jueves, 31 de mayo de 2018

HACIA LA ETERNIDAD, TRAS DESENMASCARAR LA COLONIALIDAD DEL PODER


Querido Aníbal Quijano, fue bueno conocerte, por esos caminos misteriosos de las amistades compartidas, antes de conocer tu hacer y saber. Permitiéndome la posibilidad de conectar el pensamiento, discurso y registro con ese ser humano sencillo, sonriente y afable. Para comprender tu sentir tras el debate en espacios donde el pensamiento nuevo y saber, es ignorado, rechazado y silenciado, por miedo al cambio, optando porque el diferente sea difuminado por extraño y amenazador bajo la sentencia de indigerible.
Aníbal, fue bueno decirte en su momento, lo orgullosa que estaba por tu saber, hacer y decir, celebrar tu último reconocimiento, como siempre fuera y no dentro del país. Descubriendo en compensación, la alegría y modestia ante el elogio inesperado, retornando afecto con calidez en el abrazo. 

Alguien me dijo que me equivoqué de cumpleañero, yo respondí que de ningún modo, para mí decir lo que pienso es una norma, pero expresar lo que siento es un privilegio así que no importa el momento, sino la oportunidad.

Aníbal, hoy que partiste, me confirmo que la amistad se celebra y disfruta en su momento, así como siempre es oportuno decirle a la persona y no a la imagen o el reflejo lo que se siente. En este nuestro tiempo, para nosotros(as) no hay un después, porque lo que menos nos queda es tiempo, así que me felicito por la alegría en la última celebración de amistad compartida, por reírnos y danzarle a la vida, por disfrutar la compañía cantando y vibrando.

Muchos dirán que partiste al Olimpo del conocimiento, hacia un nuevo debate inconcluso con los(as) colegas que te antecedieron o a preparar el acogimiento de quienes te continuaremos, quizás sea posible, deseo que en una u otra figura,   encuentres la clave para seguir apostando en las coincidencias sin renunciar a las diferencias para recuperar nuestro país y continente capturado.

Otros dirán, que partiste para colocarte en algo así como un minarete, de donde contemplar y analizar desde ese atalaya el cielo, ese pedazo de gloria, por el que algunas(os) han tomado el nombre de Dios y aniquilado a quienes no compartían su credo, seguro que hallarás la hebra del entramado que por siglos ha hecho correr ríos de sangre y sin duda nos lo contarás, estoy convencida que hallarás el modo.

También habrá quien diga, que retornarás en menos de lo que nos imaginamos, con mayor energía y nuevas estrategias, pero con igual o mayor tesón, vehemencia, dones y pensamiento, que te ha distinguido, con aportes para  la recuperación de la  humanidad en su condición de tal. Antes que la posesión del otro(a), posición sobre el diferente y desposeído(a). De ser así, seguro que te descubriremos por tu mirada profunda, sonrisa brillante y firmeza de tu voz, sin importar bajo que facciones, sexo o revestimiento estés.

Para mí y también para muchos(as) que te conocimos  a través de tus escritos, argumento, discurso, sonrisa y abrazo, partiste al mismo tiempo que te eternizaste, quedando tu herencia intelectual hoy más vigente que ayer para entender y pensar al país, América Latina y pueda que a todo el planeta.

Si al inicio de tu tesis, había desinterés y hasta desdén, porque la alienación, el autoritarismo e imperialismo era suficiente para explicar “la realidad”, hoy tu idea de colonialidad/ descolonialidad del poder, neoimperialismo, colonización del pensamiento, eurocentrismo,  choledad, identidad, utopía latinoamericana; se entroncan con otras ocupaciones como género, raza, etnicidad, corrupción, crimen, radicalización de la democracia etc. Hallando en esa relación sentido y contenido la perspectiva de análisis para comprender e intervenir por un cambio.

Aún nos queda mucho por batallar para comprender y aprender de nuevas perspectivas, tú fuiste un visionario en momentos donde los grandes teoremas importados parecían suficiente. El tiempo nos ha mostrado que esa actitud dogmática, intolerante y absolutista, no sólo impidió leernos como país, sino entendernos como continente y lo que es peor, dialogar entre nos.

Te has ido Aníbal Quijano, luego de una vida plena y una producción vasta de pensamiento y discusión sin claudicar, con docencia de maestro digna de imitar, sin renunciar a tus raíces y la alegría de tu espíritu.

Te has ido Aníbal, en tanto nos hacemos herederas(os) de tu legado y quizás esta vez tu ejemplo, nos dé oportunidad para vencer nuestras dificultades de dialogar en diversidad y dejar de ser monólogos colectivos entre quienes están de acuerdo o han construido un club académico con muros y techo de cristal.

Te has ido y quizás podamos imitar, tu capacidad indesmayable para pensar y hacer sin desistir, aun cuando ello implique periodos de soledad e indiferencia en nuestro país, mientras el mundo te aplaudía y reconocía.

Un abrazo de solidaridad para Carmen y tus hijos, en este su momento de dolor.

QEPD

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario, aliciente a continuar dialogando