“ven; pero no en los insomnios de la noche
sino cuando el sol comience a calentar;
ven con la hermosura de tu nueva forma
y con luz más hermosa que la misma luz.”
(In Memoriam A.H.H. Lord
Alfred Tennyson (1809-1892)
Giulia querida, me resisto a creer que partiste tan pronto, antes de retornar, antes de
abrazarte, de agradecer que hayas
cumplido el rol de reveladora en mi vida. Agradezco al universo haberte
encontrado en ese paraje nebuloso que se llama feminismo, coincidiendo con tu
energía, sabiduría y fuerza por dar, elevar la voz y hacer que prenda el fuego
de los derechos de las mujeres. Esa pasión contagiante que nos envolvió a
todas(os), unas a favor otras en contra, pero jamás indiferente.
Te has ido Giulia, no sé si a sentar jurisprudencia en otra
dimensión, o cuestionar aquello que
parece inamovible, "natural", intocable, un mito. En el mejor de los casos estarás junto a seres de luz que siempre admiraste, te inspiraron e iluminaron en momento tormentosos, por favor cuéntame de tanto en tanto, ilumíname.
Estoy segura que en donde hoy te encuentres hallarás los hilos que ayude a desmadejar tanto lo invisible
como visible difuminado.
Te has ido Giulia, quizás para encontrarte con nuestras
ancestras, mujeres mágicas, hechiceras, visionarias,
libertarias fundacionales y soñadoras inagotables, que fueron capaces de
revelarse a su tiempo y mundo, abriendo camino para llegar a lo que hemos llegado
a ser hoy, a pesar de ello, ni siguiera
logramos asomamos a lo que serán las mujeres mañana.
Te has ido Giulia,
sin contar con la ilusión que teníamos todas(os) quienes te amamos de
volver a abrazarte, de sentir esa fuerza misteriosa, a brindar con risa desbordante por sobre los
tiempos aciagos como los compartidos. O sólo a desanudar temas para dejar atrás,
cual un suspiro, alguna discrepancias, obviásemos diferencias y sumáramos en coincidencias para sacar adelante lo inimaginable.
Te has ido Giulia, mientras yo me quedo recomponiendo el
retazo de mi vida junto a ti que me permitió aportar a proyectos efímeros de
mujeres por nuevas prácticas de poder, política, liderazgo, organización,
movimiento feminista, movimiento amplio de mujeres. Ahora puedo decirlo y registrarlo, que si no nos hubiéramos encontrado no habría germinado
ni nacido un Movimiento Amplio de
Mujeres en nuestro tiempo y en esas condiciones, por ser diferentes lo hicimos posible pese a la amenaza constante de ser un movimiento únicamente feminista y otro sería el cuento. Tampoco habría sobrevivido a su primer intento de ruptura en 1999,
ni habríamos elaborado aquella agenda de mujeres, aun estando en posiciones opuestas.
Te has ido Giulia, con tu partida detienes mi proceso de desprenderme
de todo registro mayor a diez años, arroparé nuevamente los pronunciamientos del MAM que juntas
elaboramos interrumpidas a veces por los celos de poder, de los ruidos circundantes que nunca faltan, reconociéndonos, aceptándonos y haciéndonos una, frente a viejas
prácticas distractoras de manipulación. Eran momentos donde costaba tanto,
mirarnos unas a otras con esperanza porque todo aparecía copado, segmentado,
secuestrado y colonizado por los tentáculos del fuji-montesinista.

Te has ido Giulia, mientras en el país se retoman y
embandera las esterilizaciones forzadas como reivindicación de derechos,
justicia y reparaciones. Tema que
solitaria e incomprendidamente iniciaste, languideció por "inoportuno", tampoco llenaba primeras planas, hasta perecer en tus manos y ante tus ojos por inanición. Empalado en un pasadizo intransitado, como la pila de
libros testimonio de tu tenacidad,
visión, profesionalidad y sobre todo la convicción de estar en el camino, como
solías decir: “Estar convencida y jamás vencida”. De allí tomaste un libro en
una de las tantas noches sustraídas a los(as) nuestros(as), por los sueños y conspiración para nuevos tiempos, registrando para
la eternidad lo que hoy atesoro:
“Para Caty:
Por nuestro desgarro
cotidiano rompiendo
los silencios y elevando
nuestra voces”
Giulia (1998)
Te has ido Giulia,
sin volver la vista, de ser así hubieran retardado tu transito al otro
plano las agendas pendientes, las causas manoseadas, los sueños abortados, los
vicios de oportunidades como oportunidades perdidas en favor de las mismas manos
de quienes siempre lo tuvieron, como si nada
hubiera pasado, como si nada fuera a pasar, como si no hubiera esperanza
de cambio y nuestros sueños solo fueran sueños de opio.
Te has ido Giulia, llevando contigo esa sonrisa plena de mujer
bella, tan bella como tus sueños y tan provocadora como tus argumentos. Sin
importar cual fuera la vereda que estuviéramos, aprendimos a debatir y mantener
esa práctica de ejercicio democrático y argumentación que no he vuelto a ver ni vivir,
será porque te fuiste, será porque todas cambiaron o se acomodaron; quizás también porque yo cambié o me afirmé. Pueda
porque estos sean tiempos donde no hay tiempo para otra cosa que escucharse a
sí mismo(a) y coincidentes, dando contenido opuesto a la tolerancia y discrepancia.
Te has ido Giulia, a pesar que me resisto, tengo que
reconocer que ya lo sabía, porque eres uno de esos seres que logró descubrir la
razón de su existencia, su quehacer en esta vida y en este tiempo, lo dicen tus poemas-post uno en especial: “No me llames amor si no te arriesgas a
perderme, no me llames amiga si no tienes de mí una confidencia inconfesable,
no me llames compañera si no hemos estado en la trinchera de esa batalla por
las verdades difíciles. Tantos amores, amistades y colegas que han trazado en
mí el mapa de una vida plena. Lo que venga que me halle amando, con un inventario
a favor de la alegría. En La mayor se juega a producir dulzura, en La menor a
evocar heridas. La clave es la nota siguiente, como la vida misma: siempre por
ser escrita, siempre por ser vivida, con ganas de ser cantada.” (Giulia
Tamyo León, 30 de Agosto del 2013, Cerca de Tegucigalpa)
Te escribo entre La menor y La mayor, evocando tristeza y alegría
para expresar la dulzura del recuerdo que guardo de ti, puedo llamarte amiga, porque estuvimos juntas en una de tus trinchera,
quizás sólo por un suspiro de toda tu
vida, para mí el suficiente, al ayudarme a descubrir sabidurías y dones
inadvertidos, gracias a ti hoy puedo leer entre líneas a cerca de la
política, los problemas de las mujeres y también entre líneas de una mano más cerrada que abierta, quién
es quién, cuánto ama o requiere ser amado(a).
Por todo eso y mucho más que queda entre nos, me guardo angurriamente lo que me queda de tu
paso por mi vida, tu libro, tu maestría en quiromacia, los carajos ante tanta ignominia,
tu amor por la vida buena con justicia, el orgullo de haber nacido peruana y ser mujer en tiempos donde no
se nos hizo fácil, haciéndonos en la fuerza de quienes hemos logrado ser.
Hasta pronto amiga, habremos de hallarnos nuevamente, esta
vez para contarnos los pendientes, intercambiar nuevas sabidurías y quién sabe…
¡Un salud por las mujeres con democracia en la
calle, casa y cama...!