jueves, 27 de noviembre de 2014

SE VA SIN NADA Y SE QUEDA EN TODO, UN PRESIDENTE DE PRIMERA. JOSÉ ALBERTO MUJICA CORDANO

http://www.milfrases.org/2014/03/jose-mujica-presidente-uruguayo.html 
Se va sin llevarse nada José Mujica, quien tomo el poder cuando descubrió que la fuerza ni las armas son herramientas para cambiar el pensamiento y práctica de un país. Accediendo a la presidencia con trabajo, entrega y militancia, palmo a palmo en ese espacio donde todos van a saquear y devorar desde hace siglos bajo inimaginables formas.

Pero se queda eternamente, como imagen simbólica de lo que puede ser y hacer un presidente latino, cuando se ha comprometido con todos/as y cada uno/a de su pueblo. Amando a su país de diversas formas a lo largo de su vida: entre urgencias juveniles,   aprendizajes adultos,  re-aprendizajes y lecciones de adulto mayor.

Se va sin llevarse nada material, como lo hará cuando deje este espacio y tiempo al final de sus días, él y cada uno/a de nosotras/os cuando también nos toque, si hemos vivido plenamente, sin pedir un minuto más. Nos iremos sin nada, completamente solos y quizás conscientes de nuestra trascendencia a diferencia de cuando llegamos acompañados/as de la vida y fuerza de una mujer.

Pero se queda completo de pie a cabeza, en la retina, corazón y memoria de Uruguay, de toda América Latina y el Caribe. Habiendo vivido y sobrevivido a los avatares de la dificultosa construcción de una joven e imperfecta democracia; venciendo a los demonios de colonización, republequeta, estatismo, dictadura y frágil democracia.

Se va con la frente en alto, quizás la misma sonrisa o mayor de cuando se hizo presidente, por la satisfacción del deber cumplido, los sueños concretados, deseos satisfechos y proporcionado contenido a una forma íntegra y digna de hacer política, ejercer poder y buen gobierno.

Se queda para siempre en la historia de su país, América Latina y el planeta como quien se propuso y registró con cada acto, gesto, palabra y hacer que es posible ser presidente ético coherente con sus principios, pensamiento y práctica. Superándose a sí mismo en sus defectos y errores.

Se va diciendo que no es pobre, sin soberbia  como decir que sigue “siendo el rey”, “inocente”, “sagrado”, “nada teme porque nada debe” o “papelito manda”, porque no ha sumado un metro, gramo o bien más a las posesiones precedentes a su mandato, que no le impedirá seguir viviendo en felicidad porque para serlo basta ser quien es.

Se queda nuestro aprendizaje, donde el reto y la eficiencia es hacer lo comprometido en un tiempo sin adendas ni reelección, puesto que la democracia es también alternancia y que todos son necesarios/as pero  nadie imprescindible, cuando la apuesta es el otro/a con   desprendimiento, temporalidad y sin anquilosamiento en el poder.
 
Se va con la conducta coherente de quien elige a la política como una forma de vida para servir al otro y no servirse de todos/as. Mostrando que es mucho más que las tentaciones de sus pares que se  reinventan prácticas delincuenciales para hacerse de "bienes" que en realidad son "males" a los que tendrán  que alimentar insaciablemente, perdiéndose a futuro en  la vorágine del enriquecimiento ilícito o vendiéndose con todo y su alma.

Se queda la esperanza hecha práctica, donde es posible gobernar sin robar, ni tomar ventaja de la posición de poder con clientelaje y compadrazgo que prostituyen "regalos", "prestamos", "confianza", "complicidad improbable" y "testaferría". Donde el teorema acuñado por corruptos y seudo-demócratas: "en el poder todos roban y/o no importa que robe si hace algo", se desmorona ante la práctica honesta y sin indicios de riqueza material de José Mujica.

Se va porque el poder es efímero, como aquel con el que fue ungido y tal como corresponde retorna a cada uno/a de quienes confiaron en él. Robusteciendo el espíritu de mandato temporal y sin posibilidad de seudo-monarquía hereditaria o insustituibilidad discapacitante, habiendo desplegado su sabiduría de estadista haciendo que en macro sucediera el cambio y quizás  sin posibilidad de retorno, aquello que a cada uno/a nos lleva todo una vida en micro, sin hacer el mínimo rasguño al sistema.

Se queda con las/os uruguayos, contigo, conmigo y todos/as el aprendizaje que es posible adecentar la política, construir un modelo de ejercicio de poder para todos/as, encarnando la teoría en la práctica. Alimentando nuestra esperanza que emergerán nuevos/as líderes hallando su modelo como referente empírico concreto de hacer política de la buena sin morir en el intento y no sólo quiera imitarlo, quién sabe si den nuevos pasos hacia la construcción de sociedades más humanas, confiables, de convivencia con todo y cada ser del planeta.

¡Gracias por la esperanza renovada José Mujica!

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