS ESTANCADA: CÍNICO DÉJÀ VU


Por salud mental, me había descolgado hace buen tiempo de los acontecimientos políticos del día a día, porque comprendí que la crisis generada por la oposición al gobierno se había estancado en la negación y la búsqueda de cinco pies al gato, en medio los actores exhibiendo patéticamente sus dotes histriónicos y cinismo desvergonzado. Cuando inicié este artículo el 5 de agosto, me subí y bajé del túnel del tiempo tantas veces como mis pensamientos se reflejaron en el espejo del 14 de septiembre de 2000[1]

Desde la segunda vuelta electoral, los resultados   y durante la gestión del primer año de gobierno del profesor Pedro Castillo Terrones, se ha producido una de crisis estancada, generando distancia y hedor, al tornarse permanente. Sea por escasa creatividad para el desenlace y/o menos deseo real de llegar al climax del conflicto y producirse la desencalada, de los principales actores, siendo vencidos por su propio temor de ser arrasados(as) por el mismo huayco que engendran.

A cambio, se ha añadido dramatismo de uno y otro lado, desde de los aliados, mientras las expectativas de los verdaderos interesados y financistas para expectorar al presidente, buscan otros mecanismos, ante el fracaso de los tres asaltos de vacancia: el primer a los tres meses, el segundo a los seis y la última esperanza antes que cumpla el año de gestión. Los más comprometidos decidieron hacer que renuncie con alaridos de corrupción, que en boca de quienes han dado sentido y contenido a la palabra,  con su actuar  durante la mayor y escancalosa corrupción del país de los noventa, aparece como un mal chiste.

Por qué y a quien escribo

Escribo porque tras 21 años de la caída del Fujimontesinismo y antes de alcanzar 3 años de la disolución de sus congresistas, por su  arremetida  para tomar el poder ejecutivo por asalto (2019), se produjo la elección de un congreso de transición que devino en vergüenza. 

Tras nuevas elecciones enfrentamos a una  descomposicion de legisladores que por tercera vez pretenden consumar los empeños de sus antecesores, blandiendo trasnochadas ideología y práctica oligárquica e inconfesos intereses económicos y de poder. 

Tras sobrevivir a la pandemia, mis ventanas de reflexión, son los medios electrónicos, grupos virtuales, mis redes sociales, blog y esta herramienta donde el signo se transforma en palabra por generosidad de mi hija -mi gran y potente CPU sigue hibernando-, permitiéndome  tirar mi botella de pensamientos a la mar de la red. Luego leer en silencio al pensamiento común, porque desde mi discusión virtual con algunos extremistas iluminados a inicios del presente siglo, descubrí la sabiduría del silencio que no llega a ser indiferencia, porque leo con atención y la misma angurria de conversat con pares, aquello que expresan, lo implícito y hasta la grafía.

También descubrí, que el rol de un artículo escrito en la red, es para abonar a generar información alternativa para generar diversas corrientes de opinión. Alimentando el debate entre desconocicidos con distinta miradas y posición, pero igual o mayor respeto. Produce aquello que yo llamo el proceso de autoconciencia mediante lectoescritura: a) leer, b) entender, c) discrepar, d) ensayar una respuesta,  e) argumentar y f) escribir. Primer paso, para un proceso reflexivo unipersonal, generando espacio para la toma de  conciencia, evitando que nuestra mente se liite a ser  eco o depósito de otros pensamientos e ideas en la era digital.

Escribo  frecuentemente como si pensara en voz alta, en tal sentido advierto a quien me lee, que el pensamiento fluye, no se detiene, se transforma, amplia, crea, se corrige así mismo y reescribe. Por eso cuando escribo hago de cuenta que es borrador, puesto que se  retroalimentade otros argumentos. Provocándome nuevas reflexiones y quizás nuevo conocimiento sobre el ser de hoy, la cultura, pensamiento, percepciones, sentir y hacer.

Primer acto de coyuntura de ayer  

Mirar por casualidad de conexión, el final del mensaje presidencial en 28 de julio, me retornó al tiempo de la mayor exhibición cínica de la extensa y profunda corrupción en los poderes del Estado peruano que se exhibió por televisión, por quienes en este tiempo llaman corrupto al presidente de turno acompañado de insultos y vejaciones.

Enturbiando el escenario político del país, ya golpeado por una pandemia, devaluación, hambre. Un frágil e inexperto presidente arrinconando, que no imaginamos y tampoco él imaginó serlo, pero sólo eso nos dejó el cinismo de la corrupción al insistir por apropiarse del poder ejecutivo. Ya en el ruedo no queda otra que mantener las reglas de juego de la democracia y no petardearla desde adentro.   

Con el fujimontesinismo iniciamos el nuevo siglo, consagrándonos como país bananero no porque las mujeres y hombres indignados hayamos salido a las calles en recuperación de la democracia y dignidad social, sino porque el sistema corrupto, hizo crisis de adentro para afuera del gobierno, aquella denominada técnicamente como crisis política endógena, que términos coloquiales es un misil que reventó en manos de quien lo lanzaba o popularmente autogol[2].

Durante el desmoronamiento del fujimontesinismo, tenía un espacio entre pares, para la reflexión académica, política y social. Conducido por  Sinesio López, quien antes que profesor, era facilitador del seminario de análisis político en la maestría de sociología, integrado por 18 profesionales de distintos desempeños, carreras y universidades del país, expertas(os) de larga trayectoria práctico- profesional, como un ex ministro de educación, el secretario de juventudes de  un partido político, una directora de ONG concentrada en el desarrollo agroeconómico, más de un funcionario público, un cura que había incursionado en la defensa ecológica, más de un docente universitario en sociología de UNMSM, UNFV, UNFSC-Huacho, USMP y algunas(os) como yo, explorando saberes para alimentar su ser y hacer.

Cuasi todos entrenados en categorías de análisis sociopolítico convencional, compartían similar lectura con Sinesio, sobre el desencadenamiento de los hechos y actuaciones de Fujimori y Montesinos tras los Vladivideos. Yo era la única con una opinión diferente por ser neófita en el uso de esas herramientas. De tanto acierto/desacierto y vencido por la evidencia, entre sesión y sesión, Sinesio me miró y confesó: "Lo que está sucediendo con la coyuntura política de hoy escapa a todas las categorías convencionales de análisis político, hoy es más útil el sentido común". De allí mi valoración al pensamiento común más que a ecos interesados.

En ese espacio académico, nació nuestra manía compartida con Sinesio López, de suspender nuestro andar sin importar el espacio y sendero, para leer la coyuntura y arrebatarnos los futuros escenarios que se configuraban desde su mirada y la mía, con tanta angurria cómplice, que cuando alguien intentaba sumarse no nos enterábamos, porque seguíamos en un diálogo bidireccional.  

Hoy descubro, la falta que me hace los espacios colectivos de coincidencias y disidencias, la magia del libre tránsito y de cara al sol mientras vivo mi auto confinamiento en lecturas de tesis tras tesis, algunas más que otras de espaldas a nuestras necesidades y cercanas a Europa, Oriente o al sueño americano, pese a que hoy es más una vigilia que a momentos enfrenta a sus peores pesadillas también producida en setiembre.

Recordándome a un al último día de setiembre del 2019, donde parte de los mismos(as) personajes que hoy denigran al presidente de todos(as) -aun cuando nos pese-, también impidieron al premier Salvador del Solar solicitar la cuestión de confianza[3], enlisté las secuelas del mismo y pensé en lo poco que hemos aprendido y cuanto se ha descendido en hacer política en elpoder legislativo del Estado, donde ninguno me representa.



Cuando sucedió la afrenta a Salvador del Solar y su magistral desempeño como actor, mi espacio de reflexión era tanto virtual como presencial, con estudiantes de posgrado, colegas docentes y organizaciones de mujeres. De modo que el cierre del congreso fue la respuesta a un clamor en voz en alta en espacios organizados, redes, calles plazas y el debate especializado[4]

Si bien llegar a ese extremo para recuperar una de las instituciones pilares de la democracia, de por sí fue una medida extrema. Para la percepción de la mayoría no quedaba otra. Pueda que por ello bajamos la guardia, creyendo que la jauría de legisladores de quinta había sido expectorada. La realidad nos golpearía directo al rostro, sus sucesores previstos sólo por un año, hicieron todo lo posible por quedarse y volver a romper el equilibrio de poderes.

La pandemia llegó y nos halló con 100 camas UCI, inmovilizó a la mayoría, la gente moría en las calles, sus casas y puerta de hospitales. Los cementerios desbordaron, mientras la corrupción se recomponía, reptaba y devoraba a un frágil gobierno de transición, produciéndose un nuevo golpe-renuncia y segundo gobierno, con el saldo  de  tres presidentes wen el periodo  del  gobierno de uno. 

Nuevamente, creímos que todo quedó atrás, con sancionando políticamente al APRA, omitiendo la complicidad de AP y los acomodos de APP. Más el monstruo, seguía pisando firme llevándonos a elegir entre el cáncer de la corrupción y un outsider cargado de incertidumbre, cuyo triunfo nos ha colocado en esta crisis política de una coyuntura que va del cierre de su primer año a la fecha,  que pretendo reflexionar en más de  un acto.   

La coyuntura de hoy virando el timón por el mismo capitán

Es indiscutible la precariedad de estadista del presidente electo, pero de allí a desconocerlo e instalar una crisis sostenida a lo largo de su primer año por demócratas, transparentes, pulcros y honestos(as) que conforman la oposición, hay una gran distancia, que se abrevia en la negación de sus argumentos con sus actos e historia.

Pedro Castillo, se respaldó inicialmente en el partido político que lo llevó a ser electo,  como corresponde a todo gobierno de turno, pero que además de ser cuestionado por ello, resultó siendo su peor enemigo político. 

Al ser un maestro provinciano, desconectado de las redes de poder y alianzas tradicionales con los mismos gestores políticos que han sido parte de los gobiernos de turno de los últimos treinta años,  designó como soporte de  su gestión , a nuevos(as) ensayistas de la corrupción, inspirados no en  la vieja práctica del tarjetazo,  clientelismo y compadrazgo que exhibieron gobiernos previos a lo largo de doscientos años, sino la emergencia de una cultura negada pero viva, del  hospedaje,  paisanaje y el parentesco.

Una práctica cultural que se tolera y hasta aplaude de lejos, en el migrante cuando no afecta la vida y estilos de hacer política a los dueños del país y sus cómplices. Manteniéndose como practica de emprendedores, microempresarios, ambulantes, familias agregadas de los cuatro conos de Lima y las grandes ciudades del país. En la política quizás hasta ser alcalde y presidente regional.

Pero ya a nivel presidencial, sea en la casa de Breña (hospedado) y luego en Palacio de Gobierno (paisano/ pariente) no sólo escandaliza, también se desliza hacia la cornisa del delito empantanando al presidente Castillo y su entorno más cercano en acusaciones, sospechas y arremetidas, en tanto las pruebas brillan por su ausencia hasta este momento que escribo, mañana todo puede ser. 

Durante el escalamiento del conflicto que va del 28 de julio a la fecha, si alguien ganó en el tablero de ajedrez al 5 de agosto, es el poder ejecutivo, pese a quien le pese y digan lo que digan, especialmente quienes han hecho de la desinformación su modus vivendi.

En este nuevo juego político, el poder ejecutivo, su alfil Aníbal Torres, colocó en aparente riesgo de jaque a su rey, buscando que aquel que inició una ofensiva usando todos sus misiles durante el discurso presidencial, revelara su juego y estrategias. Sin duda lo logró, las actitudes, conductas, vocería, propuestas, apuestas, celebraciones, frotadas de mano y decisiones tras el 5 de agosto los(as) pinta en luz y sombra.

Entre los actores, Torres consolidó su poder y confianza en el poder ejecutivo. Permanencia que hasta la puesta a disposición de su cargo (3 agosto), ya era superior a sus antecesores[*], mas allá de sus aciertos y desaciertos comunicantes. Con la ratificación, inicia un quinto gabinete, sin el peso de la mochila del partido político, para manejarse con mayor holgura hacia el interior del ejecutivo y sin necesidad de variar en estilo hacia afuera con los otros dos poderes: legislativo y judicial. 

Lo ha hecho y continuará sin duda alguna en esa línea, por su conocimiento y manejo de la naturaleza, competencias y límites de los mismos; antes que, por su práctica de buena vecindad y desgaste en la respuesta política a cada banderillada de uno y otro lado. Algo que le hubiera costado grandes concesiones a un nuevo premier, en una coyuntura donde los otros están con las espadas desenvainadas y sangre en el ojo.

Leyendo desde una perspectiva afirmativa que trasciende al negacionismo desbordante, modificar en un tercio la composción del gabinete,  es otro dato a leer detenidamente y con  proyección. 

Los cambios en las carteras de Economía, Relaciones Exteriores, Cultura y Vivienda, así como movidas en sectores sensibles de Trabajo y Transporte, indicaría que Castillo junto a su premier habrían adoptado una nueva estrategia acorde al mensaje subyacente del 28 de julio que todes decidieron ignorar, en el peor de los casos denigrar. Para ello, tomará la pelota que el Congreso dejó en su cancha, con su actuación durante mencionado mensaje.

[*] Es el primer Premier de mayor tiempo en el cargo con 5 meses y 26 días seguido de Mirtha Vásquez con 3 meses y 23 días y Guido Bellido 2 meses y ocho días, puesto que Valer sólo se mantuvo 6 días.

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