jueves, 26 de enero de 2012

ESPANTANDO ESPANTOS

Durante la segunda reunión del 2012 en DesdeNos, tocamos entre otros, el tema de coyuntura como usualmente lo hacemos. Descubriéndonos en medio de un debate triangular a propósito de la iniciativa por reconocimiento legal del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), colocando con ello a la imagen simbólica de Sendero Luminoso (SL) en el centro la agenda de estos días. Al respecto, las DesdeNos exploramos tres miradas:   


a)     La negación de su inscripción como partido político, inviabilizando la iniciativa de su incursión al terreno político, esgrimiendo como argumento  sus raíces terroristas y no arrepentimiento, ergo aborto de su proceso de legitimidad  a través de  mecanismos jurídico-político del sistema democrático.
b)    Su emergencia y aspiración como partido legal, como indicador de la persistencia de una situación de desigualdad estructura socio-económica-cultural-política en el país. Situación  que fue caldo de cultivo para el surgimiento, crecimiento y dinamicidad  de SL – durante dos últimas décadas del siglo XX-. Y sobreviviendo como reducto subversivo sobreviviendo en alianza y/o protección del narcotráfico hasta nuestros días*
c)     La visibilidad y evidencia de su presencia con una dinámica organizativa básica y suficiente como para movilizarse,  al punto de haber satisfecho parte de los requisitos para su reconocimiento legal en el JNE, con vocería presente en los principales canales televisivos y agenda cuyo contenido han esgrimido sostenidamente. La aceptación de su existencia, abre la posibilidad de colocarlo en un terreno de debate político concretando la derrota política anunciada por actores políticos  desde los noventa.
A continuación argumentaré el tercer enfoque, debido a que se ha trabajado reiteradamente el primero, tanto por  líderes de opinión, políticos, medios y puede hallarse en todos los TICs.
El segundo es contenido de todo un  artículo, el cual  prefiero sea  desarrollado  por  Adelinda Díaz, como brillantemente lo hizo en la sesión mencionada.
LA ADMISIÓN DE SU PRESENCIA
Empezaré por hacer memoria de la memoria. Durante los años de conflicto, uno de los principales argumentos para calificar a Sendero Luminoso (SL) como grupo terrorista, negándole su carácter de   Partido Político  Comunista  Sendero Luminoso, como se anunciaba, era haberse colocado fuera del terreno de la confrontación socio-política. Moviéndose en la clandestinidad, expresándose en monólogo,  actuando desde las sombras, hasta  apropiarse del aislamiento y olvido de pueblos como Chuschi1 o Lucanamarca 2  desde donde concibieron y crearon nuestros espantos. Imprimiendo el horror, en la memoria de quienes sobrevivieron en orfandad del Estado, la civilidad, la democracia, Dios y su propia impotencia. Haciéndose parte del silencio y parte de lo innombrable como sucede con el trauma de la violencia y el espectro amenazante de retorno.

Los más lúcidos políticólogos de ese tiempo (noventa) señalaban que SL serían derrotados rápida y fácilmente de someterse a la confrontación ideológica en el terreno político dando la cara como partido político legal bajo las exigencias del sistema democrático. Argumento que extiende a inicios del siglo XXI desde quien en su momento representó la posición del Partido Nacionalista (Carlos Tapia 2003) 3 b ero irónicamente cuando existen las condiciones para su concreción, se contrae, calla y cuasi esfuma.  Luego de 20 años donde el fujimorismo bajo sus diversos formatos aseguró que: “Fujimori derrotó al terrorismo y salvó al Perú” 4,  la emergencia del MOVADEF es un indicador que   desmiente este argumento con su sola existencia. Por cuanto, Fujimori NO salvó al país sino que lo saqueó, mucho menos derrotó políticamente a SL puesto que sólo manipuló a los medios de comunicación para silenciar lo que seguía vivo y reptando, la violencia.  
Hoy , que MOVADEF apela a su condición de ciudadanía, para exigir un espacio en el terreno del sistema democrático que rige al país, apropiándose de mecanismos del sistema político usado por otros partidos políticos -a quienes no cuestionar su condición ética o moral-.  El argumento para negar la aplicación del mecanismo, es lo ético y moral, para a partir de ello   rechazar su legalidad, presionando a un órgano independiente como el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que se rige por normas de democracia donde no debiera hacer  distinciones de ciudadanos políticamente correctos o no, sino si su demanda de inscripción satisface o no las exigencias de normas electorales.
Si el JNE cediera a presiones civiles, políticas y/o de poderes del Estado –que debieran ser independientes-, se estaría sentando precedente para excepciones incoherentes con el sistema democrático al que se pretende proteger, al respecto Cecilia Méndez (2012) 5 ha desarrollado aleccionadoramente argumentos que combinan lectura de estudiosa de la historia especializada en guerras y conflictos internos del país, con el de ciudadana informada y que opta por el sistema democrático en sus aciertos y vacios.
  
Desde mi perspectiva la argumentación de Cecilia, despoja de recursos normativos o márgenes claro oscuros a quienes quieren victimizar a la democracia para impedir la legalización de MOVADEF, enfrentándonos desnudamente a otras motivaciones que queremos acallar mientras nos rasgamos las vestiduras para hallar responsabilidades en el espanto y no el descuido, la indiferencia la comodidad o la escasa capacidad de mirar nuestro proyecto como país. Es en ese punto de nuestra herida sangrante, nuestra vergüenza ajena y cobardía colectiva es donde quiero realizar algunas anotaciones.
MITO DE LA DERROTA A SENDERO POR FUJIMORI
Un primer mito que muchos han querido creer y hacernos creer es que Fujimori venció al terrorismo y trajo la pacificación del país sostenido por su heredero 6, Argumento   reeditado y sublimado en la reciente campaña de la hija del reo Fujimori 7,  por cuanto, su principal agenda era la liberación su padre por ser "Inocente". Ante su derrota electoral, hoy busca amnistía desdiciendo la clamada inocencia 8 por supuesto, sin que Fujimori haya pedido perdón al país por su cuota de responsabilidad en la violencia política durante la década que gobernó –no olvidemos que purga condena por crímenes de lesa humanidad- 9 ,  en tanto que la línea dura del fujimorismo se reafirma en su desprecio por las vidas que les toca cargar a cuenta de la violecia política 10.
El silenciamiento de los medios y la reproducción de información asociada con el aniquilamiento de SL desde una perspectiva triunfalista y manipuladora del gobierno de los noventa, impidió que la primera generación heredera del conflicto desarrollara conciencia de lo vivido, procesara el impacto en sus vidas, las del país y de nuevas generaciones.
El tratamiento de los hechos que niega las bases y las condiciones en las que se produjo el conflicto armado, enajenó de la conciencia ciudadana su propia existencia y el modo como fue experimentando por hombres y mujeres de carne y hueso de gran parte del país. Dado que la violencia no se concentró en un periodo, lugar y actor, sino que se esparció y sigue esparciendo a lo largo de tres décadas, por todo el territorio y afectando a todas y todos que tenemos memoria sea directa o colateralmente.
La manipulación de los hechos, la segmentación de la información y la narrativa épica del héroe japonés disfrazado de peruano, encarnando simbólica su predestinación a ser el emperador del Perú “renaciendo como peruano un 28 de julio”, para renovar año a año tal condición a lo largo de un oncenio, gracias al rito de veneración “al chino” por manos y voces de mujeres atrapadas en su pobreza que sumadas pudieron construir si hubieran contado con espacio para la decisión y no sólo la utilización, el record güines del pastel de cumpleaños presidencial más grande del mundo. Sin duda todo lo que hubo y pudo hacerse a proposito del seudo cumpleaños de  Fujimori, no pasaría de ser una descripción patética del ejercicio de poder y política democrática  formal, engullido de caudillismo, egolatría y autoritarismo sublimado y explícito en la práctica, gracias a la magia de una reinterpretación de una carta magna confeccionada a medida del gobierno -fujimontesinista.   
Si junto a ello, no se hubieran creado las condiciones para despojar a cada peruano/a de su práctica cívica, su orgullo de peruanidad, su dignidad y ejercicio democrático, fuente de fortaleza y madurez como nación. Madurez para mirar, comprender, analizar, juzgar y tener posición frente a su alter ego, la intolerancia, el autoritarismo, el terror. Para construir una conciencia cívica y ciudadana afirmada en la paz, tolerancia, convivencia, madurez para el disenso, reconocimiento y respeto a la decisión de la mayoría.
De ser así, SL como actor central de la violencia política de 1980-2012, no tendría espacio en el imaginario de cada ciudadana/o mayor a 18 años como posibilidad y menos alternativa política, ergo sus representantes seguirían siendo aquellos que le dieron origen por encima de los cincuenta años y nuevas generaciones. Más aun no hubieran alcanzado la recolección de firmas requeridas para apersonarse ante el JNE. La manipulación de nuestras fechas fundacionales, el sometimiento de las fuerzas armadas a la voluntad y los intereses de un duo Fujimori-montesinos, la distorsión de los hechos por los medios de comunicación y la complicidad de la élite política y dirigencial del país, despojó de su revestimiento de intolerancia, beligerancia y crueldad a SL, gracias al tiempo le ha permitido ataviase de nuevos atractivos, reconstruir su narrativa y desarrollar su propia estrategia de seducción a nuevas generaciones, con evidente éxito mostrado como propaganda gratuita por la prensa.
SL fue colocado en una invisibilizadora posición de derrotado político cuando sólo se produjo una derrota bélica, dejándolo invernar, recuperar fuerzas, revisar estrategias. Mientras germinaba   el gesto simbólico de su pensamiento guía Gonzalo enjaulado, acerca de que podían derrotarlo militarmente, pero jamás políticamente, acto que fue la cereza del pastel, al ser exhibido y reproducido sin discreción, concentrado en el deseo de mostrar el éxito y la humillación, olvidando que el mensaje es transmitido y percibido desde diversas perspectivas,  en su lenguaje verbal, no verbal y simbólico.
HEREDEROS POLÍTICOS DEL MANCHAY TIEMPO
La crisis interna del fujimorismo que provocó su caída tras un oncenio de gobierno y tres reelecciones, el breve gobierno de Valentín Paniagua -ocho meses- mostró que era posible sostenerse en la reserva de dignidad política existente en el país, para asumir la conducción de un Estado democrático y la sabiduría suficiente que permitiera  atender el tratamiento de heridas. Fueron cuatro decisiones con los que la historia lo recuerda: a) la creación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), b) la mesa de lucha contra la pobreza, c) la Comisión Nacional del Trabajo y d) la Comisión para la formulación del Plan Nacional de Educación.
Su breve gobierno, generó condiciones para pensar en la violencia política como proceso inacabado junto a la necesidad de su reconocimiento y tratamiento, quedando en manos de sus sucesores el afianzamiento y perfeccionamiento de los pasos y medidas tomadas para afirmar  la democracia, remontar al espectro del terror, incrementar la dignidad y ser el país soñado de éxito y sabiduría para el adecuado empleo de recursos y capital humano.  
Alejandro Toledo, cuyos orígenes cercanos con los más golpeados de este país durante los años del conflicto armado -hombres y mujeres andinos y quechuahablantes-, perdió la oportunidad para hacer del Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (ICVR): instrumento de la memoria, referente para el diseño de políticas, encarnar sus recomendaciones tanto como punto de partida, debate y atención. Prerrequisito, para el procesamiento del duelo colectivo a lo largo y ancho del país. Toledo fue vencido por la arremetida de quienes quisieron negar y devaluar la existencia del ICVR como lo hicieron en su momento con la violencia política, sucedió otro tanto con la erradicación de la pobreza tanto política como económicame, la dignificación de las condiciones de trabajo y principalmente la inclusión de los resultados del ICVR en la currícula cívica de estudiantes a lo largo y ancho del país, desde la formación básica  hasta la universitaria, independiente de su condición de pública o privada. La priorización económica le produjo réditos políticos que lo animó a postular luego de un quinquenio,   mas el pasivo socio- político sin lugar a dudas le pasó factura.
Alan García, simplemente   refundió la agenda de la verdad y reconciliación, en el rincón más penumbroso y frío durante todo su gobierno, mientras contemplaba y quien sabe  disfrutaba del modo como se recomponía,  reinventaba y fortalecía el sistema de corrupción medianamente desmontada durante el toledismo. Los hijos de la corrupción: el contrabando, narcotráfico, secuestro, chantaje, mafia y delincuenia, se robustecieron mientras la seguridad ciudadana fenecía.

En contraste se inventaron nuevas fuentes de “delincuencia”,  el movimiento popular, la movilización gremial y local era declarada ilegal, se maquillaba la memoria para asociarlos al espectro del terrorismo. García dejó de lado su responsabilidad de crear políticas de educación que afirmara civismo, patriotismo, opción por la convivencia pacífica,  resguardo de la democracia y valores de honestidad, verdad, trabajo y justicia entre otros. En una palabra, renovó  el resentimiento de cada peruano y peruana ante un país inseguro, desconfiado, abonando en el regerminar   de condiciones de violencia política, simbólica o real.
En el vacío de la memoria y conciencia ciudadana, tiene responsabilidad política cada gobierno que sucedió a Paniagua quien marcó la línea para su tratamiento, pero que no se robusteción, renunciando a  transformar lo vivido en lección, en cambio se tornó  sospechoso y sospechable  quien explorara, propusiera su tratamiento. Mientras que para sí mismos, usaron la "derrota de SL" como propaganda electoral, antes que oportunidad para corregir los errores políticos y trabajar por la reconciliación (CVR: 2003)11, en el caso extremo renombrarlo para argumentar que sólo ellos podrían erradicar su mínima amenaza.
Tampoco cabe duda de la responsabilidad de los actores y líderes de opinión para marcar posición, tratar oportuna y debatir políticamente la propuesta de SL, antes que calificarlo y caricaturizarlo. Ese sin duda es otro punto a desarrollar.
LA NEGACION DE LA VERDAD
La CVR fue cuestionada desde sus orígenes, por ello ha sido   conocido y difundido principalmente entre convencidos y sensibilizados –habrá que inferir cuantos suman de las encuestas- , pocos han  leído en su totalidad el informe, salvo aquellos/as que contribuyeron a su confección directa o indirecta,  quienes creen que es un punto de inicio y no la verdad y casi ningún opositor serio. Pero lo desconoce tanto en contenido como su referencia física o virtual el ciudadano y la ciudadana de a pie.
Los cuestionamientos a su metodología principalmente  por quienes fueron tocados en sus intereses, buscaba relativizarlo, quitarle contenido para mantener obstinadamente que un hecho de violencia que persistió dos décadas sólo fue sostenido por un actor cuando todas/os sabemos por sentido común que para hacer efectiva la violencia se requiere a más de un actor, mejor si son muchos más.
La devaluación del trabajo de la CVR no sólo afectó a quienes fueron sus autores y coautores, sino que principalmente despojó a la población de su derecho de conocer parte  de la verdad identificada y registrada, evitándole  informarse, para ejercer activamente su conciencia crítica.
Los sentimientos de culpa por haber negado y guardado en el baúl del silencio al único instrumento de memoria, en esta coyuntura se recubrieron de espanto, pero de ningún modo al punto de tener una actitud responsable y autocrítica. Apeló a la doble moral de la política: lo que para unos es permitido para otros se transforma en barrera o exclusión, en el caso concreto de MOVADEF la consigna es mantenerlos a cualquier costo fuera del terreno político.  La incapacidad de autocrítica nos impide como sociedad de la capacidad para enmendar errores, omisiones y olvidos.  De mirar  los cimientos de nuestros sentimientos de culpa, nos permitiría anotar entre otras cosas:
a) Al silencio, como sinónimo de olvido, cierre y no retorno.
b) La negación de hechos y responsabilidades, como mecanismo de entierro y encierro.
c) La resistencia al conocimiento, para no exhibir co-responsabilidades y complicidades.
d) La laguna en la historia, para difuminarlo como a un mal sueño con el nuevo día.
e) El falso regocijo y autoría triunfalista de la derrota del terrorismo por el fujimorismo.
f) La falsa erradicación de la violencia e invocación de su olvido.
Una mirada menos apocalíptica y con rasgaduras de vestidos, nos confrontaría antes que con la legalización política de MOVADEF, a mirar atrás y lo políticamente coherente en un sistema democrático: ¿Cuánto de las aseveraciones para derrotar políticamente a SL tienen asidero en estos tiempos?, ¿Cuánto los hijos y sobrevivientes de la violencia política, han hecho resiliencia o re-silencio?, ¿Cuánto han sanado las heridas y cuanto domesticado nuestro temor?, ¿Cuánto hemos exorcizado nuestros espantos, al punto de recordar y nombrar como mecanismo de redención y liberación. Antes que invocar al terror para su reanimación y reedición.
Si bien no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, en este caso la negación de aquello que el ICVR proporcionó, no sólo ha de servir para que un sector se aferre a ello y otro lo niegue, sino para que muchos se pregunten y respondan. El silencio cómplice como sinónimo de olvido, borró de la memoria, historia y recuerdo del papel  de todos los actores, incluyendo el de SL, permitiéndole impactar y atraer nuevos ciudadanas/os sin mucho esfuerzo, sólo con paciencia y dedicación. Los hechos dan evidencia de ello, juntar las firmas para inscribirse en el órgano electoral correspondiente, es un indicador innegable.
EL PAPEL NUESTRO DE CADA DÍA

No es posible sustraernos de aquello que nos toca a cada ciudadana/o de a pie respecto a nuestra memoria, lecciones aprendidas, compromisos asumidos y prácticas ensayadas, según el grado de conciencia y responsabilidad que cada quien haya dejado ingresar a su vida.
Mi formación ética y en valores, provino de la capacidad narrativa de mis padres cada atardecer de verano mientras se esperaba al sueño, o cada noche fría de invierno intentando incrementar la temperatura del ambiente con el calor de afectos y emociones. Papá Félix contaba leyendas de honestidad, honradez, confianza, hermandad, trabajo y respeto a la palabra empeñada. Historias para premiar la temeridad, la valentía, el amor y respeto a sí misma y los/as otros, el cuidado de la dignidad. Mamá afinaba lo suyo para animar la amistad, ayudar al desposeído, cuidar de los débiles, alimentar al hambriento, acoger al errante y amar a Dios sobre todas las cosas. Sin duda que la escuela, el grupo de pares, el barrio y la iglesia aportaron su cuota, sobre los cimientos de la familia.
Si nuestra cultura y valores provienen de la oralidad y narrativa de nuestros padres, de las prácticas de ritos colectivos, cuántas de nosotras/os, que tenemos hijas/os, sobrinas/os, nietas/os y bisnietas/os hemos reelaborado nuestros recuerdos, para exorcizar nuestros miedos o aprehendido lecciones. Cuántas y cuantos hemos construido cuentos para contar sobre el manchay tiempo del conflicto armado ¿A quiénes hicimos héroes o villanos?
Pero si aun no hemos llegado a transitar el tiempo de la reproducción sea porque tenemos poco más de dos décadas, somos letrados, más aun internautas ¿Cuánta/os hemos leído mínimamente el resumen del informe de la CVR?, ¿Cuántas/os por lo menos uno de once tomos del voluminoso esfuerzo de escarbar la verdad?
O es que nuestra energía e interés se agotó en deconstruir la metodología, desmantelar los hallazgos que superaban nuestra capacidad de asimilar, cuanta fue nuestra complicidad  silenciosa o  comparsas de lo sucedido. Sin duda fue más sencillo destruir su credibilidad, regocijarnos de sus vacios hasta transformarlo en una nimiedad y arrinconarlo al anaquel menos visitado de alguna biblioteca.
Descubrimos así que nuestro espanto a MOVADEF podía ubicarse no tanto en su existencia y legitimidad sino en nuestra propia negligencia de no construir y sostener una cultura viva con memoria histórica, una opción por paz activa, una lección aprendida y transmitida, un compromiso real con la verdad, disposición y trabajo por la reconciliación y decisión de un nunca más.
MOVADEF ha puesto el dedo en la llaga, mostrándonos descarnadamente nuestra condición de sociedad hipócrita, cobarde, desmemoriada, cómoda e irresponsable, como diría Vargas Llosa una sociedad cacasena que se niega a ver, reconocer, asumir y corregir sus errores. Ha rasgado la piel de una sociedad que prefiere hallar la fuerza de su negación en la debilidad de la amenaza que la fuerza en su propio compromiso con la verdad o las verdades para aprehender de sus errores y hacerse grande con sus lecciones.
ESPANTANDO AL ESPANTO
Como estamos en un año mágico (2012) donde el decreto es realidad. Decreto que nos dejemos de puertas falsas para asumir lo que nos corresponde, recuperar el tiempo perdido, enmendemos errores y vacios.
Iniciemos por informarnos sobre lo ocurrido, independiente de nuestras lecturas y posturas, sin duda coincidiremos en que un contexto de violencia sólo engendra violencia, dolor, tristeza, incertidumbre y pobreza integral.
Construyamos narrativas colectivas… nuestras/os hijas/os, sobrinas/os y nietas/os nos lo agradecerán, sin duda será más interesante que la historia de la anoréxica barbie, o la catatónica bella durmiente o la enajenada cenicienta si contamos sobre:
  • Un tiempo al que se llamó tiempo de miedo o manchay tiempo, donde unos hombres y mujeres se transformaron en sombras,  para teñir  de sangre los campos verdes, los picos de nieve blanca y los cerros fríos, mientras les decían a sus víctimas que era para liberarlos.
  • Un  tiempo donde los soldados del emperador, buscaban a hombres y mujeres sombras, que cuando no los hallaban porque sólo eran sombras,    creyeron que podrían eliminarlos a través de todo hombre o mujer de cada pueblo por donde transitaron, así es como  pueblos enteros se volvieron sombra y los que pudieron huir se llamaron desplazadas y desplazados.
  • Otro tiempo donde un pueblo cansado de ver morir a su gente se organizó y nacieron las rondas campesinas quienes con ondas y látigos,  vencieron a los abusadores llamados hombres y mujeres sombra, hasta cuando vino el emperador y les hizo creer que no fueron ellos sino su magia y su don divino.
  • Que otros hombres y mujeres que  Vivian entre árboles y anímales libres, fueron capturados, encarcelados y explotados por hombres y mujeres sombra, hasta cuando fueron liberados por los soldados quienes se extrañaron que en la selva  profunda también existieran hombres y mujeres del reyno.
  • Que unos policías, dedicados y en silencio, descubrieron el momento y lugar donde el rey de los hombres y mujeres sombra dejaba de ser sombra y podían capturarlo, así lo hicieron, pero vino el emperador que abandonó su pesca, para la foto y decir que fue él en un campo de batalla donde eliminó a todos los hombres y mujeres sombra por cuanto ya no existen, todos y todas le creyeron.
  • El modo en que una mujer en tiempos de silencio y miedo, perdió el miedo elevó la voz pidiendo paz y   volaron su cuerpo a pedazos pero no lograron matarla, que hoy vive en cada mujer que lucha por la paz, que eres mujer peruana y te miras con detenimiento ante el espejo la hallarás mirándote desde el fondo de tus propios ojos.
  • Unos caballeros y damas llamados comisionadas/dos, investigaron en las razones por las que murieron mujeres, hombres, niños, niñas y ancianos durante las últimas dos décadas del siglo XX.
  • Las/os valientes sobrevivientes: mujeres y hombres, venciendo su temor y sus demonios, dieron su testimonio ante todo el pueblo, permitiendo a ancianas/os sabias/os recomendaran los castigos que debían cumplir los responsables.
  • Que algunas/os verdugos arrepentidos, señalaron el lugar de cuerpos ocultos, liberando a sus familiares de su búsqueda de más de dos décadas, encontrando la paz junto a la paz de dar una tumba digna a los restos de sus seres y tener lugar donde expresar su dolor.
  • Cómo se distribuyeron las víctimas entre quienes decían luchar a su nombre y las/os liberarían, aquellos que las/os defendían, quienes impartieron justicia, las/os debían proteger, orar, informar, curar.
  • Como quienes aun buscan a sus desaparecidos, han construido un lugar de la memoria donde hay un ojo que llora, no ha dejado de hacerlo, a pesar que muchos de los culpables que se esconden.

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