lunes, 20 de mayo de 2013

SINTIENDO AL INVIERNO EN OTOÑO EXTINTO

Son las once y media de la noche del 20 de mayo en el decimo tercer año del siglo XXI, luego de un día tímido apenas tibio empezó a garuar en la zona noreste de Lima, que suele destacar por su clima seco en contraste con el ochenta a noventa por ciento de humedad que invade los distritos limeños esparcidos de sur a norte en  el poniente.
Cuán distante a la Lima de mi infancia, que discurrió entre Barrios Altos y Lima cuadrada, donde era posible distinguir las cuatro estaciones del año, prácticas de urbanidad como reglas mínimas de comportamiento en público, privado y compartido. Permitiéndote distinguir en las relaciones interpersonales lo bueno de lo malo, lo bonito de lo feo, lo sano de lo insano, la verdad de la mentira, la confianza de la desconfianza, la autoridad del delincuente, el héroe del villano, la vecindad del aislamiento.
Tiempos que se acompasaban con los ciclos de vida.  A los doce años se dejaba de ser niña/o para ser una jovencita o un jovencito educado, ergo saludar a propios y extraños, ceder el paso, ayudar al otro, guardar respeto y compostura. Nadie podría comprender y menos tolerar algún berrinche, o atrevimiento infantil. A partir de los  doce años se integraban los medios de socialización primaria y secundaria, para el entrenamiento a la convivencia  social: contención simbólica de esfínteres, deseos, impulsos y pulsaciones.  Los quince años   significaba oportunidad para  la diversión y el enamoramiento,   oportunidad para afirmarse entre pares, ganarse el reconocimiento y respeto de padres y mayores. Practicábamos la buena vecindad, la democracia, el respeto a las reglas de juego y el deporte era eso, deporte para desarrollar habilidades, capacidad de resistencia física, disciplina, equilibrio y competencia. Hechos   que de ningún modo estaban reñidos con la rebeldía.
Viví esos años sin morir en el intento,   fui una de las rebeldes sin causa. Buscábamos relaciones lógicas entre los hechos, la incoherencia entre la palabra y práctica, la intensión detrás de la información, el mensaje encriptado de los textos, razones entre sinrazones, interrogaba, escudriñaba, cuestionaba, creaba, proponía y llevaba adelante empresas negadas. Nuestra  rebeldía   nos empujaba a hacer cosas: desde construir escondijos en la copa de los árboles más altos, pasando por actos de servicio público, solidaridad, trabajo comunitario,  voluntariado, campeonato, excursiones explorando nuestro entorno, conocíamos todo lo que nos rodeaba incluyendo a los vecinos, vecinas como a la palma de nuestra mano.
Los días de semana todos debían trabajar, independiente de la edad y ocupación, los padres en sus labores, hijos/as en la escuela y labores de la casa. La diversión se correspondía con una a dos horas de juego en la calle: cuadra, solar,  el parque cercano o el club, luego de haber mostrado el cumplimiento de deberes, porque en ese tiempo teníamos deberes y casi nada de derechos.
Si lográbamos obtener la venia de la madre y/o el padre, aún así l@s ami@s no habían alcanzado las condiciones para salir un rato a la calle, en el mejor de los casos teníamos una hora de televisión en compañía de toda la familia, decidiendo el programa por mayoría que coincidía generalmente con aquello que estaba permitido por los padres. Una hora de TV, interrumpidos por la conversación o la pelea ente herman@s coincidentemente con los comerciales. Cuando por una u otra razón no había Tv, estaban los cuentos andinos de papá, mamá y algún otro pariente a quién le había tocado el turno de estadía en casa.
Los fines de semana era fiesta dentro y fuera de la casa, el desayuno era temprano, por mucho que nos hubiéramos desvelado el día previo, a las ocho de la mañana tod@s estábamos a la mesa, se cocinaba lo mejor y preferido de la mayoría, democracia cerrada en este caso. Se almorzaba al medio día enlazado con la sobremesa que se extendía hasta el lonche y continuaba con la cena, sólo a quien le tocaba (por turno) recoger la mesa y lavar los platos, se perdía o cortaba la conversación pidiendo que repitiera, en casa a veces juntábamos los platos del almuerzo con el de la cena para lavar en grupo y seguir comentando lo comentado.
Si eran buenos los tiempos, tocaba paseo de   domingos: al zoológico de Barranco luego  San Miguel, las Playas de Chorrillos, Agua Dulce, Miraflores, Ancón, San Bartolo, Puerto Viejo, Santa María. El Parque la Reserva, Mangomarca, Campoy. Y en largos fines de semana de viaje a Chosica, Matucana, Huacho, Barranca, Lurín, Cañete, zonas percibidas como alejadas de Lima porque demandaban tiempo de traslado y estadía. En el parque, campo, río o playa, jugábamos tod@s y nos divertíamos juntos. Sólo lo hacíamos por grupo de edad cuando los padres se agotaban.
En mi caso tuve más fortuna los fines de semana largos, solíamos realizar incursiones de exploración y acampar con mi padre por las zonas cuasi vírgenes del distrito y allí tuve mis lecciones de campo sobre astronomía, arqueología, geofísica, zoología, botánica, sobrevivencia, autoestima, fortaleza, filosofía (especialmente en deber, derecho, justicia, moral), fe y amor al ser supremo, Dios y mitos. De allí mi idea que era un sabio sin mayor título que el de padre.
Pueda que mi sentir de un invierno en tiempo de otoño inconcluso, me incline por arrullar recuerdos puramente afirmativos antes que críticos y cuestionadores. No es mi intención. De ningún  modo está en mi percepción señalar que antaño fue mejor, sólo diferente, más claro y menos complejo, sin necesidad de ser escudriñado en 4D.
Este invierno que se instala  abruptamente sin que haya sentido al otoño y se me hace extinto, me ha recordado que nuestras relaciones de antaño eran  directas,  donde se aprendía a distinguir y diferenciar los actos que ayudaban a la convivencia, al trato con respeto y también por qué no de mediana seguridad. Y ahora que lo pienso detenidamente,  el sentido del deber con l@s otro@s estaba claro,  no había duda alguna, las palabras tenían el significado correspondiente, un sentido de urbanidad sin necesidad de exigir  respeto a determinado derecho.
En este punto me asalta un temor, estoy romantizando el pasado cuasi colonial, oligarca, machista, sexista, discriminador, europeizante con la percepción del indio como paisaje.   Me sobrepongo y advierto, que mi recuerdo de antaño tiene que ver justamente en las formas de relación social carentes de los derechos actuales, con mayores obligaciones y  con menores signos de brutalidad y locura cotidiana  en la  violación de derechos, por cuanto   emergen nuevas interrogantes.
¿Cuánto de derecho  hemos alcanzado?
¿Cuánto de  obligaciones han significado?  
¿Cuánta  articulación entre derecho y obligación es posible?

Los derechos

Respecto a los derechos, hemos clarificando los imprecisos. En algunos casos arrancados y comprometido  tanto a los sujetos de derecho como a las instancias nacionales e internacionales que garanticen su implementación y cumplimiento. Pero también se han dejado    puertas de acceso o han emergido de sus vacios asideros para su incumplimiento o violación.
Cotidianamente asistimos un@s con indignación, otro@s con hartazgo  y también con resignación a la violación sistemática de cada uno de los derechos alcanzados, sea por el ciudadano común transformado en infractor o delincuente, las instituciones destinadas a preservarlas que simultáneamente han permitido el asentamiento de mecanismos para su violación, las autoridades elegidas para salvaguardarlas transformados en violentadores y violadores impunes, mostrando un panorama que pareciera superar  prácticas de hordas  primitivas  que resolvían las diferencias por la ley de la fuerza, el poder  y la muerte.
El modo y la crueldad con el que se violan cada uno de los derechos reconocidos, la premeditación, alevosía  y ventaja que emana de cada delito, cuestiona las convenciones que nuestros ancestros celebraron para garantizar la convivencia social, luego de ganar cruentas batallas y discusiones inagotables. Reeditado creativa y periódicamente en nuestro tiempo, cuanto más hablamos de tolerancia, inclusión, equidad, justicia, libertad, buena y vida plena, más se aproximan nuestras relaciones sociales a prácticas que no sólo contradicen al discurso, sino que lo niegan.

Las obligaciones

La respuesta a la interrogante de cuantas obligaciones tenemos, asumimos y cumplimos, se torna cada vez más escuálida, cuando advertimos que   los derechos conquistados son asumidos sin  obligaciones desde las partes comprometidas.
En la segunda mitad del siglo XX, tiempos que dibujaba al inicio de este artículo, las obligaciones provenían de la socialización primaria que mujeres y hombres teníamos en el hogar, independiente de si ellos eran patriarcales, sexistas,  etc. la familia proveía de las bases en cada futur@ ciudadan@  de las reglas básicas para una buena convivencia o mínima tolerancia, asociado con la edad, los espacios, los roles y los niveles de autoridad. A ello contribuía la escuela, los pares, la comunidad, las instituciones religiosas, los partidos y el Estado a través de sus diferentes entidades como sucede con la policía. Sin duda much@s hemos luchado por reconfigurar y ampliar de contenido o modificar  lo que encontramos, sin embargo es innegable la importancia de su existencia referencial, sea para su afirmación, modificación o cambio.
En el tiempo actual  que corresponde al segundo decenio del siglo XXI, la familia como referente de formación para la convivencia social, está cuasi disuelta, la escuela se ha transformado en el mejor de los casos centro de información y consumo, en el peor de los casos e independiente del género, en centro de entrenamiento para conductas sociales, la comunidad ha dejado de ser referencial y real para tornarse virtual, los grupos de pares donde se producían las prácticas de afirmación de identidad hoy son inestables, mediados y no necesariamente están constituido por generaciones, se produce alta movilidad real y virtual. Las instituciones religiosas anquilosadas en principios y conductas contradictorias válidas para la edad victoriana, han dejado de ser el punto de formación espiritual, moral y ético. Sucede otro tanto con los partidos que se han desprendido de sus elementos centrales de especificidad, atracción y aporte socio-político: vocación de servicio,  voluntariado, ética y propuesta utópica en el sentido de imaginación para una sociedad deseable. El Estado ha renunciado a su condición de garante de la buena vida en sociedad, de fiel equilibrio de la balanza, promotor de la vida social,  nacionalismo y sentimiento patrio.

Factores intervinientes en derechos y obligaciones

El rol tradicional y desgastado de la familia, pares, comunidad, escuela, iglesia, partidos y Estado, en la formación de cada miembro de la sociedad ha sucumbido de forma estrepitosa  siendo sustituido por la  tecnología, el mercado, los medios de comunicación y la globalización.
La tecnología al alcance de tod@s, si bien  ha introducido un nuevo concepto de información, formación, conocimiento, tiempo y espacio en nuestras vidas, también se ha transformado en llave para abrir muchas puertas a todas las edades,  independiente de si cuentan con   capacidad crítica y conciencia de su elección y consumo. Los grupos vulnerables hoy se transforman en víctimas sin mecanismos de defensa aprendida socialmente, corresponsable de su riesgo y victimización por disposición.
La tecnología, contribuye al mayor ensanchamiento de brechas generacionales que irónicamente apunta a la incomunicación y aislamiento. A las brechas generacionales que alimenta la tecnología, se añaden los culturales  y profundizan a las condiciones de pobreza que de la carencia de satisfacción de alguna necesidad básica: alimentación, vestido, vivienda, servicios básicos, salud y educación añade acceso  tecnologías de información y comunicación (TIC). Cada aparato desprovisto de su condición instrumental como  un medio para, viene siendo  transformado en referente de ser, alimentando la ansiedad por el consumismo, posesión y fuente de referencialidad, estatus social, económico, político y cultural.
El mercado ha entrado a definir las pautas de conducta, valores y reglas de  juego de cada individuo, todo es posible y tiene un precio, puede obtenerse si estás dispuesto a pagar, no importa el medio sino el fin. El Estado ha pasado a ser garante del ciudadano para asumir al mercado dejando de cumplir el rol para el cual fue creado socialmente: la garantía de  una convivencia armoniosa,  mediante la  promoción, atención y protección de los derechos, garantizando la satisfacción universal de necesidades básicas.
Las necesidades básicas se han transformado en producto de diversa calidad como niveles de consumo tienen las personas, dejando de ser universal antes de alcanzarlo.  Los derechos se norman pero no se cumplen y en correlación las obligaciones son difusas o extintas.
L@s Polític@s han modernizado a los partidos políticos,  transformándolo en empresa social, familiar o anónima, donde todo tiene precio, cada  militante es un socio con aporte propio, cuanto mayor sea,  más oportunidades, beneficios e impunidad. No hace falta práctica democrática a ella se apela para referirse al voto o cuestionar al oponente, la reelección es un escándalo en el contrincante, distinción y reconocimiento en el propio, hasta  cierto grado de regocijo interno por el trasfondo de insustituibilidad. La revocatoria  ha sido despojada de su condición de herramienta de control y sanción ciudadana a la mala gestión pública, siendo cuestionada por tirios y troyanos que se alinean para su eliminación.
No hace falta una trayectoria con práctica de servicio voluntario, político y social, ni formación doctrinaria, profesional, ética y moral. Basta con el arreglo de certificación fraguada o transada, algunas distinciones académicas o profesionales en contextos y contenidos distintos, auto-reconocimiento de elegibilidad y habilidad para el engaño, estafa, adulación, negociación, lobby. Y si llega al máximo puesto de poder político y enriquecimiento ilícito, basta con renunciar  desde un lejano lugar a buen recaudo, declararse perseguido político y esperar hasta que prescriba con oportunidad de reincidir. En tanto  se trata de una sociedad sin memoria, permisiva, indiferente y convencida por las leyes del mercado, que no hay otro modo,  porque todos roban (se cobran) y si este hace algo aun equivocándose se ha ganado una  nueva oportunidad.
Los medios de comunicación  brazo extendido del mercado se introduce en cada casa, vaciada su contenido de hogar a cambio de un TV plasma gigante, cable HD de paquete completo directo o clandestino y  blu ray, servicio de internet de banda ancha o sub-conectada, cada integrante de la familia con celular, tablet, blackberry , enlazado con RPM, etc, etc. Un hogar con todas las herramientas para moldear la conducta de tod@s interconectadamente.
Niñ@s encerrados en ambientes de 50 a 90 m2  por el riesgo externo y ausencia de parques públicos accesibles, dejan de percibir las formas y colores de los alimentos mientras bocado y a bocado consumen enlatados televisivos, sin espacio para la imaginación porque todo está programado.
Los jóvenes  cuentan con  todas las ofertas desde la sublimación de la guerra, sexo explícito y violencia morbosa, hasta un futuro exitoso con departamento, auto, alcohol, con  mujeres u hombres disponibles por compañía.
Las mujeres adultas  pueden combinar  novelas lloronas con narcotráfico y prostitución, las series o  programas del medio día donde son caricaturizadas, salpicados de comerciales que afirman estereotipos   de ser felices  e infelices asociados con el nivel de consumo,  revestimiento y transformación del cuerpo, nivel de seducción y paz que ofrece a la pareja, con el valor agregado de su liberación sea como profesional o emprendedora exitosa en el trabajo y aporte económico.
Los hombres cuentan con canales exclusivos de deporte y películas con comerciales de licor, autos y tecnología con imagen de mujer. Si esto no es suficiente el internet ofrece todo los caminos y oportunidades desde el menú del día, pasando por orgasmo en línea hasta la construcción de un arma casera, una bomba  y las diferentes formas de suicidio o asesinato.
La globalización nos ha abierto la ventana al planeta, desentrañando  misterios,  mostrando hazañas, exhibiendo al poder en sus diversas dimensiones,  develando avances científicos, rompiendo silencios, derribando murallas,  aproximando tiempo y espacio. Pero también nos asoma a las miserias humanas, las bajezas, su bestialidad e instintos exacerbados.
Una sociedad sin conciencia, profundamente consumista, individualista, indiferente, ocupada en su autocomplacencia y re-creación para alcanzar   modelos estandarizados de ser niñ@s, adolescentes, jóvenes, adult@s, ancian@s, sin curiosidad científica para indagar, cruzar y  procesar información. Desprovistos de aprendizajes para procesar   la frustración. Con una profunda  insatisfacción personal al extremo de crearse avatares y  acceso al consumo máximo de emociones que lo transforma en potencial víctima o victimario.
Este panorama dibuja a una sociedad  desprovista de obligaciones, deseosa de derechos  y anhelante de impunidad. La práctica de: “hecha la ley, hecha la trampa” ya no expresa la habilidad profesional de entendidos en el derecho, sino de tod@s, de abajo hacia arriba, de menor a mayor, de cabo a rabo. La máxima que podría graficar nuestra condición de sujetos de derecho es: “Todos tenemos derechos pero el otro tiene la obligación”. Obligaciones  que desconocen y si esto sucede se guarda bajo siete llaves.

Cuanta articulación cabe entre derecho y obligación

La existencia de una constitución,  Ley, Decreto Ley (DL), Decreto Supremo (DS) y Reglamento  relacionado con derechos individuales, sociales, económicos, culturales y políticos, vienen a ser    marcos normativos, importantes, pero insuficientes si no se tiene claro el significado de ser sujeto de derecho
Somos  sujeto de derecho, cuando se tiene conciencia, conocimiento y capacidad para ejercerlo pero también el reconocimiento y asunción de sus alcances y obligaciones. En términos menos complejos, toda persona sujeto de derecho tiene como límite, el punto donde se inicia el derecho de otro sujeto, por cuanto  junto a cada derecho se contraen  obligaciones respecto a los otros.
Si es así de claro conceptualmente que a todo derecho le corresponde una obligación, a razón de qué nos hallamos ante su disociación, peor aún ante la posibilidad de irreconciliabilidad en su relación.
Pueda que esta situación devenga de los diversos caminos que hemos empleado ciudadanas y ciudadanos, grupos vulnerables y hacedores de políticas y leyes. Caminos a través de los cuales algunos hemos enfatizado en la dación u obtención de derechos generales postergando el detalle para los reglamentos que tarde o nunca llegaron o fueron disociados posteriormente por  responsables de su elaboración,  del espíritu que  inspiró la norma. En otros casos hemos obviado, omitido o invisibilizado la obligación correspondiente. Está  también la búsqueda de cambiar nuestras formas de relación social marcadamente colonial y propia del siglo XVIII con aspiraciones occidentales y tentadas por los atractivos del mercado,  hayamos creído que era suficiente con crear derechos a través de la norma, olvidando su naturaleza y desinteresándonos de la práctica legitimadora.
La naturaleza de la norma  tiene que ver con su  práctica, es decir previo a la existencia de una ley es preciso que tenga vida o asidero en la costumbre. Siendo deseable sea afirmativa a partir de la   práctica, donde su reiterada existencia y aplicación la legítima y transforma en norma  reconocida y asumida por tod@s y cada un@, tanto en  el lado de derechos como obligaciones.
Sin embargo,  también existe un proceso inverso, la presencia de una práctica que coloca en peligro o niega  prácticas establecidas, la preservación de bienes y personas. Generando la necesidad de crear  norma disuasiva, coercitiva y sancionadora. Es decir penalizando  un acto  no lícito,  un delito proveniente de un miembro de la sociedad al que se reconoce como delincuente, quien pierde  su derecho y asume una obligación institucional a medida que reconoce el derecho del otro.
Es posible que en nuestro esfuerzo reivindicativo, nos hayamos quedado sólo con aquello que nos beneficia y desatendido   la responsabilidad que implica y deviene en obligación. Peor aún pueda ser que hayamos olvidado nuestras múltiples dimensiones humanas y seres sociales,   colocándonos con comodidad en el rol, condición  o estado  que nos transforman en beneficiari@  preferenciales, desprendiéndonos de las obligaciones, al punto de habernos transformado en celadores de nuestra propia libertad y derechos sin obligaciones, espantándonos ante la factura que nos llega a través de la corrupción política/ pública, la inseguridad ciudadana, indiferencia en el cuidado del otro, violación sistemática de todos los derechos desde diferentes flancos,  injusticia e impunidad.
Esta primera noche que siento el rigor del  invierno en medio de un otoño fenecido, descubro finalmente que mi percepción de su agresiva   invasión, tiene que ver con esa sensación de  ciudadana  que contempla con desazón el desvanecimiento de obligaciones que acompasan los actos de las diversas violaciones de derechos de los que somos testig@s día a día. Pueda que mañana me ocupe de los principales derechos alcanzados y las formas de negación instaladas simultáneamente.

martes, 14 de mayo de 2013

A PROPÓSITO DE AMORES

Una foto que avivó mi amor adolescente, llenó de contenido mi fantasía romántica del héroe. Una imagen simbólica de la rebeldía y la lucha por un ideal que sobrevivió a las magulladuras, groserías y mansillación que acompañó a su muerte.
Un 14 de Mayo de 1928, nacía Ernesto Guevara de la Serna. Ciudadano de toda América, comunista, guerrillero y revolucionario. Murió creyendo en la opción elegida, cuya imagen simbólica hoy es sinónimo de rebeldía y libertad para jóvenes, no importa de qué parte del planeta u opción, basta su rebeldía y capacidad de construcción de utopías viejas o nuevas, El Che existirá mientras haya capacidad de indignación.




Me pregunto ¿Qué diría  y haría el  Che en el Siglo XXI si fuera peruano? En un escenario de elecciones políticas del 2011 disputado entre un ex militar sublevado tardíamente  ante un gobierno  espuria peruano-nipón negado tantas veces como  Pedro a Jesús. La hija del ex presidente  cuya única agenda esgrimida fue la liberación  del padre que renunció  al mismo cargo, desde  su condición y posición nipona, encarcelado y condenado por 25 años -sentando precedente en América Latina-.  Un ex funcionario peruano-norteamericano que sirvió y se sirvió en sus años de mayor productividad  a tirios y troyanos, sin abanderar su dimensión de ciudadano al servicio del país, distinguiendo su campaña con la groseria simbólica de ser sujeto de la envidia de cojones.  Un ex presidente  andino-peruano formado en Harvard y monitoreado por el FMI, que durante su gobierno destacó por su ires y venires, mentiras hechas verdades. Un ex –alcalde metropolitano  imagen acústica de pepe el vivo cuya práctica se inspira de la filosofía  el fin justifica los medios. Un ex cura que dejó de ser red maduro, tornándose en green porque vende más aun cuando el mercado  nacional no compre como evidenciaron los votos obtenidos.
Y ¿Qué diría  y haría? Si tuviera como cereza de la torta en el 2013 a un poder político, legislativo y judicial concentrado en la única agenda nacional: el indulto del ex  presidente    que se reinventó como peruano apropiándose  del día patrio como su onomástico. Mientras que la agenda del país se bifurca entre: el crecimiento económico y el incremento de la tuberculosis, enfermedad  producida por el hambre y/o la mala alimentación, convivencia y desinformación. Entre el aparente liderazgo  del continente e incapacidad para enfentar la inseguridad ciudadana amenazada por la delincuencia local, internacional, las fuerzas del desorden y los rezagos subversivos  entrelazados con el narcotráfico. Entre el discurso de la equidad, la inclusión y la no violencia contra las mujeres, mientras se incrementan  y diversifican estadísticas de feminicidio,  sexismo esgrimido por funcionarios públicos y extranjeros.
¿Cuál sería  la reflexión y acción del Che?  a cerca de un Perú  que cerrando el siglo XX eligió y toleró a un gobernante que reprodujo la historia circular peruana del oncenio de Leguía,  superándolo  en subterfugios, vilezas y podredumbre.  Que al ser  desenmascarado como corrupto/r , asesino intelectual de peruanas/os  y  latrocinio evidente,  se  reivindicó como japonés jugando con su nombre de Alberto Fujimori a   Kenya  Fujimori, para estar a tono y  parapetarse  entre las basatas del emperador nipón  como su súbdito. Aquel que fue mostró su lado oculto de la cobardía, dejando  que su hija de 25 años asumiera el costo de sus acciones. Renunció  vía fax  y no con carta de puño y letra como hoy que clama  clemencia.
Aquel  ex presidente que fue derrotado por su soberbia, creyéndose intocable, intentó postularse nuevamente  desde la plataforma del vecino país Chile,  siendo condenado por violación de derechos humanos, porque no pudo ocultar el delito como sucedió con el robo, hoy  exige  su derecho humano a la excarcelación por depresión. Alguien que no reconoció su delito ni pidió perdón por ello, pide en cambio que perdonen el delito que lo condena,  el cual  no prescribe ni tiene posibilidad de indulto en el derecho internacional.
¿Qué diría el Che? de ser y hacer política en nuestro tiempo y país, donde a nombre de la democracia  se comete los peores atropellos contra ella.




jueves, 21 de marzo de 2013

PENSANDO EN VOZ ALTA

En las elecciones municipales del 17 de marzo, me tocó ser parte actuante, para mí no fue emocionante como sucedió entre septiembre y diciembre 2010. La realidad de la praxis concreta diluyó mi entusiasmo cuasi inmediatamente después de las elecciones de entonces. Aún así intenté en su momento, compartir mis percepciones y propuse una red de mujeres que mantuvieran vigilancia ciudadana activa “mujeres enredadas” se me ocurrió y quedó como anécdota en algunos recuerdos.
Durante los primeros meses del 2011 vi con tristeza y mayor decepción, la concreción de mis temores pueda que viscerales para algunos/as, pero respondieron a la evidente práctica inexperta en gestión local, así como gestos y actos de la autoridad confundida con liderazgo de actor político. Estas elecciones espantaron a mi esperanza de cambio, mostrándome que era más de lo mismo, con las variantes de algunos ires y venires en afirmación y retracción en expresiones que están registrados para la historia, lo que no puede perdonarte la era digital es un exabrupto o un desliz comunicacional.
Una electora ubicando el centro de elección usual modificado
El domingo venció a mi desinterés cívico, el universo, sentí desde un inicio mucha resistencia a hacerle el juego a quienes siempre han tenido al país en sus manos, quienes establecen el margen de nuestras decisiones, colocándonos contra la pared para optar por lo menos malo, lo mediocre, el espejismo de una nueva forma de hacer gobierno. Ya una vez voté viciado cuando la consigna de todos/as era votar por Fujimori, me felicité por ello prontamente, aun cuando debí soportar en su momento la presión y el adjetivo de francotiradora. En las presentes elecciones  la entrega de la credencial a domicilio me mostró que esta vez debía no sólo decidir sino actuar.
A medida que transcurrió el tiempo y la dinámica del contexto electoral, descubrí que mi sentimiento no era extraño ni aislado, era el sentimiento común, se desprendía de la conversa de los miembros de mesa, los murmullos de la cola -que en realidad fue escuálida, concentrándose  a primera  hora y final de la jornada-, del temor de los personeros por el NO y la seguridad insultante del SI, de los sentimientos y resentimientos humanos asociados al rito de la elección que espero sea el último al ser sustituido por el electrónico.
¿Por qué?
Porque a diferencia de las zonas medias y altas de Lima, en San Juan de Lurigancho, el distrito más populoso  y con el mayor número de electores,  donde se ubica mi mesa electoral pude advertir una movilización urbana caótica. Un traslado zonal que un día cualquiera suma como máximo S/.2.00 se elevó a S/.10.00 y distancias que se mueven entre de 10 a 30 minutos se concentraron entre 30 y 120 minutos.
El embotellamiento y las condiciones de transporte mostraron el caos que grafica vivir bajo la ley del más vivo y cuán lejos parece estar la modernización del transporte urbano. Transformando un gesto cívico en una tortura, especialmente para los más jóvenes, impedidos/as y adultos/as mayores, que del lado sur debían desplazarse hacia el norte del distrito y viceversa... no hay análisis político que aguante, es preciso cruzar varios factores y elementos que emergieron a lo largo de la campaña y durante su cierre de los a favor y en contra. Junto a los eventos que jugaron en desmedro de la gestión edil, donde el argumento de avance en el ordenamiento del transporte fue hecho añicos con la experiencia empírica concreta como se dice en sociología, por el caos para el desplazamiento vehicular.
Sin añadir a ello, la carga de trabajo que debió enfrentar los miembros de mesa, especialmente en centros educativos no tan privilegiadas como él me tocó (urbano, privado, primer piso), en otros debieron culminar el conteo en penumbra, con muchas dificultades, habrá que mirar en detalle la data de los resultados finales.
Los resultados de un voto de gracia cruzado con la condena de los aliados y el resurgimiento de los otrora vencidos, confirmaron mis percepciones y sentimientos  de una común y corriente ciudadana, el análisis profesional vendrá luego cuando sea posible procesar los resultados finales, apreciar tendencias, concentraciones, dispersiones, correlaciones. Será importante observar las dificultades de registro y nulidad de las actas que en este momento no es mi preocupación.
¡Claro que hay ganadores y perdedores!, aun cuando la consigna sea que todos ganaron y ganó Lima, es sin duda una frase que espero no sea cliché o un auxilio político de momento. Para quien quiera ver que vea y quien quiera enmendar que lo haga.
Ganó:
  • La resistencia a ser cómplice de las razones inconfesas que movilizaron la revocatoria desde el primer día de la elección noviembre 2010.
  • La fe y movilización de quienes se sumaron a la campaña aun cuando no pudieron transmitir con claridad los riesgos de sólo marcar por el No sin discriminar, olvidando que la revocatoria despegó con dos tercios de la población en favor, que de modificar su decisión no lo haría en 360°, sólo así se etiende en parte, que optó por salvar a Susana y castigar a sus regidores.
  • Los/as perdedores de noviembre del 2010 no sólo fueron reconocidos, sino resarcidos con su ratificación, allí funcionó bien no sólo la consigna -si en realidad la hubo me resisto al maquiavelismo, aunque todo es posible en política- sino la capacidad de comunicación y expresión del SER y HACER en las oportunidades que lo tuvieron.
  • La habilidad y capacidad de una mujer política como Lourdes que perdió una batalla, pero tuvo el olfato suficiente como para colocarse al frente de su aliada de turno y ser soporte de su ex vencedora, asociarse como su mejor aliada, levantarse y tomar la oportunidad para optar por la alianza y sólo ella lo sabe con la prospección del 2016.
  • La apuesta por la institucionalidad y contrarrestar el panorama de pérdida económica para la derecha, sea directa o indirectamente a consecuencia del riesgo de estancamiento de obras en cartera que sin duda no se perdería a la larga, pero sus costos se incrementarían con el dilatamiento.
  • La lectura de la población ante los últimos audios que demostraba quien estaba detrás de la revocatoria. Graficando una vez más que el pueblo puede perdonar el pecado pero no el escándalo, puesto que implica tolerar le restrieguen su complicidad con la inmoralidad.
  • La oportunidad para una alcaldesa que se queda sola en su laberinto, para depender y gobernar con quienes fueron sus oponentes de origen... colocándose en la historia como primera mujer elegida, revocada y ratificada democráticamente, dependiendo de ella y quienes la rodean, lo que se escriba hasta el 2014.
Perdió:
  • La mañosa práctica politiquera del APRA, que lejos de enmendarse frente a la anterior sanción electoral, creyó que podía restregarle en la cara al elector que es un inepto, cuasi fronterizo a quien es posible manipular con las viejas consignas y voceros de siempre.
  • La mafia fujimontesinista-solidaria que luego de creer que tenía todo ganado, ve no tan fáciles las elecciones del 2016 por cuanto concentrará sus fuerzas en los distritos donde ha logrado mayoría, los conos donde deberá actuar con mayor decisión tanto el gobierno nacional como provincial.
  • La idea "No importa que robes si haces algo",  contrarrestada con la transparencia viable aun cuando sea mayor el costo en tiempo y rédito político, depende de cuánto se invierta para que esto se transparente y revalore.
  • Quien dice No queriendo decir Si, atribuido machista y sexualmente a las mujeres, es en realidad una práctica tolerada, estimulada y reproducida en la política, donde el futuro candidato/a siempre niega que lo será hasta el día que arranca el proceso electoral.
  • Las viejas estrategias testaférreas de política, mostrando descarnadamente al tonto útil promotor de la revocatoria, despreciado por sus promotores y transformado en un actor con opinión en el límite del show.
  • Las/os ilustres desconocidos que serán destituidos de sus cargos de regidores, para algunos/as es debut y despedida, para otros una raya más al tigre.
Prospectiva:
  • Queda poco más de un año para cerrar este periodo de una muerte anunciada y una vida prestada a la primera experiencia de gobierno local democrático en manos de una alcaldesa, que emergió de la rabia electoral por el desprecio a su voluntad, desde la candidata favorita, olvidándose inmediatamente de sus electores mayoritarias/os, como lo ha reconocido no hace mucho, quien sabe por un arranque de inspiración electoral, de no ser así, es su reto gobernar eficiente y transparentemente, concertar y dialogar con los más pobres que son los más indignados, veremos si eso sucede y no más populismo y asistencia.
  • Ha sobrevivido a la revocatoria, gracias a la mano invisible que hace de la clandestina interceptación comunicacional su poder. Los mudo-audios fue el salvavidas de una alcaldesa que llegó al gobierno local entre otras cosas gracias a otros audios, la teleaudiencia y la movilización esperanzada de mujeres que hoy no se ven representadas.
  • Habrá que aprender algo de este factor reiterado en la vida política del Perú como son las herramientas comunicacionales: un video auto dinamitó el decenio de un sistema, mostró la corrupción aprista y en este tiempo jugó bien sus cartas dos veces a favor de la alcaldesa electa ¿Le pasara factura en algún momento? Lo ha dicho incansablemente no ha sabido transmitir lo que hace, por cuanto deberá concentrarse en hacerlo bien y no patéticamente como fue el gráfico modo de relación entre las mujeres de San Juan de Lurigancho y las mujeres de la Molina.
  • Gobernar con una ancha base es el lema de hoy de quien no pudo hacerlo con sus propios aliados de inicio, rompiendo a penas se calentaba el proceso y se afirmaba las oportunidades. Pueda ser en verdad, que toda posibilidad de gobierno nuevo no puede hacerse sin la "sapiensa y recursos de quienes siempre gobernaron", tensando el compromiso de gobernar con todos hacia los convencionales.
Tal como dije en el 2009 a un aspirante a elegible y hace poco a una amiga, el futuro del país o de Lima, no depende de una persona, aun cuando muchos con osadía lo señalan, porque ni se va a caer, ni va a detenerse, eso sólo es una alegoría.
El país ni Lima nunca se ha  detenido, puede ser que haya caído en crisis, recesión y/o recuperado, pero jamás dejado de funcionar. Ni en los peores tiempos donde fueron tiranos sus gobernantes y las autoridades locales eran elegidas a dedo, en esas condiciones fue elegida la primera alcaldesa Ana María Fernandini de Naranjo (1902-1982). Lima estuvo cuando llegamos y seguirá cuando nos vayamos, a veces sin darnos cuenta asumimos términos mesiánicos y de endiosamiento.
Como decía antaño la madre de mi amiga de Doris, "Cada quién tiene lo que con esfuerzo se ha ganado", especialmente para quienes han hecho de la política un modus vivendi sin lealtad, compromiso y ética. Si por alguien lo siento es por el teniente alcalde Zegarra, un joven político que espero sea su bautizo y aprendizaje antes que debut y despedida. También, por las jóvenes generaciones que fundaron en este siglo más de un partido, para hipotecarlo en manos de viejas figuras sino prácticas politiqueras con las mismas mañas.
También lo siento por algunos jóvenes que intentan continuar los pasos de sus generaciones previas con sus activos y pasivos, como sucede Luis Felipe Castillo –para quien promoví y voté por su revocatoria-, cuyo significado simbólico de ser el más revocado tendrá algún impacto en otros de su misma línea, que seguro nuestros amigos/as culturalistas podrán ilústranos.
Y también los siento por quienes fuimos miembros de mesa, porque si no hay voto electrónico volveremos a invertir un domingo en octubre como todo parece indicar, en nombre de una democracia cada día más estrecha, controversial y más nebulosa.

jueves, 7 de marzo de 2013

DIA DE LA MUJER ¿DONDE QUEDO LA IGUALDAD?


He recibido muchos mensajes de felicitación por el día de la mujer, invitaciones y algunas reflexiones que suenan mas a arengas y porque no algunas anotaciones interesantes, recordándome que hace un año, inclusive tuve llamadas de amigos extraviados que no sabían si felicitarme o no por el día de la mujer en medio de un estado de inmovilidad física.
Estuve tentada de aceptar lo que llega como y por donde viene, acostarme temprano porque he de madrugar -inusual en mí ritmo que une la noche con la madrugada-, pero preferí hilar algunas ideas para agradecer colectivamente a todas/os por los buenos deseos, puesto que ellos ensanchan las buenas vibraciones del universo y avanzar a mi modo, en el contenido del día de la mujer.
Que el 8 de marzo haya dejado de ser una fecha sólo de importancia entre mujeres, es en sí mismo un indicador de avance, no tanto por las felicitaciones, las expectativas y prácticas clientelistas o populistas de políticos/as o los pretextos comerciales que a ello se asocia. Sino porque es un pretexto para mirar no sólo con ojos de mujer sino también de varón el largo trajinar de las mujeres por alcanzar una vida digna y con igualdad de derechos como seres humanos que los hombres sin por ello renunciar, ni hacer que ellos renuncien a las diferencias, puesto que ello hace que siga siendo hermoso aprender a aceptar y amar a otro ser con sus virtudes y defectos, con sus dones y límites, en sus altas y bajas. Pero principalmentehacer juntos un mundo mejor donde es bueno vivir e invitar a vivir a otros seres que vienen a traves de uno.
Creo que la principal dificultad está en la idea de igualdad, satanizada por quienes argumentan que las mujeres compiten con los hombres para ser igual a ellos generando rechazo, resistencia y nuevos mitos. O levantada como bandera que niega la diferencia inclusive entre las propias mujeres, por ende, termina siendo peor el remedio que la enfermedad. Sólo de pensar en una aspiración por una igualdad lineal es un insulto a la inteligencia e imaginación porque sería como mirarse y convivir consigo mismo en medio de una multitud con todo el peso de sus implicancias.
La igualdad a la que aspiramos algunas mujeres, de ningún modo está reñido con la diferencia y la diversidad, todo lo contrario se inspira y bebe de ella para plantear acceso a igualdad de oportunidades para todas/os y el libre albedrio para elegir lo que queremos ser. Sin que ello esté mediado por restricciones de pertinencia a sólo hombres o mujeres, puesto que la historia ha demostrado que por ese camino llegamos a ser únicamente desdichados/as, si no calzamos con la idea de “ser mujer” o “ser hombre” al que sólo accede un pequeño sector.
La igualdad por la que apostamos muchas mujeres, es aquella que provee derechos sexuales, ciudadanos, económicos, culturales y políticos por nuestra condición de ser humanos donde no exista espacio para ningún menoscabo bajo el pretexto de nuestra condición de ser mujer. En la medida que estos derechos tengan peso distinto para mujeres y hombres o para algunas mujeres y otras no, se transforma en puerta de ingreso para su correspondencia con otros determinantes como edad, idioma, raza, creencia, opinión, opción sexual que justifiquen la existencia, permanencia y reproducción de situaciones atentatorias a la dignidad, el cuerpo, la libertad y la vida de las mujeres, y a través de ellas a todos quienes son parte, para retornar cual búmeran a la misma sociedad.
Cuesta mucho pensar a mujeres y hombres, en relaciones mediadas por la igualdad, en el esfuerzo que cada una/o ha de colocar en las relaciones interpersonales, en una sociedad con hombres y mujeres con igualdad de derechos respetando sus diferencias, porque nos hemos construido con una serie de prácticas que nos acomoda inclusive cuando proviene de la incomodidad. Es más conocido y por tanto menos temido el modo de relacionarnos a través de la imposición, manipulación, fuerza, poder y abuso que producen aparentemente beneficios para unos y perjuicios para otros, pero misteriosamente persisten unidos y se retroalimentan inexplicablemente.
La libertad que iguala y libera, también obliga a hacerse cargo de sí misma/o, sin espacio para ocultarse tras el rol socialmente atribuido. Significa no justificar nuestros fracasos parapetándonos en los distintos roles que nos enajenan impidiendo que día a día enfrentemos nuestros miedos, reconozcamos nuestras fortalezas y las barreras que construimos en rededor nuestro so pretexto de los otros, para sacar a flote las capacidades encubiertas.
La igualdad entendida como condiciones propicias para ser y hacer, nos arroja a enfrentar nuestros espantos y temores, a reconocernos que podemos ser el ser subliminal que todos esperan o superar al peor tirano que se esconde en el fondo de nosotras mismas, reproduciendo las pautas, códigos y mecanismos de poder existente. Puesto que es más exigente y cuesta mucho mas repensar y ensayar nuevas prácticas sin morir en el intento, por cuanto el miedo que nos paraliza puede también a empujarnos a ser nuestra propia antítesis.
La igualdad para mujeres y hombres, pero principalmente para mujeres que tienen miedo a la libertad, es el reconocerse como principal responsable de su SER, desde donde tiene la obligación de leer el contexto que la rodea y si no es bueno para ella tampoco lo es para conjunto o viceversa. Es tomar conciencia y asumir compromisos, correr riesgos, establecer relaciones basadas en el respeto, igualdad de trato y expectativa similar, haciendo ejercicio de mi derecho que termina donde se inicia el derecho del otro/a. Cuando me hago cargo y no dejo más el encargo de cambiar el mundo a partir de mi propio mundo e impedir que fenezca.
Una igualdad radical es lo que tenemos en el horizonte, porque aun cuando mucho hemos trajinado, poco hemos echado a andar. Por un paso dado, las barreras siguen creciendo al interior como fuera de las mujeres, porque el cambio significa, cambio de todo un sistema social, las formas de relación y prácticas de poder. Pueda que estemos en una nueva era y ello este más cercano, por cuanto la resistencia es mayor y el endurecimiento de los factores en contra de las mujeres son extremos, hoy podemos asomarnos y analizar en detalle el horror de los hechos, pero no podemos contrastarlo con el pasados porque carecemos de registros, en la medida que su práctica era tolerada y asimilada como propia y pertinente.
Nos consterna mirar cada día titulares que absorben a los medios de comunicación, cuya crueldad y aberración pone en cuestión no sólo la lucha de las mujeres sino las contradicciones de una sociedad como la peruana y un planeta como la tierra donde a la par del desarrollo en la tecnología y la ciencia, nuestras prácticas no tienen mucho que envidiar a épocas arcaicas en que la pugna terminaba con el exterminio del oponente.
Sin duda hay mucho que reconocer a cerca de los avances y el destaque de las mujeres en este nuevo siglo, sin embargo aún queda por valorar su aporte en la modificación o reafirmación de relaciones que se ha concentrado sólo en medidas de equidad y/o exclusión mientras queda en paréntesis otras dimensiones.

viernes, 11 de enero de 2013

SINTIENDOTE Y PRESINTIÉNDOTE

Tu voz fundida entre mi conciencia e inconsciencia,  surge del  lado izquierdo de mi cama, oigo con esfuerzo, desgranar las  dificultades que has experimentado antes de verme: tormentas de  granizo, persecuciones, el tiempo que no tienes  porque has agotado  los correspondientes al mes siguiente, que digo, del año siguiente y casi la mitad del subsiguiente.  Por ello  me confiesas con pesar, el sentimiento de estar  hurtando, convirtiéndote en ladrón de ti mismo,   al tomar aquello que no tienes para venir a verme y no lograr éxito  en arrebatarme de  los brazos de Morfeo.
Alguien entra para recordarme que ya es tiempo, haciendo que me remueva en la cama y luche una vez más por despertarme, sin abrir aun los ojos, te pregunto: ¿Dónde, cómo y con quién pasaste noche buena? Respondes que muy cerca,  en Magdalena Vieja, donde cenaste con tu hermana y ambos me recordaron en la abundante conversa que fue diversa y extensa. Preguntas a tu vez: ¿Tú que todo lo sientes  o pre -sientes  antes que suceda, no sentiste cuanto extrañaba estar contigo en ese momento? Insistes: ¿No he logrado conectarme contigo en mis noches más oscuras mientras tu recuerdo y palabras era lo único que espantaba mis miedos? ¿Tanto abismo se ha abierto entre nuestras almas que dejaron de estar al unisono?
Siento tu voz como tu aliento próximo mientras expresas: ¿Tanto me has alejado de tu vida?, el roce de tus labios en mi mejilla rodando  hacia mis labios me despierta abruptamente alejándome rápidamente de tu demanda. Ese rechazo al álito de cada despertar logra ser más fuerte que mi somnoliencia, debe haberse fundido inclusive en mi inconsciente transformándose en un  efectivo despabilador. Despierto totalmente, te miro, sonrío, agradeciéndote en silencio haberte transforma en  ladrón de tu propio tiempo hasta hacerme cómplice de tal delito, mientras digo:  “También te he extrañado, sentido y presentido, sólo que he aprendido a  hacerlo en silencio, guardarlo en un baúl allí donde mi voluntad no pueda hacerme daño, ni colocarte en riesgo mi contacto”.
Con un salto dejo el lecho y digo en nuevo tono: “Me alegra estés conmigo en este tiempo donde toda mi familia se ha juntado para celebrar,   así conocerás a mi numerosa parentela”. De pronto me encuentro en una habitación llena de personas están mis primas, primos, sobrinas y sobrinos, alguien se desplaza con una gran fuente desbordante de vinos en tono ámbar,  que brillan atrapadas en  copas de martini. Tomo dos con una sonrisa, con ellas en mis manos voy nuevamente a tu encuentro.
Brindamos por todo aquello pendiente mirándonos a los ojos como siempre, con tanta alegría que emerge por nuestros poros, permaneciendo más tiempo con nosotros,  que ese sentimiento tan  deseado y efímero como es la felicidad. Pienso mientras bebo el vino que sabe a vermut, el modo tan extraño que está asociado a nuestros encuentros, en lo bueno de otros tiempos donde podíamos hallarnos a nuestro antojo sin mediar para ello, muchos oidos conectados, ojos  atentos e incansables,  tiempos estrechos  y otras voluntades. Pienso en el modo como cada persona puede imaginar, hasta dar vida a sus propias torturas y cautiverio,  mientras grita y se entrega a luchar por la libertad.

Cambia el escenario, estamos ante una ventana de una casa con techo a dos aguas,  fuera llueve como si en el cielo se hubieran abierto las compuertas, mi alegría se une con mi percepción de celebración y bendición del cielo, la lluvia suele ser para mí  como un concierto de sonido y  danzas del agua, festejando su retorno a la vida de mujeres y hombres, para ser admirada, deseada,  bebida y bendita. Para volver a correr dulcemente  sobre la tierra luego de haber navegado por los mares, ascendido a los cielos, mirado el rostro de Dios y  besado los picos más altos.
Me veo buscando una ducha en un ambiente de numerosos baños, semejante a los servicios higiénicos de un colegio, descubriendo que  acababa de despertar de un sueño donde te sentí y presentí, y este era otro sueño, que ya no te pertenece.

martes, 8 de enero de 2013

COMPARTIENDO AL CANCER: IN MEMORIAM DE VALOIS Y JACINTO

Cierre e inicio simbólico del tiempo, texto para los balances, pronósticos y parabienes. Ensayé más de uno durante los últimos días del 2012 en formatos varios, primera, segunda y tercera persona, sin lograr conciliar mis diversas miradas que cerraran el texto para compartirlo como suelo hacerlo. Finalmente suspendí esta tarea como aquella del 14 de febrero, optando por responder cada saludo personal de navidad y año nuevo, postergando la reflexión de la amistad, quizás lo concluya y deje fluir en febrero.
Esta primera semana de enero la vivo intensa y concentrada de dolor, que me recoloca en el escenario de las partidas, como el experimentado en Diciembre (2009) del cual queda por registro un artículo en este blog y el  sentimiento que lo inspiró,  hoy que con mayor serenidad. Está más de una fecha cercana, sin embargo fue Mayo del 2007 Junto a Carlos Salazar Peña y Mayo del 2010 durante la partida de Pedro Herrera Herrera, que me sumí   en un silencioso  viaje interno, y mucho más atrás, un tiempo como este -10 de enero de 1996-, donde el cuerpo de papá dejó de ser mediado por la morfina y liberó finalmente a su alma.


En estos días he vuelto a sentir dolor, primero por Valois Vilcapoma -6 de enero 2013- y, esta noche 8 de enero a las 9:00 p.m., con la partida de mi único tío materno Jacinto Herrera Trujillo, el segundo entre cinco sobrevivientes y cuarto en la jerarquía de hermanas/os. Parte para reencontrarse con su esposa tras un tiempo que siempre sintió muy largo –diez y ocho años a punto de cumplirse-, pero que jamás fue suficiente para amainar su amor por ella  o  resignarse a su ausencia, todo lo contrario, esperaba el fin de sus días para estar nuevamente juntos .

Para Valois escribí como reacción primera y colectiva, tratando de digerir el dolor de saber que ya no volvería a verla encarnada:
“Valois querida allí donde te encuentres, se queda conmigo tu sonrisa, gentileza, cariño, ánimo y entusiasmo de siempre, ante mis horarios extensos de lectura o cuando buceaba por los libros aun no disponibles.
Fue tu sabiduría aquella que me hizo comprender la dinámica inadvertida detrás de los anaqueles o a la siniestra del ambiente de la biblioteca de sociales.
Añoro nuestras coincidencias en cierre de largas jornadas invernales donde nuestros pasos acompasados y brazos unidos evitaban que el viento de la avenida central nos elevara.
Confió en que cuando vuelva a caminar en esas condiciones, si bien no me tomarás del brazo, te sentiré en la brisa de la tarde, la fuerza del viento de invierno o quizás en la bruma que suele envolvernos a quienes acostumbramos abandonar el campus cuasi a media noche.
Valois querida jamás pensé que te irías sin volver a verte luego de este largo periodo de detenimiento y pasos lentos que restringió mi desplazamiento al ala norte de la PUCP, tampoco que te irías en tiempos de descanso institucional con discreción como fue siempre tu ser, por eso comparto con las amigas y amigos de tu partida pueda ser que coincidamos en tu despedida “.
Puedo añadir después de haber asimilado el golpe y estado con ella en el tiempo de las despedida, que se fue como vivió amada, celebrada y reconocida por quién era. Rodeada por quienes compartió su vida, a l@s que hoy sin duda nos duele su partida, pero al mismo tiempo se instala en nuestro corazón lo mejor de su recuerdo. Aun estoy conmovida por la afirmación de uno de los hijos que la vida le dio a nombre de de tod@s: “Como todos ustedes saben mi tía fue soltera, pero aquí estamos todos sus sobrinos,  sus hijos, para hacer su voluntad y despedirla…”.
De Jacinto Herrera Trujillo, son escasos los recuerdos de niña y cortos los de adulta. Lo que sé de él es a través de la narrativa de Tía Juana, Margarita y mi madre. Ahora que lo pienso debió ser difícil forjarse una personalidad masculina y mantener armonía parental en medio de matriarcas a toda prueba. Ello explica en parte que la adultez se concentrara en su familia nuclear, para aproximarse a la relación fraternal en la madurez y post viudez. En la narrativa de las hermanas se asoma la imagen del hijo único, engreído por la madre y hermanas, algo contenido por el padre, destino de amor y cuidado parental, retornando a cambio de él una sutil distancia e indiferencia.
En cambio será recordado por ser un hombre profundamente enamorado de su mujer hasta el último de los días de ella (11 enero 1995) y más allá de su presencia corpórea, dispuesto a satisfacer todas sus exigencias con una sonrisa en los labios, al punto que fue su deseo colocaran en su féretro, los vestidos más bellos que aun quedaban de la difunta para que llegara a “la otra vida” con ellos para cambiar aquellos con los que partió.  No sé cómo fue en el papel de padre, sólo sé que a diferencia de muchos andinos de su tiempo no usó la violencia como recurso de formación para sus hijas e hijos, todos se emanciparon jóvenes, sea migrando a la capital de provincia o del país. Pero sé de su ternura con los infantes, viene a mi memoria su canto y baile para entretener con dedicación a mi hermana Lucy de apenas dos años, durante una estadía en casa, será por ello que en los pocos encuentros que tuve con él a lo largo de nuestra vida solía preguntarme sólo por ella "Cómo está niña Lucy", luego por mi madre y padre.
Pueda que los hombres andinos de su época –quien sabe si también los actuales y no andinos- recubrieran sus afectos, vínculos parentales y comunicación, con lenguajes, actitudes y posturas más simbólicas e implícitas que explícitas para dejarlos fluir sólo ante seres preferenciales, no amenazantes o  altamente sensible, como suele ser pareja amada  y l@s niñ@s. Mi tío solía ser discreto con sus gestos y mensajes, a diferencia de las mujeres que todo lo expresan, difunden, confunden, perdonan, olvidan y aman sin esperar retorno.
Valois y Jacinto se fueron de esta vida con pocos días de diferencia, dos seres que nunca se conocieron   se conectaron  en la muerte, enlazados a mi dolor por su partida, haciéndose parte de mi historia sin aun adivinarse. Pero, también compartieron durante sus últimos días la misma fiereza y letalidad que día a día aqueja a más mujeres y hombres en el país y el mundo, me refiero al cáncer. El cáncer, que hasta hoy poco o casi nada se sabe sobre su origen y curación pero sí se tiene mucho registro de sus diversidades, procesos y no discriminación.
Hoy sé, por todo lo que investigué y compartí luego de que partiera mi padre, que el cáncer es una enfermedad a la que tod@s estamos expuestos, somos potenciales candidatos sino portadores, por una y mil razones, pese a su dureza y exigencia puede ser cruel/generoso según como se asuma su presencia en nuestras vidas y en las vidas de aquell@s con quienes está entretejida nuestra vida.
Nuestra actitud ante su presencia, bien  puede  derivar en  la impotencia e incremento de su agresividad, independiente de si la   lucha es fiera para contenerla o rendición total. Está la posibilidad de, asumir el peso de su presencia, tomamos el tiempo que queda para ordenar, disponer y resolver, cerrar pendientes, recanalizar energías obstruidas, disponernos, abrirnos al amor, perdón y esperanza en el terreno que va más allá de la muerte para llegar al fin de nuestra vida en paz y plenitud.
Con papá viví esta experiencia –en dos días serán 17 años de ello- al igual que sus lecciones de valores en mi infancia, hablando de la vida y la muerte metafóricamente volviendo a los cuentos de niña, donde se producía el sincretismo de la religiosidad andino/occidental. Si existiría Shanshamarca (Infierno), allí donde el alma ha de purgar sus culpas hasta gastar sus ojotas de acero. O si habrá que atravesar yawarmayu (rio de sangre) nadando sin saber hacerlo, quién sabe si se logre atravezar descalzo el cashanani (camino de espinas), gracias  al auxilio del fiel perro, quien despejaría las espinas con  la cola, si se ha sido bondadoso en vida con un este animal. O si sería cierto que el purgatorio consistiría en construir todos los días un templo que se derrumbaría a penas culminada la primera misa luego de su construcción.
A veces con posturas más occidentales hablábamos si todos los justos en verdad estarían al lado Dios, y medio en broma él decía: “A mí como santo varón me tocará el lado de San Pedro”, pero nunca tocamos abiertamente, que en verdad se estaba muriendo, al punto que cada capsula de morfina era ingerida por él, pidiendo a Dios que pusiera su mano en ella para curarse.

Si de algo me arrepentí en su momento fue haberme dejado vencer por esa irracional idea que nos hace creer que un enfermo adquiere también incapacidad mental y emocional con la postración, al punto que nos da
derecho a expropiarle su derecho a vivir el tiempo de descuento a su modo y antojo. Este tiempo fue para mi padre ocho meses clavados, tal como pronosticó Ciro Maguiña, mi compañero y amigo, mi médico, mi ángel en ese entonces hoy sin duda de muchos otras personas, quien hizo menos penoso ese trance, por eso y muchas otros gestos estaré en eterna gratitud con él.
Once años después de mi padre, llegó la experiencia con Carlos, produciéndose mi maestría acelerada de relación con un enfermo terminal. Con él sólo tuvimos un mes, así que pese al resquemor del resto hablamos detallada y detenidamente sobre su estado, significado y proceso. Vivimos día y noche, haciendo de ese mes toda una vida, al punto que mi insomnio instalado permitió aliviar las noches a quien le dedicó cada minuto del día, su hermana/madre. Mientras nos reencontrábamos, reconciliábamos, hurgamos en el fondo de cada uno, aceptando aquello que persistía, cambiando aquello que permitía el espíritu e intacto aquello que fue declarado inamovible. Pueda que fueran sus cuarenta años, su modo de haber vivido, nuestra conexión/desconexión lo cierto es que aprendí la lección de mirarle a la enfermedad y la muerte a los ojos, sin que ello signifique que me haya despojado del dolor.
El dolor por humano es un sentimiento que nos recuerda de qué estamos hechos al igual que nuestra finitud. Cercana a él suele asomarse la tristeza, que antes que un sentimiento, es una actitud que suele colarse o asentarse en nuestro ser, dependiendo de cuando sea nuestra necesidad de ella. Algun@s pensamos que estamos preparad@s puesto que somos fuertes, vibrantes como un cascabel que todo lo espanta o imbuidos en aceite donde todo nos resbala. Pero la verdad, no siempre sucede así, yo descubrí que se coló bien al fondo, en algún momento de descuido y se instaló por más de una década,  hasta cuando Rosa Rivero la develó y me apoyo a desprenderme de ella.
Dejé partir a la tristeza cuando asumí que no estaba vacunada contra el dolor y asumí su valor e importancia, la necesidad de expresarlo. Ahora estoy convencida que esta es una buena vía para descubrir la reserva de resistencia que poseemos y de cuanto espacio nos queda para el crecimiento de la voluntad, la fuerza y el alma. Al mismo tiempo que aprendemos día a día a hallar las conexiones para procesarlo y dejar que fluya sin morir en el intento.
Escribir es para mí una de las conexiones, otra encender una vela y orar, por quienes con su partida me recuerdan mi propia finitud, temporalidad, donde cada minuto cuenta para seguir esforzándome en ser mejor persona, sé que esto es más fácil pensarlo, decirlo y escribirlo que hacerlo, pero sé también, que no estoy sola en ese propósito, que los seres de luz de esta y otra dimensiones me acompañan en ese esfuerzo, a cada momento de mi tiempo, adquiriendo las voces y rostros precisos.