miércoles, 21 de julio de 2021

CIERRE SIMBÓLICO ELECCIONES 2021

Cierro simbólicamente mi participación activa como ciudadana consciente y comprometida con mi país, en el proceso electoral nacional 2021. Demostrándome a mí misma, que mi situación de aislamiento voluntario por la pandemia del covid 19, no fue impedimento para ejercer mi derecho a opinar, actuar como protestar  libre, voluntaria, consciente y consecuentemente.


Lamento haberme perdido la protesta en la calle, solidarizarme con las mujeres y hombres indiganadxs en las marchas y movilizaciones; acercarme al campamento de las mujeres y hombres del Perú profundo andino y amazónico que visibilizaron su voto, resistieron, persistieron y hoy retornan a sus casas. Los mismos que nadie mostró en los canales de la televisión ni la radio entrevistó. Me consuela saber que este es su tiempo. En mi caso ya viví  y me sumé a cada una de las luchas sociales con los que me identifiqué desde los años setenta del siglo XX sea como adolescente con uniforme de colegio, joven pobladora, profesional solidaria o ciudadana indignada.

En este tiempo,  asumí mi papel de nodo, enlace, eco, correa de transmisión, registro, reflexión e intercambio virtual de temas e información omitida, negada e invisibilizada por los medios convencionales de la comunicación que renunciaron a su rol y papel ético. La historia, el público lector y la sociedad los sancionará como corresponde.

Al inicio de la campaña electoral tenía la sospecha del aparato fujimontesinista en funcionamiento a través de cómo se presentaban y manejaban los hechos, alegorías y argumentos de los psicosociales y fake news, quienes vivimos los noventa despertx, no olvidamos tampoco inocentes.
Al final de a campaña se ha evidenciado que estuve en lo cierto, pero similar a la caída del gobierno de Alberto Fujimori, muy lejos de su dimensión, dinámica, sistema y nivel de funcionamiento de sus entramados. Vladimiro Montesinos siguió siendo el jefe de campaña electoral, esta vez de la señora K, rebautizada por él con el alias de “La Chika”, como corresponde a una mafia. Alberto Fujimori desde su reclusorio activo y virtual siguió haciendo lo suyo y los hermanos Fujimori, cada uno cumplió su rol como ellos sólo saben hacerlo. 
Aquello que permanece inconcluso es mi lectura de la primera actriz, La Chika apelativo que se ha ganado a pulso y con todos los honores. 

Durante los noventa, cuando sustituyó a su madre en el papel de primera dama al lado de su padre Alberto Fujimori, entendí que había adoptado el arquetipo de Minerva[1], la hija de Júpiter, del mito Romano, luchando junto a él contra los gigantes. La joven Keiko rompió el cordón umbilical con su madre y la traicionó asociándose con el padre.

Cuando su padre renunció por fax a la presidencia del Perú huyendo al Japón, la abandonó sola en Palacio, como tributo de su cobardía y latrocinio. Al ver su salida con sus perros la asocié con Ifigenia hija de Agamenón de la mitología griega[2]. Y durante su campaña del 2011, donde dió contenido el significado de su nombre Keiko en japonés[3], la hija adorada por el padre, teniendo como principal agenda[4] la liberación del padre, reafirmó como Minerva.

En el 2016, se reveló como la seguidora de Wu Zetian[5] única emperatriz china, que realizó el golpe de Estado y se hizo del poder por encima de todo(s). La Chika, rompió con el padre y pretendió reinventarse creando su propia banda congresal, al no alcanzar el poder Ejecutivo. Pese a tener la mayoría congresal no hizo nada de lo que prometió en su campaña, en cambio colocó en jaque y alimentó  la crisis del poder ejecutivo que tuvo 5 presidentes en 5 años, desbordada por sus pasiones y ansias de poder, mostrando desprecio por el país.

Su papel en el 2021 durante la campaña electoral, elecciones y luego de la misma me ha abierto una interrogante a cerca de su equilibrio mental por su escasa de empatía social que potencialmente la acerca a Irma Greese[6], por su crueldad, práctica retorcida de las leyes sin tener el poder. El cuál se acrecentaría cuando lo poseyera para esgrimirlo ante quienes se opusieran a su voluntad y sus fines. Y a Anna Mazza[7] como jefa de una banda criminal.

Ahora que no logró hacerse del poder, hoy me retorna la confianza que será juzgada por sus delitos. Mas adelante, nuevos elementos y el tiempo permitirán comprender su ser y hacer en el futuro. Pero como perdedora de competencias electorales sin duda es cercana a su nueva aliada Lourdes Flores Nano[8].

En este proceso electoral he liberado a mi red virtual de personas a las que conocía poco y mal, para algunxs me he colocado con ello en el filo de la intolerancia, sólo diré a mi favor que fue por salud mental y amor propio. En contraste, he fortalecido mi conexión con quienes son parte de mi historia personal a los que me une el linaje, la mutua elección, mi desempeño profesional y las bondades del universo para encontrarnos y reconocernos, habiéndose renovado relación de amistad, amor, diferencia y respeto.

He ampliado y también abandonados grupos públicos, donde aprendí que se puede elegir, generar y recibir diversas opiniones que mantengan el debate en el tema y no en la persona. Cando así no ha sucedido, los he denunciado, bloqueado y el grupo lxs a escarchado. Así que aprendí mucho al respecto en estos seis meses.

Despido esta labor de ciudadana consciente y comprometida con la información cautiva y mi posición de ¡Fujimori nunca más!, con esta canción que mi amiga Cecilia me acaba de postear. Abrigo la esperanza que lo lúdico y simbólico se integren, produciendo la magia de las lecciones comprendidas, se torna en aprendizaje, pase a ser parte de la memoria y capacidad crítica de las personas que aprecio profundamente, para que aprendan de sus errores y/o asuman el costo de los mismos cuando les pase factura.  

#FujimoriNuncaMás

#ElPerúPorEncimaDeTodo




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