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lunes, 20 de julio de 2020

AISLADAS/OS EXPUESTAS/OS: DÍA 126

Suelo pensar frecuentemente en mis amigas/os que viven sola/o y pertenecen al grupo de riesgo, en este contexto, me comunico con quienes están realmente en esa situación y oro por ellas/os.
https://www.google.com/url?sa=i&source=imgres&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiQ-caBo93qAhUOGbkGHbKxCBwQjRx6BAgBEAQ&url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Ftamaulipassalud%2Fstatus%2F1258414554444443656&psig=AOvVaw1Nrp-EPGGSTRwvhtlij-x7&ust=1595384046202016Hace poco una de ellas me dijo que estaba bien y seguía aislada, pero que solía visitarla el peluquero, claro bien protegido como un astronauta y ella se aseguró de todo el protocolo. Sin embargo no se dio cuenta, que ciertamente el peluquero estaba bien protegido, con el mismo vestuario que los enterradores para trasladar el cadáver de una víctima del Cóvid 19 a su última morada y que a diferencia de ellos, no se lo quita al salir de la casa para ponerse otro antes de subir al auto.
Ella tiene más de siete décadas y suele iniciar toda conversación contando su última afección de salud, por cuanto pertenece al grupo vulnerable, de modo que está aislada. Hace 126 días no ha recibido ninguna visita amical, pero si la de su peluquero porque a sus años donde todas/os nos sentamos en la noticia sobre el pelo gris, las arrugas, la caída de todo, el descenso de los sonidos, ella sigue siendo vanidosa como la mayoría de las mujeres.
Hoy se expone a un peluquero, seguro que mañana a una manicurista y pasado a un podólogo, que la visitará con ese mismo atuendo de astronauta, luego de haber visitado a "N" clientas al día y claro, el peluquero no lo ha hecho desplazándose a pie y entre una y otra clienta, tampoco ha desinfectado sus instrumentos con otra cosa que no sea alcohol. Olvidando que el Covid 19 solo espera que lo trasladen de una mesa donde se coloca las tijeras, en esos guantes que seguro tocó más de un lugar: puerta, el botón de un asensor, un pasamanos, subir y bajar de un vehículo. A ella no le digo nada, porque lo sabe todo, si no es así pide la referencia de cuál es el científico de referencia, además como es bien "educada" si no le gusta, en primera me dice: "cállate la boca". Ni modo a veces necesitamos en nuestras vidas, amigas que son el rezago oligárquico, así se convierten en nuestro alter ego.
Zonas con mayor riesgo de contagio de Covid-19Tengo a otro amigo, que vive en las afueras de Chaclacayo, gusta mucho de la lectura escrita, así que no existe para él mayor placer que un libro nuevo en sus manos y el diario en la puerta de su casa cada día. Me cuenta que se cuida mucho porque es parte del grupo vulnerable, que no sale y prefiere leer los diarios nacionales e internacionales que hoy suman 10 al día.
Le pregunto por su protocolo, y él me responde: nada en efectivo he logrado que mi proveedor tenga una cuenta donde le deposito 50% antes del servicio y el 50% despues del servicio, por cuanto ni lo veo. Le pasa alcohol a la bolsa donde viene embalado todos sus diarios y el libro de la semana -dice que me regalará todos cuando todo esto pase así que seré muy potentada-. Mientras el me cuenta, yo recuerdo a aquella joven que jamás salió de su casa desde que el 15 de marzo se anunció la cuarentena a partir del 16, ella todo lo adquirió por delibery, muriendo de Covid19 en junio. Así que le digo: "por si acaso también coloca el espray de alcohol antes de quitar todo el embalaje dentro de la bolsa y mantenlo cerrado unos miutos, para quitar todo lo que pueda haberse depositado en las hojas. Él me responde: “eres genial para quitarme mi último placer, no me había dado cuenta”. Yo me río, es cierto mi psicosis a veces es asesino de placeres.
Zonas con mayor riesgo de contagio de Covid-19Otra amiga me dice que estuvo aprovechando la cuarentena para remodelar su patio me cuenta lo bello que quedará después para tomarnos unos tragos alguna tarde tras este mal momento. Continúa anotando que tuvo a tres albañiles entre abril y mayo, pero que en junio se quedó con el trabajo en el camino, porque ya no volvieron ninguno de los albañiles y se quejaba de cuan incumplidos son, preguntándome si yo conozco alguno que le termine el trabajo. Yo pensaba, mientras ella se soltaba su rosario de quejas y maldecía, que mi amiga era todo un caso donde no había reconocido la gravedad de la situación para otros, solo para ella; que sus albañiles para desplazarse hasta su casa se expusieron y la expusieron a ella, lo más probable es que enfermaron y en el peor de los casos no volverán. Yo respondo: "amiga no conozco a ninguno, pero si así fuera no recomendaría a ninguno en esta situación, por que me sentiría culpable por exponerlos". Ella me responde: “Eres fatal, ellos están vacunados contra todo, los pobres siempre están expuestos a todos los patógenos por cuanto han creado defensas”. Yo me callo, mientras pienso en que la amistad es esa, ser y pensar diferentes, cruzo los dedos mientras agradezco al universo, felizmente a ella le salvó la campana.
Un siguiente amigo, que le gusta vivir solo como un hongo y es feliz con su vida permitiéndome invadirle de tanto en tanto, porque es maniático del orden y decorado, nadie le toca nada ni desordena, puesto que la ayuda doméstica sólo va dos veces por semana. A ambos nos une su bello huerto, la agradable conversa, el buen vino y que nos vemos a la muerte de un obispo. Me contó que por esas situaciones inesperadas en las que nos detuvo el aislamiento, estaba acompañado. Yo pensé que seguramente se sentiría invadido en su soledad, pero al mismo tiempo me alegré que no estaría solo, ante una emergencia y que una cosa se compensaba con la otra. Resulta que su compañía usa la casa de él como dormitorio y descanso de su ajetreada vida social, él me llama y dice: ¿Qué puedo hacer, tengo fama de ser un anacoreta y si le pido que se vaya no me lo perdonará?. Como somos ambos brutalmente sinceros, le respondí: "Bueno querido, tendrás que elegir en que él se vaya con un mal recuerdo tuyo, si no tiene suficiente autocrítica para reconocer su comportamiento. O bien tú salir de tu casa con los pies por delante, por mantener las formas y las buenas costumbres, en todo caso te recomiendo revisar tu testamento y donde pones el acento, son en estos tiempos donde las personas que nos aman se muestran como son realmente".
Zonas con mayor riesgo de contagio de Covid-19Sucede otro tanto con mi amiga que vive en Barranco, ella a diferencia de mi amigo le gusta todo en grupo, siempre ha vivido sola porque como todo ser humano le gusta y puede poseer un espacio propio donde descansar de su día ajetreado. Sólo vive plenamente cuando todo lo hace en grupo y planeando la siguiente reunión. Inclusive cuando conversamos de a dos, siento que no puede sostener un diálogo más de quince minutos sobre nosotras, si fuera psiquiatra le diría que necesita aceptarse como es. Cuando se inició la pandemia para su alegría y la mía, tenía compañía que vino al país por unos días y se quedó varada en su departamento. Yo estaba feliz por ella, podría sobrellevar el encierro de quince días, a lo mucho un mes sin sentirse encarcelada. Llevamos 126 días, ella sigue con su compañía pero completamente expuesta porque la "huésped" no sólo sale muy frecuentemente, se expone y retorna, sino que además hace que otros/as vengan a visitarla a ella y a su anfitriona.
Mi amiga es mayor de 65, sin ninguna enfermedad crónica siempre la he visto fuerte, firme y decidida menos en este tiempo. No sé si su compañía varada sea igual que ella en lo fuerte o pertenezca a un grupo en riesgo, lo cierto es que se ha transformado en factor de exposición de mi amiga. A ella no le he dicho nada, porque estoy segura que si realmente se da cuenta del riesgo, no tendrá miramientos para tomar una decisión, salvo que yo me equivoque y haya percibido mal su ser.
Zonas con mayor riesgo de contagio de Covid-19Tengo otra amiga, que vive sola con sus gatos, ella trabaja hace muchos años apoyando y acompañando el tránsito de personas con enfermedad terminal. Pueda que por esta labor, su alma y su ser se haya organizado de tal modo, que le permite vivir en equilibrio siendo bipolar, la admiro porque como todas mis amigas entre las locuras que compartimos, ella es sumamente organizada y preparada para la guerra, ha aprendido a amar a cada ser, momento, espacio y tiempo. Ella se levanta cuando yo me acuesto, así que nos encontrarnos justo en ese momento de tránsito, compartimos mi noche con su día, mis interrogantes con su sabiduría. Y por esas cosas que una suele decir, no hace poco le digo a propósito de unas fotos intercambiadas: "querida pronto nos sentaremos nuevamente para ver el horizonte". Inmediatamente y en primera ella me responde: "querida será con mascarilla y sentadas a un metro una de la otra", así es de consciente de cómo ha cambiado nuestras vidas.
Tengo otra amiga que es una maravilla, siempre me quito el sombrero cuando veo el modo como resuelve cada uno de los acontecimientos de su vida, suelo pensar que siendo como es fuerte, dura, directa, mágica, amorosa y siempre positiva como sonriente, ha venido a este tiempo y esta dimensión para ser una vida aleccionadora. Cuando le dio el cáncer, me dijo: "Ni modo tengo que cambiar en mi estilo de vida y esta vez seguir las recomendaciones de quienes saben más que yo al respecto". Yo sufrí mucho pensando en ella. Pero ella me mostró y se mostró de qué estaba hecha, venció al cáncer y vive para contarlo. Un día que la visito me dice que la ayuda que tiene para mantener su departamento limpio vive al otro lado de la ciudad y que no le sale a cuenta venir sólo uno o dos días, así que ha decidido prescindir de su servicio, ya estaba mejor. Yo le digo: "es decir ya no volverá, porque tu departamento está impecable". Me responde: "No hija hace más de dos semanas de eso", yo pregunto ¿y quién limpia?, ella responde: "mi robot, esa pequeña cosa que vez ahí, está programada para limpiar desde el momento que me levanto y de lo demás siempre me he ocupado yo".
El Covid19 nos asoma a muchas aristas de quienes somos y en qué podemos convertirnos. En mi caso y muchas otras amigas coincidentes, celebro haber asumido que mi cabello perdió el color que tenía y que lo prefiero como es antes del Covid 19, no necesito de una manicurista, opté por lo sano, me he cortado las uñas tantas veces como han crecido. He salido sólo tres veces desde el quince de marzo, porque gracias a la vida, el universo y Dios, tengo una familia pequeña pero bien distribuida y responsable, nos ha costado y cuesta reducir el riesgo pero ahí vamos. No recibimos visita de ningún tipo, si alguien llega desde la ventana y tras la reja. Luego de revisar la experiencia de mis amigos y amigas, ahora sé que siempre hay algo que se nos escapa, que no toda compañía es para celebrar, a veces vale más estar sola/o que mal acompañada, especialmente cuando la compañía te coloca en riesgo permanente, de modo que de nada sirve aislarte cuando estás expuesta/o.

domingo, 4 de agosto de 2019

CELEBRANDO LA VIDA DE MAMÁ


Acabo de contarle mi día a mi madre, esta noche que cierra sus ocho décadas. Ella a su vez me contó, que estaba feliz, por tener oportunidad de celebrar su cumpleaños durante tres días, ver crecer a sus bisnietas(os), tener sobrinas y sobrinos que la recuerdan y visita, tener hijos(as) que la vida le regalo además de los que ella procreó, tener amigas como Lourdes, Juanita y Balvina... que siempre la visitan. 

Celebró que su único hijo mayor, cada día sea más bondadoso, abriendo el primero de tres días de celebración; le haya regalado una nuera que resultó siendo la indicada tras cinco nietos(as) y cuatro bisnietas(o), a su segundo nieto quien le consiguió una nieta silenciosa y ambos le han dado a su sexta bisnieta de diez, con quienes celebró su segundo día.

Hoy que fue su cumpleaños y el tercero de celebración ungió de caballero a mi primo Lolino, que le trajo paz y consuelo porque le narró los últimos días de su amiga Mercedes que falleció sin volver a encontrarse, pero que el recuerdo de los tiempos compartidos, hacía que el dolor por su partida sin despedida no amenguara. A Roberto lo nombró de buen hijo, fiel y constante, por estar siempre con ella desde cuando decidieron y prometieron ser hijo y madre. Recordó una a una cada llamada y agradeció de corazón por la atención.

Estaba contenta que su hija mayor llegara aun cuando sea a vuelo de pájaro, su primera nieta la colme de atenciones y a quien ella asume como última hija junto al buen hombre que es su compañero. Celebró que Mayu se despidió hasta dos veces, diciéndole que la quería mucho, que se cuide y abrigue, en tanto que Puñuy le acomodó el edredón y la llenó de besos.

Le mencioné que cuando Puñuy le pida un cuento, le narre aquellos que ella me contaba de niña. Ella a su vez me preguntó por mi amiga y su dolor tras la partida del hijo amado. Le conté que era indescifrable e inexplicable, lo leve que es la vida y trascendente como es la muerte.

Mi madre me miró y dijo, sabes te contaré un cuento para que le cuentes a tus nietas, este es uno que tu abuelo -mi padre-, vivió en su tiempo y recuerdo claramente que nos contó en una noche de luna llena. Había un señor que vivía alejado de todos, un día ya de noche se puso mal, cuando no podía más con el dolor, salió buscando a alguien que lo ayude.

Mientras esto pasaba con aquel señor, tu abuelo sintió el deseo de caminar hacia la ruta por donde aquel vivía, pese a ser de noche. En ese tiempo no había electricidad, si era una noche de luna llena, se alumbraban por ella; cuando no, se usaba mechero de aceite, porque tampoco había linterna de mano.

Dice que tu abuelo, sintió un frío profundo que reconoció como miedo, en el momento que estaba a punto de salir de su casa, así que llamó a su perro rocinante y se fue en su compañía. Habían avanzado una cuadra, cuando vieron aproximarse a un hombre vestido de una larga sotana con capucha y atado su cintura con un cordón y no una faja o correa. De lejos se lo veía muy alto y a medida que se aproximaba, no se le notaba el rostro ni los pies. 

Tu abuelo,  sintió un nuevo estremecimiento mientras su perro aullaba y se metía entre sus piernas, venciendo su miedo y apartando a su perro, avanzó hacia el hombre y cuando estaban a punto de encontrase, él se desvió del camino raudamente como si flotara.

Tu abuelo llegó a la altura de la casa del señor que sintió aquel malestar y lo halló muerto en el sendero que salía de su casa, no había logrado ir más allá de sus tierras, siendo sorprendido por la muerte en soledad. Entonces entendió que el hombre con el que se cruzó en el camino era su alma que lo había animado para que descubriera su cuerpo y avisara a todo el pueblo.

Mi madre añadió que en tiempos de mi abuelo aun cuando vivías alejado y solo(a), no te quedabas solo(a) cuando morías, porque era posible que el alma que va a partir se comunicara con los vivos. Los vivos, podían ver al alma de alguien que estaba a punto de morir o había muerto, todo dependía de ser buen cristiano en vida y muerte. Para el mundo andino ser buen cristiano significa: honradez, trabajo, veracidad, solidaridad, piedad y espiritualidad.

Mi madre me coge la mano y añade, hoy he cumplido 89 años cuando Charly me preguntó qué es lo que más quisiera resolver, le dije que mis ojos, no importa que no escuche, mi presión está controlada, el dolor de mis rodillas ha descendido. Ahora que me cuentas de tu amiga, tengo que agradecer a Dios porque ha sido bueno conmigo no necesito nada más, te tengo a ti, a tu hermana Lucy, Rodrigo, Pancho y Rufo, estoy acompañada, comprendida y cuidada siempre hasta que Dios me llame.

Recemos por David, el hijo de tu amiga, sus amigas y amigos. Recemos por tu amiga, sus hijos y marido para que sus almas se conforten. Recemos por quienes hoy no son buenos cristianos. Recemos por todos los que no rezan, por quienes están tristes, quienes a veces nos olvidamos de vivir y agradecer por cada día. Recemos también por quienes son buenos(as) cristianos(as), buenas personas y por todos(as) con quienes hemos celebrado mi vida.


jueves, 7 de marzo de 2019

HOY 7 INICIAMOS LA HUELGA 8-M: MI MADRE, HERMANA Y YO.

Mamá 8M 2009 Pque La Muralla

Mi madre va cerrando las ocho décadas. De un tiempo aquí enfrenta problemas de salud que nos vienen con los años, el cual mantenemos a raya, con los controles periódicos, visita
  a los servicios especializados,  cuidados   y medicación bajo la vigilancia permanente de mi hermana, la médica oficial de la familia.

Hoy las tres iniciamos la huelga feminista 8M, sin haberlo planificado dejando que fluya, en una palabra no hicimos nada más que ingresar al sistema de salud público y vivir para contarlo, en este momento que estamos nuevamente en casa todos(as)  juntas(os). Con tiempo para felicitar a mi hijo político por su cumpleaños y por supuesto celebrar entre nos el acontecimiento de 8M la Huelga de Mujeres.

No importa que  mi hija, nietas y su marido estén ausentes. Nosotros(as) igual celebramos a la vida, por el cumpleaños y porque mamá está en casa, pese a todo lo vivido, cuenta  con tratamiento de corto, mediano y largo plazo en perspectiva. Ya tendremos espacio para celebrar en multitud.

Todo podía quedar allí, pero  hace tanto que no he escrito en esta ventana que decidí hacerlo debido a varias aristas que han emergido este día y seguramente continuarán en el futuro. Escribo hoy antes de mañana que es el ocho de marzo, porque asistiré a una marcha,   donde está vez no podré ir con mi madre como antes solía ser.

Nuestra jornada de huelga fue decidida por ella, porque sintió que ninguno de los tratamientos proporcionado por los médicos particulares hacía efecto, así que me pidió la llevara de emergencia a ESSALUD, obviando esta vez la autoridad médica de mi hermana Luz. 
Luego de coordinar entre ambas, ella dejó la cocina y dijo que los hombres ya sabrían que hacer. Nos dirigimos las tres, gracias al transporte veloz de su hijo elegido José Barriga, que nos llevó salvando el embotellamiento y el caos de transporte.

LA AUTORIDAD MEDICA DE LUZ

En todas las familias, siempre hay una médica, sanadora, curandera, maga, chamana, como preferimos denominarla, en mi casa somos dos pero de distintas aristas.

Con Luz  un día como hoy
Mi hermana se ha especializado en la el cuidado de la salud desde la medicina occidental y todos los componentes asociados, gracias a una especialización en  farmacia que le permite asumir el cuidado eficiente y efectivo de  cada uno(a) de nosotros(as) cuando lo hemos requerido y de toda la comunidad, reconocida por tirios y troyanos.

Ha estado al frente de un botiquín parroquial por cuasi dos décadas hasta que yo me rompí el pie izquierdo, y a ella, no le quedó otra cosa que romper con su labor de sanadora de barrio ad honorem para hacerse cargo de mi madre, mis cuidados, paralelo a  ser madre y esposa icomparable.

Cuando intentó retomar su labor social, se dio con la sorpresa, que los grandes laboratorios a través de las instituciones correspondientes de la salud pública, habían  inclinaron los intereses de los laboratorios en el mercado, reduciendo el margen de maniobra de los botiquines, al punto que sólo podían vender algodón y alcohol, quitando de su alcance antibióticos y medicinas claves para el tratamiento de enfermedades crónicas o degenerativas. Con ello perdieron principalmente los más pobres, aquellas mujeres y hombres fuera del sistema de salud y sin un ingreso económico que permitiera acceder a medicación segura y sostenida a través de un servicio que valoraban simbólicamente en el trato a mi hermana: “Hermana Lucy”, “Mama Luz”, “Doctora Lucecita”, “Madre Luz”, “Hermanita”.

Mi hermana sufrió mucho por ello puesto que como suele decir: “Al poco tiempo de estar al frente del botiquín cuyo objetivo era apoyar a los más pobres con  precios por debajo del mercado, me tumbé a todos, inclusive a los mismos botiquines antiguos que habían establecido un margen de ganancia, porque yo sólo aplicaba el margen de subsistencia que permitiera renovar el stock, gracias a los precios bajos de PROVIDA y las donaciones de Canadá”. Algo que pocos logran entender es porqué en todo ese tiempo mi hermana no lucró en un medio donde todos(as) se hacen ricos, o por lo menos no se hizo de un sueldo, peor aun cuando los precios se elevaban, quien asumía esos costos era su marido o el sacerdote de la parroquia, pero nunca afectó a los(as) enfermos y marginados, siempre me admiraba como atendía de emergencia a un herido por arma blanca con puntadas que evitaran se desangrara. Cómo curaba de sus heridas a enfermos de SIDA, úlceras, drogadictos heridos, etc.

Pero lo más grandioso,  que Luz logró instaurar y se ha mantenido hasta nuestros días es la solidaridad entre pacientes. Una red de apoyo entre necesitados(as) donde quien tiene una pastilla demás, antes que caduque se lo entregaba para que ella lo hiciera  llegar hasta  quienes lo necesitan y no podían  comprarlo, no necesitan ni siquiera verla, se lo dejan encargado. Cada vez que veo a una persona con parkinson,  epilepsia, diabetes, insuficiencia renal, presión alta, problemas respiratorios, preguntando si está la hermana Luz, sé que la red sigue funcionando.

Ahora entenderán porqué mi hermana Luz es la autoridad médica en casa, que asume la medicación y el cuidado de mi madre. Y  el hecho trascendental de que mi madre la obviara y me pidiera que fuera yo quien la lleve de emergencia.

SANADORA, ANCESTRAL, HOLISTICA, METAFISICA

Respecto a los cuidados de la salud, soy opuesta a mi hermana Luz, yo creo en la sanación pránica, la terapia electromagnética, el poder de la energía, la mente, la cromoterapia, la acupuntura, la medicina naturista, el poder de las plantas, los baños y el universo, el autocuidado, la disciplina y el tratamiento holístico de la salud.

Mi maceta de Oréganos
Lo aprendí en parte de mi madre, cuando nos daba mate de eucalipto cuando teníamos tos de pequeñas. El jarabe de cebolla de mi abuela Rosa, ese que no querías tomarte por nada, pero luego descubrias que es bueno y pronto estás mejor. De mi tía Juana, la sanadora de todo el Callejón de Cochucos que  a sus 97 años es capaz de detectar de qué estas enfermo(a), si necesitas médico o yerbas y hasta cuándo te vas a morir.

Es lo que yo intento hacer con mis nietas asomándolas a beber aquello que nadie lo haría. Un día cuando Puñuy tenía tres años, llego de visita y la encuentro llorando, me dice Rosario: “Señora está con gases se me acabó el gaseovet y recién me lo están trayendo por delivery”. Yo le digo, pero si tienes orégano, me dice sí. Le explico a  mi nieta que posiblemente no le guste, pero que le quitará el dolor y que todo té de hiervas, ha de tomarse sin azúcar para que tenga buen resultado. Así lo hizo y claro que los gases salieron disparados por todos lados, a partir de ese hecho, su abuela es maga, ella toma sin azúcar el té verde, rojo, negro. Té de orégano (su preferido), menta, lavanda, manzanilla, ajenjo, toronjil, romero, eucalipto… siempre que la madre no nos descubra.

Desde 1996 que me detectaron una piedra en la vesícula y emitieron más de una orden para operarme, he descubierto a mi vez que sólo es cuestión de virar hacia otras prácticas, reducir grasas trans o eliminarlo, tener siempre  un plidan compuesto en la cartera y si estás en casa un buen mate de menta con ruda seguido de una semana de dieta. En eso voy 23 años sin operarme, mi hermana Luz cuando le detectaron y tuvo el primer cólico, se operó al igual que mi madre.

Cuando en el 2012 me rompí el pie y luego de cinco operaciones paralelo a 100 terapias físicas de recuperación en manos de mi maravillosa terapista Mary Pomasunco, aún no podía recuperar mis pasos. Sólo pude hacerlo luego de 10 sesiones de acupuntura en manos de mi entrañable amiga Victoria Román unido a la terapia de cuarzos de mi sabia y bendita Rosa Rivero.

A estas alturas he retomado  el ritmo a mis pasos, aun cuando mi hermoso tobillo perdió su garbo (mantiene un clavo atravesado de punta a punta)  y se inflama cuando camino mucho, lo que no quita que camine a prisa. Como hoy sucedió, del local de consulta a dos cuadras de emergencias de ESSALUD,   llegué con la silla de ruedas de mi madre antes que la enfermera, sorprendiéndola. 

Parece que los años que terminan en seis tienen siempre retos en mi vida, cerrando el 2016, me diagnosticaron  diabetes Mellitos 2, así que mi endocrinóloga me dijo que usaría Metformina  y Glibenclamida el resto de mi vida. A los seis meses, me quitaron la Glibenclamida y  a los 18 dejé de tomar Metformina ¿Cómo si era para toda la vida?, sabiendo la causa de mi diabetes, el siguiente paso fue dejar esa práctica.

Desde diciembre del 2016 no he vuelto a tomar Coca-Cola, ni otra bebida con azúcares, sodio y preservantes. No consumo azúcar,  ni  arroz, he reducido a casi nada pan, fideos y otros carbohidratos.  He aprendido a tener cinco comidas, no importa dónde y con quién, mi cuerpo no volverá a creer que sufrirá hambruna que le obligue a crear reservas adiposas.

Aún no tengo claro el por qué, pero desde que empecé el tratamiento de la diabetes, hubo sospechas de hipotiroidismo, que se ha desencadenado, justo a fines del año pasado, pueda que la medicación haya provocado este resultado, pero eso ningún médico ni laboratorio me lo dirá. De lo que estoy convencida es que pronto lo resolveré, porque he incorporado algunas medidas alternativas. Sé que hoy  estoy lejos de mi meta, pero allí vamos.

LA HUELGA NUESTRA ANTES DEL 8M

Llegamos pronto ESSALUD, coloqué a mi madre en la silla de ruedas y nos dirigimos a emergencia, el vigilante nos impidió el paso, señalando que debíamos pasar primero por triaje.

Esperamos bajo el ardiente sol y la sensación de calor que superó al toldo colocado en el patio. Cuando nos acercamos al servicio de triaje, yo empujando la silla de mi madre (mi hermana no puede debido a una tendinitis en la muñeca) el que fungía de responsable, le impidió a mi hermana que se acercara. Ya me pareció extraño  porque no había más pacientes.

En ningún momento se dirigió a mi madre, sino me preguntó, lo que ella tenía, le explique que tenía un dolor muy fuerte en el bajo vientre y que no podíamos aliviarla por eso la emergencia, insistió desde cuándo, le dije el tiempo y el tratamiento que estaba llevando, y me respondió, que eso no era una emergencia. Una  emergencia era un malestar a media noche o de madrugada que a esas horas se estaba dando de alta y cambiando de turno a los pacientes, por cuanto no podían atenderla por emergencia.

Insistí que la habíamos llevado para que la atienda y ayude, que no acudía a ese servicio porque siempre temía este tipo de respuesta, que ella era asegurada y estaba en el derecho de ser atendida. Entre tanto la auxiliar le tomó la temperatura y dijo: “No tiene fiebre tiene 36°”, me dijo cómo ve la señora no es caso de emergencia, debe pasar por consulta convencional, la derivaré allí. 

Porfiada,  afirmé que el dolor era intenso y que debía ser por emergencia, me dijo, señora no puedo hacer más, cuando salíamos mi hermana se acercó y le dijo que mi madre era hipertensa, a lo que el vigilante de triaje repitió a modo de ironía: “Dice que es hipertensa”, estuve a punto de volver, pero me detuve porque mi madre se sentía mal, se pondría peor  y me hubiera desautorizado. Ella es como la mayoría de las mujeres, no le gusta los líos, porque las damas no levantan la voz, no se pelean, no reclaman, menos discuten en público para llamar la atención.

Así que fuimos por consulta, pensamos que  sería en el mismo edificio del hospital, no fue así nos enviaban a un local alquilado a dos cuadras del hospital a un consultorio en segundo piso sin ascensor con una paciente en silla de ruedas, me dije a mí misma,  esto no se queda así, ya volveré. Por supuesto que nos acompañó un vigilante,  que su función fue asegurarse no perder la silla de ruedas. Ante ello le dije, que como estaba mejor entrenado y nos acompañaría, condujera la silla de ruedas.

Inmediatamente me arrepentí,  el vigilante no tenía idea alguna, de manejar una silla de ruedas, es más se metió por toda la pista cuando debía ir por la vereda, con todo el amor que me produce los jóvenes vigilantes con sueldo miserable bajo el sol inclemente parados todo el día, le pregunte: ¿Antes de ser vigilante has sido moto taxista?, y él me dijo: “Sí señora cómo lo sabe”. Le respondí que sólo un moto taxista cree que todos la vías y sentidos son transitables,  el me respondió, es por no incomodar a los transeúntes por la vereda.

Yo le respondí, haz de cuenta que soy tu madre o tu tía para que no te moleste o incomode lo que te voy a decir, ya no eres un moto taxista, ahora eres una autoridad, ese uniforme de vigilante te da autoridad y esa silla de ruedas con una paciente de tercera edad te da prioridad. Así que en adelante proporciona una ayuda a la medida de tu situación y posición actual. Eres una persona clave en el hospital. Me miro sorprendido y dijo: “Muchas gracias señora, no me habían enseñado eso”.

Mientras esperaba abrazada a mi madre,  que  mi hermana contactara en el segundo piso con el médico, fui repasando lo experimentado hasta ese momento, así que mi indignación fue creciendo. Recapitule y me dije, quiere decir que el sistema de inclusión y exclusión de ESSALUD empieza con el vigilante de emergencia que no te permite el ingreso si no has pasado por triaje. Y triaje, no es triaje sino una sala de interrogatorio a modo de pre-consulta, porque no te  tomaron la presión, no te pesan, ni revisan los signos vitales, es más el vigilante diagnostica.

Mis pensamientos fueron distraídos por una mujer vestida de negro, a quién llamaré Dolorosa, porque bajaba las escaleras cogida con ambas manos del único pasamano, se me partió el alma, me apresuré a ayudarla, tenía puestos unos trop por zapatos, a medio calzar, ambos  pies dañados y apenas podía levantarlos. Me dijo que fue a emergencia, de donde la había derivado a esta consulta y debía volver, porque su estado era una emergencia. Me dije, no hay derecho.

Bajó el médico y auscultó a mi madre e inmediatamente dijo: “Esto es una emergencia, vaya con la enfermera, que ella hará todo el trámite”. Las cosas mejoraban. Ya en emergencia, no permitieron que las dos entráramos, así que fui yo porque como señalé mi hermana no puede maniobrar la silla de ruedas. Nos atendieron pronto, cuando inicia la entrevista, hable tan rápido que la técnica, me dijo despacio. La miré y dije, mejor llamo a mi hermana para que le explique todo el estado de mi madre, yo tengo que resolver otro asunto.

Salí me calmé un momento y luego fui a triaje, esta vez, lleno de pacientes con acompañantes, pensé que igual como nos sucedió con mi madre y Dolorosa,  estarían esperando a ser expectorados. Saqué mi celular, para descubrir que estaba sin batería, pero como ya estaba ahí, lo enfoque y  los dos responsables del servicio me miraron aterrados, preguntando, señora que hace. Respondí con toda la calma y firmeza en mi voz, les tomo unas fotos, porque los voy a denunciar por discapacidad y negligencia en una cadena del  servicio de emergencia que los hace ineficientes y/o discriminadores de la tercera edad.

Le recordé que fui hace tres horas con una anciana retorciéndose de dolor a quién él,  un servidor de salud que debía prestar auxilio ni siquiera la miró, sólo me interrogó y argumentó  porque era o no una emergencia, luego me envió a la deriva para que finalmente un médico hiciera su trabajo de triaje, establecer los indicadores de estado y facilitar la debida atención.

Le dije que pediría a la Dirección de ESSALUD, cambiara de denominación del servicio de triaje a sala de interrogatorio para exclusión de pacientes en estado de emergencia, con la finalidad de reducir  la carga de atención al sistema, porque en ningún momento le tomó minimamente la presión a mi madre, es más el vigilante cuya labor no le compete, puso en tela de juicio el padecimiento de una hipertensa, con el riesgo de incrementar su estado por frustración.

Me respondió que él me derivó,  y preguntó, quién era el médico que había decidido que era una emergencia. Respondí que eso a él no le importaba, en tanto no cumplió su función de triaje, salvo ratificarme su rol de reducir el número de pacientes a ser atendidos por emergencia, miré a los(as) pacientes en espera, les dije: "No permitan que le hagan lo mismo, yo no le reclamé en el instante, porque estaba con una anciana doliente y no quería agudizar su estado". Volví sobre mis pasos, calmada, había liberado toda la indignación provocada por un servicio público, esperando que cambie en la atención a los pacientes en espera, porque para la denuncia me faltaban pruebas y una larga jornada.

En la sala de espera, vi cómo se desplazaban ambos servidores,  presurosos hacia emergencia, seguro que a interesarse en el estado de mi madre, temerosos de que yo cumpliera mi amenaza. Y allí me quedé hasta las tres, que terminaron de aplicar los analgésicos y los análisis a mi madre. La médica, nos pidió llevarla a almorzar, mi hermana trajo una sopa, que di  de comer a mi madre, como ella antes lo hacía conmigo.

Ella no quería comer,  decía solo líquido. Yo le insistía, no madre toda  la sopa, porque te han puesto analgésicos que  afectaran tu cuerpo y necesitas tener fuerzas, tienes que comer las verduras y el morón.

Mi madre al igual que yo lo hice en mi momento decía: “La zanahoria me da ganas de vomitar”. Yo insisto, no hay problema mamá, te acuerdas como era yo así que no quería comer,   tú insistías porque eso era bueno para mí. Ella más viva responde: “No hija no sabía ser buena madre, porque no te gustaba y no me daba cuenta solo pensaba en que debías estar sana”. Yo le digo: si sabias, porque madre es aquella que no siempre te da lo que te gusta, sino aquello que te hace bien.

Entre conversa y conversa, mi madre terminó su sopa.  Y como ella hacía conmigo, la abrecé, acaricié, engreí y mimé. Ella se sintió mejor, al  punto que me dijo, vamos a casa, que solo Luz, recoja los resultados.

Yo le recordé, que aún falta la muestra de orina, así que insistí en que beba  más líquido y luego le hice caminar lento, estaba más de tres horas sentada en la silla de ruedas. En el paseo de la sala de espera nos halló mi hermana, hasta que finalmente tuvimos la muestra, que nos llevó otras dos horas de espera. Mi madre me miraba calma y decía, hija arruiné tu día de trabajo. Yo le respondí, no madre: ¡Hemos empezado la huelga del 8 de marzo de las mujeres un día antes!, hoy sólo importa cuidarnos entre nosotras,  en casa los hombres se las arreglarán sin Luz.

Finalmente tuvimos los resultados, mamá tenía infección que había agudizado su problema de colon, tuvo atención que requirió todo nuestro día con ella, pero más allá del triaje fue bueno, porque estábamos las dos hermanas para apoyarnos mutuamente, Luz dijo que fue una  buena médica quien auscultó a mi madre, ha recomendado un tratamiento de mediano plazo, por supuesto no volveremos a ESSALUD, sino hasta otra emergencia que espero no suceda.

Mi cuñado nos  esperó a la salida, mamá retornó cómoda, segura. Ya en casa en su cama,   Rodrigo su nieto adorado, se quedó conversando  con ella, abrazado y llenando de besos, para ella es su mejor medicina, estar amada y engreída. 

Todo esto sucedió hoy 7 de marzo del 2019, veremos qué pasa mañana 8 de marzo.