Golondrinas https://www.warrenphotographic.co.uk/28019- swallow-in-flight-series |
Recordé el cuento de mi abuela sobre el otro lado del arco iris, a propósito del artículo que denuncia
la situación de las mujeres temporeras marroquíes[1]
en la cosecha de fresas, que en pleno siglo XXI se hace por estaciones para
aliviar la economía familiar, sin traducirse en una migración definitiva sino
de tiempo en tiempo, como diría mi abuela tras su propia olla de oro lo suficiente llena que permita sobrevivir junto a su familia. Una labor de mano de obra barata, que no tendría mayor
análisis que la explotación desde la perspectiva económica, ha mostrado su lado de explotación esclavizante, sexismo y racismo. Evidenciando que no basta el enfoque socio
económico para comprender y hacer justicia. Cae por peso propio la necesidad de un análisis fino para una agenda militante, que se incluya enfoque de derechos humanos, género y raza.
En las ciencias sociales a la práctica de migración temporal denominamos, fenómeno social de migración golondrina o estacionaria,
que en el Perú se produjo hasta mediados del siglo pasado,
donde la principal actividad era la agricultura con baja tecnología y gran
demanda de mano de obra barata, que suele ser femenina, adolescentes y niños(as).
Plano de Lima cuadrada 1940 |
Si uno googlea mujer 1940 Perú migración apenas aparecen 95 referencias. Destacan trabajo de Javier Iguiñez (1983)[5] que menciona 14 veces a las mujeres en libro de 318 páginas, Julián Antesana (1984)[6] con 49 menciones y escaso análisis de su significado e implicancias.
Vista panorámica de Santa Ana, Hoy Plaza Italia |
Mi abuela fue una de las primeras migrantes andinas de los
cuarenta, se hizo limeña, en los Barrios Altos, cuando reflejaba en su contenido en nombre, enhebrando su blancura y ojos azules a favor en una sociedad discriminadora y discriminantes, con sus
cortinas, sábanas, manteles y mantillas, balcones, azucenas, pensamientos y
gardenias. Sus dulces limeños inconfundibles e insuperables, se hizo bilingüe
con aquel español sin acento andino y ese quechua dulce al cual no renunció,
pero guardó con esmero junto con su ternura para la intimidad. Eran tiempos
donde ser chola(o) era suficiente para ser discriminada(o), explotada(o) y
adjetivada(o) de serrana(o).
Ella nunca volvió a su tierra, salvo una u otra visita ante lo irreparable como la muerte de algún pariente significativo. Se hizo
limeña entre Barrios Altos y la Plaza de Acho, cuando entonces Lima cuadrada
era nombrada por su significado, puesto que en su interior se producía lo
central de la vida urbana, disputando el predominio con el distante y
desavenido Puerto del Callao, al cual
las mujeres de bien no podían ir, porque estaba lleno de amenazas y
tentaciones, mi abuela la llamaba la pequeña babilonia.
Junto a otras mujeres de su tiempo, destacó en el mundo público por su entereza, coraje y lisura como vecina, Tan distintivos como sus platos y
aderezos que hacían sinfonía con firmeza, postura y sabrosura incomparable. Ella
se esforzó como muchos migrantes de entonces por borrar todo signo de choledad
que disminuyera su presente. Estrategia al que recurren muchas(os) peruanas(os)
aún hoy, aquí y fuera del país, postergando el reconocimiento del valor de
nuestra multiculturalidad y multilingüismo como una de nuestras posesiones que
nos permite un lugar distinguido en el planeta de un mundo globalizado que lo arrasa
todo.
A mediados del Siglo XX, Lima cuadrada aun concentraba el aroma de villa colonial, con zonas de veraneo distribuidos en Chosica, Barranco y Canto grande, que asemejaba a un viaje interprovincial. Los(as) migrantes fundacionales se asentaron alrededor de ella dando nacimiento a las primeras barriadas y zonas populares apropiándose de los cerros y las zonas periféricas de entonces. Fundando matrimonios y nuevas familias, sin saldar aquello que abandonaron en los andes creados en convivencia, así como ello la conformación de los actuales distritos populosos màs antiguos: Leticia, Chacarilla, el Cerro San Cristóbal, Ciudad y Campo, La victoria, El Agustino, Lince, Jesús María, Breña, el Rímac, Magdalena.
Paralelamente se producía el lento de poblamiento de Miraflores, San Isidro, San Borja con los dueños de los solares y callejones de Barrios Altos que se alejaban del bullicio de la Lima Virreinal donde la muralla virreynal había cedido al cordón de migrantes, a quienes ya no podían ignorar ni fundir con el paisaje.
Decidieron dar vida a sus sueños europeisantes, imitando a los palacetes de sus anhelos. Lima moderna, que fue acrecentado con la llegada de inmigrantes italianos, americanos, alemanes, ingleses, japoneses, tras la primera guerra mundial. La historia y memoria, es ironía a las poses de fronterizos sobre fronteras, que hoy hacen gala quienes ayer fueron parias.
A medida que la producción se sofisticó, surgieron las agroindustria y se hizo insuficiente la migración masculina golondrina. Dando origen al proceso de atracción de la mano de obra no calificada de las mujeres especialmente de la zona andina, que poco a poco se transformó en migración masiva a partir de los años sesenta y pese a que la industria se redujo y con ello menos manos de obra, otro fenómeno creció y engendró el éxodo del campo a la ciudad durante el último decenio del siglo XX.
Decidieron dar vida a sus sueños europeisantes, imitando a los palacetes de sus anhelos. Lima moderna, que fue acrecentado con la llegada de inmigrantes italianos, americanos, alemanes, ingleses, japoneses, tras la primera guerra mundial. La historia y memoria, es ironía a las poses de fronterizos sobre fronteras, que hoy hacen gala quienes ayer fueron parias.
A medida que la producción se sofisticó, surgieron las agroindustria y se hizo insuficiente la migración masculina golondrina. Dando origen al proceso de atracción de la mano de obra no calificada de las mujeres especialmente de la zona andina, que poco a poco se transformó en migración masiva a partir de los años sesenta y pese a que la industria se redujo y con ello menos manos de obra, otro fenómeno creció y engendró el éxodo del campo a la ciudad durante el último decenio del siglo XX.
La agudización del conflicto armado colocó a la población civil entre dos fuegos, motivando que la migración adquiriera condición de desplazamiento de pueblos enteros con sus familias y vida entera, hacia las grandes ciudades del país, para finalmente desbordar la capital, transformándola en la mega ciudad que es hoy con sus más de nueve millones de habitantes. Haciendo que dos tercios de la población peruana se haya transformado en población urbana, en tanto que en los andes se erigen pueblos fantasmas, algunos sólo habitados por ancianas(os), niñas(os) y mujeres madres.
[1]
https://politica.elpais.com/politica/2018/06/09/actualidad/1528569474_339395.html
[2]
http://auroravivar.blogspot.com/2011/05/dia-internacional-de-las-trabajadoras-y.html
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