Hoy
hemos sobrevivido a nuestra propia pesadilla, a los tormentos y habernos asomado al
abismo, siendo testigos de cómo el Estado fue tomado y sitiado por el crimen organizado, la impunidad de un
poder oscuro, envilecido, impune y rastrero que se ha filtrado por los límites
y resquicios de las convenciones, acuerdos y normas, haciendo uso y abuso de
nuestra buena fe, democracia, instituciones, leyes y respeto al debido proceso.
Decreto que ingresamos a la decadencia y desaparición de un Estado ineficiente, incapaz, indolente, nefasto, corruptor, corruptible y corrupto. Decreto que cada unx hasta su quinta generación, pague las deudas adquiridas de burócratas, autoridades y mentecatxs; obtenidos mediante la extorción, el lavado de activos, el enriquecimiento ilícito, soborno, la muerte de lxs nadie, la delincuencia y el crimen trasnacional, intentando un nuevo asalto al poder so pretexto de libertad y democracia, mientras la pisotean.
Hoy
es el tiempo después de ayer, para recurrir y sostenernos en la reserva moral de
un país devastado más no aniquilado. Momento para valorar, dar contenido y sostenernos
en nuestra diferencia, pluricultura, multilingüismo, diversidad y vastedad acercándonos, amándonos, respetándonos, para
hallar los hilos que nos permita entretejer, el centro, sus conexiones, las orillas sin dejar a nadie más en la periferia; llenar
de luz, brillo y colores el horizonte del mañana hacia donde dar los primeros
pasos.
Hoy
después de ayer, tenemos a Pedro Castillo Terrones como un presidente del Perú,
un maestro rural de primer grado de educación básica regular, agricultor, rondero e hijo de pueblo. Porque
fue ese pueblo ninguneado, olvidado, engañado y tantas veces vejado que se hizo
fuerte sumando sus debilidades, mostrándonos que aun queda esperanzas para retomar
nuestra historia de país grande, generoso, solidario, acogedor, bendecido,
bello, rico, diverso y fuerte.
Hoy que
es el mañana de ayer, hemos de poner el hombro, la mente y el corazón, para
cambiar nuestro destino, soñar con un país libre, justo, igual, fraterno,
responsable y confiable, donde todxs asumamos la cuota de hacer y responsabilidad que
nos toca para decir que lo tentamos, intentamos, ganamos y/o tantas veces fuimos vencidos pero seguimos de pie.
Hoy menos que mañana y más que ayer retomo la esperanza de ser parte de un país, con gente grande sabia, íntegra y capaz de jugarse entero por todxs. Sin concesión alguna al traidor/a de la patria.
Pueda ser que
nada cambie, que sólo sea el espejismo que produce el brillo del quiebre de
un pasado pesado, injusto y anquilosado, pero nadie nos negará que sentimos,
vivimos y podemos saborear este momento, porque hemos sobrevivido y podemos
contarlo.
Hoy podemos cantar para no escuchar el lamento y llanto de quienes por dos siglos nos hicieron creer que éramos libres aún cuando nuestros techos y muros fueran de cristal, que nuestras cadenas un souvenir que amábamos arrastrar y nuestra cerviz doblada un estilo de ser.
Ya habrá tiempo de volver a ver sus fauces, su coletazo, porque el monstruo de mil cabezas no está muerto, mientras exista quien se cree más que otrx por ser blanco, hombre, hable español o inglés, sepa leer y escribir, tenga un carro, un puesto y un sirviente. Están aun aquellxs que se creen más valiosx que otrx, mejor y se merece todo.
Pero hoy, hoy sólo sonriamos, renovemos nuestra fe, esperanza y fuerzas. Y tomemos al mañana como venga.
#AbemusPresidentePeruanoAndino
#TodasLasSangresTodasDePeruanxs
#FujimontesinismoNuncaMás
#VivaElPerú
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