sábado, 8 de marzo de 2014

ENTRE JUNIN Y UCAYALI: XXVII CANTO A LA VIDA

Hoy viernes siete de marzo, me quedé varada, como sucede con un tronco arrastrado por la corriente detenido en un remanso inesperado, sin poder avanzar o retroceder, en mi caso descender y caminar por el embotellamiento, a dos cuadras previas de sumarme a la marcha donde me dirigía, la misma que había detenido el tráfico
Se me estrechó el tiempo, suele suceder cuando los pasos se hacen lentos, empleas el doble de lo acostumbrado y los cálculos siempre quedan cortos.

Algunos  hechos  vividos reiteradamente, te producen una y otra vez los mismos sentimientos y percepciones con sus matices y decibeles.  Estar a destiempo y refugiarte en la paciencia, permite  tener otra perspectiva, descubres que por mucha emoción que hayas colocado a la movilización ad portas por el Día Internacional de la Mujer, tiene otra textura, nuevos ingredientes que se ha sumado a la receta tradicional.

Desde mi posición contemplativa, al retomar su cauce el vehículo en que me hallaba, pude observar el panorama desde el final de la marcha hasta  su inicio ya que toda ella apenas se extendía entre dos cuadras de la Av. Abancay: Junín y Ucayali. 
Miré con detenimiento como el cangrejo de atrás para adelante. Cerraba la marcha una mujer, distante de la banderola a penas extendida entre otras tres. 



Pronto advertí que era el escalón de mujeres y hombres del Partido Comunista del Perú. El penúltimo escalón correspondía a mujeres y hombres jóvenes del Partido Tierra y Libertad, que compartía espacio con  los mismos rostros de siempre del Partido Socialista del Perú, agrupados a penas por un cintillo amarillo -similar al cerco policial tras un homicio-,  con algo  referido a la nueva izquierda. Todos ellos,  tras las seis mujeres que sostenían la banderola del Comité de Mujeres del  Frente Amplio: “Por la igualdad y derechos políticos de las mujeres”. 


Unos pasos delante de los escalones político partidarios se erguía el gremial, con dos mujeres y un hombre que sostenía la pancarta de la Confederación General de Trabajadores del Perú. En todo este bloque, si las imágenes son códigos y mensajes,  sin duda se reproduce la misma necesidad de representación política, a propósito del número tan reducido que marcha,  transmitiendo expresa y simbólicamente que su agenda de igualdad de derechos políticos tiene mucho aliento hasta ser alcanzado.   

Un segundo grupo integrado mayoritariamente por los mismos rostros de quienes compartimos año a año el rito de movilizarnos, las mujeres del movimiento feminista institucionalizado en las floras que cumplen este año 35 de creadas junto con las manuelas que tienen tanto tiempo como ellas, las Auroras, Demus, etc. 
A su lado emerge algo de esperanza, porque se advierte cual visión de futuro, un grupo de jóvenes asumiéndose como tal, sumando  rostros y energías, no importa saber en este momento si será suficiente para retomar la posta y llevar adelante la agenda pendiente, importa saber que están.

Las mujeres de los sectores populares de los cuatro conos de Lima Metropolitana, se hallaban representadas esta vez, por el escalón de las mujeres de Carabayllo, que en este tiempo tienen agendas concretas de reconocimiento y revaloración de sus demandas en su condición de ciudadanas,  sin embargo en número no se acercan ni al cero punto cinco por ciento de las movilizaciones impulsadas por la sobrevivencia o apoyo al candidato de turno, a pesar de ello descubrir un grupo movilizándose por sí mismas y no por la familia, el barrio, el partido, etc. es signo que la conciencia de género viene germinándose.

Delante de ellas y en fila bastante ordenada logrando hacerse visible y visibilizar su agenda de coyuntura,  estaban las  mujeres andinas, evidenciando que han acumulado aprendizajes a lo largo de su presencia en las luchas: "Hay que estar, pero estar bien, notables, haciendo la diferencia y marcando la agenda".
Exhibiendo  símbolos distintivos a modo de lliclla urbana, donde se lee FEMUCARINAP, una de las escasas organizaciones de mujeres andinas, que hoy levantan la reivindicación central que se ha colocado en la agenda pública,  justicia a las más de 200,000 esterilizaciones forzadas durante la década de Fujimori1 que el poder judicial ha archivado. Provocando que luego de dos décadas vuelva va a adquirir centralidad, quien sabe si esta vez, tenga mayor éxito de aquel que tuvimos en 1997 cuando iniciamos su cuestionamiento y denuncia  tanto al Gobierno como sus aliadas institucionales de aquel tiempo.


Tomado de Lesbianas Mhol https://www.facebook.com/photo.php...
Y están las mujeres  y hombres del Movimiento de Homosexuales de Lima, visibilizándose, presionando, tomando lo que la sociedad intenta negarles, mostrando creativamente la defensa de su derecho a elegir el modo de amar y vivir sin ser discriminadas/os por ello, probablemente es el grupo de mujeres que mejor se ha organizado, crecido  y fortalecido en la última década, adquiriendo performance y voz propia en cada espacio, escenario y tribuna, bien por ellas, quizás los otros grupos de mujeres a la luz de esta experiencia, habrán de revisar sus estrategias para superar, eso que se atribuyó en los noventa a las mujeres de los comedores populares y que hoy cierne sobre ellas: "El encapsulamiento" ,que no es otra cosa que concentrarse hacia adentro o sólo tener como horizonte el ombligo de la otra en competencia.

Y llegué al inicio de  la marcha para cerrar mi panorama de contemplación desde mi atalaya de cautiva. Descubriendo que la figura es similar al frente y la retaguadia. Una mujer en compañía antecede la banderola que abre la marcha. La diferencia se concentra en que a diferencia del final donde la banderola apenas es sostenida solo por tres, en la cabecera es mayor al doble hasta desbordarlo.

A la Altura de Ucayali, observo los mismos rostros de mujeres de las primeras marchas, hoy mostrando el peso de los años en  el espacio, pasos y voces, sosteniendo una vez más la baderola del XXVII Canto a la vida. Si uno se detuviera en la imagen simbólica de quienes y cuantas van  detrás de cada banderola, sin duda descubriría muchos elementos de participación, protagonismo, enquistamiento;  quien sabe hasta  concentración de intereses y necesidades del poder de las mujeres expresadas en las figuras de estos registros. 


Tomado de Lesbianas MOHOL
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Lo esperanzador y novedoso de la marcha proviene de ambas mujeres  que la presiden, representando simbólicamente a dos sectores de mujeres organizadas que se yerguen a nombre de: las mujeres discapacitadas y las mujeres trabajadoras del hogar
En la silla de ruedas va Maggi Pimentel una mujer que trasciende a sus exigencias físicas con la energía en su voz y gesto ondeando con firmeza una bandera símbolo del color del vientre de las mujeres, sus luchas y esperanzas, sus sueños y victorias.
Acompañada por los brazos firmes de Paulina Luza, unidas ambas por la sonrisa de libertad que es en realidad el espíritu de estas marchas. 
Una expresión que se enlaza con el sentido de conmemoración de las luchas,   vidas y cuerpos  de muchas mujeres con los que se halla empedrado la historia de la construcción del Día Internacional de las Mujeres,  no para ser referente de regalos, saludos o festejos, sino para hacer un alto, revisar lo avanzado y recuperar fuerzas para alcanzar lo que queda pendienteEs hermoso ser felicitada por algo, pero en lo que respecta a los derechos de las mujeres, es mucho mejor ser reconocida día a día valorando como se debe, al quehacer de la mitad de seres humanos del planeta, las mujeres, más allá de su rol y las expectativas sociales sobre cada una, por el hecho de ser humana. 

Decía inicialmente sentirme cual tronco varada en el tráfico. Cuando el  vehículo en el que estaba atrapada,  agotó las dos cuadras de la marcha, tampoco pude descender, así que con la paciencia adquirida en este tiempo dejé que la corriente del tránsito me aleje a la deriva, repasando las imágenes fijadas en mi mente y capturadas por mi celular.


Mi primer pensamiento, se asocia al  hecho de las dos cuadras de mujeres y algunos hombres movilizándose. Pareciera haberse producido una relación inversa entre volumen y variedad de mujeres movilizadas y mayor sensibilización sobre los derechos de las mujeres en Lima  y el país.  Pueda que mi ausencia en estos actos entre el 2012 y 2013, no me permitiera advertir un proceso que es notable en el 2014. Podría ser, que se  esté experimentando, al igual que sucede con otros problemas sociales, cuando se van resolviendo dejan de ser movilizadores. En este punto me asalta la  interrogante ¿Será que finalmente estamos alcanzando las satisfacción de nuestros derechos? Y me dije eso significaría que habrían descendido las cifras del feminicidio y las denuncias de violaciones de derechos que lejos de ello se han acrecentado, por cuanto habrá que mirar más con finura las correlaciones.

Mi segundo pensamiento, intentó  ser optimista, asumir que los esfuerzos de descentralización y mayor movilización por conmemorar el Día Internacional de la Mujer en cada uno de los cuatro conos,  impulsados desde inicios del nuevo siglo, venían surtiendo efectos favorables y las mujeres de sectores populares que son las más  numerosas hoy estarían desbordando las principales calles de los cuatro conos, sería una tarea a trabajar.  

Mi tercer pensamiento, es el que intenté rechazar, pero como todo pensamiento negado se acentúa. Está asociado a la probable captura de la movilización de mujeres por sus derechos,  es decir,  que la mayor sensibilización social, política y cultural por el Día Internacional de la mujer que reivindica sus derechos, se habría institucionalizado, por tanto la movilización dejaba de ser una práctica masiva y de impacto. 

Y allí se me anudó la reflexión, mi recuerdo voló a 1996,  tiempo en que el movimiento feminista descubrió que había dejado de ser movimiento  para se un feminismo institucionalizado. Crucé los dedos como en los días adolescentes y alejé mis pensamientos. Por complejo y exigente requiere de mayores evidencias y necesariamente del contraste con otras miradas, pero muy en el fondo,  aun me resisto a pensar que el día de conmemoración de los derechos conquistados y por conquistar de las mujeres hayan sido capturados.

Hace poco escribía a una amiga expresándole  mi alegría  ante su saludo, por mantenerse alerta a las fecha innovando la celebración y felicitación  por el análisis reflexivo a sobre la situación de las mujeres ad portas del día internacional de la mujer, contrarrestando en parte el despojo de su dimensión política  por el mercado distorcionando la conmemoración provocando desinformación  y banalización de la fecha.

La recordaba la persistencia de muchas aristas a cerca de nuestros derechos que debíamos atender, graficados a modo de pasos a dar, para resolver los problemas que representaban. Entre ellos la sororidad, la alternancia, apertura y valoración de la diferencia hasta la tolerancia real, la ampliación de oportunidades para quien nos acompaña y los que vienen detrás, el ensanchamiento de espacios existentes y conquista de otros afirmando la memoria y educando con nuestra historia.


Tomado de Lesbianas MOHOL
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Y al igual que en ese momento insisto en que de  todos  los pendientes, existe una prioridad transversal que debemos alimentar y explicitar,  como es  la permanente atención a la coherencia y consistencia de nuestros actos cotidianos, la reflexión en quienes somos, hacemos y pretendemos ser, para no dejar huellas confusas.  Hoy más que ayer cuando las contradicciones de intereses y necesidades están expuestas con las heridas abiertas como se aprecia en la foto donde una joven visibiliza a las mujeres de la parada, a la altura del escalón de apoyo a la alcaldesa. La contradicción hecha imagen simbólica innegable e imborrable.

Tengo esperanza que luego del proceso de reflexión al que parecemos acercarnos, avanzaremos  hacia una práctica crítica, sostenida de modo que rebasemos prácticas patriarcales, machistas, maternalistas, marianistas,  discriminadoras, excluyentes  y abusivas en las relaciones de género que hemos heredado históricamente, al punto que se nos cuela casi inconscientemente entrelazándose con nuestros haceres sociales, políticos, culturales, religiosos, etc.

Que lleguemos al momento para dejar de asumir tutorías implícitas de otras mujeres sea extendiendo nuestra maternalidad o creyéndonos marianamente, que somos insustituibles por nuestra entrega y abnegación,  sin radicalizar la democracia para ejercerla en toda su amplitud, sin ensayar sus nuevas posibilidades de ser y hacer. Postergando la responsabilidad de aportar a nuevas conciencias, compromisos, militancias y principalmente la posta de nuestras esperanzas.

Confío cada día que el siguiente será mejor y menor que el subsiguiente, porque cada día nos esforzamos más que el anterior, eso nos permite que en el nuevo siglo,  tangamos nuevas herramientas para tratar viejos problemas como el aborto, la sexualidad, la igualdad, el poder, la espiritualidad.

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