miércoles, 6 de octubre de 2010

ESPERA QUE DESESPERA...

Mi expectativa por el triunfo de Susana, resultado del sondeo boca a boca, en calles, mercados, plazas, buses y todo espacio donde tuve oportunidad de detenerme y socializar -previo a las elecciones del domingo tres de octubre-, al cual se sumó la imagen masiva del mitin de cierre de campaña, cedió ante  la incertidumbre y a esa sensación de impotencia, ante la dilación y sensación de hartazgo de una espera que desespera y a veces inmoviliza.

Actitud reeditada en ciudadanos/as  expectantes,  podría calificarse de cien por ciento subjetiva, arrojada a la incertidumbre y la elucubración a cerca de los intereses e impacto que provocan esta situación. Para quienes asumen el sistema de procesamiento, información y control electoral, así como para los representantes técnicos de los partidos políticos, es enteramente objetivo, sustentado en data cuantitativa que se expresa como votos válidos, nulos, observados, impugnados y en perspectiva de validación o anulación.

El mismo 3 de Octubre mi primera reacción se tradujo en expresar “mi asombro” por decir lo menos, al mismo tiempo que me esfuerzo por vencer esa duda agazapada a cerca del nivel de transparencia electoral, carcomido por la sospecha cimentada en hechos históricos recurrentes 1, como mirar con detenimiento y memoria hechos asociados que para algunos/as se remiten a sólo cuatro años previos 2.


Mi situación fue provocada, primero por los resultados oficiales previsto para las 8:00 p.m. (cuatro horas de cierre oficial de las mesas) a 10:00 p.m. (6 horas real) fue el primer indicador de preocupación, y el segundo, fue el porcentaje de votos procesados (12%), que me asomó al abismo de la incertidumbre, en contraste a los resultados de eficiencia y celeridad, mostradas en procesos no tan distantes.

Para quienes conocemos algo del sistema y proceso electoral, esta proporción del resultado, era suficiente para provocar serias dudas no sólo de su sistema y eficiencia, sino la posibilidad de crear condiciones para abrirse a la intromisión de variables intervinientes que podría enrarecerlo.

Sólo el procesamiento del ACRA durante las primeras dos horas inmediatas a las elecciones nacionales del 2001 llegó al 40% como lo informa la OEA “Para el repliegue de materiales se realizaron pruebas del sistema de acopio rápido de actas (ACRA), una modalidad que mide los tiempos de recorrido y entrega efectiva de las actas electorales, básicamente del sobre que se dirige a las ODPEs. El tiempo promedio observado de los locales seleccionados en el ejercicio del simulacro del 27 de mayo fue de 45 minutos máximo y 20 minutos mínimo en las regiones de Lima y Callao. En el resto del país, varió entre 3 horas máximo y 20 minutos como mínimo. Este comportamiento se repitió el día de la elección, iniciándose la digitación aproximadamente a las 18:00 horas en todo el país y los primeros resultados (alrededor del 40 por ciento), se conocieron a las 19:00 horas de ese mismo día.” (OEA: 2002) [3]


Este referente en contraste con los resultados de las elecciones recientes, abre dos frentes, a) una evidente deficiencia y débil capacidad de gestión electoral desplegada por la ONPE durante la gestión del presente periodo, y b) el mas temido por la población, la posibilidad de filtración de intereses subalternos.


El temor a la presencia del riesgo, de resultados opuestos a la voluntad de los electores, en una era virtual y globalizada, unido a un periodo con mayor publicitación de los hechos electorales, ha provocado alerta y vigilia. Una actitud vigilante que no claudica ante la dilación, información buscando desinformar, desborde de impaciencia, provocación, trampa de hechos de suplantación y desborde de reacciones a favor de Fuerza Social para su desprestigio.

La sospecha dejo de hablarse a media voz, se nombra en cada casa, en los espacios públicos, el tránsito. La pregunta es una sola. ¿Cuál es el resultado final? ¿Será necesario salir a protestar para hacer respetar nuestros votos? ¿La democracia es aceptar en silencio la decisión final en aras de la democracia? ¿Hay suficiente fuerza de FS para hacer respetar cada voto?

Esta espera que desespera, pero que al mismo tiempo, mide la serenidad y madurez política de los actores, así como la atención de las autoridades, ha logrado arrancar una iniciativa institucional del JNE, la decisión política de observar pública y televisadamente las actas observadas.

Es un primer paso para conocer públicamente la decisión de cada Jurado Electoral, que puede inhibirlo de actuar dubitativo, sin embargo nada asegura una u otra actuación, el poder ensordece, enceguece y hace perder la postura expuesta públicamente y entorpece. Basta recordar las sesiones del pleno del congreso aprobando leyes sin el menor decoro, hasta provocar rechazo, movilización y costo social para dar marcha atrás como el Baguazo y a favor de la impunidad. La única diferencia en este caso, es que la resolución del JNE, cualquiera que fuese, es inapelable.
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[1]http://books.google.com.pe/books?id=qE-4inCh8uIC&pg=PA226&lpg=PA226&dq=manipulaci%C3%B3n+electoral+per%C3%BA&source=bl&ots=E5wOO-9uaa&sig=95_AnbxuAjzyfxyLmHaKJlZASKw&hl=es&ei=EEitTN7kBIOClAe-i535AQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=10&ved=0CDwQ6AEwCQ#v=onepage&q=manipulaci%C3%B3n%20electoral%20per%C3%BA&f=false
[2]http://www.periodismoenlinea.org/ultima-hora/1/7869-lourdes-culpo-a-apoyo-de-derrota-electoral-el-2006-y-llama-a-villaran-qtia-regiaq-que-quiere-legalizar-la-coca
[3] http://www.oas.org/sap/docs/permanent_council/2002/cp_doc_3556_02_spa.pdf

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