http://www.milfrases.org/2014/03/jose-mujica-presidente-uruguayo.html |
Se va sin llevarse nada José Mujica, quien tomo el poder cuando descubrió
que la fuerza ni las armas son herramientas para cambiar el pensamiento y
práctica de un país. Accediendo a la presidencia con trabajo, entrega y
militancia, palmo a palmo en ese espacio donde todos van a saquear y devorar
desde hace siglos bajo inimaginables formas.
Pero se queda eternamente, como imagen simbólica de lo que puede ser y hacer un presidente latino,
cuando se ha comprometido con todos/as y cada uno/a de su pueblo. Amando a su
país de diversas formas a lo largo de su vida: entre urgencias juveniles, aprendizajes adultos, re-aprendizajes
y lecciones de adulto mayor.
Se va sin llevarse nada material, como lo hará
cuando deje este espacio y tiempo al final de sus días, él y cada uno/a de
nosotras/os cuando también nos toque, si hemos vivido plenamente, sin pedir un
minuto más. Nos iremos sin nada,
completamente solos y quizás conscientes de nuestra trascendencia a diferencia
de cuando llegamos acompañados/as de la vida y fuerza de una mujer.
Pero se queda completo de pie a cabeza, en la retina, corazón y memoria
de Uruguay, de toda América Latina y el Caribe. Habiendo vivido y sobrevivido a
los avatares de la dificultosa construcción de una joven e imperfecta democracia;
venciendo a los demonios de colonización, republequeta, estatismo, dictadura
y frágil democracia.
Se va con la frente en alto, quizás la misma sonrisa o mayor de
cuando se hizo presidente, por la satisfacción del deber cumplido, los sueños
concretados, deseos satisfechos y proporcionado contenido a una forma íntegra y
digna de hacer política, ejercer poder y buen gobierno.
Se queda para siempre en la
historia de su país, América Latina y el planeta como quien se propuso y registró con cada acto, gesto, palabra y hacer que es posible ser presidente ético
coherente con sus principios, pensamiento y práctica. Superándose a sí mismo en
sus defectos y errores.
Se va diciendo que no es pobre, sin soberbia como decir que sigue “siendo
el rey”, “inocente”, “sagrado”, “nada teme porque nada debe” o “papelito manda”,
porque no ha sumado un metro, gramo o bien más a las posesiones precedentes a su mandato, que no le impedirá seguir viviendo en felicidad porque
para serlo basta ser quien es.
Se queda nuestro aprendizaje, donde el reto y la eficiencia es hacer lo comprometido en un
tiempo sin adendas ni reelección, puesto que la democracia es también
alternancia y que todos son necesarios/as pero nadie imprescindible, cuando la
apuesta es el otro/a con desprendimiento, temporalidad y sin anquilosamiento
en el poder.
Se va con la conducta coherente de quien elige a la política como una
forma de vida para servir al otro y no servirse de todos/as. Mostrando que es mucho
más que las tentaciones de sus pares que se reinventan prácticas delincuenciales para
hacerse de "bienes" que en realidad son "males" a los que tendrán
que alimentar insaciablemente, perdiéndose
a futuro en la vorágine del
enriquecimiento ilícito o vendiéndose con todo y su alma.
Se queda la esperanza hecha práctica, donde es posible gobernar sin
robar, ni tomar ventaja de la posición de poder con clientelaje
y compadrazgo que prostituyen "regalos", "prestamos",
"confianza", "complicidad improbable" y "testaferría".
Donde el teorema acuñado por corruptos y seudo-demócratas: "en el poder todos
roban y/o no importa que robe si hace algo", se desmorona ante la práctica
honesta y sin indicios de riqueza material de José Mujica.
Se va porque el poder es efímero, como aquel con el que fue ungido y
tal como corresponde retorna a cada uno/a de quienes confiaron en él.
Robusteciendo el espíritu de mandato temporal y sin posibilidad de seudo-monarquía
hereditaria o insustituibilidad discapacitante, habiendo
desplegado su sabiduría de estadista haciendo que en macro sucediera el cambio y
quizás sin posibilidad de retorno, aquello que a cada uno/a nos lleva todo
una vida en micro, sin hacer el mínimo rasguño al sistema.
Se queda con las/os uruguayos, contigo, conmigo y todos/as el
aprendizaje que es posible adecentar la política, construir un modelo de ejercicio
de poder para todos/as, encarnando la teoría en la práctica. Alimentando nuestra
esperanza que emergerán nuevos/as líderes hallando su modelo como referente
empírico concreto de hacer política de la buena sin morir en el intento y no
sólo quiera imitarlo, quién sabe si den nuevos pasos hacia la construcción de
sociedades más humanas, confiables, de convivencia con todo y cada ser del
planeta.
¡Gracias por la esperanza
renovada José Mujica!
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